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Ingenieríaen México,400 años dehistoriaobra pública en la ciudad de méxico


Universidad Nacional Autónoma de MéxicoDr. José Narro RoblesRectorDr. Eduardo Bárzana GarcíaSecretario generalDr. Carlos Arámburo de la HozCoordinador de la Investigación CientíficaDr. Adalberto Noyola RoblesDirector del Instituto de Ingeniería


Ingenieríaen México,400 años dehistoriaobra pública en la ciudad de méxicoRoberto Llanas y FernándezMéxico, 2012


Revisión e investigación: Guillermina Sánchez Nahuacatl,Elizabeth Plata García, Fernando Azamar, Carlos Alessio Robles,Leonardo Icaza, Francisco Platas, Norma Robertson e Isabel González.Noviembre de 2012Universidad Nacional Autónoma de MéxicoInstituto de Ingeniería© Instituto de IngenieríaDerechos reservados conforme a la leyQueda prohibida la reproducción parcial o total, directa o indirectadel contenido de la presente obra, sin contar previamente con la autorizaciónexpresa y por escrito de los editores, en términos de lo asíprevisto por la Ley Federal del Derecho de Autor, y en su caso por lostratados internacionales aplicables.Impreso en México


Agradecemos el apoyo de las siguientes instituciones para la elaboración de este libro:Archivo General de la Nación, Archivo Histórico de la Ciudad de México,Biblioteca Nacional de la Universidad Nacional Autónoma de México ( fondos reservados),Fondo Reservado de la Biblioteca Ángel O´Daugerty del Casino Español, y Fondo Reservadode la Biblioteca Orozco y Berra de la Dirección de Estudios Históricos del INAH.


presentaciónCuando se analiza un tema diversificado y poco conocido comola ingeniería en el México colonial e independiente hasta la revoluciónde 1910, bajo un enfoque histórico, surge una seriede problemas al tratar de dar forma a la obra.La tarea distó de ser sencilla ante el volumen documental que representaba;por ello, a fin de controlarlo, se recurrió a un eje cronológico en el quese analizaron los problemas que iban surgiendo en cada administración ogobierno a partir de Hernán Cortés, pasando por el México independientey concluyendo con 1910.En el primer caso, cada capítulo corresponde a uno de los tres siglosde gobierno virreinal, manejados de tal manera que se puedan consultarindividualmente al mismo tiempo que den una continuidad temática deinterés en el lector.La inestabilidad política a partir de 1810 conllevó a cambiar la estructura,se dejó de lado el análisis administrativo o de gobierno y se optó porel análisis temático. Por ejemplo, la basura, albañales, acequias, prevenciónde desastres por lluvia, así como la programación de recuperación y mantenimientode ríos.Todo ello, en el marco de gobiernos perjudicados por alternados golpesde estado. A pesar de esto, fue surgiendo una tendencia progresiva decreatividad a partir de la segunda mitad del siglo XIX, fue tan grande quehubo que recurrir al manejo sintetizado de tablas, buscando aprovechar elsacrificio de información en aras de incentivar el propósito de adentrarseen algún otro tema de ingeniería que no haya sido suficientemente tratado.El año 1910 cierra el presente libro en forma de epílogo por dos razones:por ser un parteaguas en la historia de México; y porque la relativalentitud que mostraron ciertas industrias en el segundo tercio del siglo XIXen virtud de la inestabilidad política, se invirtió progresivamente hasta elarranque de la centuria pasada, y alcanzó su culminación en la primera décadadel mismo, con el respaldo de la ya mencionada inventiva nacional,


introducciónSiempre resulta sorprendente imaginar que lo quehoy conocemos como la ciudad de México estuvotrazada en una isla-plataforma, como una audaciarepresentada en el chimalli o escudo azteca, donde se aprecia una espiralo caracol rodeado por un campo heráldico azul. La imagen significa, paramuchos estudiosos, la advertencia de los dioses acerca de las inundacionesy otras contingencias que azotarían al Anáhuac.La única forma de que la capital azteca perdurara por siglos seríamediante obras de ingeniería que la resguardaran de las amenazaspermanentes del inmenso lago alimentado por más de noventa ríos,arroyos y manantiales, enmarcado en una ribera que iba, de sur a norte, deXochimilco a Zumpango, y de oriente a poniente de Texcoco a Popotla.Las acciones preventivas y de defensa de los gobiernos prehispánicosse aplicaron con éxito durante doscientos años aproximadamente; sinembargo, con la llegada de los conquistadores en el primer tercio del sigloXVI, comenzó a crearse un nuevo modelo de ingeniería que sería la guíade los gobiernos virreinales.En ese sentido, la nueva ciudad capital se vio expuesta, casi a partir de1524, a fenómenos de alta agresividad, como hundimientos diferencialespor suelos mal consolidados, catástrofes por lluvias desusuales y eventostelúricos de magnitud cercana a terremotos, volúmenes crecientes deresiduos sólidos y excretas, así como endemias y pandemias. Lo anteriorconllevó a retomar los conocimientos de los antiguos pobladores enrelación al suelo-estructura-prevención de desastres, dando lugar alsincretismo de diferentes disciplinas; en el cual sustentar un prototiporepresentante del primer virreinato de América. Es entonces cuandopodemos empezar a hablar de la historia de la ingeniería en el nuevomundo a través de las obras públicas.La presencia de fenómenos desconocidos constituyeron un granreto para los nuevos habitantes, que implicaba un análisis exhaustivo de


diversas tecnologías experimentadas por ambas culturas, y se logró enpoco tiempo una ingeniería que perduró a lo largo de trescientos años.Existe un gran volumen de documentación que nos puede darluz sobre el proceso histórico en el que se desarrolló dicha ingenieríasincrética, sin embargo, consideramos que no ha sido suficientementeestudiada y apreciada, incluso ha sido olvidada.Con base en esa premisa, el Instituto de Ingeniería de la UNAM viola necesidad de rescatar el desplazamiento cronológico de una tecnologíaque después empezó a ser parte de una importante prospección, y ponerlaal alcance de los interesados en conocer el estado del arte de la ingenieríaen diferentes fases y problemas.Debido a que en un horizonte cultural como el nuestro no es fácilaproximarse al papel que ha jugado la ingeniería a nivel nacionaleinternacional, hubo que remontarse a 1520, fecha de la que se extrajerondel pasado remoto testimonios que permitieron obtener datos, como queel canal de Cortés en Texcoco para la conquista del antiguo señorío nosolo precedió con mucho al canal de Panamá, sino que su tecnología esmuy similar.Ese hecho, entre otros más, trazó la ruta de investigación queempezó a desvirtuar la leyenda negra del oscurantismo virreynal, ya queen el ámbito de las matemáticas, las tablas logarítmicas y los númerosimaginarios desarrollados por el padre Diego Rodríguez hacia 1640 (alfacilitar cocientes de veinte dígitos en raíces cuadradas o cúbicas)podríadecirse que México se adelantó casi noventa años al siglo de la Ilustraciónde Carlos III. Esa penetración en el pasado desembocó en un volúmenque por su número de páginas ha dilatado su edición más de lo que seesperaba. De ahí la idea de que, en tanto sea del conocimiento públicoesta parte de la historia de la ciudad capital, se lleve a cabo la presenteedición sintetizada.Dr. Adalberto Noyola Robles


Capítulo ISiglo xviEn 1519 apareció en el horizontehistórico de México una ingenieríaque se mantuvo vigente pormás de trescientos años gracias a sus extraordinariasrespuestas. A partir de los conocimientosde conquista de Cortés y de la presencia de latecnología, las observaciones y la mano de obraindígena, surgieron innovaciones que permitieronuna ingeniería mexicana no solo de larga permanencia,sino también de múltiples facetas.


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400cortésaños de historiay la tecnologíaIngenieríade laen México400 años de historia400 años de historia Ingeniería en Méxicoconquista (1519-1525) 400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaDesde que Cortés pisó suelo continental tuvo una visión clara yprecisa: sería el representante de Carlos V; y a través de diversosenfoques de la ingeniería le daría apertura a un nuevo capítuloen la historia renacentista. Enfrentarse al último señorío del Altiplano mexicano loobligaría a recurrir a su ingenio, tesón y astucia, por fases que le facilitaran la tomade decisiones. Estas fases eran el empleo de una incipiente ingeniería sincrética deexperimentación y de programación que desembocaría en el desarrollo de una tecnologíade conquista.13


ingeniería en méxico, 400 años de historiaUn primer pasoTrazo idealizado de un bajel deconquista con influencia europea.Sobre una llanura del señorío de Cempoala, Veracruz, se llevó a cabo el diseño deun asentamiento poblacional: una retícula de lotes que daría lugar a un fuerte, unaiglesia, un arsenal, un mercado y un almacén general, entre otras construcciones. Porsu importancia estratégica, militar y religiosa, las primeras construcciones fueron elfuerte y la iglesia. En la excavación de cimientos participaron el propio Cortés y suscapitanes; en tanto que los herreros martillaban clavos de hierro y otros soldadoscocían ladrillos. Por su parte, a medida que los totonacas talaban árboles y descortezabanlos troncos, los conocedores de fortificaciones levantaban rápidamente lasparedes de madera y abrían orificios para los ballesteros y los arcabuceros, a la vez queconstruían atalayas en las esquinas destinadas a la vigilancia y al contraataque concañones. Una vez concluidos el fuerte y la iglesia, Cortés se dirigió al Altiplano paraefectuar su proyecto de conquistar Tenochtitlan.Cortés aprovechó las numerosas invitaciones que le hizo Moctezuma de pasearen el lago de Texcoco y así conocer la profundidad promedio, las corrientes ylos vientos dominantes. Después decidió levantar un astillero provisional dondeconstruyó tres bajeles, cuyo diseño y armado estuvo a cargo de Martín López, carpinterode ribera. Debido a que ningún tipo de bergantín habría podido bogaren el lago, dada la irregularidad de su fondo y la profundidad relativa, el diseñose encauzó a dos medidas estratégicas: determinar la eslora (longitud) y el calado(fondo) de los lanchones hasta llegar así a un peso óptimo transportado, y conocerlas corrientes irregulares del lago y la ubicación de posibles muelles para construirastilleros mayores.Después de que fracasara su primer intento de conquistar Tenochtitlan el 30de junio de 1520, Cortés huyó hacia Tlaxcala, donde les pidió ayuda a los señoresMexixcatzin, Xicoténcatl, Citlalpopocatzin y Tlahuexolatzin, así como a otros señoresy a militares reconocidos en esa zona. Hecho esto, acordaron atacar por agua, y afin de avenirse de aparejos dispuso de inmediato que uno de sus capitanes, de apellidoSanta Cruz, se trasladara a La Antigua, Veracruz, y retornara a Tlaxcala con todoslos enseres de los barcos desmantelados y guardados por Cortés en ese lugar (anclas,clavazón, jarcias, estopa, velas y velámenes, etc.), y que con los calderos acarreadosse produjera la brea necesaria para las juntas y el calafateo. Otra acción consistióen encargar a Martín López la materia prima naviera, la que se obtuvo a través deuna tala inmoderada en los montes cercanos por peninsulares y un buen número deindígenas, que en cuestión de días lograron tener toda la madera cortada. A fines de1520 terminaron de armarse las unidades lacustres que, una vez puestas a prueba en14


capítulo i. siglo xviel estuario artificial del Zahuapan (Tlaxacla), se procedió a desarmar y a resguardarsus partes en un inventario. Las medidas de cada unidad eran de entre 11.76 y 13.44m de largo, 2.24 y 2.52 m de ancho y entre 56 y 70 cm de calado bajo el nivel delagua, así como 1.12 m aproximadamente de altura libre. Podían llevar seis remerosa cada lado y uno o dos mástiles, y tenían capacidad de carga de hasta veinticincohombres, incluidos el capitán, el timonel, los remeros y los soldados, además de lasarmas para la lucha por tierra.El tiempo de construcción de las trece unidades fue de noventa días, lo que constituíaun récord entonces, y aún ahora. Solo quedaba planear su traslado a Texcoco,un trayecto de unas 20 leguas (100 km aproximadamente) a través de muchosobstáculos naturales. Tlaxcala ofreció ocho mil porteadores que llevarían a cuestaslas piezas navales, ocho mil guerreros que servirían de guardias y dos mil tamemes(cargadores) encargados del transporte de comida y todo lo relacionado con ella. Lacolumna humana alcanzó aproximadamente 8 km.Después de cuatro días de caminos sumamente escabrosos, con riesgos continuos ybajo el peso de las clavazones sobre los hombros de los tlaxcaltecas, la columna arribó aTexcoco a principios del mes de enero de 1521. Martín López se encargó de resolver elproblema relativo al sitio para construir el astillero final, ante el riesgo de hacerlo a lasorillas de Texcoco. Escogió el lugar donde ensamblar las naves y cuidó que la entrada delos tamemes se realizara en conjuntos perfectamente ordenados. Hecho esto, levantóel dique de prueba y el arranque para bogar, e ideó cómo alimentarlo. Al ver que elplano en el que podía construirse el canal de derivación no tenía la inclinación naturalnecesaria debido a quiebres y desniveles severos en el terreno, el trazo obligado teníaque ser semiescalonado con base en esclusas o represas a lo largo de más de 2.5 km,Cortés ordenó su construcción, al mismo tiempo que en el astillero se ensamblabanlas naves. A fin de optimizar el trabajo se formaron dos grupos de peones; el mayorabsorbió aproximadamente ocho mil indígenas de Acolhuacán y de Texcoco por día,lo que significó un estimado de cuatrocientos mil hombres.La construcción del canal de 3.92 m de ancho por 3.92 m de fondo se llevó cincuentadías. Sus paredes fueron completamente recubiertas con tablones, y aproximadamentea cada vara de distancia se hincó un tronco con el propósito de evitarderrumbes por presión de los muros del canal y erosiones por la corriente del agua.En la parte superior de cada pared se instaló una especie de valladar o estacada paraimpedir mediante cuerdas que, al abrirse las compuertas, los bajeles se golpearancontra las paredes y se averiaran. La longitud de las esclusas o “presas” era de pocomás de 15 m y tenían suelo apisonado, con excepción de la última, cuyo suelo rocoso15


ingeniería en méxico, 400 años de historiase rompió con la ayuda de picos y almádenas de modo que las naves llegaran a la lagunasin sufrir daños en su estructura. Si se analiza la cantidad de madera que se utilizó,se estimarían alrededor de cinco mil setecientos troncos con una altura mínima de5 m para las paredes.Una nueva ingeniería civil novohispanaEntre las primeras disposiciones de Cortés para asentar la representación de la Coronaespañola en América, estuvo darle una nueva y distinta imagen a la ya inexistenteTenochtitlan. Para ello integró brigadas de trabajadores que se encargarían de reparary poner en funciones nuevamente el acueducto indígena. Otro grupo se destinaríaa trabajos sanitarios, como enterrar cadáveres, conducir a los enfermos fuera de laciudad y sanear el ambiente mediante fogatas. Un tercer grupo se destinó a adaptaren Coyoacán un sitio para militares y civiles españoles.La habilitación de Coyoacán dio lugar a una ingeniería civil totalmente nuevaen la zona lacustre. Las bardas y fachadas de las casas fueron recubiertas con cal y salmolida, lo cual contribuyó a dar una impresión de solidez, volumen y luminosidad ala que los naturales no estaban acostumbrados.Ruta que siguió Cortés en su tránsito aTenochtitlan desde el primer astillero enTlaxcala hasta el segundo en Texcoco.16


capítulo i. siglo xviLa nueva tecnología tuvo una curiosa consecuencia: la aparición del grafiti enMéxico y tal vez en América, debido a la inconformidad de los hombres de Cortésen contra de este. Cada mañana, en la casa de Cortés, aparecían textos escritos concarbón que externaban quejas, burlas, amenazas o acusaciones que con el tiempo seprohibieron bajo amenaza de castigo.Con el antecedente de la fundación de la Villa Rica de la Vera Cruz, la legislaciónespañola facultaba a los conquistadores a fundar una ciudad y poblarla, integrandopreviamente un Ayuntamiento, eligiendo un sitio sano, cómodo y ventiladocon agua potable y abundante en materiales de construcción y con terrenos para elganado. En noviembre de 1521 se inició la reedificación de la sede novohispana, cimentadaen los vestigios de la antigua Tenochtitlan, siguiendo, no obstante, el antecedentearquitectónico azteca con una región destinada a los indígenas y un ampliocuadrángulo para la población española, en una conceptualización combinada deurbanismo prehispánico y castellano que desembocó en una configuración novohispana.La mano de obra estuvo a cargo de algunas comunidades lacustres, mientrasque los trabajos de carpintería, albañilería y canterías fueron realizados por gente deTexcoco. Las cuadrillas respectivas estuvieron a cargo de Juan Velázquez Tlacotzin.El Ayuntamiento obligó a cada mercedado a construir y vivir en la casa respectivacuatro años por lo menos; en caso contrario, tanto el solar como la construcciónvolverían al dominio de la ciudad.La primera gran obra de ingeniería civil en América continental tuvo lugar en elsiglo XVI, y fue la construcción de un sitio para proteger las embarcaciones utilizadasen la conquista de Tenochtitlan. Las atarazanas era un edificio con caracteres defortaleza, cimentado, mitad en tierra firme y mitad en agua. Sus tres grandes puertaslacustres daban acceso a tres galerías. La central estaba limitada por una serie de pilaresque entre sí formaban canales para la circulación de los trece bergantines. Entanto que la parte trasera, en forma de bodegas cubiertas, servía para guardar pertrechosde las naves, así como piezas de artillería. Sobre esta planta se encontraban lasoficinas y los aposentos de Francisco de Solís, alcaide del edificio de las atarazanas, asícomo la cárcel, que nunca estuvo vacía.Una normativa urbanística de la conquista disponía que en todos los pueblos sefundaran hospitales, lo cual se daba a conocer en la cédula real antes de cualquierviaje de descubrimiento o de conquista. Cortés demandó con urgencia al alarife unplano de la ciudad para mandarlo a su revisión a España. El encargado de llevarlo fuePedro Vázquez, en 1523, quien traería consigo una botica completa que se enriqueceríacon la farmacéutica nativa.Reconstrucción idealizada del edificio delas atarazanas, primera obra desplantadaen la ciudad de México.17


ingeniería en méxico, 400 años de historiaPor esa misma época llegó a tierras americanas el patrón de medidas: la varamexicana, que se derivó de la vara castellana, la que a su vez estaba respaldada porel marco de Burgos. Otros patrones de medición fueron el “estado”, generalmenteempleado para medidas verticales y que equivalía a la distancia de los brazos extendidosde un hombre de estatura media y también equivalía a dos varas; el “codo”,que correspondía a la mitad de una vara; el “pie” o “tercia”, que era la tercera partede la vara; el “palmo” o “cuarta”, que era la cuarta parte de la vara; el “jeme” o “sesma”,correspondiente a la sexta parte de la vara; y la “octava”, o sea, un octavo de lavara. También estaban los elementos estructurales agrupados en apoyos (cimientos,muros y columnas), cerramientos (dinteles y arcos), cubiertas (techumbres,entrepisos y pisos) y circulaciones verticales (escaleras y rampas). Finalmente, losinstrumentos que se relacionaban con la mano de obra indígena: cartabón o escuadra,plomada común, plomada para reglar, compás de hierro, bruñidor, escoplo,cincel y taladro. Además, como complementarios, los andamios, la obra falsa ocimbra y la polea.Tecnología sincréticaPara las cimentaciones se recurrió a la tecnología sincrética, es decir, a la combinaciónde las prácticas europea y prehispánica. De acuerdo con el volumen, peso y lugarde la construcción, los siguientes sistemas fueron utilizados:--Estacados: morillos de entre 10 y 15 cm de diámetro y 150 cm de largo en unacolocación continua y compacta.--Plataforma: sobre una base de céspedes apisonada se colocaba una plataforma devigas, y sobre ella pedacería de tezontle junteada con cal. Encima de la plataformase podían desplantar los muros maestros.--Para edificios muy grandes y pesados se recurrió al uso de pilotes y estacado encuadrícula. En esa base, ya apisonada, se distribuía una capa de céspedes alternadacon una de arcilla y otra de ceniza con cal, encima de las cuales se aplicaba un pedraplény en toda la superficie de lo que sería la planta que resistiría la carga de lascolumnas o los muros a través de sus bases.--Para construcciones sobre mantos de tepetate no profundos, la distribución decargas se lograba mediante una plataforma de mampostería continua, que al funcionarcomo pedraplén permitía desplantar muros y columnas.--En los casos de pequeños templos, capillas o ermitas, generalmente en lugaresfuera del área lacustre, era común la construcción con cimientos corridos bajo los18


capítulo i. siglo xviCorte vertical de una fachada con undoble frente, de encolumnado y de paredlisa, según el Códice Florentino.muros, desplantándolos sobre capas más resistentes.; o bien, donde se conocíanplanos de tepetate casi superficial se levantaban haciendo capas poco profundas.El problema del salitre en las construcciones fomentó dos prácticas de ingenieríanovohispana: una consistía en levantar el nivel del piso con rellenos, y sobre ellosconstruir el edificio. La otra, en que se impermeabilizaba íntegramente el sitio decontacto entre la corona del cimiento y la base del muro por medio de mezclas a basede cal y arena de tezontle, o simplemente recubiertos de betún (tlacaloloni) o cera.En cuanto a los muros del siglo XVI, en su gran mayoría se recurrió a los materialestradicionales con pocas diferencias en las técnicas; tal es el caso de las paredes deadobe, donde fue común añadirle a la arcilla tepalcates para aumentar su resistencia,o zacate, paja o pelo de animales para lograr su cohesión y contribuir a la toleranciaen zonas de alta sismicidad. También fue común recurrir a refuerzos angularesprehispánicos a base de carrizos en forma de varillas, con lo cual funcionaban comodisipadores de energía. Los muros de mampostería, que llegaron a ser más abundantesque los anteriores, se elaboraban con morteros ricos en cal para incrementar sudurabilidad y elasticidad, con lo que lograban absorber grandes deformaciones. Untipo difícilmente visto en la ciudad fue el de las paredes enfriadoras, no así en conventosmasculinos en los que, dentro de la mampostería, había tubos muy delgados19


ingeniería en méxico, 400 años de historiade barro reguladores de humedad. Finalmente, en el rubro de entrepisos de inmueblesde dos o más niveles, el procedimiento era básicamente europeo con materialesnovohispanos: sobre los dos muros paralelos se colocaban dos vigas de arrastre, en lasque se montaban transversalmente vigas dejando entre cada una un claro que variabade uno, dos o tres anchos de las vigas seriales. El envigado se completaba con un entabladoo entarimado y un terrado de espesor variable pero uniforme, para servirle debase a un firme sobre el que se colocaban losas o ladrillos, o bien “una mezcla de cal yarena de tezontle”, con un buen acabado.Consecuencias medioambientales de la urbanizaciónDesde el momento en que se empezó a construir la ciudad capital, el consumo indiscriminadode madera tuvo una tendencia exponencial a través de diversas etapas,desde el hincado de pilotes hasta los acabados ornamentales y de consumo. De hecho,la deforestación al norte del valle anunció la desertificación del cinturón de bosques,antiguo orgullo prehispánico. Una idea de lo que alcanzó la tala inmoderadafue el caso de la viguería de la casa de Cortés, consistente en aproximadamente sietemil vigas de cedro. Sin embargo, uno de los aspectos positivos del uso de la maderafue el surgimiento de una nueva fuerza de trabajo y de artículos que entraron a formarparte de las artes menores o suntuarias. Entre las ocupaciones caracterizadas porla demanda de leña podían incluirse las panaderías, por su alto consumo, seguidaspor el proceso del maíz para tortillas que demandaba gran cantidad de combustibley volvía estéril el suelo por derramar nexayote. Estaban también las tintorerías, cuyonúmero iba en aumento y generaban gran cantidad de lixiviados.La rápida urbanización de la ciudad, la expansión constante de las áreas comercialesy la formación y concentración de barrios de artesanos traían consigo problemasde insalubridad y afectación ambiental, y convertían los terrenos baldíos en tiraderoscomunes. Tras la imposición de sanciones se pudo mejorar la imagen urbana,pero la costumbre de depositar la basura doméstica a las puertas de las casas creció.El Ayuntamiento publicó en 1526 un bando que prohibía arrojar o depositar basuraa las puertas de los domicilios, so pena de un peso de oro. Entonces los pobladorestomaron la costumbre de ir en busca de terrenos baldíos lejanos para arrojar sus desechos,haciendo crecer la mancha de basura, animales muertos, aguas sucias y cosasen descomposición, incluidos fetos. Frente al aumento de las multas a tres pesos deoro, los infractores convirtieron las acequias en contenedores de desechos sólidos algrado de que se azolvaron y entorpecían su tránsito. En el segundo semestre de 152620


capítulo i. siglo xviTrazo idealizado del canal construido pororden de Cortés a base de esclusasse crearon brigadas de indígenas provenientes de Xochimilco, Chalco, Texcoco yTacuba para librar las riberas del lago de residuos sólidos, y establecieron además unasevera vigilancia. Desafortunadamente, la respuesta de los pobladores no era nuncala esperada y siempre conllevaba más problemas de los que pretendían resolverse.Por ejemplo, el Ayuntamiento estableció multas a los propietarios de las casas conbasura, lo cual no siempre era culpa del propietario. Esto trajo consigo desconfianzae indignación por parte de los ciudadanos al Ayuntamiento, y tuvo que transcurrirprácticamente un año para entender que la solución era establecer sitios exprofesopara la basura.Aunque la ciudad era atravesada por una multitud de acequias y canales, y seencontraba en la margen de un conjunto lacustre, a menos de un año de fundada,la gente empezaba a padecer sed. Inicialmente el abastecimiento entre los peninsularessiguió la práctica indígena de acarreo en cauces urbanos mediante “canoas”.Posteriormente se establecieron dos tomas públicas, una de ellas en Santa Isabel (hoycruce de av. Hidalgo y eje central Lázaro Cárdenas). Al principio eso satisfizo la demanda,aún cuando el sistema se ensuciaba fácilmente por estar a cielo abierto.El 26 de agosto de 1524 se nombró a Juan Garrido como encargado de que elagua que venía de Chapultepec llegara limpia a la ciudad. El cuidado de la distribuciónrecayó en Juan Miles, quien fue designado guarda de agua de la urbe. Al principio,el servicio fue brindado por el Ayuntamiento sin ningún costo. Sin embargo,la demanda, el volumen y la frecuencia de solicitudes por parte de los propietarios21


ingeniería en méxico, 400 años de historiade huertas hicieron que las autoridades otorgaran las primeras mercedes de agua en1525, a través de licencias e imponiendo ciertas condiciones. Para que no se vieranafectados los pobladores urbanos se estableció que en la línea de huertas se dispusieradel líquido desde tres horas después del anochecer hasta tres horas antes delamanecer.En 1524 Cortés abandonó la ciudad de México para dirigirse a las Hibueras(hoy Honduras), lo que tendría un efecto negativo en la administración colonial,a pesar de que su representación la dejó en manos de los “oficiales reales”. Con estosempezó la corrupción administrativa y el acaparamiento de solares y huertas. Zuazo,lugarteniente de Cortés, por ejemplo, poseía cuatro huertas. Desafortunadamentecon esta práctica se incrementó, en cuestión de meses, la alteración del ecosistemaurbano y se redujeron las extensiones de ejidos. En el aspecto urbanístico, la amplitudde la Plaza Mayor solamente persistió por cinco años, pues en acta de Cabildodel 8 de febrero de 1527 se anota que el Ayuntamiento nulificó ciertas mercedes aloriente de la misma, acordando una nueva distribución. La Plaza Chica se redujo ala Plaza del Marqués (aproximadamente frente al actual Monte de Piedad). El restose seccionó en dos manzanas: una de seis solares (esquina de Guatemala y Seminario)que se entregaron a funcionarios del gobierno; mientras que en la otra se hicierontres medios solares por el lado de la Plaza del Marqués que se destinaron a tiendas de“tañedores” y tres más a funcionarios del gobierno.El cuidado del agua se volvió casi inexistente al autorizar el río de Tacubaya y elde Chapultepec para molinos de trigo. Un buen guarda del agua, Juan Garrido, fuedestituido para darle su cargo a Zuazo; y a Juan Miles, que tenía bajo su cargo el cuidadodel manantial de Chapultepec desde 1524, lo sustituyó Jorge de Xexas, con unapercepción de 350 pesos de oro, contra los 21 pesos y un tomín de Miles. En todoese marco de abusos administrativos que tanto afectaron a la ciudad, hubo algunosaciertos ecológicos, como procurar la limpieza de las acequias, evitar el tránsito decerdos por la traza urbana, mantener el cuidado de la alberca mayor de Chapultepecy nombrar un guarda de árboles. El renglón de ejidos, a pesar de su importancia parala ciudad, perdió sus funciones, pues la atención pública se centró en el alzamientode Jorge de Alvarado y de Gaspar Arias. Otro abuso fue la cesión de tierras despobladasen el suelo periférico para la construcción de haciendas a Alonso del Castillo,gracia desmedida, pues una hacienda equivalía a cinco sitios de ganado mayor, o sea,aproximadamente 8778 ha. Siguieron a esa donación las caballerías, cuya superficieequivalía a 609 408 varas cuadradas, es decir, un poco más de 42 ha. Incluso hastapequeños islotes pasaron a ser propiedad de particulares. Una innovación se dio22


capítulo i. siglo xvien los caminos rurales con el establecimiento de ventas y mesones. En seis meses seautorizó una venta en Pinavizapa, una más entre Taximaroa e Yxtalavaca (caminoa Michoacán), otra en Medellín y Villarrica, aparte de otra en la sabana de Chiltepeque,así como un mesón. Otro aspecto con una fuerte expansión consistió en lafundación y el levantamiento de ermitas que rápidamente se convertían en iglesiasen diversos rumbos de la traza.Esta serie de acciones, más negativas que positivas, se detuvieron cuando los cortesistasrecuperaron el poder el día 29 de enero de 1526.Los cortesistas retuvieron el mando hasta el retorno de Cortés, quien al verla inconformidad de los particulares por el abuso de las autoridades anteriores,rápidamente tomó cartas en el asunto. Tras escuchar quejas e investigar los archivos,decidió destituir alcaldes y regidores el 21 de junio de 1526. Inmediatamenteretomó varias disposiciones que verían por el bien de la urbe, como el cercadode solares para evitar que se convirtieran en basureros y el control del tránsito decerdos por la traza.Como ya se comentó, el problema de la basura se sancionaba con un peso de oro,para tratar de generar una cultura en el manejo de residuos sólidos. En el caso deáreas pobladas de la traza, se prohibía “lanzar agua sucia o cosas mortecinas a la calle,so pena de tres pesos de oro común”, y en caso de no encontrar al culpable se penabanlas cuatro casas más cercanas por encubrimiento.Se fijó un salario de cien pesos de oro anuales a Juan Rodríguez, albañil, para queevitara que se formaran lagunajos en las calles de la ciudad. Finalmente, al reforzar elproblema de los cerdos, se acordó que quien introdujera estos animales en la ciudadsin autorización sería multado, o bien, en caso de no existir un culpable, cualquierpersona los podía matar.23


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400visitadoresaños de historiarealesIngeniería en México400 años de historia400 años de historia Ingeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México (1526-1528)400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaLos visitadores, abiertamente contra Cortés, ordenaron primero queel mercado estuviera frente a la casa del peninsular, lo cual empeoróla sanidad urbana. Enseguida, tomaron varios solares declarados sindueño para beneficio del Ayuntamiento, con la idea de levantar la iglesia y el cementerio,además de erigir un hospital en un solar de la ermita de la Santa Veracruz (hoyav. Hidalgo) .A lo largo de su administración se presentó un desmedido crecimiento de la burocraciaineficiente y corrupta. Ante la inseguridad del cargo, la gente en el poderse quedaba con solares y huertas. En el caso de las fincas, un grupo favorecido fue ellocalizado “adelante de Chapultepec”. Del total de fincas, 21 estaban entre Chapultepecy Tacubaya, 23 entre Chapultepec y Coyoacán y 44 cerca de Coyoacán.25


ingeniería en méxico, 400 años de historiaRecursos socioeconómicosEntre los aspectos positivos de la colonización, se tuvo que a partir del momento en quedebido a la escasez y a los elevados precios de productos ultramarinos, los peninsulares seenfrentaron a la necesidad de establecer sistemas de abastecimiento alimenticio que losidentificaran con su ecosistema, y con ello organizar recursos socioeconómicos novohispanos.La explotación de actividades pecuarias, agrícolas, hortícolas y frutícolas ejercierondiferentes influencias, tanto en el uso del suelo como actividades y oficios en unadiversificación nunca antes sospechada, desembocando en pocos años en un programade asentamientos descentralizados que evitarían la saturación que se venía presentando.En el rubro pecuario, las ovejas habían crecido en su número de tal manera que, afin de que no siguieran agrediendo los ejidos, se otorgaron las primeras licencias paraguardar este ganado en zonas cercanas a los mismos, sin que estos fueran afectados.Para ello, las autoridades escogieron un terreno en el camino que conectaba Chapultepeccon Coyoacán, otro el área de Haguenita, de Tepetaoztoque y en la calzada deChapultepec. El resultado de esa medida llevó a aumentar el número de licenciaspara guarda de ovejas, incluso a tres leguas de la ciudad. Para 1528, se contaba connuevas especies, y se donaron nuevos sitios, ahora para aves.Para combatir el desempleo y la propensión al delito se crearon nuevas fuentesde trabajo e infraestructura semirrural. Algunos de los oficios que a la fecha no sehabían considerado, fueron los relacionados con la producción de quesos, como elbrie, generado por primera vez en América (en Iztapalapa), y el queso cabrales. Elqueso de vaca de sabor suave, por su parte, desarrolló una actividad circunscrita a losindígenas, con pocas variantes en oficios derivados de la leche. Se puede decir que elimpacto que estos tres productos tuvieron en la economía virreinal y en una nuevatecnología de desarrollo regional resultó enorme.Fueron varios los mesones que se promovieron, de tal manera que en poco tiempose reflejó en el desarrollo del entorno regional: uno en Chilula (Cholula) y otroen Cuertalavaca (Cuernavaca), además de una venta en un despoblado de Taximaroa(Michoacán) a siete leguas de dicho pueblo, como un ensayo para aprovechar el tráficooriginado por la expansión de nuevos descubrimientos, poblaciones y proyectosde caminos carreteros.Programa de salubridadEl problema de la insalubridad urbana llevó a los visitadores a nombrar a Blasco Hernández,único fiel de la ciudad, como encargado de llevar a cabo la limpieza efectiva26


capítulo i. siglo xvide las calles. El aseo citadino estaba correlacionado con las muertes de enfermos detifo, quienes eran arrojados de sus casas a la calle, a las acequias, a las riberas del lagoo en los montones de basura. Esto causó alerta a la población y alarma a las autoridades,razón por la cual, en acta del 3 de abril de 1527, se dispuso la obligación deenterrar dichos cadáveres con una sanción de diez pesos a quienes no lo hicieran. Dehecho, se hizo necesario emitir una serie de disposiciones que iban desde el controlde la basura hasta la sanidad en el manejo de los alimentos, algo verdaderamenteinsólito para la época, como sucedió con la higiene en la fabricación de pan y en elmanejo de la carne, señalando sanciones de seis pesos de oro común por la primerainfracción, y de 12 pesos de oro común en las subsecuentes. Con respecto al empedrado,se pidió a los vecinos que trazaran una corriente de desalojo de agua que enconjunto desembocara en la laguna, tanto para evitar encharcamientos como plagasde moscos. Su inobservancia se penalizaría con 12 pesos de oro. Una acción complementariafue que, para evitar que el agua para consumo humano en la urbe estuvierasucia, se prohibía lavar animales en el ladrón que alimentaba las canoas de abastohidráulico, imponiendo 15 pesos oro y 100 azotes al negro, indio o mozo que lohiciera. A esta acción le siguió designar un lugar para sacrificar reses con capacidadde realizar la venta de carneros y de cerdos, so pena de 15 pesos de oro si el comercioo la matanza se llevaba a cabo fuera del lugar. Con respecto al tema del agua, despuésde año y medio se volvió a tratar el problema del manantial de Chapultepec paraponerlo bajo el cuidado de Juan Díaz del Real, alcalde de dicha fuente y del cercadode Chapultepec, a quien se le otorgó licencia para que se aprovechara la leña seca dela arboleda para que pudiera sembrar trigo y vender pan, vino y otras viandas a losvisitantes. Las medidas proteccionistas también obligaron a los dueños de las huertascolindantes al manantial, a evitar que sus animales causaran daño a las albercasreguladoras. Por lo que respecta a la alberca mayor, se dio orden de cercarla dejandoun claro de doce pasos a su alrededor, con los propósitos de proteger los árboles y deque los paseantes tuvieran corredores sombreados.27


ingeniería en méxico, 400 años de historia400 años de historian México Ingeniería en México00 años de historiaIngeniería en MéxicoIngenieríIngeniería en MéxicoPrimera Ingeniería en en MéxicoAudiencia (1529-1530)Ingeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de hxico400 años de historia400 años de 400 años de historia Ingeniería en México400 años de historia 400 años de histoIngeniería en México400 años de historia 400 años de historia40000 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historia Ingeniería en Méxicoía en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiae historiangeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en MéxicoIngeniería en MéxicoAnte la situación conflictiva que privaba en la Nueva España, y con el propósito decambiar el régimen político-administrativo de la colonia, la Corona española decidióinstaurar en tierras novohispanas, una Audiencia que, si en un principio resultabaun acierto, se manejó con torpeza al designar a Nuño de Guzmán, uno de losmás desacreditados funcionarios desde la época de Cortés, como presidente de laAudiencia. Nuño persiguió a los partidarios de Cortés y se quedó con las pertenenciasdel conquistador y de sus antiguos amigos y empleados. No obstante, tratandode disimular la imagen de corrupto, Nuño pregonó el 4 de enero de 1529 que seredactarían las ordenanzas sobre el cuidado y la administración de la ciudad.Como se esperaba, la donación de solares y huertas fue irregular, lo que aumentópara fines de abril la concentración del suelo en manos de particulares y descarándosela agresión al medioambiente. En aproximadamente año y medio se expidierondocumentos de acreditación a varios titulares, de ellos, una buena parte en Chapultepec,Coyoacán y en Chinanta. La Audiencia le solicitó al rey que dictara en favor delAyuntamiento las tierras entre Tenayuca y Coyoacán, además de otras cosas.Uno de los mayores daños al suelo rural fue establecer el sistema de mesta a pesarde ser bien sabido que esta práctica de pastoreo errante había sido el desastre económicode España; esto, aunado a la prohibición de cerco de las tierras labrantías,conllevó al desastre económico de los agricultores, en su mayoría indígenas. Cuandola Audiencia vio que ya no podía seguir extorsionando a los pobladores de la urbe,recurrió a la innovación de avenirse de fondos por renta o por censo de las ventas,hostales y posadas, como las situadas en el camino nuevo a Veracruz y las de entreTepeapulco y Ozumba, etc. También anunció, el 7 de abril de 1530, que las tierrasentre la capital y la sierra de Tacuba y Azcapotzalco pasaran a formar caballerías.La inconformidad y las críticas acerca de la mala administración de la Audienciafueron tantas y tan graves, que no quedó a las autoridades municipales otra alternativaque tratar de dar a los pobladores la apariencia de buscar el bien de la ciudadmediante obras públicas y de tipo sanitario, para lo que el Ayuntamiento instalótubos de hierro para riego de huertas, estableció un horario para abasto de agua enesas zonas desde una hora antes de ponerse el sol, hasta el amanecer. Y como medidascolaterales prohibió instalar represas en áreas de huertas y obligó el uso de tornillos400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngen28


capítulo i. siglo xviiería en MéxicoIngenieríade hierroenparaMéxicoel gasto controlado de agua. En lo que respecta a la sanidad urbana,a en Méxicoistoria Ingeniería se emitieron en ordenanzas México acerca de la ubicación de tenerías y zahúrdas, además de400 años de historiaoria ria Ingeniería en reglamentarse México el uso de aguas.años de historia 400 años de historia400 años de historia Un acierto de la administración fue despojar a Cortés del cerro de Chapultepec400 años de historiay dejarlo 400 años para de historia la ciudad, con lo cual, el primer pulmón de la urbe al pasar al Ayuntamientodejó de ser particular.No obstante estas últimas acciones de la Primera Audiencia, los informes recibidospor Carlos V acerca de ese cuerpo de gobierno resultaron tan abundantes y negativosque no hubo otra respuesta que intentar una nueva forma de administraciónque lo representara en las tierras de América: un virreinato para lo cual se nombróuna Segunda Audiencia, con el propósito de enmendar los errores de la anterior yrecuperar el orden real.Segunda Audiencia (1531-1535)400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en MéxicoIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historia400 años de historia400 años de historia Ingeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México 400 años de historiaEntró en funciones en enero de 1531, fungiendo como presidente Fray SebastiánRamírez de Fuenleal, obispo de Santo Domingo, y como oidores: Juan Salmerón,Alonso Maldonado, Francisco Caynos y Vasco de Quiroga. Sus instrucciones precisasabarcaban básicamente aquellos temas que habían caracterizado los abusos de laprecedente. La respuesta rebasó toda sospecha, por lo que hubo urgencia de elaboraruna serie de acciones para reestablecer a los demandantes sus solares. Le siguió elseñalamiento de términos de ciudades y villas, así como, en lo referente a la sanidadpública, buscar los lugares convenientes para la concentración de basura, antes de sudestino final. Además se programaron visitas a los ejidos, sitios para ovejas, heridosde molinos y otros aspectos de la infraestructura novohispana, que dieron comienzoen 1531. Dos problemas eran los más graves: la agresión por invasiones de ganado yla contaminación y el desvío, por parte de particulares, de los ríos que alimentabanlos pastos. Ante lo crítico de ambas situaciones se dispuso el 23 de marzo de 1531 integraruna comisión con Diego Rodríguez, alguacil de campo, quien fue sustituidopoco después por Juan de Ronda, al cual se le encomendó además vigilar el cercadodel sistema hidráulico de Chapultepec, así como controlar el aprovechamiento deagua para la zona de huertas. El abuso de las vías fluviales en zonas ejidales trató deIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia29


ingeniería en méxico, 400 años de historiaevitarse en 1532 bajo amenaza de al menos diez pesos oro de multa. Por su parte, elcelo administrativo aumentó su presión en la evacuación de ejidos invadidos, al acortarlos plazos e incrementar las multas respectivas hasta en 50 pesos de oro común.Sin embargo, aunque la amenaza no dejaba de ser un medio eficaz para obedecer lasordenanzas, la burocracia, la corrupción y el recurso de atribuir responsabilidades aquienes no les correspondía, hicieron que este tipo de disposiciones no se aplicara. Aestos problemas les seguían otros, como el de la basura, para lo cual el Ayuntamientoemitió el 4 de agosto de 1533 la ordenanza respectiva.Otra problemática, cada vez más agresiva, fue la insalubridad representada porlos rastros y las carnicerías. La labor sanitaria empezó con el rastro de Iztapalapa y,acto seguido, en todas las carnicerías de la ciudad, limpiando y barriendo cualquierlocal, además de espolvorear cal molida en el suelo después de limpiarlo. Dichos establecimientosse caracterizaban por carecer prácticamente de paredes para orear lacarne durante las horas de venta. De ahí la obligatoriedad de instalar “cámaras deaire”, cajas rodeadas por cuatro lados de barras delgadas de madera, espaciadas de talforma que el viento pudiera penetrar a través de una tela delgada. En su propósitode corregir entuertos, el Ayuntamiento brindó gran atención a las quejas del polvo ybasuras volátiles que invadían a la ciudad por la tala inmoderada. Por ello, se emitióla disposición inmediata de prohibir terminantemente cortar árboles dentro y fuerade la traza “so pena de incautar la herramienta y veinte pesos o castigo físico”.Por otro lado, en poco tiempo los montes circunvecinos se convirtieron enlos abastecedores de leña en un mercado irregularmente distribuido en la traza ydespués en la Plaza Mayor. Su demanda, tanto en obras públicas como en las particulares,vinculada con artículos suntuarios, repercutió en el precio, por lo que serecurrió a traerla de sitios cada vez más lejanos, como Chalco y el actual río Frío,con la consecuente depredación. El volumen de este insumo, así como las constantesquejas de la tala inmoderada hicieron que la Segunda Audiencia le ordenara al alcaldeRuy González, al alguacil mayor Bernardino Vázquez de Tapia y al regidor LopeSamaniego, regidor, llevar a cabo visitas en las serranías cercanas y circundantes alvalle, e informarle del estado en que se encontraban. La respuesta fue tremenda: lasfaldas de los montes estaban taladas completamente, lo que planteaba un problemadoble y con igual urgencia de respuesta; por un lado, la obligatoriedad de satisfaceruna demanda urbana y, por otro, ponerle remedio a la deforestación. El primeraspecto se resolvió con Cuajimalpa, cuya capacidad aprovechable parecía óptima,pero para que fuera rentable se propuso seguir el consejo de establecer un sistema deexplotación funcional y extraordinario para su época al haber procedido a estimar30


capítulo i. siglo xvivolúmenes de corte y ordenar trazar caminos de acceso y carga. En cuanto al segundoproblema, se anunció mediante un pregón que pronto entraría en funciones unaordenanza encauzada a la conservación de los bosques y montes. Además de ello,en 1532 se trajeron especies oriundas de Castilla y se plantaron vides en superficiesmayores. También se prohibió que labraran en las tierras ribereñas lacustres en razónde la deshidratación cada vez más severa. Debe señalarse que una de las acciones másimportantes de esta Audiencia fue su ensayo de expandir y fortalecer los puntos dedesarrollo introduciendo nuevos cultivos y transformando el paisaje novohispano,lo que dio lugar a innovar formas arquitectónicas y patrones de asentamientos urbanos,como fue el caso de la fundación de la ciudad de Puebla en 1531.31


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400Antonioaños de historiade Mendoza,Ingeniería en México400 años de historia400 años de historia Ingeniería en Méxicoprimer virrey (1535-1550) 400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaCarlos V sopesó la conveniencia de que todos los virreyes fueran salidosde la máxima nobleza española por ser, en cierto aspecto, más confiables,ya que por sus fortunas resultarían menos propensos al cohecho(aun cuando años más tarde se vio que no fue así). Así pues, el 17 de abril de 1535Carlos V nombró por tiempo indeterminado a Antonio de Mendoza, primer virreyde la Nueva España, con un salario lo suficientemente alto como para evitar su enriquecimientoilícito, percepción que se tasó en 6000 ducados al año.Las atribuciones cedidas al representante real se circunscribían a tres órdenes:militares, civiles y judiciales; sin embargo, ese poder que parecía omnímodo no lofue tanto al habérsele señalado limitaciones relacionadas con la corrupción. Asípues, no podía hacerse construir casa, pues había obligación real de ocupar la cedidaconforme a su cargo, incluida en este rubro la de campo. Las limitaciones se extendíaninclusive a los parientes, ya que ni a estos ni a sus esposas les estaba permitidoparticipar en entierros ni en matrimonios y, menos aún, aceptar ser padrinos de bautizoni recibir regalos.Don Antonio de Mendoza se caracterizó por haber puesto los cimientos administrativosy tecnológicos europeos en conjugación con los de los antiguos pobladoresdel Anáhuac, a fin de desarrollar una ingeniería sincrética que trazó el caminopara configurar a la Nueva España como el más rico virreinato español. Además establecióel acercamiento hacia los indígenas que, “como verdaderos dueños que habíansido”, fueron recibidos por él en audiencias ordinarias con dos o tres intérpretes,como antecedente del Juzgado de Indios. Esto acarreó la estimación de los naturalesy de los pobladores de la traza que veían con agrado el establecimiento de hospitales,caminos, casas para huérfanos, escuelas, puertos, minas y fortificaciones, así como33


34el inicio de nuevas expediciones, el registro de patentes de inventos y la fabricaciónde maquinaria, incluida la elaboración de molinos y fraguas para incrementar laproducción de oro y plata, entre otros temas. Antonio de Mendoza tomó ademássus precauciones frente al riesgo que significaba la fuerza eclesiástica para una administracióncivil, y entre sus primeras disposiciones estuvo suspender la ejecución deiglesias y monasterios sin previa justificación.


capítulo i. siglo xviLas primeras ordenanzas y el cuidado de la ciudadCinco días después de haber arribado el virrey a la ciudad de México, en noviembrede 1535, y respetuoso de las instrucciones del rey, les pidió a los regidores BernardinoVázquez de Tapia, Francisco de Santa Cruz, Gonzalo Ruiz y Ruy González quele informaran de la situación en la que se hallaba el gobierno de la Nueva España; ladescripción resultó inquietante. Para establecer un primer orden, emitió una ordenanzael 27 de noviembre de 1535, que estipulaba el censo de la población española.En lo que respecta al orden urbano, señalaba en el inciso (a) “que los solares queestán dados en la calzada de agua, donde ahora es San Lázaro, se terminen las casasque están comenzadas, respetando el proyecto de la traza, para que no haya casas enlo que va a ser calle”. Y para legalizar la propiedad de los mismos, dos días después sepregonó la obligatoriedad para aquellos que detentaban solares, de presentar los títulosde propiedad, “o en caso contrario, serían declarados vacantes”. Con el propósitode correlacionar lo que aseguraban, tanto los poseedores como los solicitantes, seemitió un bando el 21 de enero de 1536 para que se presentaran títulos de propiedada fin de cotejarse con las “memorias de los vecinos recibidos” durante 1532-1535.Por otro lado, para ponerle remedio al caos que privaba en las calles, dispuso queRuy González, regidor de la ciudad, se encargara de ese trabajo. González le informó,antes de empezar su labor, que el mal estado de las calles se debía al tránsito decarretas pesadas que lesionaban a tal grado el suelo, que “adobarlas” no sería remedio,pues la presión de las ruedas provocaba que el caño se quebrara; de ahí la necesidadde regular el tránsito y ver lo relativo al encañado.El área periférica también era un problema mayor debido a la cantidad de disputasentre los propietarios ante lo confuso de los términos de linderos. Eso condujoa que el virrey, en el Cabildo del 9 de marzo de 1536, obligara a los propietarios amantener interlinderos de “treinta pasos” entre su propiedad y la más cercana. Conscienteel virrey de que esa ordenanza solo resolvería parcialmente el problema, decidió,para donaciones futuras, establecer un padrón de medidas ilustrado que evitaraconflictos por posesión, áreas y linderos. A continuación se presenta una síntesis:Sitio de ganado mayor: un sitio de estancia de ganado mayor es un cuadradode 5000 varas mexicanas por lado y un área de 25 millones de varascuadradas.Criadero de ganado mayor: es un cuadrado igual a la cuarta parte de unsitio de ganado mayor, que tiene por cada lado 2500 varas y su área es de6 250 000 varas cuadradas.35


ingeniería en méxico, 400 años de historiaSitio de ganado menor: un sitio de estancia de ganado menor era un cuadradode 3333 varas y 1/3 por lado, y un área de 11 111 111 varas cuadradasy 1/9 de vara cuadrada.Criadero de ganado menor: era un cuadrado igual a la cuarta parte del sitiode ganado menor que tenía por lado 1666 varas y 2/3, y cuya área era de 2777 777 varas cuadradas y 7/9 de vara cuadrada.Caballería de tierra: era una figura geométrica de un paralelogramo de ángulosrectos de 1104 varas los lados mayores, y 552 varas los menores; loque equivalía a un área de 609 408 varas cuadradas.Suerte de tierra: era la cuarta parte de la caballería de tierra. Su figura geométricaera similar a la de la caballería, o sea, 552 varas de largo y 276 de ancho,por lo que su superficie resultaba de 152 352 varas cuadradas. A su vez, unacaballería de tierra se subdividía en doce fanegas castellanas de “sembradurade maíz”, y tenía 276 varas de largo por 184 de ancho, dando por tanto unasuperficie de 50 784 varas.Fundo legal: era un cuadrado de 1200 varas cuadradas.Como adición se incluía un apartado en el cual se hacía mención de las tierrasdestinadas al cultivo del trigo, cuyos nombres fueron comunes a lo largo del periodovirreinal: “pan sembrar”, que eran las de trigo de “aventurero”; “pan coger”, queeran las de temporal; y “pan llevar”, que correspondían a las de riego. Cada especiede estas tierras tenía diferentes precios y se regulaban según sus parajes, calidades,distancias y condiciones que las caracterizaban. El término “pan”, muy común enese siglo, causó serios problemas, especialmente en la agricultura por haberse aplicadoa otras gramíneas, como llamar “pan centeno”, “pan cebada”, etc., desde su nacimientohasta su corte. Lo que no tuvo comparación cuando se trataba del pagode renta en especie y en los contratos por heredades respectivos donde se asentaba:“pan por mitad”, si se trataba de igual proporción de trigo que de cebada; o bien“pan terciado”, es decir, dos terceras partes de trigo por una de cebada. Tambiénhabía otras tierras: las destinadas a la siembra de pastos, como las correspondientesa lomas, cerros y barrancos.En 1533 Carlos V había emitido una cédula relacionada con el uso del suelopara generar un proyecto de infraestructura rural en el Altiplano mexicano paraespañoles e indios. La traza de los llamados “pueblos de indios” corrió a cargo de36


capítulo i. siglo xvifrailes, así como su administración, mientras que la ejecución de la infraestructurala hicieron los naturales. Debe señalarse que en estos pueblos, además de una iglesia,una casa de gobierno y una escuela, se debía contar con un hospital y con tierrascomunes.El circulanteConfigurar el virreinato no resultaba fácil para De Mendoza, quien se veía obligadoa enfrentarse a presiones sociales cada vez mayores, como la de los comerciantes queestaban desesperados por la falta de moneda circulante y la irregularidad en materiade cambio. Para solucionar este rubro, se solicitó a la Corona el envío de maravedíesreales y maravedíes medio reales. Sin embargo, por existir una situación caótica,prácticamente desde la época de Cortés, las cosas se complicaron, pues en muy pocotiempo las monedas que tenían los conquistadores: castellanos, doblones, ducados,escudos de oro o coronas, dobles y blancas dejaron de circular, y se atesoraron enrazón de que entre más escasas las monedas, mayor era su valor. Esto condujo a suplirlaspor símbolos monetarios, como “barras”, “tejos”, o polvo de oro o de plata.Mientras llegaba de la Península la cédula real, el virrey dio a conocer una ordenanzaen el que el peso de tepuzque se dividía en 8 reales, y cada real en 34 maravedíes o 12granos. Al llegar por fin la “Real Cédula de las casas de la moneda y ordenanzas dobles, ydel valor y los quilates de oro y de plata y sus reales, y de los oficiales de las casas y de fundición”,firmada en Madrid el 11 de mayo de 1535, para dar lugar a la aparición de unanueva tecnología y sus respectivos oficios: tesorero, fundidor, ensayador (encargado deprobar la calidad y volumen de metales preciosos en las monedas), marcador, balanzario,blanquecedor, tallador, además de afinadores, acuñadores, vaciadores y hornaceros.Hablando de aguaConforme avanzaba el Virreinato, el arribo de inmigrantes contribuyó a desequilibrarel suministro de agua. El virrey concluyó que la falta de padrones técnicos erala causa. Así pues, en 1536 fue expedida por la primera ordenanza sobre medidas detierras y aguas en América:Buey de agua: abertura cuadrada de una vara por lado. Como una varaconsta de 48 dedos o de 66 pulgadas, su superficie también será de 2304dedos cuadrados, o 1296 pulgadas cuadradas.37


capítulo i. siglo xviLos conductos principales se conocieron como el eje de Tacuba y el eje de SanFrancisco. Con ello, la población empezó a disfrutar del privilegio de disponer aguadentro de sus domicilios en mayor cantidad. Al cabo de un tiempo, sin embargo, elagua volvió a escasear, mientras que las enfermedades gastrointestinales presentaronun aumento alarmante. El gobierno virreinal no entendía la causa, pues la red respondíaa patrones de calidad en todos los sentidos. Lo que empezaba a presentarseera una problemática de larga permanencia: la ciudad se hundía, lo que se agravabapor las pesadas construcciones españolas y por haberse extendido el área urbana azonas falsamente consolidadas.Las depresiones se manifestaban en dos formas: la pérdida de verticalidad en lasconstrucciones, y en fracturas de los propios inmuebles, del acueducto y de la red subterráneade agua, con la consecuente pérdida de líquido. Una de las soluciones que seprobaron consistió en instalar ductos de barro recocido al doble vidriado, pero no funcionó;otra, en sustituir la tubería de barro por metal pero resultaba demasiado caro,así que hubo que buscar otra solución. Finalmente se escogió la de colocar la tubería debarro en una atarjea y cubrirla con losas, lo cual al principio redujo el número de fracturas,pero la disminución del caudal y el aumento de las humedades locales hicieronpensar en otra respuesta: recurrir a una atarjea reforzada con una cama y cerrada conlosas. En el caso de nuevas averías, la contaminación del agua se podría evitar mediantela construcción de las paredes de la atarjea con materiales porosos como piedra pómezy tezontle (incluida la argamasa), mismos que funcionaban como filtro de aguas contaminadas.Un segundo recurso consistió en que los módulos de la tubería de barro siguieransiendo de una vara mexicana pero con juntas machihembradas y retacadas conestopa, brea y aceite grueso. La mezcla se endurecía sin solidificarse, permitiendo unapequeña flexibilidad en la unión que, sumada a la continuidad de tubos, daba una toleranciaexcelente ante las prolongadas y abundantes catenarias. Si bien las fracturas en laatarjea conductora no se evitaban, no sucedía lo mismo con las guías transportadorasde agua. Tal vez sin pensarlo se había logrado la tubería flexible. Cuando la red de aguaempezó a dar el resultado esperado, el abastecimiento de agua dejó de ser gratuito, y yacon un caudal mayor de abasto y un mejor sistema de distribución el Ayuntamientootorgó más mercedes bajo las mismas condiciones: licencia, volumen acorde con lasnecesidades reales y que los solicitantes sufragaran el costo del encañado, para lo que elAyuntamiento exigía una fianza que cubriera los gastos efectuados.Continuando con las grandes obras, en un viaje de observación por los cuatro barriosindígenas en 1537, el virrey pudo apreciar un caos citadino insólito: los naturaleshabían perdido prácticamente en una década el orden urbano en el que vivieron.39


ingeniería en méxico, 400 años de historiaEse panorama sirvió como punto de partida para una serie de disposiciones que, enconjunto, constituyeron uno de los proyectos más extraordinarios de su tiempo: sanearuna inmensa área desde aproximadamente lo que hoy es el eje Lázaro Cárdenashasta más allá “del Chapitel” (hoy Izazaga), y de la actual avenida Hidalgo hasta loque podría ser la prolongación en línea recta de la avenida Guerrero. Transcurrieronocho años para llevar a cabo el proyecto, y lo primero que se hizo fue trasladar a losindígenas hacia los ejidos de Coyoacán por ser amplios y ricos en pastos. Esto no leagradó al Ayuntamiento, pues eran áreas destinadas al ganado, por lo que fueronreubicados por el rumbo de San Antonio Abad, o sea, en tierras afectadas por loslixiviados de las tenerías. Una vez evacuada el área, se diseñó una retícula de drenestrazados de tal manera que los derrames desahogaran a través de esclusas a una seriede canales que a su vez descargaran los excedentes en la acequia de San Juan y de ahía la salida natural de Santa Ana (Peralvillo). Aunque pronto apareció otro problemaconectado directamente con los drenes, pues los hoyos rellenados empezaron a contraerseapareciendo grandes depresiones que se convirtieron en marjales.Una nueva ingenieríaFelipe II le ordenó al virrey la construcción de una catedral en la ciudad de Méxicopara convertirse en la principal iglesia de un virreinato modelo. El virrey de inmediatoencargó en 1544 la obra al arquitecto Claudio de Arciniega, cuyo plano resultóun alarde de ingeniería por tratarse de un edificio de cinco naves, es decir, una centraly una procesional a cada lado de esta, y cerrando el conjunto, las naves paralelas quealbergarían las capillas. Tendría siete puertas, una torre en cada una de las esquinas ycuatro claustros que “cerrarían en cuadro el perímetro del recinto”.Una sorpresa general fue saber que en la monumentalidad del proyecto no secontemplaba una cúpula, sino únicamente techos corridos a base de madera, puesArciniega pudo apreciar el problema que significaba desplantar un edificio de talmagnitud sobre un subsuelo fangoso y aparentemente consolidado, sujeto a hundimientosy a eventos telúricos de magnitudes alarmantes, por lo que de existir, lacúpula catedralicia estaría exactamente sobre una catenaria de gran riesgo.La ingeniería de tipo religioso tuvo su origen prácticamente en 1524, con variacionesque respondían a las áreas de influencia en las que se dividió la urbe para su atenciónespiritual; de ahí la caracterización de la cimentación, la construcción estructurale incluso la ubicación de las parroquias, iglesias, capillas y ermitas que, en conjunto,constituyeron el mayor volumen de inmuebles no particulares del siglo XVI.40


capítulo i. siglo xviPrimeros ejes básicos de la red subterráneade agua hacia 1535. Se conocieron comoeje de Tacuba y eje de San Francisco.Intento de un plano reguladorEl virrey Mendoza no descuidó la atención a la ciudad capital durante los quinceaños de su administración, con la consideración de tres factores básicos: aire, aguay basura. En cuanto al aire, procuró que las calles no tuvieran impedimento algunoque evitara el libre tránsito del viento. Respecto al agua, enfocó su atención a la evacuaciónde residuales, para lo que ordenó que las calles se aderezaran de tal forma41


ingeniería en méxico, 400 años de historiaque pudieran captar al centro de la entrecalle las aguas grises a través de un tendidode albañales, y proteger su ingreso con una rejilla que impidiera el acceso de basurasmayores; por los caños debía salir exclusivamente el agua llovediza. En lo referentea los excedentes domésticos ordenó que ningún habitante arrojara basura “so penade tres pesos de oro de minas”, así como “que todos los vecinos adoben sus casas paraevitar que los desperdicios contaminen los caños de agua” y “que ningún vecino laveen las calles, so pena de tres pesos de oro de minas”. Sin embargo, la basura continuóinvadiendo calles y plazas, razón por la que el Ayuntamiento endureció las órdenesal señalar que el almotacén “limpie las calles a costa de las personas que las han ensuciado,pues debido a la suciedad y al polvo hay enfermedades”. Esa expresión hacíareferencia a la secuela de la terrible epidemia de cocolixtle de 1545 (enfermedad aúnno identificada a la fecha) que alcanzó unos 400 000 fallecidos en siete meses, segúnTorquemada, tan solo en un perímetro de 10 leguas a la redonda de la ciudadde México, mientras que los muertos ascendieron a 800 000 en todo el territorio.Conviene señalar que las brigadas de auxilio en la ciudad estuvieron bajo el cuidadoy atención personal del virrey.Por otro lado, las tenerías eran causa de problemas de insalubridad por el manejode residuos perecederos; así pues, se sujetaron a visitas y a concentrarlas en sitios dispuestospor el Ayuntamiento, uno de ellos, el rumbo de San Antonio Abad en el casode nuevas licencias. Las inspecciones no se limitaban a saber sus condiciones sanitarias,sino a localizar las que funcionaran arbitrariamente a fin de tirar lo construido.Así sucedió con una tenería localizada frente a la iglesia de San Hipólito.Otra comercialización de afectación a los mantos freáticos fue la cervecera, cuyaprimera fábrica se estableció en la ciudad en 1544.Atención a los abastecedores de la urbeEl aumento acelerado de la población en la periferia empezó a convertirse en un problema.Aunque ya se había emitido la ordenanza sobre aguas y tierras, el uso, disfrutey abuso del suelo limítrofe se complicaba cada vez más, por lo cual se hizo saber quenadie podía marcar un sitio para pastoreo de ganado mayor sin previa consulta conel Ayuntamiento; el ejido de Chapultepec fue uno de los más sujetos a invasiones. Elnombramiento de Juan Gallego, guarda del caño de agua de Chapultepec, se amplióa las áreas aledañas. La vigilancia administrativa se fue aplicando progresivamente aotros ejidos; por ejemplo, al de Coyoacán, para lo que se nombró un guarda y alguacilde campo, designación que cambió en 1539 al de alguacil de ejidos. La atención a42


capítulo i. siglo xviesas áreas no solo se circunscribía a comprobar y corregir afectaciones, sino tambiéna cuidar su irrigación mediante el uso de alcantarillas.La atención del virrey se diversificaba en múltiples rubros, por ejemplo, en lainfraestructura caminera, como las rutas al puerto de Acapulco y a la ciudad deOaxaca, las de la ciudad de México a las de Michoacán, Colima, Jalisco y Pánuco; lareparación de las de México a Veracruz; y la apertura de caminos para ir a las minasde Taxco, Sultepeque y Zumpango.Depredación forestalLa tala inmoderada que se inició a partir de 1524 alcanzó en los primeros años delgobierno del virrey, volúmenes de alerta cuando en 1538 se presentó tala en la zonade huertas urbanas, aunque se logró salvar gran parte de los árboles gracias a la vigilanciay prohibición inmediata. Casos desafortunados de extensas talas fueron lasinmediaciones de la capital en la zona, entonces boscosa, de Santa Fe, la sierra deCuajimalpa, y los montes de Coyoacán y Chalco, entre 1538 y 1550. Fue tal el efectode la depredación que, entre sus últimas acciones, el virrey emitió importantesdisposiciones en 1550: la prohibición de cortar leña sin licencia y una estipulaciónpara el uso de madera de roble, encino y pino, así como un control de venta. Aúncuando las disposiciones frenaron hasta cierto punto los abusos, se empezó a presentaruna fuerte demanda de tierras de labor, especialmente por parte de los naturalesque pudieran abusar de los sitios arbolados, por lo que el virrey señaló la cantidad desementeras permitidas en los pueblos para la siembra de maíz y de trigo, así como laprohibición de los ingenios de metales y minas a 15 leguas de la ciudad.Nueva industria para el Nuevo MundoDebido a la importancia que los colorantes adquirían progresivamente en la penínsulaibérica, se desarrolló la industrialización de este campo. Entre las instruccionesreales a don Antonio de Mendoza destacaba el empeño que debía mantener con lagrana, el añil y el pastel, con el propósito de ser industrializados, pero con énfasis eneste último, que podría cubrir un buen rango de exportación por su precio.Debió haberse desarrollado un programa de cultivos, porque entre 1537 y 1545los pueblos productores de pastel, incluidas sus tierras aledañas, eran Coatepec,Ucila, Jalapa, Xichochimanco, Tlacolula, Hueycale, Xalacingo, Colipan, Naolingo(Naolinco), Chapultepec, Totonchan, Tomololo, Almería, Nopaluca y Tangatepec.43


ingeniería en méxico, 400 años de historiaSistema para abasto de agua en el que se apoyó lared subterránea de la urbe y que puede considerarsecomo antecedente de la tubería flexible actual.No obstante el desarrollo alcanzado, su aclimatación y cultivo, los beneficios obtenidosno fueron lo que se esperaba, pues tan solo dejaron 13 853 pesos para la RealHacienda. Quizá por la dispersión geográfica de los productores o por la falta deinterés de las autoridades, los indígenas empezaron a ser víctimas de los abusos delos españoles que dirigían el cultivo del pastel o glasto; así se lo hicieron saber alvisitador Tello de Sandoval en 1547, lo que desembocó en que se abandonara definitivamentela explotación del pastel en septiembre de 1563.Por otro lado, las industrias mayores tenían escasamente tres décadas de habersido creadas, cuando Cortés estableció seis líneas de manejo industrial para la NuevaEspaña con un horizonte de larga permanencia en la historia de México, que fueronlas del azúcar, el trigo, los textiles, la seda, la minería y el papel.La explotación del azúcar como empresa agroindustrial tuvo una enorme importanciaen el contexto novohispano, en especial durante el Virreinato, tanto porlos capitales que requería como por la tecnología a la cual se recurrió, así como porel beneficio a las comunidades indígenas. En pocos años la tecnología fue variandoconforme el producto obligaba un cambio en el proceso respectivo, razón por lacual la actividad se dividió en ingenios (procesadores de azúcar refinada) y trapiches(procesadores de azúcar morena, panela y mieles). Y en la tecnología aparecieron losmolinos de tres rodillos denominados moledores o mazas que iban colocados verticalmente,uno junto a otro a una distancia que permitía la introducción simultáneade dos cañas entre ellos. Los cilindros se asentaban en un banco de madera con suscentros en el mismo eje. Se puede decir que se trataba de grandes máquinas mecanizadasadaptadas sincréticamente al país con madera de tepehuaje.La fuerza motriz que impulsaba el molino era transmitida a la maza central porun eje, y posteriormente a las laterales, mediante un sistema de engranaje colocadoen la parte superior de los rodillos. En ese aspecto las muescas del rodillo central seengranaban con los rodillos laterales de tal manera que, al girar en sentido opuesto,permitían que la caña se moliera en forma doble extrayendo más jugo. El espacioentre las mazas se regulaba de acuerdo con el grosor de la caña que se iba a moler.Dado que la estructura era de madera, los encargados de montar, mantener, conservary reparar eran varios carpinteros de los cuales dependían factores, tales como laperfección con la que estaban elaborados, las partes adicionales que los componían,la calidad y la clase de la madera utilizada, la fuerza de tracción (animal o hidráulica)y el número de piezas metálicas que empezaron a innovarse.Hacia 1536 se configuraron tres importantes ingenios: el de Tlaltenango dela familia de Cortés, el de Axomulco de Antonio Serrano Carmona (el primero44


ingeniería en méxico, 400 años de historiaCon respecto a los textiles, el manejo y la transformación del algodón, y mástarde, de la lana y la seda, fueron en realidad el punto de partida en el sincretismo dela mecánica indígena y de la española, que desembocaría más tarde en la ingenieríamecánica. La diversificación de telas y a la vez de tejidos provocó que hacia 1535 seestablecieran dos tipos de talleres: de lana y de algodón, con capacidad suficientepara una producción textil con la calidad deseada. Surgieron así las especializacionesconforme los productos se multiplicaban (huipiles, rebozos y enaguas de lana, porejemplo). La complicación en el manejo de los telares al convertir la urdimbre enindependiente de la textura implicaba trabajar en una “mesa o máquina de tejer”, esdecir, un telar horizontal de ancho igual al de la tela. Como resultado de las innovacionesrespectivas surgieron dos nuevos oficios, los tejedores de telar ancho (paralana) y los tejedores de telar angosto (para algodón).Hacia mediados del siglo XVI se registraron en Tlaxcala trescientos cincuentacontratos laborales, con lo que surgieron oficios que pronto entraron aser parte del lenguaje tecnológico: hiladores, tejedores, tintoreros, bataneros ytundidores.Entre los procesos mecánicos delicados más importantes estaba el hilado. Lamesa o máquina de tejer se denominaba “astilla”, y cada paño según la calidad y el númerode hilos necesitaba una astilla diferente. La textura comenzaba con el montajede la cadena, previamente urdida sobre la astilla del tejedor, misma que se inmovilizabadurante varias horas antes de empezar a tejer la trama y a tensar. Dos individuos,sentados uno junto al otro a cada lado de la astilla, hacían pasar los hilos de la tramaalternadamente por toda la urdimbre, utilizando la lanzadera con una canilla de hilode trama enrollado. Batanar consistía en accionar hidráulicamente un eje horizontalde madera que permitía su giro mediante un conjunto de álabes que levantaban ydejaban caer pesadas mazas de madera a fin de que el tejido adquiriera cuerpo y homogeneidadpor movimientos uniformes.Los dueños de talleres u obrajes se convirtieron rápidamente en los primerospromotores de una mecanización en procesos de tipo industrial, siendo su importanciaen la economía local, acorde con el número de telares, empleados y contratoslaborales; estos últimos a partir de 1527. Algunos ejemplos de estos promotores fueronTomás Alonso Gómez, que contaba con 186 operarios para 18 telares; Pedro deIta, con 146 trabajadores; Bartolomé de la Torre, con 130 empleados y 10 telares; yDomingo de Oporto, con 83 empleados y 10 telares.Los textiles empezaron a exportarse a Guatemala, a otros lugares de Centroaméricay al virreinato de Perú. La calidad de los artículos estaba garantizada a través de46


capítulo i. siglo xviordenanzas y de visitas de veedores, además de una marca registrada que indicaba laprocedencia (México) y un troquelado con las armas de la ciudad.Por otra parte, el impulso de la industria de la seda fue una preocupación constantedesde que en 1524 Carlos V emitió la ordenanza para su beneficio en la Nueva España.Aunque la plantación de moreras tenía algo de tiempo, no fue sino hasta 1528cuando se tuvo el propósito de desarrollar una actividad de tipo mecánico–industrialcon ese cultivo.Debido a que se buscaba una calidad que pudiera competir contra las telas extranjeras,los técnicos novohispanos junto con los sederos y los terciopeleros consideraronla conveniencia de modificar el telar de pedal mediante la añadidura de unamanivela y un pedal a la rueda de bobinas, a fin de dejar en libertad la mano del operadoren el manejo de la hebra. Con ello, el modelo correspondiente a “los telares deterciopelo de pelo y medio, y de dos pelos” se mejoró notablemente. En un tiemporelativamente corto, la seda conllevó a una infraestructura regional que daba empleoa mucha gente y a una actividad colateral especializada: la sericícola, con especialconcentración en la zona mixteca de la antigua Antequera (Oaxaca).El beneficio económico, al elevarse la producción de la seda novohispana, hizoque el Cabildo controlara en forma de monopolio el mercado y los precios, estableciendoal mismo tiempo la garantía de calidad. La transformación de seda cruda entafetanes, gorgorantes, terciopelo, etc., solo estaba permitida en la traza de la capitalsin incluir los barrios aledaños a la ciudad ni la provincia, conforme la ordenanza delvirrey De Mendoza en 1540.En el caso de la minería, los yacimientos de oro, plata, estaño, cobre y fierro, enconjunto, respaldaron la industria de la fundición, a la vez que el poblamiento demúltiples puntos del interior como Tlalpujahua (Michoacán), en cuyos alrededoresse fundaron los pueblos de San Lorenzo, San Francisco, los Remedios, Santa María,Tlacotepec y Tlalpujahuilla; y destacaron Guanajuato, Taxco, Zacatecas, Pachuca,Guadiana, Durango y Monclova.En general, el enfrentamiento tecnológico llevó a desarrollar una inventiva diversificada.Tal fue el caso de Álvaro López, quien produjo aguafuerte para el apartadode metales finos (1525-1526); o bien en el aspecto de la fundición, Antonio GarcíaSaldaña (1533) y Rodrigo Alsón (1535); y Juan de Placencia, que introdujo diversosartificios para molienda y fundición en 1535; además de los aparejos y las “industrias”de Pedro Farías, Martín Verger y Cristóbal Keirser para minas de plata, en 1536.Miguel Pérez Alemán fue el primero a quien el virrey Antonio de Mendoza leconcedió privilegio, o “primera patente de invención en México” (1544). En su47


ingeniería en méxico, 400 años de historiasolicitud le informaba al virrey, en forma anexa a su réplica a escala, su propósito de“dar una nueva invención para hacer ingenios con barquines y hacer fundir mejorlos metales de plata, útil y provechoso a todas las personas que tienen minas en laprovincias de Taxco y Sultepec”.Haber legalizado la inventiva novohispana desató en la industria minera unatendencia extraordinaria, convirtiéndola, a la vez que en la principal actividad delvirreinato, también en el antecedente formativo de los inventores mexicanos a partirde la segunda mitad del siglo XVI.En lo relativo a la industria del papel, conforme la administración novohispanase consolidaba, la demanda de papel en volúmenes cada vez más difíciles de abastecerpor la Península empezó a tomar un lugar preponderante en la sociedad, lo quecondujo a fray Juan de Zumárraga, primer obispo de la Nueva España, a solicitar ala Corona un molino para papel y una imprenta, primero en forma experimental en1534 y después la definitiva en 1539.El número de máquinas impresoras aumentó a pesar de la carencia relativa demateria prima. El patrón mecánico era muy parecido al constar de “un torno o tornillo(tórculo) fijo, moldes de hierro para recibir el peso del tórculo en lugar de losde madera, moldes de estaño y abecedarios góticos, latinos, griegos y hebreos”; sinembargo, en algunos impresos de esa época, según expertos, es factible distinguir quese emplearon por igual caracteres móviles de metal y de madera.En ese tiempo se desató una vez más el ingenio de los técnicos empíricos, comola proposición del empleo de los batidores de mazos de los obrajes textileros a finde reducir el trapo a pulpa, como paso previo del papel. Esto permitió abastecerel mercado básicamente de textos impresos y el de un periodismo ambulante, a saber:cartillas, libretos, proclamas y acontecimientos de la metrópoli y de la NuevaEspaña en forma de hojas distribuidas en calles de amplia circulación peatonal. Lademanda creciente de papel provocó, de hecho, un mercado subterráneo de abastoen detrimento de la economía del Ayuntamiento y de la Real Hacienda, por lo quese estableció inmediatamente un batán que facilitara el control oficial de la producción.Para ello se escogió un antiguo estanque regulador prehispánico ubicado a unlado del convento agustino de San Juan Evangelista, en Culhuacán. Esta instalaciónes quizá uno de los mejores ejemplos del ingenio mexicano, ya que en dicha zona noexistían caídas de agua que accionaran las mazas, razón por la cual se adaptó dichoestanque, de 54 por 70 m destinado a nivelar los lagos del sur, de tal manera que unavez encauzada el agua a lo largo de un canal de 50 cm de ancho y de fondo, se inyectabala corriente directamente a los álabes de los batanes destinados a procesar los48


capítulo i. siglo xvitrapos fermentados de lino y de algodón, “conforme el sistema musulmán escogido”.De hecho, fue el primer establecimiento de este tipo en todo el continente americano,y antecedió por más de cien años al más antiguo de los Estados Unidos, edificadoen Germantown, Pensilvania.En 1575 Hernán Sánchez de Muñón y el doctor Juan Cornejo le solicitaron alrey un privilegio para establecer una fábrica de papel elaborado con materiales de laNueva España, a saber, la pulpa de la higuera mexicana, utilizada tiempo atrás porlos prehispánicos, así como la pulpa de maguey. El privilegio respectivo les concedíala exclusividad y señalaba que se les otorgaran los heridos de molino que necesitaranpor el término de veinte años. Utilizar material alterno continuó a lo largo del siglo,incluso, según noticias de Orozco y Berra, se hablaba hacia las últimas décadas, de un“privilegio de una fábrica de papel de maguey en Tepozotlán”.Últimas obrasPara disminuir la presión por la falta de empleo entre la gente de la clase baja, Mendozaemprendió una obra mayor que diera ocupación a una fuerte cantidad de desempleados,abriendo dos ríos para traer cal y piedra para los edificios de la ciudad, asícomo maíz y trigo. Por otro lado, para encontrar nuevas tierras y desarrollar asentamientosregionales que permitieran acrecentar las rentas reales comarcanas, el virreydedicó bastante atención a la programación de astilleros en el Pacífico mexicano.En el astillero ubicado en el puerto de la Navidad, en la provincia de Colima, porejemplo, se construyeron varios barcos con una modalidad de la que él se sentía orgulloso,y agregaba que los indios que trabajaron en ello habían sido bien tratadosy retribuidos. Por otra parte, del lado del Atlántico, una de sus últimas acciones fueapoyar la obra del puerto de San Juan de Ulúa.Otra gran empresa fue la construcción y culminación en 1550 de la presa deYuriria. Acerca de obras públicas mayores le informó a su sucesor, Luis de Velasco,la necesidad de terminar un puente de piedra en el río Tula y construir uno nuevoen el camino de la Mixteca a Izúcar. Por último, un dato poco conocido en el queAntonio de Mendoza llegó a identificarse con el virreinato fue que en los últimosaños de su administración escribió el Libro de las cosas naturales y maravillosas dela Nueva España; sin embargo, su salida, hasta cierto aspecto imprevista, le impidiópublicarlo.49


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400luisañosdede historiavelasco elIngenieríaviejoen México400 años de historia400 años de historia Ingeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México(1550-1564)400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaAdon Antonio de Mendoza le había correspondido la difíciltarea de darle formalidad legal al virreinato novohispano, asícomo establecer y desarrollar las primeras industrias y agroindustriasen el Nuevo Mundo, situación que fue continuada por su sucesor, Luis deVelasco el Viejo.Extensas y detalladas fueron las instrucciones a Luis de Velasco, firmadas por lareina regenta en Valladolid el 16 de abril de 1550. En ellas se refleja el empeño de laCorona por proseguir con el poblamiento de tierras lejanas mediante asentamientosy conventos; la apertura de más caminos y la conservación de los ya trazados; laconstrucción de puentes que respondieran a la demanda de tránsito; aliviar a los naturalesde la servidumbre de la carga en la espalda; procurar y desarrollar el progresodel virreinato con base en nuevas agroindustrias, impulsar el cultivo y la explotaciónde moreras, así como conservar las que existían en Huejotzingo, y su respectivo desarrolloen la industria de hilados y tejidos; la siembra de lino y manufactura de lienzosde esa fibra, el reforzamiento del cultivo de la caña de azúcar; “el cuidado y la energíapara impedir que el ganado de las estancias, que eran propiedad de los españoles,causasen daño en las sementeras de los indios”.De Velasco, a su llegada, pudo darse cuenta de cuál era la situación socioeconómicade la ciudad de México y quizá en buena parte del interior. El panoramaera excesivamente álgido, debido a la inflación en aumento, el incremento inmoderadode precios, la falta de empleo y de habitaciones, la desconfianza hacialas autoridades, la demanda de suelo, la pérdida constante de propiedades pordeudas, el descontento en la distribución de la tierra, los abusos de autoridad,los pagos excesivos por derechos, la indolencia, la intromisión religiosa y la des-51


52obediencia de cédulas. Y, aunado a lo anterior, la presencia de enfermedades tanterribles como el cocolixtle y el matlazáhualt aún permanecían latentes, al igualque la amenaza de inundaciones que se hizo realidad en 1555.Una de sus primeras acciones fue escuchar a los naturales con el apoyo de dos otres intérpretes en todo género de negocios y para dar despacho a los asuntos “sinque intervenga papel ni tinta”. Como complemento estaba su atención cotidiana afin de conocer asuntos vitales para la buena administración del virreinato y, con ello,procurar líneas de respuesta al sinnúmero de problemas.


capítulo i. siglo xviCon base en una serie de quejas y de auscultaciones, el virrey empezó a encauzar sus acciones;una de las primeras fue el abastecimiento de la ciudad capital con cuatro elementos:hierba, leña, alimento y agua. En cuanto a la hierba, mediante su plantación en lasriberas de la laguna de México. En cuanto a la leña, se continuó su adquisición en lugareslejanos al entorno lacustre sin perjudicar los sitios de abasto. En lo referente a la escasezde alimento, impulsó la venta de productos agrícolas en las plazas públicas. Y acerca delagua, esta seguiría abasteciéndose como hasta la administración del virrey De Mendoza,pero procediendo a estudiar la respuesta a las zonas urbanas de desabasto.El virrey analizó la demanda de solares y siguió la tendencia de su predecesor deotorgar cuanto fuera conveniente, aunque restringió el número de huertas. Trató deque la ley se obedeciera en materia de suelo urbano y de hacer efectiva la disposiciónde decomisar las propiedades que no hubieran cubierto los requisitos especificados.Las disposiciones fueron tan rígidas que el 18 de septiembre de 1559 se declararonnulas todas las mercedes de solares sin cercar, por estar fuera del término de toleranciaseñalado. La medida fue acertada, pues en el curso de un mes se recuperaronmercedes con anomalías severas.Pese a que algunos detractores iniciaron una labor negativa contra el virrey, nadiepudo, a fin de cuentas, atribuirle algún acto indebido de poder, al hacerse públicoque cierto número de solares incautados se utilizaron para propios del Ayuntamiento,bajo el marco mercantil. Así como que otra parte de esos solares resultaron de laexpansión urbana hacia el barrio de Santa Catarina (por el rumbo de la actual Lagunilla)sin que afectara la traza de las nuevas calles, utilizando áreas de tierra calma.Acerca de la sanidad, el virrey renovó la prohibición de tenerías fuera de los sitiosdesignados, y continuó el cuidado de las acequias, pues el número de las azolvadas pordesechos sólidos llegaba a lo insólito. Ese tipo de atención estuvo vinculado con unnuevo uso de suelo, el de las caleras, cuyos manejos y explotación fueron severamentecontrolados. En 1552 se fijó el precio de tres pesos de oro común cada cahíz 21 , debidoa que su demanda se volvía cada vez mayor para la construcción y como desodoranteen las carnicerías. Para evitar ser agredido políticamente le ordenó a los diputados, losalarifes y al escribano del Cabildo que se midieran los solares y los registraran en unalista a fin de que aquellos con irregularidades fueran mercedados a otros solicitantes.Parainflación y abastoPese a que desde el primer virrey ya circulaban las monedas, todavía se recurría alcacao para las transacciones, lo cual incrementaba la inflación. Esta situación llevó53


ingeniería en méxico, 400 años de historiaal virrey a emitir en 1555 las ordenanzas sobre el cacao. En ellas se establecían loslímites o las posturas bajo multas de 30 a 60 pesos, hasta penas más graves, como eldestierro por seis años; y si los culpables eran negros, mulatos o mestizos, entoncesrecibirían desde cien a doscientos azotes y hasta el destierro por seis años.Los principales centros productores de cacao estaban en Colima, Zacatula yGuatulco, pero sobre todo en las zonas de Soconusco, Acajutla y Cuzcatlán, con unaproducción total anual de entre 20 000 y 30 000 cargas.Uno de los problemas más alarmantes era el rápido aumento del costo de la vida,quizá por el descubrimiento de las minas de Zacatecas en 1546; incluso el clero sequejaba de la disminución de limosnas. Como consecuencia de la inflación habíauna demanda de incremento de sueldos por parte de los servidores públicos. El virreycombatió este problema controlando las actividades de los intermediarios pormedio de las ordenanzas del 1º de abril de 1553, en las que se prohibían las ventasa terceros fuera de las tiendas, bajo multa de 200 pesos y destierro por un año deMéxico y alrededores, además de la confiscación de las mercancías. Más adelante sedecidió privar de sus tiendas, a perpetuidad, a los reincidentes en el incumplimientode las ordenanzas.El trigo se cultivaba básicamente en Puebla (valle de Atlixco) y en los alrededoresde la ciudad de México y de Toluca. Esa limitante geográfica le pareció al virreyinadecuada debido a problemas de abasto, por lo que les ordenó al corregidor deOaxaca y al alcalde mayor de Colima que hicieran lo necesario para que la poblaciónindígena se encauzara a ese cultivo, poniendo en práctica el abasto hidráulicopor riego y arado, y a través de nuevas técnicas el 20 de febrero y el 26 de mayo de1554, respectivamente. Cuando el virrey fue informado de que en Etla y en Cuilapan(Oaxaca) había tierras propicias para trigales, procuró ampliar su cultivo a esas zonasen beneficio de los naturales ahí asentados. Sin embargo, la mayor producción selocalizaba, según una relación de finales de 1563, en un distrito perteneciente a laciudad de México, posiblemente el actual estado de México.Obra públicaLa obra pública, como fuente de ocupación, atrajo la atención de De Velasco, quiendesarrolló los siguientes caminos por todo lo que significaban, tanto en el marcocomercial como en el ocupacional y en el de infraestructura:a) México-Puebla-Jalapa-Veracruz, que era de vital importancia porel tránsito de mercaderías de entrada y de salida en el virreinato.54


capítulo i. siglo xvib) México-Antequera (Oaxaca)-Guatemala, cuya importanciaradicaba en la situación estratégica de la antigua Antequera, “elcanal de la Mar del Sur” y el auge cacaotero del Soconusco.c) México-Taxco-Acapulco, cuyo tramo más importante era el deHuatulco y el del puerto de la Navidad.d) México-Pánuco, que decayó al despoblarse el puerto del mismonombre.e) México-Michoacán-Guadalajara-Zacatecas.f ) La reparación del tramo que pasaba por Otumba, Tepeapulco yTehuacán del camino real a Veracruz.g) Caminos de San Ildefonso a Oaxaca (la capital), Guastepec yTehuantepec.Además del interés ocupacional, la vagancia fue uno de los problemas que máspreocuparon a los virreyes, al grado de considerarlo un mal social que había que combatir.Como algunos de los negros y de los mulatos libres de la ciudad capital y alrededoresse convertían en vagabundos y ladrones, el virrey ordenó que se presentaran antelos alcaldes mayores y corregidores para registrarlos, lo que serviría para pagar el tributoque debían cubrir y para repartirlos en todas las minas para que apoyaran a los mineros.AgroindustriasEl interés por desarrollar la industria textil para cubrir las necesidades del virreinatose remonta inicialmente a Cortés, y más tarde a Zumárraga, hacia la mitad de lacenturia, quien en su propósito de convertir a la ciudad de México en un centro deirradiación textil se dirigió al emperador solicitándole el envío de labradores especializados,moriscos para cultivar morales en la zona templada de México, y de doscientoscarneros de lana fina para fabricar paños.Después de estudiar la producción de los diversos artículos derivados del algodón,el virrey aprobó y promovió la máquina para desmotar algodón, inventada porAntonio Luna, a quien se le concedió el monopolio hasta por diez años. Eso hizoque hacia 1552 las zonas de alta producción de esta fibra se extendieran inicialmentea Meztitlán (Hidalgo), Puebla y Yucatán, y más tarde a Nueva Galicia (hoy Jalisco),Colima y Zacatecas.El lino fue otra de las fibras a las que se les prestó especial atención desde la administraciónanterior por disposición real. Los artículos a base de lino que demandaba55


ingeniería en méxico, 400 años de historiala sociedad novohispana comenzaban a alcanzar, conforme pasaba el tiempo, preciosdemasiado altos. De ahí que la propia Corona se propuso impulsar la siembra y el desarrollode esta fibra en todo el virreinato, con el propósito de lograr una agroindustriapropia. Para ello, se enseñó a los indígenas a cultivar, hilar y tejer el lino, de tal maneraque se pudiera autoabastecer progresivamente el territorio virreinal, y después a exportarlienzos de lino a un precio menor que el de ese momento. Sin embargo, el volumende semillas enviadas por el rey fue insuficiente y hubo que esperar un buen tiempopara recibir doce “pipas” de linaza, aunque como la mayoría eran simientes de “secano”,no resultó lo que se esperaba, y ante la escasa respuesta de producción el virrey pidiósimientes de regadío. Sin embargo, rara vez se lograron buenas cosechas.Al contrario del lino, la lana tuvo una fuerte difusión aún antes de que Méxicofuera virreinato. A partir de la primera mitad del siglo XVI se concentró poco despuésen la zona de Puebla y Tlaxcala, región que llegó a alcanzar durante un buennúmero de años, el 80 % de la lana esquilada hacia 1560.El cultivo y la producción de la seda se remonta a 1537, cuando Marín o MartínCortés, vecino de Puebla, firmó un contrato con el virrey De Mendoza, por el que secomprometía a “plantar cien mil pies de morales” en quince años en un área que comprendíaHuejotzingo, Cholula y Tlaxcala, “a cambio de recibir durante veinte años lamitad de los tributos del pueblo de Tepexi, y la tierra e indios necesarios”. No se sabesi el contratante cumplió con el número de moreras comprometido ni si gozó del privilegiosolicitado en 1537. De lo que sí hay seguridad es de que en las instrucciones alsegundo virrey, el rey le pedía que los indios del lugar trataran bien los morales para queno se perdieran. Añadía además que “dado que en Nueva España hay tierras muy buenasy templadas para plantar morales y crías de seda […] se debe procurar en las tierrasbaldías, los comarcanos las planten de morales y se den a criar seda”.Desde la época del primer virrey la seda se había convertido en una actividad industrialque ampliaba sus áreas de influencia. Incluso al arribo de don Luis de Velasco, las zonasmás importantes al respecto eran la de México-Puebla, concentrada en Huejotzingo,Cholula, Tepeji y Cholula de la Seda; y la llamada mixteca alta, en especial en los pueblosde Tepozcolula, Yangüitlán y Texupa. Respecto a la ampliación de las áreas de cultivo,Velasco consideró a Oaxaca como idónea. Y para respaldar el desarrollo de la industria dela seda emitió las siguientes ordenanzas: de tintoreros de seda, el 4 de noviembre de 1556;de sederos, el 17 de julio de 1557 (pesos, medidas y mezclas); y de hiladores de seda,el 21 de mayo de 1560. A fin de vigilar la producción de los telares y evitar engaños centróprácticamente toda la manufactura de la seda en la ciudad de México, lo cual molestóa los sederos de Oaxaca y Puebla, que se quejaron con la Corona. Como esta favoreció a56


capítulo i. siglo xviUn intento de desagüe masivo para la ciudadde México hacia mediados del siglo XVI.Puebla, muchos sederos de México se trasladaron allá, lo que conllevó al decaimiento dela manufactura de la seda en la capital. Otro impacto negativo, quizá más grave, que sufrióesta actividad, fue la seda china proveniente de las Filipinas tras el descubrimiento de laruta del Pacífico por fray Andrés de Urdaneta.Otra agroindustria muy importante fue la de los colorantes. El color rojo quese producía en Provenza, Castilla, Portugal, Marruecos y Berbería, y que alcanzabaa mediados del siglo XVI precios cada vez más altos en una tendencia paralela a sudemanda en las cortes europeas, hizo pensar al rey que el excelente colorante naturalde la cochinilla mexicana pudiera convertirse en una industria altamente redituablepara la Península. El impulso que se le dio a esta agroindustria tuvo excelentesresultados. Inicialmente se centró en Oaxaca y Puebla, y más tarde en Tlaxcala, y seconvirtió en la segunda fuente de ingresos después de los metales preciosos, al gradode que la producción fue calificada de monopolio real con objeto de prevenir y evitarabusos. Dicha práctica tuvo distintos impactos, brindó prosperidad a los pueblosque se dedicaban a su siembra en Tlaxcala y Oaxaca mientras que Puebla se convertíaen un centro comercial de este producto, dentro y fuera de la región.57


ingeniería en méxico, 400 años de historiaLas primeras ordenanzas que se expidieron hacia 1550 fueron firmadas por elcorregidor Gonzalo Gómez de Betanzos para el control de la calidad y la comercializaciónde la grana. En ellas se prohibía la venta de grana fuera de los tianguis omercados, y se mandaba usar pesas de hierro marcadas y selladas para acabar con losfraudes. En 1555 se emitieron otras ordenanzas que controlaban la venta, la adulteracióny el contrabando de grana.También se buscó industrializar el añil o índigo, pues en 1558 la Corona pidióinformes a la Audiencia sobre una hierba maya utilizada para obtener el tinte azul.Se ignora qué fue al respecto, aunque es de creerse que debió haber cierta industrialización,pues Del Paso y Troncoso reseña que Felipe II recibió informes sobre lacalidad del añil “mexicano”, muy superior a otros en el mercado.Si el interés que mostró España durante el gobierno del virrey De Mendoza fuegrande, entonces no tuvo comparación con el del segundo gobernante, al haberlecomunicado a este la conveniencia de fomentar no solo los colorantes y aceites aromáticos,sino el cultivo y la explotación de especias, como la pimienta, la canela, elclavo y el jengibre, permitiendo incluso una renta a la “primera persona que obtuvieraesos productos”.Al respecto, la princesa gobernadora, doña Juana (hermana mayor de Felipe II),y don Francisco de Mendoza (hijo del primer virrey) firmaron dos capitulacionespara regular el cultivo de especias en el interior y hacerlo extensivo a otras partesdel continente. Dichas capitulaciones separaban el jengibre, la china 22 y el sándalo(como plantas medicinales y “olorosas”), de la pimienta, la canela y el clavo, y se firmaronel 4 de noviembre de 1558.GanaderíaFue otra actividad empresarial a la que el virrey le prestó atención, más aún cuandole enteraron que los grandes centros ganaderos estaban en México, Puebla, Tlaxcala,Oaxaca, Toluca, Tepeapulco, Cuautitlán, Xilotepec, Querétaro, Michoacán y NuevaGalicia ( Jalisco).Se creó una industria del cuero y sus derivados, que alcanzaron volúmenes deexportación nada despreciables. Una innovación dio un fuerte impulso al desarrolloagropecuario; se trataba de un proceso para curtir pieles con un método menos agresivoque el tradicional, con muy buena calidad y a menor precio. El elemento básicodel proceso era un arbusto curtiente conocido como zumaque, bastante común en laMixteca. La calidad que se lograba hizo que el virrey concediera el monopolio de la58


capítulo i. siglo xviPrimer proyecto para prevenir desastres porlluvia (1552) mediante reparaciones de losríos de alto riesgo al poniente de la cuenca, y latransferencia de caudales hacia Huehuetoca.venta de este arbusto durante cuatro años a Domingo Vázquez, residente de Oaxaca,con la imposición de 100 pesos de multa a los transgresores y el establecimiento deun precio máximo de 2 pesos por arroba.Grandes obrasEste fue un rubro por el que Luis de Velasco el Viejo ocupa un lugar destacado enla historia de la ingeniería en la ciudad de México, en especial en la prevención dedesastres por lluvias.59


ingeniería en méxico, 400 años de historiaLa rápida desecación del lago de Texcoco cambió la climatología lacustre y lascondiciones de las riberas, sobre todo en la zona aledaña a la capital, donde se contrajode tal forma que el edificio de las atarazanas perdió el propósito para el que habíasido construido. Este edificio, modelo de ingeniería civil en su momento, ya no eraparte del lago. Como tal, las puertas de acceso y la salida para los bajeles empezaron aser inoperantes por la extensión de áreas pantanosas que ahora impedían el tránsitode los navíos y que ya no era capaz de defender la urbe. Dada esta situación, el virreyvio la conveniencia de construir una fortaleza grande y fuerte entre la calzada deTacuba y la de San Francisco, que además sirviera para la defensa del agua que veníaa la ciudad. La idea era demoler el edificio original y aprovechar los materiales en lanueva construcción, ya con un concepto más moderno y funcional.Este tema fue una continuación del programa de aguas grises de la primera administraciónvirreinal, pero con un enfoque distinto. De Velasco propuso aprovecharlas cañadas del norponiente del valle, limpiarlas y hacer de ellas cauces naturales a finde que las aguas provenientes de la urbe se unieran a las que se desviarían de la sierrahacia San Cristóbal, donde una serie de lagunas artificiales funcionarían como vasosreguladores hasta desembocar directamente en Acolman, y de ahí a Huehuetoca condirección al río Pánuco.El temor del virrey de que se presentaran lluvias anormales y la falta de atención aun problema de alto riesgo se volvieron realidad cuando el 14 de noviembre de 1552,precipitaciones torrenciales y continuas empezaron a inundar vastas áreas al norponientede la urbe. Inmediatamente se tomaron acciones: se repararon las calzadas afectadasy se llevaron a cabo obras a corto plazo para prevenir desastres por lluvias de esamagnitud. Los diques de los ríos ubicados entre los pueblos de Tacuba, Azcapotzalcoy Tenayuca se revisaron y repararon detalladamente, a fin de que sus caudales no representaranpeligro al ser desviados hacia el norte de la cuenca. Se reparó el camino-diqueque iba de la calzada de Ixtapalapa (desde aproximadamente la actual Izazaga) hastaTepeaquilla (atrás de la Villa), pues de no ser así, la ciudad correría el riesgo de inundarsecon cualquier crecida.Se inspeccionaron los ríos Cuautitlán y Tepozotlán, y en caso necesario sus caudalestenían que ser transferidos a una zanja hecha por los indios. Conviene resaltar la importanciade este último punto porque puede entenderse como un ejemplo de aplicaciónde tecnología mexica con la hidráulica peninsular para la prevención de desastres.Las fuertes lluvias de septiembre de 1555 azotaron la capital del virreinato comonunca antes se había visto y, aunque duraron menos de 24 horas, fueron suficientespara inundar gran parte de la traza, causando severos daños y la aparición de60


capítulo i. siglo xvienfermedades. Un dato curioso es que durante cuatro días se tuvo que transitar encanoas. Con base en la opinión de los gobernadores indígenas de la ciudad de México,Tlatelolco, Texcoco y Tacuba, así como de los regidores, el 23 de octubre de ese añose sometió a consideración del Cabildo un posible remedio con base en una pinturadel tiempo de los mexicas.Las obras que deberían llevarse a cabo fueron la reparación de la calzada-diqueChalco-Xochimilco-Chapultepec; el cambio de ruta del agua de la rambla hacia la acequiade Chapultepec; el cierre de las acequias de San Pablo a la de la Concepción en lapoblación de Santiago; el cierre de compuertas de la calzada que va de Santiago a Tacuba;la introducción de la rambla de los llanos de Tacuba en las acequias que están entreSantiago y Tepeaquilla; la reparación de la calzada que va de San Pablo a Santiago (Tlatelolco);la reparación de los vados de los ríos Coyoacán, Tacubaya y Tlalticahuatlán;y la reparación de todas las calzadas mayores, el trazo de canales derivadores y la construcciónde un albarradón frente a San Lázaro, como el antiguo mexica.Cabe aclarar que el término “rambla” se refería a un lecho natural donde podíancaptarse aguas fluviales al caer copiosamente. Las zonas de ramblas se localizaban inicialmenteal poniente, en las cercanías a los ríos Cuautitlán, Tepozotlán, Tacubaya yRemedios, aunque fue tal su efectividad que más tarde se podía encontrar este sistemaen los cuatro puntos cardinales, con muy pocas variantes.Por otro lado, la técnica de los canales derivadores o de alivio simplificó, en ciertoaspecto, la transferencia de caudales en ríos de alto riesgo al tratarse de un tajo a cieloabierto con capacidad suficiente para transportar excedentes fluviales hasta zonas lejanasde ramblas. Su práctica se prolongó hasta casi finales del siglo XIX, básicamenteen el poniente.Un ejemplo fue el albarradón de San Lázaro o de los españoles, que podría calificarsecomo una construcción extraordinaria de aproximadamente 6 km de largo, 3.5 mde altura y tres brazas, en promedio, de espesor en su parte más ancha (4.5 m aproximadamente).Sobre una cimentación netamente prehispánica muy similar a la del antiguoacueducto mexica, a base de pilotes cortos, se levantaban dos paredes–talud demampostería (a diferencia del prehispánico) construidas por etapas y, entre ambas, unrelleno por superposición de capas de lodo. Remataba una carpeta angosta con unacanaleta en ambos lados para tránsito eventual de aguas y, como innovación, al pie delalbarradón, una especie de escolleras para evitar socavaciones no visibles.El programa de prevención de desastres por lluvias duró un año aproximadamente,y mientras se propusieron varias soluciones; por ejemplo, Ruy González presentó el 26de noviembre de 1556 un proyecto para evitar el peligro por la entrada de las vertientes61


ingeniería en méxico, 400 años de historiadel Citlaltépec, Cuautitlán, Chiconautla y Tecamac, en la laguna de México. Otro proyectofue el de Gudiel, en el que sugería el desvío de caudales de ríos y el establecimientode acequias, además agregaba que el agua de las grandes acequias desde la ciudadhasta Huehuetoca podría utilizarse. Sin embargo, debido a la oposición del Cabildo,nunca se realizó ninguno de los dos estudios, ni un tercero que sugería el derrame dellago para la irrigación de los pueblos cercanos.Los puertos, una preocupación poco conocidaLa infraestructura portuaria fue de gran interés para el virrey a pocos años de iniciarsu administración. Tales fueron los casos de Huatulco, por su movimiento de exportaciónde cacao de Guatemala y de Soconusco; el puerto de Santa María de la Victoria, enTabasco; el puerto–astillero de Tehuantepec (del que se encargó el marqués del valle deOaxaca); y el puerto de Campeche, por su fuerte comercio con Cuba, a donde se enviabaharina, biscocho de Puebla y maíz de Yucatán. También por el litoral del Atlánticoy para evitar fricciones con el segundo marqués, el virrey procuró la exportación deproductos a la América ístmica como pulpa de membrillo, azúcar, brea, alquitrán, telade zayal, caballos y mulas, quesos, cueros curtidos, frenos, sillas para montar, etc.Como el puerto de Veracruz no respondía a las aspiraciones de la Corona, el virrey,junto con el alcalde mayor de Veracruz y el obispo de Tlaxcala, decidió trasladarlo a unsitio llamado “hato de doña María”, porque estaría en un lugar más sano, rico y seguro.Sin embargo, los vecinos se opusieron, y desafortunadamente sufrieron después unhuracán, ocurrido del 2 al 4 de septiembre de 1552, que destruyó e inundó la mayorparte de Veracruz, y se hundieron trece barcos grandes, bajeles y barcas, además de queel edificio de las atarazanas sufrió graves averías. Eso hizo pensar, como más conveniente,aprovechar una infraestructura portuaria que empezaba a desarrollarse y queDiseño de un artefacto para dragado depuertos y ríos elaborado por Juanelo Torrianien la segunda mitad del siglo XVI.62


capítulo i. siglo xviEl albarradón de San Lázaro o de los españoles fueotra obra para prevenir desastres por lluvia durantela administración del virrey Luis de Velasco el Viejo.tenía potencial como lugar óptimo para la defensa y ampliación del puerto, es decir, lafortificación de San Juan de Ulúa.Como complemento al programa, el alcalde mayor de Veracruz propuso para laseguridad de los barcos y la protección del puerto construir en San Juan de Ulúa unamuralla de sillería a cal y canto de 25 pies de grosor y 2 brazas de alto, con argollasde metal a trechos para amarrar los barcos, y puertas y escalera para la descarga, ytroneras con piezas de artillería. La obra requería un empréstito de 8000 pesos paragastos del periodo 1555-1556.Últimas accionesA pesar de su precaria salud, el virrey no dejó de ejercer la administración que el reyle había confiado conforme a la sesión de Cabildo de marzo de 1564: la prohibiciónde sacar cualquier moneda labrada del reino; la reparación del camino de México63


ingeniería en méxico, 400 años de historia400 años de historian México Ingeniería en México00 años de historiaIngeniería en MéxicoIngenieríaIngeniería en MéxicoReal Ingeniería en en MéxicoIngeniería en MéxicoAudiencia (1564–1566)Ingeniería en México400 años de hisxico400 años de historia400 años de histori400 años de historia Ingeniería en México400 años de historia 400 años de Ingeniería en México400 años de historia 400 años de historia400 añ00 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400400 años de historia Ingeniería en Méxicoía en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiae historiangeniería en México400 años de historia400 años de historiaal valle de Matlatzinco y a Toluca; el control de la venta de “las cosas” [granos] porpeso; lo relativo al cultivo de trigo en doce leguas a la redonda de la ciudad; el asuntode dar a los indios las tierras que requirieran; la integración de brigadas de peones yde maestros de obras para labrar edificios de la ciudad; el control de precios de cal,piedra, adobe y madera, y por último, que los indios paguen el tributo en especie yno en moneda. Además, aún estaba el problema de la escasez de agua heredado desdeel virrey De Mendoza, para lo cual, en tanto que se planeaba un remedio basado enla tecnología, procedió a tomar medidas que permitieran el ahorro de agua. Pocodespués el virrey Luis de Velasco murió.400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en MéxicoIngeniería en MéxicoA la muerte del virrey De Velasco se formó una audiencia que estuviera al cuidado de laadministración virreinal. Aunque este cuerpo se había configurado legalmente, su autoridadsiempre estuvo en condiciones difíciles en la toma de decisiones por la presióndel visitador Jerónimo Valderrama. No obstante, la Real Audiencia continuó con laresolución de los problemas de la Nueva España durante su corto periodo de gobierno.Se tomó un interés renovado por la saturación urbana, por lo que mandó inspeccionartierras cercanas a Querétaro que no fueran posesión de indígenas, para podermercedarse a españoles, con la obligación de sembrar básicamente vides y olivares destinadosa producir vino y aceite baratos, y además evitar la sobrepoblación de la capital.Por otro lado, se mandó quitar el agua a las personas que la conectaran arbitrariamentea sus huertas o a sus casas en lo que la limpieza y la reparación de la vía hidráulicase llevaba a cabo por los indígenas de Ixtapalapa. Para esta labor, se nombróa Antonio de Contreras como visitador de “caños de agua”, mediante un libramientode doscientos cincuenta pesos de oro de tepuzque anuales.Con el objeto de buscar una solución más práctica, la Audiencia buscó un abastocolateral. Siguiendo el consejo de los “maestros de agua” se decidió por Ochilobusco(Churubusco), cuidando que los temblores no dañaran la construcción. El grupoconformado por personas que “centraban conocimientos sobre caños y condición deaguas” procedió, junto con Francisco Mérida de Molina, regidor y obrero mayor y losindígenas maestros de agua, a medir y pesar el agua de Ochilobusco y del manantial de400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngenier64


capítulo i. siglo xviSan Agustín de las Cuevas (hoy Tlalpan); este último considerado una fuente secundariaalimentadora del Churubusco, y con ello hacer llegar más volumen a la ciudad.Aceptada la idea, la decisión del trazo y de la construcción del acueducto se basó enla tubería flexible y la capacidad sismorresistente de la red subterránea de agua diseñadaen la administración del virrey Mendoza. Se ordenó mandar a España 1000 ducados deCastilla para comprar aceite y estopa con el objetivo de encañar el agua de Ochilobuscoa un menor costo. Transcurrieron bastantes meses para que los materiales llegaran aVeracruz, aunque después de la pérdida de uno de los dos navíos en que venían, debidoa un norte, el proyecto se interrumpió. Eso contribuyó a que la Real Audiencia prestaraatención a la sanidad, en este caso, la limpia de acequias, lo cual sería responsabilidad deía en México los indígenas de los pueblos cercanos a la ciudad. Su alimentación correría a cargo delIngeniería en Méxicoen México Cabildo, y se reconocía como encargado de ello a Bernardino de Albornoz.toria Ingeniería en México400 años de historiaia400 años de historiaa Ingeniería en Méxicoos de historia400 años de historiaaños de historia400 años de historiaEntre las acciones desarrolladas por la Real Audiencia, una de las más desconocidases quizá haber encontrado el tan buscado paso de la Mar del Sur desde recién conquistadaTenochtitlan. Esto se deduce de una misiva que, con fecha 28 de junio de1566, se envió al rey, donde bajo el rubro de “puertos” se hacía referencia a un apoyosolicitado por el general Miguel López de Legaspi para un “socorro a las islas del poniente”.De hecho, en la carta, se daban distancias detalladas a los puertos de la Navidad,Veracruz, Acapulco y Guatulco. Además se habla de un trayecto interoceánicoa través de ríos y tierra que cubre aspectos técnicos y anota que con ello enviaron “aSM, relación de las armas, artillería y munición que es necesario proveer, así para elsocorro de las islas como para guardia y seguridad de este reino”. En cuanto a la nuevafortificación (se hacía referencia al cambio de las antiguas atarazanas), la Audienciaera de la opinión: “Y con la piedra y materiales de ella se construiría lo que en estacasa hace falta, y estaría más cómoda y segura”.Casi al final de la carta se alude al Hospital de Indios de la ciudad de México,describiendo las nuevas mejoras, entre las que se encontraban un par de cuartos paraindios enfermos, un solar y algunas tiendas. Acerca del personal y los gastos se señalaque simplemente en “el mayordomo español que lo gobierna y provee, y el capellánque les dice misa y administra los sacramentos de penitencia y eucaristía, se consumecasi en esto toda la renta de cuatrocientos pesos ”. Se cierra la carta pidiendo a SuMajestad que aumente la renta piadosa, pues a esta institución “concurren muchosindios heridos y enfermos”.65


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400xxxxxxxxaños de historia Ingeniería en México400 añosgastónde historiade peralta, marqués 400 de años falces de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia(1566-1568)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaFue un virrey polémico, considerado como excesivamente blando,pero también un administrador que supo desempeñarse de acuerdocon su investidura, y que su regreso a España fue consecuenciade informes falsos. Esta situación quizá se debió a que los enemigos de Hernán Cortésy de su hijo automáticamente se convirtieron en sus peores críticos a los pocosdías de encargarse del virreinato. Se le acusó de actuar contra Felipe II medianteuna carta firmada por jueces de la Audiencia que juzgaron al marqués de Falces depoca energía, anomalía que se podía explicar si su majestad les autorizaba enviar a unrepresentante a informar en persona a la Corte de España.67


ingeniería en méxico, 400 años de historiaA pesar de esa incómoda situación, el virrey, al darse cuenta de la falta de abasto hidráulicoen la urbe, acordó tres días después de dicha carta que Francisco de Mérida“gastara lo que sea necesario de la sisa de carne” para, como primer paso, dar agua ala ciudad. Un acto seguido fue atender las quejas que le hizo llegar el alguacil mayor,Juan de Sámano, acerca de una merced de huertas que no podía concederse por estarubicadas en ejidos de la Ciudad; y para evitar que se repitiera el abuso extendióun libramiento a Alonso Vázquez de Molina, veedor de ejidos, para que acabarande tirar lo que estuviera cercado en los ejidos, en la parte de las atarazanas. Igualatención brindó al estado caótico en que se encontraban las calles; para remediarloordenó que el tesorero Fernando de Portugal se responsabilizara del empedradourbano. Poco después, el 21 de mayo, se acordó de que además de que quedara bienempedrada la ciudad, se deberían abrir acequias, nombrando a los regidores Luis deCastilla y Francisco Mérida de Molina como encargados del trazo. Por otro lado,el empedrado se averiaba constantemente debido al intenso tráfico citadino. Pararesolver el problema se llevó a cabo una programación para el control del tránsito enla ciudad de México (tal vez la primera en su género en el Altiplano mexicano), queimpidió el tránsito de carretas, carros de bueyes o mulas por las calles empedradasde la traza, o por aquellas con encañados de agua, y se añadía que no pasaran porencima del caño proveniente de Chapultepec, pidiendo a la Audiencia pregonar estaordenanza.En el rubro de obras civiles sobresalen dos; una, en razón del estado de abandonoen que se hallaba la alhóndiga de la ciudad y también para controlar la tendencia alalza que empezó a alcanzar el maíz, se le pidió al regidor Francisco Mérida de Molinados diseños estructurales, los cuales le fueron mostrados al virrey el 22 de septiembrede 1567. Todavía antes de su partida a la metrópoli, se le informó que el edificioestaba terminado. La segunda obra de ingeniería asistencial fue un hospital de multiserviciosdestinado a ancianos, inválidos, convalecientes y enfermos mentales.Hacia los primeros días del mes de julio, unas lluvias desusuales en el norte delvalle alarmaron al virrey, quien de inmediato facultó a Fernando de Portugal, tesorero,para que se pagara la reparación de los bordos del río, posiblemente el Tepeyac,con el propósito de evitar una inundación.mejoramiento del muelleDe acuerdo con su memorial del 23 de marzo de 1567 señalaba que la obra del muellede San Juan de Ulúa “la tiene rematada en un buen oficial en setenta y ocho pesos68


capítulo i. siglo xvide tepuzque y siete reales cada tapia[…], y que acabará la obra en cuatro años[…],lo cual costará treinta mil pesos poco más o menos y no se hicieran con cien mil”.Más adelante hace alusión a la necesidad de “correr la muralla para defensa del norte;o si la fuerza del mar es lo que hace el daño, para que hagamos en los arrecifes algunosrepasos donde las olas quiebren”. “Y así mismo se proveerá luego que se traiga elagua de la laguna que solía venir al desembarcadero, porque los marineros y pasajerostienen mucha necesidad de ella y les causa mucha dolencia recogerlas de charcos ymanantiales como ahora la recogen”.AgroindustriasCon respecto a la grana o cochinilla, el virrey informó a la corona que no podía calcularseuna producción homogénea, pero que el promedio era de entre 5000 y 5500arrobas, poco más o menos. Además, en el renglón de industrialización hace interesantesreferencias acerca del hallazgo de “un árbol o yerba de que se hace el añil conque tiñen los paños” y que “se puede sembrar entre el maíz que acá se coge sin que sele haga daño alguno”. También se informaba al rey de otros productos como la raízde Michoacán, el jengibre y la “yerba de la Puebla”, que seca y molida se espolvoreaen la carne destinada a los lobos que tanto afectaban al ganado de la Península, paralo cual le enviaba cuatro barriles de yerba y uno de semilla.Diseño de dos rompeolas para construccionesexpuestas a oleaje violento a base de diques concimientos excavados y paredes muy gruesas, deJuanelo Torriani. Parece ser que en Nueva España, porlas características del oleaje, se recurrió a las escolleras.69


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosMartínde historiaEnríquez de Almanza 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia(1568-1580)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaEl virrey Martín Enríquez de Almanza gobernó la Nueva España a lo largode casi doce años, bajo un patrón de cautela en ocasiones un tantoinusual, lo cual no impidió que, durante su ejercicio, se le consideraracomo un hombre de iniciativa y resolución.71


ingeniería en méxico, 400 años de historiaSiguiendo la práctica de sus predecesores buscó interiorizarse del estado del virreinato,en especial de la ciudad capital. Al saber de la falta de agua y de los proyectos interrumpidosde abastecimiento, consideró el asunto entre los más importantes. Unade sus primeras acciones consistió en inspeccionar el alimentador urbano de Chapultepec,donde encontró los caños azolvados y sucios, lo cual podría ser la causa dela escasez del agua. Sin embargo, a pesar de la limpieza ordenada, el agua siguió escaseando;el problema radicaba en la disminución del volumen de su aforo. Para resolverla situación, se convocó a una junta de Cabildo a personas conocedoras del temapara que presentaran su parecer. Ahí se discutieron las posibilidades de Churubusco,San Agustín de las Cuevas (Fuentes Brotantes, Tlalpan) y Santa Fe como posiblesabastecedores. Ante la diversidad de opiniones, la máxima autoridad del reino acudiócomo primera instancia a inspeccionar cada una de las posibles fuentes, a fin dedarse cuenta de la realidad. La de Churubusco parecía buena por su cercanía a laciudad y por su altura, que no pasaba de 4.20 m. El agua de San Agustín también eraespléndida al igual que su aforo; sin embargo, mostraba el siguiente inconveniente:estaba 160 m arriba de la traza y aproximadamente a 15 km de distancia de la ciudad,lo que significaba una caída de agua tremenda con una presión en ese momentoprácticamente difícil de controlar.Un acueducto a prueba de presiones y con recorrido nada corto debía estudiarsea fondo; más aún que, por lo avanzado del proyecto Churubusco, el Ayuntamientoimprudentemente había pensado y sugerido conectar lo que podría ser el acueductode San Agustín con el de Churubusco como vía auxiliadora, idea que fue de inmediatorechazada por el virrey, quien justificó su actitud en la premisa de que la presión quealcanzaría por la altura y la distancia haría estallar cualquier tubería o cauce, cerrado oabierto. El Ayuntamiento, un tanto descontrolado por el planteamiento real y tambiénpor el temor y rechazo que venían manifestando las parcialidades indígenas en amboslados de la entrada sur de la ciudad, mandó que Leonel de Cervantes, procurador, yPedro Lorenzo de Castilla, con un intérprete y un escribano, contrataran tres indiosoficiales para medir y pesar el agua de Ochilobusco, a fin de saber tres cosas: la razónpor la cual los naturales nunca intentaron volver a traer agua de ese manantial, quétan cierto era lo que se hablaba de una inundación provocada por esa fuente y si habríaposibilidad de una más por dicha razón. Los indígenas contestaron que duranteel gobierno de Ahuízotl, la ciudad de Tenochtitlan permaneció prácticamente bajolas aguas porque fue abierto el venero de Churubusco cuatro años antes de su muertey veintidós antes de la venida de los españoles, razón por la que se había cegado. Encuanto al peligro de una nueva inundación, los técnicos indígenas procedieron a un72


capítulo i. siglo xvicuidadoso estudio de volumen-velocidad a lo largo del trayecto, desde la actual iglesiade San Mateo en Churubusco hasta las Casas Reales (actualmente la sede del gobiernode la ciudad de México), donde señalaron la posible altura, nada escasa, que alcanzaríael nivel del agua, y concluyeron que el riesgo era casi inevitable.Tras analizar durante algunos días el asunto, Enríquez de Almanza concluyó quela altura y la distancia, lejos de constituir un doble impedimento, eran una ventaja,pues la caída podría encauzarse por las propias cañadas cercanas al manantial, lascuales servirían de vasos reguladores para hacer llegar el caudal con una corrientecontrolada mediante un sistema que evitara la construcción de un acueducto demampostería en una buena parte del trayecto hasta entroncar con la entrada a laurbe mediante un acueducto que, por su longitud, disminuiría su costo. Así pues, sesuspendieron las obras del Churubusco y se dio comienzo a las de Santa Fe.Para llevar a cabo la obra, el virrey le prestó 8000 pesos al Ayuntamiento, cantidadque tuvo que incrementarse mediante un libramiento de 5000 pesos a cargo delobrero mayor, Jerónimo López, para poder cubrir gastos de construcción y salariosde los operarios. No obstante, a pesar del respaldo económico y de volver a solicitarseun nuevo libramiento por igual cantidad, el virrey, un tanto desconfiado del Ayuntamiento,pidió que se presentara una relación de los gastos aplicados a las obras delSanta Fe, misma que le fue entregada en Cabildo el 26 de septiembre de 1572. Enun solo año se habían invertido cerca de 35 000 pesos y la obra seguía demandandomás, por lo que se buscó un acreedor que cubriera el resto del presupuesto estimado.Baltazar Rodríguez de los Ríos facilitó 125 000 al 5 % anual, con lo que se hipotecópara su beneficio el producto de la sisa que, no obstante su arbitrio, se tuvo porexcepcional, y como tal, intocable. Un hecho curioso es que la deuda se prolongótanto, que se liquidó aproximadamente hasta el siglo XIX.Al fin, en 1576 se erigió una extraordinaria obra de ingeniería hidráulica que aprovechabael antiguo acueducto de la Tlaxpana o de Chapultepec como apoyo para levantaruno nuevo encima, logrando así una vía hidráulica altamente funcional de doscuerpos al correr por el de arriba, agua proveniente de Santa Fe, delgada y de magníficosabor; y por el de abajo o el viejo, la gruesa, que afloraba del manantial de Chapultepec.Gracias a que el acueducto de doble cuerpo permitió alimentar la caja reguladoraal final de su trazo (actualmente la esquina de av. Hidalgo y eje Lázaro Cárdenas) conun abasto de aproximadamente 10 000 l/min, el virrey dispuso tender un tercer ejebásico a la red subterránea, el de San Lorenzo, para alcanzar un volumen más quesuficiente para satisfacer a una población calculada en poco menos de 30 000 habitantes,lo que significaría una notable mejora en el servicio urbano.73


ingeniería en méxico, 400 años de historiaLas solicitudes no se circunscribían a españoles, criollos y mestizos, sino que tambiénabarcaban a la población indígena de los barrios de San Juan y de San Pablo, quesolicitaron al virrey un caño de agua de Chapultepec para el tianguis de San Juany al barrio de San Pablo. Esto fue el antecedente del acueducto de Belem o cuartoeje básico de la red. En el caso de asentamientos donde la red colateral de abastosubterráneo era insuficiente o no llegaba hasta sus domicilios, sirvieron de punto departida a una nueva política virreinal: rebasar la traza urbana en la atención periféricalejana. En ese sentido, Tlatelolco y sus alrededores fueron otros ejemplos de recurrira fuentes alternas, como conducir agua desde Azcapotzalco. La solución fue el usode tubería flexible en un trazo subterráneo.Cuidado sanitario y ambientalEl problema de la basura tuvo dos vectores de afectación: la de las demoliciones yla doméstica. Por su volumen, la primera se utilizó como relleno de los hoyos urbanos;en tanto que la segunda, a pesar de haberse señalado depósitos públicos para sudisposición final, seguía siendo arrojada a los baldíos o bien a las acequias de pocotránsito. Debe señalarse en este rubro que los residuos sólidos extraídos de las acequiasy otros de tipo vegetal se seguían depositando por parte del Ayuntamiento enlos muladares periféricos, o en los tiraderos mayores de Ixtapalapa.Se puede decir que en el aspecto ambiental, Almanza tomó una decisión adelantadapara su tiempo. Según se cuenta, el virrey no dejaba de preocuparse después desus visitas por los alrededores de la cada vez más afectada reserva forestal. Por estarazón, el 9 de febrero de 1570, presentó al Ayuntamiento una memoria cuyo propósitoera preservar los montes circunvecinos con la prohibición de la tala inmoderadaa una distancia de cinco leguas y los incendios de zacates, y con la preferencia de loscortes con sierra. Además impuso una vigilancia estricta a las zonas afectadas. Debeseñalarse que la atención se extendió a los árboles de las acequias circunvecinas ala traza, e incluso a las áreas comerciales, como el mercado de San Juan o el centrocomercial “Portal de Tejada”.Un viejo problema reapareceLos hundimientos urbanos, que ya eran manifiestos desde la primera administración,se volvieron cada vez más graves y más comunes. Por su parte, el Ayuntamiento,suponiendo que había una correlación entre el volumen de construcción y la74


capítulo i. siglo xviresistencia de un suelo no consolidado, le solicitó al virrey que visitara la obra dela Iglesia Mayor o Catedral, pues el lugar donde se construía no permitía tener cimientosmuy fuertes. La falta de depósitos destinados a la basura hizo que, de maneraexperimental, el cascajo se depositara en la oquedad que estaba junto a la IglesiaMayor, la cual se localizaba en la esquina de la actual calle de Seminario y la de Catedral(a un lado del Sagrario). Con este sistema podría recuperarse el nivel del sueloen tantas partes como fuera necesario sin imaginar nunca la sentencia de muerte dela Iglesia Mayor y de otros inmuebles civiles o religiosos, ni la grave afectación de lacontraesquina del actual Palacio Nacional. Nadie consideró el riesgo de los suelosno consolidados ni el de utilizar cascajo como relleno, lo que generó un problemaque desde hace cuatrocientos años se haría presente en la ciudad de México.El acelerado hundimiento también se manifestó en otros aspectos de la infraestructuracapitalina, al grado de que el 26 de enero de 1571 se acordó que el obrero mayor,Jerónimo López, visitara los puentes y aquellos otros lugares de la ciudad que tuvierannecesidad de reparación. Más tarde, el alcalde Luis Suárez de Peralta reunió al Cabildopara informar que el virrey deseaba una relación de las obras del empedrador, copia delas ordenanzas hechas por el Ayuntamiento y el cierre de las calles que se estuvieranempedrando. Como complemento estuvo que, a fin de contribuir en el mantenimientode los empedrados, los vecinos beneficiados pagaran 70 pesos por solar; al mismoTrazo idealizado del abasto subterráneohidráulico colateral fuera de la zona urbana75


ingeniería en méxico, 400 años de historiatiempo se expidió un libramiento a Juan Guerrero y a Martín de Arenguren de 200pesos de oro común para los empedrados. Por la lentitud de las obras y lo abundantede las molestias, el virrey De Almanza le ordenó al alarife Miguel Martínez el 26 deseptiembre de 1572 que hiciera un recorrido por toda la ciudad para detectar dónde serequerían reparaciones y proceder sin dilaciones al remedio.A pesar de los diversos programas de empedrado y reparación para cubrir áreascada vez más alejadas de la traza central, así como de las reiteradas aportaciones particularespara su conservación, en poco tiempo las calles retomaban su caos. La causa,otra vez, fue el intenso tráfico de carretas pesadas. Como solución al problema, elobrero mayor Antonio de Carvajal propuso establecer entradas alternas para aliviar eltránsito pesado en ciertas zonas de conflictos y evitar el congestionamiento de carretascon el consecuente deterioro del empedrado y de los puentes. Las entradas que máscaptaron la atención fueron las del norte por su importancia comercial, al grado de trazaruna calzada alterna a la de Santa Catarina. En eso se estaba cuando un nuevo sucesoprácticamente colapsó a los habitantes al propagarse que el fiscal del Real Consejo deIndias le había solicitado al rey “una cédula de prohibición de los coches en la ciudadde México, y que sean retirados todos los que en ella existen”, lo cual posiblementeproviniera de un visitador real que había comparado el tráfico vehicular de la ciudad deMéxico con el de Madrid y que había querido impresionar al rey. No obstante, la ordenno progresó ni en España, ni en México. Pasados unos meses, la calma volvió, más aúncuando se dio a saber que la calzada alterna “para alivio vehicular” iría del barrio deSanta Lucía (Peralvillo) a la “calzada de Nuestra Señora de Guadalupe”, y se acordó quelas propiedades afectadas por el trazo significarían una indemnización para sus dueños,en algunos casos, indios, y que ya existía un informe con la respectiva ubicación. Coneste antecedente los problemas prácticamente desaparecieron.Otras víctimas del hundimiento del suelo urbano fueron, primero, los acueductos,como el caso de la arquería de Chapultepec por defecto de la construcción, ydespués, el de la red subterránea de agua. La causa se seguía atribuyendo a tomasarbitrarias por parte de los vecinos, por lo que lo único que se hacía era clausurarlas.Sin embargo, en poco tiempo la situación tomó características alarmantes ante lacantidad de fracturas visibles y no visibles en diferentes partes de la traza, al grado deque el Ayuntamiento pensó en abrir toda la red para localizar los tramos más afectadosy sustituir los machihembrados de barro fracturados, o bien en contratar unexperto en cañerías para que arreglara la distribución de aguas en la ciudad, para loque se mandó traer, extrañamente, al maestro de obras Juan Alcántara, que radicabaen Oaxaca, donde al parecer nunca se había presentado una situación igual y quien,76


capítulo i. siglo xvide hecho, no vino a la ciudad. Es de creerse que surgieron críticas al respecto, puesdos meses después se acordó convocar a dos técnicos citadinos para que cada unopropusiera una traza pormenorizada del encañado de la ciudad. Ninguno de los dosdebió haber convencido a las autoridades, pues el 8 de enero en sesión de Cabildo seacordó rematar la obra del encañado a quien presentara la mejor postura. Hacia mediadosde año, la recuperación de la red se empezó a complicar, por lo que se le pidióal obrero mayor, García de Albornoz, nombrar un segundo veedor de las obras delencañado. Hacia 1576 la red ya estaba arreglada, aunque no por eso desaparecieronlos conflictos, uno de ellos fue la escasez de agua que empeoraba progresivamentepor lo que se decidió racionarla. Pocos fueron los que cumplieron con pagar eldisfrute de contar con agua dentro de sus propiedades, así que una vez más se repitióla historia: se encomendó a Andrés Vázquez de Aldana pedir el cumplimiento a losvecinos cuyo plazo para el pago de agua se les venció.Un intento de historia de las Indias y el primerinventario territorial del Nuevo MundoA mediados de su administración le tocó al virrey desempeñar un importante papel:fungir como compilador de información que permitiera el primer intento de unahistoria novohispana en 1572. Así pues, el 17 de agosto de 1572 el rey mandó a Enríquezde Almanza que remitiera cuantas noticias pudiera adquirir sobre las personasque hayan escrito acerca de la conquista y población de aquellos reinos. El virrey notardó en obedecer las disposiciones reales de inmediato, para lo que ordenó a Juan deTovar, jesuita nacido en Texcoco, que escribiera la historia local con la ayuda de loshistoriadores indios y sus libros.Enríquez de Almanza averiguó la información histórica y además hizo un inventarioterritorial de la Nueva España. Entre sus estudios se encontraban las relacionesgeográficas relativas a Oaxaca: Santiago Ixtapa, Quilitlan y Matlatiquipaque (1576);Zacatecas, Tepeque y pueblos circunvecinos; Tequiltitlán y pueblos circunvecinos(1576); Auxaquaquantla y Epatlán (1580); y Quacoman, por mandato de MartínEnríquez (Oaxaca, 1580).Por otro lado, conforme aumentaba el territorio virreinal, los problemas de posesiónse tornaban álgidos; eso lo percibió el visitador Juan de Ovando durante supermanencia en la Nueva España. Cuando la idea de un inventario se le comunicóa Felipe II, este entendió su importancia, más aún, al enterarse de que tan solo elterritorio novohispano cubría aproximadamente 2 500 000 km 2 .77


ingeniería en méxico, 400 años de historiaDespués de varios ensayos, entre 1570 y 1573, en España se redactó un cuestionariodividido en cincuenta capítulos o temas, que se envió a las autoridades de Américahasta 1577, razón por la cual las cédulas llegaron a Nueva España hacia 1579, y fueeditado años después lo que sería el primer inventario territorial del Nuevo Mundo.Esa acción ilustrada de su majestad se encaminó en gran parte al primer conocimientoque hubo acerca de la extensión geográfica de la Nueva España con precisiones sobre sumedio físico, los hombres y su pasado, lo cual se reflejaría a través de relaciones geográficas,censos poblacionales, expediciones botánicas y crónicas o relaciones históricas.Como complemento cognoscitivo estuvieron los viajeros científicos. El Dr.Francisco Hernández averiguó todo lo relativo a las plantas medicinales utilizadaspor los indígenas; el protomédico trabajó a lo largo de siete años en los querecorrió gran parte del territorio, incluida casi toda la zona central, Oaxaca, Michoacány Pánuco. De su pluma salieron treinta y ocho libros que integraron laprimera historia natural del Virreinato mexicano. Al mismo tiempo, el cosmógrafoportugués Francisco Domínguez completó el trabajo de Hernández con ladescripción geográfica del reino novohispano. Y el cosmógrafo Jaime Juan fue elencargado de realizar observaciones del nordestear y del noroestear de las islas ytierra firme.Con el conocimiento adquirido, el rey emitió ordenanzas en 1573, en las quedecía que los pueblos no debían ubicarse en lugares muy altos debido a problemasde vientos y polvos, además de que los servicios se dificultaban, pero no por eso sedebían inclinar por los sitios bajos, por ser sujetos a enfermedades. Añadía que laspoblaciones deberían comenzar por la Plaza Mayor, y desde allí sacar las calles a laspuertas y los caminos principales, dejando tanto compás abierto que, aunque la poblaciónfuera en crecimiento, se pudiera siempre proseguir en la misma forma, entreotros lineamientos. Esta reglamentación se mantuvo vigente en el virreinato para lafundación de villas de españoles, incluida la traza de las congregaciones indígenas.En casi todas se observó la orientación del lugar, la exposición a los vientos, la provisiónde agua y la disposición de la traza, básicamente.Inundación de 1579 y prevención posteriorLas lluvias de este año causaron fuertes inundaciones, primero en los pueblos circunvecinos,y después en las vertientes de las serranías cercanas a los lagos de Zumpango,Tezcuco y San Cristóval, donde se rompieron sus respectivos diques, volcándose severamentesobre la ciudad, según Peñuelas. El virrey Martín de Enríquez le solicitó78


capítulo i. siglo xvial Ayuntamiento que convocara a un Cabildo para solucionar el problema. La juntase llevó a cabo el 18 de enero de 1580, y acordó que el licenciado Lorenzo Sánchezde Obregón, corregidor de la ciudad, y los regidores Antonio Carvajal y BaltasarMejía Salmerón, estudiaran los medios de evitar el peligro que amenazaba a México,acompañados por “indios viejos” que les informaran de los nacimientos de los ríos ymanantiales. El reconocimiento de los ríos dio principio el 5 de febrero de 1580, yse unieron a la comitiva el maestro de obras Claudio Arcienega y el ingeniero FranciscoDomínguez, cosmógrafo del rey, que por órdenes de él se encontraban en laNueva España. El cosmógrafo le comunicó al virrey que se debía abrir una zanja de10 leguas, medidas y reguladas por esfera, y se había de profundizar hacia el centro aun costo de más de 2000 ducados. Según Humboldt, los dos “hombres inteligentesque propusieron al Gobierno ese cañón de bóveda entre el cerro de Sincoque y laloma de Nochistongo fueron Obregón y Arcienega, por ser el punto al cual se debíaprestar atención ante su cercanía al río Cuautitlán”. Hubo más propuestas de obraaunque por no presentarse nuevamente lluvias torrenciales, los trabajos se limitarona reparar calzadas y a construir diques.A mediados del mes de enero de 1580, las acequias ubicadas al sur de la trazamostraban una elevación en su nivel que hacía pensar en una posible inundaciónde no atenderse a tiempo. De manera inmediata se llevó a cabo una inspección bajola atención de las autoridades, acompañadas por indios viejos que les hicieran saberde dónde provenían las corrientes que elevan el nivel de las acequias. Cinco díasdespués, los encargados de la investigación le informaron al virrey que el problemaprovenía de los ríos que abastecían las zonas de San Agustín, por lo que giró instruccionesde tapar el río o la fuente que estuviera provocando la elevación de losniveles en las acequias. Con una rapidez poco común, siete días más tarde ya se habíacorregido el daño. El virrey quedó tan satisfecho que, el 11 de octubre, medianteun libramiento, se reconoció la labor de quienes participaron en la prevención deldesastre urbano: el alarife Claudio de Arciniega, los oficiales Sebastián Gudil, BernabéGarcía, Juan de Rivas y Domingo Merrua, el escribano real Martín Alonso y elintérprete de la Real Audiencia, Juan de Alba.Cuando se anunció que el nuevo virrey estaba por llegar, en un acta del Ayuntamientoapareció el siguiente comentario: “la gestión de Martín Enríquez ha sido tanbuena para la Nueva España que no se le debe despedir con regocijo, por considerarlocomo una pérdida”.79


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400Lorenzoaños de historiaSuárez deIngenieríaMendoza,en México400 años de historia400 años de historia Ingeniería en México400 años de historia(1580-1583)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años historiaIngeniería en Méxicoconde de la Coruña400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoTanto al nuevo virrey como a sus predecesores se les pidió que prestaranatención a los hospitales de la ciudad de México, y en especial al de SanJuan de Ulúa. Además de tratar los asuntos relacionados con el beneficiode la lana, la grana y la seda, los ingenios azucareros, los caminos y los puentes,el nepotismo, los honorarios y empleos, así como evitar abusos contra los indígenas,entre otros. No obstante, llegaba a un lugar donde abundaban los resentidos que letenían gran antipatía.La Audiencia ignoró al virrey y acordó que los diputados, al igual que los almotacenes,tuvieran cuidado de la ciudad con relación a la enfermedad llamada “cocolixtle”,debida a la suciedad creciente. Como nada que proviniera del virrey era aceptado,cuando Suárez de Mendoza propuso el inicio de una serie de obras municipales, se lesolicitó que mandara cesar la construcción de edificios y obras públicas en la ciudad.Con ello, los naturales se podían recuperar de su enfermedad, y así continuar dedicadosa sus labores de labranza y a sus sementeras.81


ingeniería en méxico, 400 años de historiaAcerca del aguaAl conde poco le importaba la opinión de otros, por lo que, preocupado por la faltade agua en la parte sur de la ciudad, decidió reparar un antiguo canal del que se alimentaranasentamientos irregulares al sur de la traza; había sido originalmente detierra y después de barro, lo que ya no iba con el desarrollo urbano, por lo cual se leobligaba a dar al Ayuntamiento 4000 mil cahices de cal para el encañado de dichavía, a 4 pesos, 3 tomines por cada cahíz. Pero el virrey ya no tuvo tiempo de ver si laobra se llevaba a cabo o si se había terminado.Otra labor reconocida al conde de La Coruña fue ampliar las redes colateralesa diferentes rumbos de la traza, empezando por el de las atarazanas. Para ello, seexpidió un libramiento al alarife Juan Francisco de Hojeda por 2500 pesos de orocomún, correspondiente al remate de un encañado que partiría del límite oriente dela calle de Tacuba a la esquina de la casa del doctor De la Fuente (por el rumbo deSan Lázaro). Al año siguiente, también por disposición de él, se hizo merced de “uncaño de agua” al Hospital Real de Indios en la calle de San Juan de Letrán con unpilar pequeño externo para aprovisionamiento de la gente de la calle. A una mercedde abasto urbano surgía otra, lo cual empezó a dificultar progresivamente el serviciopúblico. Ante esa situación, el conde, tras consultarlo con “técnicos del agua”, aplicóen beneficio de la ciudad y de sus pobladores una innovación: instalar en la red subterráneacajas de agua que cubrieran varias funciones; no solo mejoraban la distribucióndel agua potable en la red secundaria, sino también servían como desarenadorespor la noche, y como almacenadoras del volumen matutino. Al convento de NuestraSeñora de la Concepción (calle de Regina), por ejemplo, se le otorgó la concesiónde que tomara agua de la caja de San Agustín (calle de El Salvador) con la condiciónde que se hiciera escritura de que pagaría lo que correspondiera en el repartimiento.Rápidamente se fueron cubriendo áreas antes distantes, y con ello, dependiendode la tendencia, las cajas de agua próximas a los ejes básicos empezaron a tomarimportancia. Un ejemplo es una serie de cajas de agua cercanas al eje de Tacuba, concapacidad suficiente como para satisfacer al barrio de la Santísima Trinidad; el costode estas era variable, dependiendo de su tamaño y de sus funciones.El problema que se estaba manifestando en ciertas calles céntricas, por ejemplo,Tacuba, se resolvió con la instalación de desaguaderos, cuyo propósito eraevitar encharcamientos molestos y riesgosos. Se ubicaban en algunos cruces dela red de drenaje para servir como captadores de aguas fluviales o residuales bajola atención del obrero mayor Jerónimo López, como el caso de los ubicados en lacalle de Tacuba.82


capítulo i. siglo xviÚltimas preocupacionesUna de las industrias en desarrollo en la Nueva España que había decaído bastanteera la de la lana, situación que cambió a lo largo de la administración del virreySuárez de Mendoza. Lo mismo sucedió con la grana, sobre todo en Tecamachalco,provincia de Tepeaca.En otros asuntos, el ensayo Relaciones geográficas relativas a Oaxaca, correspondientea Iztepec y otros pueblos, se había publicado en 1581.A pesar de que el virrey se encontraba muy enfermo, entre sus últimas accionesle comunicó a Felipe II que el hospital del puerto de San Juan de Ulúa estaba muyabandonado; de ahí que sugería que se le procurase ayuda a través de “penas” y limosnas,así como de “cosas y medicinas”. Poco tiempo después, Juan Velázquez deSalazar informaba al rey de la muerte del representante real en tierras americanas.83


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosPedrode historiaMoya de Contreras, 400 años de historiaIngeniería en Méxicoarzobispo-virrey interino 400 años de historia(1584-1585)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoSu prestigio le valió que el rey, a la muerte del conde de LaCoruña, lo hubiera nombrado, en 1584, arzobispo-virreyinterino, capitán general, gobernador, visitador general e inquisidorgeneral de la Nueva España. Sin embargo, unos no querían la participaciónde la iglesia en asuntos civiles, y otros empezaron a difundir una imagen del arzobispo–virreycomo indulgente, contemporizador y carente de energía para ocultar suscorrupciones. Pese a todas estas contrariedades, el arzobispo se logró imponer enasuntos del ámbito social. Cuando el virrey se enteró de la cantidad de peticionesacerca de heridos a los ríos para la industria textil, emitió una ordenanza por la cualse invitaba a los expertos en el tema para que intervinieran, sobre todo en los caudalesde los acueductos de Chapultepec y de Santa Fe.Por otra parte, igual que con el virrey anterior, en el último año de su administraciónse imprimió en 1585 la Relación de la Villa de la Purificación, y su provincia(Nueva Galicia). Debe señalarse que el virrey interino también logró imponer suopinión en el tema de la basura, ya que, había tal cantidad en las calles, que al Ayuntamientono le quedó más remedio que respaldar la solicitud real.85


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400Álvaroaños de historiaManríquezIngenieríade Zúñiga,en México400 años de historia400 años de historia Ingeniería en Méxicomarqués de Villamanrique 400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México(1585-1590)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaSegún algunos autores, el marqués de Villamanrique era tanfirme e inflexible en la toma de decisiones en asuntos económicos,eclesiásticos y políticos, que provocó que su administracióncaptara el antagonismo general de las propias autoridades.87


ingeniería en méxico, 400 años de historiaHacia los primeros meses de 1586 las mayores acciones de tipo municipal que sellevaron a cabo durante su administración correspondieron a la limpia de baldíos,situación que obligó al Ayuntamiento a solicitarle al virrey dinero e indígenas paraproceder al saneamiento de terrenos afectados. El propósito de las autoridades lepareció al virrey no solo bueno, sino también necesario, por lo que apoyó utilizar lascuadrillas de indígenas en la limpia de los desaguaderos de residuales empezando porel que iba desde la calle de Tacuba hasta la acequia.La programación del virrey comenzó también a contemplar aspectos cada vezmás álgidos, como el abuso de desperdicios animales en calles y acequias. En el Cabildodel 14 de julio se solicitaron doscientos indígenas para llevar a cabo un aseoprogramado en un plazo de quince días. Seis meses después se dispuso de carretonespara un servicio de saneamiento semanal, además de recurrir a vigilancias sanitariasy denuncias que debían ser informadas al virrey, de lo que se encargaron los almotacenespor instrucción del alguacil mayor. Pocos meses después se dio forma legala las acciones de limpia al designar, en agosto de 1587, a Alonso Domínguez comoencargado del saneamiento urbano, quien fue enviado a pregonar por un mes.Aunque la práctica de las licitaciones era buena, su trámite y su seguimiento resultabandemasiado lentos, por lo que los pobladores lo interpretaban como una falta deinterés de las autoridades, y con ello sobrevenía su desconfianza y agresividad hacia elGobierno. Las autoridades, para defenderse, recurrían al descrédito de unas a otras.Entre otras acciones, el marqués de Villamanrique ordenó que se establecieranbasureros públicos y se cercaran los solares vacíos. Se acordó dar 400 pesos al comisionadoAlfonso Valdez y se designaron encargados de indicar los lugares para depósitospúblicos. Mes y medio después, los sitios asignados comenzaron a ser marcadospor el obrero mayor. Una vez resuelto lo de los basureros, se comisionó al regidor aredactar las condiciones del remate de las obras de limpia de la ciudad. Con objetode desarrollar en los habitantes la cultura de la basura, se pregonó dónde debía depositarse,lo cual estuvo a cargo del escribano del Cabildo.Los contratos de limpia se manejaban periódicamente, lo que requería diversospreparativos antes de emitirse el pregón correspondiente. Cuando el rey vio que elestado en el que se encontraba la Real Hacienda era desastroso, convino hacer unajunta semanal para ventilar todo lo relacionado con deudas e imponer el orden enlas cobranzas. Por ello, durante su administración, se recuperaron muchos años decuentas atrasadas que se daban por perdidas. En su deseo de orden, el virrey ademásles pidió a los oficiales reales que llevasen libros para asentar todas las escrituras y cédulasrelacionadas con su gobierno anotando la fecha precisa, además de abrir libros88


capítulo i. siglo xvidonde se registraran los asuntos de Veracruz, San Juan de Ulúa y Acapulco relacionadoscon esclavos, navíos, jarcias, municiones y artillería, entre otros.Los obrajesLos obrajes, que por su cantidad y producción representaban una de las más fuerteslíneas industriales en el virreinato, se habían convertido en centros de explotacióny abusos. Para remediar esta situación, el marqués decretó que se cerraran y solo seabrieran teniendo su licencia. Esa advertencia se volvió realidad, y ante las múltiplesreclamaciones, proclamó que los dueños debían mostrar calidad moral personalademás de buenas condiciones del obraje, y que, para ello, hiciesen asiento ante elcorregidor de tal lugar por meses, y mostrar esto en un libro; y en cuanto a las pagas,se hiciesen verdaderamente en presencia del juez y escribano.Otra de las observaciones que salieron a flote fue el declive de una industria pococonocida, la de la fabricación de navíos en Filipinas, la cual se había vuelto un centrode competencia en ventas para los propios comerciantes novohispanos por su preciobajo y que pronto representaría un serio problema ocupacional para Acapulco.A lo largo del siglo XVI las haciendas tuvieron un desarrollo extraordinario, enespecial en la zona del Bajío. Un ejemplo es la hacienda de San Nicolás que, graciasa un canal alimentador de 8 km proveniente de la presa de Yuriria, se convirtió enla propiedad rural más grande de la Nueva España por contar con una extensión decuarenta caballerías, superficie equivalente a 1742 ha. La región de Yuriria hacia finalesdel XVI registraba 81 mercedes reales que hacían un total de 114 000 hectáreas,de las cuales 5461 eran para labores agrícolas, y el resto para ganaderas.89


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosLuisde historiade Velasco el joven 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia(1590-1595)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaAla muerte de su padre, Luis de Velasco, hijo, desempeñó varioscargos dentro de la burocracia virreinal novohispana y tambiénsirvió al rey como diplomático en Europa. A su arribo en 1590encontró que la situación en México era tranquila pero no próspera; las epidemiasse ensañaban con los indígenas, la inflación era severa, los alimentos básicos escaseaban,y tanto la industria como el comercio estaban declinando.91


ingeniería en méxico, 400 años de historiaEl virrey aplicó una estrategia basada en los jesuitas para lograr la paz entre los indios.En cuanto a la seguridad portuaria del reino, al enterarse de que los puertos de SanJuan de Ulúa y Acapulco carecían de artillería, intentó remediar su situación, haciendofundición para fabricarla. Se hizo en Chapultepec un ingenio de caballo con quese molía la pólvora sin trabajo ni riesgo de los naturales.Acerca de la perleríaUna línea comercial que contribuyó a la fama de que el virreinato fuera el emporio deriqueza de la Corona fue la perlería, que se llevó a cabo en la costa de las Californias enel Mar del Sur; además sus litorales serían útiles para la navegación hacia las Filipinas.Los naturales: sujetos de derechos y respetoLas haciendas de españoles y otras propiedades no podrían sustentarse ni pasar adelantesin servicios ni ayuda de los indios. No obstante, los indígenas eran un grupoconstantemente violentado por los españoles, por lo que el virrey atendía con grandísimocuidado y no menos rigor, que los indios fueran bien tratados y pagados, sopena de castigo. Agregaba que desde que él llegó al gobierno había acrecentado lapaga a los indios, pero que esta orden se había desobedecido. En un aspecto de muchointerés y relacionado con el tema anterior, el virrey aclaraba que para proteger lapersonalidad jurídica de los naturales fundó el tribunal o Juzgado de Indios, destinadoa conocer tanto de lo criminal, como de lo civil.Como resultado de sus visitas urbanas, el virrey pudo darse cuenta de que el despoblamientode indígenas en los barrios de México se debía a la invasión de españolesa sus casas, que la llevaban a cabo, en varias ocasiones, mediante la compraa muy bajo precio (también los mestizos, mulatos y negros habían actuado comoagresores). Sin embargo, al no darle tiempo para resolver el problema, el virrey tuvoque dejarlo en manos de su sucesor.Otro tipo de controlLa irregularidad de la posesión de inmuebles fue otro rubro que requirió una cuidadosalegislación, no solo en el caso de la ciudad de México, sino también en elentorno de ésta al prohibir que en ningún pueblo se hiciese ni edificarse casa de unespañol sin darle noticia. Esta disposición se debió en buena parte a que, mediante92


capítulo i. siglo xviTres técnicas para dragar fangos en ríos y puertosa mediados del siglo XVI. En Nueva España seadaptaron básicamente para limpia de acequias.Las ilustraciones corresponden a Juanelo Torriani.un control de propiedad rural, se podía evitar la presencia y trato de los productorescon los regatones, y con ello impedir que vinieran a las plazas de las ciudades.Atención lejanaLas mercancías manejadas en los puertos de Veracruz y Acapulco tenían problemaspor daños y pérdidas. Una propuesta del Ayuntamiento era reanudar la construcciónde un camino iniciado en la época del marqués de Villamanrique, pero no fue llevadaa cabo, pues la obra significaba un grandísimo gasto, mucho tiempo para su terminacióny muchas muertes de indígenas por el clima caliente. El virrey estudió un segundoproyecto que también representaba el mismo costo y la misma dificultad, por lo queno lo llevó a cabo y mejor se lo encomendó a su sucesor, como se verá a continuación.Respecto al paso interoceánico, para cuya construcción se hicieron varios intentos,el virrey De Velasco presentó en el capítulo 17 de su pliego de mortaja una extraordinarianarrativa de sus propuestas y logros. Hablaba de las naos que navegaban por93


ingeniería en méxico, 400 años de historiael mar del Sur con destino a Perú y Filipinas, y arribaban al puerto de Acapulco paraabastecerse. El problema era traer las mercaderías desde el otro litoral, para lo que seutilizaban indios que sufrían bastante durante el trayecto. El virrey sugería el uso deun camino interoceánico de carretas que conllevaba un ahorro considerable de dinero.Cuestiones de saludLa basura retomó el interés virreinal en el marco de soluciones primordiales; por esarazón, De Velasco siguió las directrices de su predecesor aunque, como ya era desdeentonces una costumbre burocrática, un cuerpo administrativo responsabilizaba aotro, sin quedar más recurso que encargarle al alguacil una mayor señalización delos concentradores de basura. En ese sentido se escogieron cruceros cercanos a callescéntricas, y para la disposición final se retomó el tiradero de Ixtapalapa.El virrey De Velasco era un administrador de rápidas respuestas. Al percatarsede la insanidad urbana, el 9 de noviembre de 1590 llevó a cabo el primer rematede limpia recién empezado superiodo de gobierno. Lo ganó Gaspar Pérez, quién secomprometió a informarle dos días después al alguacil mayor Diego de Velasco dóndeestarían los lugares de acopio de basura urbana. Los contratos tenían vigencia deun año y podían renovarse.A partir de marzo de 1591 los aspectos sanitarios se convirtieron en responsabilidadde un diputado de limpia designado mensualmente y, como corresponsable,a un diputado de carretones. Con el objeto de garantizar el servicio, el número decarretones se aumentó a dieciocho; de ahí la necesidad de contratar un corral paraguardarlos y repararlos. Eso remedió la situación, solo que el constante servicio, loslargos recorridos y el mal estado de las calles provocaron que las unidades se deteriorarany disminuyeran su eficiencia; así que, para proveerse de fondos para otrosvehículos, los averiados se pusieron a remate.La sanidad urbana no solo se circunscribió a la basura, sino que la limpia de acequiastambién tomaba una nueva importancia. En la junta de Cabildo se hacía referencia aesas vías, con la indicación de cuáles eran de urgente trabajo y bajo qué condiciones.Para su inmediata ejecución se aplicó un fondo inicial de 500 pesos. Curiosamente,en ese momento se habló por primera vez de los lodos residuales en las acequias queeran causa de frecuentes enfermedades. De hecho, la evacuación de excretas por particularesiba directamente a los baldíos e incluso a las calles, al contrario de la costumbreprehispánica de utilizarlas como abono, adobado de pieles y usarlas en trueques en elmercado de Tlatelolco. La evacuación de detritus humanos se hacía mediante “pipas”,94


capítulo i. siglo xvilas cuales consistían en un carretón corto y de dos ruedas, a base de tablones y jaladopor una acémila; sobre la plataforma se colocaba un tonel de gran capacidad sostenidopor tirantes angulares de mecate. En determinados días de la semana, después del atardecer,se anunciaba con campana, y los habitantes salían a vaciar en el contenedor lasexcretas provenientes de unos bacines llamados “dompedros”. La “pipa” salía de la ciudadcon la carga depositada y dejaba en su trayecto una estela de excremento que se acumulabaen mayor cantidad en la entrada y salida de los puentes urbanos que cruzabanlas acequias. Ese líquido pestilente quizá fue una de las causas de las epidemias de tifoy de la proliferación de piojos y pulgas que asolaron a la urbe a partir de esa centuria.Conforme la urbe crecía, en igual proporción aumentaba el número de habitantes,y con ello la pobreza, las enfermedades y las ocupaciones. De estas últimas,las más afectadas fueron las que giraban en torno al agua, como las tenerías, que seextendieron casi exponencialmente hacia el norte, las teñidoras de textiles (conocidascomo tintorerías), las nixtamaleras (hacia la zona de Tepito y col. Morelos) y lasprocesadoras de harina (hacia la zona de Coyuya).Una ocupación que se desarrolló como resultado de abundantes enfermedades yde los centros de atención fue el lavado de ropa proveniente de hospitales, en su mayoríaaltamente infectada especialmente por sangre y excretas. Esta actividad corría acargo de una población indígena carente de trabajo. A fin de combatir esta prácticaque alteraba el abasto hidráulico se estableció, bajo una nueva forma empresarial, elservicio privatizado de lugares destinados a la limpieza de ropa doméstica, cuya presenciase volvió común en ciudades, villas e incluso haciendas, siempre en el marcode la infraestructura hidráulica.En cuanto a las enfermedades que empezaban a convertirse en endémicas, suterapia y, hasta cierto punto, el aseo se centraron en los antiguos temazcales prehispánicosa los que muy rara vez se les llegó a llamar baños; se prefería conservar sunombre nativo al igual que su uso en las poblaciones circunvecinas de la ciudad capital.Esta ansia de limpieza y de terapia contribuyó en gran medida al arrasamiento deárboles, ya que por cada individuo que utilizara el temazcal se requería una carga deleña, o sea, 30 kg aproximadamente.Modernizar la ciudadHacia la última década del siglo, la tendencia al alza de la infraestructura urbana de laclase media se detuvo, pues la inflación había encarecido los materiales de construcción,como la madera, la piedra y la cal. Ante esta situación, el Ayuntamiento se vio95


ingeniería en méxico, 400 años de historiaprecisado a crear fuentes de trabajo que captaban mano de obra para infraestructuraurbana. Esta decisión tuvo un doble efecto; por una parte, el apoyo de la poblaciónespañola y criolla, y por la otra, de rechazo por los habitantes de las zonas con aperturade calles, en su mayoría indígenas. Por la naturaleza del asunto, el virrey le encargóa la Audiencia tomar respuesta, lo cual se hizo a través de consultar dos alarifes, unopor parte de la ciudad y el otro por parte de los naturales, además de un maestro decantería para tasar en conjunto el monto de “casas, camellones y tierras” para que, encaso de abrir una calle, se pagara lo justo. Dos años antes, la propiedad urbana habíadejado de ser disfrute gratuito al establecerse un impuesto predial “perpetuo” de losdos pesos de oro de minas anuales.En el marco del urbanismo, el virrey De Velasco había notado que la capital crecíasin áreas verdes; de ahí su idea de crear un espacio verde próximo a la traza, con locual erradicaría la delincuencia que se generó en una enorme área de hoyos y de marjalesque iban desde la acequia de San Juan hasta la actual avenida Guerrero. Ademásse iniciaría la cultura de desarrollar la afición ciudadana por los espacios arbolados.Así fue que el 14 de enero de 1592 ordenó la construcción de una alameda delantedel tianguis de San Hipólito. Sin duda, erigir un pulmón traería a corto plazo el saneamientode esa zona, por lo que dispuso desaparecer una tenería cercana.La inquietud del virrey por modernizar la ciudad de México se reflejó en unaserie de obras públicas, en las cuales habrían de participar el maestro mayor en elarte de cantería y de arquitectura para las del tipo civil; mientras que para las de tipomunicipal no especializadas, el obrero mayor para obra pública; y en cuanto a cuestionesde agua y desaguaderos, el obrero mayor del agua. Como complemento, elAyuntamiento nombraría regidores que se encargarían de las obras públicas sin gocede sueldo. Sin embargo, en la práctica, las obras públicas conllevaron irregularidadesy maltrato a los indios.Las obras públicas también incluían la preocupación de que hubiera agua en lasfuentes. Además, se encomendaron las visitas a cañerías y datas para resolver la escasezde agua en las pilas públicas, en especial las del ramal de las Recogidas y las de Jesús María.Dado que gran parte del problema se debía a fugas en la red, el virrey autorizó un libramientode 5000 pesos de oro común para trabajos de recuperación. No obstante, encuanto se recuperaba el volumen de distribución, las demandas retornaban, pero ahoracon una nueva modalidad: sugerir de dónde captar el líquido. Así sucedió, por ejemplo,con los vecinos del barrio de San Sebastián, que pedían una pila de agua para su sustento.Dado que la red de abasto urbano era cada vez más amplia, el recurso de las “pipas deagua” comenzó a prohibirse, aunque el abasto seguía siendo insuficiente.96


capítulo i. siglo xviEl problema era que al desconocer que se trataba de un problema de mecánicade suelos y no de ingeniería civil, toda respuesta relacionada con la reparación de losacueductos averiados resultaba inútil, como también tratar de aumentar o corregir elvolumen acarreado de agua; no obstante, se siguió procediendo en el mismo tenor. Pareceser que el acueducto de Chapultepec o de Belem, como mejor se le conoció, puedetomarse como respuesta para aumentar el volumen de agua mediante una canal másacorde con el caudal requerido.La autoridad mayor, consciente de su cargo, le extendió un libramiento a Alonsode Valdés por 6000 pesos de oro común para destinarlos a la reparación del Azcapotzalco–Tlatelolco,y le encargó ver qué cantidad de peones e indígenas fueran anecesitarse en la nueva fuente alimentadora suburbana. El tema del acueducto deAzcapotzalco, que al principio parecía poco importante, en menos de un mes cambióde manera significativa por empeño del virrey, al grado de que en la reunión delCabildo del Ayuntamiento del 11 de mayo, de los nueve capítulos que se sometierona discusión, dos correspondieron a este asunto.A la semana siguiente, Alonso de Valdés, en el Cabildo del 15 de mayo, presentóla confirmación del virrey para ocupar el cargo de comisario de la obra de agua deSantiago Tlatelolco, al mismo tiempo que se le ordenaba notificar a Juan FernándezPeralera su nombramiento de maestro de agua del mismo acueducto. La obraavanzaba con rapidez poco común si se considera que el 16 de noviembre Alonsode Valdés informaba que se habían tendido 1300 varas de cañería, pese a lo cual “elagua no corría”, y que después de hablar con el hermano Larios y con Juan de Peralera,ambos de la Compañía de Jesús, encargados de la obra, ya le habían informadoal virrey que se debían derrumbar las primeras ochocientas varas, porque la cañeríaestaba quebrada, y que sería conveniente que se trajera el agua por atarjea.Por su parte, Alonso Domínguez, en la junta de Cabildo, propuso el 18 de marzoque se cobraran los gastos de la cañería a las personas responsables del error. Además sepedía que los indios no se llevaran la piedra que era propiedad del Ayuntamiento.Se extendió otro libramiento de 1000 pesos al tesorero para la atarjea que seusaría para traer agua de Azcapotzalco a Santiago, con la aclaración de que esacantidad se aplicara a favor de los tenayucas que participarían en la obra, la cual,por orden del virrey, se concedió. Mientras se corrían las obras de los acueductos,la construcción de fuentes se fue extendiendo por la ciudad. Por ejemplo, la quese ubicaría a la mitad de la plazuela de San Juan frente a la puerta de la Iglesia, lapila pública de atrás de la iglesia de la Veracruz y la que se estaba levantando en elColegio de las Huérfanas de la Caridad, todas en 1593.97


ingeniería en méxico, 400 años de historiaInnovaciones en la industria molineraEl auge que tuvieron los molinos para trigo entre 1587 y 1593 en poblacioneslejanas a la ciudad de México llevó a innovaciones en la industria molinera. Unade ellas es la que corrió a cargo de Pedro de Dueñas en el molino de Tuzcacoalco(hoy molino de Flores, Texcoco), que consistió en captar el herido original enuna caja de agua de gran capacidad, y dos tiros paralelos parecidos a unos conoso embudos, dentro de una atarjea de 5 m de fondo. Cada uno de los conoscontaba en su diámetro mayor con una compuerta que controlaba la cantidad yla fuerza hidráulica con que el agua del estanque debía cruzar la entrada de lasconstrucciones cónicas. Las caídas respectivas tenían aproximadamente quincegrados de inclinación, con lo cual ganaban la fuerza necesaria para hacer girarlos álabes que accionaban un eje metálico, atornillado (en un piso superior) a undisco de piedra de aproximadamente de 20 cm de grosor y 2 m de diámetro. Lamuela o muesca, descansaba sobre otra piedra del mismo diámetro, pero de 60cm de grosor; estaba fija con un orificio al centro de aproximadamente 30 cm dediámetro por donde pasaba el eje que transmitía el movimiento generado por elagua al juego de álabes y transmitido, a su vez, a través del eje a la piedra móvil agran velocidad. El grano se colocaba entre ambas muelas aprovechando el peso dela muesca. Al concluir la molienda, el agua se incorporaba nuevamente al caucedel río Coxcacoacoz a través de canales.La mecánica textilEn cuanto a las industrias de fibras, la de la seda había empezado a captar la atenciónde trabajadores especializados españoles que, con el pretexto de tener experiencia,desplazaban la mano de obra nacional a los talleres periféricos de la ciudady del interior del virreinato; por ello, el virrey ratificó el 5 de diciembre de 1591 lasordenanzas sobre sederos, señalando que aquellos que provinieran de la Penínsulano podían ejercer este oficio ni tener un taller si no eran examinados en la ciudadde México, Madrid, Sevilla, Valladolid, Granada o Castilla. Es de creerse que esasexigencias de calidad de mano de obra eran el resultado del grado de dificultad alque había llegado la mecánica textil, a juzgar por la ordenanza que sobre hiladoresde seda fue ratificada por don Luis de Velasco el 9 de septiembre de 1590 en la ciudadcapital, y en donde también se indicaba que todos los que vinieran de Castillanecesitarían además ser examinados por los mayorales para tener torno y usar eloficio bajo pena de multa.98


capítulo i. siglo xviContinúa la obra públicaCon una actividad extraordinaria, en el rubro de obra pública, el programa que contemplabael aderezado de casi todas las calzadas condujo al Ayuntamiento a solicitarleal virrey el apoyo de la mano de obra de cien indígenas cada semana.Para llevar a cabo la reparación se puso cuidado especial en el empedrado, queno solo sufría desprendimientos sino también lodazales por la ruptura de la redsubterránea. A fin de formalizar el proyecto, el Ayuntamiento le pidió al virrey queemitiera una ordenanza para evitar la circulación de carretas pesadas en la ciudad entanto se establecieran descargaderos periféricos. Se propuso que por el momento lasmercancías podrían llegar a las zonas de captación y de venta “en carretones desherrados,tirados por sólo dos mulas o dos bueyes”. Otro punto fue fijar los sitios dondelas recuas se detuvieran para distribuir la carga en carretas desherradas. Y el últimopunto fue que se repararan las calzadas que lo necesitaran. En ese sentido, el virreydispuso como obra pública de inmediata atención, además de la calzada de Chapultepec,la construcción de tres puentes en el camino de Coyoacán, otro en el caminode Atlijuca, y otro camino a Tlanepantla.En el marco del cuidado de la ciudad, un proyecto totalmente generado por DeVelasco en una identidad entre la ingeniería sanitaria y la ingeniería civil consistió enllevar a cabo el saneamiento de la gran área que el virrey Antonio de Mendoza habíacomenzado en el poniente de la urbe y que, por abandono prolongado, esa zona sehabía convertido en marjales de riesgo para la salud y seguridad de los que habitabanen sus proximidades. El proyecto contemplaba trazar la calzada del Calvario (hoy av.Juárez), recuperar la calzada México–Tacuba y construir un pulmón citadino paraesparcimiento de los capitalinos.Para el trazo de la calzada se programó el relleno de una gran cantidad de oquedades,resultado de una deshidratación a cielo abierto durante décadas. Para la recuperación dela calzada México–Tacuba se necesitaría preparar la infraestructura que iba a ser necesariapara la expansión urbana. Debe señalarse que fue tal la cantidad de obras proyectadasen el ámbito de la hoy llamada ingeniería municipal, que se llevó memoria de ellas.Por último, se desarrolló un espacio verde para el esparcimiento y el adorno citadino;era el primero programado urbanísticamente en el virreinato, lo que lo diferencia,en cierta forma, del de la reina regenta en 1524. Este proyecto podría, de hecho, tomarsecomo un antecedente de ingeniería de jardines, al sanear un área mediante unaalameda. Año y medio después se terminó la Alameda, y se nombró a Miguel Alfonsoguarda de la misma y de sus calzadas respectivas, con un salario de 150 pesos anuales.Plantar, replantar, chapodar y regar los árboles, complementarían su labor.99


ingeniería en méxico, 400 años de historiaPlanta del batán localizado en el actual Molinode Flores, Texcoco. Fue el más importante desu época por el tamaño de sus muelas y porsus dos cámaras de inyección hidráulica. Fueconstruido en el último tercio del siglo XVI.100


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosGasparde historiade Zúñiga y Acevedo, 400 años de historiaIngeniería en Méxicoconde de Monterrey 400 años de historia(1596–1603)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoEl conde de Monterrey no tuvo la popularidad ni la experiencia de Luisde Velasco hijo; de ahí su actitud cautelosa para encarar toda clase deproblemas, como llevar a cabo la instrucción real de las congregacionesindígenas y levantar un censo de todo el territorio virreinal. Durante su gobiernole tocó el cambio de siglo. El XVII fue un siglo en extremo conflictivo en todos losórdenes, en el que se alternaban sequías con inundaciones y surgieron epidemias ypandemias, pero además se caracterizó por una gran calidad intelectual e inventivaque precedió en buena cantidad de años al siglo de la Ilustración de Carlos III.101


ingeniería en méxico, 400 años de historiaPor el gran respeto a las disposiciones reales, y ante lo delicado de dar a saber la realidadde la “república de indios”, el virrey diseñó una estrategia de captura de datos detal manera que los autos y diligencias judiciales se aplicaran en todas las poblacionesdel interior. Para semejante investigación, el virrey envió treinta equipos de reconocimiento.Al respecto, Francisco Domínguez, cosmógrafo, fue el encargado deestudiar el terreno y, a la vez, de determinar los planes generales para la encuesta, queestuvo a cargo de civiles. A cada equipo se le proveyó de personal con instruccionesperfectamente detalladas, y estaba supervisado por un comisionado-juez, quien a suvez auxiliaba a un notario, un alguacil y un intérprete local.El oro blancoRespecto a la industria salinera, el virrey era de la opinión de que debido al desarrollominero el consumo de sal se volvía mayor cada día, y su producción empezaba a noser suficiente. De ahí que podrían explotarse “unas salinas hacia Chiautla, y juntoZacacualpa y Izcateupa se podrían labrar […] y particularmente en Zacatula hay unaslagunas que se hinchan por el mar y se cierran cuando están llenas, que todas se cuajande maravillosa sal […] que se haga por no haber camino si no es aquél trayendo lasal hasta Acapulco por el mar en los barcos de trato de la costa.”Un viejo problemaLa descarga de las flotas de España en el puerto de San Juan de Ulúa, que provocabapérdidas e incluso muertes, había hecho pensar a Luis de Velasco hijo “abrir uncamino nuevo desde aquel puerto a México sin pasar por Veracruz”. A Francisco deValverde y al ingeniero Bautista Antoneli les pareció imposible o dificultoso y degrandes gastos abrir un camino carretero; sin embargo, al tener noticia el conde “decierta vereda que unos dueños de carros habían considerado se pudiera abrir fácilmente”,se interesó y mandó que procedieran con la obra, y con lo que según informóse fundó la nueva ciudad.Otro tema relacionado con la ingeniería de caminos fue el ya lejano intento deun camino carretero entre Tehuantepec y el río Coatzacoalcos, lo que fue comunicadoa la Corona en una misiva detallada. El conde de Monterrey le sugirió a su sucesoren el capítulo 10 de su informe “que este camino se use siempre, poco o mucho, paraque no se cierre y haga bosque”. Quizá se había encontrado y trazado y tal vez transitado,el tan anhelado paso transoceánico a escasos setenta y cinco años de Virreinato.102


capítulo i. siglo xviEl alimento del diabloUna inquietud creciente de los virreyes fue brindarle seguridad interna y litorala la Nueva España. En la administración del conde de Monterrey se procuró mejorarlas instalaciones de Chapultepec en la época del virrey De Velasco, tanto eninfraestructura como en producción de pólvora mediante un ingenio de mulas enun patio con agua y almacenes a la redonda. Dado que el problema para alcanzaresa meta era el salitre, el virrey se apoyó en un flamenco de nombre Cristóbal Miguelpara establecer un estanco donde beneficiar la tierra salitra en el contorno deMéxico y ocho leguas a la redonda. En cuanto al ramo de fundición, añadía que enChapultepec ya se habían fundido varias piezas y también se había establecido unpar de fundiciones en Acapulco para auxiliar a las naos que arribaban.Diversificación de la ingeniería civilEn otro tema conviene hacer alusión al desarrollo que durante la administraciónde este virrey tuvo la infraestructura religiosa a través de la ingeniería civil. Algunosejemplos de ello fueron los colegios de Porta Coelli de la orden de Santo Domingoy del Santo Ángel de los carmelitas descalzos, y los monasterios de monjasde Santa Inés y de franciscanas descalzas que fue fundado por doña Catalina Peralta,con tal calidad arquitectónica que fue considerado como un edifico aventajadoentre los conventos de monjas. También se erigió en estos años un edificio de muygentil fábrica y un hospital, por un mercader, al que le nombró del Espíritu Santo.Otro inmueble religioso en el que intervino el virrey fue la Catedral Metropolitana,al haber estado al pendiente de levantar los pilares de tres cuerpos que habría detener la vía central, así como tres o cuatro de las capillas y hornacinas que lleva por loslados. Una infraestructura religiosa de gran calidad fue el convento de Jesús María,que resultó de muy buena traza. En cuanto a inmuebles religiosos, se avanzó la mitadde la obra la nueva iglesia de la Casa Profesa de la Compañía de Jesús e hizo que elconvento de los carmelitas descalzos contara con dormitorios y celdas. Lo mismosucedía con la iglesia de los franciscanos descalzos, en la que ya había quedado terminadala cantería y había sido cortada la madera del interior. Una más fue el conventode los mercedarios, fundado como colegio y, que de ser una casilla pobre y estrecha,se ensanchó en su trazo y comenzó a fabricarse su iglesia.Este virreinato fue determinante en la educación media superior y en la superior.Un ejemplo es la Real y Pontificia Universidad de México, en la que se edificóun lienzo de generales con un corredor, patios y bóvedas. Otros ejemplos fueron la103


ingeniería en méxico, 400 años de historiacalidad estructural de un colegio de la Compañía de Jesús y el inicio del Colegio deSan Pablo de los padres agustinos.En el aspecto de la asistencia social, los esfuerzos del virrey se encauzaron, por unaparte, a aprovechar las instalaciones religiosas, y por otra, a reforzar los fondos económicosde uno de los hospitales más importantes de la ciudad. Así fue que procuró queel Ayuntamiento tomara bajo su cargo la reedificación de la iglesia de San Hipólito y suanexo, el Hospital de los Convalecientes (hoy av. Hidalgo y Reforma norte). Su estadollegó a ser ruinoso, al grado de que lo que era la nave acabó por servir temporalmentecomo sala de enfermería. Su reparación se llevó a cabo en buena parte con limosnas deadentro y de afuera de la ciudad, y en otra, con apoyo económico del Ayuntamientoy del virrey. También se reparó el colegio de niños huérfanos de San Juan de Letrán.Finaliza el capítulo con la mención del Real Hospital de Indios, cuyo edificioestaba en buen estado pero que se encontraba “corto de dotación”. Por esta razón,el virrey le hizo aumento de dotación del Teatro de Comedias (ubicado en la actualcalle de Bolívar, entre Madero y 16 de Septiembre) y otorgó una merced para quepudiera hacerse venta de alimentos dentro del patio.El plomo en la ingenieríaAlgo que debe mencionarse y que está muy relacionado con la ingeniería es que en losalbores del siglo XVII el plomo dejó de usarse en tuberías para hacer acto de presencia,primero en techumbres y luego en la reparación de la red subterránea de agua en la ciudad.Se puede decir que fue una innovación en América cubrir los techos de las iglesiasgrandes con placas de plomo. Un ejemplo, al parecer, es el templo de San Francisco, yotro, el templo de la Merced. En el aspecto municipal, la máxima aplicación se alcanzóen el siglo XVII, básicamente en la reparación de los módulos fracturados de la redsubterránea de agua mediante un sistema de cinchado; con ello se evitó desmontar lostubos machihembrados y se logró un extraordinario ahorro de tiempo y de desperdiciode agua. Esto se debió a Fray Andrés de San Miguel, quien incluyó su proceso en untratado sobre temas técnicos. También a él se le debe la hechura y aplicación de emplomadosen ventanas, principalmente en construcciones religiosas.Sanidad y obra públicaLa sanidad, en sus diferentes facetas, se volvió desde el siglo XVI un tema recurrenteentre los virreyes novohispanos. A partir de las quejas de los vecinos, el conde de104


capítulo i. siglo xviMonterrey le ordenó al alguacil mayor y a los miembros del Ayuntamiento que, enpersona, certificaran el estado de la salud pública, y con base en esa informaciónprocedió a diseñar el primer programa de limpia. Entre las variantes del servicio delimpia estuvo la vigilancia, quizá extrema, a la que se sometía al concesionario. Estapráctica se prolongó hasta finales del siglo XVI, a juzgar por una comunicación delalguacil mayor Baltazar Mexía Salmerón.De manera prácticamente simultánea, la preocupación virreinal se extendióa los ejidos al mostrar, desde 1598, no únicamente un fuerte abandono del suelo,sino también severas afectaciones en puentes y mojoneras de ejidos tan importantescomo el de Chapultepec y el de Guadalupe. Para confirmarlo, el conde solicitó cuidadosasinspecciones en julio de 1598. Se encontró que el daño se había extendidoa las calzadas circunvecinas, como la de San Cristóbal y la de Santiago, así como alos puentes de tránsito abundante en San Martín y Tlanepantla, donde se habíanrobado las vigas. También estaba presente el problema del empedrado que mostrabaaverías caóticas a pesar de las composturas hechas; así pues, se volvió a restringir eltipo de carretas que transitaban por las calles. No obstante, las reparaciones se enfrentarona la escasez de materiales, la interrupción de labores municipales y la lentitudde la mano de obra, por lo cual el virrey se vio obligado a promover la innovaciónadministrativa obligando a que las dos partes interesadas (indígenas de Cuitlahuacay representantes de la ciudad) trataran sus asuntos directamente. Ya en marcha laprogramación, surgió un nuevo problema: la cantidad de obras demandaba más de2000 pesos y mano de obra que complicaba la situación; de ahí que el Ayuntamientoconvino responsabilizarse de darle a los pueblos de Tenayuca, Tlanepantla, Guadalupe,Coyoacán y Atlihuca madera, clavos y cal, en tanto que las jurisdiccionescorrespondientes aportarían la mano de obra indígena. Pero al problema anterior lesiguió otro: la ciudad continuaba hundiéndose con severas manifestaciones, comola ruptura de la red flexible de agua con tal abundancia que las fuentes secas se multiplicaronal grado de que las brigadas del Ayuntamiento, al no darse abasto en lasreparaciones, le solicitaron al virrey un refuerzo de indios para las obras del agua delas pilas, además de material para los caños. Aunque de poco sirvió su apoyo, pues lareparación se hizo con lentitud.La raíz de un mal latenteEl intenso tráfico comercial que caracterizó a la Nueva España desde sus inicios, nosolo era por mar y tierra, sino también por las acequias, que eran las vías ideales para105


ingeniería en méxico, 400 años de historiadistribuir gran parte de mercancía de contrabando proveniente de China, lo que erauna creciente competencia desleal contra los productos españoles y nacionales. Elvirrey recibió instrucciones de prohibir la entrada de mercancías de China; esto fueuno de los orígenes de las garitas urbanas.Memoria escritaEl canónigo Bernardo de la Bega le solicitó al Ayuntamiento una merced para sufragarel costo de la impresión “de un libro que en gran parte trata de las grandezas dela muy noble ciudad de México”. El Ayuntamiento se lo comunicó al virrey, quiendictaminó que, además de entregarle al canónigo 600 pesos de oro común, se le pidierandos ejemplares para el archivo de la ciudad, y con ello conservar su fundacióny memoria de ella.El viejo trucoVolviendo al problema de las acequias y para prevenir cualquier situación álgida,la máxima autoridad del reino dispuso en marzo de 1602 que dos o tres regidoresnombrados por el Ayuntamiento vieran lo relativo a la limpia de acequias. No obstantela preocupación del virrey, las autoridades del Ayuntamiento le comunicaronque se carecía de mano de obra, como ya era costumbre, para lo cual se solicitó lacontratación de indígenas.También se limpiaron los desaguaderos. El primero del programa fue el que ibade la calle de Donceles al monasterio de la Concepción, y de ahí a la acequia delagua; uno más, el desaguadero principal de la calle de San Francisco, que era difícilde limpiar debido a la edificación hecha por Martín Jasso. Este caso se tomó comoejemplo de inconsciencia ciudadana al darse cuenta las autoridades de que la averíaera mayor de lo que se suponía, pues también había quitado la bóveda y cubiertade la antigua caja de agua, contra el parecer de la Ciudad, con el consecuente dañopúblico, por lo que se ordenó que se desahogara el desaguadero y se reconstruyera lacaja de agua a como era.Crisis en la construcciónAnte la escasez de materia prima que se venía manifestando para la construccióncivil, con la consecuente alza de precios, empezó a presentarse un alarmante robo106


capítulo i. siglo xvide arena de los ejidos y de piedra de las obras públicas en construcción. Por ello, elvirrey dispuso no tomar piedra de ningún lugar, además de establecer para beneficiodel cuidado urbano que los volúmenes viables de piedra debían entrar a la ciudad,provenientes de Xochimilco y de Cuytlahuaca. Pese a la crisis en materia de construcciónseñalada por el virrey, las edificaciones de los tres estamentos, en especial elreligioso, no se detuvieron.Problema pluvialEl virrey planeó una serie de acciones vinculadas con la presencia de lluvias tempranasde abril que, por haber sido más abundantes de lo que se esperaba, lo condujerona una tecnología preventiva fluvial al reparar los derrames del río de Tacuba que pasabapor Azcapotzalco. En cuanto a la traza urbana, se diseñó con los comisionadosde limpia de acequias, programa que se desarrollaría a partir de abril y que curiosamentese ha seguido hasta la fecha en la ciudad de México, en materia de limpia deldrenaje urbano.El virrey nunca imaginó que la tranquilidad con la que había transcurrido sugobierno se interrumpiría en el primer año del siglo XVII, cuando lluvias torrencialesde agosto de 1601 provocaron que los ríos broncos del norponiente se desbordarande tal manera que las avenidas del Guadalupe invadieron el cauce delTlaneplantla e inundaron Tlatelolco. Tras un breve lapso de relativa calma, lluviastempranas, pero de inusitada abundancia, provocaron nuevas crecientes quellevaron a iniciar una serie de acciones que quizá, por precipitadas, a la vez queremediaban un daño, también se convirtieron en una agresión al entorno, comosucedió cuando un impresionante rompimiento de la madre del Tlanepantla “dequince brazas de largo y cinco de ancho” inundó una gran área periférica. Antela urgencia que significaba bloquear la fractura para evitar más inundaciones, elAyuntamiento ordenó enviar al punto de afectación “dos docenas de vigas de lasmás gruesas y largas que se pudieran traer”, y dos más en caso de necesidad, lo cualresolvió el problema.Al siguiente año, las lluvias de abril de 1602 volvieron a despertar inquietudes alsaberse que no resultaron escasas las zonas urbanas que se inundaban; esto se combatiócon la limpieza y el desagüe de las calles. En cuanto a las vías de comunicaciónafectadas, se procuró prestar atención inmediata a los caminos de Tlanepantla, Guadalupe,Mexicalzingo, Atlixucha y Chapultepec por poder presentarse inundacionesy, en consecuencia, tráfico, desabasto y una probable hambruna.107


ingeniería en méxico, 400 años de historiaLa atracción del septentriónEl hecho de que no se presentara una amenaza de lluvias inusuales, condujo al condede Monterrey a retomar el tema del descubrimiento y la conquista de la California,que era de gran interés para Felipe III. Por ello, preparó una expedición que, con elrespaldo de dos navíos y una fragata, así como la provisión de armas y bastimentoscalculados para un año, partió de Acapulco el 5 de mayo de 1602. El conde pusoespecial interés por la labor que Fray Antonio de la Ascensión, quien además de sucarácter religioso, contaba con la preparación universitaria de cosmógrafo, y debíadesempeñar junto con el capitán Jerónimo Martín Palacios, el encargo de demarcary plasmar en un mapa toda la costa con sus puertos, ensenadas, ríos y bahías con susalturas y longitudes. De acuerdo con Riva Palacio, Fray Antonio había estudiado enla Facultad de Ciencias de la Cosmografía en la Universidad de Salamanca. De loque resultó de la expedición, ya no se enteró el conde, pues al poco tiempo su administraciónconcluyó.108


Capítulo IISiglo xviIDebido a los eventos sísmicos catastróficosy los meteorológicosque tuvieron lugar durantela segunda mitad del siglo, se dio un desarrollointelectual y tecnológico notable a nivel mundial.En el primer aspecto, el conocimiento modernoeuropeo se difundió en México a través depublicaciones durante el periodo más conflictivodel virreinato. El desarrollo criollo, en el aspectocientífico, se gestó en el interior de dos órdenesreligiosas: los jesuitas y los mercedarios. La cienciase convirtió en un estímulo para un reducidonúmero de sabios, entre los que se encontraba elmercedario fray Diego Rodríguez, quien tambiénpertenecía al claustro universitario como“aritmético”, y que durante más de 30 años impartióuna cátedra de alto nivel, complementadacon disertaciones sobre sus libros de matemáticas,astronomía y física que fueron el respaldoenciclopédico de las ciencias exactas de la primeramitad del siglo XVII. En su texto sobre las matemáticas“impuras” o aplicadas (que incluía mecánicay magnetismo) estudió y dibujó diecisietetipos de aparatos, que iban desde compases de


proporción y reglas escaladas con movimiento,hasta tornos, máquinas para cortar madera, taladros,morteros y poleas. Así mismo, analizó detenidamentelas bases teóricas de los instrumentosde precisión necesarios en las matemáticas y enla astronomía con figuras geométricas. La mayoríade los instrumentos para sus demostracionesen clase fueron construidos por él mismo concobre, bronce, latón o plata, e incluso poseía un“torno de pulir o cortar piedra mármol”. Envióalgunas de sus invenciones a su discípulo RuizLozano, en Perú, y sus labores científica y pedagógicafueron conocidas en España a través de sucorrespondencia con algunos científicos comoel jesuita Claudio Ricardo. Fray Diego realizóestudios sobre instrumentos matemáticos, aparatosy máquinas, ya que sabía de la necesidad quetenía México de contar con técnicos preparadosque resolvieran los problemas relacionados conla medición de tierras, sitios de ganado mayor omenor y caballerías, entre otros. Así pues, comoexperto, le propuso a las autoridades diversos ynovedosos modelos apoyados en técnicas trigonométricasde la época.


capítulo ii. siglo xviiOtRos sabiosOtros maestros que tuvieron a su cargo la preparación de alumnos en el área de mecánicaaplicada fueron Enrico Martínez, que impartió cursos de maquinaria y construcciónde ingenios mecánicos, y Carlos de Sigüenza y Góngora, profesor de astronomía y matemáticas(1672), quien al igual que fray Diego, construía sus propios instrumentos connotable precisión mecánica, además de ballestinas y astrolabios marinos utilizados ensitios tan lejanos como la Florida.La capacidad de los matemáticos y de los físicos mexicanos fue reconocida enotras ciudades del virreinato, incluso algunos llegaron a llamar la atención de sabioseuropeos, entre ellos Kircher, quienes los designaban como corresponsales en laNueva España. Tal fue el caso de Alejandro Fabián, angelopolitano preocupado porlos problemas de la mecánica y la física. A través de sus libros, Fabián colocó a Pueblaen el segundo lugar en cuanto a conocimiento científico y desarrollo de la mecánicaaplicada, al haber construido instrumentos de alta complejidad. Uno de ellos fue unclavicímbalo que, movido por un fuelle que accionaba un tambor horizontal parahacer vibrar una serie de peinetas metálicas (configurando la réplica de una caja demúsica de mayor tamaño), hacía danzar nueve figuras, por lo que se le considera elprimer diseñador y constructor de autómatas en América. Entre los libros de Fabiánque llamaron la atención de estudiantes e interesados en la mecánica estabaTautología, compuesto por cinco tomos de seiscientas páginas cada uno, en los quese exponían temas relacionados con la mecánica, la física y la acústica. Otra de susobras fue el Tratado de la luz, escrito diez años antes que El mundo o el tratado de laluz, de René Descartes.El ingenio novohispano, junto con la erudición de los que se establecieron enesta tierra, propició el desarrollo de una tecnología sincrética y, paralelamente, deuna inventiva con características nacionales encauzadas a fortalecer técnicas para elbeneficio de la sociedad y a evitar el caos en la capital gracias al perfeccionamientode artificios mecánicos, puentes levadizos, compuertas sin retorno en las acequias deevacuación urbanas que permitían prevenir desastres, y la adaptación y aplicaciónde bombas hidráulicas en puntos críticos urbanos en caso de inundaciones extremas.En este aspecto destacó un experto en mecánica de fluidos: fray Andrés de SanMiguel, carmelita descalzo que escribió un tratado sobre bombas, con el propósitode mostrar el estado del arte de estos artefactos hidráulicos en Nueva España, clasificándolasen función de sus características como bombas de expulsión, de succión,cinergéticas y marinas. El contenido de esta obra y sus ilustraciones hicieron que, encierto aspecto, superara a la de Vitrubio, al incluir doce prototipos en lugar de cinco.111


ingeniería en méxico, 400 años de historiaPreocupado por abastecer de agua las zonas que carecían de ella, y con base en susconocimientos sobre mecánica de fluidos, resistencia de materiales y mecánica debombas, fray Andrés diseñó un acueducto con lumbreras y desarenadores, uno máscon tanques reguladores y otro de trazo invertido, innovación para que una barrancano impidiera el paso del agua mediante inclinaciones a manera de esclusas a base demadera, hierro, cobre, plomo y zulaque blando como cementante, además de unamezcla de albayalde, yesco y trementina como mortero.Gracias a estos autores, maestros y promotores de la mecánica, fue en el campode la tecnología donde se puso de manifiesto que el mundo físico podía transformarsemediante las ciencias aplicadas, las cuales podían colaborar en una empresamunicipal partiendo de supuestos tecnológicos distintos que irían variando y superándosesucesivamente hasta alcanzar un notable número de patentes nacionalesen la segunda mitad del siglo XIX. En las áreas de ingeniería mecánica, hidráulica ycivil se desarrolló una tecnología preponderante y de verdadera avanzada, como lospuentes levadizos urbanos; el encauzamiento de las vertientes de la Sierra Nevada(Popocatépetl e Iztaccihuatl) hasta Oaxtepec, Cocoyoc y Xochimancas en el vallede Morelos; y el desarrollo del desagüe de la ciudad como parte de un programa deprevención de desastres por lluvia, entre otros rubros.Por último, de las prensas de Bernardo Calderón salieron las obras de los miembrosmás notables de las comunidades científicas. Una de ellas era un tratado de físicaaplicada escrito por el franciscano fray José de Casanova (1677) y un escrito dellibrero, impresor, erudito y teólogo Antonio Calderón Benavides.112


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 años juan de historia de mendozaIngeniería enyMéxicoluna,400 años de historiamarqués de montesclaros 400 años de historia(1603-1607)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoEl virrey se destacó por un nuevo tipo de ingeniería urbana: los arcostriunfales, que estuvieron a cargo del obrero mayor de la catedral, Andrésde la Concha, y se instalaron a la entrada del Templo Mayor y enla calle de Santo Domingo para el arzobispo Santa María en 1604.113


ingeniería en méxico, 400 años de historiaEl virrey recibió instrucciones reales que contenían seis capítulos, entre ellas, unaspersonales por parte de Pablo de la Laguna, presidente del Consejo de Indias. Enellas le hacían saber de la necesidad de audiencias diarias vespertinas y le prohibíanrecibir regalos materiales de cualquier clase; le indicaban además que el comportamientode la virreina debería ser discreto y austero; en lo correspondiente a loscriados, se le aconsejaba que solo le sirvieran hombres solteros; y finalmente, le señalabanque debería tener cuatro coches, cuatro acémilas, cuatro esclavas, dos negros,ocho indios y dos lacayos españoles.La labor del virrey en sus primeros años de gobierno no se diferenció en mucho de lade sus predecesores, como inicialmente visitar los ejidos de la ciudad, la segunda semanadespués de la Pascua de la Resurrección, y más adelante los ejidos periféricos, empezandopor el de Guadalupe. Para la ciudad de México, el marqués puso especial atención enlas obras de cañería, la escasez de agua en las fuentes y el empedrado de las calles, por loque le ordenó al obrero mayor del agua, Luis Maldonado, reparar todo eso.La inundación de 1604 y la toma de decisionesUn mes después, en agosto de 1604, ocurrió la mayor inundación que se había vistodespués de la caída de la gran Tenochtitlan. La afectación duró casi un año y, segúnse dijo, la causa se debió a que el albarradón de los Españoles o de San Lázaro estabaprácticamente destruido por el saqueo de materiales durante años. De acuerdo conTorquemada, la inundación remojó los cimientos de las casas, que se debilitaron y secayeron. Pasaron semanas para que el agua bajara hasta que se pudieron tomar medidasinmediatas, y para ello se diseñó un programa en dos fases: una interna y otra externaal área urbana. La primera parte consistía, básicamente, en recuperar el albarradón delos Españoles, levantar calzadas, reparar albarradas y poner compuertas en partes convenientespara que las aguas entraran o salieran con el menor daño posible. La segundafase consistió en cercar la ciudad con otro albarradón de tierra y estacado; supuestamentese realizó, pero no se ha encontrado testimonio alguno de ello.Para llevar a cabo una obra de esta naturaleza, el virrey se reunió con el Ayuntamiento,los oidores, el Cabildo eclesiástico, el prior y cónsules del comercio, el fiscalde la Real Hacienda y un buen número de propietarios de fincas urbanas y rurales.Uno de los resultados de dicha reunión fue no recuperar únicamente las calzadasdiqueexistentes, sino crear otras que fueran necesarias, como el caso de las de SanCristóbal, Guadalupe y Mexicalzingo. Estos programas estuvieron a cargo de personasde buen trato hacia los indios, quienes fueron los trabajadores.114


capítulo ii. siglo xvii• Calzada-dique de GuadalupeSe dejó al cuidado de fray Juan de Torquemada, entonces guardián de Tlatelolco,quien recurrió a la mano de obra de entre 1500 y 2000 indígenas en jornadas diariasde dos turnos por poco más de cinco meses. Se construyó a base de tierra y piedra, yreforzada a toda su longitud con gran cantidad de estacas. Sus dimensiones fueronde 2 varas de alto (1.65 m, aproximadamente) sobre el nivel medio del agua, y unancho de entre 18 y 20 varas (entre 12 y 16 m, aproximadamente). Contaba conuna serie de compuertas a todo lo largo para el control de aguas provenientes de losexcedentes de la parte poniente, y su trazo correspondería a la actual calzada de losMisterios, la avenida Peralvillo y la calle República de Brasil.• Calzada-dique de San CristóbalSe le encargó a fray Jerónimo de Zárate, guardián del Convento de San Franciscoen Cuernavaca. Esta calzada-dique sobresale, junto con la de Mexicalzingo y la deTláhuac, por sus funciones de contención de la presión de impresionantes cargas deagua, como las del río Cuautitlán, uno de los más temibles del norponiente del valleal lago de Zumpango.• Calzada-dique de MexicalzingoFray Juan de Torquemada y fray Jerónimo Zárate fueron los responsables de esta importanteobra de 5000 varas de longitud (4190 m aproximadamente) y 11 varas delatitud o ancho (9 m aproximadamente). Su función era librar la presión que el lagode Xochimilco ejercía sobre el de Texcoco. A fin de que resistiera la carga del agua atodo su largo, se recurrió a reconstruirle un talusado en forma de estribo en toda sulongitud y un aire de vara y media a partir de la superficie del agua (1.25 m, aproximadamente),comparable con la cortina de una presa de más de 4 km de largo, conuna serie de compuertas para control de paso de aguas y de canoas, así como atalayaspara vigilancia de niveles. Por su índice de dificultad, manejo de materiales y controlde mano de obra, se terminó hasta noviembre de 1606.• Calzada-dique de TláhuacEs factible que se haya construido durante la administración del marqués de Montesclarospor ser parte de un proyecto de regulación de vasos lacustres. El propósito de estacalzada (de 44 km de longitud, aproximadamente) era represar las aguas de las vertientesde la Sierra Nevada y ríos aledaños al Chalco. Debe señalarse también que con ellase controlaba mediante compuertas la presión de este lago sobre el Xochimilco.115


ingeniería en méxico, 400 años de historiaProyecto de prevención de desastres por lluvia(marqués de Montesclaros). Indica la reconstrucciónde antiguas calzadas-dique y la construcción denuevas vías de contención. A la izquierda se muestranlas calzadas que acarreaban los excedentes de los ríospeligrosos, del poniente a las zonas de pedregales116


capítulo ii. siglo xvii• Calzada-dique de Chalco-Xochimilco-San Antón-ChapultepecSe rehizo el tramo Chalco-Xochimilco hasta su entronque con la calzada Iztapalapa(a la altura de la glorieta de Huipulco en la calzada de Tlalpan), desde su origen(Chalco) hasta San Antón. La obra consistió en la recuperación, la reparación y elreforzamiento de los taludes, las canalizaciones o acequias laterales, los cauces y lospasos de aguas. De donde ahora es la iglesia de San Antonio Abad a la altura del matadero,se trazó y desarrolló la ampliación San Pablo-San Juan-Chapultepec, con lacual se protegía una amplísima zona, ya densamente poblada, de los excedentes quepudieran derivar de las ramblas al surponiente de la urbe. La obra completa estuvoa cargo de Fray Juan de Torquemada quien, durante seis meses aproximadamente,controló la mano de obra de 15 000 indígenas con salario de un peso a la semana. Elcosto total de la obra se calculó en 478 375 pesos.Conviene aclarar que esta arteria tenía en su tramo de la actual calzada de Tlalpany tal vez en su ampliación dos canales laterales de entre 8 y 10 m de ancho, yuna profundidad de aproximadamente 2.5 m. Así como que el ramal San Antón-San Pablo-San Juan-Chapultepec, por la traza actual, pudiera ser que a partir delentronque Río de la Loza no fue el único ramal pues, según se afirma, estaban los deIztapalapa, Coyoacán y Culhuacán.El albarradón de los Españoles se recuperó en su totalidad siguiendo el modelodel virrey De Velasco el Viejo. A lo largo del mismo se colocaron siete compuertas ala altura de las siete acequias mayores que atravesaban la traza urbana.Prevención de desastresEn cuanto a la prevención de desastres, entre las periféricas lejanas se construyó lapresa de Oculma al norte del valle de México y se controlaron los dos más peligrososríos del lado poniente del valle (el Sanctorum y el Morales) mediante canales de alivio.Como acciones colaterales estuvieron el cierre de los pasos de agua de la calzadade Chapultepec-Tacuba; el cierre de las fugas del río Azcapotzalco; la reparación delos portillos de las calzadas de Mexicalzingo y la de Iztapalapa; el cierre de la entradadel río Cuautitlán por la calzada de San Cristóbal; la reparación de la albarrada dela calzada de Guadalupe a la de San Antón; y la reparación de los daños y las roturasde la calzada de San Antón a la de San Juan. Cabe mencionar también, en el renglónde prevención de desastres urbanos por lluvia, la innovación de construir una seriede “desaguaderos” que pudieran entrar en servicio en caso de emergencia. Estos consistíanen canalizaciones que descargaban las precipitaciones inusuales en época de117


ingeniería en méxico, 400 años de historialluvias hacia determinadas acequias. El sistema se caracterizaba por tres desaguaderosbásicos y tres colaterales; entre los básicos estaban el que venía de Chapultepec,pasaba por el matadero (atrás de San Antonio Abad) y desembocaba en Xochimilco;otro atrás de Santo Domingo; y uno más que venía de Santiago, atravesaba lacalzada de Guadalupe (hoy Misterios) y llegaba a la laguna de México. Mientras quelos colaterales eran los de San Pablo, de San Sebastián y de Santo Domingo.A pesar de las medidas tomadas para prevenir desastres, el virrey concluyó que eranecesario el desagüe directo de los lagos, por lo que presentó su idea al Real Acuerdo.La respuesta fue la evacuación del agua por un canal que desembocara en la cañadadel pueblo de Texisquiac, para lo que se formó una comisión en la que se incluía a losmaestros de arquitectura y los cosmógrafos. La ejecución de la obra estaba calculadaen seis meses con un presupuesto total de 468 487 pesos y la necesidad de 15 000operarios. Sin embargo, al contrario de los deseos del virrey de tener el desagüe antesde la temporada de lluvias, el fiscal y otros funcionarios argumentaban que terminaruna zanja desde la calzada de Huntiveros a San Cristóbal solo se podría lograr en sieteaños, pues no se podría mantener tal cantidad de indígenas trabajando sin afectarotras industrias, además de que los detalles técnicos no les parecían viables para unarápida construcción. Así pues, el virrey se circunscribió a atender los trabajos de laalbarrada de San Lázaro, a las calzadas de San Cristóbal, Mexicalzingo y Guadalupe,y a limpiar acequias. En lo concerniente a lo urbano se siguieron celebrando contratospara la instalación de cañerías y pilas de agua. Además, se autorizó dotar deagua al Hospital de Bubas a finales de 1605 para manejar con higiene la ropa de losenfermos y ahorrarse gastos en el acarreo de aguas, y así poder abastecer a una zonahabitacional que había crecido mucho alrededor del hospital.En el tema del agua se decidió que las mercedes deberían sujetarse a ciertas condiciones,como construir “una atarjea de una tercia de ancho en cuadra debajo dela tierra a una vara debajo de la atarjea correspondiente”. Días después se dio unadisposición complementaria para no emplear cedro en la elaboración de una atarjeapor ser muy costoso.Por otra parte, el suelo urbano hacia fines de 1604 seguía presentando un estadolamentable. En opinión de Francisco de Solís, mientras no se controlara la entradani el tránsito en la traza, de nada serviría tanto gasto que se hacía en materia de empedradosy de cañería.Si la escasez de agua era grave en los particulares, no tuvo comparación con aquellosque se abastecían de fuentes públicas en zonas de alta demanda, como el caso delbarrio de San Jerónimo. Para aliviar la situación el Ayuntamiento le ordenó al obrero118


capítulo ii. siglo xviimayor echar agua a todas las fuentes públicas. Sin embargo, el marqués consideróque la mejor solución sería dotar a la red subterránea de agua, un cuarto eje básico:el de Belem. El Ayuntamiento aceptó la idea y la obra se empezó con la transformacióndel antiguo cauce por una excelente arquería y una caja de agua, conocidacomo Salto del Agua, de donde poco después partiría el tendido subterráneo quedaría abasto a las concentraciones marginadas de San Pablo. El marqués no llegó aver concluida esta obra por su cambio al virreinato de Perú, y fue suplido por Luisde Velasco el Joven en 1607 por segunda vez. Pese a lo urgente de su construcción,tardó bastante en ser realidad.La remodelación de la traza no podía estar completa sin considerar la aperturade calles que, al contrario de lo esperado, sí recibió aceptación por parte de los ciudadanos.Un ejemplo fue la petición por algunos vecinos del derrumbe de una propiedadde indígenas en las cercanías de un convento de monjas hacia el Hospital deConvalecientes, pues perjudicaba la nueva traza. Este fue el antecedente de una prácticacomún en las obras de remodelación que requerían el derrumbe de inmueblesparticulares de cierta calidad con la consecuente indemnización de sus propietarios.Aunque como es natural, a un problema citadino se concatenaba otro. Tal fueel caso de los puentes al encontrarse, casi en su mayoría, en condiciones caóticas,especialmente hacia el oriente de la urbe. Un ejemplo fue la solicitud de las monjasde Portacelli de reemplazar el viejo puente levadizo de madera por uno de maderay piedra.Antes de su partida, una de las últimas acciones en materia de equipamiento urbanofue rescatar la Alameda del abandono en que se encontraba, aumentando laarboleda, limpiando las calles y aderezando las fuentes.La expansión urbana hacia el oriente se convirtióen poco tiempo en asentamientos irregulares condiferentes oficios presentes hasta el siglo pasado,gracias a la ampliación del cuarto eje básico de la red.119


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosLuisde historiade Velasco el joven 400 años de historiaIngeniería en México(segundo periodo, 1607-1611) 400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaDespués de siete años de radicar en Perú, Luis de Velasco regresó ala Nueva España con el propósito de retirarse de la vida públicade Azcapotzalco.Sin embargo, su tranquilidad se interrumpió el 16 de julio de 1607 al recibir lanoticia de que una vez más estaría al frente del principal virreinato español.Contaba con setenta años, a pesar de lo cual, sus capacidades física y mental,además de su conocimiento y experiencia en asuntos administrativos, eran notables.Se distinguió tanto por su labor en la prevención de desastres por lluvia, comopor la aplicación de la Real Cédula del 26 de mayo de 1609 a favor de los naturales.De ahí que el nombramiento de autoridades y justicias ordinarias haya recaído enhombres que evitaran los abusos en el repartimiento bajo el cuidado de inspectoresvigilantes y enérgicos a fin de que el pago fuera el convenido; y que al término delcompromiso laboral, los indios retornaran a sus pueblos de origen sin ser obligadosa trabajar en las minas.121


ingeniería en méxico, 400 años de historiaPremonicionesEl anuncio de la próxima llegada de don Luis de Velasco, el mozo, fue bien recibidopor los habitantes hasta que una serie de sucesos los llenaron de terror. El día 14 dejunio de 1607, al atardecer, en el pueblo de Tultitlán al oriente de la población, se observóun cometa que “casi tocaba las copas de los árboles”; dicho fenómeno tambiénpudo observarse muy cerca de Azcapotzalco, donde desapareció. No fueron pocoslos que calificaron la presencia del cometa como un fatídico presagio de terremotos,epidemias, sequías y otras calamidades.En junio de 1607, como una coincidencia, se informó de grandes corrientes delponiente de la cuenca que se encauzaban sobre el río Azcapotzalco. En menos de loque se piensa, los aterrados habitantes vieron cómo las aguas invadieron la traza através de las calzadas principales. El terror no tuvo límites cuando se percataron delos “innumerables manantiales que brotaron en las calles y en el interior de los edificios”.Los cauces de las acequias se cubrieron al grado de que los ojos de los puentes seahogaron, las accesorias y los domicilios de planta baja quedaron inhabitables, y solose podía acceder a las casas con más de un nivel mediante canoas por las ventanas.Para mayor desgracia, el 29 de junio lluvias con renovada fuerza no solo cayeronen la traza, sino también por el rumbo del sureste, y empezaron a alimentar la capacidaddel lago de Chalco y a amenazar de inminente afectación a edificios y casas decampo de la zona.Con ese panorama, quince días después llegó a la capital el virrey Luis de Velascohijo, quien por el antecedente de su padre y su desempeño durante su administraciónanterior, fue recibido con verdadero regocijo “y visto desde entonces como enviadode Dios para librarla del último exterminio”.Desde el principio respondió a esa confianza mediante la aplicación de diversasacciones. Primero mandó hacer oraciones y plegarias en todas las iglesias. En el ámbitoadministrativo, celebró frecuentes juntas con los miembros de la Real Audiencia,los cabildos, la Iglesia y las personas instruidas. Como complemento publicó un bandoque prometía estímulos a españoles, indios, o cualquier persona que propusieraremedios a los problemas. Y finalmente, en el rubro técnico, revisó las obras hechasen la anterior administración para encontrar la causa de semejante desastre. Esta fueque se habían alterado los niveles lacustres y que el abandono de las obras anterioreshabían contribuido, en gran parte, a desproteger a la ciudad capital.Con base en los rubros de prevención, Luis de Velasco recurrió a las medidastradicionales: reforzar calzadas, cerrar portillos, etc.; pero convencido de que estono era más que un paliativo pasajero, procedió a retomar el proyecto sugerido por122


capítulo ii. siglo xviisu antecesor, es decir, el desagüe directo de los lagos que había sido abandonado porignorancia de las autoridades. Se desconoce cuál fue la respuesta del Ayuntamiento,pues dos meses después un nuevo desbordamiento del Azcapotzalco bloqueó de talforma la parte norponiente de la ciudad, que el tránsito solo pudo realizarse mediantecanoas. De ahí que ante la emergencia y la apuración en que se veía la ciudad porlos aguaceros, el Cabildo hizo público un documento del virrey y lo apoyó en todolo que solicitara.Pese a las acciones tomadas por el Ayuntamiento para la evacuación de aguas enla urbe, al no haber resultados, el virrey decidió como innovación adaptar y aplicaruna tecnología minera a problemas urbanos: instalar bombas de expulsión de aguaen tiros de minas. Con ello, De Velasco vio la posibilidad de que mediante esos ingenioslas construcciones pudieran volver a habitarse. Como complemento, dispusoque las acequias por las que se derramarían las aguas extraídas de los inmuebles, sereforzaran con pretiles lo suficientemente altos y fuertes que impidieran el rebasamientode la corriente y resistieran la presión del flujo.Enseguida, su atención se centró a los proyectos para el desagüe y, para captar elfondo de cada uno de aquellos considerados como viables, se propuso organizar unainspección física el 12 de octubre de 1607 a los lugares seleccionados por la mayoría:Nochistongo y Chalco, acompañado por tres peritos: Enrico Martínez, AlonsoArias, Andrés de la Concha y Juan de Civicos, y otros matemáticos.El virrey se entregó al análisis profundo de los documentos e integró una juntacompuesta por tres oidores y el fiscal de la Audiencia para analizar los proyectos deldesagüe urbano. El resumen de los proyectos es el siguiente:--Proyecto 1: Luis de Yllescas propone la desviación de los ríos que desembocanen la laguna de Chalco. Este proyecto fue aceptado de inmediato por elvirrey.--Proyecto 2: Luis Fuenmayor, Martín Núñez y Francisco Perea proponen eldesagüe directo de la laguna de Chalco.--Proyecto 3: Alonso Pérez Rebuelto, quien había propuesto el proyecto dedesagüe desechado bajo el gobierno del anterior virrey, sugirió que el puntode partida estuviera cerca de Zumpango con dirección a Tequixquiac.--Proyecto 4: Damián de Ávila señaló un desagüe junto al pueblo de San Pedrocon trayectoria al camino real de Zumpango a México.--Proyecto 5: Francisco Gutiérrez Navarro y Sebastián de Luna señalaban unlugar al oriente de la laguna que recogía las aguas de varios ríos, incluidos losde Cuautitlán, Tepozotlán, Gueguetoca y Pachuca.123


ingeniería en méxico, 400 años de historia--Proyecto 6: Juan de Peralta ofreció otro desagüe desde Xaltocan hacia el pueblode Zumpango por la ruta de Pérez Rebuelto.--Proyecto 7: Luis de Salcedo propuso un nuevo desagüe por un lado de Texcocoencaminado al pueblo de Papalotla.--Proyecto 8: fue este el primero en importancia por la calidad de sus autoresy por el favor que le dispensó el Gobierno en buena parte por tratarse delcélebre arquitecto y cosmógrafo de Su Magestad, Enrico Martínez; de ahíque resultó seleccionado.En resumen, se debía encaminar el desagüe desde la laguna del Citlaltépec por14 850 varas de longitud y con una profundidad que no pasaría de 37 varas. Aunque,según José Fernando Ramírez, el plan trazado para el desagüe era sustancialmente elmismo abandonado 26 años antes.Al terminar el escrupuloso examen de todos los proyectos, el virrey convocó adeliberar si convendría emprender la obra de un desagüe directo. En ese sentido nohubo problema con la Audiencia ni con corporaciones civiles ni eclesiásticas, másno así en ser el más conveniente. Tal parecería que el propio Ayuntamiento buscabaesquivar responsabilidades. No obstante, en la ciudad de México, el 23 de octubre de1607 la comisión en Cabildo aprobó el sistema Texixquiac.Para su realización se programaron diversos mandamientos; en uno de ellos seconvocaba a negros, mulatos, mestizos, etc., a trabajar en la obra con suficiente paga;en otro, se invitaba a los vecinos a donar esclavos a los que se les daría de comer ademásde otra gratificación; en uno más, se convocaba a quienes quisieran elaborar laherramienta necesaria, o bien medios para facilitar el trabajo (cavar, sacar o acarreartierra), lo cual se retribuiría con dinero en proporción a su utilidad.Se nombró por tesorero y pagador general a Luis Moreno de Monroy, con lafacultad de contratar un tenedor de bastimentos, y a Juan Ángel, escribano real, se leencargó la paga a los naturales y la manera de pagar a los “indios y demás personas”.La forma de proveerse de fondos se resolvió ordenándole a Andrés de la Conchaque levantara un plano de la ciudad con todas sus construcciones, y con base en ellotasara su valor, lo cual corrió a cargo de los oidores y alcaldes del crimen, así como dealgunos regidores y alarifes. El valor alcanzó los 20 267 555 pesos, y el impuesto paracontribución del desagüe ascendió a 304 013.2 pesos, 7 g.Ante el temor de las lluvias, el virrey desplegó una actividad y unas diligenciasnotables con el propósito de apresurar el comienzo de la obra. Así que, siguiendoel protocolo acordado, el 23 de septiembre de 1607 salió a Nochistongo, donde124


capítulo ii. siglo xviidespués de escuchar misa dio oficialmente el anuncio de arranque cuando, provistode un azadón, comenzó a abrir la zanja que desembocaría en la más colosalobra sanitaria de América ante mil quinientos trabajadores indígenas, además depersonajes y autoridades.En una nueva visita real se acordó que la traza, ya definitiva, fuera por medio de un“canal ataluzado” (a cielo abierto) desde los términos de Huehuetoca hasta el puentedel río Salado, para de ahí continuar por un socavón de 4 varas de alto por 5 de ancho, yen un segundo tramo, otro socavón pero subterráneo “a modo de los túneles de minas”con respiraderos de trecho en trecho. Como obra alterna empezó a levantarse tambiénen Huehuetoca un hospital para los participantes de dicha empresa.Al siguiente año, el 14 de mayo de 1608, el virrey acudió a certificar el avance deobra, y encontró ya abierto lo que sería el canal del lago de Zumpango a Huehuetoca,y su continuación al socavón de Nochistongo. De ahí pasó a reconocer obras restantes.José Fernando Ramírez dice que “de la narración se deduce que en esa época yaestaba construido el dique que corría de norte a sur, partiendo este vaso en dos, quetomaban los nombres de Citlaltépec y Zumpango; aquel para represar las aguas delCuautitlán, y este, las vertientes del Pachuca”.Después de supervisar esta parte de la obra regresó al socavón de Nochistongo,donde le mostraron cómo se precipitaba el agua por la laguna (de Citlaltépec). Elproblema del desagüe estaba resuelto, al menos por el momento, o sea, en su faseinicial. Para el virrey y sus acompañantes fue extraordinario ver que el agua corríahasta las inmediaciones de Huehuetoca, sitio en el que se represó para impedir queentrara al socavón, aún no terminado. Con el propósito de saber el volumen alcanzado,se encontró una altura de 12 y medio palmos, y sobre 9 en su entrada de la laguna.Al mismo tiempo se le informó que aproximadamente 471 154 indígenas habíanrecibido 73 611 pesos, 5 reales de oro común por un trabajo de cinco meses. El 17de septiembre, nueve meses y veinte días después de comenzada la obra, el virrey viocorrer el agua por todo el socavón, hasta perderse en el río Tula.Debido a que el socavón abierto corría el riesgo de derrumbes, se nombró unacomisión de arquitectos para que evaluara su estado. Tras una escrupulosa revisión,dictaminaron que su conservación dependería de un revestimiento de piedra, puesde otra suerte su funcionamiento sería de un año. Ante eso, el virrey De Velasco consultóal cosmógrafo Juan de Segura Manrique, aprovechando que se encontraba depaso para las Filipinas. Este informó que hasta el momento solo se había liberado a laciudad del peligro de las corrientes represadas en el lago de Zumpango, pero que sedebían controlar las aguas del Texcoco, pues la capital se encontraba debajo del nivel125


del lago. Así pues, se formó una comisión integrada por un selecto grupo de letrados,togados, ingenieros y superiores de diversas órdenes religiosas. Estuvo encabezadapor el titular del Gobierno, quien llevó a cabo la primera inspección del socavónabierto el 13 de marzo de 1609, donde encontró que se sostenía en gran parte contijeras ristreles, tornapuntas y puntales de madera. Ante tal panorama, Martínez yDávila y Alonso Martín se reunieron con el virrey para discutir el estado de la obray proponer los medios más convenientes para adelantarla y mejorarla. Sin embargo,los nuevos principios de economía del Gobierno y la promoción del virrey Luis deVelasco a la presidencia del Consejo de Indias determinaron la suspensión de lostrabajos de canalización entre la laguna de Zumpango y de México, y prosiguieronlos otros lentamente bajo la base establecida en el decreto precedente. Según RivaPalacio, los trabajos quedaron a cargo de fray Juan Sánchez, jesuita muy conocidopor sus estudios en física y matemáticas, así como de Enrico Martínez.Proyecto alternoLuis de Illescas fue el autor del “Proyecto parcial de desagüe”, que consistió en controlarlas vertientes de la Sierra Nevada al suroeste del valle. En la propuesta se buscabaencauzar hacia el valle de Morelos dos de los cinco ríos que descendían de laSierra Nevada, conocidos como “ríos de Amecameca”, con lo que la sobrecarga delvaso de Chalco, al disminuirse, aliviaría la presión del lago de Texcoco. Otro objetivoera aprovechar los excedentes en época de lluvias para solucionar la falta de aguapara riego en el valle de Morelos, y así desarrollar una agroindustria regional. Illescasofrecía llevar a cabo la obra bajo su gasto, a cambio de la asignación de cincuentaindígenas durante treinta días. El plan de obra consistía en “trazar una zanja a tajoabierto y en la construcción de unas presas” que captaran los ríos que se originabanal pie de los volcanes, al poniente de Amecameca, hasta unir la zanja con la barrancaChimalhuacán–Chalco, cuyo curso iba a dar al valle de Morelos a través de lagarganta de la barranca de Esconce. Se cree que la obra debió tomar forma, puesCepeda, en su Relación Universal, habla de las quejas de los campesinos de Chalcopor el desvío de los ríos.126


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosFranciscanode historiaGarcía Guerra, 400 años de historiaIngeniería en Méxicoarzobispo-virrey interino 400 años de historia(ocho meses, 1611-1612)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoAl empezar su virreinato, los proyectos del desagüe se habían interrumpidobruscamente. Aunado a esto, existía una actitud álgidahacia Enrico Martínez por sus detractores, al grado de que una seriede opiniones y de falsas irregularidades llegaron a oídos de la Corona. Ante esa situación,el rey expidió una Real Cédula del 8 de mayo de 1611 acerca del desagüe, en la queordenó un análisis de costos y beneficios y de la cantidad de indios que habían trabajado,y el trato que habían recibido. Dicha cédula llegó cuando comenzaba el interinato delarzobispo-virrey, que desconocía el asunto. Contra lo que esperaba el virrey, la respuestaque dieron los implicados fue enteramente desfavorable hacia Martínez, especialmenteen lo que correspondía al provecho de la obra. De acuerdo con Ramírez, el propósito delproyecto de Enrico Martínez “era desaguar directamente la laguna de Texcoco, que eralo único que podía hacer ante la exigencia del fiscal, un desagüe en cuatro meses, lo queno permitía más allá de controlar el río Cuautitlán y vertientes de la laguna de Zumpango,que era de riesgo severo”. Acerca de lo logrado, se le informaba tendenciosamente, afin de crear confusiones y ocultar información, como lo que a continuación se incluye:Del punto de la laguna de Tezcuco donde debía comenzar el canal de desagüe,al puente de Xaltocan se midieron [Varas] 15 730Del puente de Xaltocan a la calzada de Zumpango 10 961De esta calzada a la boca del canal de desagüe enla laguna de Citlaltépec 8 740De esta boca del canal a la del socavón 6 600De la boca del socavón a la lumbrera más alta 6 600De esta lumbrera a la salida del canal de Nochistongo 2 940Total 51 631127


ingeniería en méxico, 400 años de historiaEl arzobispo–virrey, temeroso de tomar una decisión no acertada ante lo contundentede las declaraciones de los detractores, giró una copia autorizada a la cortesin comentario alguno. Por su parte, el Ayuntamiento, que también recibió el requerimientoreal, nombró el 16 de septiembre una comisión para que, en combinacióncon peritos, le informaran acerca del estado y los costos de las obras del desagüe.De acuerdo con los datos recabados, le hicieron saber que de noviembre de 1607a septiembre de 1611 se había colectado un fondo de 540 000 pesos, de los cualeshubo una inversión de 413 324 pesos. En cuanto a la mano de obra, esta se habíasignificado “por un conjunto de ciento veintiocho mil seiscientos cincuenta indiosde diversos pueblos; y tres mil trescientas cincuenta y seis mujeres encargadas de lasrespectivas comidas”.Por su parte, Enrico Martínez hizo pública su defensa a través de una respuesta alos ataques de sus detractores, respaldado en sus conocimientos de ingeniería hidráulicadel siglo XVII. En dicha respuesta se habla de la necesidad de prevenir el gravedaño que puede sufrir la ciudad por la entrada de agua de las lagunas de “Citlaltépecy Zumpango” y de la importancia de continuar la obra de desagüe sin pérdida detiempo ni hacer caso a “falsas proposiciones”, ya que de otro modo, los gastos por lasreparaciones serían aún mayores. Aunado a lo anterior, le dio informes de las distanciasinvolucradas y del tipo de corrientes observadas, lo cual había sido constatadopor otros expertos.La respuesta, tanto de la Corona española como de los directores de la obra del“desagüe nuevo”, ya no la conoció el arzobispo-virrey, pues el 22 de febrero del añosiguiente murió en un accidente de tránsito; tal vez el primero que se registra de estetipo, por la importancia del personaje en la historia de la ciudad de México.128


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosDiegode historiaFernández de Córdoba, 400 años de historiaIngeniería en Méxicomarqués de Guadalcázar 400 años de historia(1612-1621)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoDe este virrey, aunque se le ha tachado de “hombre manso, fácilmentedominable, y no muy dispuesto a su comodidad y tranquilidadcotidiana”, poco se sabe. A pesar de que esa idea era comúnen la Península, su obediencia a las instrucciones reales lo llevó a una imagen distinta.Un “parecer” que le hizo llegar al rey era el cuidado que debía tenerse con la reparacióny seguridad de los caminos y de las obras públicas, principalmente de las de todosaquellos pueblos y ciudades que requerían “se aumentaran y ennoblecieran más y más”.Pero donde se hacía más notoria su preocupación era en encontrar “el remedio de losdaños que la laguna y acequias que están dentro de la ciudad de México causan en ella”.El virrey señaló que la inundación de 1605 había sido de tal magnitud, que el marquésde Montesclaros ordenó que se hicieran “en aquella ocasión las albarradas que hay cercade las casas, y se repararan algunas calzadas en que trabajaron mucho número deindios”. En cuanto a un servicio público, como el agua de Santa Fe, “se iba tratando desubir las cajas de donde se distribuye” (posiblemente por medio de depósitos receptores)a toda la ciudad para que “llevando más altura, pudiese alcanzar a los barrios comoSan Lázaro y otros, a los cuales solía llegar con dificultad, pues mediante esto tendríanagua los pobres sin la costa de comprarla”. Así como acabar las fuentes que se habíancomenzado a hacer en las plazas más importantes, “que todo es conveniente para suadorno y ennoblecimiento y comodidad de los vecinos”.129


ingeniería en méxico, 400 años de historiaEl último eje básicoEl marqués prestó gran atención al acueducto de Belem o de Chapultepec, cuya arqueríase concluyó en 1620, casi al final de su mandato. Su costo rebasó los 150 000pesos, de los cuales la mitad la aportó Baltazar Rodríguez de los Ríos, a quien se leliquidó la deuda hasta mediados del siglo XIX. Sin embargo, pese a todo lo que sedice de esa obra, debe reconocerse que configuró el cuarto eje básico de la red subterráneade agua de la ciudad capital.El desagüe y la prevención de desastresEn el aspecto del desagüe, el rey le comunicó al marqués el 1°de junio de 1613 que,ante su preocupación por librar a la ciudad de México del peligro de inundaciones,convendría llamar a un ingeniero especialista en geometría y mediciones, por lo quedecidió encargarle esto a Adrián Boot, con 100 ducados de sueldo al mes, equivalenteen tierras americanas a 37 500 maravedíes, a partir del 1º de julio de ese año.Boot llegó a la Nueva España a fines de septiembre de 1614 y tomó posesión de sucargo el 3 de octubre de ese año. De inmediato, por disposición del virrey, efectuóun reconocimiento de los lagos y las obras del desagüe, acompañado por un oidor,los comisionados del Cabildo y corporaciones religiosas. Al finalizar, Boot presentóun informe sobre el estado y la utilidad de las obras, en el que concluye que “no valenada para librar a esta ciudad de México del riesgo en que está”, por lo que recomendabacontinuar la obra, únicamente en aquella parte que facilitara el desagüe del ríoCuautitlán. Ante lo anterior, el marqués convocó a una junta a la que acudió Boot,entre otros, para externarle su opinión a Enrico Martínez, quien después de escucharladijo que la “suya la haría por escrito”, lo cual cumplió a fines de diciembre de1614. En ella se comprometía al desagüe del Cuautitlán mediante la construcciónde 200 varas de muro y bóveda de piedra en el socavón en dos años y tres meses. Peroademás, insistía en desaguar Zumpango.El marqués, junto con el Real Acuerdo, dio por auto formal el comunicadodel maestro mayor el 27 de enero de 1615, al que le concedió el plazo de veintisietemeses y 110 000 pesos que pedía para gastos. Por su parte, Boot, envanecidopor haber sido enviado a la Nueva España y ser egresado de la Escuela Hidráulicade Holanda, insistía que “las obras de Martínez no valían nada”, y que el mejorsistema de protección de la ciudad capital era el de diques y represas, por lo quele presentó al virrey un proyecto en el que contemplaba lo siguiente: fortificar lacalzada de 5000 varas de “Chiconautla hasta S. Christóval” para separar las aguas130


capítulo ii. siglo xviique venían de Zumpango, Xaltocan y Pachuca, aderezar la mitad del puente de lalaguna que iba desde Nuestra Señora de Guadalupe hasta la calzada de San Lázaro,fortificar la calzada de San Lázaro a San Antón para “separar el agua de Chalco”, yconstruir un canal de la calzada de San Antón “que diera vuelta a Nuestra Señorade la Piedad, Chapultepeque y huertas hasta dar al río de Guadalupe”. Y agregabaque “para la dicha obra será necesario trabajar cada día ciento y cincuenta indios,poco más o menos durante el tiempo de tres años’” con un costo total de 185937 pesos, “reservando los salarios del ingeniero y pagador”. Cabe mencionar queel proyecto de Adrián Boot era prácticamente una recuperación de la ingenieríahidráulica prehispánica de diques y calzadas, bajo la concepción de innovacionesde un ingeniero flamenco.Una vez examinados y discutidos ambos documentos, el fiscal de la Audiencia pidióla aprobación de las propuestas de Enrico Martínez con las modificaciones que secreyeron pertinentes. El virrey nombró una “Comisión de Maestros Alarifes” presididapor un oidor, y encargada de informar a la Corte. Sin embargo, el Ayuntamiento,como de costumbre, se opuso a las autoridades en turno sin importarle la gravedaddel problema, en el marco de una discusión sin fin, al grado de que las controversiassurgidas cruzaron el Atlántico llegando a oídos de Felipe III, quien comprendió unavez más que si no se ponía un alto a la discusión, jamás se llevaría a cabo una obra tanimportante; por lo que emitió el 26 de abril de 1616 una real cédula en la que decía:“ponga a la perfección la obra, y de lo que se fuere haciendo”. Extrañamente después dela ordenanza real no volvió a aparecer algo relacionado con el desagüe.Los puertos de Acapulco y San Juan de UlúaEl virrey instaló provisionalmente piezas de artillería “de las que se compraron para Filipinas”,en tanto que se fundían otras de mayor tamaño para contar con más seguridad enel puerto de Acapulco. También analizó la conveniencia de hacer en dicho puerto dosplataformas “para que abriguen a las naos de Filipinas”, y con ello contribuir a la defensadel puerto, para lo que debería contarse con “trescientos hombres de presidio, ademásde cien vecinos, y gente de servicio, y mosquetes y arcabuces para todos”. Para ello, lecomunicó a la Real Audiencia su propósito de llevar a cabo este proyecto con el recursode establecer el 2 % a la mercancía que llegara al puerto y el 1 % al comercio de la plata.En cuanto a Veracruz, el virrey le comunicó a la Corte que tenían que repararselos cimientos del castillo de San Juan de Ulúa, lo cual costaría aproximadamente200 000 pesos.131


ingeniería en méxico, 400 años de historiaPuntos de colonizaciónSu administración no se limitó a la capital ni a sus alrededores, sino que también laejerció en zonas lejanas con la fundación de villas y ciudades. En 1613 se creó la villade Lerma en el valle de Toluca, nombrada en honor del duque de Lerma, favoritodel rey. Más tarde, hacia 1620, se fundaría el mineral de Guadalcazar, cuyo nombrese debería a Fernández de Córdoba, marqués de Guadalcazar. Por otro lado, la villade Córdoba fue ascendida a la categoría de ciudad debido a que estaba en la ruta aVeracruz, un camino lleno de asaltantes de mercaderes y pasajeros.Como complemento de su responsabilidad, el virrey continuó el prolongadoproyecto de la conquista y pacificación de la California, para lo que se construyerontres navíos que el 21 de marzo de 1615 impusieron la tranquilidad en la Península.El marqués también participó en el auxilio a la provincia de Nueva Galicia,principalmente por Zapotlán, cuando el volcán de Colima causó terremotos degrandes consecuencias.Cierre de su administraciónYa para concluir su administración, enfocó su interés en la obra pública, y terminóla arquería del acueducto de Santa Fe, lo que permitió, con el respaldo de las cajasde agua, darle abasto a barrios un tanto marginados por su distancia de la red dedistribución secundaria, como el de San Lázaro y otros en los cuales el agua llegabacon dificultad. Lo anterior permitió programar la terminación de fuentes públicasen las plazas principales.Después de ocho años de gobierno, dejó el cargo en manos de Diego Carrillo deMendoza y Pimentel.132


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosDiegode historiaCarrillo de Mendoza 400 años de historiaIngeniería en Méxicoy Pimentel, marqués 400 de años de historiaGélvez (1621-1624)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoLa llegada del marqués De Gélvez a tierras novohispanas señaló el iniciode una tensión que, tras de acumularse a lo largo de dos años,hizo explosión. A pesar de haber ganado buena fama en el Altiplanomexicano por ejercer bien su cargo como gobernador de Aragón, durante su administraciónen la Nueva España este virrey se desempeñó de manera contradictoria.Prácticamente desde el principio se hizo de un número creciente de enemigos, pues lecomunicó de inmediato al rey que el virreinato estaba lleno de delincuentes. Inmediatamentedespués, prohibió el uso de armas de fuego, solo permitido bajo justificacióny dependiendo de la persona en cuestión. Además pidió que los cirujanos “le dierancuenta de cualquier herida que curasen”. En lo relativo a la seguridad de los caminos,designó comisarios que registraran y controlaran a “la gente facinerosa y vagabundaque tan infectado tenían el reino”. A su vez “hizo prender a los más delincuentes”, loque se consideró como una labor inútil, pues a pesar de “tener los alcaldes de la cortesustanciadas sus causas, los oidores en las visitas de cárcel los soltaban” contraviniendolas cédulas de Su Majestad, como lo hacía constar en un “memorial de los alcaldesal rey el 26 de febrero de 1622”.En un segundo documento enfatizaba que los asuntos de justicia iban muy mal; decíaque los alcaldes y oidores eran demasiado fáciles en la soltura de los presos, de maneraque “reducidos unos a la cárcel, eran después condenados; unos en pena de muerte,y otros en corporal”. Y agregaba que los abogados “no cumplían con las obligaciones desu oficio”; por lo que decía que se había visto en la necesidad de castigar a ministros dela Audiencia, escribanos, receptores, alguaciles, procuradores y otros oficiales.En otros rubros señalaba lo siguiente: con relación a la vagancia, afirmaba que yahabía comenzado a liberar al reino de esa gente; en el aspecto sanitario, enfatizaba133


134que puso su atención en solucionar el problema de las inmundicias tiradas en las acequias;y en lo relativo a la fuerte escasez de víveres que afectaba principalmente a lasclases pobres, encontró que el favoritismo y la corrupción habían desarrollado diversosmonopolios por lo que decidió contrarrestar esa práctica mediante préstamos de10 000 pesos de su hacienda particular, los cuales debían invertirse en igual númerode fanegas de maíz que se pusieran en el comercio a precios al alcance de los pobres.Otra de las cosas que le informaron y a la que le dio respuesta fue un robo perpetradoa las cajas reales por un monto de entre 8 000 y 10 000 pesos. Aunque,tanto autoridades como empleados dificultaron las investigaciones, el marqués, conla impetuosidad y el despotismo que lo caracterizaban, consiguió descubrir a los malhechoresy restituir a la caja del rey esa cantidad.


capítulo ii. siglo xviiuna disposición temerariaUn tema recurrente en las instrucciones reales hacia los virreyes fue el del desagüe.En el caso del marqués De Gélvez, este tomó una decisión que resultó fatal para laciudad de México. En un mensaje enviado en carta de diciembre de 1623 suspendiólas obras hasta que la Corona tomara la resolución. El antecedente de este informees el siguiente: contra la costumbre de sus predecesores, el marqués De Gélvez dejópasar un tiempo para visitar Huehuetoca, visita nefasta para la sede de gobierno de laNueva España en marzo de 1623. Fue en ese momento que, a pesar de carecer de conocimientosen tecnología hidráulica, y para sorpresa de muchos, emitió después dela visita, un auto en Jalapa el 27 de marzo, cuyo contenido era totalmente el contrariode lo esperado: “romper todos los diques y las calzadas, así como tapar el desagüepara que las aguas se volcaran sobre la urbe”. Esa absurda decisión que al principio setomó con alarma, después se convirtió en indignación y pánico cuando supieron losmotivos: el virrey quería conocer a fondo el peso de las aguas y verificar si era útil oinútil la obra del desagüe, y con ello justificar erogaciones. Desafortunadamente laminoría política no experta se impuso de tal manera que lograron que la decisión seaplicara y, por su parte, el tesorero recibió también la orden de “liquidar cuentas”. Losúnicos que tomaron con alegría estas disposiciones fueron los indígenas, pues conellas se “libraban de trabajos forzados”.Las lluvias de 1623Los aguaceros se presentaron de manera abundante, por lo que el 19 de octubre de1623 el Gobierno dictó varias medidas encaminadas a conocer el volumen de lasdiversas áreas de acumulación. El acta de reconocimiento respectiva fue la siguiente:[…] el aumento que había recibido la laguna desde el trece de junio que sealzaron las compuertas y se dio entrada a las demás aguas, hasta el treintade octubre que se hizo esta expresión era de media vara de medir menosdos dedos[…] habiéndoles recibido sus declaraciones para que satisfaciesena todos los puntos del auto, y discurriendo en ellas largamente de cosasya referidas Adrián Boot concluye, con que de la experiencia hecha no haresultado daño para en lo de adelante, porque las aguas que más puedendañar estando represadas son las que vienen de Mexicalcingo, laguna deChalco y las demás que ocupan los ejidos, y que las del río de Guatitlány de las avenidas de Pachuca cuando entren en la laguna desta ciudad nopueden hacer crecimiento que cauce inundación, aunque se continúe en135


ingeniería en méxico, 400 años de historialos años siguientes. Y que no es de consideración que se dividiera por laparte del desagüe de Gueguetoca, porque si se considerase el poco dañoque hace, y la gran suma de gasto en acabarle, es de mayor daño ocuparloen los reparos que declara.Y Enrico Martínez refiere que el enemigo mayor que tiene esta laguna parahacerla crecer es el río de Guatitlán[...] y que el más eficaz remedio paraminorarlas era que no entrase este río y avenidas, sino que saliese por eldesagüe por haberse conocido utilidad del[...] Y que supuesto que el desagüeestaba en aquel tiempo en el último tercio de su obra, y último cuartode sus efectos.Y los demás maestros se conformaron con el parecer de Adrián Boot conque si se pudiese conseguir, que sin gasto alguno salga el río de Guautitlánpor el desagüe de Gueguetoca, se haga. Y de todos estos autos se dio testimonioal virrey, y se envió copia a su Majestad.La terrible inundación que provocó el virrey se reflejó en el iracundo tumulto del 15de enero de 1624, en el que se reunieron frente al Palacio Virreinal más de treinta milpersonas que atacaron el edificio con tal furia, que el marqués se vio obligado a refugiarseen el cercano convento de San Francisco. El autor de semejantes experimentos tuvouna reclusión conventual forzosa, en tanto que “recalcitrantes funcionarios” gobernaronen su lugar hasta octubre, mes en que llegó a la ciudad de México el nuevo virrey, elmarqués de Cerralvo.Quizá durante esa reclusión, De Gélvez reflexionó sobre lo que había provocadoy que, al notar el rechazo de la Corte a su retorno a Madrid, poco o nada consiguiópara disimular su tecnología de destrucción. No obstante, se logró algo: nunca serepetiría el hecho.400 años de historian México Ingeniería en México00 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en MéxicoAudiencia Ingeniería en en MéxicoIngeniería en Méxicogobernadora (noviembre de1624) Ingeniería en México4xico400 años de historia400 años de historia Ingeniería en México400 años de historia 400 añoIngeniería en Méx400 años de historia 400 años de historia00 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería400 años de historia400 años de histo400 años de historia Ingeniería en Méxicoía en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiae historiangeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en MéxicoComo una pauta de alerta, la fuga del virrey anterior empezó a coincidir con lapresencia de lluvias fuera de temporada, lo que cambió bruscamente la opinión deIngeniería en México400 años dIngeniería136


capítulo ii. siglo xviiaquellos que respaldaron la rotura de los diques y de las calzadas, que se apresuraroncomo nunca antes a recuperar lo destruido. Dicha empresa estuvo a cargo dela Audiencia gobernadora, hasta la toma de posesión de don Rodrigo Pacheco yOsorio el 3 de noviembre de 1624, pero ya era demasiado tarde.Dicha Audiencia no tuvo más oportunidad que nombrar una comisión encargadade examinar el estado de las obras, y se limitó por falta de tiempo a tratar queel río Cuautitlán, por lo menos en todas sus vertientes, no entrara ni se comunicaracon el Zumpango, pues el marqués de Cerralvo estaba próximo a llegar a la capital.e historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México00 años de historia Ingeniería en México400 años de historias de historia400 años de historia400 años de historia Ingeniería en Méxicoico400 años de historiaen México400 años de historiariaen México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia137


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosRodrigode historiaPacheco y Osorio, 400 años de historiaIngeniería en Méxicomarqués de Cerralvo 400 años de historia(1624-1635)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoCon excepción del problema de los corsarios en el Caribe y las respectivasobras de protección en Veracruz y Campeche, además de algunasde orden municipal, la labor desarrollada por este virrey se encauzó aesfuerzos que evitaran o al menos controlaran las inundaciones que amenazaban a laciudad capital y que caracterizaron esa centuria. A su llegada encontró una situaciónálgida, resultado de los cambios en el medio ambiente, la deforestación, el pastoreodescontrolado, la expansión de cultivos y la erosión consecuente, así como las fuerteslluvias que, al arrastrar periódicamente suelos a los lagos centrales, aumentaban elnivel de las aguas.139


ingeniería en méxico, 400 años de historiaResulta hasta cierto punto contradictorio que, dentro de lo que se sabe de las inundacionesurbanas, la labor de Pacheco y Osorio no se tomó como el parteaguas enmateria de prevención de desastres por lluvia en la historia de la ciudad de México.A fin de reparar los daños provocados por el marqués De Gélvez, la Junta delDesagüe, órgano perteneciente al Ayuntamiento, le propuso al nuevo virrey levantaruna vara la calzada de San Cristóbal, al igual que las de Mexicalzingo, San Antonio,Calvario, Tacuba y Azcapotzalco, con el empleo de tierra, césped y tezontle; hacerlo mismo con los albarradones de Zumpango y San Lázaro “poniéndose en elloslas compuertas necesarias”; desviar los ríos Sanctorum y Morales hacia los ejidos dela Piedad y San Antonio; detener con una presa de mampostería las avenidas delPachuca, “que eran muy peligrosas por venir del lago de México, del Zumpango yel San Cristóbal”; y continuar con las obras de Huehuetoca y reponer el albarradónpara contener las aguas del río Cuautitlán. La superintendencia de dichas obras quedóa cargo de los religiosos de la Compañía de Jesús “y se fueron ejecutando en elcurso del primer semestre del año de 1627”.El 16 de julio de 1627 los volúmenes lacustres habían crecido tanto, que los vientosde la tarde hacían rebasar las aguas del lago de San Cristóbal sobre el Texcoco yeste sobre la ciudad. Ante tal situación, la Junta del Desagüe acordó que tanto Bootcomo Martínez acudieran a una visita in situ que les permitiera conocer el riesgo quepudiera correr la capital. Los ingenieros informaron que el agua había crecido “dostercias y dos dedos” de las estacas clavadas, que era bastante, pues aún se esperabanlluvias más copiosas. Para el 6 de septiembre las estacas estaban cubiertas con “cuatrodedos más” de altura “y empezándose a extender por todo el ejido de San Lázaro”.Algunos ciudadanos, preocupados por la situación, comenzaron a presentar proyectos.Uno de ellos fue el de Matías Herrera, cuyo planteamiento medular era desaguarel lago de Chalco por Tepopula, o sea, que retomaba la preocupación y soluciónpor el suroriente. A fin de evitar errores, la Junta del Desagüe nombró a FranciscoGutiérrez Naranjo para estudiar y calificar el proyecto. Su respuesta fue que era impracticable“porque el terreno subía hasta una altura de 270 varas, sobre 33 606 delongitud; en su mayor parte de peñas invencibles”.Al crecer la alarma de la ciudad y a la vista de un peligro inminente, las querellasy los intereses se olvidaron, por lo que se retomó la idea de un desagüe generalcomo único remedio. En ese sentido, Diego de Ávila, minero de Guanajuato, ofreciódesaguar las lagunas de Zumpango y San Cristóbal con cierto “artificio”, con el quearrojaría y pondría el agua en la otra banda. Igual que con el proyecto anterior, laJunta lo encontró no solo imposible, sino además sin fundamento.140


capítulo ii. siglo xviiPor su parte, Enrico Martínez, ya reinstalado, trabajaba con tal energía, que encuatro meses reparó todos los descalabros que el desagüe había sufrido durante suabandono, poniéndolo en capacidad de darle salida al Cuautitlán y a todas las aguasque aumentaban el volumen del lago de Zumpango. Con ello se cerró el año de 1628.El diluvio novohispanoEn junio de 1629 llegaron las precipitaciones que, aunque anegaron la mayoría debarrios, no provocaron tanta inquietud por la confianza que se tenía en la labor deMartínez, quien al sospechar lo que sucedería, el 29 de junio acudió al Ayuntamientoa solicitar fondos para “cerrar algunos portillos abiertos en el albarradón”. Una vezsatisfecha su demanda, se dirigió al lago de Zumpango, donde existía un dique quecortaba su parte occidental casi en dirección norte-sur e impedía que el río Cuautitláninvadiera el vaso del Zumpango o el del Citlaltépec, y formaba con ello undepósito de agua denominado laguna de Coyotepec. De ahí los excedentes corríanpor un canal abierto hasta Huehuetoca, donde entraban en el tajo que formaba laobra del desagüe.La inundación de 1629 fue tan grave que seregistró en los anales históricos indígenasde los habitantes de los alrededores.141


ingeniería en méxico, 400 años de historiaEnrico Martínez nunca presintió que precisamente ese 20 de junio el río Cuautitlánsufriría una impresionante avenida que se precipitó en forma directa en la laguna deCoyotepec. Con ello se cerró la boca del desagüe y se rompió el dique de Coyotepec, demodo que las aguas retrocedieron violentamente sobre Zumpango, y este a su vez al lagode San Cristóbal, y al ser destruida la calzada-dique, se volcaron las aguas ya inconteniblesen el Texcoco, de tal manera que en cuestión de horas la ciudad se inundó. El puebloculpó a Enrico Martínez de “haber cerrado la boca del desagüe intencionalmente”.No era tiempo de dilaciones, así que el virrey convocó a una junta con el arzobispo,el Cabildo eclesiástico, el Ayuntamiento, el consulado, la Universidad, los inquisidores,el conde de Santiago y prelados de algunas órdenes “pidiéndoles parecer delo que se debía hacer para remediar el daño”. En la primera junta se acordó una nuevainspección de la obra, encabezada por el conde de Cerralvo, a la vez que se dictó otraconvocatoria para nuevos proyectos. Todo desembocó en un programa emergentede apoyo a la población, bajo una serie de actividades que debían ser informadas desu ejecución tanto al virrey como al Ayuntamiento. Se concluyó que Diego Monroyy el capitán Pedro de Alzate pidieran “prestado en nombre de esta Ciudad a las personaslas cantidades siguientes”:Melchor de CuéllarJuan de RosasCristóbal de BonillaCristóbal de ZuletaFulgencio de la VegaAlonso PicazoAlonso de LorenzanaPedro de ToledoTotal1000 pesos1000 pesos500 pesos500 pesos1000 pesos500 pesos500 pesos1000 pesos6000 pesosAdemás se les solicitaba a varias órdenes religiosas que también colaboraran paraaliviar la miseria. Cada una de las personas referidas se ocuparía todos los días en very visitar sus barrios, repartiendo entre los pobres 50 pesos convertidos en la comprade maíz, carne, tortillas y legumbres, además de pescado.Al obedecer las instrucciones reales, los encargados de auxiliar a los afectados porla inundación le informaron al virrey y al Ayuntamiento, a principios de octubre, de lacaída de casas y la afectación de otras tantas. Como respuesta a la celebración de cabildosabiertos, Fernando Carrillo propuso que “todos los dueños de posesiones levanten frentea la suya una [especie de] calzada de mampostería escarpada de dos varas de ancho,142


capítulo ii. siglo xviiy media vara de altura; de tal manera pegadas a las paredes que sirvan de estribo, queimpida se debiliten los cimientos.” Francisco Morán propuso formar una comisión integradapor regidores y alarifes que, apoyados por un escribano, inspeccionara conventosen mal estado, como los de Regina, San Jerónimo, Jesús María y el de los carmelitasdescalzos, para poner remedio. Otras personas hicieron también propuestas y estimaciónde los daños y costos. Para fines de octubre, aprovechando que el agua tendía abajar, se pidió al virrey que construyera puentes levadizos de madera para mejorar lacomunicación.Como colofón, puede decirse que el arzobispo de la ciudad de México calculabaen más de treinta mil el número de indígenas muertos por la inundación, y que de lasveinte mil familias españolas que habitaban dentro y fuera de la urbe, “no quedabanmás allá de cuatrocientas en la ciudad inundada”.Conviene hacer una serie de observaciones acerca de las diferentes obras quese llevaron a cabo. Al respecto, es factible que el represamiento de los excedentesdel poniente se habría hecho aprovechando una albarrada prehispánica que iba delnorponiente al surponiente donde derramaba las aguas contenidas en las zonas delactual Pedregal hasta la altura de Periférico Sur, como ahogaderos naturales en todael área poniente-oriente que cierra el sur de la ciudad. En cuanto a las “calzadillasde madera”, resultó otra innovación municipal de rápida respuesta sin necesidad derecurrir a elevaciones del suelo, cuya práctica no era conveniente en ninguna forma,más aún tratándose del tránsito peatonal. Finalmente, está el refuerzo de aquellascalzadas que evitaron el derrame de agua sobre las zonas pobladas por medio de laelevación del nivel del suelo de las mismas para formar una especie de diques.Prevención de desastres a largo plazoEl año de 1630 empezó con un ambiente de tranquilidad y de confianza ante elprograma de prevención de desastres desplegado por el virrey y diversos órganosdel Gobierno, y también por la esperanza de que las ya cercanas lluvias no fuerancomo las de 1629. Así que para no decepcionar a los ciudadanos, el marqués trazóuna especie de ruta crítica de actividades relacionas con el desagüe. La primera fueexaminar, bajo su criterio y el de algunos expertos, la factibilidad de los proyectosrecibidos e incluso de los que seguían llegando. La segunda disposición fue llevadaa cabo el 12 de enero de 1630 y consistió en ordenarle al ingeniero Enrico quecumpliera el compromiso contraído de “perfeccionar en veinte y un mes, y conun gasto de doscientos mil pesos el desagüe de Huehuetoca” que diera salida a las143


ingeniería en méxico, 400 años de historiaDiseño idealizado de los puentes levadizoscomo innovación para dar solución al tránsitoy abasto de mercaderías, y que cambió poraños la imagen de la ciudad capital.aguas del Cuautitlán y del lago de Zumpango. El virrey partió el 1º de marzo juntocon una comitiva a comprobar el grado de avance de Enrico Martínez en la obrade Huehuetoca, a la vez que revisar los medidores de niveles de agua, instaladosdesde hacía un año.El tercer propósito del virrey fue analizar todos los proyectos a su alcance, distribuidosen “dos grupos, o categorías”, como se les conoció. En la primera categoría,la información se integró en una tabla de tres encabezados: (1) lugar o sitio dearranque de la obra propuesta, (2) el nombre del autor del proyecto y (3) una síntesis144


capítulo ii. siglo xviidel proyecto. En tanto que en la segunda se incluyeron los que se consideraron másinteresantes o viables con base en tres factores básicos: el lugar de origen del trayectode las obras, la longitud en varas, con sus respectivas variables de profundidad, y elcosto aproximado de obra.“Reconoció personalmente el Excellentisimo señor marqués de Cerralvo todosestos sitios y desagües propuestos, el año de mil y seiscientos y veinte y nueve. DonFernando Carrillo”.En la segunda categoría, todos los proyectos se evaluaron y calificaron de viablespor una comisión de expertos. Cabe notar la capacidad tecnológica de la mayoría delos autores de los proyectos a prácticamente una centuria de la fundación de la nuevaciudad de México en 1524.Segunda categoría, proyectos más viables o interesantes:• Por el puesto de Güegüetoca, comenzando desde la parte de la laguna de Méxicoque va al río de Tula hecho a tajo abierto, tiene de longitud 51 094 varas, y lamayor altura de la cumbre es de 48 507 varas sube la tierra 41 sin las corrientes, ycon ellas 68 varas, dándole a cada 1800 una, que hecha la boca del plan de 8 varasde ancho por el centro y la del escarpado en 102 en la mayor altura; y al respectoconforme sube y baja la tierra, y aplicando a cada vara de tierra cúbica que se ha desacar un real de toda costa, viene a montar 3 millones 549 118 pesos.• El desagüe de Francisco Gutiérrez Naranjo que es desde el molino referido deHontiveros, a salir al arroyo de Tequisquiaque que tiene de longitud 42 415 varas,y a las 38 a 43 sube la tierra 78, y con corrientes, 99 que hecho a tajo abierto aldicho respecto y forma, monta 4 073 327 pesos.• El desagüe de Antonio Román tiene dos desagües que diferencian muy poco, y elque cogió de la laguna de México por la Venta del Carpio, y camino de los carros,a verter a la presa de Martín López Ossorio tuvo de longitud 57 150 varas, y a las42, su mayor altura es 49, y hecho a tajo abierto como los demás, será su costo8 799 940 pesos.• El desagüe de Antonio Pérez de Zúñiga, sale del dicho molino106, y va a pararal dicho arroyo de Tequisquiaque, por Guipustla, hasta la presa de Martín LópezOssorio, tiene de longitud 55 494 varas, y a las 41 844 su cumbre viene a ser de47 y con corrientes 70; y a su fábrica a tajo abierto tiene costo 6 563 000 pesos.• El de Simón Méndez, comienza desde el dicho molino de Hontiveros, a despediral arroyo de Tequiasque, por la lumbrera que el susodicho hizo, y su longitud es de43 034 varas, y a las 37 334; 102 de altura sin corrientes, cuya costa no se regulópor la gran altura.145


ingeniería en méxico, 400 años de historiaAl tratarse de una obra colosal, el virrey sujetó al Ayuntamiento los siguientesplanteamientos sobre los proyectos seleccionados: la viabilidad de los desagües; cuálde los proyectos era el más útil y más fácil, cuál era el mejor con relación a la gentenecesitada, la duración y el costo, y cuáles eran los modos mejores para facilitarlo. ElAyuntamiento determinó tratar el asunto inmediatamente en una junta de notablesel 28 de septiembre, y dio a conocer su respuesta el 7 de octubre, bajo los siguientestérminos: “los cinco desagües parecen posibles”; “el más útil, fácil y de menos tiempo,y costa es por el puerto de Huehuetoca […] por un lado del socavón del desagüe viejoaprovechándose de las 7 mil varas del tajo abierto, que desde el albarradón del ríode Cuautitlan está hecho, hasta el embarcadero del dicho socavón”; con respectoa gente, tiempo y dinero “serán necesarios 9,720 indios continuos en cuatro años,y de dinero 2 millones 660,850 pesos para su paga, sin los materiales, herramientasy otras cosas necesarias que se ofrezcan”; y con relación a “los modos”, “se respondelo que los maestros y contadores […] dicen se podrá hacer en un año y diez y nuevedías, con millón y medio de costa, y de dos a tres mil indios laboríos, usando de losbueyes, mulas y varios pertrechos”.La Junta, para quedar bien, especialmente con las autoridades, propuso una seriede medidas para evitar el despilfarro al que podría conducir este tipo de obras medianteuna economía mal entendida que se basó en un sistema de contribución enespecie, por ejemplo, colectar bueyes y arados, sin retribución a los labradores delvalle, pagando únicamente el jornal del gañán; un sistema similar en lo referente acarretas y otros artículos; ejecutar por destajo “tanto como fuera posible de la obra”;economizar salarios de mandones y sobrestantes, encargando estas funciones a losreligiosos de las diversas órdenes; nombrar un superintendente general de obra conamplias facultades; y contratar un contador y subalternos que fueran indispensables.En cuanto a los materiales de construcción, se pensó que resultaría muy práctico quetodas las canoas que entraran a la ciudad trajeran un viaje, por lo menos cada día; enel caso de la tierra, cada día “a seis reales por canoa”.El Ayuntamiento, como contraparte, presentó un “proyecto de recursos” parasufragar los gastos de obra, el cual consistía en lo siguiente:Una invitación del Gobierno ‘a las personas de cuenta’ para un donativo, ydel Ayuntamiento a los gremios y oficios; un impuesto de medio real porcuartillo de vino, o cincuenta pesos por pipa, pagaderos al tiempo de desembarcaren Veracruz; el uno por ciento sobre la propiedad raíz, deduciendolos censos; la cesión del sueldo que los alcaldes mayores percibían del tesoro;la cesión de las órdenes religiosas por un año de la dotación que les tenía146


capítulo ii. siglo xviiasignada el Gobierno para vino y aceite; lo mismo para los beneficiados delos partidos de la mitad de sus salarios por un año; cesión ‘de los encomenderosde pueblos y de los que tienen renta en pueblos vacos’; lo mismo paralos empleados del Gobierno que tienen gajes, de la tercera o cuarta parte desus sueldos; lo mismo para los que tienen empleos comprados, de la quintaparte; lo de una cuota proporcional de los que sólo disfrutan emolumentos;una contribución en dinero, gente y materiales al marquesado del Valle,proporcionada a su riqueza; tomar dinero a interés al 7%; un impuesto sobrelas mercaderías de Castilla, China, Perú y Yucatán; y el producto de unaño del derecho de señoreaje de la Casa de Moneda.A su vez, el marqués de Cerralvo, al estar de acuerdo con la propuesta del Ayuntamiento,publicó un edicto en el que daba a conocer en toda la ciudad su decisiónde hacer un desagüe general que protegiera a la capital de desastres, con fecha del 12de octubre de 1630, solo que no se llevó a cabo.Poco a poco, la migración de trabajadores con motivo de la inundación de 1629propició el cambio de centros de población a centros financieros, en el sentido demercados de capital. Sucedió en dos vertientes: una en los alrededores un tanto alejadosde la ciudad, como Tacuba, Popotla, Coyoacán y San Cosme, con el respaldoeconómico del Ayuntamiento; y otro, el desarrollo de la industria en lugares tanlejanos como Puebla, Veracruz, Oaxaca, Guadalajara, etc. Un ejemplo es Tlaxcala,que justamente en el año de inicio de la crisis de la capital del virreinato aumentó elnúmero de obrajes y de trabajadores especializados.¿Cambio de sede administrativa?Corría el año de 1631, cuando después de la búsqueda inútil del mítico desaguaderode Pantitlán, el virrey tomó la sorpresiva decisión de dar curso a tres cédulas reales.Una de ellas iba dirigida a su persona y otra al Ayuntamiento, y señalaba la convenienciade continuar las obras del desagüe si las consideraban convenientes, o bienque propusieran las que se calificaran como tales.No se sabe la razón del marqués para no darlas a conocer desde 1630, y menosaún de la tercera misiva, con fecha del 19 de mayo de 1631, en la que, entre otrasconsideraciones, Su Majestad señalaba que se extrañaba que “entre tantos arbitrios,y medios no se hubiera tratado de mudar la ciudad a un sitio mejor y más cercano alen que estaba”. La cédula real se presentó al Ayuntamiento el 12 de noviembre en elmarco del Cabildo completo. A fin de abreviar tiempo, el virrey recurrió a sintetizar147


ingeniería en méxico, 400 años de historiatres puntos: si se debía trasladar la sede de la ciudad capital, cuáles serían los mediosmás eficaces para preservar a la capital de inundaciones, y si en el caso de que estosno fueran asequibles, ¿convendría hacer la traza y planta de la ciudad en el lugardeterminado por la real cédula?Los tres puntos se analizaron a fondo y en un extenso informe, pero el Ayuntamientorechazó el primer punto, respaldando su negativa en la infraestructura urbanaya desarrollada, al grado de que, según su cálculo, equivalía a “cincuenta millonesde pesos”, al contar quince conventos de religiosas, suntuosos templos, ocho hospitales,seis colegios, una iglesia catedral, siete conventos de religiosos, dos parroquias,casas reales, un arzobispado, el Santo Oficio, una universidad, cárceles y otras obraspúblicas, sin haberse incluido los inmuebles particulares. En cuanto al segundo punto,el Ayuntamiento consideraba como remedio total para la preservación y seguridadde la ciudad “hallar un desagüe general a tajo abierto para su laguna” con ayudade los maestros y especialistas, siendo el más conveniente el propuesto de Huehuetoca.Agregaba que “la forma con que se podrá conservar esta ciudad mientras seconsigue el desagüe” requerirá de fortalecer presas y albarradas y que “se conservenlas calzadillas de las calles, y hagan en las que no las hubiere. Por último, en relacióncon el tercer punto, posiblemente se señale que “si el desagüe saliere incierto por noser poderosas las fuerzas humanas a vencer alguna dificultad que se hallare debajo detierra, y la inundación obligase a mudanza, por lo menos estará señalado el sitio, ycon él muchos edificios; y si se consiguiere el total seguro de México no puede perdernada SM en refrendar el lugar”. El virrey acogió favorablemente la información delAyuntamiento, pero, escrupuloso, quiso saber si se había presentado a la opinión delos ciudadanos. La respuesta fue afirmativa, y tal vez por las tristes experiencias y lostemores de los habitantes, la gran mayoría de ellos coincidió en un solo punto: “quede ninguna manera se pensara pasar la ciudad a otra parte”. Ante esa tendencia, elAyuntamiento, al saber lo que significaba en tiempo, dinero, y mano de obra llevar acabo el cambio de sede, pensó que lo mejor sería acelerar la terminación “del desagüegeneral como única medida eficaz”, para lo que instó al virrey para que antes de concluirdiciembre, se emprendieran los trabajos respectivos.Es factible creer que el virrey accedió a la solicitud municipal, pero no se sabehasta qué punto avanzó la obra, pues al año siguiente murió Enrico Martínez.148


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosLopede historiaDíaz de Armendáriz, 400 años de historiaIngeniería en Méxicomarqués de Cadereyta400 años de historia(1635–1640)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoLas últimas afectaciones de la terrible inundación de 1629 que tantamella le habían hecho a los pobladores de la urbe, prácticamentedisminuyeron, aunque no así el panorama de desolación contra elque lucharía el marqués de Cadereyta, quien desde el inicio de su administraciónse preocupó por dos problemas que afectaban de manera creciente la vida urbana:el azolve y el desagüe.149


ingeniería en méxico, 400 años de historiaEl azolveEl azolve de las acequias impedía el tráfico de las canoas y trajineras, del que dependíala ciudad. De ahí la ordenanza del virrey para convocar posturas para el saneamientode esa red urbana. Se propuso que la limpia se calculara por vara cuadraday que el precio podría llegar hasta un tope de 8 pesos. El trabajo estaría a cargo decuadrillas de peones que, por lo grande del área atendida, implicaba, en promedio,quinientos indígenas con un costo que ascendía a 140 000 pesos. La obra estuvobajo la dirección del licenciado Juan Álvarez Serrano no solo por su experiencia, sinotambién por ser el oidor más antiguo; y la mano de obra recayó en los naturales delos pueblos inmediatos con sueldo por jornal diario de 2 reales en moneda. La limpiase concluyó en poco más de tres meses, se importaron con todo y materiales 34 000pesos. La mano de obra llegó a los veintidós mil peones para satisfacer un programade recuperación de 20 000 varas de acequias. “Todo el gasto salió de la pensión queimpuso el Ayuntamiento a las mercedes de agua que había hecho a los vecinos”.El desagüeEn un tema complementario, el Ayuntamiento, en el Cabildo del 24 de mayo de1636, le expuso al virrey, entre otros problemas urbanos, el del desagüe, para lo quesería necesario visitar Huehuetoca antes de que llegaran “las aguas del año de seiscientosy treinta y seis”. Para hacer la visita, el virrey integró una junta que indicaraquiénes lo acompañarían. Conforme al compromiso, el informe se entregó en manoen enero de 1637. Después de leerlo, el marqués ordenó que se diera a conocer enforma impresa entre los organismos interesados en el desagüe, incluidos los gremios,añadiendo que externaran su parecer en la Junta General que debía celebrarse el 7 deabril de ese año.El informe se dividía en dos partes. En la primera se referían los sucesos y las vicisitudesde la obra, y se añadieron tres preguntas que en forma de dudas se tratarían endicha reunión: si convenía conservar el desagüe para impedir la inundación; cuál seríael perjuicio a México de agotarse la laguna, al ser el conducto del desagüe al descubiertomás profundo y ancho; y cómo podía hacerse para conservar aquella obra. En la segundaparte se planteaba el caso de que si la obra en conjunto abarcaría todo aquel cúmulode aguas; si las albarradas o calzadas asegurarían la ciudad o no; y si la ciudad no quedabasegura con estas obras, convendría traspasarla. El documento concluía señalandoque la erogación del desagüe hasta ese momento mostraba dos millones novecientoscincuenta mil ciento sesenta y cuatro pesos y siete reales y medio.150


capítulo ii. siglo xviiDespués de analizar los dictámenes respectivos, el marqués decretó, el 20 de julio,que el desagüe quedara al descubierto porque “constaba que todo el cúmulo deagua que debía correr por el desagüe por falta de capacidad en el canal, retrocederíacon daño a la ciudad, y llegaría el caso de atramparse por la tierra, piedras y leña quearrastraban aquellos torrentes”.El proyecto se inició en 1637 con la excavación de 70 721 526 varas cúbicas, desdela calzada de San Cristóbal hasta las bocas de San Gregorio, para que este caucerecibiera cuatro varas de agua de los ríos, los torrentes y las rebosaderas de las lagunas.Sin embargo, la tranquilidad generada por la obra se vio violentamente interrumpidaen cuestión de semanas por un terremoto en 1637 que hizo que el punto más altodel monte que el socavón atravesaba, tenía completamente averiada su puntalearía;los arcos caídos eran abundantes, así como las grietas y el abultamiento de las paredes,prácticamente a lo largo de cincuenta varas.El daño iba, según el maestro de obra Juan Serrano, empeorando día a día, sinhaber más remedio que, con esas cincuenta varas de afectación, volver al desagüe acielo abierto. Y aunque se formó de inmediato una comisión de peritos presidida porBoot, ya no se dio respuesta ante la serie de eventos sísmicos de gran intensidad quefueron presentándose.Pero algo trascendental traerían los macrosismos: el temor de que las obras desaparecieranen conjunto con la erogación total y el número de participantes. Asípues, el marqués de Cadereyta mandó reunir todos los expedientes, los documentosy las noticias “que de ella se conservaran, desde los tiempos más antiguos”. El encargadofue Fernando de Cepeda, relator de la Audiencia, junto con Fernando AlonsoCarrillo, escribano mayor del Cabildo, como responsable de lograr un “extracto sucintoy metódico”. El documento respectivo se publicó el mismo 1637 con el nombrede Relación universal legítima, y verdadera del sitio en que está fundada la muynoble, insigne, y muy leal ciudad de México, cabeza de las Provincias de toda la NuevaEspaña, Lagunas, Ríos, y Montes que la ciñen y rodean. Calzadas que la dibiden. Azequíasque la atraviesan. Ynundaciones que a padecido desde su Gentilidad. Remediosaplicados. Desagües propuestos, y emprendidos. Origen y fábrica del de Güegüetoca, y estadoen que oy se halla. Ymposiciones, derrames, y gastos que se an hecho. Forma con quese á actuado desde el año de 1553, hasta el presente de 1637. Este excelente documentopuede considerarse como la primera memoria del desagüe en México. Según el virrey,de todo el contenido de la Relación universal..., podían deducirse tres puntossintetizados: la utilidad del desagüe de Huehuetoca para aliviar de inundaciones aMéxico, saber si existían medios de prevención o reparo, y las consideraciones sobre151


ingeniería en méxico, 400 años de historiala posibilidad de mudar la ciudad según lo sugerido por SM, en los llanos de Tacubay Tacubaya entre los ríos de Sanctorum y los Morales.En relación con la prevención de desastres, seguía la proposición de proyectos.Un ejemplo fue el de Pedro de Paz, contador de la Catedral, quien sugería un desagüedirecto del lago de Texcoco mediante la excavación de canales de pequeña profundidad,uno en el lago de Zumpango que descargara en el canal de Huehuetoca, yel otro por el de Xaltocan, que desaguara en la laguna de México. Este proyecto notuvo respuesta, tal vez debido a nuevos sismos.Habían transcurrido tres años desde que dio comienzo el plan de obras, cuandoprácticamente, al término del mandato del marqués de Cadereyta, se presentaronlluvias extremadamente abundantes hacia principios de otoño, al grado de que elCuautitlán se desbordó; aunque no fueron tan terribles como las de 1629, ni tampocode tan funestas consecuencias.El desagüe se seguía trabajando incesantemente, aunque el avance resultaba escasopor la dificultad de hacer pasar “aquel conducto” a través de la piedra, por lo quelos maestros de aquella obra se habían contentado con abrir lumbreras en trechos,situación que perdía importancia, pues la administración del virrey terminaba.Obras complementariasDebe señalarse que durante el gobierno de este virrey también se procuraron obraspías del Real Patronazgo, entre ellas, las fábricas religiosas y los hospitales. En especialse trabajó en la catedral de Tlaxcala, procurando estudiar a fondo el dañoestructural que manifestaba por los sismos, y con ello encontrar el remedio. Otraobra que captó su atención fue la Catedral de la ciudad de México, cuyo abandonole impresionó tanto al llegar a la capital del virreinato, que puso gran empeño en sureconstrucción, y se logró, al concluir su mandato, celebrar oficios divinos en la capillamayor e incluso comenzar a construir la bóveda. En este aspecto, el marqués quisoponer igual cuidado y empeño en la catedral de la ciudad de Puebla; sin embargo, losprebendados se lo impidieron.En el asunto de la salud pública, dos instituciones tipificaron su empeño: una, lareparación del Real Hospital de Indios, y como innovación, en uno de sus claustros sereadaptó el teatro con el que se lograba obtener un fondo de ayuda para los naturalesahí internados. La segunda, casi al final de su administración, fue el suministro de aguapara el Hospital para Leprosos de San Lázaro, para lo que se colocaron los ductos pordonde correría el agua desde las cajas distribuidoras.152


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosDiegode historiaLópez Pacheco Cabrera 400 y años de historiaIngeniería en MéxicoBobadilla, marqués de 400 Villena años de y historiaduque de Escalona (1640-1642)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoAmigo de lo fausto y la grandeza, pronto adquirió en la Nueva Españamúltiples simpatías, ya que desplegó gran lujo en el PalacioVirreinal e introdujo las más ostentosas costumbres. Sin embargo,también dio entrada a la corrupción y la intriga.Prácticamente de inmediato, el nuevo virrey encontró que, en lugar de la riquezaque se creía en Europa acerca del Reino de Nueva España, solo existía una administracióncon gran escasez y muy fuertes exigencias económicas del monarca españolque pretendía, por todos los medios, sacar recursos de sus posesiones ultramarinas.Por ello, se puede decir que, cuando tomó su cargo, puso a la venta 37 000 ducadosde “juros” y le remató privilegios a los ricos. Además apeló en busca de dinero a lascomunidades de indios y a los jueces que tenían bajo su responsabilidad la administración,depósitos de bienes destinados a capellanías y orfanatos, así como a cofradíasu obras pías; todo para remitirlo a España.Como de la minería no pudo obtener fondos debido a su decadencia y a la piratería,recurrió a iniciar el beneficio de la renta del papel sellado. No contento coneso, obtuvo de la Corte la autorización de sacar a remate los oficios públicos, soloque como estos empezaron a escasear, procedió a establecer licencias para todo conrespaldo económico. Y cuando ya no hubo más renglones de licencias, inventó otrascomo las que debían solicitarse para tener y llevar públicamente esclavos, o bien exigircuotas a negros y mulatos libres.No despachaba asunto o negocio que no prometiera expectativas de gananciaso de provecho para las cajas reales. Eso hizo que, en el caso de pobres, desvalidos eindígenas, fueran muy pocos los que tuvieron acceso al gobernante, lo que no resultabaigual con los amigos del duque, ni aún con sus sirvientes. En un intento de153


154congraciarse con la sociedad, trató de reorganizar la armada de Veracruz con algunosbuques de Cartagena de Indias y de La Habana, para lo que gastó más de 70 000 pesosy estableció un “impuesto que se llamó del tostón en Yucatán” para recuperarlos.La antipatía y las quejas de los habitantes del reino despertaron la preocupaciónde Felipe IV de que su representante se enfrentara a un alzamiento, ante lo que legiró instrucciones al arzobispo electo de Yucatán Juan de Palafox y Mendoza paraque tomara posesión del Gobierno sin que el duque de Escalona tuviera tiempode evitarlo. El arzobispo lo llevó a cabo cuando el oidor Andrés Prado de Lugo sepresentó en la madrugada en el Palacio Virreinal a las puertas de su habitación anotificarle su destitución y el nuevo nombramiento. El duque de Escalona escuchó lanotificación todavía en la cama, y sin protestar ni murmurar, se vistió para abandonarel Palacio Virreinal y dirigirse al amanecer rumbo al convento de Churubusco.


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosJuande historiade Palafox y Mendoza, 400 años de historiaIngeniería en MéxicoVirrey interino (1642) 400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaNo obstante la brevedad de su encargo, el virrey desplegó bastanteactividad en rubros como el del abasto de agua en la traza urbana.En el interior del virreinato, en especial en los litorales,se ocupó de fortificar Veracruz y Acapulco, y requirió este último por su crecienteimportancia comercial.En el aspecto de la agroindustria desató el empeño de fomentar dos industriasrelativamente nuevas: el labrado de lino y el de cáñamo, pues además de considerarlasredituables a mediano plazo, tendrían una fuerte demanda, ya que la lona ylos enseres para los navíos de la Armada y para barcos mercantiles en América solose conseguían en el extranjero. El lugar donde se centró la producción fue Atlixco.Otro rubro que giró en torno a su administración fue la atención al abasto hidráulicoa través de la arquería por donde llegaba el agua. Incluso la consideró comouna infraestructura muy necesaria para toda la ciudad, para lo cual integró a particularesde cualquier nivel social, hospitales y conventos; aunque su mayor actividadse encauzó a quienes habitaban las zonas marginadas, al haberse dado cuenta de quecuando sus pobladores no contaban con agua corriente, bebían de las acequias, y quepor encontrarse muy sucias causaban muchas enfermedades y, en ocasiones, derivabanen peste, de la que comúnmente los indígenas eran las víctimas.155


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosGarcíade historiaSarmiento de Sotomayor,400 años de historiaIngeniería en Méxicoconde de Salvatierra (1642–1648)400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaEl temor de invasiones extranjeras, y en cierto aspecto de la piratería,le hicieron ver al conde de Salvatierra la necesidad de contar con unafundición militar en la Nueva España. La idea tomó forma y, en principio,se propuso como sede a Puebla por su ubicación, abundancia de mano de obray facilidad de comunicación. Ahí se llegaron a fabricar algunas piezas, aunque resultaronmás caras que lo programado y de poca utilidad, por lo que se pensó en unanueva factoría, cuya ubicación ideal sería cercana al puerto de Veracruz y a San Juande Ulúa para poder respaldar así la defensa militar de esa zona.El sitio escogido estuvo cercano al río Medellín. En relativamente poco tiempose comenzaron las labores respectivas y, si bien las piezas programadas costaron muchotrabajo y dinero, al final se reconoció que resultaron lo suficientemente “gratas”,permitiendo así la elaboración de cañones y derivar, por orden del conde de Salvatierra,en una “fabrica de artillería”.Relacionado con lo anterior, se revisó el estado del fuerte de San Juan de Ulúaante las noticias del riesgo que podría correr el reino de haber una intromisión extranjera.La respuesta fue que se encontraba con graves daños debido a los embatesdel mar y del viento. Las mayores averías se apreciaban en el aljibe y en la muralla,de ahí la urgencia de ocuparse de los reparos en una escala prioritaria. Primero seevaluaron los daños y, con base en ello, se calculó el gasto a cubrir. Después se licitóla obra y empezaron a considerarse los respaldos económicos. El monto de la erogaciónresultó de 100 000 pesos. Por último, se contrataron los que se encargarían dela obra, mismos que deberían tratar directamente con el virrey.Los trabajos del desagüe general continuaron con lentitud, puesto que la RealHacienda había ordenado un recorte de gastos. El cálculo de los costos de las averías157


158provocadas por los sismos recayó en fray Luis Flores de la orden de San Francisco.Dicho programa se vinculaba, en cierta forma, con la recuperación de la infraestructuraurbana que se había perdido, en gran parte, por el terremoto. Un ejemplo era laIglesia Mayor metropolitana, de la que se lograron cerrar seis bóvedas laterales. Unavez resuelto un problema, el conde de Salvatierra encauzó su atención al interior,como sucedió con Morelia, donde había escasez de agua, pues las tomas quedabanlejos de los barrios, además de que por el abuso de las autoridades de Valladolid sedestinaba el dinero al beneficio personal en lugar de invertirlo en las reparaciones.Una de las últimas actividades del virrey consistió en atender las constantesquejas en torno al acueducto de Santa Fe, debido a que la arquería se hallaba en malestado por un exceso de humedad y falta de limpieza, razones por las que el aguallegaba a la urbe poca y sucia. El virrey tomó inmediatamente cartas en el asunto yrealizó una junta destinada a encontrar la solución. Como el Ayuntamiento andabaescaso de fondos decidió recortar ciertos gastos a fin de sufragar la reparación de laarquería y del cauce, a condición de no rebasar esta medida los seis meses.


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosMarcosde historiade Torres y Rueda, 400 años de historiaIngeniería en Méxicoarzobispo-virrey-gobernador400 años de historia(1648–1649)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoSustituyó al conde de Salvatierra, pero curiosamente no se le dioel título de virrey, sino solo el de gobernador. No obstante, sudesempeño fue más de virrey que de gobernador, aunque sulabor fue escasa y desconocida.Con el propósito de actuar como virrey veló por la seguridad de la ciudad y seenfocó en la prevención de desastres, y dada la cercanía de las lluvias le propuso alAyuntamiento una inspección a las calzadas de mayor importancia, con sus respectivasrecuperaciones. De hecho, prefirió encargarle al obrero mayor de la Catedral,Juan Serrano, todo lo relativo a visitas, programación y ejecución de las obras, paralo que el 2 de abril de 1648 le extendió un nombramiento.Según la opinión de Serrano, de todas las calzadas, la de San Cristóbal era la másamenazada, por lo que se requería un urgente programa de reparación cuyo costo seríade 6000 pesos, mismos que la Junta General de Hacienda acordó entregarle el 19de mayo. Respecto al informe que presentó de otras calzadas, el 5 de junio del mismoaño se aceptó responsabilizarlo de la recuperación de las de Ixtapalapa, Mexicalzingoy la Piedad, solo que la enfermedad del arzobispo de Yucatán y la intromisión de susecretario particular en todos los asuntos administrativos con la consecuente corrupcióncontribuyeron a ignorar los resultados de la programación.159


ingeniería en méxico, 400 años de historia400 años de historian México Ingeniería en México00 años de historiaIngeniería en MéxicoIngenieríaIngeniería en MéxicoReal Ingeniería en en MéxicoAudiencia (1649-1650)Ingeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de hisxico400 años de historia400 años de histori400 años de historia Ingeniería en México400 años de historia 400 años de Ingeniería en México400 años de historia 400 años de historia400 añ00 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400400 años de historia Ingeniería en Méxicoía en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiae historiangeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en MéxicoIngeniería en MéxicoRecién empezada su administración, una sorpresiva y extraordinaria creciente en elrío Cuautitlán causó tan severas roturas en sus bordos que, en cuestión de minutos,inundó la calzada de San Cristóbal y ocasionó fracturas en el dique de Coyotepec,con la consiguiente amenaza a la ciudad de México.Transcurridos los momentos de miedo, empezaron las reclamaciones y las críticasa las autoridades, que erróneamente culparon a fray Luis Flores, quien tenía quinceaños a cargo de las obras del desagüe. Para llegar al fondo del asunto, el Cabildoasignó al licenciado Andrés Pardo de Lago, quien, junto con regidores, ministros ymaestros alarifes, reconocería in situ la calidad de los trabajos. La respuesta fue quetodo estaba correcto, y refrendaron el puesto de fray Luis Flores.400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngenier160


e historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en Méxicoería en México en MéxicoIngeniería en MéxicoIngeniería en Ingeniería México en en Méxicoen México México400 años de historia Ingeniería en Méxicotoria Ingeniería en México400 años de historia400 años de historia 400 añosLuisde historiaEnrique de Guzmán, conde400 años de historiaaiaIngeniería en MéxicoIngeniería en Méxicoos de historiade Alba de Liste (1650-1653)400 años de historian México400 años de historiaaños de historia400 años de historia400 años de historia400 años de historia Ingeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaEn vez de cumplir con las instrucciones reales, como la reparación y elcuidado de dos hospitales y de una casa para niñas desamparadas, elvirrey prefirió impulsar las industrias azucarera, de lino y de seda, asícomo reparar y darle seguridad a los caminos, y librar a la ciudad capital de riesgos, enlo cual se ve que a lo largo de años de tristes experiencias, se habría logrado despertarespecialmente en las autoridades locales una incipiente cultura de prevención de desastres,en este caso el alcalde mayor de Cuautitlán.161


ingeniería en méxico, 400 años de historiaLos desastres anunciadosUnas lluvias inusuales en el mes de octubre de 1650 alertaron al virrey, quien programóuna visita al desagüe en compañía del oidor doctor Andrés Gómez de Mora yVillaseñor, y del fiscal, el doctor Pedro Melián. La razón por la que las obras no avanzabanera un cerro. Sin embargo, la ineptitud de los responsables que se enfrascaronen sugerencias y discusiones ocasionaron que el virrey perdiera el interés en el asunto.Tiempo después, las lluvias torrenciales de septiembre de 1652 hicieron muchodaño: fueron arrasados ganados y sementeras, se registró gente ahogada y se provocóuna situación crítica en la capital que, en cuestión de días, entorpeció el programa deevacuación de aguas y de reforzamiento de las calzadas más importantes.El jueves 17 de enero de 1653 “entre nueve y diez, día de San Antonio, tembló deoriente a poniente con tan grave y repentina fuerza, que se temió una grande ruinaen esta ciudad”. Así lo describió Gregorio Guijo, testigo de la llegada de la “JusticiaDivina”, quien escribió sobre el derrumbe de algunas construcciones.No fue esa la única desgracia de la administración del conde. Sucedió que haciael mes de junio una terrible sequía se vinculó con una epidemia de viruela y otra dematlazáhuatl. Fue curioso que después de un “solemnísimo novenario” a la virgen dela Catedral, la Serenísima Reina de los Ángeles, “subió hacia Guadalupe una nubenegra” y tuvo lugar un gran aguacero que duró hasta el amanecer del viernes.La inundación fue tan agresiva que el albarradón del Cuautitlán se rompió casifrente a la iglesia de Teoloyuca, con el consecuente pánico de los habitantes que sabíanlo que ocurriría con las aguas fuera de cauce. El tramo afectado del desagüe deHuehuetoca medía 26 varas de largo y “dos de cuerpo de agua”. La avería, según secorrió la voz, era resultado de la abundancia y del volumen de los aguaceros.El riesgo no fue solo para Teoloyuca, sino también para la ciudad de México puesel caudal que escapaba por la fractura se dirigía con dirección a Ecatepec–Chiconautla–Texcoco,ante lo que el alcalde mayor de Cuautitlán tomó una acción emergente:formar cuadrillas para bloquear los derrames mediante la aplicación de céspedes,en tanto las autoridades virreinales se encargaran de la compostura definitiva.El proceso de recuperación del bordo consistió en formar “cajones con estacasde morillos, que luego se rellenaron con tepetate y céspedes apisonados”. El reparoocupó diariamente doscientos veintiún indígenas que cortaron, sacaron y acarrearoncésped y tepetate, así como dieciocho mulas y caballos aparejados con huacalespara el tepetate que se conseguía lejos del lugar de la obra, además de dos yuntasde bueyes con sus rastras, que trajeron césped, carpinteros y ocho sobrestantes que“acudieron” en todo lo necesario. El maestro mayor recibió 1397 pesos para cubrir162


capítulo ii. siglo xviisueldos de peones, carpinteros, sobrestantes y del escribano, y gastos de materiales einstrumentos. La reparación “definitiva” no se limitaba a la aplicación de céspedes,sino a una labor más complicada en la que, por el número de peones y de animales,los enseres no eran escasos.El conde emprendió una nueva inspección al desagüe el 18 de enero de 1651,ahora acompañado por el doctor Pedro de Gálvez, visitador. Entre otras cosas, leimportaba ver si para lograr el avance de la obra podría ser conveniente volar el cerroque estorbaba y si existía algún riesgo, entonces obrar debajo de él; para esto, se llevaronvarios quintales de pólvora.Un enfoque poco conocidoEl conde le prestó gran atención a la Catedral y le dedicó buena parte de su tiempoa visitarla para ver sus avances y a resolver problemas de abasto de materiales, comosucedió con la nave central, cuya bóveda no se terminaba por falta de material. Dichoproblema lo consultó con el encargado de ese trabajo, Juan Lozano, “ingenieromayor de este reino”, para que a partir de ese momento no faltara el abasto necesario.Además lo encargó y responsabilizó de levantar la torre por encima de la capilla delSagrario. No detuvo ahí su interés: decidió que el techo de la nave central no fuerade tijera, sino de tres bóvedas. Para ello se destinó una erogación de 600 000 pesosy un contrato bajo el que Juan Serrano se obligaba a entregar la obra en un año. Unsuceso curioso fue el fraude que se le cometió a la Real Hacienda al distribuir entrela población 30 000 pesos falsos. Los reclamos de los afectados hicieron que el virreydecidiera devolver por cada moneda falsa un real y medio menos “por peso en secuestro”,a cargo del “señoraje de SM”.163


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosFranciscode historiaFernández de la 400 Cueva, años de historiaIngeniería en Méxicoduque de Alburquerque 400 (1653–1660)años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaDurante su gobierno, el duque procuró reconocer y tratar conrespeto a los que se distinguían en las letras y las ciencias, algrado de que el Palacio Virreinal se convirtió en un centro dereuniones culturales en el marco de elegancia y buen gusto que tanto agradaba alvirrey. Sin embargo, en ninguna forma descuidó la situación que guardaba el virreinatoa su llegada, como la inseguridad. En este aspecto, el duque actuó con energía,pues mandó perseguir sin descanso a los bandidos y a ejecutarlos de inmediato, conlo que reestableció la tranquilidad pública y recuperó el nivel de confianza de losagricultores y los mercaderes.En el aspecto citadino, giró severos autos para prohibirle a los alguaciles ampararlas tabernas; impedir que españoles, negros, mulatos y chinos forzaran a los indígenasa venderles sus pulperías; y para también prohibir la práctica de regatones decarbón y leña, así como de frutas en caminos y calzadas para adquirir productos deindígenas.El propósito de limpieza urbana fue continuado por el duque, quien, el 13 defebrero de 1654, puso en marcha un programa de recuperación de acequias. En laperiferia, al suroriente del lago de Texcoco, el virrey retomó el proyecto Illescas al ordenarque los propietarios de haciendas o tierras contiguas a la zanja de desvío haciaMorelos y que utilizaban agua del cauce la limpiaran a su costa.El 31 de mayo del año de 1654 se hizo público que las principales acequias urbanasse habían acabado de limpiar, con el propósito de prevenir desastres por la lluvia“ahondándolas hasta lo profundo y apretilando la principal de la calle de la Acequiadesde la Merced hasta el colegio de las Doncellas, y subiendo el pretil vara y mediade la calle, de calicanto, y haciendo a trechos sus puentes de madera y reparando165


166todas las puentes de calicanto, que estaban quebradas”, además de reparar “todas lascalzadas de la Piedad, Chapultepec, San Antón, y Mexicalcingo”.El gobierno del duque, desafortunadamente, se cerró con un hecho violento, yaque en su empeño de ver terminada la Catedral, había tomado por costumbre irtodas las tardes a comprobar el avance de la obra para después retirarse a la capilla dela Virgen de la Soledad a rezar. La tarde del 12 de marzo de 1660 entró un hombrejoven con el propósito de asesinarlo, hecho que impidió Fernando Altamirano, comisariode la obre. El presunto asesino fue llevado a la cárcel para ser juzgado y sentenciadoa ser arrastrado a la cola de dos caballos por las calles públicas de la ciudady a ser ahorcado después.


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosJuande historiade Leyva y de la Cerda, 400 años de historiaIngeniería en Méxicomarqués de Leyva y de 400 Labrada años de historiay conde de Baños (1660-1664)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoSon muy pocas cosas por las que se le recuerda a este marqués enla historia de las obras públicas de la ciudad de México.Entre las pocas acciones municipales estuvo notar el abandonoen que estaban las calles y las acequias, por lo que al desear ganarse el respaldode los ciudadanos, giró al Ayuntamiento un texto donde hacía pertinente la necesidadde reparar todo aquello. Aunque por la poca información que se obtiene de él, seignora si este auto llegó a convertirse en proyecto.Por otro lado, el virrey pensó en un programa de recuperación de las calzadas,entre ellas, la de los Misterios, que medía 4480 varas. Después de una visita, el 13 demayo de 1661, junto con el empedrador del Ayuntamiento, Juan Segura, se estimóque cada vara de enlosado de una reparación escalonada, incluido el reforzamientode pretiles y el adobado de zanjas, costaría 3 pesos de 12 reales.Nada de lo poco que hacía el virrey le agradaba a los habitantes. Tal fue el casode la sequía de ese año en la que, a pesar de mandar traer a la virgen de los Remedios,poco logró. Más aún, para mala suerte del conde, en noviembre de 1661, como consecuenciade la prolongada sequía, la carencia de maíz y trigo obligó al virrey a buscarcentros proveedores más lejanos. Casi nada consiguió, pues una inexplicable plagacayó en esas zonas, lo que elevó los precios de los insumos. Finalmente, las lluvias deinvierno mejoraron la situación, lo que permitió que el virrey ordenara la limpia delas acequias. Los trabajos comenzaron a fines de febrero de 1662, y tuvieron comopunto de arranque la acequia real a partir del albarradón de San Lázaro.El 26 de junio, como a las cuatro de la mañana, se desató un aguacero que empezóa alarmar, en especial, a los habitantes del sur de la cuenca, aunque no tuvocomparación al del día siguiente, cuando los pobladores solo pudieron refugiarse en167


168los templos y clamar piedad a Dios. Dichas lluvias continuaron casi sin interrupciónhasta el 9 de julio y convirtieron los ejidos prácticamente en lagos.Uno de los últimos actos públicos del conde fue asistir el 10 de julio de 1664al cerramiento del cimborrio de la Catedral, y como complemento acompañar aldoctor Nicolás del Puerto a colocar en el remate de la bóveda de media naranja unaserie de reliquias. De acuerdo con el virrey era un “ejemplo de Ingeniería, único enel siglo”.


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosAntoniode historiaSebastián de Toledo, 400 años de historiaIngeniería en Méxicomarqués de Mancera (1664-1673)400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaSu gobierno se caracterizó por las grandes dificultades del erario,así como por las exigencias económicas cada vez mayoresde la Corona, además de la situación conflictiva en la que seencontraban la navegación y el comercio marítimo, debido a los piratas, filibusterosy cazadores furtivos establecidos en las islas atlánticas. Aparte de proteger los puertosnovohispanos de los ataques piratas, trabajaba sin descanso por corregir los grandesabusos de alcaldes y autoridades en la capital.El marqués se propuso llevar a cabo un programa con el propósito de prevenirdesastres. Para ello, de acuerdo con el obrero mayor de la Catedral, Gómez de Trasmonte,diseñó dos series de visitas técnicas: una, relacionada con reconocimientosin situ de las obras del desagüe, y la otra, para disminuir el riesgo de percances en lacapital. Así pues, a partir de 1669 se llevarían a cabo inspecciones periódicas a losríos Cuautitlán, Tepozotlán, Mixcoac y Coyoacán, principalmente; reconocimientosperiódicos a las calzadas de San Cristóbal y Zumpango a fin de conocer el estadoque guardaban sus compuertas y tomar las providencias necesarias; la verificacióndel estado del albarradón de los Españoles y del almacén de Huehuetoca; el reconocimientodel avance de obra del desagüe en sus diferentes tramos, además de los“vertederos” de Nuestra Señora de la Soledad y de San Francisco; y visitas a las lagunasde Coyotepec, Zumpango y San Cristóbal a fin de verificar su mantenimiento.Su gusto por la ingeniería y por la arquitectura lo llevó a respaldar la obra de laCatedral en un seguimiento constante de la ruta crítica de Gómez de Trasmonte,quien no solo le informaba de la labor concluida, sino que también lo invitaba averla. Así sucedió, cuando el 17 de enero de 1665 le hizo saber la terminación del“arco de esta dicha Santa Iglesia que mira a la Plaza Mayor”, y el 21 de marzo, la de169


170la bóveda que está del coro por la parte del altar de Nuestra Señora del Perdón. Parael 17 de julio asistió al cerramiento del “arco de cantería último de la postrera naveprocesional que ha de cargar la bóveda que corresponde a la capilla de San Miguel”.El virrey no dejaba de asombrarse del avance de la obra, pues cuatro meses despuésse le informó que la “bóveda procesional última que cae del lado del Evangelio a lacapilla de San Gregorio Taumaturgo” se había concluido, y que el 25 de febrero de1666 Trasmonte “había cerrado el arco último de la nave mayor que sigue a las delcoro, dedicadas a San Matías”.Dos meses más tarde, el 8 de abril, el marqués, acompañado por el público, asistióal descubrimiento de “las dos bóvedas mayores del coro, lucidas y con sus escudosde armas reales, libres de enmaderado y paredes que estribaban”; así como de otrasdos bóvedas de las naves procesionales que “corresponden al coro y a las capillas deSan José y Santa Ana”.


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosFrayde historiaPayo Enríquez de Rivera, 400 años de historiaIngeniería en Méxicoarzobispo de México 400 años de historia(1673-1680)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoSiete años gobernó el arzobispo-virrey, durante los cuales procuróatender urgentes asuntos, como la administración dejusticia; detener los abusos de los corregidores y alcaldes, sindescuidar en ningún aspecto la construcción de la Catedral ni el desagüe; y uno muyespecial: la prevención de desastres por lluvias.171


ingeniería en méxico, 400 años de historiaProyecto de prevención de desastres en elmomento en el que el virrey de Cerralvo(1624-1635) consideró que, después del lagode Texcoco, el mayor riesgo eran las vertientesde la Sierra Nevada hacia el lago de Chalco.Prevención de desastres por lluviaA un año de haber tomado a su cargo el gobierno de la Nueva España, el arzobispo,plenamente consciente del historial de afectaciones pluviales de la ciudad, no perdiótiempo en poner en ejecución un programa integrado en dos partes, una enfocadaal área urbana, y la otra inspirada en el proyecto de Illescas. En el primer aspecto, leencargó a Gómez de Trasmonte que, a partir de 1674, hiciera una serie de visitas a lascalzadas de San Cristóbal, Ecatepec, San Cosme y su prolongación Tacuba, así comoa los ríos Mixcoac y Coyoacán. Un segundo encargo consistió en que reconociera einformara acerca del estado del tajo a cielo abierto del desagüe y que procediera deinmediato a repararlo en caso necesario. Esta disposición incluía el tramo que “haydesde el cañón de la bóveda al tajo abierto, llamado de San Gregorio”. La informaciónse la entregó Trasmonte al virrey el 22 de marzo de 1677.El domingo 15 de julio de 1674 a las ocho de la mañana, el virrey salió a unainspección in situ al desagüe de Huehuetoca, y regresó hasta el viernes 20 a las172


capítulo ii. siglo xviionce de la mañana. A escasos tres meses de dicha visita y al coincidir con el “cordonazode San Francisco, el 4 de octubre llovió de tal manera en el poniente dela ciudad, que los puentes del pueblo de Tacuba, de San Antonio de las Huertas ycomarcanos, como los de San Cosme, se cubrieron, y de ahí se volcaron las aguassobre la urbe con severos daños. La parte álgida del suceso meteorológico duróhasta el domingo 10, momento en el que Payo de Rivera aprovechó para inspeccionartodas las calzadas y buena parte de las acequias afectadas. Su visita duróhasta el 15; revisó la calzada de San Cristóbal, y ya en diciembre, la de Guadalupeo de los Misterios. La afectación que esta mostró condujo a sujetarla a una seriede refuerzos que a la postre desembocaron en una remodelación, en buena parte,por la Cofradía de Guadalupe, que buscaba incrementar la devoción guadalupana.El virrey, junto con el fiscal Francisco Marmolejo y el doctor Isidro de Sariñana,decidió que fuera a base de mampostería decorada a todo su largo con quince monumentos.De ahí que, sin importar el costo, a finales de noviembre de 1675 seinició la construcción de la calzada y de los quince monumentos o misterios, queen grupo de cinco representaban los rosarios “gozosos”, los “dolorosos” y los “gloriosos”;este es el origen del nuevo nombre de la calzada de los Misterios.Se retoma una obra maestra de ingenieríaLa segunda parte del programa se derivó del memorial que el fiscal de la Real Audienciale presentó al virrey–arzobispo con las obras que sus predecesores aplicaronpara evitar inundaciones en la ciudad de México, en especial las referentes a los ríosde la Sierra Nevada, así como de la necesidad de que “las zanjas y las dos presas sereedificaran”, pues dejaban escapar mucha agua rumbo a Chalco. Para evitar sobrecargasdel lago de Chalco sobre el Xochimilco y el Texcoco, el mandatario le giró unaorden al alcalde de Chalco para dotarlo de la facultad de “obligar” a los dueños detierras y haciendas a participar económicamente para que la reconstrucción empezaraantes de la época de lluvias.Como primer paso, el alcalde, junto con el maestro alarife, Joseph Rodríguez,realizó una visita a la obra a fin de calcular el monto de los trabajos, y con base en elloelaborar una lista de propietarios beneficiados. La erogación se calculó en 500 000pesos, de los cuales una parte sería para materiales y el resto para los jornales de los“maestros, peones e indios”. Este gasto se obtendría prorrateándolo entre los dueñosde las haciendas, ranchos, trapiches e ingenios, “y también entre los trajineros,arrieros y dueños de ganado”.173


ingeniería en méxico, 400 años de historiaEl plan de obras consistía en la reparación de la primera presa, la cual “distarádel pie de la sierra, mil pasos geométricos de a tres tercias”; la reconstrucción de lasegunda presa, la principal, que distaba mil pasos de la anterior y de la que había quereconstruir siete de las quince varas de largo originales, además de añadir una vara“para mayor firmeza” y cuatro de cimientos; y la apertura de dos zanjas, una quecomunicara ambas presas, y la otra a tajo abierto “hasta dos cerros que distan delremate de la presa (la principal), dos mil cuatrocientas varas para que desde allí “cojacorriente el río” y lo conduzca hacia la barranca de Chimalhuacán. El material consistiríainicialmente en 25 carretadas de cal (cada una equivalía aproximadamente a380 kg) y 800 morillos de cedro, y en barretas, azadones, palas de hierro, huacales decuero y palas de madera.El prorrateo, según se informó al virrey, se le aplicó básicamente a treinta y cincohacendados y dueños de trapiches e ingenios, entre otros, con aportaciones de entre40 y 225 pesos, lo que dio un total de 3500 pesos. Con ese antecedente para la manode obra el arzobispo le ordenó a “todos los gobernadores, alcaldes, mandones y tequitlatosden y acudan para dicha obra cien indios que son necesarios cada día”. Dichovolumen provino de nueve pueblos: Amecameca, San Pablo, Atlautla, Ozumba,Chimalhuacán-Chalco, Tepetlixpa, Atlatlaucan, Tecalco y Suasingo. A cada peón sele pagaría “el jornal competente para su comida”.En un tiempo que a la fecha puede calificarse de muy corto, a fines de mayo de1675, poco antes de la temporada de lluvias, el alcalde de Chalco le notificó a Payo deRivera la terminación de la obra, y quedó en espera de la visita de los maestros mayoresLuis Gómez de Trasmonte y Cristóbal de Molina para la evaluación técnica.El trayecto fluvial pudo tener como punto de partida la parte baja al oriente deAmecameca a partir de las presas que reunían y encumbraban el agua, y al pasarpor la zanja se dirigiría al sur hasta encontrar la barranca de Chimalhuacán. Estadescendía hacia Morelos con dirección norte-sur y desembocaría naturalmente enla barranca de Esconce, que estaba ya en la parte baja del valle de Morelos. La deEsconce corría a su vez en dirección oriente-poniente, pasando cerca de Atlatlaucay Cocoyoc, y al oriente de Itzamatitlán se unía con el río Yautepec y como tal, continuabapasando cerca de los antiguos ingenios de Xochimancas y Xochiquezalco.Se desconoce cuándo se abandonó la extraordinaria canalización de aguas a Morelos,y aunque todavía en 1691 se mencionaba, hacia mediados del siglo XVIII ya no.El lunes 6 de marzo de 1679 ocurrió un temblor y su réplica se presentó el domingocon un intenso sismo a las diez de la mañana. Después, el Lunes Santo empezó allover desde las siete de la noche con aguaceros intermitentes hasta el Viernes Santo.174


capítulo ii. siglo xviiEl mayor daño se centró en los edificios religiosos. El convento de Nuestra Señora deRegina Coelli fue duramente afectado, por lo que era necesario reconstruir su techode dos aguas, destapar y desazolvar “todas las atarjeas de los patios hasta la acequia”.Otro convento dañado fue el de Nuestra Señora de Balvanera, para lo que se calculóun gasto por reparaciones de 225 pesos. En un informe del convento de NuestraSeñora de la Pura y Limpia Concepción se hacía saber al Cabildo religioso que eraindispensable reparar la bóveda de la iglesia, además de la torre y los dormitorios,con un costo total de 14 500 pesos; y en una segunda fase, llevar a cabo una seriede obras mayores que comprendían la recuperación del cementerio, el atrio, lasporterías interior y exterior, el torno, el claustro viejo, la sacristía y los coros altoy bajo de la iglesia. Los arreglos correrían a cargo de Cristóbal de Medina, con elcompromiso de entregar todo concluido a finales de mayo de 1680. Otro inmuebleseriamente afectado fue el Hospital de Jesús. Por otra parte, en el convento de SanBernardo, el techo de la iglesia, el antecoro y la escalera estaban tan averiados, querequerían inmediata atención. Finalmente, en un avalúo de reparación de celdas delConvento Real de Jesús María, se describía cómo era la planta de una de ellas, cuyocosto unitario por reparación fue calculado en 400 pesos.La última obra que se conoce del arzobispo-virrey es la de San Juan de Ulúa, paraque, el 2 de mayo de 1680, se designó a Gómez Trasmonte, Juan Montero y Nicolásde Aragón para que se dirigieran a dicho fuerte.175


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosTomásde historiaAntonio de Cerda y Aragón,400 años de historiaIngeniería en Méxicoconde de Paredes y marqués 400 años de historiade la Laguna (1680-1686)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoApesar de sus seis años de gobierno, el trigésimo octavo virrey casino dejó huella, en parte por la mala y casi nula dirección que dioa los negocios del virreinato, y en parte por las calamidades quese manifestaron. En este sentido, del 17 de junio de 1681 al 2 de julio de 1685 seregistraron ocho eventos sísmicos, en su mayoría de severa magnitud, como el del23 de junio de 1681, de “como tres credos”; el del miércoles 25 y el del domingo 21de septimebre de ese año; el del 19 de marzo de 1682 que duró “cerca de un cuartode hora, se abrió la tierra por muchas partes, y se cayeron algunas casas viejas deadobe”; el del 17 de mayo de 1682, cuando “tembló la tierra reciamente”; y el del2 de julio de 1685, que a las tres y media de la mañana “tembló la tierra como trescredos”. Además aparecieron tres cometas, y hubo un eclipse solar y una multitudde incendios, sin contar los innumerables decesos de gente importante durante suadministración.177


ingeniería en méxico, 400 años de historiaEn enero de 1683 el conde de Santiago de Calimaya le informó al conde de Paredesla urgencia de reparar la calzada de la Piedad, “tan necesaria para el comercio de laciudad” y cuyo deterioro por la inundación de 1682 era evidente. El virrey aceptó eindicó que el conde de Santiago tratara el costo de la obra que incluía materiales parauna longitud que rebasaba las 2050 varas por 10 de carpeta. Los trabajos se iniciaronel 14 de abril en dos fases: una, el acarreo y guarda de materiales y herramientas, y laotra, mandar que los gobernadores, alcaldes y mandones de Coyoacán, San Agustínde las Cuevas, Tacubaya, San Pedro la Milpa, Xochimilco y San Mateo Atencoremitieran peones para la obra. Así pues, la calzada se recuperó a base de terraplény estacado compacto, “de tal manera que quedara enjuta y maciza”. La superficie secubrió con cascajo de “guijarillo”, y como complemento funcional se abrieron doszanjas a todo su largo “para impedir que el ganado de los ejidos cercanos la cruzasen”.Censo forestalEl 13 de enero de 1684, al obedecer las órdenes del rey acerca de la potencialidadde los huertos religiosos, el conde puso en práctica tal vez el primer censo forestalurbano al responsabilizar de este al oidor Juan Sáenz junto con un grupo de ayudantes.La respuesta fue que simplemente en la huerta de San Ángel había 13 750árboles de todos géneros en un área de tres cuartos de legua.Un año después, el miércoles 28 de febrero de 1685, dio principio la limpia de laacequia “que va del Convento del Carmen a la compuerta del ejido del Peñol”, connaturales de Tepozotlán y Sumbilla .Acueducto de Santa FeLa frecuencia de temblores de magnitud severa se manifestó básicamente en la principalvía de alimentación hidráulica de la ciudad, con tal cantidad de grietas, quese volvió un problema cada vez más grave en materia de abasto urbano, y con elloel disgusto de los ciudadanos y el descrédito del Ayuntamiento. De ahí la urgentedemanda del conde de Paredes de que Cristóbal de Medina le informara del estadoque guardaba el acueducto y del monto de la recuperación. La respuesta del obreromayor señalaba que los 1060 arcos del acueducto estaban en muy malas condiciones,por lo que quizá convenía reemplazarlo por uno nuevo, pues el costo de la reparaciónsería muy alto. El proyecto se discutió durante tanto tiempo, que el virrey ya nosupo a qué llegaron, pues abandonó el gobierno en noviembre de ese año (1686).178


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosMelchorde historiaPortocarrero Lazo 400 de años la de historiaIngeniería en MéxicoVega, conde de Monclova 400 años (1686-1688) de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaMás que por su nombre o su grado nobiliario, se le conoció porsu sobrenombre: Brazo de Plata o Brazo de Hierro, en razónde tener el brazo derecho de metal.En realidad poco pudo hacer el conde, pues en los dos años de su régimen tuvoque luchar contra las dificultades económicas y políticas del virreinato. El comerciose encontraba entorpecido por el amago constante de la piratería, mientras que enel interior, las sublevaciones indígenas le impedían enviar refuerzos a Sonora y Chihuahua,sin contar que Nuevo México estaba casi perdido.No obstante ese panorama, logró fundar en Coahuila un presidio con el nombrede Santiago de Monclova, el cual se pobló por ciento cincuenta familias, entre lasque se encontraron doscientos setenta hombres de combate.179


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosGasparde historiade Sandoval Silva y 400 Mendoza,años de historiaIngeniería en Méxicoconde de Galve (1688-1696) 400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaNo obstante su permanencia en el poder, muy poco se sabe de él,al menos en el aspecto urbano, no así en el interior del virreinato.En el primer aspecto, como fiel observador del entornode la traza no tardó en percibir que no estaba lejano el momento de un desastrepor lluvias.181


ingeniería en méxico, 400 años de historiaEn 1691 unas lluvias de intensidad poco común para abril y cada vez más frecuentesderivaron en una misa solemne y procesión del Santo Cristo de Totolapa el viernes27 de ese mes. Y aunque coincidentemente se interrumpieron, el conde se alarmócuando el miércoles 9 de mayo el río de los Remedios se desbordó y se ahogaronalgunas personas.A lo largo del mes las lluvias retomaron su curso normal, y tras dos semanas sinprecipitaciones, el miércoles 13 de junio en la madrugada, tuvo lugar un impresionantetemblor seguido por una lluvia fuerte de tres días a partir del jueves 14, día del CorpusChristi. Días después, una abundante cantidad de aguaceros hinchó de manera alarmanteel volumen de los ríos, en especial los del rumbo de Chalco. Ante ese panorama,el virrey, preocupado por el peligro que corrían los ciudadanos, le ordenó al alcalde deChalco que “hiciera los reparos en los boquerones y portillos del albarradón, o bordodel río, por los cuales huye el agua, y limpiara los azolves del río para que corriera sindificultad a su antiguo destino”. La erogación se sufragaría de dos formas: en el aspectoeconómico, por los dueños de ingenios y haciendas, así como por aquellos que se beneficiabande sus aguas; y con relación a la mano de obra, por indígenas que debían acudirante el alcalde, llevándole “vigas, estacas, céspedes, y lo demás necesario”.Las precipitaciones retomaron su ritmo y con ello la tranquilidad pública hastael 23 de agosto cuando después de un eclipse “cayó en los trigos y maíces sembrados,una plaga que llamaron chahuistle que era un gusano en la raíz”. Como era de esperarse,las cosechas escasearon; en consecuencia hubo hambre y mortandad en toda laNueva España. Sin embargo, el virrey, al saber la coincidencia de que tras una sequíase presentaba una inundación, le prestó toda su atención al desagüe, aunque nadapudo hacer al respecto, y transcurrió casi un año en inútiles discusiones, hasta quea principios de 1692 le solicitó a Diego Rodríguez que llevara a cabo una vista deojos al desagüe. Rodríguez “entró al socavón” el 2 de febrero, lo midió y reconociótodas las bóvedas. Más tarde detectó la recuperación que necesitaba la laguna de SanCristóbal y sus compuertas, y finalizó con el reconocimiento del claro de la bovedillay los reparos que se podían realizar.Así transcurrió el año, hasta que lluvias de verano azotaron de manera sobrecogedoratanto al valle de México como al de Puebla, al grado de que las tierras de trigo detemporal y de riego tomaron la presencia de lagunas. En la ciudad de México llovióbastante del 10 al 22 de julio; según Sigüenza y Góngora “no era ponderable calificarla[…] Nadie entraba a la ciudad por no estar andables los caminos ni las calzadas; faltó elcarbón, la leña, la fruta, las hortalizas, las aves y cuanto se conduce de afuera todos losdías”; que “Las casas se llovieron sin hallarse modo de remediar sus goteras. Algunas182


capítulo ii. siglo xviicayeron por ser de adobe y en las calles y en las plazas se hallaba agua y lodo”., y que“Desde la calzada de Guadalupe en toda su longitud, hasta los pueblos vecinos de Tacuba,Tlalnepantla y Azcapotzalco era un mar donde podiáse sondear hasta dos varasde profundidad”. También “se repetía esta misma inundación entre la calzada de la Piedady la de San Antón. Habían rebosado tanto los ríos y arroyos, que toda la ciudad deMéxico parecía un lago, como en los tiempos de la antigüedad”.En el interior del virreinatoA casi un año de haber arribado a tierras americanas, una serie de sucesos lejanos impidióla tranquilidad del conde. Todo comenzó cuando se le informó que en la lagunade San Bernardo (Coahuila), también conocida como del Espíritu Santo, se había encontradoun fuerte de madera con un buen número de cadáveres de extranjeros que,según se decía, era obra de los indios rebeldes de ese territorio. Más tarde, hacia 1690,ante la noticia de que los franceses se habían apoderado de una parte de la isla La Española,respaldó a las tropas ahí asentadas con seis naves y una fragata, con lo cual logróasegurar la posesión definitiva de la isla. Con el propósito de proteger el septentrióndel virreinato, fundó San Antonio Bejar y una misión llamada de Jesús, María y José.Ese fue el antecedente para que dicha villa tomara la forma legal de provincia, y pusocomo gobernador a Domingo Terán para que reconociera el territorio, fundara ochomisiones más y una compañía de presídiales. Hacia finales de 1693, con el mismo propósitode evitar la presencia de franceses, erigió el pueblo de Panzacola y establecióun fuerte que permitiera transformar ese pueblo en una provincia con proyección deimportancia poblacional. Para ello, integró en la ciudad de México una expedición encolaboración con el famoso cosmógrafo y matemático Carlos de Sigüenza y Góngora.Este levantó el plano y se lo entregó al conde con un informe en el que le hacía saberque “aquel puerto era el mismo en que habían desembarcado Pánfilo de Narváez, Diegode Maldonado, y el mariscal don Tristán de Luna y Arellano”.Llevar a la realidad el proyecto no resultó fácil. De hecho, pasaron tres años paraque los soldados y los pobladores desembarcaran en la bahía de Santa María de Galve,y establecieran oficialmente el fuerte de Panzacola, o de San Carlos.Por otro lado, al sur del territorio, el virrey hizo todo lo posible para desalojara los piratas en las costas de Yucatán. Para ello, aunque el gobernador de Tabascoemprendió una expedición a la laguna de Términos y logró aprehender dos embarcaciones,los ingleses la atacaron y persiguieron con tal violencia que difícilmente lasembarcaciones novohispanas pudieron regresar al puerto.183


ingeniería en méxico, 400 años de historiaÚltimas accionesLa escasez de trigo se incrementó de manera notable, pues tiempo atrás se habíasuspendido la siembra de un trigo que sustituía al tradicional, llamado en México“blanquillo”, porque el protomedicato lo consideró nocivo para la salud. Ante ello, elvirrey recurrió nuevamente al abasto lejano, lo que aprovecharon sus enemigos parahacer correr la versión de que tanto el conde como sus amigos y el Ayuntamiento,buscaban monopolizar los víveres a costa de la desgracia del pueblo. Los ánimos seexaltaron a tal grado que el pueblo se amotinó y quemó el Palacio Virreinal, de dondese perdió una gran cantidad de documentación. Pasado ese momento, aunque elvirrey retomó su ejercicio de poder, al estar enfermo y además decepcionado de losque lo rodeaban, le presentó su renuncia a la Corte, lo que dio lugar al gobierno deJuan Ortega y Montañez, obispo de Michoacán.184


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosJuande historiade Ortega y Montañez, 400 años de historiaIngeniería en Méxicoobispo de México y Michoacán400 años de historia(10 meses,1696)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoSu gobierno de escasos diez meses fue pasajero y de muy escasatrascendencia, pues poco pudo realizar dado que la carestíay la escasez siguieron presentes durante su administración, ycon ello los temores a las sublevaciones.Entre lo que podía mencionarse está el permiso que le concedió a los jesuitas parala reducción pacífica de la península de California.185


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosJoséde historiaSarmiento Valladares, 400 conde años historiaIngeniería en Méxicode Moctezuma y de Tula 400 (1697-1701)años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaEl virrey Sarmiento Valladares, descendiente directo de Moctezuma,tomó posesión de su gobierno el 2 de febrero de 1697. En su tránsitoa la ciudad capital escuchó una serie de quejas sobre la inseguridad delos caminos, lo que también empezaba a reflejarse en la ciudad de México con lasevera escasez de víveres. Con ese antecedente y con lo que investigó, una de susprimeras acciones fue dictar severas disposiciones contra los delincuentes, y llevó acabo continuas ejecuciones en la Plaza Mayor. Una segunda providencia consistió enincrementar lo más posible la captación de cereales en la alhóndiga de México, bajoun programa de compras en los alrededores y la provincia.Hacia el segundo semestre de su administración, una serie de continuas y abundanteslluvias causaron en la ciudad una impresionante inundación que prácticamenteimpidió el tránsito urbano, además de grandes perjuicios a la gente pobre yseveras averías a edificios públicos y privados. Ante lo urgente del asunto, el virreytomó tres providencias: darle a los vecinos ricos que no habían sufrido afectacionesgraves en sus propiedades una aportación, cuya captación y administración estaría acargo del oidor Miguel Calderón de la Barca; aplicar esas aportaciones en la reparaciónde canales, acequias y obra pública en general; y dar salida al agua de las áreasinundadas a través de los ejidos periféricos que contaran con canales de alivio.Entre sus últimas acciones estuvo el intento de abrir un camino carretero quecomunicara la provincia de Yucatán con Guatemala, proyecto que no se llevó a cabopor la insurrección de los itzaes.187


Capítulo IIISiglo xviIIEl siglo XVII se había caracterizadopor inundaciones y sequías alternadas,por terremotos y por hambre ymortandad (cocolixtle en los naturales, y matlazáhuatlen los españoles y los mestizos). Así pues, elcambio de siglo traía nuevas esperanzas.


ingeniería en méxico, 400 años de historiaInfraestructuraLa ciudad se encontraba en el mismo sitio en el que la hallaron los conquistadores,aunque con una menor extensión en terreno y una reducida población. No obstante,según se describía en aquella época, la arquitectura se había mejorado conedificios bellos, rectitud de las calles, comodidad en la habitación y suntuosidad enla fábrica. El material de las construcciones era tezontle. La Nueva España se enorgullecíade edificios como la Aduana, la Casa de Inquisición, el hospital de la OrdenTercera de San Francisco, la Casa de Moneda y el Colegio de las Vizcaínas, así comode las fachadas de la iglesia nueva del Sagrario y de la Universidad.La cantidad de coches que circulaban por las calles empedradas eran más que enMadrid, lo que pronto resultó uno de los contratiempos de la ciudad. Otros problemasa los que se enfrentaban los virreyes eran el hundimiento del suelo, los conflictosdel agua por fugas y el crecimiento exponencial de la basura.Unos problemas correspondían a la satisfacción múltiple y diversificada en excesoque debía dársele a la población urbana en el marco de la siguiente infraestructura:el número de familias que habitaban la capital pasaba de cincuenta mil españoles,europeos y “patricios”, y de cuarenta mil mestizos, mulatos y negros, con otras castas,sin contar más de ocho mil indios dentro de la ciudad y en sus arrabales. En la ciudadhabía cincuenta y cuatro templos y una nada escasa cantidad de conventos de distintasórdenes con sus respectivas reformas, entre los que se encontraban Casa Grande,Porta Coelli, la Piedad y San Jacinto de la orden de Santo Domingo; el ConventoGrande, de San Cosme, de la Recolección, el Colegio de Santiago Tlatelolco, el Colegiode Misioneros de San Fernando y el Convento de los Descalzos de la orden deSan Francisco; el Convento Grande, de Santo Tomás, el Hospicio de San Nicolás yel Colegio de San Pablo de la Orden de San Agustín; el Convento Grande, el Colegiode Belem y la Recolección de las Huertas de la orden de la Merced; San Pedro ySan Pablo, el Colegio de las Indias, San Andrés de las Misiones de California y SanGregorio de la Compañía de Jesús; San Juan de Dios y San Lázaro de la orden deSan Juan de Dios; y San Hipólito y el Espíritu Santo de la orden de San Hipólito yorden de la Caridad. También existían varios edificios diversos, como un conventode padres betlemitas, el convento de San Antonio Abad, el Colegio de los PadresAgonizantes, dos oratorios de San Felipe Neri y el hospital para padres benitos. Setenían las siguientes parroquias: el Sagrario de la Catedral, San Miguel, Santa CatarinaMártir, San Sebastián, Santa María la Redonda, la Santa Veracruz, la Piedad y laparroquia de la Cruz. Varios conventos de religiosas, como la Purísima Concepción,Regina, Balvanera, Jesús María, San Jerónimo, San Lorenzo, la Encarnación, Santa190


capítulo iii. siglo xviiiInés, San José de la Gracia, San Bernardo, Santa Teresa la Antigua, Santa Teresa laNueva, el de las capuchinas, Santa Catalina, Santa Clara, San Juan de la Penitencia,Santa Isabel, Corpus Christi, Santa Brígida, la Enseñanza Antigua y la Compañíade María. Los siguientes colegios femeninos: de los Vizcaínos, Belem de las Mochasy el Colegio de Niñas. Colegios con becas: San Ildefonso, Mayor de (Todos) Santos,el Seminario y San Ramón. A todo lo anterior, se agregaban una catedral y unauniversidad, la Real y Pontificia Universidad de México, además de varias casas derecogidas y muchos hospitales.191


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosJuande historiade Ortega y Montañez, 400 años de historiaIngeniería en Méxicoobispo de México y de 400 Michoacánaños de historia(segundo periodo, 1701-1702)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoEl hecho de que la ciudad capital fuera una concentración urbana carentede ríos internos se derivó en un problema que fue resuelto al sustituirloscon acequias, cuyo cuidado era objeto de una gran atención,incluso antes de la llegada de los peninsulares. Dicho cuidado se acrecentó a medidaque se sucedían las diversas administraciones virreinales, hasta esta administración,en la que las acequias integraron programas de manejo con un objetivo triple: prevenirlas inundaciones, las hambrunas y las epidemias. A cada uno de estos objetivos lecorrespondió la ejecución de una política única en su época, basada en la modernaconcepción de reforzar el ecosistema urbano y llegando al extremo de permitir acequiasnavegables.Debido a que durante el siglo anterior gran parte de las inundaciones se originaronpor falta de mantenimiento de estas arterias, Ortega y Montañez inició lalimpieza de las acequias a partir de 1701, al mismo tiempo que la Junta de Policíase encargó de la extracción de sedimentos. No obstante su esfuerzo, el estado de lasacequias en 1702 era todavía peligroso, en gran parte, debido a la escasez de fondospara llevar a cabo dicha labor, por lo que se recurrió al rey en busca de una respuesta,aunque esta no llegó. Así pues, cualquier ingreso, como conectar descargas domiciliarias,se aprovechaba en el ramo de acequias. Inicialmente resultó práctico, soloque al incrementarse la demanda, el costo del tendido creció de tal manera que para1706 implicaba 6000 pesos. De ahí que para 1712 los gastos equivalentes a 7800pesos corrieron a cuenta de la pensión de trece carnicerías.193


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosFranciscode historiaFernández de la 400 Cueva años de historiaIngeniería en MéxicoEnríquez, Segundo duque 400 años de de historiaAlburquerque (1702-1711)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoAdministró el virreinato por nueve años, durante los cuales sucomportamiento no dejó de criticarse, en especial por el lujo yla magnificencia de su gobierno y por el cambio de la moda alajustar los trajes masculinos y femeninos a la vanguardia francesa.Sin embargo, como antítesis, procuraba atender todo lo relacionado con la crisisque reinaba en la capital, como dictar órdenes para combatir a los delincuentes,desterrar a Yucatán de vagos y malhechores, controlar precios mediante arancelesoficiales, y algo que no va a dejar de llamar la atención: imponer disposiciones queobligaban a los amos a tratar con menos dureza a los esclavos negros.195


ingeniería en méxico, 400 años de historiaEl abasto de aguaAl duque de Alburquerque le tocó, en su segunda administración, enfrentarse a laexpansión urbana y a la demanda de abasto hidráulico, característicos de los primerosaños del siglo XVIII. Sin tomar en consideración a los particulares y las institucionesde diversa índole en el área urbana, el mayor número de solicitudes de abastode agua le correspondió a las huertas de los rumbos de San Cosme y Tacubaya paraincrementar el suministro a las zonas ya irrigadas.Todas las solicitudes nuevas se otorgaban a condición de que los beneficiados secomprometieran al pago de agua perpetua por 250 pesos de pensión y a construiruna alcantarilla. La concesión de una data extra casi nunca se otorgaba, pero en casode que fuera concedida, se especificaba el lugar en el que se debía tomar, el volumenautorizado y otras condiciones.El trinomio demanda-abasto-escasez provocaba constantes quejas contra el Ayuntamiento.Esto hizo evidente la necesidad de regular todo lo relacionado con el aguamediante una ordenanza que contemplara los aspectos internos y externos de la traza,las vías de alimentación conflictivas, el control de las mercedes, el cuidado del agua y elmantenimiento de los acueductos. El documento para la regulación de estos aspectosfue firmado por el duque de Alburquerque en octubre de 1710, pero no fue publicadosino hasta enero de 1711. En resumen, establecía la no variación de las mercedes;la no utilización de aguas en riego de labores, bajo penas personales y materiales; lainstalación de una pila en Tacubaya; la toma de previsiones para que las aguas llegaranlimpias sin haberse mezclado con la lluvia; la prohibición de lavar ropa en las atarjeas,bajo amenaza de multas; la limpia de veneros, manantiales y atarjeas; el desazolve desocavones y cajas; la limpia de los arcos; y la prohibición de flanquear mercedes en eltránsito de las arquerías, con excepción de las casas de ministros togados, corregidores,regidores, etc., y de conventos y hospitales.Las demandas de agua provenían de zonas periféricas, urbanas y barrios paraactividades que requerían de ella. La disparidad de solicitudes empezó a provocarconflictos, derivados de malas interpretaciones de las ordenanzas, por lo que el procuradorelaboró un plano de abasto hidráulico para resolver peticiones. Gracias alplano, se vio que la red subterránea de abasto ya resultaba insuficiente. Lo anteriorhizo evidente la necesidad de derogar las ordenanzas que prohibían nuevas mercedesde agua bajo la condición de que estas se alimentaran únicamente de Chapultepec.Para tal derogación se midió y se pesó el agua de esa fuente. El cálculo hechopor José Sáenz de Escobar, abogado de la Audiencia, fue de veintidós “surcos deagua”, para lo que utilizó un procedimiento conocido como “reconocimiento, peso196


capítulo iii. siglo xviiiy tanteo”, que era empírico y no permitía un cálculo geométrico del volumen, sinosolo la estimación del caudal.El pueblo mexicano usaba el agua de manera indiscriminada en actividades quecontribuyeron a deforestar el valle, y a contaminar su agua y su suelo. Durante años,las personas dedicadas al lavado de ropa no contaron con sitios destinados a estaactividad, y no fue sino hasta finales del siglo XVII cuando empezó a ser regulada.Paradójicamente, dicha regulación ya existía en otras áreas del virreinato. En la ciudadde México se autorizó la instalación de baños y lavaderos y las primeras licenciasse hicieron en 1706 en los barrios de Monserrate y Atizapán, con la construcción delavaderos para pobres y después con los temazcales.Ante la escasez de agua las licencias se otorgaron en el ramal principal para sudisfrute en las pilas de lavado, y no para otro uso. Sin embargo, hubo quienes rompíanlos ramales cercanos a sus negocios clandestinos a fin de no pagar impuestos. Para respondera los abusos se aplicaron severas medidas. También se obligó la instalación dedatas de bronce, lo que se hizo extensivo a las nuevas mercedes. El monto de las multasy la concesión de mercedes iban de acuerdo con los requerimientos de las obras.En Santa Fe, el abandono era manifiesto desde 1706, al grado de que para conducirel agua se mandaron poner unas canoas sobre arcos en mal estado, los cuales asu vez se apuntalaban. Aunque la solución planteada por las autoridades era práctica,la irresponsabilidad de los peones obstaculizó su apropiada ejecución, ya que semetían al conducto para lavarse los pies o bañarse e incluso suspendían el serviciode agua. Aunado a lo anterior, después de varios días el canal se llenaba de basura ysuciedades, lo que daba como resultado aguas turbias y contaminadas. Esta situaciónnegativa incrementó el descrédito del Ayuntamiento que, ante la falta de presupuestopara poner vigilantes, recurrió a la formación de juntas de vecinos.La ciudad dejó de ser el paraíso que muchos describían; los desechos y la suciedadestaban por doquier. El abandono de la calzada de San Antonio Abad era tal en1705 que, en una longitud de 8600 varas aproximadamente, “no podían transitarpasajeros o comerciantes”. La reparación requerida implicaba 42 000 pesos y unamoderna tecnología a base de cascajo, arena y tezontle. Una vez concluida esta, seprocedería a recuperar las calzadas de Guadalupe, San Cosme y Belem.Limpia de ríos y el “problema” de los puertosA lo largo del siglo la limpieza fue una de las mayores preocupaciones del gobiernovirreinal. La capital debía despejarse de basura, además de controlar desechos197


ingeniería en méxico, 400 años de historiaLa inseguridad y desconfianza que se veníanpresentando en los puertos de ambos litoraleshicieron que el rey ordenara la construcciónde fuertes y el amurallamiento de ciudadesporteñas, como en Campeche.riesgosos provenientes de acequias y ríos. En ese sentido, se intentó mejorar lascondiciones de sanidad y seguridad urbanas con la ordenanza del duque de Alburquerqueen 1710, acerca de los excedentes que invadían las fuentes públicas.En el siglo XVII hubo una política de limpieza de ríos para desazolvar vías,como el Coyoacán y el Mixcoac. Esa práctica se retomó en 1705 cuando, comoresultado de una inspección, se evidenció el estado catastrófico de la cuenca hidráulicadel valle de México en su porción poniente. Antonio Álvarez, maestro dearquitectura y uno de los mejores hidrólogos del momento, le solicitó al duque deAlburquerque desaguar el río Chapultepec “y abrir un zanjón junto al puente yarcos, y encaminarse por la acequia de Alvarado”, más aún por haber encontradocinco portillos o ladrones abiertos de mampostería con un cañón o bóveda de unavara de ancho, además de otros de 4 o de 3 varas y uno de 5 varas. La solicitud fueatendida y el propio Antonio Álvarez procuró prevenir daños mediante una zanjade control de 150 varas que llegara hasta cerca de la caja de agua y así limpiar el ríodesde Chapultepec.198


capítulo iii. siglo xviiiPor otro lado, el Ayuntamiento no se detuvo en el cuidado del manantial SantaFe, y el costo de la reedificación, los reparos y la limpia fue de 11 800 pesos. De ahíque el virrey dispusiera en 1709 prorratear el gasto entre el Ayuntamiento y los dueñosde molinos y huertas.Debido a la situación de inseguridad y desconfianza, había que guardar lospuertos de Acapulco y Veracruz. En el primero, debido al inicio del comercio conPerú, por parte de los franceses; y en el segundo, porque los buques ingleses queríantomar el puerto y saquear la ciudad de Guayaquil, por lo que el virrey convocóa Cabildo para tratar la fortificación de Veracruz. También los ecosistemas eranagredidos por el tráfico ilícito de ingleses y holandeses que cortaban madera finay palo de Campeche en la laguna de Términos. La depredación fue tal, que el reyordenó fortificar esa área, expulsar a los extranjeros, establecer severas sancionespor el tráfico de maderas finas, mantener una guarnición de buques campechanade guerra y construir un astillero y dos fortalezas. Por su parte, la frontera norteno dejaba de ser un problema para la administración central, como el que surgiócuando, para conseguir la pacificación de las Californias, se pusieron en riesgo lascuatro provincias bióticas de la región: californiense, guadalupense, sudcaliforniensey sanluquense; además de la ganadería, que era una de las principales actividadesen esa región norcaliforniana.199


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosFernandode historiade Alencastre Noroña 400 años de y historiaIngeniería en MéxicoSilva, duque de Linares 400 y años marqués de historiade Valdefuentes (1711-1716)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoUn hecho característico de la administración del duque de Linaresfue el crecimiento desordenado de la mancha urbana debido a laausencia de propietarios legales en razón de algunos problemas quese venían presentando desde prácticamente 1524: invasiones urbanas, adquisicionesfraudulentas y muerte por matlazáhuatl. Todo lo anterior en el siglo XVIII provocóun gran número de litigios en diferentes rumbos de la ciudad, pues se registrarontanto en zonas periféricas como en la plazuela del Hornillo (cerca del hoy Anillo deCircunvalación), o bien del otro lado de la traza, por ejemplo, la Lagunilla, el barriode Belem, o en un buen número de casos en la zona centro. Ante esa incidencia elvirrey optó por la doble política de investigar la legalidad de la posesión en duda yde que, en caso de haber un propietario legal, pregonar durante un mes la postura deventa, lo cual no solo beneficiaba a los habitantes, sino también a la Real Hacienda.Lo anterior no le impidió al duque atender diversas obras municipales, algunas calificadasde urgentes, como la prevención de desastres por lluvia.201


ingeniería en méxico, 400 años de historiaLa tan necesaria cultura ciudadanaLa falta de cultura ciudadana se manifestaba no solo en la urbe, sino también másallá de la periferia de la traza original, como sucedió con las calzadas de San Cosme ySan Lázaro por las inundaciones de 1714 y 1715. Le siguió la de México-San Ángel,que hacia 1716 se volvió tan intransitable como la de Coyoacán. El Ayuntamientono podía cubrir el costo de la urgente reparación, por lo que el virrey innovó que losgastos de ambas corrieran por cuenta de los hacendados, disposición que a su vez sele aplicó a la de la Piedad.El mayor problema en materia de limpia de todo tipo fue, en su momento, lafalta de colaboración ciudadana, lo que contribuyó al desprestigio de la Junta de Policía,por lo que se decidió la reestructuración de ese cuerpo, que quedó integradopor el propio duque de Linares y cuatro regidores. Ese propósito se interpretó, unaño después, en un reglamento donde se pedía a los jueces que señalaran los lugarespara echar la basura en la ciudad, y bajo amenaza de multa se le prohibía a la gentedepositar excedentes en las calles, plazas y acequias, echar agua limpia o sucia por lasventanas, y arrojar bestias muertas por enfermedades en calles, acequias y plazas. Laerogación de los trabajos de aseo, según un documento del año 1712, se obtuvo delcobro de la pensión de trece carnicerías, con un total de 7800 pesos.Las licencias para agua se dividieron en dos géneros de pago: el de las mercedespropiamente dichas y el de la “venta de agua”. Para las mercedes, el Cabildoconsideró que el precio requerido era muy alto, por lo que le comunicó al virreysu temor de que se presentaran tomas ilegales, o bien que una disminución en lademanda,repercutiera en los ingresos por dicho concepto. Esta opinión no cambióla decisión del duque de Linares, y quedó establecido a partir de entonces, que lasmercedes de agua para casas particulares fueran “de medio real por quinientos pesos”y las de los baños, “de un real por quinientos pesos”. Para las datas ya concedidas,como las otorgadas a los conventos femeninos, se decidió que solo una de las mercedescon las que contaban fuera utilizada para baños y lavaderos.Las lluvias de 1714En 1714 hubo fuertes lluvias en el valle de México con inundaciones en todos losbarrios y construcciones, salvándose únicamente la Catedral, el Palacio Virreinal y laPlaza Mayor. La causa se debió a las impetuosas lluvias de junio que fracturaron el albarradónde Coyotepec a causa de su abandonada construcción. La sobrecarga pasóa los lagos de Zumpango, Xaltocan, San Cristóbal, y de ahí a la ciudad por los llanos202


capítulo iii. siglo xviiidel norte. Eso hizo que el virrey procediera de inmediato a ordenar la construcciónde un albarradón desde el puente de Galve hasta la albarrada principal. Después lesolicitó al corregidor, acompañado del escribano mayor, del alarife mayor, de diversosmaestros de arquitectura y otros peritos, que inspeccionara las áreas afectadas afin de tomar providencias. Primero se desvió el río de los Morales y el Sanctórum.También se les pidió que vieran los ríos de Coyoacán y de los Remedios, que aúncuando todavía no se desbordaban, amenazaban con hacerlo y poner en riesgo a laciudad. Ante lo álgido de la situación, el duque convocó a una junta donde se plantearanacciones que consideraran la opinión de los propietarios. El asunto se discutió,y se resolvió formar brigadas: “al marqués de Altamira, gobernador del estado ydel Valle y Villa de Coyoacán, y Pedro Carrasco, el reparo del río de Coyoacán, asímismo el pueblo de Mexicaltzingo e Iztapalapa con sus compuertas”. El corregidorse responsabilizó de proseguir con la recuperación de los ejidos de Chapultepec, SanAntonio y las Huertas; y para ejecutar las diligencias se necesitaron maestros de arquitecturay ministros que les asistieran, y se le dio cuenta de todo esto al virrey.Se visitaron los pueblos de Guadalupe, la laguna de Peñol, el río de los Remedios,acequias y demás parajes por donde acometió el agua, de lo que se concluyóque se necesitaría la limpia, reparación y conservación de la obra pública. No obstante,lluvias intermitentes entorpecieron los trabajos y pusieron una vez más engrave riesgo a la capital. El río de Coyoacán, al romperse, acrecentó la gravedad delos ejidos de la Piedad. Los dueños de huertas y labores de Santo Tomás, Coyoacány Tacubaya demandaron respuestas inmediatas. Tras una visita ocular se le informóal virrey que se necesitarían zanjas, reparación de arcos por donde se conducíael agua, limpieza y, en general, la conservación de obras públicas para evitar unaposible inundación de la ciudad.No resultaba factible para el virrey, una vez retomado el asunto, que el daño hubierasido tan severo en el pueblo de Guadalupe, por lo que ordenó que se investigarala razón. Muy rápido se enteró de que la causa era la toma ilegal de caudales mediantediques de céspedes, piedras y vigas de 8 varas de largo que provocaron taponamientos.Los daños fueron considerables al abarcar distancias tan lejanas, como las desembocadurasde los ríos Tlalnepantla y de los Remedios. El temor a nuevas inundacionesobligó a tomar decisiones que antecedieron una programación preventiva: se quitaronlos embarazos de madera que taponaban la madre del río Tlalnepantla, se reforzaronalbarradones, se abrieron nuevos portillos de 20 varas a fin de que corrieran con másdesahogo las aguas hacia la laguna del Peñol y se limpiaron cauces azolvados por labasura y tierra.203


ingeniería en méxico, 400 años de historiaEl conde del Fresno y el alguacil mayor se encargaron de la limpia del río de losRemedios, con la obligación de presentar un informe de avance de obra y una relacióndetallada de requerimientos económicos, debido en gran parte a que la laborsería prorrateada entre el gobierno y los particulares. Como complemento, losmaestros en arquitectura Miguel Durán y Manuel de Herrera propusieron que se leimpusiera a todos los labradores y a las personas que tuvieran sembrados en ejidosque no volvieran a levantar ni abrir zanjas.A fin de prevenir desastres por céspedes, tierra, piedras y maderos, basura, acumulaciónde arena, portillos, represas y falta de mantenimiento a la infraestructurade control, se diseñó una nueva programación de limpia, dividida por riesgo de afectaciónen cuatro grandes grupos: el del sur, que comprendía los ríos más peligrosos,el Coyoacán y el Mixcoac; el poniente-sur, Santa Fe, Tacubaya y Chapultepec; alponiente norte, el río Remedios, que era afluente del Azcapotzalco, y el Tlanepantlaque, junto con el Azcapotzalco, integraban el tramo Guadalupe; y el cuarto o norte,con el Cuautitlán, Tepozotlán, Hondo y avenidas del Pachuca. Para el primer grupo,además de la limpieza de los cauces del Coyoacán y del Mixcoac, conviene adelantarla información de que en 1715 se reparó la presa del Rey ubicada en la parte alta deSan Ángel. El Coyoacán resultó más crítico, pues requirió una nueva limpia en 1718y otra en 1720. Debe señalarse que el cuarto y último grupo, el del norte, integradopor los ríos Cuautitlán, Tepozotlán, Hondo y avenidas de Pachuca, había centradola atención de las autoridades, pues el río Hondo, en 1714, rompió el albarradónde Coyotepec e inundó un amplia área en la administración del duque de Linares ymarqués de Valdefuentes. Aunque se limpió, ese grupo volvió a presentar problemasserios, al grado de que el asunto se retomó con el marqués de Valero y duque deArión durante las lluvias inusuales de 1720, cuando amenazaba fracturarse la madredel Cuautitlán, por lo que se decidió “encarcelarlo” desde el cerro del Citlatépec hastaXaltocan, y de ahí arrojar los excedentes a Zumpango.La disculpa del ayuntamientoEl trabajo de limpieza de las acequias era, según el sentir popular, desesperantementelento, por lo que cuando las lluvias de 1714 inundaron buena parte de los barrios deSan Antonio de las Huertas y del pueblo de Guadalupe y amenazaron el centro de laciudad, el Ayuntamiento fue acusado de negligencia. El corregidor respondió a estaacusación al demostrar que había ordenado limpiar la acequia real desde el puente dela alhóndiga, por detrás del convento de San Francisco, hasta el puente del Hospital204


capítulo iii. siglo xviiiReal y de ahí al del Santísimo, además de conectar el ejido del Calvario “con el brazoque cruza desde el puente de los Cuartos, que está en la calzada de Chapultepec,hasta el de Alvarado en la de San Cosme, que se hallaba tan destruida que fue necesariotraer yuntas que arasen y aflojasen la tierra, haciendo que también se abriese laacequia que corre recta hasta el sitio que llaman la compuerta de Villalengua, en lacalzada que va de Chapultepec a la huerta de la marquesa”. El corregidor añadió que,gracias a esa labor, “se ha recibido todo el río de los Morales y el agua que ha caídoen aquellos ejidos; y recibiendo no sólo la acequia real, sino también la Alvarado quecoge por detrás de los barrios de San Hipólito, San Juan de Dios y Santa María; ypasa por detrás del Convento de Santo Domingo y descarga en la laguna del Peñol,comunicándose o divirtiéndose por estos conductos”. Concluyó su informe señalandolos procesos seguidos para el cuidado de la compuerta de la albarrada de la lagunade San Lázaro, por donde “descolgaban” todas las acequias.205


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosBaltazarde historiade Zúñiga y Guzmán 400 años de historiaIngeniería en MéxicoSotomayor y Mendoza, 400 marquésaños de historiade Valero (1716-1722)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoSe puede decir que el duque empezó su administración sin saberel grado de corrupción en la sociedad y el Ayuntamiento.No obstante, cuando penetró a fondo en los asuntos degobierno atendió la persecución a los ladrones, no solo organizando partidas departiculares, sino a la vez obligando a los jueces y audiencias a agilizar los procesosrespectivos.En general, al interior del virreinato seguían corrompiéndose las costumbres y lainseguridad de los caminos y poblados era cada vez mayor. A ello habría que añadirla presencia de los franceses, que constantemente bajaban a Nueva Vizcaya, NuevoLeón y Coahuila, y que, con el pretexto de conseguir víveres, desarrollaban un fuertecontrabando.Finalmente, a pesar de sus esfuerzos y cansado de las criticas y de la oposicióndescarada del Ayuntamiento a todas sus disposiciones, en 1722 le pidió al rey queaceptara su renuncia.207


ingeniería en méxico, 400 años de historiaLa AlamedaLa ciudad se saturaba y el comercio contaminaba el aire; de ahí lo imperioso de contarcon pulmones urbanos. En ese sentido, la atención del marqués se centró en laAlameda. Sin embargo, los fondos se habían destinado a la reparación de cañerías yla reconstrucción de acueductos, lo que desbalanceó el presupuesto destinado a laAlameda, por lo que el virrey se limitó a la limpia y reparación de puertas y enrejados,a la recuperación de la arboleda y al arreglo de zanjas de alimentación hidráulica.Aunque, debido a la burocracia, el descuido de los encargados, la falta de ética en lacompra de especímenes y la agresión de los paseantes, la idea fracasó.El agua subterránea y la tubería de plomoLas redes subterráneas de agua que, al momento de su construcción fueron un ejemplode modernidad, originalidad y eficacia, se deterioraron por sismos y hundimientosdel subsuelo, sobre todo, en los ejes básicos de abasto hidráulico. La antigua redde barro recocido al doble vidriado se sustituyó por tubería de plomo, lo que, aunquedisminuyó hasta cierto punto las enfermedades derivadas de la contaminación delagua por fracturas de la red, ocasionó nuevos problemas que generaron, en pocotiempo, altos niveles de alarma, como el botulismo y el saturnismo, que por entoncesse le atribuían al plomo y al hierro.Ante la presión ciudadana, el marqués de Valero le pidió al Ayuntamiento unainvestigación cuidadosa del problema y paralelamente un material que sustituyeraal plomo. Siete maestros de arquitectura elaboraron un informe en el que sugeríanun conducto de barro. Así lo consideró también el cuerpo médico, lo que motivóla emisión de una ordenanza en 1720, en la que el Ayuntamiento dispuso que seretornara el sistema original, bajo las órdenes de José Antonio Dávalos. Casi de inmediato,y con base en una especie de norma, pasó a las oficinas de alfareros pararesponsabilizarse del manejo y las calidades de la greda. Experimentó un par de vecescon cilindros de cierta composición de greda, arena y plumilla, y quedaron tubos de44 dedos de longitud, 2 de espesor y 10 de diámetro, con capacidad de 5 naranjas deagua. Para poder conectar un tubo con otro mediante azulaque, ceñido con hilo deCampeche (pita), se hacían dos cortes de 2 dedos, uno en cada boca de cilindro; estajuntura era abrazada con una gárgola o anillo de 10 dedos de longitud, 2 de espesor y15 de diámetro, quedando segura y firme la unión. El virrey aprobó el diseño científicoy “aplicó dos mil pesos de una multa para esta obra” destinada al tramo desde lacaja de Santa Isabel hasta la pila pública.208


capítulo iii. siglo xviiiPara el trazo de la nueva tubería se recurrió a una técnica del siglo XVI paraconstruir la red subterránea. Dicha técnica consistía en abrir “vara y media de profundidaden el terreno” para colocar un cimiento de mampostería de una vara deancho y media de alto, cargar sobre él los caños resguardados con piedras de canteríablanda de 36 y 40 dedos de longitud por 26 de ancho y 8 de espesor (macizados conlechadas, finos y tezontlales, de latitud de 24 dedos) para que la tenayuca de 4 de espesor,asentada sobre las dos piedras laterales, no cargara sobre el macizo de los cañosy resistiera cualquier peso, y rellenaba el resto de la zanja de tierra y su empedrado.El tramo de la caja a la pila tenía 1305 varas, en el que se repartieron 6 alcantarillas y1608 caños, con un costo total de 6700 pesos. Sin embargo, este proyecto, resultadode un estudio interdisciplinario poco común en esa época, fue entorpecido por laburocracia, que provocó que la obra se realizara mucho después de haber sido aprobada.Durante el tiempo transcurrido entre la aprobación y la ejecución, continuaronla escasez de agua, las enfermedades y la irritación de la población.El cuarto eje básico y la atención realEl virrey no dejó de atender los asuntos municipales relacionados con los acueductos,como lo muestran sus disposiciones respecto a la cuarta vía hidráulica de la ciudad:el acueducto de Belem, objeto de cuidados y modificaciones para hacerlo más funcional,como sucedió con la elevación en el año 1714 del nivel de agua de su albercaalimentadora y de su conducto, en 3/4 de vara. A este acueducto (aunque menos importanteque el de la Tlaxpana o el de Santa Fe) se le debió parcialmente la expansiónurbana hacia el sur-centro y suroeste. No obstante, estaba en franco deterioro pocotiempo después de las modificaciones ordenadas por Linares. Tan solo seis años despuésse hablaba de la inmundicia en la atarjea que venía de Chapultepec y la hierbaque lo cubría. Eso significó la reparación de 297 arcos, labor menor en 181 arcos y941 varas a lo largo de la atarjea que partía de Chapultepec, a un costo de 133 898pesos dos tomines. El precio, aunque era alto, incluía la atención minuciosa de loscauces y los arcos a fin de librarlos de hierba y árboles que afectaban a los cimientoscon sus raíces. La erogación y el estanco de nieve fueron hechos por los propios, queaportaron 3000 pesos, mientras que el resto provino de los beneficios de la plaza detoros. Por otro lado, el problema del acueducto de Santa Fe, alimentador del de laTlaxpana, eran los robos, para lo que se le prohibió a los labradores sustraer el agua yse repararon las múltiples averías, como por ejemplo, los cuarenta arcos en el tramode San Cosme y Buenavista.209


ingeniería en méxico, 400 años de historiaParalelamente, la demanda de abasto hidráulico a zonas periféricas cercanas eracada vez mayor; tal fue el caso del barrio de San Pablo y aledaños. Puesto que, conexcepción de las reparaciones, las obras mayores eran programadas y realizadas enperiodos prolongados, fue comprensible el regocijo de los habitantes del barrio deSan Pablo y sus alrededores al ser concluidas las obras de reconstrucción. En la Gacetade México de febrero de 1738 se reporta la introducción del agua en la pila dela Plaza Principal de dicha comunidad, en la que se habían hecho labrar y asentar1722 caños, en un distrito de 1400 varas desde la caja del Salto [del Agua] y que sehicieron nuevas alcantarillas, de las que se abastecían más de veinte pilas. Desafortunadamente,después de dos décadas, esta cañería quedó casi inservible, por lo que en1757 se demolió y en su lugar se levantó una arquería que, por su deterioro debido acasi veinte temblores, en 1776 fue calificada de ruina.Prevención de desastresDespués de que lluvias subsecuentes produjeron daños a la ciudad hacia fines de1717, el virrey consideró ineludible ejecutar programas de aseo y reparación deacequias. Por tanto, en 1718 formalizó un documento sobre la limpieza de 14 339varas, correspondientes a seis de las principales acequias. El estudio que motivó estadisposición hizo evidente las condiciones en las que se encontraban los ríos urbanoscomo resultado de la retención de aguas domésticas, la acumulación de basuras y elagrietamiento, provocado por la resequedad, los hundimientos y los eventos telúricos.Adicionalmente, la presencia de lodo o la escasez de caudal generaban un malolor que invadía la urbe. El costo global estimado de la reparación de las acequias fuede 102 700 pesos. Las seis acequias cuya reparación fue contemplada eran:• La Acequia real con una longitud de 3,000 varas y ubicación entre lacompuerta de San Lázaro y ‘la acequia del Sapo’ (hoy Victoria). Su costofue de 12 mil pesos.• La acequia que iba desde el Hospital hasta San Jerónimo, con una longitudde 2,139 varas. Esta corría al centro de las casas de Ortega (hoyUruguay) y conectaba a otra acequia y de ahí a la calle del Puente Quebrado(hoy Salvador) para desembocar al Portal de Tejada (hoy Isabella Católica y Mesones). De ahí iba a la plazuela de Regina, donde dabavuelta al puente del Monzón (hoy Isabel la Católica) para dirigirse a laplazuela de San Jerónimo y más adelante al puente de la Aduana Vieja(hoy Cinco de Febrero). Retomaba hacia el puente de Jesús Nazareno210


capítulo iii. siglo xviii(hoy Pino Suárez) y conectaba al rumbo de Balvanera (hoy Correo Mayory Uruguay), cerrando la puerta seglar del Convento de la Merced,donde se conectaba con la acequia real que venía de Mexicaltzingo. Sucosto total fue de 12 mil pesos.• La acequia que iba por San Francisco con una longitud de 804 varas. Talvez se refiera al tramo de la entonces acequia de San Juan de Letrán (hoyLázaro Cárdenas). El costo total fue de 5,300 pesos.• La que iba por detrás de Santo Domingo con una longitud de 2,706varas. Corría desde el puente del Zacate, que recibía el agua del puentede Alvarado (hoy Avenida Hidalgo), y corría de poniente a oriente pordetrás de la Misericordia (hoy Perú) y el Convento de Santo Domingo,hasta la compuerta adelante del Convento del Carmen (hoy Apartado).Su costo fue de 7,800 pesos.• La de Santa María la Redonda, de 2,840 varas, y que venía de detrás deSanta María la Redonda y corría de poniente a oriente al barrio de Martín,y de allí al puente de Tezontlale (hoy Brasil) en la calle Real, desdeSanta Catarina Mártir a la calzada de Nuestra Señora de Guadalupe hastadesembocar y verter en los ejidos. Su costo fue de 7,800 pesos.• La de San Miguel y Santa Ana, cuya longitud era de 2,850 varas. Estaacequia venía del pueblo de San Miguel (Chapultepec) a la zanja de losHortelanos, que corría por la orilla de la calzada de San Cosme, y que deponiente a oriente, pasaba por detrás de la iglesia de Santa Ana (Peralvillo),hasta desembocar sus vertientes a los ejidos y lagunas de ésta. Sucosto fue de 7,800 pesos.La aplicación de este programa comenzó el 17 de enero de 1718 con las reparacionesde la acequia de San Jerónimo. Los gastos iniciales de 8000 pesos fueronobtenidos de la Real Caja, y para la obra resultaron contratados cuatrocientos indígenas.El resto de los gastos se tomó del dinero asignado para el desagüe y de lacontribución anual de las carnicerías.Las temidas lluvias del otoño de 1720 se presentaron, aunque sin la violenciaque se temía, lo que no evitó que el “gobernador del estado del Valle, jurisdicciónde Coyoacán”, marqués de Altamira, le pidiera al virrey la limpia de ese río (el Coyoacán),así como la reparación y sustitución de algunos puentes casi destruidos. Elcosto total se calculó en 10 280 pesos y la fábrica de los puentes restantes en 15 780pesos “en rocas” o en 12 180 pesos en madera. Se dispuso que, por orden real, fuerande mampostería. En la solicitud se incluía al Mixcoac, que además requería la reposiciónde puentes. Poco después, el marqués consideró que la limpia de un río tanconflictivo como el Coyoacán nunca sería suficiente para prevenir desastres, por lo211


ingeniería en méxico, 400 años de historiaque le pidió a la Real Audiencia un estudio para mudar parte de su corriente, al tenercomo antecedente la obra de desvío de Enrico Martínez en el Cuautitlán. Por su parte,el superintendente interino del desagüe, Juan de Dios Corral, sugirió a través deun informe del 24 de febrero de 1721 lo siguiente: construir una cortina de calicantodesde el cerro del Citlaltépec hasta Xaltocan, a fin de formar una gran laguna en losejidos de Teoloyucan y Xaltocan, y demás pueblos circunvecinos; abrirle al Cuautitlánunos portillos en ambas riberas para evitar reventar el dique; y dejar al dique losladrones necesarios para arrojar el agua al Zumpango, cuando así se necesitara. Elcosto de la obra se estimaba en 27 000 pesos. No obstante, el 7 de agosto de 1721 serechazó el proyecto por el costo, por la posible afectación a más de veinte pueblos ya un buen número de haciendas, y por la posibilidad de que el volumen de agua deoriente a poniente, se volcara sobre la capital.Un aspecto interesante en el tema es que, aparte de limpiar los ríos Tacubaya yde los Remedios, también se le dio una atención extrema al manantial de Santa Fe.El cuidado estuvo a cargo del conde del Fresno, bajo las instrucciones de limpiar losojos de agua y las zanjas.La preocupación de prevenir desastres urbanos por lluvia no fue exclusiva delvirrey. También lo fue del alarife mayor del Ayuntamiento, Antonio Álvarez, quienconsultó con el marqués de Valero la necesidad de la reparación de los caminos ylas entradas de la urbe. Tras analizar las jurisdicciones de Guatitlán (Cuautitlán),Tacuba, Coyoacán y San Agustín de las Cuevas, informó que los propios labradorespodrían hacerlo.Un caso de ingeniería navalAnte la amenaza de que Inglaterra y Portugal se lanzaran sobre las provincias deBuenos Aires y Paraguay, la Corte de Madrid resolvió restablecer el astillero quea comienzos del siglo XVIII se había instalado en la barra del río Alvarado, paraconstruir navíos de 50 o 60 cañones y fragatas de 30 a 40. Para cumplir con lademanda, el marqués de Valero mandó reconocer la antigua construcción y losbosques próximos a ella, así como calcular la mano de obra que podía conseguirseen la región. El encargado fue Francisco Güiral, quien en 1720 le presentó al virreyun memorial en el que señalaba las ventajas de la ubicación de un astillero en Alvaradopor contar con abundante madera de cedro pinsapo, havi y quiebrahacha.Como complemento señalaba la posibilidad de construir un navío y una fragataen el primer año y de cinco unidades anuales en años subsecuentes (tres navíos212


capítulo iii. siglo xviiide línea y dos fragatas). No obstante el entusiasmo, la realidad hizo ver que nobastaba con el abasto de madera, sino de todos los materiales y de pertrechos indispensables,los cuales ,al tenerse que traer de Cuba, orillaron a la Corte a decidirla construcción del astillero en la Habana, lo que empezó a ser un hecho en 1728.Debido a la desconfianza hacia Inglaterra, se intentó establecer una fundición enNueva España. Felipe V envió la cédula real correspondiente, el 13 de abril de 1720,en la que se nombró a José Escartín como fundidor responsable, quien eligió la villade Orizaba como la mejor opción. El virrey Valero aprobó el proyecto de inmediato,pero no se llevó a cabo.Otro aspecto de esta administración, íntimamente ligado con el agua, fue elproblema en 1720 de la aparición de enfermedades en Veracruz provocadas porel río Tenoya. El gobernador le exponía al virrey la necesidad de nuevos “arbitriospara llevar las aguas del Xamapa al puerto”, lo que le pareció al marqués queera justo ser atendido. De ahí que la obra le fuera encargada al franciscano PedroBuceta, quien decidió introducir las aguas de la laguna de Malibrán a través deun acueducto subterráneo que alimentara cinco fuentes públicas. Esta soluciónfue temporal, pues en 1756 se requirió un nuevo proyecto que se sometió a estudioen 1757, 1762 y 1784. En este último en el que fue aceptado por el condede Revillagigedo; transcurrieron seis años para empezar la obra, aunque en 1791grandes avenidas rompieron la presa del Xamapa. Pasadas las lluvias, se realizaronlos trabajos de conservación de dicho vaso, pero fue inútil al haberse arruinadocon la creciente del río en 1802, y con ello la suspensión de la obra. A fin de nodesproteger a la población, el ingeniero Constanzó proyectó diez aljibes públicosde 670 m 3 cada uno para agua de lluvia fuera del recinto urbano, gracias a lo cual,se abastecería a dieciséis mil personas aproximadamente.213


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosJuande historiaAcuña, marqués de 400 años de historiaIngeniería en MéxicoCasafuerte (1722-1734) 400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaOnce años gobernó el marqués con acierto, al grado de que llegó a considerarse,en su tiempo, un excelente administrador por vigorizar elgobierno, cortar abusos en la administración y “corregir la corrupciónde las costumbres”. Persiguió a los ladrones y obligó a los jueces y a la Audiencia adespachar los negocios “justa y rápidamente”. Y en el ramo de la Real Hacienda, introdujoacertadas economías y prudentes disposiciones que hicieron que los ingresosal fisco llegaran a 7 823 000 pesos. Lo anterior conllevó a un respiro urbano, puesla recuperación económica propició un acelerado cambio de imagen, en especial enlas zonas urbanas privilegiadas económicamente, donde las casas modificaron sustechumbres a base de tejamanil y terrado, por techos planos adaptados en terrazas ycon miradores ventilados para esparcimiento en el verano.215


ingeniería en méxico, 400 años de historiaLas lluvias de 1722 y la prevención de desastresNo obstante el esplendor urbano, la inseguridad volvió a mostrarse por los copiososaguaceros que en junio de 1722 anegaron diversas calles, en especial por el rumbo deBalvanera, aunque, desde hacía cuatro años, la acequia Regina-San Jerónimo estabaen plena labor de recuperación. Después de la obligada investigación, el alarife mayory los veedores del arte de arquitectura informaron que las acequias estaban “casiciegas y sin corriente” y que las bocas de los puentes se hallaban cubiertas de basura.Curiosamente, en la segunda parte del documento se plantearon comentarios que lesirvieron de respaldo al virrey para diseñar un programa de prevención de desastres,como la relación de la inundación padecida, los desagües y las limpias de acequias, ydel origen de la fábrica y la fundación del desagüe general.La limpia emprendida cuatro años atrás se nulificaba por la práctica todavía nodesaparecida de arrojar basura constantemente en las acequias de San José de Gracia(hoy Mesones), Jesús Nazareno (hoy El Salvador), San Jerónimo, Regina y Portal deTejada; en esta inconsciencia se comprendían las del barrio de Necatitlán, Monserrate(hoy Izazaga) y San Juan de la Penitencia. Por otra parte, las acequias, al dividirpropiedades, funcionaban como paso de servidumbre. Ante tal situación, se hizourgente reanudar el saneamiento de acequias menores, como la del Colegio de SanPedro y San Pablo (hoy calle del Carmen), y se convino en que de los “propios yrentas se suplan dos mil quinientos pesos” para la limpia necesaria, pero ya bajo proyectospresentados del Ayuntamiento. La ejecución debía hacerse antes de la épocade lluvias, para lo que el conde Del Valle dispuso traer doscientos cincuenta indiospara trabajar en ello.La reparación de la red de acequias, situada en el área oriental al sur de la ciudad,se programó para el periodo 1722-1723. Al concluirse los trabajos hasta la compuertade Mexicaltzingo, esta se atendió de inmediato, pues el peligro de caerse por lopodrido de la madera era inminente según el alarife mayor, Antonio Álvarez, queagregaba que el reparo costaría 30 pesos.Respecto a la acequia real, las labores continuaban en 1723, con gastos en herramientay comida de indios de 750 pesos, y quedaban aún erogaciones. Los efectos destinadoseran de 1500 pesos de “ciertas multas”. Ese año se recuperaron la del Carmen(hoy Apartado), la de San Lázaro, la de Zuleta (hoy Venustiano Carranza), entre otras.Inicialmente, la erogación se respaldaba en el abasto de carne y se reservabanlos fondos del desagüe y del estanco de la nieve, pero debido al alto costo para lacompra de morillos para el estacado, la extracción y el acarreo de lodos y al no cesede la obra, se recurrió a la renta de carnicerías en zonas de alto consumo, a multas216


capítulo iii. siglo xviiia comerciantes (fundamentalmente los de pan, vino y leche) por la alteración de lacalidad de sus productos, al impuesto sobre “tejadillo de tejamanil para resguardo deagua y sol encima de sus tiendas”, al impuesto del pulque, al estanco de cordobanes ya infracciones a particulares, aunque la recolección de ingresos era lenta y la reparaciónera en extremo urgente. Por estas razones el conde del Fresno ofreció cubrir los700 pesos para los morillos a condición de que se le recuperaran. Por su parte, el condeDel Valle pidió otros fiadores. El virrey compartió el parecer de ambos condes enlo relacionado con la urgencia, más aún al enterarse de que, debido al hundimientodel suelo urbano, el agua de las acequias se perdía casi recién hechas las reparaciones,lo que impedía el tránsito de canoas.El mayor descenso de agua se registró entre el puente de la Merced y el Colorado(hoy Salvador), lo que se refleja en una inmediata falta de abasto, para lo que se destinóuna cantidad de indios para ponerlos a trabajar en ello. La profundidad del caucedisminuía tanto que, en veinticuatro horas, las canoas con media carga ya no podíantransitar. El mal se le atribuyó a las bocas tapadas desde Santo Tomás a la compuertamisma de la Coyuya, por lo que se sugería contener las aguas en la compuerta de SanLázaro y desviar el agua. Una situación igual se presentaba en las acequias menores paraabasto; de ahí la necesidad de aumentar su caudal mediante una presa en San Lázaro.En tanto la obra se llevaba a cabo, el marqués resolvió que “se abriera la zanja queva desde el ejido de Chapultepec a Xancopinca”, para lo que se contrataron cuarentanaturales y un sobrestante que trabajaron cuatro días y medio, con un avance de 50varas y un gasto de 44 pesos y 5 reales, además de indígenas de Tacuba y Azcapotzalcopara continuar hasta la de Alvarado por varas y no por día, que aunque más caroel trabajo, resultaba más rápido.La gente no sabía qué era peor, si el remedio o la enfermedad, pues al controlarlas entradas de agua a las acequias de mayor capacidad, éstas disminuían su volumenen tanto se reparaban, y en el momento de abrirlas se precipitaran con tal fuerzaque se impedía el tránsito. Así pues, se retomó construir presas en sitios clave comoSanto Tomás y San Lázaro a fin de regular la corriente ya en cauces limpios, aunqueesto no dejó de afectar a los agricultores al inundarse sus tierras. Otras solucionesfueron, además de la presa de San Lázaro en tiempo de secas, una represa en el puentede Lozano y la limpia por tramos de acequias derivadoras mediante compuertas demadera, sistema por el que se optó finalmente.Intercalar represas en una programación inmediata generó perjuicios en los barriosde San Pablo, Resurrección (hoy av. del Taller), Cochino (hoy Santa Cruz Acatlán) y elde Zoquipa, que se quejaron de tener una disminución de agua destinada al riego y de217


ingeniería en méxico, 400 años de historiano tener otra agua para beber. Una consecuencia, al lado opuesto de la traza, se dio enla acequia del Carmen, donde el curso escaseó tanto, que impedía el paso de canoas a laalhóndiga, además de la zona de chinampería cercana a San Sebastián.El saneamiento continuó por sectores abarcando áreas cada vez más lejanas,entre ellas, la acequia de ejido del Calvario hasta el puente del Santísimo (hoy Av.Chapultepec). Para controlar la situación, el virrey emitió un decreto “sobre la limpiay saca de lodos” el 7 de agosto de 1723, lo que a su vez afectó el suelo periféricopor el depósito de excedentes podridos, cuyo manejo se le encargó a los naturales deChalco y Xochimilco. En 1724 el virrey anunció que la limpieza dispuesta para eseaño se había calculado en más de 8000 pesos, de los cuales 1800 irían para la acequiade Balvanera y el resto a otras que podrían ser amenazantes por las lluvias. El aseo sederivó al de las calles por la gran cantidad de lodo acumulado, trabajo que estuvo acargo de la Junta de Policía.La atención a las vías hidráulicas periféricas lejanas no se abandonó. Tal fue elcaso de la del Consulado, que se ensanchó y se prolongó desde Xancopinca hastaSan Lázaro y de ahí al Peñol. Por lo costoso de la recuperación, el gasto debía correra cuenta de los indígenas que sembraban a las orillas de las acequias. Por otro lado,en el marco de acequias lejanas, Casafuerte retomó un proyecto del siglo XVI: abrirarterias navegables. Así, el 29 de noviembre de 1726 se presentó un decreto anteel Ayuntamiento por parte de don Pedro de Barbosa para abrir una acequia de 4varas de ancho por donde habrían de traficar canoas desde “Texcuco por los árboleshuérfanos que están cerca del Peñol”. Dicho decreto se aceptó con un costo estimadode 2500 pesos que serían prorrateados entre los labradores de Texcoco y el Ayuntamiento.La obra estuvo a cargo de Joseph Dávalos y Espinosa.Las vías terrestresEn forma complementaria a la programación de acequias, el virrey ordenó en 1724la reparación de todas las calzadas, empezando por las de San Cosme y Chapultepec,lo que no fue posible, pues un terremoto afectó acequias y parte de las calzadas. Paramayor desgracia, en septiembre de ese mismo año un nuevo problema se presentócon la inundación entre las áreas de Guadalupe y San Cosme, la cual cubrió parajes ycalzadas y acabó de arruinar la de San Cosme.Terminaba el año cuando en el Cabildo se discutió la reparación de las calzadas,cuyo costo se estimó en 62 831 pesos. Se ordenó la recuperación de la de Guadalupe “acargo de los tratantes de pulque y de quienes se beneficiaban de ella”. Pese a lo urgente,218


capítulo iii. siglo xviiilos indígenas se negaron al llamado; igual sucedió con los de Santiago. Esto agravó lasituación, pues según el marqués Del Valle, regidor, esos operarios eran indispensablesante la alarmante necesidad de recuperación de todas las calzadas, las acequias y lospuentes. No solo fueron los fenómenos naturales los mayores agresores, sino tambiénestuvieron los propios beneficiados. En este sentido, la calzada de Vallejo, que hasta1728 se mantuvo en buenas condiciones, empezó a ser afectada por los vecinos que larompieron para sacar piedra y con ella reparar el acueducto de Guadalupe.Pese al empeño del virrey, lo más que pudo lograr fue concentrar la atenciónhacia las conflictivas calzadas de San Cosme y Chapultepec; la primera requiriómantenimiento desde la Mariscala hasta la Tlaxpana, y la segunda, desde la penúltimaermita del Santo Calvario a la arquería cercana al convento de las Recoletas deNuestro Señor San Francisco. Esto lo retomó Vizarrón en 1740.La inundación de 1724La inundación de 1724 renovó la inquietud de las autoridades por prevenir desastres,para lo que se pidió un informe acerca de los ríos Azcapotzalco y Guadalupe, sobretodo en la zona de los ejidos. El responsable del reconocimiento fue el ministro togadoy oidor de la Real Audiencia, Juan Olivar de Rebolledo, “entendido en principios dehidrometría”. Su labor fue cuidadosa, al grado de que el virrey, en persona, acudió alreconocimiento. Cuatro meses después el estudio se completó. En él se manifestó queel azolvamiento era resultado de la “caja” del río de los Remedios que, en la confluenciacon el Guadalupe, no se daba abasto para recibir las aguas de ambos ríos. Se señalaba enel documento que a partir del puente de esa confluencia “había catorce varas de latitudal río Guadalupe; pasa por la hacienda de Aragón y va tan oblicuo hasta la primerapresa de Aragón […] y […] descenso de media vara”. Erróneamente Rebolledo, a quiense le encomendó la obra, consideró que la solución consistiría en reparar únicamenteel cauce del Guadalupe, sin tomar en cuenta que la pendiente era casi nula, y que enlugar de limpiar su fondo, saturado de basura y azolve, propuso “darle al río, de ancholo que habría de darse de profundo”, mediante el aumento por secciones del cauce de14 a 16 varas, aproximadamente, a partir del puente de Guadalupe, “junto al antiguoalbarradón, que al parecer venía directamente desde San Cristóbal a la ermita de SanLázaro, y de allí a la Coyuya y al pueblo de Mexicaltzingo.” La razón de ensanchar elcauce era para “reforzar los bordos de la parte sur y así evitar derrames”. Respecto a losojos de agua, dos no eran suficientes y debió aumentarse cuando menos uno “para lacontinencia y corriente libre de sus aguas”.219


ingeniería en méxico, 400 años de historiaEn tanto se veían ventajas y desventajas, el marqués de Casafuerte dispuso quela limpia y el desazolve de todos los ríos estuviera bajo la responsabilidad de loslabradores.La inundación de 1727Tal vez haber centrado toda la atención en el río Guadalupe, sin tomar el problemacomo un conjunto del sistema hidrológico y no ponderar los efectos colaterales, llevaa deducir que el de los Remedios o no se incluyó en el programa, o que las obras respectivasno estaban concluidas, por la furia con que se reventó en 1727, inundandoTacuba, Azcapotzalco, San Lázaro, Santiago y, en menor grado, la capital.No conforme el virrey con que se realizara, como era costumbre, una investigaciónsobre el motivo que condujo a romper la madre del río, ordenó a los alcaldesque ampliaran el radio de inspección en 10 leguas y que se resolviera de inmediatocualquier problema. La labor se realizó con una lentitud que llevó años, más aúnpor la presencia de lluvias inusuales. Eso en nada le agradó al marqués quien, a fin detener la certeza de evitar en lo posible nuevos desastres por precipitaciones torrenciales,le pidió en 1731 a dos prestigiados hombres que le estructuraran una propuestaindividual. Ambos proyectos fueron cuidadosamente elaborados; cada uno era igualen importancia por sus bases teóricas, aunque distintos uno del otro en la soluciónpropuesta.El del maestro mayor de obras de la Catedral, Pedro de Azueta, se respaldaba enuna visita in situ “desde el pueblo de San Jerónimo hasta Guadalupe” donde existían“muchas vueltas que asientan desperdicios, lamas y arenas propiciando una pérdidade profundidad”. Por ello propuso “enderezar el cauce […] quitando quiebres yensanchando su caja a doce varas”. Señalaba que una gran parte de las vueltas y losrequiebros del río resultaban de la inconsciencia de los labradores para beneficiar sustierras, los cuales colocaban represas de materiales deleznables que al derrumbarseazolvaban la vía; las afectaciones del de los Remedios eran semejantes.El segundo proyecto le correspondió a Antonio Álvarez, maestro mayor y alarifedel Cabildo, quien después de reconocer el de los Remedios, llegó a la conclusión deque dicho río se había transformado en zanja, pues en algunos tramos su anchura erade menos de 4 varas, y en otros “carecía de caja tanto en ancho como en profundidaddesde 1696 en tiempos del virrey conde de Galve, cuando se rompió el río”. Coincidíacon Azueta en que el azolvamiento en mucho se debía a que las represas se habíanestacado con césped, y azolvado en consecuencia el río, y añadía que además de esa220


capítulo iii. siglo xviiiafectación, era inmensa la carga de basura. Como solución propuso “que en lugar degastar en nuevas cajas se utilice la vieja [cauce] y aumentar su anchura a doce varasy su profundidad a cinco”, y a la vez “evitar tapones de inmundicias, lamas ni arena, yevitar poner presas”, lo cual le fue criticado.Miguel de Rivera, maestro de arquitectura de la ciudad apoyó un tanto el proyectode Azueta, y se inclinó un poco por el de Álvarez, sin convencerlo. Sin embargo,le propuso al virrey un nuevo proyecto, que prácticamente fue aceptado portratarse del superintendente y obrero mayor de la ciudad, además de su fama comohombre de elevados conocimientos técnicos y “experto en geometría y matemáticas”.Se trataba del proyecto de Dávalos quien, sin desestimar la idea de Azueta deeliminar los recodos y rectificar el cauce, ni tampoco la de Álvarez de únicamentedesazolvar el río y levantar los bordos, le presentó al virrey Casafuerte en 1731un extraordinario proyecto de transferencia de caudales, el primero de la Américavirreinal, que diera respuesta a muy largo plazo al problema de las inundacionesprovocadas por el Guadalupe.Dicho proyecto comprendía básicamente tres aspectos: la apertura de un nuevocauce de doce varas de ancho y cinco de profundidad para ayudar a aliviar al de losRemedios, y conducir el caudal excedente en la época de avenidas; la transferenciade caudales para el control de las avenidas mediante la construcción de otro cauce“desde San Jerónimo hasta Santiaguito, de doce varas de ancho y cinco de profundidadpara de ahí, ampliar el cauce del Tlalnepantla a veinticuatro varas de ancho ycinco de profundidad hasta el santuario de Guadalupe, dirigiendo todo por tierrasde los naturales de los pueblos de los Reyes, Iztacala y Santiaguito”; y fomentar unacampaña de concientización y manejo del agua de los ríos.Al saber de la afectación necesaria de su proyecto al ecosistema del río y a losintereses de los pobladores ribereños, no estructuró la respuesta de transferenciasin antes auscultar el parecer de los vecinos, quienes apoyaron la proposición. Nodeja de extrañar la similitud del problema fluvial del Guadalupe y del Bizencio enla Toscana, acerca de las respuestas de Azueta, Álvarez y Dávalos, con las de Bartolottiy Galileo, así como de la inquietud del marqués de Casafuerte y el duqueCósimo II.El Bizencio “amenazaba (1630) con crecidas súbitas que resultaban en roturas debordos en los meandros y las consiguientes inundaciones.” Como respuesta, Bartolottipropuso enderezar la parte baja del río, reemplazando el tramo de meandros por otrorectilíneo. La rectificación tendría doble ventaja: evitar el remanso en los codos y aumentarla pendiente del cauce; “así se incrementará la velocidad de la corriente”.221


ingeniería en méxico, 400 años de historiaEn diciembre de 1630 el duque Cósimo II pidió a Galileo inspeccionar el Bizencio yevaluar la proposición de Bartolotti. La respuesta fue dejar el río como estaba, reforzarlo,perfeccionar sus bordos y resignarse a tener que remover de vez en cuando el azolve.Recuperación del pulmón urbanoEn los nuevos proyectos presentados se solicitó mantener limpias las cuatro acequiasque circundaban la Alameda, y con el mismo flujo de agua podar los árboles que lo necesitaran.Y también plantar cuando menos mil especímenes de árboles, que las cuatropilas chicas se aderezaran y que se revisara su cañería a fin de aumentar la fuerza del aguade sus surtidores y lo mismo con la pila principal, y mantener en buenas condiciones elempedrado y las puertas. No obstante la tierra salitrosa que se encontraba al surorientedel parque, el marqués insistió en reforestarla en 1730, y quitar la tierra mala y traertierra buena con los carros de basura. También le ordenó al Ayuntamiento que al obreromayor, José Dávalos, “se le dé lo que se necesite para la conservación y embellecimientode la Alameda”. Como era natural, al convertirse en paseo de moda se propició una graveafectación: la proliferación de puestos para vendimia dentro y fuera del parque, cuyaprohibición no se logró sino hasta 1765.Astillero de CoatzacoalcosEl rey retomó el tema de incrementar el poderío naval de España. Para ello, JoséPatiño, ministro de Marina e Indias, pensó en Coatzacoalcos como posible emplazamientode un astillero indiano, muy apropiado ante la ubicación geográfica dela población y del río. Así que le pidió al virrey llevar a cabo “una corta de maderay labra de varias piezas importantes para los navíos” y enviarse a Cádiz a fin de serprobados y examinados. El marqués respetó la instrucción y ordenó la construcciónde un astillero en la barra de Coatzacoalcos, y así probar qué tan apta era laidea para un astillero en ese lugar. La incógnita se resolvió cuando, después decontabilizar piezas y materia prima y enviarla a la Metrópoli, la maniobra de saliral mar embarrancó el navío de tal manera que fue necesario dejar la mayor partede la madera, lo que puso de manifiesto el inconveniente que ofrecía el lugar, pues“sólo había dieciocho palmos de calado, y veintidós en marea llena”. Lo que resultainexplicable es que a pesar de lo anterior y sin razón alguna conocida, el proyectode un astillero en el Coatzacoalcos se continuó. Incluso, en 1730 se ordenó queestuviera bajo el cuidado del teniente general de la Armada, Rodrigo de Torres.222


capítulo iii. siglo xviiiEn 1732 se instaló la quilla del “Nueva España”, primer y único barco que salió deCoatzacoalcos. Una vez terminada la construcción del barco, Casafuerte decretóque se dieran por concluidas las funciones del astillero. Según un informe entregadoal marqués, el costo del barco “Nueva España” ascendió a los 200 043 pesoscon 6 reales y 3/4, cifra exorbitante, al comparar los gastos de un navío similarfabricado en La Habana por 35 000 pesos.Conflictos ambientales en el interior: humosHacia la tercera década del siglo XVIII fue común que en las regiones mineras lasquejas giraran en torno a los inconvenientes de la extracción y el beneficio de minerales,de los accidentes en tiros y galerías, de que el polvo generado en estos y demolinos para minerales destruía los pulmones al cabo de años, y de que la actividadde transformar el mineral envenenaba paulatinamente a los operarios con plomo ocon mercurio; así como que el número de hornos de fundición iba en proporcióndirecta con la disminución de años de vida. Dichas consideraciones empezaron adesarrollar una conciencia ecológica que se hizo pública en 1732 en San Felipe elReal, Chihuahua, cuando un grupo de ciudadanos le presentó al regidor síndico yprocurador general una queja escrita a causa de una expansión que dos importantesmineros programaron. En sus demandas exigían el cese de los trabajos respectivos enambos sitios que no distaban de las zonas habitadas más de 200 leguas; se quejabande José Velarde Cosío, uno de los propietarios; le pedían la prohibición de cualquierhorno de fundición en las inmediaciones de la ciudad; y anteponían la vida de lagente a los intereses de particulares. El regidor síndico le pasó la queja al Cabildocon la sugerencia de recoger inmediatamente información acerca de los daños quelos hornos ocasionaban a la salud, en tanto que el dueño invocó el provecho que susinstalaciones le reportaban a la Corona y a la población. Las opiniones de los interrogadosresultaron catastróficas: los hornos para fundir metales causaban un totalperjuicio a la salud de los moradores de dicha villa (Chihuahua), especialmente a losniños, debido a que el humo significaba alferecía y muerte. Otro declarante afirmóque también podría originar la peste. Uno más habló acerca de la amenaza de que laciudad se volviera inhabitable al continuar esas actividades; incluso, el testimoniode un médico y químico avecindado ahí no dejó “duda alguna sobre la peste atmosféricaocasionada por los hornos de fundición”. La opinión de Rodríguez Rey fuedeterminante para suspender la obra. Decía que los humos de los metales que se fundíanen los hornos, vasos de afinar y cendradillas eran sumamente dañosos a la salud,223


ingeniería en méxico, 400 años de historiapues se contraía una enfermedad conocida como engraso, de la que muchos morían,especialmente muchachos y criaturas, y que los que no morían quedaban lisiadoso ciegos. Así pues, se le prohibió a Velarde y a otras personas lavar metales en el ríoporque contaminaban las aguas, y no se les permitió construir ningún horno más.Presas en el interior (Aguascalientes)También, en el ámbito foráneo, durante su administración se dio por concluida en1730 la presa Saucillo, que captaba las aguas del arroyo del mismo nombre en lo quehoy es Aguascalientes. Era de enrocamiento, con 12 m de altura y la longitud suficiente,para un volumen de captación de 6 mil m 3 y destino de irrigación regional.224


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosJuande historiaAntonio de Vizarrón 400 años de historiaIngeniería en Méxicoy Eguiarreta, Arzobispo 400 años de historiade México (1734-1740)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoCasi no hubo administración sin conflictos. Entre los sucesos durante elgobierno de Vizarrón, y que más afectaron la economía e infraestructuraregionales, fueron nuevamente los relacionados con la expulsiónde los ingleses en el sureste; a lo que deben añadirse la inseguridad en la urbe y lareincidente gran epidemia de matlazáhuatl.Tal vez por su preparación tan alejada de la administración civil, y ante la faltade efectividad de medidas tomadas por sus predecesores contra los ingleses para expulsarlosde las cercanías de Campeche, el arzobispo Vizarrón tomó la desacertadamedida de quemar todo el palo de tinte incautado como castigo ejemplar, sin pensarque a partir de ese momento el interés por desarrollar una industria virreinal en loslitorales se perdió.En el aspecto citadino, prácticamente solo atendió dos rubros; uno de ellos,con base en un informe del Ayuntamiento acerca de cómo se encontraban lascalzadas y los paseos. Al respecto, diseñó en 1738 un programa con especialempeño en la calzada de los Remedios, que disponía que para la conservación deésta hubiera “un cuidador de calzadas y caminos”. La de la Piedad y la de Nativitas,ambas requerían reparación, pero más la última “en la cual el año pasado entiempo de lluvias se experimentaron notorias desgracias y contratiempos por losprofundos pasos hechos por cabalgaduras y furlones”, que provocaban un nuevofactor de agresión.En el tema sanitario, en 1736 surgió en Tacubaya un brote de matlazáhuatl quecon extraordinaria gravedad dentro y fuera de la ciudad de México ocasionó tal mortandad,que no bastaban los inmuebles destinados como hospitales, pues una multitudde enfermos morían en la calle, y muy pronto los panteones se saturaron. La225


226cantidad de muertos enterrados en iglesias y en cinco cementerios creados para elloextramuros, ascendió a 40 150 y en Puebla pasó de 150 000.Quizá por su falta de carácter, la inseguridad llegó a aparecer en todo el territoriopero con mayor gravedad en la ciudad capital, donde los ladrones se atrevieron apenetrar al Palacio Virreinal y hacer de las calles céntricas los lugares preferidos porla inmunidad que les daba el derecho de asilo de la Iglesia, mismo que Vizarrón noquiso tocar.Finalmente, para 1740 las presiones de los comerciantes y los civiles se unierona las de la Iglesia en un solo aspecto: que con el pretexto de que se “resfriaba la devoción”por lo intransitable de la calzada de Guadalupe, se exigía que las reparacioneslas hiciera el propio Gobierno por tratarse de una obra pública.


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosPedrode historiade Castro y Figueroa, 400 años de historiaIngeniería en Méxicoduque de la Conquista 400 (1740-1741)años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaDesde su llegada a tierras americanas, el duque de la Conquistase enfrentó a una serie de contrariedades, como que carecía depapeles de acreditación, por haberlos perdido durante un asaltonaval a mano de ingleses, situación que, por la burocracia, le creó un fuerte conflicto.Al pretender tomar posesión de su cargo, la Audiencia presentó una gran cantidadde pretextos para no reconocerlo, lo cual únicamente se logró a instancias delarzobispo Vizarrón, asunto que a final de cuentas iba a ser inútil, pues si bien despuésde muchas dilaciones el duque tomó posesión el 17 de agosto de 1740, falleció alaño siguiente, el 22 de agosto, sin tener mayor oportunidad ni tiempo de mostrarsu inquietud por gobernar más que su bando del 14 de diciembre de 1740, en el quehacía saber el “deplorable estado de la urbe”, y qué esquinas servirían para “tiraderosde los basureros y demás inmundicias”.Ni muerto, el duque de la Conquista dejó de tener problemas, pues no hubopliego de mortaja que informara de su actuación, lo que conllevó a que la Audienciagobernadora, abrogándose facultades imaginarias, prácticamente se apoderara delgobierno, y quedó como encargado el oidor Pedro Malo de Villavicencio, que gobernóde agosto de 1741 al 3 de noviembre de 1742, sin registrarse mayor actividad quela fortificación de Acapulco y el reforzamiento de la guarnición del puerto.227


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosPedrode historiaCebrián y Agustín, 400 años de historiaIngeniería en Méxicoconde de Fuenclara (1742-1746)400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaEn fiel obediencia a las instrucciones reales, Fuenclara llevó a cabo, enlos seis años de administración mayor, una cantidad de obras que muchosotros no alcanzaron en una década. Una de ellas fue impulsar descubrimientosy fundaciones, como la de la provincia de Texas hacia 1744, a la alturade la bahía del Espíritu Santo y San Antonio de Béjar, con lo que “quedaría del todolibre y asegurada la costa del Golfo de México de los enemigos que la infestaban”. Porotro lado, estaba en proyecto el poblamiento de los territorios entre “la Huasteca ylos presidios señalados”, lo que era de gran interés para la Corona, ya que “tras unafundación, aparecían de inmediato las misiones”, que construían una escuela comoantecedente de una futura villa.229


ingeniería en méxico, 400 años de historiaEl aseo y las lluvias de 1742Al inicio de su administración, la limpia tomó características que molestaban a las autoridades,acostumbradas a hacer poco o nada. Ante el cúmulo de quejas que recibióhacia 1742, el virrey decidió tomar el asunto de la basura en sus manos y aumentar a setentay tres los muladares menores, pero manteniendo el número de diecisiete muladaresmayores ubicados en la periferia de la traza. A pesar de lo práctico de tal disposición,no tuvo el efecto deseado, ante lo que un año después estableció “una nueva formade la planta de la limpia y empedrado de toda esta ciudad” por superior decreto del 3 demayo de 1743. La idea de distribuir la capital del virreinato en sectores provino de lacédula real de Felipe V. Los regidores debían responsabilizarse cada uno del número deaperos y animales para el servicio, la periodicidad del mismo, así como la duración delcontrato con sus respectivas condiciones. Fuera de lo señalado, otros temas de la cédulacorrespondían al empedrado y a la nivelación de calles, al desagüe doméstico, al aspectosanitario de las tocinerías como focos de epidemias por las zahúrdas, y finalmentea saber dónde obtener los recursos para subrogar los gastos. Con base en dicho documento,la limpia se programó respaldada en una diagramación tan completa, que elduque de Fuenclara ordenó que se vertiera en un plano de cuarteles. Aunque la programacióndio buen resultado, con el objeto de mejorar el servicio y a la vez comprometera los contratistas mediante hacer del conocimiento de las autoridades las rutas específicas,se ordenó como medida pragmática que el maestro Manuel Álvarez formara unmapa por cuartel, y se entregara el respectivo a cada uno de los jueces superintendentes“a fin de lograr un buen gobierno”.Las lluvias tardías de 1742 resultaron tan agresivas, que un buen número de “calzadasalbarradones” sufrieron serias afectaciones, lo que obligó en enero de 1743 quese hiciera un reconocimiento del desagüe de Huehuetoca, y se encontró “en el másdeplorable estado el sitio del río y albarradones”, cuya compostura y conservaciónera obligación por real ejecutoria de los hacendados y dueños de tierras, así como delos pueblos que gozaban de agua “de la presa real”, mismos que, en ningún aspecto,habían atendido dichas obligaciones desde fines del siglo XVI. Ante esa situación sedispuso una reunión con los interesados. Se calculó el costo de obra en 200 000 pesos,con los siguientes jornales: 5 reales para los oficiales de carpintero, 2 pesos para elmaestro, 12 reales para el sobrestante, 2 reales para los indios obreros y 1 o 1.5 realespara los muchachos, según su edad. A manera de información, un cubo costaba 8reales y medio y un azadón 14 reales.Como segunda parte del programa de prevención se incluyeron dos calzadas: lade San Cristóbal, que por estar casi destruida y con tan alto riesgo de provocar una230


capítulo iii. siglo xviiiinundación debía recibir atención inmediata para detener las aguas de la laguna deZumpango, del desagüe de Huehuetoca y de otros derrames, y evitar que se juntarancon las de “Tezcuco” e inundaran la capital. La otra calzada reconstruida fue la deSan Antonio Abad, que se encontraba “totalmente arruinada e intransitable”, para loque fue imperioso reconstruirla en más de legua y media.Como una modalidad, se aprovecharon la mano de obra y los materiales para trazarnuevas vías. Así surgió la calzada de la Candelaría, con trayectoria de la garita deSan Lázaro para entroncar con la calzada de San Antonio Abad, y que contaba concuatro puentes. Una más, fue la vía que partía desde “el puente de la Mariscala (hoyav. Hidalgo y eje Lázaro Cárdenas) hasta el palacio de Chapultepec, con su parte dearquería para el tráfico común”.Respecto al paseo de la Viga, el conde ordenó que se compusiera hasta lograr unacalzada con toda comodidad, y sembrar árboles en su orilla “para hacer un verdaderopaseo”, al mismo tiempo que incluyó en el arreglo al de la Piedad. De hecho, la últimaobra municipal del conde fue la reconstrucción de la calzada que conectaba elbarrio de Santiago Tlatelolco con los pueblos de Tacuba y Azcapotzalco, en la quese levantaron dos puentes.Las acequias y los AcueductosCuando el conde se informó de que la longitud total de la red de acequias ascendíaaproximadamente a las 22 363 varas, y que en su mayoría se encontraban invadidasde basura, lo que entorpecía el paso de canoas y a la vez afectaba la salud pública,emitió dos disposiciones. La primera fue procurar que las compuertas de las sieteacequias que descargaban en el lago de Texcoco invariablemente se abrieran por lasmañanas para efectuar el desagüe de la ciudad, e impedir que por las tardes “se metiesenen ésta el agua de la laguna, los vientos nortes que solían soplar”. La otra, dividirla ciudad en cuatro cuarteles, cuya limpieza “se remataría en otros tantos asentistas”,cada uno obligado a mantener tres carros que recogerían diariamente las basuras;evitar los muladares que había por todas partes en la ciudad; nivelar y empedrar lascalles; y desaguar las casas por medio de un albañal construido de piedra de Chilucao de Tenayuca, cuyo cañón, de una sesma de ancho, se hallaría cubierto junto a lapared en una vara, “sin que su gordo desigualarse el empedrado”. Se preveía en eldocumento que ninguna persona o comunidad “desaguara los lugares necesarios einmundos en las calles, y a fin de evitarlo, se construirían atarjeas para ello, y las quehubiera hechas se taparían, obligándose a los vecinos y conventos hiciesen su limpia231


ingeniería en méxico, 400 años de historiapor dentro” de sus casas “como se había practicado antes”, so pena de quinientospesos. Se prohibía la presencia de zahúrdas dentro de la traza, pues las inmundicias ygrasas atascaban las cañerías y traían consigo hedores e insectos.En sus recorridos, el virrey se dio cuenta del abandono en que se encontraban losacueductos, como en el caso del que conducía el agua del río Tlalnepantla al pueblode Guadalupe, que además era refugio de “gente de mal vivir”. La tarea de rescate dela obra no resultó fácil al tratarse de una construcción de poco más de 9000 varas,de las cuales 2000 eran atarjeas y las restantes de 1522 arcos. En ese mismo tema, laalberca mayor de Chapultepec llenó de asombro tanto al virrey como al Ayuntamiento,al enterarse de que el agua que contenía prácticamente había desaparecidoen una noche. La causa eran las fracturas de la alberca, que también se presentabanen casi todo el trayecto del acueducto, por lo que la recuperación representaría unaerogación cercana a los 150 000 mil pesos. Otro acueducto que dejó de abastecer a laciudad por problema de fugas fue el de Santa Fe, cuya reparación causó un disgustogeneralizado. Para 1744 el cuarto eje básico de alimentación hidráulica, el acueductode Belem, se vio afectado por hundimientos en buena parte del trayecto y tambiénpor problemas en la alberca menor de Chapultepec. Los trabajos respectivos recayeronen el regidor Juan Antonio Humarán, cuatro maestros de arquitectura y elingeniero Félix Prosperi, a quien se le trajo de Veracruz.La valía cultural e intelectualEl virrey prestó especial atención a la educación en sus diversos niveles. Algunosejemplos son el Colegio de San Ildefonso, de jesuitas; el Colegio de Portaceli, dedominicos; el de San Ramón, de los mercedarios; y el de San Gregorio, para indígenas.Por su parte, la Real y Pontificia Universidad fue la de mayor respaldo, con unadotación real de 1000 pesos de oro de minas anuales, por estar destinada a “desterrarde las Indias las tinieblas de la ignorancia”.El cuidado y la atención a la educación se reflejaba en los respectivos planes deestudio destinados a mejorar la calidad de los egresados, quienes además conservabanla jovialidad. Cabe mencionar que a los estudiantes del Colegio de San Ildefonsose les llamaba “cocheros”; a los gregorianos, “zopilotes”; a los seminaristas, “mulas”;y a los del Colegio de San Juan de Letrán, “conejos”. La idea del virrey era que soloreforzando la educación se lograría extirpar los problemas de vagancia.Fueron abundantes quienes respaldaron en tierras americanas el programa deilustración de Carlos III. Entre los más conocidos estuvieron Juan José de Eguiara232


capítulo iii. siglo xviiiEl conde de Fuenclara se distinguió por suempeño en desarrollar una infraestructuravirreinal de larga permanencia, como asegurarla defensa del golfo de México a través deconstrucciones como el fuerte de Loreto.y Eguren, nacido en Nueva España, autor de la Biblioteca Mexicana y rector de laUniversidad; Fernando Ortiz Cortés, también rector de la Universidad y fundadorde centros asistenciales; Santiago de Velázquez de Lorea, queretano, doctor en filosofíay catedrático de esta materia en la Universidad de México; Juan Sahagún deArévalo, licenciado cronista del reino de la Nueva España, periodista, historiador yautor de la Gaceta de México y del periódico Mercurio de México; Patricio AntonioLópez, indio nacido en Antequera (Oaxaca), anticuario, intérprete y erudito quepublicó bajo el seudónimo F. Antonius ab Asencione; José Antonio de Villaseñory Sánchez, oriundo de la ciudad de México, matemático, astrónomo, historiador yautor de Observación del cometa que apareció en el hemisferio de México en los meses defebrero y marzo de 1742, Theatro Americano, Descripción general de los Reinos y Provinciasde la Nueva España (1746-1748), Matemático cómputo de los astros (1756)y Mapa geográfico de la provincia de la Compañía de Jesús de la Nueva España. En elaspecto artístico-cultural, debe señalarse el apoyo a los artistas novohispanos, quese dedicaron a promover la ópera en el teatro ubicado “entre el callejón del EspírituSanto (hoy Motolinia) y la antigua calle de la Acequia”, con una temporada artísticaa cargo de un grupo de artistas y músicos, como el español Esteban Vela, y los mexicanosAna María de Castro y Diego de Asís Franco.233


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosFranciscode historiade Güemes y Horcasitas,400 años de historiaIngeniería en Méxicoprimer conde de Revillagigedo400 años de historia(1746-1755)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoTomó posesión el 9 de julio de 1746, el mismo día que Felipe V expirabaen España. Según algunos autores, su gobierno se inició contodos los ramos de la administración en desorden, las rentas agotadasy la sociedad corrompida. También se dice que atendió a la capital menos de lo quese esperaba, aunque a decir verdad, era más urgente combatir el contrabando en lascostas y fronteras, donde a este problema se le conjuntaba el de los alzamientos enTamaulipas y la aparición de colonias francesas en la provincia de Texas, lo que hacíatemer al conde una posible pérdida de suelo virreinal; de ahí lo imperioso de fundaren el norte asentamientos novohispanos, uno de ellos el de Nueva Santander.A este problema le siguió la pandemia de matlazáhuatl en 1751, con estragosque antes no se habían manifestado y con gran afectación en pueblos y rancheríasy pérdida de cosechas, lo que obligó al virrey a considerar como prioritario evitar elhambre y la criminalidad.235


ingeniería en méxico, 400 años de historiaLa inconsciencia ciudadanaEl virrey daba paseos vespertinos para conocer los problemas municipales y encontróque los propios pobladores convertían los muladares menores en focos de contaminación,por lo que ordenó su eliminación y prohibió tirar basura en las calles. Elcaso que lo llevó a esta decisión fue el arrojadero que se había formado en la plaza deJuan Carbonero (hoy Dos de Abril), al grado de que el tránsito vehicular y peatonalera ya imposible, y con el volumen de basura del “tamaño de un cerro”.Con el propósito de desarrollar una conciencia ciudadana que conllevara asimplificar y mejorar el servicio, se señalaron lugares de concentración y se emitieronlas disposiciones respectivas, que ordenaron la limpieza urbana en la trazadividida en cuatro cuarteles y se comprometieron a dejar cada cuartel limpiode montones de basura en un plazo de cuatro meses. Se agregaba además que eltraslado de los lodos que saliesen de las acequias no sería por cuenta de los asentistas,sino responsabilidad del Ayuntamiento, que los vecinos que tuvieran mulasy caballos no arrojaran el estiércol a la calle, y finalmente que vaciaran el lodo y labasura en los lugares que indicara el superintendente. El precio de la recolecciónfue de 9000 pesos. Los carretones dividirían su ruta en dos direcciones conformea su capacidad de recorrido y de carga, y pasarían obligadamente una vez a la semanaa recogerlos para conducirla a los tiraderos periféricos. Aunque se simplificóla recolección y mejoró la imagen urbana; eso no satisfizo a los pobladores ni a lospolíticos, cuya crítica se manifestó en 1749.La erogación destinada a la obra pública resultaba más costosa en cada administraciónno solo por los materiales, sino también porque las lluvias prácticamentedestruían caminos, calzadas, albarradas y presas. Hacia 1747 el primer conde deRevillagigedo integró una comisión para realizar una evaluación de daños y paraque se pudiera programar la atención de las calzadas por diez años. En dicha evaluaciónparticipó el ingeniero italiano Félix Prosperi. Un ejemplo fue la de San AntonioAbad, cuyo mantenimiento se cubrió en el lapso de 1750–1760.Cuando en 1755 abandonó su gobierno, se le recordaba como un virrey con “altasdotes de gobernante”, al grado de haber logrado “levantar en mucho a la NuevaEspaña de la postración en que la encontró a su llegada”.El temporal de 1747 y las insólitas respuestasEl temporal de 1747 fue tan severo que obligó a las autoridades virreinales a suspenderlas fiestas de proclamación de Fernando VI. La fuerza del agua destruyó caminos,236


capítulo iii. siglo xviiicalzadas, albarradones y presas, además de desbordar los diques de los lagos, los ríosy los arroyos que se salieron de sus cauces. Ante tal situación, el virrey ordenó unminucioso reconocimiento de los ríos, las lagunas, las vertientes, los desagües, loscaminos, las presas y las albarradas para apreciar los daños y proponer respuestasde recuperación. La inspección se decretó en noviembre de 1747 y se nombró alsuperintendente Trespalacios como responsable, quien concluyó la obra hacia finesde diciembre, y así se pudo definir el programa de labores para el primer semestre de1748, cuyo resultado fue el siguiente:Hacía mayo de ese año, se habían construido veintidós puentes, nueve demadera con planchas, tres en la acequia real de Mexicalzingo, y los de Tacubaya,Popotla, Camarones, Tlanepantla y Azcapotzalco, y el de Oculma,bajo la advocación de la virgen de Guadalupe. Además se levantaron catorcecaminos, de los cuales quedaron ya listos para su tránsito: el general,desde Tlanepantla hasta Cuautitlán; los de México a Vallejo, Vigas, Rincónde Don Diego, Tenayuca y Tizapán; el de Santiago a Azcapotzalco; elde Tacuba a los Remedios y callejón del Obispo; el de San Agustín de lasCuevas, incluidos el de las Ánimas, el de Tomatla, y los de Tláhuac y SanFrancisco en el lago de Chalco. Además se abrieron zanjas cuyos tramossuperaban las 1000 varas y más de 22 000 varas las acequias. Se construyeronmuros en las presas de Don Juan de Angulo, Oculman, el Desagüe, enel arroyo de Fuertes, en Albarradones del Rey y en las Pintas. Se alzaron,ampliaron o se reformaron seis calzadas: la de la Piedad, la de Chapultepec,la de la Merced de las Huertas a Popotla y Tacuba, la de San Cristóbal, la deZumpango y la de la Tlaxplana a Chapultepec. Una vez terminada la obra,el conde le pidió a José Francisco de Cuevas Aguirre y Espinoza, regidorperpetuo del Cabildo de la ciudad y procurador del Ayuntamiento que redactaraun estudio con el resumen de todos los trámites del reconocimientoy de las obras posteriores”. La disposición real fue obedecida y quedóintegrada en la obra Extracto de autos… y fue terminada en la imprenta dela viuda de don José Bernardo de Hogal en 1748, y muchos años despuésreproducida como memoria histórica en 1902.CaminosDurante su administración, el virrey procuró la comunicación con zonas agrícolasdel Bajío y zonas ganaderas del norte, y con los centros mineros, las zonas portuariasy las principales ciudades manufactureras, aun cuando la explotación a la que se sometieronel suelo y los montes fue enorme.237


ingeniería en méxico, 400 años de historiaMapa que representa a la ciudad de México con susríos y lagunas en 1754, de Jaques Nicolas Bellin.De las vías de tránsito mayor, la más importante era la México-Puebla-Jalapa-Veracruz, a la que le seguía la rival México-Veracruz, por Córdoba y Orizaba, mismaque resultó del pensamiento práctico del conde de Revillagigedo apoyado en dosventajas: la apertura de introducción y extracción de efectos cuyo movimiento a laciudad capital era casi imposible por el volumen o por el costo; y la otra, el ahorrode tiempo, pues para recorrer las 80 leguas de distancia entre México y Veracruz serequerían, hacia 1750, veintidós días en tiempo de secas, y hasta treinta y cinco entemporada de lluvias, al hacerlo mediante recuas. Sin embargo, pese a la importanciay necesidad que había de ella, los trabajos fueron tan lentos que prácticamente seconcluyeron hasta 1753.238


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosAgustínde historiade Ahumada y 400 años de historiaIngeniería en MéxicoVillalón, marqués de 400 las años de historiaAmarillas (1755-1760)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoSu gobierno se inició en el marco de las demandas reales de sus predecesores.Lo más urgente era avenirse de recursos económicos yenviarlos a España, mediar entre las autoridades civiles y religiosas,controlar la delincuencia, vigilar ambos litorales, y evitar la presencia de franceses enel norte y de ingleses en el sur (Campeche), así como combatir los alzamientos indígenasen el norte y en occidente. Sin embargo, todos los rubros eran en extremo difíciles. En loreferente a la Real Hacienda, por ejemplo, poco o nada podía hacer, pues los representantesdel rey eran en su mayoría militares con reconocimiento y grandes fortunas, perosin ningún conocimiento de los negocios de la Nueva España. En el caso de la inseguridadpública nada logró ante la imposibilidad de conseguir que los jueces cambiaran suactitud ante los asuntos delictivos. Como ya era costumbre, el Ayuntamiento se mostróinconforme con la administración del marqués y exhibió la condición de la ciudad conrespecto a la basura y los empedrados. El documento insinuaba que para obtener mejoresresultados se requería atender el empedrado, pues no solo estaba deteriorado, sinoque también en razón a los hundimientos, los hoyos eran cada vez más profundos y contan notable desigualdad que dificultaba el paso de los carretones.En la procuración de la limpieza citadina, las autoridades, al mismo tiempo quehacían innovaciones, no desdeñaban experiencias lejanas que, aunque habían funcionadoen su momento, fueron olvidadas sin razón alguna. El acta emitida por elmarqués de las Amarillas informaba que la Junta de Policía había extendido la limpiaa toda la ciudad, y que los tiraderos de basura y demás inmundicias se encontrabanen terrenos fuera del vecindario.239


ingeniería en méxico, 400 años de historian México Ingeniería en México00 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en MéxicoAudiencia gobernadora (febrero-abril de 1760)Ingeniería en MéxicoIngeniería en Méxicoxico400 años de historia Ingeniería en México400 años de historia400 años de historia 400 años de historia00 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia Ingeniería en Méxicoía en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiae historiangeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en en Méxic400 años de historiaIngeniería en México 400 años deA la muerte del virrey Agustín de Ahumada y Villalón, marqués de las Amarillas,ejerció el mando de gobierno durante dos meses una Audiencia gobernadora integradapor el oidor decano Pedro de Padilla y los oidores José Rodríguez del Toroy Félix Venancio Malo quienes, entre otras cosas, se encargaron de las exequias deFernando VI, último emperador de la casa de Austria y de publicar la sucesión altrono de Carlos III.Como una de sus funciones, la Audiencia nombró virrey interino a FranciscoCagigal de la Vega (abril-octubre de 1760), quien ejerció el poder aproximadamenteseis meses y durante los cuales se encargó del reglamento de los presidios internos,que según su opinión, “en muchas cosas” se habían establecido en lugares prácticamenteinútiles.Fuera de lo anterior, dejó pasar el tiempo en los festejos del ascenso al trono deCarlos III en una ceremonia sin igual, “con todo esplendor y arcos triunfales”, disposiciónque aplicó “en todos los lugares del reino”.Ingeniería en M400 años de historia400400IngenieríaIng240


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosJoaquínde historiade Monserrat, marqués 400 años de de historiaIngeniería en MéxicoMonserrat y marqués 400 de años Cruillas de historia(1760-1766)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoTomó posesión de su cargo el 6 de ocubre de 1760, con un sueldo de 40mil pesos anuales, y bajo un panorama que en cierto aspecto le permitiríamayor holgura administrativa, pues con el ascenso de Carlos IIIal trono se empezaron a abrir márgenes de libertad mercantil en la Nueva España; sedesarrolló una interesante prolongación científica y tecnológica generada en la centuriaprecedente; y la obra pública municipal, en cierta forma, respaldó la arquitecturaque caracterizó al virreinato en el siglo XVIII. Sin embargo, el arribo a la NuevaEspaña del visitador real José de Gálvez no solo le cambió la vida al virrey, sino quelo demeritó administrativamente.241


ingeniería en méxico, 400 años de historiaLa capitalPara garantizar la limpia urbana, las visitas de inspección comprendían varios enfoques:la ruta de observación, la afectación por desechos sólidos de riesgo y el informede vista de ojos con la sugerencia de localización de posibles tiraderos y de cuálesdebían enrejarse o bardarse, pero más que eso, dar a conocer sitios de acopio de lodos.Del “reconocimiento y vista de ojos” previos al remate del asiento de limpia decalles dependían la firma del contrato y el propósito de fincar responsabilidades alos particulares, pues en diversas partes y calles existían muladares con tal volumenque entorpecían la labor del asentista, y acrecentaban el problema del desaseo losconductos de agua tapados. Por tal razón, se emitió un bando el 12 de febrero de1762 en el que se indicaba no tolerar ignorancia en la responsabilidad ni en la obligatoriedadde los dueños de limpiar los baldíos convertidos en muladares, así comolas sanciones por inobservancia.Nuevamente, el 9 de diciembre de 1764 se modificó la contratación del serviciopor tres años, con fecha de inicio a partir del día 1º de enero de 1765. Además, sefijó un monto de postura de 2000 pesos pagaderos por tercias, y que los obligados secomprometieran a transitar en los respectivos cuarteles seis carretones sin pretextode descomposturas o averías, para lo que debían contar con uno de refacción, asícomo desaparecer todos los basureros, especialmente aquellos a espaldas de los conventosde San Lorenzo, la Concepción y San Andrés (todos ellos ubicados atrás delMuseo Nacional de Arte, MUNAL).Providencias por las lluvias de 1763Las lluvias de 1763 fueron tan excesivas que los lagos se llenaron completamente. Laabundancia de aguas en el lago de Texcoco provocó las inundaciones de los llanosinmediatos y los barrios de San Lázaro y la Candelaria. La causa fue que las vertientesde la Sierra Nevada sobrecargaron el lago de Chalco que, al haber roto la calzadadiquede Tláhuac, volcaron las aguas sobre el Texcoco.Durante el gobierno del marqués de Cruillas, después de nombrar al recién encargadode la Superintendencia del Desagüe, José Rodríguez del Toro, se tuvo la responsabilidadde reparar la calzada de Mexicalzingo, desde la ermita de las Ánimas hastaIztapalapa; alzar la compuerta de Mexicalzingo; construir un albarradón desde el cerrode Culhuacán, hasta el pueblo de San Mateo (Churubusco), situado en el camino deSan Agustín de las Cuevas (Tlalpan) a fin de encarcelar las aguas del Xochimilco y lasprocedentes de los innumerables manantiales de este pueblo, San Gregorio y de otros242


capítulo iii. siglo xviiipueblos cercanos; instalar en dicho albarradón un puente como el de Mexicalzingocon dos ojos para el tránsito de canoas y con sus respectivas compuertas; construir variosdiques alrededor de la ciudad; y reparar todas las calzadas de la misma.Por su parte, José Antonio Alzate, clérigo presbítero del arzobispado de México,preocupado por la dificultad, el costo y el tiempo que estaba llevándose el desagüegeneral, propuso en julio de 1767 un proyecto circunscrito al desalojo de las aguasexcedentes del Texcoco, pero únicamente de aquellas que rebasaran “la cantidad delos años regulares”. Su proyecto se basaba en los “fuegos subterráneos” que podíanencontrarse en un eje de erupciones volcánicas que, según su documento, podríanubicarse entre los lagos de Chalco y Texcoco, al seguir la ubicación de los cerros cónicosque ahí se apreciaban. Señalaba que, al pie de dichos cerros, debía haber grandescavidades que podrían aprovecharse para acumular excedentes lacustres. La partemedular del proyecto era abrir una zanja desde las orillas del lago de Texcoco hastaalguno de los cerros de dicho eje, mediante “un socavón que condujera las aguas auna de ellas, con lo cual se conseguiría el desagüe completo”.Una mirada al interiorOtro conflicto ambiental parecido al de la administración de Casafuerte se presentóen Pachuca en 1764 con la queja contra un empresario fundidor,por dañar la saludcon el humo de sus hornos, además de matar animales domésticos y “ensuciar lasaguas del río cercano mediante sus desechos de producción”. Las autoridades “apoyadasen los intereses de la Corona con el cuidado del ambiente” obligaron al dueñoa mudar los hornos y encargarse de la limpieza del río.Corría el año 1765 cuando se dio la noticia de que dos presas se habían concluidoen lo que actualmente es el estado de México; la Huapango con alimentacióndel río del mismo nombre, con una cortina de 840 metros cúbicos, capacidad dealmacenamiento de 1850 metros cúbicos y un flujo máximo de 80 metros cúbicospor segundo, destinada a irrigación local. La otra, San Antonio, ubicada en arroyoZarco, con una longitud de corona de 150 metros, 11 metros de alto, 9 metros cúbicosde volumen por segundo como flujo y capacidad total de 3000 metros cúbicoscon función de irrigación local.Respecto al impulso que le dio a Veracruz a fin de reforzar su infraestructura portuaria,una de sus primeras acciones fue crear una junta encargada de construir dosportones, cuatro gánguiles y dos lanchas. Debido a que en los astilleros de Veracruzno se fabricaban portones, hubo necesidad de pedirlos a La Habana; en tanto que243


ingeniería en méxico, 400 años de historialos gánguiles y los lancheros quedaron bajo el cuidado de Vicente Blanco, carpinterode ribera. Como obras colaterales se construyeron un puerto sobre el río de Antiguay otro sobre el Atoyaqueque (camino a Acapulco).En otro rubro, tres años después, a lo largo del primer semestre de 1763, el virreyenfocó sus habilidades en mejorar la producción de pólvora en un proyecto de respaldoa las fortificaciones portuarias y playeras. Esta finalidad se debía, en gran parte,a la amenaza de un ataque a Veracruz porlos ingleses. Por ello, Joaquín de Monserratpropuso amurallar la ciudad dotándola de “abundantes fuegos con que se proteja yapoye a la de Ulúa”, ya que “si no se fortifica, la plaza estará perdida y aislada de Ulúa, ysucumbirá cuando se agoten sus víveres y municiones”. Prácticamente pasaron dos añospara que tomara forma el proyecto de defensa de Veracruz en marzo de 1765, cuandoel mariscal Ricardo, acompañado de un grupo de militares, llevó a cabo un reconocimientocostero de norte a sur de Veracruz, lo que dio como resultado un “esplendidotrabajo cartográfico, y un complejo proyecto de defensa de costas, plazas y caminos”.Por lo delicado del asunto, se realizaron cuatro juntas de guerra con el virrey elsegundo semestre de 1765. En la primera se estudiaron las medidas propuestas porSantiesteban, Corral y Ricardo, que eran fortificar San Juan de Ulúa mediante la modificacióndel baluarte de San José por la parte de la Gallega; volver más transitables yadecuados los caminos de México a la costa, por Jalapa y Orizaba; y unir por un canallas lagunas de Mandinga y Camaronera, con objeto de facilitar el abasto de Veracruz,en paz o en guerra. El 1° de octubre, en la segunda junta se acordó edificar una torrepara ocho o diez cañones en la punta norte del río Alvarado con tres vigías entre estelugar y la punta de Antón Lizardo, y un fuerte en este último paraje; y construir dostorres como la de Alvarado en la punta norte del río Medellín y otra en la punta deMocambo. En la tercera junta del 4 de octubre, se vieron dos temas: fortificar San Juande Ulúa y amurallar la ciudad de Veracruz, para lo que se acordó enviar al virrey losproyectos respectivos. Por su parte, en la cuarta y última junta, el tema a discutir el 8 deoctubre fue acerca del “modo de defender aquella plaza, y defender el reino”.El 23 de octubre Cruillas le informó al rey el arranque de las obras de Ulúa y, cuatrodías después, el propósito de establecer a 12 leguas de Veracruz una fortificación(Perote). Ya para el 5 de febrero de 1766 las obras habían comenzado; así lo hizosaber Santiesteban al avisar sobre “haber empezado los cimientos del nuevo revellín”de Ulúa, y que en julio estaba “prácticamente concluida la ampliación de la muralla,con sus veintidós bóvedas”. Respecto a Acapulco, José González trazó los planos delpuente y de la fortaleza, así como el cálculo del costo que tendrían las principalesreparaciones del castillo.244


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosCarlosde historiaFrancisco de Croix, 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia(1766-1771)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiamarqués 400 años de historia CroixIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoSu primera acción fue establecer la disciplina en el ejército yllevar a cabo un sorteo para cubrir las bajas, por lo que huboalborotos en Valladolid (hoy Michoacán), Pachuca y despuésVeracruz. Aunque, por otro lado, la expulsión de los jesuitas calmó los ánimos delpueblo y le dio oportunidad al virrey de ejercer sus funciones y acciones, entre lasque estuvieron sustituir la administración de las misiones en la provincia de Californiay la fundación del presidio y de la misión de San Carlos de Monterrey en la AltaCalifornia. Una construcción estratégica que captó todo su empeño fue el castillo dePerote, para depósitos y almacenes de las tropas en Jalapa, y como refuerzo en casode invasión extranjera o sublevación. La obra estaba a cargo del ingeniero ManuelSantiesteban.Haber debilitado con mucha habilidad la influencia del visitador José de Gálvezle permitió centrar su atención básicamente en dos aspectos: desarrollar la tannecesaria cultura sanitaria en los ciudadanos a través de interesantes innovaciones,y favorecer los intereses del Ayuntamiento con base en una nueva imagen urbana.245


ingeniería en méxico, 400 años de historiaPrevención de desastresAl saber la administración del marqués De Croix de lo temible que era el Cuautitlán,el virrey le pidió en 1767 al ingeniero Ricardo Aylmer un cuidadoso estudio del estadode dicha vía fluvial. Aylmer le informó que las bóvedas no tenían capacidad suficiente,en caso de lluvias inusuales, “al correr por socavón nada menos que 1,569 varas, y seralimentado por la multiplicidad de los vertederos de las montañas”. Había también quetener cuidado con la delgadez de las paredes de las bóvedas y de enlosar el piso de estaspara seguridad de los cimientos, a fin de poder soportar el caudal de las aguas, por loque sugería dejar el cauce a cielo abierto y ensancharlo en más de diez varas, y nivelarun declive adecuado.La impresión del virrey, a su arribo a la capital, fue que los excrementos humanoshabían convertido a la ciudad de México en “una enorme cloaca”, producto de la inobservanciade las normas sanitarias impuestas por sus predecesores. No podía entendercómo la mayor parte de los vecinos y la servidumbre simplemente abrían el portón desus casas y arrojaban a la calle “las inmundicias”. Ante esa situación, uno de sus primerosbandos, el de 26 de octubre de 1769, con veintiún artículos, establecía la obligatoriedaddel uso de letrinas en todas las casas, que debían fabricarse en lugares apropiados y sobreun pozo, el cual tendría en la boca una tapa móvil y en el cuello de su circunferencia “uncañón que subirá hasta la azotea, y por medio de él, los efluvios”. Con ello se innovó, talvez a nivel mundial, el uso de respiraderos para excusados. Se dispuso a partir de ese momentoque hubiera un espacio dentro de las habitaciones para “defecar y para el manejode los excrementos”, y en cuanto a las vecindades, que todas contaran con letrinas en lasviviendas, o bien en los zaguanes, y que en el caso de las accesorias también se instalarauna. Es de creerse que, en cierta forma, dichas medidas contribuyeron al cambio de infraestructurainmobiliaria de gran calidad que caracterizaría al siglo XVIII.La afluencia de pobladores a la traza urbana y la concentración educativa, social,comercial y económica hicieron que la capital fuera ampliando sus áreas privilegiadas,lo que en cierta forma favoreció los intereses e ingresos del Ayuntamiento alconstruir casas en lugares bastante céntricos, como en la calle de Monterilla (hoyCinco de Febrero), destinadas en su mayoría a rentas.Dependiendo del sitio, el estudio de solicitudes se tornó más cuidadoso. Así sucediócon la calzada del Calvario (hoy av. Juárez), cuyos lotes de 30 varas de largo por7 de ancho “sólo eran para las casas que se están construyendo frente a la Alameda”.Así pues, las peticiones a espaldas de estas se denegaban por ir en contra de los interesesdel Cabildo, más aún cuando se trataron de ocupar sitios destinados al ejido delCalvario en la parte trasera del convento de San Diego.246


capítulo iii. siglo xviiiTodo se adquiría, incluidos los “pedazos” de solares en la zona céntrica. Algunasde esas propiedades pueden localizarse en las actuales calles Cinco de Febrero no.38 y Venustiano Carranza no. 41, por sus frentes tan angostos. Sin embargo, el conflictoque se creó con la diversidad de superficies, y la disparidad de avalúos trató deresolverse hacia 1770 cuando Francisco Guerrero y Torres y José García de Torres,veedores de arquitectura, diseñaron un plano catastral con sus respectivos arancelespara la ciudad y “sus arrabales”. La mayor expansión de la capital se dio al norte conel pueblo de Guadalupe, y le siguieron San Cristóbal, el Peñol, la Piedad, Coyoacán,Iztacalco, los Remedios y Santa Fe, aún cuando ninguno se comparó con el de Guadalupe,que se convertiría en uno de los críticos problemas urbanos del siglo XVIII.Cuerpos de vigilancia y cuidadoUna ciudad con esa presencia conllevó a la creación de dos importantes cuerpos parapolicía, limpieza y buen gobierno de la misma. La Junta y el Juzgado de Policía fueronlos encargados de promover el empedrado; arreglar las entradas y salidas de la traza;supervisar el cercado de solares; vigilar que los artesanos se establecieran en sitios específicos;impedir la circulación de carretas con cal, piedra o trigo en la urbe; vigilar que nose arrojara basura ni animales muertos en las plazas, pilas y acequias; señalar los lugaresdestinados a inmundicias; y aplicar las sanciones correspondientes a los infractores. Respectoa obras municipales, la Junta de Policía contaba en ese momento con un subsidiocalculado entre 7 y 8 mil pesos para la limpieza, la que se obtenía por licitación rematadaen subasta pública y por área de cuartos citadinos. Cada uno de los cuatro sectores teníaun “asentista”, el cual se obligaba a controlar seis carretones por zona, aunque ante elcrecimiento de la marcha urbana el virrey consideró que el número de unidades en esemomento no se daría abasto, por lo que autorizó la construcción de doce más.Un aspecto correlacionado con la limpia fue la delincuencia urbana. El marquésacordó con el Ayuntamiento establecer un presidio para reos con delitos leves y ocuparlosen la limpieza y aseo de calles. El índice delictivo se originaba en la cantidadde “viciosos” que llegaba a ciento sesenta delincuentes en 1769, mismos que trabajaríandivididos por “escuadras” en los cuarteles y calles, vigilados y dirigidos por lossargentos, cabos y soldados inválidos, los cuales podrían gozar de una retribucióndiaria. Respecto a la perspectiva de erigir el penal, el Cabildo proporcionó el terrenode una propiedad ubicada en los arrabales de la capital. Se llamaría presidio de SanCarlos, con un costo anual estimado en 21 000 pesos; la construcción se concluyó el10 de noviembre de 1770.247


ingeniería en méxico, 400 años de historiaCon relación a las acequias, el Ayuntamiento atendía la limpia mediante contratosbianuales, con la participación de indígenas de pueblos circunvecinos que se metíanen el agua hasta la cintura con tal de extraer el lodo sedimentado. Debido a lo pesadode este trabajo, las autoridades llegaron a la curiosa conclusión de que no convendríaencomendarle la limpieza a los presidiarios por riesgo de enfermedad y muerte.Carlos Francisco de Croix, al desembarcar el 10 de julio de 1766, después de unosdías que dedicó a conocer el movimiento marítimo del puerto de Ulúa, se dio cuentade su principal mal: el contrabando. Ese fue el antecedente para que se dictaran providenciasa principios de febrero, y se le encargó al visitador general Gálvez mejorarala administración de las rentas del puerto. La labor de Gálvez resultó extremadamenteenérgica al haber depuesto a los oficiales reales Simón de Vives, como factor; Franciscode Alarcón, tesorero; Felipe Bravo, oficial mayor interino de la Contaduría; Juan FernandoSuárez, oficial de la Mesa de Guerra; y al escribano de registro, José Calderón.Veracruz y PeroteLa investigación de Gálvez condujo a De Croix no solo a combatir la corrupción,sino también a renovar la idea de proceder urgentemente a amurallar Veracruz. Suproyecto, que tomó forma en octubre, consistía en fortificar la ciudad porteña medianteuna muralla sólida y elaborada, así como una ciudadela. La defensa urbana seapoyaría en una serie de baterías proyectadas en los “hornos de Sáenz Rico, y en lapunta de Mocambo”.Otro aspecto que captó la atención del virrey, también en Veracruz, fue su climamalsano, al haberse enterado de que de 1744 miembros de los batallones Saboya,Ultonia y Flandes, alrededor de 350 tuvieron que ser hospitalizados a fines del mesde junio, por lo que era necesario contar con un asentamiento militar en un climabenigno (tal vez se refería a Perote).Al conocer la Corte el programa de la fortificación del golfo de México, el condede Aranda, presidente del Consejo de Indias, externó la conveniencia de establecer unfuerte en el interior, cuando menos a una distancia de “tres tránsitos regulares de tropa”del puerto de Veracruz. Al virrey le pareció muy buena idea, pues con ello se libraríande contingencias los pasajeros y las mercaderías en su tránsito a la capital del reino, asíque escogió San Miguel Perote. El encargado del diseño fue Manuel de Santiesteban,quien lo concluyó en 1769, año en el que el proyecto se envió a España. Su conceptualizaciónera la de un edificio que mantuviera en sí mismo una partida de tropa con víveresy utensilios. De acuerdo con el ingeniero, sería un edificio de planta cuadrada con248


capítulo iii. siglo xviiibaluartes en los ángulos, rodeado por un foso seco y una explanada y con un caminocubierto. En su interior albergaría cuarteles y almacenes para víveres y pertrechos, y dosdepósitos para setecientos quintales de pólvora en cada baluarte. La obra arrancó el 20de octubre de 1770, y se condujeron los trabajos con tal actividad que se concluyó el 31de octubre de 1776, con una erogación total de 659 886 pesos, ya en el gobierno de DeBucareli, quien lo bautizó con el nombre de San Carlos en honor del monarca y a losbaluartes, como San Antonio, San José, San Julián y San Carlos.Hacia la segunda mitad de 1770, el rey le comunicó al marqués que ejercierasu responsabilidad de establecer una fundición que respaldara tanto al puerto deVeracruz, como al resto del Golfo. Después de recibir la real orden, De Croix le giróinstrucciones al fundidor Francisco Ortúzar para que junto con el capitán de artilleríaAndrés Sanz, precisara el lugar de ubicación. Tras recorrer 25 leguas en losalrededores, se encontraron dos posibles sitios: uno camino a Jalapa, y otro cercanoa Perote a la altura del molino Villa, aunque las desventajas en altura y tránsito, respectivamente,hicieron que pronto se olvidara el proyecto.Datos curiososEn este virreinato se estableció el estanco de tabaco y se fundó la lotería como respuestaa la pasión de los habitantes de la ciudad de México por los juegos de azar,aunque poco o nada se sabe de la vinculación fortuita que tuvo con la educaciónfemenina a través del colegio de la Antigua Enseñanza. Como tampoco se conoceque junto con el arzobispo Lorenzana se estableció en 1767 la Casa de Niños Expósitos,más conocida como La Cuna. Igual se ignora que el prelado fue un filántropohumanitario extraordinario, además de promotor y editor de obras importantes parala historia de México, y de documentos y mapas que se creía que estaban perdidos oeran muy poco conocidos.La obra más importante que editó fue la Historia de la Nueva España, escritapor el esclarecido conquistador, Hernán Cortés, aumentada con otros documentos ynotas, por el ilustrísimo señor Don Francisco Lorenzana, arzobispo de México, en laImprenta del Superior Gobierno, del Br. D Joseph Antonio de Hagal, en la calle deTiburcio. Año de 1770.El marqués era un administrador incansable, pues siempre encontraba un espaciopara atender múltiples asuntos y para destacar el embellecimiento de la ciudadde México, así como el propio Palacio Virreinal, al que procuró convertirlo en la esplendidasede que “diera lugar a las costumbres de la capital, un carácter francés”.249


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosAntoniode historiaMaría de Bucareli 400 y Ursúa años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia(1771-1779)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaDe Bucareli recibió del marqués De Croix el gobierno del virreinatoen el pueblo de San Cristóbal Ecatepec el 22 de septiembre de1771. En sus casi ocho años de administración fueron palpablessu energía, su prudencia y sus aciertos. A pesar de su edad y estado físico se ocupabasin descanso de la administración y del bien público, al grado de que su periodo secalificó como uno de los mejores.Generó muchos establecimientos de beneficiencia y de otro tipo de atención pública,y también fueron muchas sus disposiciones en materia de hacienda pública, comercio,minería, obra pública y agricultura.


ingeniería en méxico, 400 años de historiaLos excedentes urbanosA pocos meses de tomar posesión procuró que el Ayuntamiento se responsabilizara,entre otras actividades, de la evacuación de aguas residuales y la limpia de excedentesen calles y acequias. La respuesta se hizo llegar el 18 de febrero de 1772, en la que elmaestro en arquitectura, don Francisco Guerrero y Torres, en junta de Cabildo, opinabaque el transporte y demás aperos necesarios para la pronta limpia de las calles dela capital eran insuficientes, por lo que habían acordado completarlo hasta sesenta, yle encomendaron la ejecución y la vigilancia a los jueces.Un año después las ideas de Francisco Hurtado integraron un proyecto bastantecompleto con énfasis en sugerencias recuperadas de programas o bandos pasados.Su propuesta consistía en limpiar toda la basura de las calles, desde el puente de SanAntonio Abad hasta la parroquia de Santa Ana (Peralvillo), y desde el puente de SanLázaro hasta el de la Mariscala (av. Hidalgo); mandar dos carros al Palacio Real a sacarla basura, sin incluir la limpia de la Plaza Mayor; usar la basura del cuartel de SanLorenzo y Colegio de Niñas (Dieciséis de Septiembre y Bolívar) para terraplenar laAlameda; terraplenar la plaza de toros con basura, en “forma conveniente”; que elasentista contara con cuatro carros de manera permanente para acudir con ellos alos lugares de siniestro; dar carros en alquiler para ocuparse de cargar inmundicias;dejar dos carros en la calle de San Francisco hasta la “queda” para recoger las excretas;y evitar la formación de muladares mediante pregón que les indicara colocarlas enlas cuatro esquinas seleccionadas para que los carros las recogieran. Dado que, engeneral, los proyectos de programas de limpia de los postores tenían cláusulas muysimilares, el Ayuntamiento decidió ajustar las concesiones a ciertos requisitos.En cuestión de días, la Junta de Policía, para tratar de congraciarse con el nuevovirrey, emitió otro bando en el cual señalaba en síntesis que se debía limitar la venta delas carnicerías de la calle del Rastro a fin de evitar ciertas inmundicias, y de no hacerlo,imponerles penas de castigo, lo mismo que a las personas que lavaran ropa en las fuentespúblicas; pasarle también dicho oficio a los señores coroneles para que se mandaranlos estiércoles de sus cuarteles a los tiraderos; quitar los muladares de la calle de la PilaSeca (hoy Belisario Domínguez), del callejón Dorado y de atrás del Colegio de SanGregorio; y finalmente, se cerraba el bando con la notificación de la disposición del 29de marzo en el sentido de “que todos los cascajos y tierras que de las obras se viertan enlas calles, tenga obligación el dueño de la finca o de fincas de ser bajo su cuenta”.En poco menos de cuatro años de aplicarse el programa de limpia urbana, se encontróque los establecimientos con mayor generación de residuos eran las pulquerías, tantopor su número como por la cantidad de asistentes. Razón por la cual, en el penúltimo252


capítulo iii. siglo xviiiaño del gobierno de De Bucareli, se emitió un mandato de la Junta de Policía, que ordenabaa los dueños de pulquerías “que en un plazo de tres días se quitaran las basuras desus respectivos locales, y mantenerlos con el aseo y limpieza que corresponde, so pena deveinticinco pesos”. Tiempo después, se pusieron en práctica otras medidas, como airearlos negocios y contar con un área acanalada destinada al tránsito de orines de hombres,y para las mujeres unas pequeñas construcciones llamada “beques”.A fin de desarrollar una cultura ciudadana, la mayoría de los virreyes establecieroninnovaciones administrativas. El virrey De Bucareli y Ursúa, preocupado por eldesprestigio del Ayuntamiento, decidió poner en práctica la idea de tomar en cuentael parecer de aquellos que tanto criticaban las labores municipales, a fin de hacerlessentir como parte de ellas. El experimento empezó con la rehabilitación de la acequiareal entre el puente Colorado y el de Curtidores (hoy Misioneros). Una vez concluido,y mostrándose respetuoso con la opinión de los habitantes y comerciantesde esa zona, así como disculparse de las molestias sufridas por el público, pidió quelos encargados de la limpia aplicaran una encuesta, tal vez la primera en el mundoEl amurallamiento no fue privativo de ciudadesporteñas, sino también se dio en la capital delvirreinato como resultado de la delincuenciaexponencial del siglo XVIII. Para combatirlo a la vezque prevenirlo, De Bucareli (1771-1779) respaldó elproyecto mexicano por su funcionalidad, y desechóotros dos provenientes del Consejo de Indias.253


ingeniería en méxico, 400 años de historiaen este tipo de acciones municipales. La respuesta consistió en un buen número deopiniones en pro y en contra, que en conjunto satisficieron al virrey al ver que elpueblo empezaba a tener conciencia en materia de sanidad urbana y prevención dedesastres. El resultado se reflejó en un propósito dinámico de programar la limpiapor barrios o áreas demandantes con base en las observaciones; así se cubrieron SanPablo, Concepción, Regina, Acordada, Soledad, San Juan de Dios, Balvanera, zonaCentro, San Lázaro, Peralvillo, y otros más.Nueva mirada hacia el desagüeA pesar de lo agresivo de una tromba en 1772, su información es escasa. Las lagunasde regulación, establecidas desde las épocas de Valero y Casafuerte, en la parte nortey noreste de la cuenca de México se llenaron y rebasaron, ya que la tromba fue tanabundante, que anegó terrenos y arruinó las casas de algunos pueblos, aunque no seprecipitó al sur. Con este antecedente el virrey retomó el asunto del desagüe.El Tribunal del Consulado se había comprometido a convertir el socavón de Nochistongoen un tajo abierto en cinco años. No obstante, al ver que el plazo se cumplíaen 1773, sin expectativas cercanas de terminarlo, le solicitó al virrey una prórroga.Mientras se tramitaba la ampliación del plazo, De Bucareli organizó una visita alas obras y lagunas circundantes en compañía del superintendente del Desagüe, elfiscal y el ingeniero Miguel Constanzó, quien llegó a San Cristóbal Ecatepec el 10 demarzo de 1773, donde reconoció las compuertas, y por la tarde la presa de Oculma,donde halló desperfectos en la compuerta que mandó reparar de inmediato. Al díasiguiente reconoció las riberas del lago de Zumpango y hacia la tarde se encaminóa Huehuetoca, donde lo esperaban los diputados del Consulado para acompañarloal siguiente día al puente del arroyo de Fuentes a fin de inspeccionar la barranca y lanueva compuerta de Santa María. De ahí pasó a visitar el lugar donde estuvo la casade la Guiñada, la entrada del “embocador de la bóveda Real, que estaba a punto deser terminada”, en donde bajó más de 60 varas mediante escaleras labradas en el tepetatey por otras de madera. Caminó por el talud de dicho tajo hasta la bóveda Real, yde ahí a la bóveda “llamada de techo bajo”. Después, hasta el otro tajo nuevo del socavónconocido como bóveda Hermosa, ya enteramente descubierta, y al “cañón de losExcmos Sres. Virreyes.” La visita siguió hasta más abajo de la boca de San Gregoriopara reconocer la excavación en el fondo del río, a fin de darle mayor profundidad ypendiente a lo largo de más de tres cuartos de legua. Al siguiente día, el 13 de marzo,visitó los “vertideros”, lugar próximo al lago de Zumpango, donde examinó de paso254


capítulo iii. siglo xviiilos muros de contención; y de ahí al pueblo de Cuautitlán, donde concluyó la visita.De vuelta a la capital, le concedió al Consulado la prórroga solicitada, y le encargó allicenciado Joaquín Velázquez Cárdenas de León una memoria de la obra, integradapor documentos proporcionados por el Ayuntamiento, el Consulado y la Secretaríade Gobierno relativos al “real desagüe de Huehuetoca”. En el marco de su entusiasmoporque el desagüe general del valle de México se concluyera, todo el materialrecopilado, incluidos proyectos, planos y perfiles, lo envió De Bucareli a la Coronaen espera de una pronta respuesta, que no llegó, pues el proyecto quedó olvidado enel resto de esa centuria y buena parte de la siguiente.El delito y la ciudad amurallada en el valle de MéxicoEl delito en la ciudad se volvió un mal que tomaba administración por administraciónmás forma y menos alcances para combatirlo. Los delitos incluían robos,asaltos, asesinatos y contrabando. Inicialmente, una de las formas utilizadas parareprimir el contrabando fue a través de las catorce garitas de ese entonces, y mediantevigilancia nocturna de las acequias que, por su capacidad y ubicación, pudieranservir de vías alimentadoras de mercadería ilegal. Sin embargo, esta medida resultóinútil, ya que el perímetro que podía formarse para el control de acequias alcanzaríamás 21 000 varas de longitud, por lo que sería imposible su vigilancia con una rondaintegrada por seis individuos, uno por sector, incluidos los barrios de alto riesgo. Lapreocupación de las autoridades respectivas le llegó al virrey, quien la compartió conel superintendente de la Aduana, Miguel Páez de la Cadena. Después de varias juntasde discusión y de toma de decisiones, el proyecto del superintendente, que podríacalificarse de utópico, se aprobó; consistía en construir una cerca perimetral de calicantode aproximadamente 5 varas de alto, procurando que en el trazo no se incluyeranbarrios poco poblados, amortizar la erogación mediante la incrementación dealcabalas y establecer un impuesto de medio real por la arroba de pulque. El Ayuntamientopodría costear con sus propios arbitrios algunos aspectos de la construcción,y los particulares con posesiones en el interior inmediatas a la cerca podrían aportaruna cantidad equitativa proveniente de los beneficiados directos de la obra. Una vezestudiado y corregido, el proyecto se le envió directamente al ministro de Indias enEspaña, José de Gálvez. Después de ser aprobado por De Gálvez, se devolvió a Méxicoa finales de 1776, con lo que el superintendente mandó levantar dos planos,cada uno con una posible solución. El que se aprobó sugería un control por garitacomo eje programado de un área de influencia, tomando como punto de partida la255


ingeniería en méxico, 400 años de historiagarita de Peralvillo, la cerca se guiaría hacia Nonoalco, donde se ubicarían una puertay una garita, incluido el barrio de Santiago, y de ahí, “atravesando el potrero deEscontría”, llegar hasta San Cosme e instalar garita. La construcción se continuaríahasta el camino de Chapultepec, “donde existía otra garita, llamada de Romita o deBelem”, y quedaba el barrio de San Cosme comprendido en esta área, para dirigirselo más “derechamente posible hacia la garita de la Piedad.” De la garita de la Piedad,la cerca seguiría hasta la calzada de San Antón, donde al colocar una garita se podríasuprimir la de la Candelaria. Un segundo trazo sería de San Antón a llegar a Jamaica,donde habría necesidad de correr un poco la garita de la Viga y prescindir de la deCoyuya. Un tercer trazo, dentro de este conjunto, sería tender la cerca hasta la garitade Peralvillo, cruzando el potrero de Pacheco.De acuerdo con el superintendente, con este trazo periférico se ahorrarían 6632 varas,y como se pensaba que con ello se podían suprimir las garitas del Calvario, Guadalupe,Santa Mónica, Barrientos, Santa Úrsula y Mexicalzingo, el ahorro en empleadosllegaría a ser significativo. Además, argumentaba que habría un aumento de ingresos,se evitarían los “mercados fraudulentos”, se incrementaría el control sanitario, incluidoel de la carne, y se disminuiría el peligro de inundaciones. El superintendente proponíaque, a ambos lados del muro y en una extensión de 20 a 30 varas, “debía prohibirsetoda edificación, dejando un camino de circunvalación interior y exterior.” Aunadoa lo anterior, se debían aprovechar los derrames occidentales mediante una zanja deresguardo por el exterior del muro, a modo de foso, “dejando en medio un camino enel que podrían plantarse árboles, convirtiéndolo en una hermosa alameda”. Respectoa la construcción, la cerca debería ser de 6 y media varas de alto, y 1 1/4, o 1 1/2 degrosor desde la base hasta una altura de 2 varas. Hasta las 2 varas de alto sería de piedra,y el resto de calicanto. Cada garita tendría dos grandes arcos, uno de entrada y otro desalida, para evitar una confusión. En cuanto a la calidad de suelos, en las zonas nortey noroeste, la pizarra o greda solidificada (tepetate) podría ser para los cimientos; entanto que por el sur y sureste, por ser terrenos fangosos y débiles, sería “necesario ponerpilotaje”, o bien profundizar más la zanja, tal vez a un máximo de 2.5 varas para encontrartepetate. El costo lo calculó en un 1 000 000 de pesos.Recursos y necesidadesPara permitir el desarrollo global de la Nueva España mediante “la geografía física,antigüedades, mineralogía y metalurgia de este reino de la Nueva España”, De Bucarelidiseñó lo que se conoció como Descripciones geográficas para obtener datos en qué256


capítulo iii. siglo xviiiincrementar la riqueza, erradicar abusos y sistemas de explotación agraria, ganadera ominera, a fin de determinar los recursos de regiones subdesarrolladas y así potenciarlas,realizar levantamientos y experiencias astronómicas y científicas para un mejorconocimiento de la topografía, cartografía, distancias y tiempos del reino. La recuperaciónestaría a cargo de Manuel Antonio de Mora, comandante de milicias provinciales,quien redactó una instrucción de cincuenta y ocho puntos, con un tiraje demil ejemplares que se envió a las Audiencias de Guadalajara y Guatemala, y a obisposy provinciales. Esos cincuenta y ocho puntos respaldaron un cuestionario de ciertostemas, como “geografía física, antigüedades, mineralogía, metalurgia e historia natural,que comprendía árboles y plantas menores, maderas, frutos, plantas silvestres,hierbas, raíces y semillas medicinales, animales e insectos, aguas termales, saladas yde las que petrifican madera y hierbas, además de vapores nocivos que suelen exhalarlas tierras”. Se editaron el 22 de febrero de 1777, y se distribuyeron de inmediato.Es fácil pensar que con ese antecedente de datos acerca de las condiciones ambientales,fauna y flora de la región se pudieron reconocer en 1797 los ríos Blanco yTlacotalpan, “que desembocaban a la laguna de Alvarado”, y mejorar las condicionesde vida de los pueblos ribereños (Cosamaloapan, San Andrés Tuxtla, Tlacotalpan,Chacaltianguis y Ocotitlán) a ambos ríos y productores de algodón, maíz, semillas,pescado en salmuera y ganado.El renovado propósito de un paso interoceánicoLa necesidad de llevar cañones al puerto de San Blas para “artillar” los barcos destinadosa aprovisionamiento y exploración hizo a De Bucareli volver a poner enpráctica el rescate de antiguos proyectos, especialmente de ingeniería de canales. Ensu búsqueda, encontró que, en tiempos pasados, la artillería se condujo por el ríoCoatzacoalcos hasta muy cerca de Tehuantepec, por lo que le ordenó al teniente delrey en Veracruz, Agustín Crame, buscar y localizar ese antiguo camino. El ingenieroCrame inició su exploración a partir del poblado de Tehuantepec, respaldado porlos consejos de sus habitantes. Recorrió palmo a palmo la sierra que se hallaba a 9leguas de ese pueblo. De ahí siguió hasta una hacienda del marquesado de Cortés,llamada la Chivela, a 12 leguas de Tehuantepec, en plena vertiente atlántica, dondeencontró una antigua vía “que venía a parar también a la Chivela, dando la vueltapor la venta de Chicapana. Cerca de esta pasa el río San Miguel, que va al Pacífico,y próximo a Chivela, corre el Moloya (hoy Almoloya) hacia el Golfo. Bastaría pues,enlazar por un camino de 8 a 9 leguas estos ríos para tener resuelto el problema”.257


ingeniería en méxico, 400 años de historiaEso lo escribió Crame desde Coatzacoalcos, el 12 de enero de 1774, y acompañósu carta con un resumen de conclusiones en trece puntos, entre los que estaban ladeducción de que la artillería probablemente fue transportada por tierra, de Tehuantepecal río Malatengo, afluente del Coatzacoalcos, aprovechando la estación de mediascrecientes. Añadía que si ahora se trataba de remontarlo en lugar de descenderlo,sería necesario “utilizar canoas convertidas exprofesamente con este objeto”.Finalmente, señalaba que aún cuando no existía ningún puerto próximo a Tehuantepec,sí contaba con “buenos surgideros” que permitirían construirlos sin gastosexcesivos. Su última consideración fue acerca de que ese proyecto desembocaría enuna vía interoceánica, que al abrirse a través de conductos naturales “seguiría comoconsecuente el pensamiento de establecer por ella el comercio del Perú, reuniendoa un punto todo el comercio de las dos Américas, pensamiento muy practicable”.Ante la duda de la conveniencia de fundar un astillero en Coatzacoalcos comorefuerzo al canal interoceánico, De Bucareli se inclinó por aprovechar el que existíaen Alvarado, pues se habían construido tres barcos mercantes de buena calidady precio: el Rosario de Murguía, Paloma Indiana y el Gallo Indiano. Con respectoa la sugerencia de España de buscar otras opciones que respaldaran el paso interoceánicose estudiaron Tlacotalpan y Tehuantepec, y De bucareli se inclinó porsugerir Alvarado o Coatzacoalcos por su importancia y costo. La decisión Realnunca llegó.Desarrollo costeroUna de las preocupaciones de De Bucareli fue desarrollar el litoral pacífico fomentandola navegación de las costas, en especial las de Sonora, Nueva Galicia y las Californias.San Blas se tornó en Departamento Marítimo con autoridades navales, escuelade oficiales, arsenales y astilleros con capacidad suficiente para atender nuevosestablecimientos en las Californias. También Acapulco se preparó para ser cabeceradepartamental, con áreas delimitadas hasta Panamá y limites que llegaban a las Filipinas.Y como complemento, poner remedio a los daños del fuerte de San Diegoocasionados por el terremoto de 21 de abril de 1776. Iguales consideraciones seríanvalidas para Veracruz con instalaciones defensivas de primer orden, astilleros y arsenalesque lo convertirían rápidamente en Departamento Marítimo.Una vez más, el tema de una fundición que abasteciera y protegiera el principalpuerto del Golfo se renovó con Carlos III quien, por cédula de 1º de abrilde 1776, le encargó la empresa al virrey De Bucareli. El virrey retomó antiguos258


capítulo iii. siglo xviiidocumentos y pidió informes acerca de las condiciones de los sitios sugeridos porDe Croix, y concluyó que el proyecto de “artillar” San Juan de Ulúa y de fabricarcañones para todas las fortalezas del virreinato, que además se deberían llevar aotras plazas de América, requería ubicar la nueva fundición en un lugar que ofrecierauna fácil salida. Rápidamente consultó el asunto con el ingeniero Manuelde Santiesteban, quien visitó, antes de dar su informe, los lugares que en 1722 seconsideraban aptos: las villas de Orizaba, Córdoba y Medellín, por estar cercanasa Veracruz, así como Atzala y Altotonga, al norte de Perote, lugares desde los quepodrían abrirse caminos hasta Santa María de Tlapacoyan, cuyo río desaguaba enla barra de Nautla, al norte de Veracruz. Una vez concluido un minucioso estudio,se escogió Orizaba, pues sus caminos de acceso podrían convertirse en rutascomerciales para el comercio con México, Puebla y otras ciudades. El expedienterespectivo viajó a España, pero con la lentitud acostumbrada de respuesta y por elcosto estimado de 620 222 pesos, la Corona se inclinó por el proyecto de Manila,el cual serviría a la vez para fabricar “la del nuevo castillo de Acapulco.”Su interés por Veracruz era poco, pues desde antes de recibir el mando, su presenciaen el puerto de Veracruz sirvió para inspeccionar detenidamente la planta deemplazamiento así como las obras terminales y en proceso de San Juan de Ulúa. Laimpresión que tuvo fue poco favorable, por lo que a partir de ese momento se propusoque el fuerte se enmarcara en una construcción a la altura de las circunstancias,para lo cual convocó a una junta de técnicos en Veracruz. Los proyectos que vinieronde gente calificada en este tipo de obras requerían tiempo para ser estudiados, porlo que la selección no resultó tan rápida como se esperaba, ya que se debían analizarmedidas exactas de la anchura y profundidad del foso, la altura de las murallas, lalongitud de los flancos de cada baluarte y el orden en que debían ejecutarse sin que elcastillo quedara indefenso en ningún momento. El proyecto seleccionado contemplótodos estos temas con un costo de 1 647 682 pesos, 1 real y 6 granos. Despuésde revisar el monto se envió a la Corona la documentación y los planos del proyecto,los que se retornaron con aprobación completa y una asignación para las obras de200 000 pesos anuales. Las obras dieron comienzo el 6 de noviembre de 1775 conla construcción del flanco del baluarte Santiago, aunque el avance fue lento en granparte por la falta de ingenieros militares. El Consejo de Indias, con anuencia del rey,envió a la Nueva España a un afamado ingeniero, Ramón Panón, y a otro, CarlosDuparquet. Sin embargo, las obras seguían avanzando con lentitud desesperante,pues a dos años de empezar, apenas se habían concluido las reformas de los baluartesSantiago y Soledad, así como sus cortinas contiguas pero sin progreso alguno en259


ingeniería en méxico, 400 años de historialos otros tres frentes del castillo. Después de no pocas sugerencias, modificacionesy coincidencias, nuevamente la respuesta definitiva provino de España a través deuna real orden fechada en San Lorenzo el 22 de octubre de 1778, que indicana quese conservara la cortina de las argollas pero probando antes si podía resistir toda laartillería de que era capaz, que se terminaran las obras de interés del castillo y se suspendieranlos hornabeques, conservando y reparando únicamente las baterías bajasexistentes.Por otro lado, el fuerte de San Diego, construcción que fue orgullo del litoralpacífico desde finales del siglo XVII, prácticamente se destruyó durante el terremotode 21 abril de 1776, por lo que el virrey De Bucareli consultó personalmente con elingeniero Miguel Constanzó su factibilidad de reparación. Después de efectuar elreconocimiento del fuerte, Costanzó informó que lo más conveniente sería una fortalezanueva. El proyecto se sujetó a la revisión y comentarios del ingeniero directordel reino, Santiesteban, quién lo aprobó en su totalidad. Eso permitió a De Bucareliremitir inmediatamente a España la documentación completa con carácter de“urgente respuesta” por tratarse del único puerto del virreinato en el litoral pacíficocon esa importancia. Una vez en la Península, el ministro de Indias entregó la documentaciónal comandante general de ingenieros, Silvestre Abarca, quien únicamenteintrodujo algunas modificaciones en lo correspondiente a la altura de las murallas,así como la sugerencia de que todos los edificios se hicieran a “prueba de bombas”.Tres meses después el virrey, junto con Santiesteban, designó al ingeniero RamónPanón, egresado de la Real Academia de Barcelona, como “encargado responsable dela obra”. Panón se trasladó a Acapulco acompañado de más de cincuenta operarios yde Domingo de Elizondo, encargado de levantar el plano de la nueva fortaleza, y conuna gran cantidad de herramientas.El 16 de marzo de 1778, con la excavación de los cimientos, la construcción secondujo a un ritmo que permitió a Panón informar lo siguiente en junio de 1779:el baluarte San Antonio estaba totalmente terminado y a punto de concluirse los deSan José y el de San Luis; se había excavado una buena parte del foso, y con la tierraque se extrajo se pudieron “explanar” algunas hondonadas; se concluyeron los doslienzos de muralla “que unían entre sí” los baluartes mencionados; se habían cimentadolas bóvedas que servirían “como alojamientos adosados a dichas cortinas”. DeBucareli ya no se enteró del avance de obra, pues recién había muerto.La importancia de la Nueva España, a mediados del siglo XVIII, se hizo sentiren las Grandes Antillas, Florida, Luisiana, las audiencias de Guatemala y gobernacionessubordinadas a ella, y en Filipinas. Contaba con cuatro puertos natu-260


capítulo iii. siglo xviiirales geográficamente acondicionados: Acapulco, Barra de Navidad, Guaymas yHuatulco, y uno creado artificialmente, Veracruz. Sin embargo, pronto se vio lanecesidad de una base naval para embarcaciones encargadas de aprovisionar laspoblaciones que irían surgiendo. Así pues, durante el gobierno de De Bucareli, sealcanzó la máxima actividad del Departamento de San Blas, debido al intenso movimientode entrada y de salida de embarcaciones que llevaban provisiones a SanDiego y Monterey, las que realizaban navegaciones de altura y las que se dirigían apoblar el puerto de San Francisco.Más adelante, el virrey le encargó al ingeniero Miguel del Corral un reconocimientoy estudio de los puertos de Matanchel y de Chacalá (este entonces de pocointerés) para saber cuál de los dos “ofrecía seguridad y respaldo” a diversos tipos deembarcaciones; y algo muy importante, como punto de partida de las navegacionesa las Californias y dependiendo de su cercanía, a las fuentes maderables de abasto,para poder instalar un astillero.Real Audiencia (1779)400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historia400 años de historia400 años de historia Ingeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México 400 años de historiaDesde el 9 de abril de 1779, fecha en que murió De Bucareli, hasta el 23 de agostodel mismo año, la Real Audiencia gobernó el destino de la Nueva España conformea lo preceptuado en la legislación indiana.La Real Audiencia estaba integrada por el regente Francisco Romá Russell y losoidores Antonio de Villaurrutia, Alonso Fernández de la Madrid, Francisco Javierde Gamboa, Francisco Gómez de Algarín, Miguel Calixto Acedo, Ramón GonzálezBecerra, Ruperto Vicente Luyando y Baltasar Ladrón de Guevara.Su responsabilidad, por su interinidad en asuntos de gobierno del virreinato, selimitó a los de carácter de trámite, así como a dar las providencias relacionadas conla marcha administrativa del Reino, incluidos aquellos organismos colegiados delinterior, pero que dependieran de las cajas reales de México. Los temas de otra índoledebían esperar la llegada del respectivo virrey.Ingeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia261


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosMartínde historiade Mayorga400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia(1779-1783)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaAla muerte de De Bucareli los oidores le enviaron una carta a donMartín de Mayorga, que en esos momentos gobernaba Guatemala,para informarle del pliego de mortaja donde Carlos III lodesignaba como virrey.Una vez enterado de ello y urgido por el panorama político europeo, el cuadragésimoséptimo gobernante real se presentó en la capital de la Nueva España el 23 deagosto de 1779 dispuesto a ejercer sus funciones de inmediato.Sin embargo, así como de tranquilo había sido el gobierno del virrey De Bucareli,fue de agitado y penoso el de De Mayorga, en buena parte por el estallidode la guerra angloespañola, que le obligaba no solo a defender el extenso territoriovirreinal, sino también a auxiliar con recursos otras posesiones de la Corona.El virrey poseía la suficiente calidad administrativa que se requería: era activo,honrado, enérgico y, a la vez, modesto, cualidades que mientras más reconocíaCarlos III, más le indignaban al ministro de Indias, José de Gálvez; situación queno le importaba ante la urgencia de dictar providencias para la defensa del virreinatoy el auxilio a los gobernadores de La Habana, Luisiana y Yucatán.Solo que, en medio de sus esfuerzos por cubrir las demandas reales y de suempeño de aumentar el ejército y proporcionar los recursos necesarios, apareció anivel territorial una espantosa epidemia de viruela.Los hospitales resultaron insuficientes e incapaces de atender un volumen exponencialde afectados que acudían a ellos en busca de auxilio; de ahí su necesidadde ampliarlos primero y después de fundar otros.Las calles de las principales ciudades estaban desiertas. Los vecinos no se atrevíana salir de sus casas por temor al contagio. Por todas partes se oían clamores,263


264y el terror aumentaba ante los toques de campanas que llamaban a rogativas entodos los rumbos, complementado esto por los pavorosos cánticos de las procesiones.Casi desde el principio el virrey tuvo que batallar no solo contra la inquietudimperante, sino a la vez contra la mala voluntad del ministro De Gálvez, quien nodejaba de desaprobar las disposiciones dictadas por él, además de la insolencia deaquellos gobernadores y jueces que, al creer que halagarían al ministro de Indias,ostentaban su desafecto al virrey presentando cuanto obstáculo podían y aún negándoleobediencia.Pese a todo, Mayorga, sin perder su energía, continuó a lo largo de su gobiernohaciendo respetar sus disposiciones, hasta que logró ser remplazado el 28 de abrilde 1783, y dejó en la Nueva España una envidiable reputación de haber sido “unacertado gobernante y cumplido caballero”.Pasados unos días se embarcó rumbo a Europa y murió al entrar al puerto deCádiz, suceso que según políticos de esos tiempos era “resultado de un crimen, yel nombre del ministro de Indias andaba mezclado en aquella siniestra relación”.


capítulo iii. siglo xviiiViruelaCasi al arranque de su administración, la viruela azotaría a la capital desde septiembrede 1779 hasta enero de 1780. Para luchar contra ella, el virrey dividió la ciudaden ciento cincuenta y siete cuarteles y destinó en cada uno a un grupo de personas encargadasde atender enfermos. Del censo levantado por los asignados, De Mayorga seenteró de que de los 60 966 afectados, 8332 fueron los únicos que pudieron asistirsepor medios propios, y el resto se descargó en hospitales y en instalaciones adaptadaspara tal fin. Pese a los esfuerzos por controlar el mal, este se extendió a Puebla y llenóla capacidad de los nosocomios de San Juan de Dios, San Pedro y San Roque, porlo que fue preciso habilitar inmuebles; igual sucedió en Antequera (Oaxaca). Dichasituación llevó al Protomedicato a desarrollar un ambicioso programa sanitario.El primer paso consistió en retomar acciones ya probadas. Al considerar la experienciade sus antecesores, De Mayorga procuró dictar mejores disposiciones, comoprohibir tirar basura en las calles, instalar un cuarto donde acumular excedentes,obligar a los dueños de vecindades a no depositar los detritus al pie de los puentes, yregar las calles con agua limpia durante el verano y el estiaje, a fin de disminuir tolvaneras.Además buscó la forma de que la basura se manejara bajo cierta selección deexcedentes al enviar los detritus a los “estercoleros” y designar sitios donde separar losresiduos sólidos de los ciscos de carbón, el cascajo de obras públicas y privadas y lasvirutas de carpinterías. Como era de esperarse, esta disposición tuvo altibajos, puesla limpia diaria del centro de la ciudad resultó difícil, por lo que se subdividió a fin detrabajar de manera alternada. Sin embargo, a excepción de las vías más importantes,el resto se mantenía con inmundicias por largo tiempo.El Ayuntamiento, incómodo por las críticas de los ciudadanos y por las presionesdel virrey, desarrolló una actividad de limpia, y a través de la Junta de Policía presentóun informe de labores. El virrey pudo darse cuenta de que la Junta de Policía no habíaalcanzado las metas programadas de limpieza urbana al no proporcionar adaptacionesmunicipales que reforzaran los propósitos reales, por lo que exigió, una vez más,el cumplimiento de los programas de limpia, lo que incomodó al Ayuntamiento,que volvió a presentar un nuevo informe que el virrey juzgó de pobre y carente denovedad alguna.Una segunda epidemia de viruela apoyó la idea de que la basura era el primerproblema de insalubridad. El virrey, junto con el Protomedicato, acordó el 31 deagosto de 1780 establecer dieciséis cuarteles, encargar las labores a la Junta y discutirla asignación de tiraderos, número de carros y comisarios por cuartel con elmaestro mayor.265


ingeniería en méxico, 400 años de historiaLas acequias fueron consideradas segundos “focos de contaminación”, e inclusode pauperizar el suelo adyacente a ellas. En especial, el virrey estuvo interesado enla recuperación estructural y funcional de las acequias de las zonas urbanas fueradel centro, así como de plantearle al Ayuntamiento una acequia-canal, la cual seríauna vía navegable que “correría desde la capital hasta la Villa y Santuario de NuestraSeñora de Guadalupe”. Pero, no obstante el entusiasmo con que se tomó el proyecto,y tal vez por lo costoso que sería aplicar una tecnología aún no perfeccionada, suestudio se prolongó cuatro años sin respuesta alguna.La asistencia públicaEn buena parte, la administración de este virrey se caracterizó por la actividad asistencialante las epidemias a través de diversas instituciones:• Hospital de San Andrés (hoy sede del MUNAL): en 1770 el virreyDe Croix destinó el antiguo colegio de jesuitas para atender enfermedades,con excepción de lepra, sífilis y demencia, aunque esto nopasó del proyecto. En tiempos de De Bucareli las instalaciones eranun hacinamiento de militares enfermos en pésimas condicioneshasta que, después de la pandemia de viruela de 1780, el filántropoy arzobispo de México, Alonso Núñez de Haro y Peralta, le solicitóal virrey la entrega del “casco del hospital general establecido en elColegio de San Andrés” para instalar trescientas camas. De maneracolateral, se edificó un cementerio extramuros de la traza urbana,para lo que el arzobispo adquirió un terreno próximo a la parroquiade Santa María la Redonda (hoy colonia Guerrero), “en las afuerasde México”. Tenía 200 varas de largo y 141 de ancho, paredes decalicanto y una capilla al centro. Su precio fue de 168 684 pesos7 reales, 9g.• Hospital del Amor de Dios: pasó de ciento setenta y un camas quehabía en 1772 a doscientas nueve, lo que permitió recibir novecientosdiez afectados en 1783. En 1781 se construyeron dos salas aisladaspara enfermos de tifo.• Hospital de San Hipólito Mártir: estaba dedicado a la asistencia dedementes, tanto españoles como naturales, que tenía salas especiales.Para su sostenimiento, el Hospital Real de Naturales contribuía todoslos meses con una determinada cantidad.266


capítulo iii. siglo xviiiAcueducto de Chapultepec en el siglo XVIII.• Hospital de San Lázaro (para enfermos de lepra): para 1781 el Ayuntamiento,por instrucciones del virrey De Mayorga, acordó reedificarceldas y dormitorios, y más adelante, reparar la iglesia y la sacristía.En lo que respecta a los gastos que se generaban y teniendo en cuentaque excederían anualmente en 2350 pesos, 3½ reales, se propusieroncomo arbitrios reducir un cigarrillo de cada cajetilla para dedicarlesu importe al hospital y negociar con “papeletas para rifas”, tambiénpara ayudar al hospital.• Hospital Real de Naturales: cuando en 1779 la epidemia de viruelaasoló la capital del virreinato, el Hospital Real acogió a una gran cantidadde indígenas afectados, por ser más vulnerables.267


ingeniería en méxico, 400 años de historiaEl delito y la división de cuartelesEl desorden urbano que se presentó en el siglo XVIII hizo que los alrededores de la trazase llenaran de gente ociosa, hambrienta y vagabunda. La vigilancia de los arrabales,así como su cuidado y limpieza, se impedían ante la extensión de la traza y el levantamientoirregular de habitaciones. A lo anterior se añadía el número de ministros dela Real Sala del Crimen que, por escaso, impedía una labor fructífera, en especial enlas rondas nocturnas para evitar delitos y desacatos. Ante esa situación, De Mayorgaretomó la división de la traza en barrios como el medio más oportuno para disminuirlo más posible el delito urbano. Por decreto del 22 de enero de 1780 el virrey comisionóal oidor Baltasar Ladrón de Guevara para ocuparse de la división de la ciudaden cuarteles, así como del reglamento de los alcaldes de barrio. De inmediato, Ladrónde Guevara consultó los planos y los mapas de la ciudad que le permitieran recorrer apie el centro y los arrabales, además de los “barrios extremos”, compuestos muchos deellos por intrincados callejones, otros por arruinadas fábricas entre acequias y zanjasque embarazaban el tránsito, y los más, por chozas de adobe o cañas. Con toda estainformación le presentó al virrey un plano en el que la ciudad capital quedaba divididaen ocho cuarteles principales o mayores, compuestos a su vez por treinta y dos barriosmenores. La división de los barrios menores tenía dos propósitos: lograr una más prontaadministración de justicia y que los alcaldes no debían tener salario. Al frente de losocho cuarteles principales o mayores estarían los cinco ministros que componían laSala del Crimen de la Real Audiencia, el corregidor y los dos alcaldes ordinarios, segúneste orden: el primero de los cuarteles mayores estaría a cargo del alcalde de Corte másantiguo, y en ese orden los otros hasta el quinto, el sexto correspondería al corregidorvigente al momento, el séptimo lo ocuparía el alcalde ordinario de primer voto y el octavocorrespondería al alcalde ordinario de segundo voto. Para los treinta y dos barriosmenores, se nombraría un alcalde que reconocería como superior al juez del cuartelmayor en que estuviera comprendido el barrio menor. Los deberes y las obligacionesde los alcaldes quedaron claramente especificados en la Ordenanza de la División de lanobilísima ciudad de México en quarteles, creación de los Alcaldes de ellos y reglas de sugobierno; dada y mandada observar por el Exmo. Sr. D. Martín de Mayorga, Virrey. Governadory Capitán General de esta Nueva España, que fue impresa en México en 1782,con un total de 41 páginas y un mapa. Su tiempo de ejercicio sería de dos años, estaríanuniformados y gozarían de fuero pasivo en sus causas criminales y negocios civiles parano ser tratados sino ante el juez de su cuartel con apelación a la Real Audiencia y laReal Sala del Crimen, respectivamente. Su jurisdicción quedaría limitada a lo criminaly su labor se reduciría a hacer informes sumarios; perseguir y poner en las cárceles a los268


capítulo iii. siglo xviiidelincuentes y malhechores; ejecutar rondas nocturnas; visitar las tabernas, pulqueríasy demás lugares públicos expuestos al desorden, y donde eran más frecuentes los delitosy las peleas; procurar la extinción de juegos prohibidos, evitar la embriaguez y laholgazanería; tratar de arreglar verbalmente los hechos menores como riñas de palabraentre vecinos o entre marido y mujer; procurar el cuidado de la limpieza de las calles,el empedrado y el alumbrado, y el “fomento de las artes y oficios que contribuyeran alevantar la industria y ayudar a evitar la desnudez vergonzosa que se veía con frecuenciaentre la plebe”; procurar el buen ejemplo y el respeto para que los habitantes vieranen ellos “autoridades que sólo habían de favorecer, y traer la tranquilidad y seguridadpública, y en ningún modo pudieran recelar de ellos”; y no mezclarse en vidas privadasni provocar conductas de escándalo que fueran mal ejemplo para la salud pública.Obras públicas lejanasEl desarrollo de obras públicas foráneas, durante su gobierno, resultó un tanto escasoante el temor y el peligro de una posible guerra, por lo que algunas de esas obrasfueron limitadas a lo meramente indispensable.Un caso fue el “puente de planchas” sobre el río de la Antigua, Veracruz, que enjulio de 1781 había sido destruido por una fuerte avenida. Para ello, se formó unajunta en la que se incluía al gobernador de Veracruz, Carrión y Andrade, y a diversosingenieros que, en conjunto, decidieron construir un puente de pilares-espigonesanchos, arcos de ladrillo y suelo de vigas de madera. El presupuesto ascendió a 401292 pesos, monto que se recuperaría con el cobro de peaje.Otros puentes, ubicados sobre los ríos Mezcala y Papagayo, en Guerrero, se encontrabanen tal estado, que era mejor y más fácil rehacerlos que repararlos. Estatarea se la encargó el virrey al teniente coronel Rafael Basco, quien también consideróconveniente que se fabricaran de mampostería, y estimó para el peaje una recuperaciónde un real por cada mula o caballo, y medio real para todo bagaje menor ocabeza de ganado vacuno que transitara por los puentes. Estos quedaron terminadoshacia los últimos días de diciembre de 1782 y el peaje se cobró a partir del 1º de enerode 1783.De Mayorga prestó atención al camino Puebla-Perote por sus condiciones lamentables.Las obras estuvieron a cargo del ingeniero Alonso Sánchez de Ochando,cuyos cálculos ascendieron a los 41 718 pesos. El gasto se obtendría de los “sobrantesde los arrendamientos de alcabalas de la Ciudad, y provincias agregadas en el tiempoque se administraron por dicha Ciudad y su comercio”.269


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosMatías xxxxxxxxde historiade Gálvez,400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiapadre 400 (1783-1784)años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaFue recibido en México con grandes festejos, no únicamente porsu prestigio en la Península, sino también, entre otras cosas, porser el hermano del poderoso marqués de Sonora, José de Gálvez,ministro virreinal de Indias.Según sus contemporáneos era un hombre honrado, sencillo, de costumbresseveras y deseoso de la prosperidad del virreinato y del respeto hacia los habitantes,en especial los indígenas. Para ello innovó en 1780 un programa de visitas a nivelterritorial, que serían anuales al interior del virreinato durante tres años a fin de“corregir abusos y desórdenes”; con lo anterior se sabía “cómo se trataba a los indiosen todas las poblaciones y haciendas”. También en tales visitas estarían incluidoslos oidores de las respectivas audiencias, así como los escribanos del Gobiernoy los notarios eclesiásticos.Otra característica de sus administración fue el desarrollo de la obra públicaa través de normas que procuraban la mejor organización y presencia de la urbe.271


ingeniería en méxico, 400 años de historiaLos guardas de pitoEn el aspecto de seguridad pública, en especial de cuarteles lejanos, los “guardas depito” se encontraban en decadencia, por lo que el presidente de la Sala del Crimencon anuencia del virrey solicitó al alcalde de la Sala, Eusebio Ventura Beleña, un reglamentopara recuperar dicha corporación, que se sostenía mediante contribucionesvoluntarias. El reglamento, que se redactó y se aprobó, constaba de trece puntosque en síntesis mencionaban las contribuciones y que al final del año se rindierancuentas a la Real Sala del Crimen del aumento de guardias y la alternación de lasrondas en tiempos de lluvias.De ahí, Matías pasó de manera obligada a una programación de respaldo a lasrondas y sustituyó el alumbrado público de De Bucareli por uno más moderno, através de un bando de marzo de 1784, por el cual las velas de faroles se sustituíanpor “pilones”, que alumbrarían toda la noche. Este recurso no sería gravoso para elpúblico, pues provendría de los tenderos por compras hechas.Prevención de desastresEn otro tema, el juez superintendente de la Junta Directiva del Desagüe, temerosode que se repitieran las lluvias torrenciales de 1772, le planteó al virrey en marzo de1784 el proyecto de un nuevo canal en razón de que “antes los depósitos de aguatenían más de catorce leguas de extensión y más de seis metros de profundidad, yactualmente solo tienen siete leguas, con un metro de profundidad”. El presupuestocompleto ascendía a 2 601 081 pesos. Debido a lo alto del monto, se pensó en establecerel “derecho de cuartilla” sobre el abasto de carnes. El rey aprobó el proyecto,mandó a empezar la obra y le dio amplias facultades a su representante real; soloque no se llevó a cabo por la enfermedad del virrey. Como complemento, mandólimpiar las acequias y empedrar las calles de modo formal. Para alcanzar su propósitoestableció el impuesto de dos granos sobre cada arroba de pulque durante diez añosy que los dueños de las fincas urbanas pagaran las dos terceras partes del costo al queascendiera la obra respectiva.Lo anterior correlacionó el estado de las calles con la condición del aire y lasalud del pueblo, por lo que se propuso abrir zanjas “en la medianía de las calles”para recibir las aguas de lluvia y desagües provenientes de las casas, cocinas, lavaderosy demás. Las zanjas centrales o cloacas se alimentaban con ductos menoressubterráneos de poco más de una vara de ancho y “competente profundidad”, revestidosinteriormente con paredes de mampostería y la cubierta con losas a nivel272


capítulo iii. siglo xviiide la calle, o bien con bóveda de mampostería. Desafortunadamente el proyectono se concluyó por la muerte del virrey; sin embargo, alcanzó a ejecutarse en lascalles del Coliseo (hoy Bolívar), la Palma, San Francisco y Monterilla (hoy Cincode Febrero).En una de sus visitas obligadas por la ciudad y sus alrededores el virrey encontróque tanto el castillo de Chapultepec como su entorno forestal se encontraban encondiciones tan deplorables que obligaban a una inmediata reconstrucción. Paracumplir su propósito logró obtener del Consulado 20 000 pesos destinados al arreglode ventanas, vidrieras, cielos rasos, cenefas, suelos firmes, mamparas, dorados,pinturas e incluso alacenas. Como presintiera su muerte, su empeño en todos losmandatos resultaba extraordinario, así que antes de morir alcanzó a ver el alcázarperfectamente recuperado. En cuanto al bosque, procuró aumentar su área arbolada,además de recuperar veredas y calzadas.Un problema de exportaciónLa harina que se consumía en Cuba y otras islas del Caribe provenía del puerto deVeracruz, y a pesar de haber sido un insumo de exportación muy importante, hacia1783 estuvo a punto de desaparecer, pues el producto llegaba a su destino generalmenteen mal estado. De ahí que, para solucionar el problema, De Gálvez le encargóa José de Rada, contador de los Departamentos y Arsenales de Marina del Reino deNueva España en Veracruz, estudiar y proponer un método para que la harina deexportación llegara con la debida calidad y no se perdiera ese mercado.El proyecto se presentó al virrey el 13 de agosto de 1783 y, en líneas generales,decía que los productos destinados a Cuba consistían básicamente en harina, menestrasy carne salada, y se adquirían en la ciudad de Puebla y alrededores, de donde setrasladaban al Golfo, de donde se hacían llegar a La Habana mediante un barco deguerra, mercante o de correo que casualmente se surtiera en Veracruz; y si la harinano era de buena calidad, era en razón de las condiciones climatológicas del puerto.De ahí que el lugar de acopio no debía ser Veracruz, sino Perote, por tener climaseco y aireado, además de contar con dos almacenes de la Real Hacienda. Explicabaque los empaques españoles a base “de cotenza, petate y guangucha” con su lía noeran apropiados para el transporte de víveres por tierra ni por mar, y que conveníautilizar barricas de duela por ser más frescas y secas para preservar la harina de lahumedad. Por otro lado, los productos destinados a Cuba, como el trigo, deberíanconcentrarse en la ciudad de Puebla, donde había capacidad de procesar hasta 2700273


ingeniería en méxico, 400 años de historiatercios de harina en flor y, una vez cernida, llevarla a Perote en un volumen calculadopara dos navíos. Más aún, los pedidos debían hacerse con antelación considerandoque los barcos permanecían en el puerto entre treinta, y treinta y cinco días, y que ladistancia entre Puebla y Perote, de 30 leguas, la cubrían los arrieros en un plazo deocho días como máximo. Especificaba que los envíos debían ser completos en tresbarcos, en noviembre, febrero y junio, respectivamente. Y para finalizar, declarabaque el máximo abasto de harina era de 14 000 tercios para La Habana y 1833 terciospara Florida, Panzacola, Mobila y Nueva Orleans, con un total de 16 000 tercios. Asípues, la carga máxima por barco sería de 2500 tercios, y en cuanto a las raciones demenestras y de carnes, convendría ponerlas en Veracruz y Perote al mismo tiempoque la harina, para que llegaran más frescas.La experiencia que se tuvo con la harina hizo que el virrey aprovechara el propósitode Carlos III de establecer procesos tanto de cáñamo como de lino, por lo queexpidió una serie de disposiciones encauzadas a lograr “su fomento y perfección”,y convocó además a inventores que desarrollaran telas novohispanas y poder abrirnuevos mercados.Rápidamente apareció un candidato, el prior del convento de Nuestra Señorade la Piedad, fray Ildefonso de Trujillo, quien le comunicó a De Gálvez el descubrimiento“años atrás”, en 1778, de un proceso para impulsar el desarrollo textilnovohispano a través de unas hierbas conocidas como malvas, de lo cual aún norecibía respuesta. Decía que era muy fácil obtener de las malvas hebras parecidasa las del cáñamo, y que para ello bastaba dejar que maduraran hasta adquirir colory resistencia para después de ser arrancadas y deshidratadas al sol, y mantenerlasen agua hasta que se desprendieran sus fibras; además “cada caña produciría hastaocho capas”. Le hacía saber que, bajo cierto proceso, dichas hebras eran mejoresque las barbas de coco que se empleaban en San Blas para elaborar cables y calafatesde los barcos, y que incluso “en España podrán utilizarse para la confecciónde telas”. Además destacaba que la utilidad de la planta era aún mayor porque nonecesitaba “ni siembra ni cultivo”, ya que brotaba espontáneamente y que, en cuestionesde la hilatura, ya estaba adiestrando a los indígenas. Parece, de hecho, que elprior consiguió su propósito, pues en una carta de Andrés José de Velasco, firmadaen la hacienda de Ramos el 9 de agosto de 1783, le informaba a fray Ildefonso queestaban en proceso las gestiones necesarias para el beneficio y el laboreo de lasmalvas, el cual, con permiso del rey, iba a realizarse en Durango. Según Velasco sucultivo sería muy beneficioso tanto para la Real Hacienda como para los naturales,que podrían emplear sus excedentes en un comercio de trueque o ventas, y abrir274


capítulo iii. siglo xviiinuevas áreas de cultivo. Finalmente, por Real Orden del 13 de septiembre de 1783se le concedieron a fray Ildefonso 200 pesos “en compensación de sus trabajos ydesvelos”, y se le encargó a una persona, de nombre Luis Parrilla, la siembra y beneficiode las malvas en la hacienda de Chalco.Otra innovaciónInteresado el virrey en las innovaciones industriales, le pidió al Tribunal de Mineríade México que le permitiera al conde de Saabrán, brigadier al servicio de Francia, lapresentación de una bomba hidráulica para desaguar minas, conocida con el nombrede “cuerda vertical de vara”. Se llevaron a cabo diversas pruebas en presencia deldirector del Cuerpo de Minería, Joaquín Velázquez de León, quien encontró queesta bomba podía desaguar mayores volúmenes que los que hasta entonces se manejaban,y con la consecuencia de un ahorro de gasto. La bomba fue aprobada porel Tribunal, y este le adjudicó al conde un reembolso por gastos de experimentaciónde 1000 pesos.Audiencia gobernadora (1784 -1785)400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historia400 años de historia400 años de historia Ingeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México 400 años de historiaLa política de la Audiencia durante los ocho meses que transcurrieron entre lamuerte de Matías de Gálvez y la llegada del sucesor, su hijo, fue una continuaciónde la línea poco conocida, quizá porque era seguida a discreción por el virrey reciéndesaparecido, de poner cuanto estuvo en sus manos la construcción de iglesiasy de escuelas, especialmente en los pueblos de indios, así como atender el grannúmero de proyectos que se habían presentado para incrementar el número deestos asentamientos, entre los que se pueden mencionar como concluidos los deSantiago Ayutla, San Juan Tepeapulco y Almoloya, con el propósito, entre otros,de que los religiosos elevaran el nivel cultural de los habitantes, así como promoveruna “emancipación mental”.Ingeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia275


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosBernardode historiaVicente Apolinar 400 de años de historiaIngeniería en MéxicoGálvez Gallardo y Ortega, 400 años condehistoriade Gálvez, hijo (1785-1786)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoEntróa la ciudad capital el 17 de junio de 1785 respaldado por la famade sus exitosas campañas contra los ingleses en América del Norte, loque le valió la simpatía de todas las clases sociales de la Nueva España.277


ingeniería en méxico, 400 años de historiaPrácticamente a dos meses de haber llegado a la Nueva España, el 27 de agosto de1785 una helada destruyó casi en su totalidad las sementeras de los alrededores, ycon ello sobrevinieron el hambre y la desesperación. La primera acción del conde fuecostear con su dinero la mayor cantidad posible de granos, para lo cual formó unajunta integrada por ciudadanos, representantes de los cabildos eclesiástico y secular,y ganaderos y hacendados para buscar una solución. En tanto eso se llevaba a cabo, lagente de otras poblaciones llegó a la ciudad de México para dedicarse a la mendicidad.Al ver el conde la gran cantidad de limosneros distribuidos en toda la traza y, altemer consecuencias violentas, convocó a otra junta, cuya respuesta fue dejar de ladola beneficencia inmediata para crear fuentes de trabajo que consistieron en reclutargente para empedrar el mayor número de calles de la ciudad, concluir la Catedral yconstruir el inmueble de la renta de tabaco. Por su parte, el virrey respaldó la políticade la junta con dos acciones inmediatas: la reparación de techos y paredes de algunaspartes del Palacio Virreinal, que darían trabajo a muchos necesitados, y la recuperaciónde los caminos de Vallejo, San Agustín de las Cuevas (hoy Tlalpan) y la calzadade la Piedad.Más adelante, el 10 de abril de 1786, con el respaldo del Hospicio de Pobres,decretó que esta institución alimentaría a la gente necesitada hasta que encontraratrabajo. A los “impedidos”, después de examinados, se les buscaría una ocupación deacuerdo con sus posibilidades. En caso de tratarse de vagos que aparentaban imposibilidad,se les contrataría para trabajar bajo salario en la obra pública. A las mujeresque abandonaran su trabajo para pedir limosna se les amonestaba, mientras que a loshombres se les reintegraba a trabajar sin salario como castigo temporal. Así pues, pasadosocho días de emitido el bando, se prendería a todo limosnero sin distinción desexo ni edad”. Además se había acordado con el arzobispo y el obispo que se evitarala mendicidad en los templos.Para atender los gastos del Hospicio de Pobres se dictó una serie de medidas contemporalidad restringida: del beneficio de la Lotería destinado a ayudar al Hospiciose le aumentaría al 3 % y además se le haría entrega de los premios caducos; se entregaríael gravamen de un real en cada arroba de tabaco, medio en la de pulque y unoen cada juego de barajas de naipes; y se castigaría a los tahúres con multas a favor delHospicio.Con relación al contrabando, su lucha tuvo origen en dos cartas que la Audienciagobernadora había conservado por dos años. En una, firmada en Puebla el 23 dejunio de 1783, se señalaba que las causas principales eran la falta de patriotismo y ladesidia de los gobernadores y las justicias encargadas de perseguirlo. En la otra carta,278


capítulo iii. siglo xviiifechada el 29 de agosto de 1783, se proponía crear “sociedades económicas” en lasciudades de México, Puebla, Valladolid (hoy Morelia) y otras bajo el cuidado de losobispos, quienes procurarían los medios para aminorar la ociosidad y la mendicidad,así como el apoyo de los gobernadores, corregidores y alcaldes de sus respectivosdistritos. Un complemento sería la creación de fábricas de algodón y de papel por lademanda de estos productos. Se ignora cuál fue el resultado de sus proyectos.Pese al estado de salud del virrey, este no dejaba de atender un sin fin de asuntosadministrativos, lo que le conllevó una gran popularidad hasta su muerte, el 30 denoviembre de 1786 en la villa de Tacubaya, y que, según se dijo, se debió a envenenamientopor envidias político-administrativas, en razón de la peste de ese año.Audiencia gobernadora (1787)400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historia400 años de historia400 años de historia Ingeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México 400 años de historiaEste cuerpo administrativo gobernó hasta el 8 de mayo de 1787, año en el que tomóposesión en calidad de virrey interino, el arzobispo de México, Alonso Núñez deHaro y Peralta.Lo único que sobresale de su breve permanencia fue que en ese momento llegó aMéxico la ley que disponía la división de Nueva España en intendencias. La Audienciagobernadora obedeció la disposición real, para lo que nombró a los intendentesde Veracruz, Pedro Corbalán; Puebla, Manuel Flon; Oaxaca, Antonio Mora; Valladolid,Juan Riaño; Guanajuato, Andrés Amat; Zacatecas, Felipe Clere; Mérida,Lucas de Gálvez; y Sinaloa, Enrique Grimarest.Ingeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia279


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosAlonsode historiaNúñez de Haro y Peralta, 400 años de historiaIngeniería en Méxicoarzobispo-virrey (1787) 400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaApesar de lo corto de su administración y aunque interina, fue proporcionalmenteextraordinaria por su amplio conocimiento de losproblemas del virreinato y por su interés en solucionarlos. En losescasos ocho meses de su gobierno, el arzobispo Núñez se enfrentó a una serie de eventosambientales: sequías pertinaces en muchas zonas del virreinato, heladas en otras y, loque fue peor, plagas de gusano, pulgón y chapulín; así como las consecuencias de estosproblemas: la escasez de maíz y el encarecimiento de los garbanzos, los frijoles y el trigo.Una de sus primeras acciones fue proteger a la población indígena a través dereformas en el Juzgado General de Indios mediante la centralización de todos losasuntos dispersos en sus diferentes jurisdicciones. El siguiente paso fue simplificarlos procedimientos, de tal manera que los indígenas que desconocieran el castellanose encontraran en igualdad de condiciones jurídicas.Cuando el arzobispo se dio cuenta de que la cantidad de mendigos era cadavez mayor, y ante la imposibilidad de poder incorporarlos a la obra pública, trasun cuidadoso estudio, el 26 de junio de 1787 le informó al marqués de Sonora suintención de proporcionarle trabajo a “aquella multitud” al agremiarlos. La idea noera sencilla de aplicarse ante los celos y las restricciones de los gremios de la NuevaEspaña, por lo que pasaron los meses, y con ello pudo obtenerse una nueva imagenurbana. El tiempo libre de los desocupados se encauzaba a la diversión y la supervivencia.Las actividades públicas y no perjudiciales fueron las comedias, la ópera, laesgrima, la tauromaquia, y los juegos de cañas, pelota y barra, etc. Otras, privadas,para las que se usaban naipes, biribís y raquetas; también se hacían trucos y se jugababillar y, sobre todo, se practicaban juegos de azar que, en conjunto, “constituíanel mayor peligro” para los habitantes de Nueva España.281


282Una vez resuelto un conflicto, atendía otro, como que, ante la falta de postulantespara el sacerdocio, logró en el Seminario Tridentino aumentar las becas, deciento una a trescientas, así como las rentas del mismo, o sea, de 17 583 pesos a 45000 anuales. Instituyó además un sistema de estímulos a los seminaristas, exigió cátedrasy mejoró las existentes, e impulsó la creación del Seminario de Instrucción enTepozotlán para la preparación, el retiro y la corrección del clero. Mandó reedificarcasi por completo el Colegio de Instrucción de Niñas de San Miguel de Belem (enlas calles de Balderas y Chapultepec) bajo una erogación de 100 000 pesos. Ademásestableció diversas clases de oficios para las colegialas y dotes para las que tomaranestado, es decir, el hábito conventual. Contribuyó eficazmente al desarrollo y perfeccionamientode la Casa de Niños Expósitos, para lo cual señaló con precisión,en sus ordenanzas, horarios de clases, materias que debían enseñarse, etc., y, comocomplemento, una junta de atención laboral posescolar de alumnos egresados dedicha institución.En el aspecto científico, nombró a especialistas para que estudiaran y observaranel paso de un cometa que había sido visto en 1532 y 1661, y que, según se calculaba,pasaría en 1788. Además facilitó toda la ayuda requerida por la comisión encargadapor Carlos III para explorar científicamente la región septentrional del virreinato,que estaba presidida por Martín de Sessé y Lacaste, y a la cual se incorporó el científicomexicano y catedrático de botánica, matemáticas y filosofía, José Mariano Mociño.Aunado a lo anterior, apoyó la propuesta de Sessé para el establecimiento de unjardín botánico en la capital, cuyos planos estuvieron a cargo del ingeniero militarMiguel Constanzó. Debe señalarse que en 1788 la exploración de Sessé y Mociñopara la recolección de especies se extendió a un territorio de más de 3000 leguas cuadradas,que abarcaban desde California hasta Costa Rica, con lo que se logró formarun herbario de más de cuatro mil especies y una colección de dibujos incluidos endos obras: “Flora Mexicana y Plantae Movae Hispanie”, que desgraciadamente nollegaron a publicarse.


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosManuelde historiaAntonio Flórez 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia(1787-1789)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaSe ha atribuido que el siglo XVIII fue el periodo administrativoen el que la Ilustración española hizo acto de presencia en elAltiplano mexicano, aunque ya desde el XVII hubo gente valiosísimaque destacó en varios campos, con lo que quizá la Nueva España se adelantóa la Península en muchos años a la Ilustración de Carlos III. Sin embargo, Flórez,acorde con el propósito del rey, procedió de inmediato a representarlo no solo en loadministrativo, sino también en lo cultural, con la disposición por vez primera en lahistoria del virreinato de reunirse por las noches con los hombres más prestigiadosde la ciudad y sus alrededores para organizar tertulias literarias y científicas. A dichasreuniones asistían los padres José Antonio Alzate y, otro poco conocido, Pichardo,el científico Antonio de León y Gama, el literato Francisco Dimas Rangel, el ingenieroFausto Elhuyar y de Zúbice, director del Seminario de Minas; además de otrostalentos que reforzaron la Gaceta de México como el “principal órgano difusor de lacultura”, y la hacía circular, junto con el impresor Manuel Valdés, por todo el Reinode México, la capitanía de Guatemala, la provincia de Yucatán y las islas de Barlovento.Fue también este grupo el que respaldó la Real Orden del 14 de abril de 1788, quele disponía el auxilio de la “formación de un plan de Historia de la Nueva España, alteniente coronel Diego Panes”.En el último año de su administración, se editó la obra del médico y bachillerJuan Manuel Benegas, el Compendio de la medicina, o medicina práctica, cuyo propósitoera adentrar la medicina regional en la capital del virreinato, y por la que elbachiller recibió el apoyo del Protomedicato y del Ayuntamiento para solicitar laplaza de médico en el Hospital Real de Naturales de la capital. Otros casos más fueronla aprobación del proyecto del médico Pedro Puglia para viajar por la costa hasta283


284el sur de la Baja California para estudiar y recoger especímenes de plantas, animales yminerales. Por otro lado, se enviaron a España los manuscritos de la Historia antiguade México, de Mariano Veytia, junto con documentos de interés sobre la Historiageneral de las Indias, de Lorenzo Boturini. Cabe mencionar el empeño de Flórezen que las sociedades, academias y escuelas patrióticas alcanzaran un alto nivel en“todo género de ciencias”, así como su deseo de que los estudios superiores se llevarana cabo en la propia Universidad y en las instituciones independientes ubicadas entorno a ella.


capítulo iii. siglo xviiiLa relación del Jardín botánico con la UniversidadEl 8 de abril de 1788 se dio la noticia de que la propuesta que Casimiro Gómez Ortegale hizo al virrey De Gálvez en 1785 tomó forma ese día al crear un jardín botánico,bajo el cuidado de tres doctores. No solo se limitó al acopio de plantas o de árboles,sino también a crear, como una institución educativa, cuadros de gente calificadaen la materia, en especial en lo referente a la reforestación y al rescate de la medicinatradicional mexicana. Inicialmente se pensó en aprovechar la infraestructura deplanteles de prestigio, como el Colegio de San Pedro y San Pablo y el de San Gregorio,por su enorme huerto. Sin embargo, la adaptación resultaría tan cara que hubonecesidad de descartar ambas instituciones, y tras algunas discusiones se escogió elpotrero de Atlampa, cuyo precio catastral era bajo y su superficie comprendía lo quehoy correspondería al área original de la ciudadela. Rápidamente se levantaron lasinstalaciones que albergarían a estudiantes y maestros, pero al ser reducidas, el virreyle solicitó al ingeniero Constanzó un proyecto más práctico y moderno. El costo secalculó en 83 000 pesos, y el diseño se sujetó a las demandas del director del jardíncolegio,el señor Sessé y del catedrático de botánica, Vicente Cervantes. Además derespetar todo lo diseñado en cuanto a calzadas, puentes, acequias e irrigación, se incluíandos invernaderos, jardines para cultivos de especies, un aula para Botánica, unherbario, una biblioteca, un almacén de utensilios y una casa para el catedrático. Noobstante, los requerimientos de superficie hicieron necesaria la adquisición de la casaa medio construir del ingeniero Castera en la calle de Victoria. Puesto que Flórezestaba próximo a dejar la administración de la Nueva España, fue su sucesor, el condede Revillagigedo, quien resolvió dicho problema.Por su parte, la Real Academia de San Carlos, dedicada a la enseñanza de la arquitectura,la escultura, la pintura y el grabado desde 1785, se transformó por completoen la época de Flórez al recibir de Europa estatuas, libros, grabados, pinturas,etc. Otra institución ampliamente reforzada fue el Real Colegio Seminario de Minería,cuyo origen se remontaba a 1774.El tribunal del Protomedicato ya no era nuevo, pues su capitulación se encontrabainserta en las leyes y los autos acordados de Castilla, en los títulos 16 de los libros3º y 5º de la Recopilación de Indias, donde se asentaba que su labor se encaminabasustancialmente “al cuidado y beneficio de la salud pública por medio del examen yaprobación de médicos, cirujanos y sangradores, y por la visita formal que cada dosaños se hacía a las boticas”. Se componía de tres protomédicos, tres alcaldes supernumerariosexaminadores de medicina, botánica, farmacia y cirugía, un promotorfiscal, un asesor, un escribano y un ministro ejecutor. Sin embargo, con los años,285


ingeniería en méxico, 400 años de historiaempezó a perder la madurez que la ciencia médica había alcanzado en la segundamitad del siglo XVIII; de ahí que el virrey propuso que los “médicos jóvenes” asistierana las prácticas del Jardín Botánico, con lo cual se mejoró mucho la cátedra deMedicina. Un complemento en el aspecto del ejercicio profesional fue la real cédula,que pedía asegurarle una renta fija al médico que se estableciera en la villa de NuestraSeñora de Guadalupe.Prevención de desastresUno de los asuntos más urgentes de su administración correspondió a las inundaciones.Por los antecedentes escuchados acerca del riesgo que significaban las vertientesde la Sierra Nevada, en febrero de 1788 inspeccionó en persona la calzada-dique quedividió los lagos de Chalco y de Xochimilco, conocida como albarradón de Tláhuac;su longitud era de 3/4 de legua por 6 o 7 varas de ancho. Después de su reconocimientoordenó iniciar de inmediato los trabajos de recuperación bajo la direcciónde Constanzó. Una vez terminadas las obras, procedió Flórez a contabilizar el costo,que no excedió de “las cinco sextas partes del presupuesto”.En cuanto al problema del abasto de agua, el virrey Flórez trató de llegar al fondodel asunto, por lo que se dedicó durante días a recorrer las calles por donde pasabanlos ejes básicos de agua, al mismo tiempo que oír quejas y sugerencias de vecinos. Enesos trayectos se dio cuenta de que era verdad que el agua doméstica escaseaba, perocontradictoriamente encontró un desperdicio extraordinario en las fuentes públicas,al grado de que en 1788 dispuso que “convendría que aun las fuentes públicas de lasplazas tuviesen sus bitoques de bronce con otras cautelas para que no escasease enalgunos barrios”.El virrey ignoraba que la falta de agua por secciones era en razón del hundimientourbano y que, al pie de las fuentes, se debía a fracturas en las tuberías subterráneasante la carga que ejercían las fuentes en la red subterránea al presionar los tubos machihembrados.De ahí el acierto de instalar un invento de Alzate que controlaba elchorro de los bitoques mediante la aplicación complementaria de una bomba a basede un nivel hidráulico.La reparación, remodelación y decoración del palacio de los virreyes que tanto habíangustado a De Croix, le parecieron excesivos al virrey Flórez, por lo que prohibióel 28 de abril de 1788 que hubiera muebles de “real cuenta” con excepción del salónde juntas, debido a que ahí se reunían prelados y ministros. Prefirió destinar el gasto aobras necesarias como la construcción de una puerta junto a la garita de la Piedad, y el286


capítulo iii. siglo xviiicuidado de esta calzada y de la garita con la prohibición del paso de carruajes debido aque la afectaban, así como la colocación de canoas desde primeras horas de la noche enla acequia, y la limpieza y el resguardo de los pretiles de la misma.Como amante de las artes, no podía faltar su apoyo en la construcción de unnuevo teatro, aunque lo curioso es que no se levantó en la ciudad de México, sino enla ciudad de Guanajuato, tal vez por la bonanza minera. De acuerdo con la gacetadel martes 17 de junio de 1788, se trataba de “un costoso coliseo con palcos, bancasde luneta y patio para mucha concurrencia”. El teatro tuvo éxito desde el principio,al grado de que un famoso actor de nombre Juan Pisón y Vargas representó ante elvirrey la tragedia “La Elmira” y un entremés, “Abates locos”, que fueron parte de unabreve temporada en Guanajuato.En el aspecto religioso y asistencial, se concretó a terminar algunos proyectos iniciadosdurante el régimen de Núñez de Haro, y alguno que otro propuesto por Flórez,como la construcción de la capilla de la Tercera Orden del Convento de NuestraSeñora del Carmen, la terminación del Convento de las Capuchinas de Guadalupe yel Hospital General de San Andrés. La fundación de una casa de refugio para niñasespañolas de procedencia ilegítima a solicitud del Oratorio de San Felipe Neri (hoyTemplo de la Profesa). Además de la reparación de los tres colegios para niñas legítimas:el de Belem, el de San Ignacio y la Enseñanza, con sus fondos de dotes paraingresar a conventos.Para completar la obra pública que inició De Gálvez, el virrey dispuso arbolarlas calzadas de Santiago y de San Antonio Abad, y un año después, recuperar lavialidad del tramo de 1775 varas (con un ancho de 9 o 10 varas y una elevaciónsobre la planta del suelo y de las acequias paralelas a esta vía, de vara y media) quevinculaba la calzada de la Piedad con la de San Antonio. Esta arteria, prácticamentedesconocida en su origen a la fecha, tenía una doble función: conectar en línea rectalas calzadas mencionadas y ser el inicio de una prolongación hacia el norte que seencontraba con la de De Bucareli, a la altura de la garita. Su longitud era de 1937varas, con sus correspondientes acequias. El programa de reforestación se debió aque los habitantes habían talado los árboles con el fin de aprovecharse de la leña.Eso aconteció en la de San Cosme en su tramo con la calzada del Calvario, en el queel piso además estaba lleno de hoyos; afectación que se presentaba también en eltramo cercano al ejido de Concha. Por su parte, el camino de Chapultepec, a partirde la garita de Belem, presentaba agresiones en el piso y árboles talados. El paseo deRomita, en un tiempo considerado de gran atracción “por la vista al horizonte delos cerros de nieve”, también requería labores de recuperación. La de San Lázaro,287


ingeniería en méxico, 400 años de historiaque conectaba a los ya famosos baños del Peñón, presentaba profundos hoyos queimpedían el tránsito y cuya vía alterna, un pequeño canal que partía en paralelo dela garita de San Lázaro, se dejó azolvar a tal grado que el flujo de canoas que llevabanenfermos a los baños fue impedido. Siguió en atención la de Tepito, desde la quecontinuaba el camino hasta la de Peralvillo, donde ya no quedaba huella del empedradooriginal ni otro testigo de su antigua frondosidad. Una situación similarsucedió en el tramo de la garita de Peralvillo hacia las de Santiago y Nonoalco, quese quedó sin árboles y con hoyos profundos y charcos estancados.Además del reforzamiento del castillo de San Juan de Ulúa, la plaza de Veracruzy sus costas litorales, así como del Real Fuerte de San Carlos de Perote y el castillo deSan Diego de Acapulco, el virrey inició la construcción de una presa en la haciendade Arroyo Zarco, con el propósito de desarrollar tierras dedicadas al cultivo de trigo.El proyecto se le encargó al ingeniero Constanzó, quien ajustó el monto en 42 854pesos. Otro empeño provino de la sugerencia del gobernador de Veracruz, José deCarrión y Andrade, de conducir agua desde el río Xamapa a la ciudad de Veracruz,por la falta de abasto. Flórez envió un expediente con planos y montos a la Corte deEspaña para su consulta y respuesta.Tanto los ayuntamientos como la Secretaría de Cámara del virreinato no dejaronde darle relevancia a la reparación ni al mantenimiento de calzadas ni, en especial, ala construcción de los caminos para comunicar pueblos remotos, según refiere unaorden de 1787.Con la vía México-Veracruz se impulsaron las regiones agrícolas de Chalco-Texcoco,el valle Puebla-Tlaxcala y las regiones tabacaleras del Golfo. Además, el virreypropuso un camino que conectara Toluca a través de Santa Fe, Venta de Cuajimalpa,Tianquillo, Las Cruces, Llano de Salazar y Lerma. Dicho camino debía tener 65 728varas castellanas (13 leguas y 128 varas), arrancar de Tacubaya y terminar en la primeracasa principal de la calle Real de Toluca. Su anchura sería de 12 varas, más unade cada lado para zanja de vara y media, por media de profundidad. Posteriormentese conectaría a Valladolid. Esta obra significó una depredación, ya que tan solo en eltramo Cuajimalpa-Salazar se talaron 11 500 varas castellanas de longitud por 15 deancho. A cambio de la deforestación, a finales de la centuria, el interior se comunicabapor dos ejes perpendiculares que tenían como punto de contacto la ciudad deMéxico: uno en dirección este-oeste, de Veracruz a Acapulco; y el otro norte-sur,de Santa Fe de Nuevo México a Guatemala, pasando por Durango y Oaxaca. Otrocamino de gran importancia era el de México-Guadalajara, por Valladolid. El restoeran ramificaciones de los principales.288


capítulo iii. siglo xviiiLa capital estaba unida con Pachuca y Zacualtipán; con Toluca, Tenango yCuautla; con Tehuacán y Oaxaca vía Puebla; con Monterrey y Laredo vía San LuisPotosí; y con Guadalajara, Tepic, Concordia, Ures y Arizpe. Eso significaba aproximadamente7600 km más una tupida red de caminos de herradura que se conectabancon las vías Veracruz-Antigua, San Blas-Tepic, Mérida-Sisal, México-Vallejo,México-Tula, Sierra de Meztitlán y barrancas Mochitilic. En el noreste estaban lossiguientes derroteros: México-Chihuahua, Chihuahua-Paso del Norte, Chihuahua-Durango, Chihuahua-Arizpe y Arizpe-México.Una modalidad original de poblamientoLa preocupación de que la falta de población en el territorio norte del virreinatoconstituyera una amenaza de invasiones, como en la Alta California, cuyos asentamientosno prosperaron por la escasez no solo de habitantes sino también de producciónagrícola, dio lugar a un proyecto del gobernador de Nueva Galicia ( Jalisco),Pedro Fagés, totalmente respaldado por el virrey Flórez. En dicho proyecto proponíaque a los prisioneros artesanos en Guadalajara y México se les conmutaran suscondenas a cambio de permanecer en los presidios y las misiones de California porlo menos de cuatro a cinco años, y enseñarle su oficio a los pobladores que quisieran,mediante salarios y raciones familiares; y si eran solteros, alentarlos a contraer matrimonio.Una vez cumplida su sentencia podían permanecer en esa zona, con tierra,ganado y “otros materiales”. Después de tres años de estudio se aprobó y, aunque seenvió a un grupo de veinte operarios, el proyecto fracasó. Otra sugerencia consistíaen que la nao de Manila atracara en la Alta California y desembarcara marinos quevoluntariamente quisieran convertirse en colonos.Por su parte, ante la presencia en los “mares del Sur” de abundantes coloniasextranjeras y de asentamientos ajenos a la Corona el virrey dio estrechas órdenesde vigilancia y resguardo a todo lo largo del litoral pacífico, por lo que les exigió algobernador de California, al presidente de la capitanía de Guatemala y a las dos justiciasterritoriales del Sur, incluido el comandante del puerto de San Blas, “la máximaayuda y protección a los barcos españoles”. Sin embargo, consciente de la extensiónlitoral y de que Acapulco era un puerto comercial, lo urgente por la ubicación estratégicaera acondicionar San Blas lo mejor posible, a fin de que cumpliera con éxitolos cometidos de aprestar las expediciones hacia el norte; cortar el paso a los enemigosde la Corona: rusos e ingleses; servir para surgidero, apresto y carenas de losbuques menores que se empleaban en la comunicación con los presidios y misiones289


ingeniería en méxico, 400 años de historiaPlano de la ciudad amurallada de Veracruz en 1777.de California; cuidar con nacionales la construcción de barcos; y servirle de escala alas embarcaciones del “Callao de Lima y de Filipinas”.Flórez recibió alarmantes noticias sobre expediciones y ciertos asentamientos inglesesen las costas de Alaska, así como de haberse establecido en el puerto de Nutkaen 1789, con lo cual España perdía sus derechos sobre dicho puerto y “de todo el paíscomprendido hasta los 61°”, del que los peninsulares tomaron posesión formal a travésde las expediciones de 1774, 1775 y 1779. La decisión fue inmediata: se ordenóla partida de tres barcos que en febrero de 1789 salieron con rumbo a Nutka, dondedespués de setenta y seis días, por los fuertes temporales, hicieron su entrada en esepuerto, el paquebote “San Carlos” y el navío “Filipino”. Según noticias recibidas enSan Blas, los ingleses llegaron con órdenes de su rey para tomar posesión, fortificar yestablecer una factoría y una población, trayendo para ello la gente necesaria: “veintinuevesangleves chinos de todos los oficios”; además de los diseños de los almacenessubterráneos que deberían construir murallas, baluartes y cuanto “era necesario paraseguridad y defensa”. Por su parte, y para mayor complicación, los rusos situados enel río Cook habían construido un pequeño fuerte que, con sus cañones, cerraban laentrada del norte a cualquier buque extranjero.Cuando las nuevas llegaron a la capital, Flórez estaba por abandonar el virreinato,pues su sucesor, el conde de Revillagigedo, ya había pisado tierras de la NuevaEspaña, y le correspondió, por obligación, enfrentarse a la difícil situación deNutka.290


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosJuande historiaVicente de Güemes Pacheco400 años de historiaIngeniería en Méxicode Padilla, segundo conde 400 años de de historiaRevillagigedo (1789-1794)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoEl segundo conde de Revillagigedo fue uno de los más famosos virreyesde la Nueva España, por su dedicación, actividad asombrosa yacierto en el despacho de los espacios públicos.La imagen de la ciudad la cambió rápidamente a través de programas de obrapública muy estudiadas. Introdujo la policía de seguridad y planteó la de ornato.En medio de la inseguridad los habitantes vieron en él a un protector, y los criminalessintieron que “había llegado el momento en que iba a desatarse en ellos todoel vigor de la ley”.No hubo un solo ramo de la administración que no tuviera un importantedesarrollo; ordenó la historia de la legislación de cada uno de los ramos de la RealHacienda; contruyó embarcaciones para la vigilancia de las costas; abrió escuelaspara educación primaria y reglamentó el plan de estudios y de cátedras para la instrucciónsecundaria y profesional; la minería, la agricultura y la industria captaronsu atención; y procuró el establecimiento de fábricas.De ahí que la noticia en marzo de 1794 de que partiría a la Península por órdenesreales, fue tomada con tristeza por el pueblo.Lo último que hizo este virrey fue dejarle a su sucesor, el marqués de Branciforte,una extensa instrucción para el gobierno del virreinato, así como la “Historia de laReal Hacienda”, manuscrito que “cualquier virrey podría aprovechar sin gran esfuerzopara dirigir todos los negocios de Nueva España”.291


ingeniería en méxico, 400 años de historiaLa transformaciónEl primer paso que dio fue rescatar la Plaza Mayor, para lo cual, el 16 de diciembre de1789 le pasó un oficio al corregidor de México, Bernardo Bonavía, comunicándoleque, una vez desocupada la plaza por las festividades de la jura de Carlos IV, se procedieraa empedrar la ciudad, se quitara la enorme fuente y se sustituyera por cuatromedianas. Esta obra implicó diversas participaciones de una ingeniería municipalincipiente: la nivelación de la Plaza Mayor, miles de varas de banquetas, miles de varascuadradas de empedrado, miles de varas de atarjeas, centenares de guarniciones,cañerías subterráneas, terraplenes en la acequia real desde la Diputación hasta el Colegiode Todos los Santos, la reparación del puente de Jesús, la construcción de ochoembarcaderos y la remoción del muro que rodeaba el atrio de la Catedral, además dela finalización de sus dos torres bajo la dirección del maestro arquitecto José DamiánOrtiz, mismas que se inauguraron los días 17 de abril y 16 de mayo de 1791.A fin de evitar la reinstalación de puestos en la Plaza Mayor, mandó construir elmercado del Volador con iluminación durante la noche. Este mercado tenía ochopuertas de acceso, y se componía de noventa y seis cajones cerrados de madera quemiraban hacia uno de los costados del Real Palacio y a las calles limítrofes de la Universidad,de Portaceli y de Flamencos (actualmente Castellanos Quinto, VenustianoCarranza y Tabaqueros, respectivamente). En su interior había otros tantos puestosfijos y ochenta móviles que formaban una especie de segunda calle en el centro de laplaza, además de veintinueve casillas para los barberos. Otros dos mercados fueronel de Santa Catarina y el del Factor (hoy la Cámara de Representantes), dotados desus respectivas fuentes y llaves de agua. El 11 de noviembre de 1792 se publicó unreglamento para los mercados de México.Respecto a la traza urbana, el segundo conde de Revillagigedo no creyó convenientemodificar la división de Matías de Gálvez, por lo que solo se limitó a variar elmétodo de selección de los administradores y a establecer “vivaques o cuartelillos”en cada uno de los ocho cuarteles mayores; el primero de ellos en la calle de SanFrancisco.Para conseguir la limpieza urbana el virrey mandó empedrar las calles, por lo quele ordenó al Ayuntamiento que formara cuatro cuadrillas de empedradores con susrespectivos sobrestantes. Para cubrir los gastos la ciudad propuso que los propietariosde las fincas contribuyeran al año con medio real por vara cuadrada de fachadade sus casas, y los eximió de los reparos.El alumbrado provenía solo de establecimientos abiertos hasta después del atardecer,de faroles de las fachadas de los edificios de gobierno y de algunos particulares,292


capítulo iii. siglo xviiiasí como de las pequeñas lámparas de aceite puestas en las hornacinas de las calles.Puesto que no se podía obligar a los vecinos a colocar ni mantener faroles frentea sus casas, el virrey hizo que la Junta Superior de la Real Hacienda autorizara alAyuntamiento gravar sus propios y destinar rentas a fin de atender el alumbradopúblico. Como complemento, el Consulado prestó 20 000 pesos. La instalación deluminarias sería mediante 1128 faroles colocados a 50 varas de distancia uno de otro.Se trabajó con tal ahínco que el 3 de abril de 1790 se anunció que al día siguienteestarían alumbradas las principales calles inmediatas al coliseo o teatro. Los farolesse encenderían al “momento de las sombras” por unos “guardas o serenos”, que losvigilarían. Para septiembre del mismo año se informó que habían entrado en funciones1079 faroles más, y que en noviembre una zona delimitada por los puentesde el Clérigo, la Misericordia, el Zacate, de la Mariscala, Salto del Agua, San Pablo,San Sebastián, Espalda del Carmen y de la plaza de Tenexpa ya contaba con faroles.Fuera de esa delimitación urbana, se colocaron luminarias en línea que iban de SanFrancisco hasta la Acordada, de la Mariscala a San Fernando, de Santo Domingo aPeralvillo, del Rastro a San Antonio Abad, y en otros lugares que dieron un totalaproximado de 200 unidades. El costo anual del alumbrado público se calculó en 24470 pesos.En sus inspecciones el conde descubrió que en barrios periféricos la basura seseguía concentrando en grandes cantidades. El acumulamiento ubicado en la plazuelade Necatitlán, cuya elevación era tal que se conocía como “cerro gordo”, fue eldetonante que llevó al virrey a un profundo estudio acerca de la situación real de lacapital: “Instrucción sobre los ramos de limpieza, hermosura, buena vista y empedrados”,y tenía una visión analítica del pasado, presente y futuro. Y un año despuésemitió el 31 de agosto de 1790, con base en ese documento, uno de los más completosbandos bajo la premisa de contribuir a la comodidad y salud de los vecinos. Sehacía saber el servicio que se brindaría y las obligaciones de los vecinos en catorcepuntos que, en resumen, mencionaban lo siguiente: los tipos de carros recolectoresde basura; las horas a las que estos pasarían; las multas que los vecinos pagarían porno echar su basura a tiempo; la prohibición de arrojar basura desde las casas y lavarropa en los caños; el acarreo personal y obligado de animales muertos; la limpiezaparticular de las fachadas, incluidos los conventos y las iglesias, a excepción de los deSan Francisco, San Diego, San Fernando, San Cosme, Betlemitas, San Juan de Dios,San Hipólito, las capuchinas y las monjas de Corpus Christi, que sería a cuenta dela policía; la limpieza de zonas de descarga de leña y carbón; el cuidado de no dejaranimales sueltos por las calles; y la inclusión de letrinas en todas las casas. Todo lo293


ingeniería en méxico, 400 años de historiaanterior se informaría mediante carteles, con cuatro días de anticipación. Dos añosdespués le impuso a los vecinos la obligación de barrer las calles los miércoles y lossábados, sin dejarlas de regar todos los días, bajo multa de 12 reales.Al parecer, el propósito del virrey con ese bando tuvo impacto, pues tres añosmás tarde la labor de aseo era diaria, con consecuencias positivas para la salud pública.Así mismo, se indicaba que las basuras de las calles principales se verterían en loscarretones a las horas acostumbradas, y que para que el servicio fuera completo losresiduos sólidos se arrojarían en los pilancones dispuestos para que, al día siguiente,se recogieran “en los carros con parihuelas por operarios destinados al efecto”.En 1794 el conde de Revillagigedo le encargó al arquitecto Ignacio Castera lalimpia de los barrios, para lo cual levantó el plano iconográfico de la ciudad de Méxicocon todas sus calles e incluyó “infinidad de sitios escondidos, callejones sin tránsito,ruinas y paredones”.Debido a posibles problemas de salud a causa de las excretas, el virrey le encargóa José Damián Ortiz, asentista de limpia, un proyecto para resolver el problema.En 1792 José Damián expuso en Cabildo la conveniencia de construir unaserie de vertedores “labrados como cajas de mampostería” con tapa y compuertade descarga subterránea por desnivel hacia una acequia, con profundidad de unavara (0.84 cm), que vertería su contenido, a la vez, en un alimentador del desagüe.De acuerdo con el autor, los sitios ideales para instalar dichos depósitos o vertederoseran los puntos cercanos al puente del Caballero (¿Caballete?) (hoy Isabella Católica); el puente de la Santa Cruz (hoy Rosario); el puente de las Guerras(hoy Santa María la Redonda), como el principal y más necesario; y el puente delClérigo (hoy Allende). La distancia entre vertedores sería de 100 varas (840 maproximadamente). Es decir, José Damián había considerado en su proyecto loscuatro puntos de mayor concentración urbana en su momento, cubriendo prácticamentelo que ahora se designa como primer cuadro. Por su parte, Constanzó lepropuso a la Junta de Policía, también en 1792, un avanzado proyecto enfocadoa mejorar el servicio de las letrinas mediante la colocación de un tanque de aguaen la parte superior de esta, desde donde “caería con tal fuerza que su impactoarrastraría enzolves e inmundicias a los caños de desagüe”; es decir, se adelantó pormuchos años al empleo del tanque elevado en los baños ingleses.La evacuación de las aguas negras se vio impedida por la insanidad y el abandonoen que se hallaban las atarjeas. Esta situación condujo a un impresionante programade recuperación, cuyos resultados integraron parte del informe que entregaría a susucesor, el marqués de Branciforte.294


capítulo iii. siglo xviiiDe acuerdo con dicho informe, una atarjea de la esquina del puente del Palaciohasta la garita de San Antonio Abad estaba en construcción. Ahí se daría entrada a las“aguas vivas de la acequia real” y, a su vez, salida a las aguas negras por otra que iba desdela esquina de Providencia, por las calles del Relox (hoy Argentina) hasta el puente deLeguízamo; se continuaba la atarjea de la calle de Tacuba, al tomar la ruta por la calle delas Escalerillas (hoy Guatemala) para unirse con la atarjea de la primera calle del Reloxy enlazar con la segunda del mismo nombre a la de Santo Domingo por la calle de laEncarnación (hoy González Obregón); y se terminaron las atarjeas de los callejonesde Santa Clara y de la Carnicería Mayor que daban salida a las de las calles de San Bernardoy del frente de la Diputación, así como a la de San Francisco y Santa Clara (hoyBolívar), respectivamente; se comenzaron las atarjeas de las calles de San Ildefonso, SanPedro y San Pablo, además de la de San Gregorio en dirección del puente de San AntonioTomatlán, “por donde caerán las aguas en la acequia real de San Lázaro, siguiendoel desagüe natural de la ciudad, que se orientaba de oeste a este”. Lo construido y lo quese hallaba en proceso de terminación, según el documento del virrey, llegaba a las 3200varas que, unidas a las 10 878 varas que se registraron a fines de septiembre de 1792,configuraban un total de 14 078 varas, sin incluir las de la Plaza Mayor. En cuanto a laerogación de la obra, debe señalarse que cada vara de atarjea se cotizaba en 10 pesos concuatro reales, y en un informe de 1790 acerca de la recuperación de 2648 varas lineales,se menciona que costó 150 832 pesos, un real y un grano.La falta de limpia constante de las atarjeas repercutía en el riesgo de inundacionesy en la salud de los habitantes, ya que se tenía la costumbre de extraer los lodos y labasura del tramo correspondiente a una calle, y dejarlos acumulados a la intemperiehasta secarse. Para acabar con esta práctica, el segundo conde de Revillagigedo hizoconstruir unos carros especiales que retiraran el lodo extraído de inmediato, bajo unaprogramación de limpia por tramos de 10 varas, pero sin mezclarlo con la basura.La red de acequias, pese a su importancia municipal, se mantenía sucia por todotipo de basura, con excepción de las calles más inmediatas al centro. Por esta razón,el virrey ideó, en su último año de gobierno, un proyecto de saneamiento de acequiasde lo más avanzado en su época. En 1794 le pidió al ingeniero Castera que diseñarauna planeación en la cual, en un área de nuevas calles de 3300 varas cuadradas, unaacequia maestra rodeara a la ciudad a fin de captar “aguas de servidumbre y temporales”,mediante atarjeas o un caño empedrado. Aclaraba que aún cuando ello involucrabala demolición de inmuebles, la recuperación económica sería por el Gobierno.El agrimensor del Ayuntamiento, José Burgaleta, y el ingeniero Constanzó evaluaronla propuesta, y tras calcular el volumen de excedentes y su acarreo sugirieron que295


ingeniería en méxico, 400 años de historiala traza de la acequia perimetral debía ser “de ocho varas de latitud (ancho) sobre dosde profundidad”, además de que a través de una retícula de atarjeas se buscaría darlesalida a las aguas residuales y entrada a las de la acequia real. El proyecto se inició conla demolición programada de casas. A la llegada de Branciforte se habían trazado 15535 varas lineales de la atarjea principal, 13 391 de menores que se comunicaríancon las casas y 13 500 varas de acequias que únicamente requerían terraplenado.Sin embargo, la salida del virrey impidió la realización de un proyecto inteligente yaudaz que bien pudo haberse adelantado un buen número de años a la remodelaciónde París.Infraestructura hidráulicaEn el rubro del agua potable, el virrey encontró las cañerías casi totalmente arruinadas;y en el de las de mercedes, la gente desperdiciaba mucha agua. Además de esosproblemas, también estaba la escasez de agua por fugas y sustracción indebida de losdueños de huertas para regar sus tierras. En este sentido, como medida inmediata, serepararon diferentes arquerías en 2740 pesos anuales, para lo que se nombró a dosguardas uniformados para vigilarlas diariamente.Un aspecto interesante de la red subterránea de abasto fue la sustitución completade los tubos de plomo por otros de barro, con lo cual llevó a cabo una innovación:colocar la nueva tubería a lo largo de las aceras, y con ello nulificar el sistema detrazado a mitad de la entrecalle, ya que muchas de las fracturas eran resultado deltráfico vehicular pesado.El 5 de mayo de 1792 el virrey dispuso, para un mejor control en la distribuciónde agua, que se hicieran varios “experimentos” o tomas en Chapultepec quepermitieran establecer medidas estándar para las mercedes. La labor estuvo a cargodel ingeniero Miguel Constanzó, el juez de Arquerías Ignacio Iglesias y los maestrosmayores del Cabildo. Los resultados definieron las mercedes de agua no solo en eltamaño de la data, como era costumbre, sino también en la velocidad del líquido, esdecir, se manejó el concepto de gasto. Las definiciones de datas fueron:“La equivalente a una paja, cuyo diámetro de 5.42 milímetros, era lo que dabauna libra (0.461 litros) o cuartillo de agua por minuto; es decir, 0.0077 litros porsegundo, o 15.5 quintales (662 litros) al día, y la de una pulgada de diámetro (23milímetros) daba un real o dieciocho pajas, que eran dieciocho libras por minuto, esdecir, 0.138 litros por segundo”. Esta última “llenaba una fuente de cuatro y mediavaras en cuadro (14.22 metros cuadrados) y una vara de altura (0.838 metros) en el296


capítulo iii. siglo xviiidiscurso de un día natural”, lo que era “más que suficiente para el abasto de un molinopara uso de lavar sus trigos”.Determinaron que la menor concesión a favor de los particulares era de cincopajas, que la toma de un real era sobrada para cualquier comunidad, y que a hospitalesy fuentes públicas les bastaba con 24 pajas (0.18 l/s). A su vez, Iglesias le informóal virrey “que la detención de las aguas en su curso a esta ciudad provenía de queteniendo los molinos cuatro o seis cubos que llenar, dejaban venir todo el tiempoque se necesitaba para rebosarlos”. Para remedio de esto propuso que se “pusieranunas compuertas en los cubos, teniéndolos siempre llenos”. Agregó que el mal olory mal sabor del agua de las fuentes resultaban de lavar el trigo en la cañería, lo queocasionaba su azolvamiento. Por ello pedía que se separara el agua que iba a los molinosy que no se incorporara a la cañería que abastecía a la ciudad. El virrey aprobóen 1793 lo anterior, concedió 18 pajas a los molinos y estableció el valor de cadamerced, o sea, 5 pajas en 50 pesos anuales, y pidió que los particulares compusieransus propias cañerías. A fin de evitar fugas, las cañerías subterráneas se prepararon y seinstalaron nuevos conductos de barro, como lo indica un apéndice remitido por elvirrey al ministro de Gracia y Justicia de Indias, el 28 de febrero de 1794, al referirsea la calle de Tacuba.En una ciudad como la capital del virreinato existían sectores poblacionales conun pobre servicio de abasto hidráulico que se limitaba a adquirir agua a través de losaguadores, quienes subían sus precios constantemente, y no quedó otro recurso paralavar ropa y bañarse que acudir a instalaciones destinadas a ello, de ahí la tendenciaprogresiva de solicitudes para baños en la segunda mitad de la centuria.Los baños, instalaciones entonces desconocidas para ese objeto en Europa y enNorteamérica, empezaron a ser parte de la infraestructura de los barrios y a la vez desu popularidad hasta prácticamente después de la primera mitad del siglo XX. En losrumbos de San Hipólito, El Carmen, San Pablo, La Concepción, Monserrate y otrosmás, los habitantes, básicamente de clase media, convirtieron dichas instalacionesen centros de reunión; algunos ejemplos de estos baños con nombres comercialesfueron los de Andrea, en el Salto del Agua; el de las Manzanitas, en la calle de lasMoras (hoy Bolivia); y el de los Pajaritos, en el barrio de Belem. Sin embargo, estotrajo también problemas de promiscuidad, razón por lo que se emitieron las respectivasordenanzas con la estricta prohibición de entrar por parejas. El número deestablecimientos para uso exclusivo de hombres o de mujeres aumentó, y también seincrementó el servicio dentro de instituciones diversas, incluido el Hospital de SanJuan de Dios (en la actual av. Hidalgo), “donde las recién paridas permanecían una297


ingeniería en méxico, 400 años de historiahora dentro del temascal”. Hacia las últimas décadas, los baños y los lavaderos llegarona zonas lejanas como Peralvillo, Tepito, la Lagunilla y la calzada de Chapultepec,en un servicio combinado de agua fría y caliente, cuartos individuales por sexo ylavaderos adjuntos.Los baños debían tener “un tanque con puerta separada, muy limpio y aseado,con la profundidad correspondiente, de manera que no cubra un hombre en pie;en corriente el agua fría de la que viene de la alberca de Chapultepec; dos lavaderosde ropa, el uno grande y bien acondicionado y el otro pequeño, inmediato al citadotanque, cubierto con un techo en buenas condiciones y con portillos para evitar lafranca entrada y comunicación a los lavaderos y perjuicios que a ello pueda resultar alpúblico, y con la calidad precisa de los señores de la Junta”. Era obligación conservaraseado el temazcal, y con la comodidad solicitada por los clientes. Los cuartos o “placeres”,requerían una pequeña habitación “para remojo”, y el hornillo del temazcal“con su campana, así como un “patiecito” y el lugar para la leña. Los “comunes” debíanaislarse, y todas estas oficinas con sus llaves separadas, unas de otras. El lavaderocon regular extensión y con su correspondiente agua para el abasto de los lavaderosy su “patio muy bien empedrado”.Prevención de desastres por aguaEl conde programó su visita a Huehuetoca en el marco de los días feriados del carnavalde 1790. Del 13 al 19 de febrero recorrió minuciosamente las obras y encontróque el fondo del canal de Huehuetoca que debía tener “diez varas de ancho, sólo teníade tres a cinco, o poco más”, lo cual podría provocar su azolvamiento con la tierraque continuamente caía de las paredes del tajo. También vio que la compuerta queel Consulado ordenó ponerle al río Cuautitlán, en tanto se terminaba el tajo, no secolocó, y el río estaba muy cegado; de ahí que dispusiera la limpieza de su cauce y utilizarlas arenas extraídas en ambas márgenes para elevar sus taludes. Opinó que debíaformarse un albarradón en la presa del Rey para impedir que las aguas de los montesde Pachuca llegasen a la laguna de Zumpango. Encontró muy azolvada la laguna deZumpango y muy débil el muro de contención, razón por la que creyó pertinentereforzar dicho muro a la vez que adosarle estribos y terraplén que le dieran capacidadpara detener “todas las aguas de dicha laguna”. En su vista de ojos a Tonatitla y a Xaltocanse percató de que su albarradón “apenas se levantaba sobre el nivel de la orilla”.Eso condujo a disponer que los naturales de los pueblos circunvecinos trabajasen endarle elevación suficiente al albarradón. Las de San Cristóbal y Texcoco las encontró298


capítulo iii. siglo xviiien buenas condiciones. Finalmente, acerca del Cuautitlán, indicó que era muy necesariocuidar su limpieza y procurar retener las aguas en los lugares más elevados, yconstruir para ello cuantos receptáculos fueran posibles.El virrey también atendió las obras hidráulicas del interior, cuyos intendentes nopodían realizar. Un caso fue el desagüe de la laguna de Lerma, en la que la desecaciónpodría ser hecha con facilidad y poco gasto; y una vez desecada estaría en condicionesde sembrar una gran extensión de tierras. El proyecto no se llevó a cabo.Las torrenciales lluvias de los días 17 y 18 de junio de 1792 hicieron seriosestragos en la traza urbana y en la periferia. El virrey le comunicó al ingenieroConstanzó que había daños en el camino de Vallejo. Constanzó señaló que lacausa de las averías era que la calzada estaba a nivel menor, por tramos, de loscampos circunvecinos. Así pues, recomendaba elevar la carpeta una vara, y darle18 varas de amplitud, sembrar árboles para fortalecer los bordes, e incorporararena y tierra para el terraplenado, a fin de darle consistencia permanente. Por suparte, el intendente Bonavía consideró necesario visitar los ríos de los Remedios,Tlalnepantla y Arroyo Hondo, que por carecer de “caja de agua” inundaban loscaminos. Vallejo era uno de los tránsitos más abundantes, por ello debía tener 18varas de ancho. Esto no es de extrañar, ya que las calzadas eran bastante amplias,por ejemplo, la Piedad, incluidas las zanjas adyacentes y la calle central, era 15varas más ancha que la de Chapultepec; esta, de tránsito en dos bandas de 15cada una, tenía como división la arquería. La longitud propuesta para repararla de Vallejo daba 1350 varas. En cuanto al interior de la ciudad, la afectaciónde junio de 1792 alcanzó niveles alarmantes, como en las calles de Plateros, SanFrancisco, San José el Real y Espíritu Santo. En los templos de San Bernardo,Jesús María, la Merced, San Diego y San Francisco las bancas flotaron, mientrasque los conventos, en su mayoría, se inundaron, y en la iglesia de las Capuchinasy en la capilla de los Riojanos nadaba el entarimado. El teatro del Coliseo seinundó en plena función, aunque no hubo víctimas gracias a la evacuación ordenadade los asistentes por las puertas de emergencia. Casas y tiendas sufrierontambién los efectos de la inundación, al grado de que se levantó una relacióncertificada a cargo del notario Francisco Javier Benítez. En las bodegas la afectaciónfue física y económica, como en el caso de Antonio Velasco, comerciantede azúcar, quien calculó su pérdida en más de 1000 pesos.Por su parte, el virrey ordenó que se encontrara la razón de semejante catástrofe,respuesta que le hizo llegar el escribano Francisco Javier Benítez el 19 dejunio de 1792. El daño se debía a dos factores: la obstrucción y el hundimiento299


ingeniería en méxico, 400 años de historiadel subsuelo. En el primer caso, las calles que más se anegaron fueron en las quese habían sustituido los caños por atarjeas, y en el segundo, eran las calles que,al tener antes el terreno declive de un lado y otro a dicho caño, “se había hechoplano”.Pronto aparecieron más vectores de afectación, pues según la opinión del superintendenteCosme de Mier y Trespalacios era producto de haber “cegado muchasacequias, sustituyéndolas con caños o atarjeas bastante estrechos”. Otra opinión fuela del autor y editor de la Memoria de las obras del desagüe del Valle de México, quienhacia énfasis en la calidad y mala construcción de las atarjeas, tanto en su profundidadcomo en su anchura o latitud. Además de que, al estar colocadas todas al mismonivel, se originaron las inundaciones periódicas en las calles.Dinámica ecológicaLa preocupación por el cuidado, el refuerzo y la ampliación de espacios y corredoresarbolados, fue una característica virreinal en la que destacó el segundo conde deRevillagigedo.•La AlamedaUn ejemplo de ello fue en el caso de la Alameda, para lo cual redactó un reglamentointerno integrado por cinco puntos, incluido en esa política el paseo de Bucareli comopreámbulo de lo que se efectuaría en las calzadas: mantener la Alameda con el mayoraseo; regarla y cuidar el plantío de semilla para tener acopio de fresnos; cuidar el aguade las fuentes; reparar los daños de las cañerías; tener tres carros con cajón y sus respectivasmulas para el acarreo del cascajo; que la acequia que limitaba la Alameda por laparte de afuera estuviera siempre limpia, y ver la posibilidad de darle mayor profundidady anchura con objeto de captar más agua de lluvia; que el riego de ambos paseosfuera mediante seis carros con mulas y resguardarlos de la intemperie; y contar consuficientes operarios para el trabajo y cultivo de los árboles, riego y vigilancia de los paseos.Concluyó señalando la ventaja de este tipo de sitios para beneficio de la sociedad,y decidió ordenar un inventario forestal y establecer viveros urbanos.•ViverosDespués de cómo se manejó el inventario forestal los viveros empezaron a tomar granimportancia. Para ello, se les comunicó a las autoridades administrativas en 1790 laexistencia de “tres almácigos de fresnos” con más de veinte mil plantas, y que estaba300


capítulo iii. siglo xviiiprogramado otro para álamos que comprenderá más de seis mil. En adición, el virrey,dispuso que se abriera la Alameda desde las seis de la mañana hasta el toque de oracionesy se prohibió que las personas durmieran de noche en el parque; informarlediariamente al juez de la Alameda cualquier cosa ocurrida; mantener ambos paseoslimpios (se incluía el de Bucareli), las fuentes en servicio, las calles regadas y sin hoyos,lodazales, ni muladares; dar mantenimiento a las cañerías, las fuentes, los asientos ydemás instalaciones; mantener un vivero de almácigos; conservar el diseño originalde ambos paseos; eliminar anualmente los árboles viejos o enfermos, a condición deplantar de inmediato uno nuevo; podar regularmente las especies; impedir la entradade caballos o de mulas; no prender luminarias en el interior de ambos paseos; y no cobrarel acceso. El resultado entusiasmó al Juez de Alamedas, Paseos y Calzadas, quienpropuso en 1798 hacer un plantío de fresnos en viveros que supliera los árboles viejos oya muertos para plantarlos también en demás paseos de la capital; con este objetivo, seformó alrededor del parque un cercado destinado a almácigos de fresnos y se reparó lacalzada del Calvario (hoy av. Juárez) en el tramo de esa área a fin de embellecerla, conel aprovechamiento del abundante cascajo de las demoliciones.•Inventario forestalDespués de recibir el inventario forestal y enterarse de que en la Alameda existían 1631fresnos, 142 álamos y 448 sauces que en total daban 5177 individuos, y comparar larelación del paseo de Bucareli, cuya contabilidad se dividió en dos sectores: desde lacalle de la Acordada a la entrada frontal a la calle de la Victoria, y de ahí concluir enla calzada de San Fernando. Su número por la longitud de la arteria era muy escaso, alresultar un total de 1164 árboles, por lo que tomó una respuesta que dio un giro a laecología urbana: establecer un vivero para fresnos en un potrero al poniente del paseode Bucareli, perteneciente a los indígenas de la Candelaria, aprovechando el derramede la fuente cercana a la garita. Además de otro destinado también a los fresnos en unazona comprendida entre el río de la Tlaxpana y la zanja que “recién se abrió para formarla calzada de la Verónica”. Un aspecto sobresaliente es que se pondría en práctica en esevivero o en otro cercano la adaptación del álamo prieto.•Los pulmones vialesEl paseo de Bucareli se reparó en su totalidad, igual que el de la Verónica, al que considerabade suma importancia por “defender de las avenidas del río de los Morales ala arquería de Santa Fe”. Y a continuación abrió una comunicación entre el paseo deBucareli y el de San Fernando, y más tarde otro desde San Cosme al de Chapultepec,301


ingeniería en méxico, 400 años de historiaa fin de descargar al paseo de Bucareli del tránsito de carruajes y recuas. Junto alacueducto construyó el paseo del Consulado con el producto del fondo de averías.Según la Gaceta de México se trataba de un gran paseo “muy cómodo y convenientepara la salud pública”. Más tarde dicha arteria fue comunicada con el camino de SanAgustín de las Cuevas, y este con el de la Piedad.Un interés retomadoEl conde decidió apisonar y reforestar las calzadas, básicamente las de Guadalupe,San Cosme y San Antonio Abad. Además aplicó un proyecto, aunque ambicioso,bien fundamentado en una tecnología de lo más moderno entonces y que sirviese deprototipo, en la Piedad, que daba a sus calles laterales una inclinación para vertientesobre el piso de ripio, como se designaba el cascajo destinado a rellenar huecos, y quese recubrían con tezontle molido. No satisfecho con ello llevó a cabo un macroproyectoque caracterizaría su administración: conectar a la urbe mediante una red decalzadas arboladas, que apoyaran la infraestructura de puntos de desarrollo al sur y latendencia del crecimiento hacia el poniente. Así surgieron las nuevas calzadas de laTlaxpana y la de la Verónica que, hasta ese momento, eran tramos del acueducto dedoble cuerpo, bordeados de camino simple y que de inmediato se arbolaron. Comosegunda parte de su proyecto se diseñó la calzada conocida con el nombre de Revillagigedo,la cual comunicaba la de la Piedad (al cruzar la prolongación de San Juande Letrán) con la Viga, para a su vez conectar Jamaica a esta vía. A juzgar por losdocumentos, el virrey utilizó una antigua acequia que unía ambos puntos (quizá elactual eje 3 Oriente). La tercera parte de su proyecto era la línea recta que convertiríaNiño Perdido, y se construyó en el segundo eje arbolado de comunicación de nortea sur de la ciudad y en dos tramos intermedios, y se trazó uno que vinculara SanAntonio Abad con la Viga, en el cruce de la calzada de Revillagigedo, y más al sur,una arteria que llegara al pueblo de la Piedad, entonces aislado. Todas estas arteriasfueron arboladas.En cuanto al interior de la urbe, abrió varias calles, entre ellas, la que llevaba elnombre de Conde de Revillagigedo, hasta la Alameda, con la innovación de incluirun jardín en un extremo (que actualmente se localiza cerca de Balderas a la altura dela Ciudadela); otra desde el Hospital Real hasta el paseo Nuevo “que va desde SanPablo a la Viga”; una más desde Regina “para el campo”. Estas obras sirvieron, ensu mayoría, para eliminar asentamientos irregulares y de pobreza con tendencia aconcentraciones de miseria.302


capítulo iii. siglo xviiiEl Jardín Botánico y la salud públicaPara que el Jardín Botánico funcionara como el conde lo quería, sugirió adquirirun amplio terreno en el callejón nombrado del Sapo y otro en el propio cerro deChapultepec. Constanzó descartó el primero por la baja calidad del suelo y prefirióel Real Sitio de Chapultepec. El conde de Revillagigedo, en parte satisfechodel nuevo plantel, y en parte insatisfecho de los resultados por estar enfocados aespecies del valle de México, estableció en 1790 un jardín botánico complementarioen el interior del Palacio Real para centro de estudio y adaptación de plantas.Era similar aunque de menores proporciones al antiguo de Oaxtepec. Estamedida se tomó con entusiasmo por el Ayuntamiento, que proporcionó recursospara su conservación.Sin embargo, que el virrey estuviera pendiente de las clases prácticas restó alumnose importancia al primer colegio hasta desaparecer. Para solucionar el problemaordenó en 1793 la compra de un sitio para cursos teóricos en un terreno cercano aChapultepec, de aproximadamente 220 mil varas cuadradas, entre la zanja de Horcasitasy la Real Fábrica de Pólvora, “y que las demostraciones se realizaran en elPalacio”. No se llevó a cabo este último proyecto, pues su administración terminó amediados del siguiente año. Sin embargo, Branciforte completó los estudios sobrebotánica del conde de Revillagigedo con la intención de enriquecer el centro de acopioy adaptación de plantas con información gráfica. Así pues, en 1796 organizó unaexpedición a diversos ecosistemas del interior, integrada por estudiantes de San Carlos.No fue sino hasta 1798 que las primeras ilustraciones se mostraron al Cabildo.Sería injusto dejar de señalar que de ambos planteles egresaron quienes respaldaronlos programas de forestación y reforestación de la urbe.En otro tema, al ver las malas condiciones en las que se hallaban los documentosdel Real Acuerdo, la Audiencia, el Tribunal de Cuentas, la Chancillería, la Casa deMoneda, las Alcabalas, el Tabaco y la Pólvora, el Juzgado de la Acordada y otros, elvirrey sugirió concentrar toda la documentación en el alcázar de Chapultepec, medidaque se convertiría en el antecedente del Archivo General de la Nación.El Colegio de MineríaLa educación superior y su preocupación por el ramo de la minería fueron respaldadaspor Juan Lucas de Lazaga y Joaquín Velázquez de León. Para esta área deestudio el virrey creó un Seminario Metalúrgico, donde se enseñaron las materiasde minería, para lo cual adquirió una vecindad remodelada, toda de mampostería303


ingeniería en méxico, 400 años de historiay dotada de agua “en 31 mil pesos”. Esta institución estaría destinada a la instrucciónpública y general de los interesados en la minería, con un plan de estudiosdividido en cinco grupos de materias. El Tribunal costearía el profesorado, losinstrumentos, etc., y el mínimo de alumnos se dejaba libre, a excepción de losveinticinco que, al ser hijos o parientes de mineros y además pobres, ingresaríanvía el Tribunal.Aparte de la minería las principales industrias de la Nueva España eran las derivadasde la agricultura y ganadería, como las respaldadas en molinos, maquiladoras,procesadoras de aceites, vinos, aguardientes, salmueras, curtiduría, tabaco,azúcar, etc. Y por la línea de la transformación, los textiles, la loza, el vidrio y lasfundiciones, por señalar algunas.Durante su gobierno, el virrey procuró que las artesanías alcanzaran fama mundial.Tal fue el caso de las sillas vaqueras o para montar y las espuelas. En el primero,su precio unitario era de 15 a 20 pesos las corrientes; de 40 a 50, las de más calidad; yde 150 a 300 pesos, las bordadas en oro y plata. En el segundo caso, todas las espuelasse elaboraban con hierro de Vizcaya y eran con diámetro de 3 o 4 dedos, con preciosdesde uno a tres o cuatro pesos el par.La vialidadEl desplazamiento urbano era un problema ante la efervescencia de la actividad yflujo comerciales, así como de las distancias cada vez más lejanas en razón del crecimientode la mancha urbana, problema municipal de urgente respuesta. Para solucionaresto, el conde de Revillagigedo estableció el 15 de agosto de 1793 las primerasunidades de servicio público, más conocidas como “coches de providencia”. Por víade ensayo se pusieron en servicio ocho, que se ubicaron por parejas en la plazuelade Santo Domingo, en las calles del Arzobispado (hoy Moneda) y en la de Zuleta,y otros dos frente al Portal de Mercaderes. Su éxito fue tal, que el asentista de esteservicio, Manuel Antonio Valdés, también editor de la Gaceta de México, se vio en lanecesidad de añadir otros cuatro.Otro problema al que nunca hicieron caso los virreyes precedentes, era el de conectary desplazar de manera eficiente y pragmática, en especial a los comerciantes,con el interior del virreinato. La solución consistió en establecer la ampliación delservicio urbano al del foráneo, a través de “coches de línea”, inicialmente a Guadalajaray a Perote. En el caso de Guadalajara, era una vez al mes, y dos veces al mes paraPerote, “sin excluir de él a los demás alquiladores de coches”.304


capítulo iii. siglo xviiiAl querer dar una respuesta al problema de las comunicaciones a favor del comercioy de la industria ante un panorama tan amplio como el de los caminos carreteros,solo le dio tiempo de detectar la problemática de dos: México-Veracruz yMéxico-Toluca.De la ciudad de México a la de Veracruz había 80 leguas de 5000 varas, equivalentesa 50 leguas castellanas. El camino era llano y cómodo para coche en las trescuartas partes del recorrido, mientras que el resto era montañoso con riesgo alto paralos carruajes, por lo que únicamente se transportaban las mercancías que podían ir alomo de animal. Las recuas invertían en su recorrido veintidós días, con buen tiempo,y treinta y cinco en época de lluvias. Los fletes, en promedio, podían ser de 11pesos por carga. Al considerar una carga de entre 10 y 12 arrobas, el barillaje pagabaa 16 pesos la carga; el hierro, acero y cacao, 9 reales la arroba; y el resto de las mercancíasa 10 reales la arroba.El virrey pidió un proyecto cuyo objetivo primordial fuera construir un caminoreal que permitiera el desplazamiento de mercaderías mediante vehículos de ruedascon la consiguiente economía de tiempos, gastos y costos que repercutieran en undesarrollo comercial. El coronel de milicias, Pedro Ponce, presentó un proyecto enel que calculó que la recuperación y corrección del trazo correspondiente a Jalapa-Veracruz costaría aproximadamente 521 273 pesos. Pedro Aristegui presentó una segundapostura, con la solicitud de que, a cambio de hacerlo por sus propios medios,se le concediera cobrar a los arrieros “cuatro pesos por cada día de viaje”. Tras muchasdiscusiones se aceptó, aunque únicamente quedó en la primera fase de ejecución,pues en ese momento el conde de Revillagigedo entregaba el mando.Por otro lado, México-Toluca era un camino de 16 leguas en mal estado porser muy pedregoso. Su importancia se significaba por la gran cantidad de granosque entraban a la ciudad de México provenientes del valle de Toluca y del obispadode Valladolid. El virrey le comisionó al capitán de ingenieros Manuel AgustínMascaró un reconocimiento sobre el terreno, apoyado en los dos únicos planostrazados años atrás. Después de estudiar la información, el monto estimado y elcálculo del peaje para recuperar erogación (el presupuesto llegaba a los 102 331pesos), Mascaró anunció su licitación en la Gaceta de México. No hubo postores,por lo que la obra entró por gasto directo mediante un empréstito por la cantidadseñalada al 5 % anual. Quien aportó el dinero fue el coronel de milicias FranciscoPérez Soñanes. Ya sin problemas económicos, los trabajos arrancaron el 14 denoviembre de 1793, bajo la dirección del director del proyecto, Mascaró, y de susegundo, el capitán de dragones Diego García Conde. Se inició en el cerro de las305


ingeniería en méxico, 400 años de historiaCruces, casi a la mitad del camino, y de ahí se fue trazando tanto hacia Méxicocomo hacia Toluca.Finalmente, los gastos de transporte de Acapulco a México eran de 7 reales porarroba. Y de ahí, para tierra adentro, oscilaban según las distancias: 3, 5 o 7 reales laarroba hasta 60 o 100 leguas. A más distancia, de 10 a 14 pesos la carga (a Sonora oChihuahua, a 18 pesos la carga).Obra públicaEn la ciudad no había ningún hospital destinado al ejército ni tampoco cuarteles.Un soldado herido solía enviarse al hospital de San Andrés o al de San Juan de Dios.Según el conde no podía argumentarse la falta de conocimiento ni la falta de empresa,pues cuando las provincias internas estuvieron a su mando, fundó dos hospitalesmilitares: uno, en Chihuahua, con veinticinco camas, en el antiguo Colegio de losJesuitas; y otro, en Arispe. Sin embargo, pese a su empeño en conseguirlo, otros problemasmunicipales le impidieron su propósito.De su propio peculio el virrey anticipó los fondos necesarios para la reparaciónde un puente sobre el río Papagayo en el camino México-Acapulco. El monto del respaldofue de 2000 pesos, que se recuperaron con el peaje de 1793. Otra obra similarfue la construcción del puente de la calle Real de Toluca para conectar el Conventodel Carmen, con el apoyo económico de los vecinos y de los diezmos. Su atenciónllegó hasta la intendencia de Yucatán, donde se repararon los puentes y los caminosprincipales. En Veracruz se hizo uno sobre el arroyo de Tenayuca, y otro en las inmediacionesde Guadalajara, y uno más, sobre el río Zimapán.La ciudad de Veracruz se hallaba rodeada de una cerca compuesta por un pretilde poco más de una vara de alto, y sobre este, un peine de estacas de dos o dos y mediavaras de alto, lo que facilitaba toda clase de fechorías, así como el alto costo de la reposiciónde unidades robadas o quebradas. Para resolver esta situación, el virrey encargóal ingeniero brigadier Miguel del Corral una barda sencilla apoyada en el pretilexcitante, “dotándola de caballetes y aspilleras para ventilación y reconocimiento delcampo”. El ingeniero calculó el gasto en 18 090 pesos aproximadamente, con base enlos 2100 m del pretil original. Aunado a este proyecto, encargó la construcción de uncementerio, en las afueras de la ciudad de Veracruz, “bajo la dirección del mayordomode la fábrica de la iglesia parroquial, Miguel Ignacio Miranda”, quien en veintiséissemanas lo terminó, con una erogación de 8448 pesos aproximadamente. Y comoadición, el acarreo de las aguas del río Jamapa al puerto: proyecto original de 1784306


capítulo iii. siglo xviiidel gobernador de Veracruz, José Carrión y Andrade, y retomado por la Real Céduladel 19 de abril de 1789. Para financiar la obra el Cabildo de Veracruz avaló la paga deun real por artículo introducido en la ciudad, por cualquier medio. Sin embargo, alvirrey le pareció que la obra beneficiaría a todo el país, por lo que decidió “gravar condos pesos un tercio, la harina consumida en la ciudad, arbitrio que produciría veinticuatromil pesos anuales”. Sacada a subasta la obra del río Jamapa, se adjudicó a JuanCamacho de Mendoza y a José Rodríguez Conde, arquitectos de Veracruz, quienestambién construirían de doce a catorce fuentes grandes y vistosas en la ciudad.Los trabajos de la presa que regularía el abasto hidráulico se iniciaron en octubrede 1790 y consistieron en la construcción de hornos, instalaciones diversas, acopiode materiales, así como la excavación de la zanja que llevaría el agua hasta el punto dearranque de la cañería que debía conducirla a la ciudad de Veracruz. Sin embargo, laslluvias tempranas y copiosas de 1791 provocaron una avenida tan grande que prácticamentedestruyó lo levantado hasta entonces. Por razones económicas, las laboresse reanudaron en 1792 y con tal efectividad que se abrieron 4500 varas de zanja,concluyó su trazo un año después, y dio por terminado, a principios de 1794, unacueducto de 400 varas de bóveda que debía unir la presa con la zanja.307


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosMiguelde historiade la Grúa Talamanca 400 años y de historiaIngeniería en MéxicoBranciforte, marqués de 400 años de historiaBranciforte (1794-1798)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en MéxicoSu administración contrastó fuertemente con la del conde deRevillagigedo, en primer lugar, por el lujo del ceremonial deCorte y, en segundo lugar, por la toma de decisiones que no lecorrespondían como la de confiscar bienes de franceses en la Nueva España.En general su comportamiento daba giros insólitos; por ejemplo, ante la inminenteguerra contra Inglaterra, tras establecer un cantón militar en Jalapa al mismotiempo que diseñaba estrategias, su presencia en esa ciudad la pasaba entre convites,como si estuviera en la ciudad de México, donde aprovechaba cuanto podía paraenriquecerse junto con su esposa.A pesar de lo controversial de su gobierno, para asombro de muchos sus ordenanzasfueron de las más acertadas en el momento en que el virreinato se convulsionaba.309


ingeniería en méxico, 400 años de historiaEstaciones de transferenciaPrácticamente desde el principio de su administración el virrey dispuso por ordenanzaque el número de unidades de limpia manejado por los asentistas fuera de cincuentay cuatro. Renovó la exigencia de que las vecindades tuvieran en el patio un serón yuna cuba donde depositar la basura. Estableció la modalidad de que los carros-pipastransitaran cubierto, así como que “extramuros de la urbe se instalaran jacalones paraguardar carros y mulas, a una distancia proporcionada de la ciudad”. Poco después, antela cantidad de excedentes, se dio la modalidad de alquilar, en las orillas, baldíos que funcionaroncomo estaciones de transferencia. El primero de ellos se localizó en la plaza deTepozán, como lo señala un documento del 8 de octubre de 1795 del Ayuntamiento.Una modalidad más consistió en estudiar los informes de los alcaldes de barrio a fin deservirle a la Junta de respaldo en su propósito de llamarle la atención al Ayuntamiento.Entre los aspectos poco conocidos del virrey está su inquietud científica, manifestadaen el apoyo que dio a quienes practicaban la investigación diversificada. Tal fueel respaldo al doctor Francisco Balmis, cirujano consultor del ejército, acerca de lasraíces de agave y begonia, así como de enriquecer el Jardín Botánico. Están ademáslos reconocimientos a Cristiano y Conrado Heuland para estudiar la producción metálicade América y la integración de una colección de minerales como respaldo a lasCiencias Naturales y al servicio del público. Otra encomienda similar correspondió aFrancisco Javier de Molina y Eladio Yáñez en lo referente a cuadrúpedos, aves, peces,reptiles, insectos y curiosidades; en tanto que Fausto de Elhuyar dirigía el Tribunal deMinería, y el alemán Francisco Fischer tenía a su cargo la fundición y afinación delcobre en la factoría establecida en Santa Mónica, jurisdicción de Inguarán, Valladolid.En el aspecto de fomentar la iniciativa privada en la invención concedió un privilegiopor cinco años a Pedro Fernández Guerra para llevar o fabricar en Veracruz y Pueblaunas “máquinas de despepitar y prensar el algodón”. Por su parte, al comunicarle elprior dominico de la parroquia conventual de Cuautla de Amilpas, fray Pedro Blanco,que conocía “el arte de purificar el aceite extraído de la simiente del árbol llamadohiguerilla” para conseguir un jabón para usos comunes y medicinales, el virrey enviólas muestras al Tribunal del Protomedicato para su estudio.Las lluvias de 1795 y la prevención de desastresLa fuerte temporada de lluvias de 1795 inundó por completo las calles el Refugio,Palma, Plateros, la Profesa, Puente de San Francisco, Coliseo, Espíritu Santo, Colegiode Niñas, Ortega, Tercera Orden de San Agustín, Cadena, Zulueta, Ángel, Don Juan310


capítulo iii. siglo xviiiManuel; las de la Monterilla, bajos de San Agustín: callejones del Espíritu Santo, elde Santa Clara, San Bernardo, Vizcaínas, la Merced, Rejas de Balvanera y Puente deSanto Domingo. Como primera medida para corregir entuertos comisionó a cuatroperitos para investigar a fondo la causa de la inundación. El problema fue el nivel altode las atarjeas con respecto a las casas. Además se añadía que el canal de Vertideros,construido por Enrico Martínez en el siglo XVII para desaguar la parte occidental dellago de Zumpango, conocido como Coyotepec, se encontraba obstruido por azolves;igual sucedió con el Zumpango. Ya con esa información Mier y Trespalacios propuso laapertura de dos canales, que se ejecutaron, uno en 1796 y otro en 1798. Servirían paradesaguar en el tajo de Huehuetoca los lagos de Zumpango y San Cristóbal. Su longitudera, respectivamente, de 8900 y 13 000 m con la característica de unirse entre sí unos5000 m antes de incorporarse con la corriente del Cuautitlán en el paso de Balderas.Desde Huehuetoca hasta este punto las aguas recorrían 3737 m a través de un socavónde vara y media de latitud por dos de alto, que trazó y tuvo a su cargo Diego de Guadalaxara.Esta galería o socavón, absorbió el trabajo de 2638 peones, 18 sobresantes, 2guardas volantes y 2 prácticos subordinados al perito facultativo.Otras obras de importancia paraevitar inundaciones urbanas• Canales de MierEstos canales constituyeron un impulso y un esfuerzo más para reforzar el propósitocomplementario de aliviar las presiones del Cuautitlán, y aunque se gastaron másde 200 mil pesos en su ejecución no produjeron el resultado buscado. La razón quemás tarde se difundió fue que no se dio a sus taludes el declive correspondiente ylas tierras que de ellos se desprendían, junto con las que se precipitaban del cerro deJalpa y de los atierres del río Cuautitlán, al represar las aguas del canal, impedían, asu vez, las de los lagos de Zumpango y de San Cristóbal. Por otra parte, las contracorrientesque se producían del tajo en dirección al canal no solo obstruían la salidade los caudales de estas, sino que en las crecientes los dominaban, lo que aumentabael volumen de dichos lagos, y los hacían desbordarse sobre el Texcoco; de ahí que semandó cegarlos.• Canal de CasteraAl mismo tiempo que se tomó esa decisión, se expeditó el canal de Castera, por elque se dio curso directo al río Cuautitlán desde Teoloyucan hasta el Gavillero de311


ingeniería en méxico, 400 años de historiaJalpa, en el extremo del canal de Vertideros, y “el cauce del río Viejo quedó comodesfogue para éste, con una compuerta de tres ojos en Santo Tomás”.el camino Veracruz-méxicoEl viejo problema del camino Veracruz-México que pasaba por Jalapa, proyectodel teniente coronel Pedro Ignacio Aristegui, no fue aceptado por Branciforte.El virrey proponía que se trazara el camino en una línea prácticamente recta, elde Córdoba-Orizaba-Puebla. Un aspecto que ayudó a convencer al Consuladoacerca de la viabilidad del proyecto fue mostrar que en el último quinquenio laconducción de tabaco con animales de herradura “había constado cuatro pesos,un real, un grano cada tercia, en tanto que si se hacía mediante carros, saldría atres pesos tercio”, lo que significaba un ahorro anual de 20 000 pesos. La obra daríacomienzo por la garita de San Lázaro, o sea, a partir de la aduana para después decruzar el puente ya ensanchado del canal de la Viga, continuar hasta el pueblode los Reyes, y de ahí a la hacienda de Buenavista con rumbo a Puebla. Su anchosería de 30 varas y una vez terminado el tramo México-Puebla, se fijaría el peajecorrespondiente. Puebla y Orizaba agradecieron al marqués la construcción de lavía carretera, y por parte de Amecameca le informaban su deseo de que la rectapasase por allí y no por Río Frío, bajo la premisa de cortar camino. La “Gran obra”,como se le llamó, comenzó el 9 de diciembre y se hicieron acuñar monedas conmemorativas.En 1797 el síndico de Veracruz, José María de Quiroz, le presentó al marquésun proyecto de alumbrado público que los vecinos podrían cubrir voluntariamente.A la vez que aclaraba que, con el permiso del gobernador, ya había colocadodieciocho faroles empezando por la primera cuadra de la calle Real de laParroquia. Como el público lo acogió de inmediato, Quiroz procedió a calcularel número de unidades necesario para toda la ciudad. Tomó como distancia ideal45 o 50 varas, lo que dio como resultado doscientos faroles. Estimó el costo decada uno, incluidos los implementos necesarios en un total de 63 pesos con 6reales. Al añadir el monto del mantenimiento diario, el presupuesto fue de 11480 pesos. No obstante lo preciso de la propuesta y de lo conveniente de aplicarel proyecto, Branciforte nada resolvió, y prefirió centrar su atención en el aspectoecológico de la ciudad de México con el mantenimiento y mejoras de la calzadade “la Viga, San Antonio Abad, de la Candelaria, que nombran de los Cuartos,y la de la Piedad”.312


capítulo iii. siglo xviiiLa memoria de los ríos y las autoridadesAl final del siglo XVIII se continuó la práctica de prevenir inundaciones mediantedesvíos y corrección de cauces y también a través de la limpia, el mantenimiento yla conservación de aquellos ríos con tendencia a ser conflictivos. Para recapitulareste siglo, tomemos los siguientes ejemplos: los Remedios se rompió y se atendióen 1736, 1740, 1753, 1770 y 1792; Tlanepantla, en 1736, 1738, 1740, 1770, 1792y 1795; Guadalupe, en 1739, 1740, 1748, 1770, 1771 y 1796, con sus derivacionesde Aragón y de Santiago; Tecamachalco, en 1774, 1779, con sus desviaciones; Villalengua,en 1779, y los Morales, en 1785 y 1790; y Azcapotzalco, en 1788 y 1795.Los derrames de los siguientes ríos: Santa Fe, en 1791; Tlaxpana, en 1794; la Piedad,en 1794; y Coyuya, en 1795. Fuera de esos ríos se mantuvo una práctica de limpiageneral en todos los cauces de Tacuba y zonas aledañas en 1736, los que rodeaban laciudad de México, en 1739; y los que vertían al lago de Texcoco, en 1771 y 1773.313


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosMiguelde historiaJosé de Azanza 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia(1798-1800)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaEl nombramiento de Azanza fue muy bien acogido en México por habersido uno de los más prestigiados ministros de Guerra de Carlos IV, sinembargo, contó desde el primer momento con dos grandes enemigos:el fiscal Francisco Javier de Borbón, y el director de la Renta del Tabaco, SilvestreDíaz de la Vega, ambos de la camarilla de Branciforte.315


ingeniería en méxico, 400 años de historiaSu dinámica administrativa y la urbeEl virrey coincidió con el conde de Revillagigedo, segundo en la modernización y elembellecimiento de la capital, por lo que reforzó el macroproyecto de este último y loaumentó, además de que dio a conocer, el 11 de enero de 1799 su propósito de construirla calzada Azanza para unir Bucareli, la Piedad y Revillagigedo, a cargo del ingenieroCastera. Su costo se estimó en 20 000 pesos, por innovaciones como la cañeríasubterránea, además de su forestación con aproximadamente 2700 árboles a todo lolargo de la misma. El Ayuntamiento también vio la conveniencia de una nueva arteriaque vinculara a Romita con el pueblo de la Piedad, para garantizar así la infraestructurade esa población, la de la zona poniente y dar respuesta a una serie de marjalesque causaban problemas entre San Juan de Letrán y los ejidos de Chapultepec. Lasreuniones de estudio en el Ayuntamiento, respaldadas por Azanza, resolvieron aumentarla superficie del pueblo de la Piedad más allá de la zanja que lo separaba delos ejidos, pero con la innovadora concepción urbanística de mudar casas, arboledasy magueyeras a la nueva zona. Todo se realizó en un año y se pagaron las respectivascompensaciones.El virrey también brindó una severa atención a las calzadas restantes, efectuandoreconocimientos. Un caso fue la de la Piedad, que se recuperó a todo lo largo; y otrofue la de San Antonio Abad. Una más, casi al final de su administración, correspondea la de la Viga, que a sugerencia del maestro mayor don José del Mazo “respecto a laaltura del piso y sin necesidad de emprender gasto de terraplén, pueden rebajarse losmontones en aquel paraje pasando por ellos los forzados”, además se preocupó por arbolardiversas calles, una de ellas, la calzada del Calvario (hoy Av. Juárez) con fresnos.Embelleció la urbe aportando, en diversas ocasiones, su propio dinero para las obras yla indemnización de vecinos, como la calle que “uniría en derechura desde dicha garita(de San Lázaro) hasta la plaza del Palacio”; así lo hizo saber al Cabildo en febrero de1800. Dicho cuerpo, además de aceptar el proyecto, anunció que esa calle llevaría elnombre de Azanza. Desafortunadamente el virrey no vio terminado su proyecto nitampoco el de la Piedad, que fue continuado por el virrey Berenguer de Marquina,quien siguió el avance de la obra y una nueva corriente ecológica, y reconoció el empeñode su predecesor mediante una placa conmemorativa de inauguración.Industria y cuestión de géneroDurante su administración el virrey dio un notable impulso a la industrialización, especialmenteen las ramas de la seda, el algodón y la lana. En Oaxaca, de los quinientos316


capítulo iii. siglo xviiitelares para seda que había en tiempos de Branciforte, su número pasó a ochocientos.Respecto al algodón, en Guadalajara se incrementó el número de telares y operarios;igual sucedió en Valladolid. En Puebla, este comercio alcanzó los 8 000 000 de pesos.En Cuautitlán se registró un notable número de tejidos de bayeta. En San Juan Teotihuacán,de cuatro a cinco telares registrados en 1796, su número llegó a los treinta ytres, en cuyo manejo había una planta de más de cien mujeres. Querétaro registró másde tres mil cuatrocientos veinte obreros; Metepec, doscientos cincuenta, lo mismoque Ixtlahuaca y Tulancingo. En Villa de Cadereyta, de ciento cincuenta telares en1796, su número subió a doscientos bajo el cuidado de más de quinientos operariosentre hombres y mujeres. En Otumba el número de unidades se duplicó y en Chilapa,para 1800 se registraron entre setenta y ochenta.En cuestión de género, Azanza presentó un notable precedente al emitir el decretode 3 de agosto de 1798 para no impedir a las mujeres el trabajo de bordados delos cortes de zapatos con lentejuelas y canutillos, siempre y cuando fueran materialesfinos. El asunto fue tan importante que el Consejo de Indias opinó que se deberíanremitir copias del bando a los virreyes de Lima, Buenos Aires y Santa Fe, “y a lospresidentes y gobernadores de las demás provincias”.La junta de guerra en VeracruzCon la presión de la guerra de España y Rusia, el virrey prácticamente encauzó buenaparte de su atención a la defensa del virreinato. Por ello, mandó formar en Veracruzuna Junta de Guerra presidida por el gobernador García Dávila, el coronelDiego García Panes, el ingeniero Miguel Constanzó, el ingeniero Manuel AgustínMascaró, el comandante Cayetano Blengoa, el teniente coronel Pedro Laguna y elcomandante Bernardo de Orta. Como complemento dispuso, junto con Laguna,superar la maestranza de artillería que desde Branciforte existía en Perote, siguiendola estructura de España (sargentos, cabos y obreros de armería, herrería y carpintería).Laguna calculó que establecer un taller de armería costaría 2820 pesos anuales,además de las erogaciones en hierro, acero, latón y carbón para las composturas. Enun segundo aspecto, al enterarse y estudiar el proyecto de Quirós de electrificar Veracruz,tomó interés por él al grado de que lo reenvió al gobernador de Veracruz paraque con el Ayuntamiento y procurador general respectivo, se viera la manera de nocargar tanto el gasto del alumbrado en el público.La respuesta del gobernador fue la imposición del 1.5 % sobre alquileres de todaslas casas; medio real por cada tercio de harina a la entrada de la ciudad de Veracruz;317


ingeniería en méxico, 400 años de historiados reales por cada tercio de manteca; dos reales por cada tercio de jamón o de piloncilloy por cada fanega de frijol, habas y garbanza; y medio real por cada arroba dearroz. Los gastos anuales se distribuyeron en 1900 pesos para aceite, 800 para sueldodel administrador del ramo, 730 para dos cabos, 1900 para dieciséis hombres quelimpiaran y encendieran los faroles, 400 pesos para gasto de mechas y escaleras, y1000 en compostura y pintura. Por decreto del 10 de mayo de 1798 el virrey aprobóel proyecto.318


Capítulo iVSiglo xixSe acercaba el final del Virreinato,y con ello la trayectoriade una forma de vida más fácily segura gracias a los descubrimientos tecnológicosdel siglo anterior, junto con una ingeniería yuna arquitectura bastante avanzadas para su época.Tal situación se percibía desde principios delsiglo XIX, aunque cada vez era más palpable ladificultad satisfacer las demandas municipales deuna urbe caracterizada por su sobrepoblación.En el marco de la inestabilidad política, la administraciónvirreinal se enfocó a partir de 1801en la atención de aquellos problemas generacionalmenteconsiderados los más importantes por suimpacto de larga permanencia: basura, albañales,acequias, prevención de desastres por lluvia, limpiay mantenimiento de ríos.Curiosamente, a partir de 1824, los gobiernosliberales, a pesar de la falta de ética política y decultura en todos sus sentidos, retomaron no sololos rubros primordiales del régimen virreinal, sinoincluso los ampliaron y diversificaron, aplicandoinnovaciones para el desarrollo del modernismopolítico-tecnológico del siglo XX.


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosFélixde historiaBerenguer de Marquina 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia(1800-1803)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaCasi no hay información de este virrey. No obstante, se sabe que fue enemigode las corridas de toros al grado de prohibirlas, y que se disfrazabapara vigilar durante la noche el avance de las obras públicas ordenadaspor él. En ese aspecto, le dedicó gran parte de su atención a la conservación y la rehabilitacióndel paseo Azanza en 1801, como primer paso de un programa de rescatede aéreas verdes, y rehabilitó sus zanjas a partir del tramo del potrero de la Piedad.Quizá por las noticias recibidas de la metrópoli y al pensar en su retorno a España,aceleró sus propósitos de conservación y mantenimiento de la Alameda y de los paseosBucareli, Verónica y la Viga. Entre sus últimas disposiciones como gobernante dictótrece instrucciones con la obligación de estar a la vista del público en la respectiva entradade esas áreas. En síntesis, fueron las siguientes: conservar por especies los árbolesde cada uno de los paseos; no quitar o podar ningún árbol viejo o enfermo sin previoconocimiento del juez; sustituir cualquier árbol que despareciera; mantener las callesde la Alameda y de los demás paseos en buen estado, con un piso a base de cascajo,caliche, tezontlale o arena; proteger la calzada de la Verónica “del río que llaman de losMorales”; regar la Alameda y los demás paseos en domingos, pero efectuar un riegoligero diario; recoger cotidianamente las inmundicias y la basura de la Alameda y demáspaseos; mantener limpios los lugares de vendimia (meriendas, almuerzos, frutas)y no invadir las áreas verdes; aumentar el número de viveros de fresnos; procurar aguasuficiente para riego y cultivo de árboles; y finalmente, quedaban prohibidos los juegosperjudiciales como “barra, pelota y otros por lesionar los prados, molestar a los visitantes,y por los daños que ocasionan”.321


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosJoséde historiade Iturrigaray400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia(1803-1808)400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaCon el propósito de lograr la simpatía y la adhesión del pueblo, así comode los organismos del Gobierno e instituciones de diversa índole, el virreypuso especial empeño en el desarrollo de obras públicas sostenidasdirectamente por la Real Hacienda, dentro y fuera de la capital, y en las respaldadaspor instituciones privadas o particulares, sin descuidar la prevención de desastres.323


ingeniería en méxico, 400 años de historiaPrevención de desastres y obra públicaDe Iturrigaray fue uno de los virreyes que contempló el aprovechamiento del aguade lluvias y ríos para la irrigación de llanuras áridas, y la navegación interior con eluso de la disposición natural del suelo de la capital y del valle. Bajo esa visión el mandatarioordenó a principios de 1804 la construcción de un canal que partiera dellago de Texcoco, atravesara los lagos de Zumpango y San Cristóbal, se dirigiera a lagarganta de Huehuetoca, y de ahí siguiera el curso natural del valle para disminuir laposibilidad de afectación de la urbe mediante el control de los volúmenes de riego.Además, esta obra facilitaría la navegación interior de la cuenca, lo que ayudaría areducir el precio de los productos por no requerir más el transporte animal. Añadíaque quizá el mayor beneficio lo daría la traza de otro canal navegable desde Chalcohasta Huehuetoca, destinado al comercio interior del virreinato, lo que convertiría aHuehuetoca en un importante centro comercial que regulara el abasto provenientede Durango, Chihuahua y Santa Fe. Estas obras se iniciaron con gran entusiasmo delvirrey, solo que después se interrumpieron por las convulsiones políticas que llevaríanal país del Virreinato a la Independencia.La abundancia de lluvias y el aumento de los manantiales de Culhuacán y Xochimilcoprodujeron en 1806 la primera inundación del siglo, aunque la afectación selimitó únicamente al norte del valle de México. Según decía el pueblo, irónicamente, lacapital se salvó gracias a la ineptitud del Ayuntamiento, que abandonó la acequia real,y el azolve que tenía sirvió para evitar que las aguas penetraran a la urbe. No obstante,el virrey se alarmó, pues las llanuras de México y Texcoco se habían inundado de talforma que parecería que el lago de Texcoco llegaba hasta la calzada de San Cristóbal,cerro Gordo, Santa Clara, Zacualco y Pocito de la Villa de Guadalupe, por el norte.Y por el sur, desde el pueblo de los Reyes, “cubriendo el nuevo camino a Puebla hastaSanta Martha”, Santa Cruz, y la falda del cerro de Iztapalapa, dejando aislados los dospeñoles. Aunque, conforme pasaron los días, al ya no presentarse lluvias inusuales, latranquilidad retornó y, con ello, la esperanza de una centuria tranquila.En el caso de las obras públicas, De Iturrigaray puso atención en la fábrica depuros y cigarros, cuya recuperación, después de años de abandono, significaba unaerogación de la Real Hacienda de 500 000 pesos. La continuación y la conclusión delas obras durante su administración llegaría a los 100 000 pesos que, aun cuando eraun alto gasto, el proyecto se consideró por la Real Hacienda necesario y ventajoso alincrementar los ingresos del monopolio real. La propuesta fue aceptada por Españay de inmediato se inició, aunque poco a poco fue entorpeciéndose por los sucesospolíticos de la Península, hasta la interrupción definitiva de la obra.324


capítulo iv. siglo xixEn cuanto al marco municipal, mandó hacer un camino de 4 leguas desde las goterasde la ciudad hasta el pueblo de San Agustín de las Cuevas, en la actual Tlalpan.En él se construyó un extraordinario puente que se tomó como modelo. Este caminosolucionó el problema de las inundaciones en esa zona en época de lluvias.Uno de los mayores bienes que el virrey De Iturrigaray legó a México fue laintroducción de la vacuna contra la viruela, enfermedad que hacía grandes estragosen toda la Nueva España, en especial en lacapital. La vacuna, descubierta porJenner, en Inglaterra, fue traída a México por el doctor Balmis con el respaldodel Protomedicato novohispano para aplicarse en todo el territorio, y más tarde anivel continental.Respecto a los caminos foráneos, los más transitados e importantes eran el deVeracruz y el de Acapulco, que dejaban mucho que desear en su conservación y trazo.En el caso de la comunicación con Veracruz, se pensó en retomar la idea de unavía más directa entre México, Puebla, Jalapa y Veracruz para tratar de salvar tramosde gran dificultad, como el del barranco del Plan del Río y la cuesta del Soldado. Larespuesta corrió a cargo del ingeniero García Conde.Una innovación carretera fue colocar, a lo largo de la nueva vía, columnas depórfido que indicaran, además de las distancias, la altura de diferentes puntos sobreel nivel del mar. Se trataba de un camino sólido, ancho y con un declive muy suave.Los gastos de 3 000 000 de pesos correrían a cargo del Consulado de Veracruz.abastecimiento de agua en VeracruzEl problema del abastecimiento de agua en Veracruz era la mala calidad del líquido,que obligaba a sus pobladores a valerse de una zanja que venía de los médanos,en lugar de obtener agua de los pozos o del arroyo de Tenoya, o bien a recurrir alagua de cisternas. El problema era añejo, pues desde 1703 los proyectos de acarreode fuentes lejanas en esa ciudad portuaria empezaron a tomar popularidad. Unade ellas fue la del río Jamapa, cuyas obras tenían fuertes problemas, ya que, en1756 se vio que el dique levantado a 1100 m arriba de Jalapa se había ejecutadosin nivelar el terreno. Y lo que era peor, que desde hacía doce años se había construidoun acueducto de 900 m, lo que significaba que todavía las aguas del Jamapase hallaban a más de 23 000 m de distancia de la ciudad de Veracruz, mientras quelas aguas medias del río estarían a 8.83 m por encima del nivel de las calles de Veracruz,lo que resultaría catastrófico sin quedar otro remedio que cambiar de sitioel punto de captación para abasto.325


ingeniería en méxico, 400 años de historiaVista del puerto de Veracruz en 1847.Con tales observaciones, De Iturrigaray resolvió proyectar una nueva obra en laque se recurriría a la evaluación técnica del ingeniero Constanzó. El costo estimadoera de 1 000 000 a 1 200 000 pesos, aunque Constanzó propuso algo más económico:la ejecución de diez aljibes fuera del recinto urbano, cuyo monto no rebasaría140 000 pesos, muy conveniente para un abasto a 16 000 individuos. Así pues, deinmediato se aceptó el proyecto, pero su ejecución se interrumpió ante la salida delvirrey a la Corte.Debido al peligro que significaban para la navegación los arrecifes de la costa deVeracruz, en 1803 el Consulado se propuso construir un faro giratorio, el cualcomenzóa funcionar el 6 de abril. Consistía en una torre de 28 varas de alto y 2 pies sobreel nivel del mar. El sistema de origen inglés se trajo a propuesta de José Mendozade los Ríos y llegó a Veracruz en la fragata mercante de Nuestra Señora de Cantonad.Estos faros funcionaban a base de una mecha de algodón que consumía una arrobade aceite y tardaba en dar la vuelta completa tres minutos.La construcción duró un año, y se inauguró el 30 de mayo de 1804, cuando seproyectó por primera vez el haz de luz intermitente en el golfo de México. Los gastoscorrieron hasta el final de ese año por el Consulado, y a partir del 1º de enero de 1805326


capítulo iv. siglo xixlos navíos que “entrasen y atracasen en Veracruz” darían las siguientes aportaciones:un real por tonelada por buque mercante procedente de Europa, tres cuartos de reallos de América y medio real los de cabotaje del Golfo.Hacia finales del VirreinatoEl empeño y los esfuerzos del Gobierno y de las comunidades religiosas se reflejaronen un desarrollo intelectual entre aquellos pobladores de la Nueva España que, através de generaciones, iban preparando a los hombres del porvenir. Hacia el sigloXIX concluyeron que era necesario que de un virreinato con una extensión insólita,tan lejano de la metrópoli y poblado por aproximadamente ocho millones eranespañoles, no se aprovechara la oportunidad de formar una nación independienterespaldada por la unidad social, territorial, política y administrativa adquirida a lolargo de tres siglos.No fueron pocos los convencidos de que la Nueva España, donde ya eran conocidaslas doctrinas de los enciclopedistas franceses, podría representar en América elpunto de arranque y de confluencia de un movimiento libertario contra el absolutismode un régimen en crisis.Por ello, para alcanzar su autonomía, sordos y lejanos rumores empezaron a escucharseen 1808 anunciando la proximidad de aquella tormenta, después de la cualdebía surgir entre las naciones libres, joven y vigorosa la república mexicana.La limpia a partir del virrey De IturrigarayAl encontrar De Iturrigaray que la razón de las quejas recibidas en materia de limpiase debía, en parte, a que los aperos del siglo anterior no eran suficientes para unaciudad en acelerado crecimiento, dispuso a mediados de 1803 incrementar notablementelos implementos requeridos, y destinó 32 carros al centro de la urbe, 12 a losbarrios, 24 a la limpia de noche, 68 a las guarniciones y 152 a las mulas para remuda,con un costo total de 9424 pesos.Poco después, mediante un reglamento apoyado en las disposiciones del 31 deagosto de 1790 del segundo conde de Revillagigedo, el virrey Garibay (1808-1809)contemplaba en doce artículos la limpia de los ocho cuarteles urbanos, incluidoscalles, callejones, plazas, plazuelas, caños, salidas de casas, vecindades y banquetas.Dos años más tarde, en la administración de Venegas (1810-1813), el presidentede la Junta de Policía le hizo saber al público a través de un bando de 1811 que, desde327


ingeniería en méxico, 400 años de historiael Jueves Santo hasta el último día de la Pascua de Resurrección, se regaran las callespreviamente al barrido para evitar polvaredas. A fin de agilizar el servicio se pensó enun cuerpo de vigilancia que, aunque fue aceptado por el Ayuntamiento, la carenciade fondos evitó que las calles se pudieran vigilar diariamente, por lo que se sugirió laformación de un padrón de vecinos por calle.Al empezar su gobierno, Félix María Calleja del Rey (1813-1816), después deestudiar el documento de Venegas, no solo consideró excelente la idea de formarun cuerpo de vigilancia, sino también de calificarla de respuesta ideal de algo que levenía preocupando: el problema sanitario de la urbe. Así lo dio a saber por el bandodel 19 de julio de 1813, y de la idea se pasó a lo concreto, pues a partir de julio yhasta septiembre de 1813, cada encargado de cuartel le entregó al Ayuntamiento loslistados, calle por calle, de quienes habían aceptado formar el cuerpo de vigilanciaciudadana. Como complemento se auxilió la ronda nocturna en las rutas correspondientesa los carros de excretas, ya que, ante la falta de observadores el compromisopactado entre los carretoneros y el Ayuntamiento no se cumplía; por ello, la poblaciónempezó a inconformarse con el mal servicio que brindaban las autoridades.Para 1816 el problema de la saturación de tiraderos continuaba, lo que obligóal virrey Juan Ruiz de Apodaca (1816-1821) a disponer una serie de visitas a cargodel arquitecto mayor del Ayuntamiento, junto con el asentista de Limpia, con la responsabilidadde comprometerse a reconocer todos los arrabales extramuros dondese depositaba la basura y dar sugerencias al respecto. De los primeros tiraderos quevisitaron fue el llamado Pobrehído, “donde se hallaba el quemadero de San Lázaro”,y el otro, ubicado en la plazuela de la Viña. Además se sugería no seguir utilizandoel tiradero de Tepito.Dado que era sabido que los tiraderos no cubrían la necesidad de disposición finalde excedentes, el virrey recibió en noviembre de 1816 una respuesta a la solicitud hechacon anticipación al arquitecto “maestro mayor más antiguo de esta […] ciudad”, acercade otros sitios para depósitos mayores y del estado que en general guardaba el suelopara recibir cargas anormales de basura. Su informe hablaba de que aún quedaban algunoshoyos en los terrenos bajíos desde la garita de San Lázaro hasta la de Coyoacán.Agregaba que hacia el oriente, existía un terreno antiguo junto a la ermita arruinada deSan Dieguito de la feligresía de la Palma, mientras que por el sur, “desde el barrio deSan Pablo al de Belem no ha quedado más tiradero que un corto tramo entre los barriosde San Salvador y Monserrate”. Por la parte del poniente dos tiraderos permanecíaninundados por las lluvias, uno, “desde la espalda de la casa habitación que fue de donFrancisco Iglesias al barrio o capilla de la Candelaria, y el otro, a la derecha del tramo328


capítulo iv. siglo xixdel paseo que gira del Colegio de San Fernando a unirse al de Bucareli” y que, segúnsu opinión, se debía obligar a los dueños a limpiarlos para ir eliminando los pantanosen la ciudad. Sugería que, a fin de no alegar ignorancia y tolerar abusos, se pondría encada tiradero un “pilastrón de adobe de cosa de media vara en cuadro y tres de alto,con un rótulo que diga tiradero”. Se aconsejó que tampoco convenía establecer nuevostiraderos en el barrio de San Pablo ni en San Antonio Abad.El desarrollo de la conciencia ciudadana, pese al empeño de las autoridades, nose logró, debido en gran parte a la desobediencia de gente de nula preparación yde individuos resentidos socialmente con el virreinato. El asunto de despertar enlos habitantes una responsabilidad urbana respaldada por las autoridades, se tratóen Cabildo hacia junio de 1820 y se integraron diversas comisiones basadas en documentosde 1813 y 1814, y se nombró a los responsables del aseo de las calles, asícomo de la comisión de desagües, ríos y acequias, aguas potables, fuentes y cañerías.Las torrenciales precipitaciones de1819, las últimas del virreinatoA consecuencia de las excesivas lluvias de 1819 se desbordaron los ríos, arroyos ytorrentes de las montañas que circundaban el valle de México, razón por la que elintendente de provincia y el regidor encargado de las calzadas y puentes le comunicaronal virrey De Apodaca sus temores de que hacia el norte y el poniente se presentarauna inundación en extremo severa.El virrey escuchó dichas incertidumbres y, en persona, junto con prácticos y arquitectos,así como personal del Ayuntamiento, realizó una vista de ojos, y encontróinundada un área de aproximadamente diez leguas y una latitud de cuatro a cinco leguas;más de dos varas de agua, y en algunas tres en los llanos de norte a poniente deMéxico. Esto obligó a los habitantes de esos lugares a refugiarse en las prominenciasde las salitreras y en las iglesias. Por otra parte, a su regreso a la capital, halló detenidaslas aguas entre las dos calzadas que iban de Peralvillo a la Villa de Guadalupe;y esta última, completamente inundada en su parte baja. Ya en el Palacio Virreinal,ante la urgencia del asunto, dictó varias órdenes para auxiliar a las víctimas, ademásde practicar seis u ocho cortaduras o heridos “en la calzada derecha de Guadalupe yen la izquierda tres”, con lo cual se tendrían diez, y se construyó sobre ellas puentesprovisionales de madera para el paso de peatones y caballos; dejar que por las cortadurascorriera el agua a los prados y potreros de Aragón y Balbuena para que por lasacequias transitara el agua a Texcoco; abrir otros conductos semejantes donde fuera329


ingeniería en méxico, 400 años de historianecesario, y proporcionó toda la gente que se necesitara para desazolvar acequias; levantarpresas y puentes; y tomar todas las precauciones indispensables a fin de evitaruna posible inundación y hambruna. Las medidas dieron buenos resultados en losdías sucesivos y este fue el último ejemplo de las obras de ingeniería que en materiade protección y prevención de desastres por lluvia llevó a cabo el dominio españolen México.330


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosMéxicode historiaindependiente 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaEl movimiento independiente tuvo en sus diversos periodos héroes ymártires que desde su arranque lo personificaron y atrayeron la atenciónde los historiadores decimonónicos. Un ejemplo fue la entradatriunfal de Iturbide el 27 de septiembre de 1821 a la ciudad capital junto a trescientosaños de la conquista del señorío azteca.La gente se agolpaba en las calles y plazas, por donde habría de pasar el “ejércitomás numeroso que hasta entonces se había visto en México”, al estar integrado por16 000 soldados pertenecientes a las armas de infantería, artillería y caballería.Por su parte, las casas estaban adornadas con flores y vistosas colgaduras que ostentabanlos colores adoptados en Iguala, que los habitantes se pusieron en el pechocomo emblema de una nueva nacionalidad.El virreinato acababa de convertirse en el México independiente, quedando bajola responsabilidad de quienes por su fama hacían saber a todas las clases sociales quese sentía con la fuerza suficiente para “emprender la tormentosa peregrinación queimplica una administración mayor en beneficio del pueblo”.Prácticamente la presencia de notables y de criollos en la sede de gobierno fueinmediata al fingir la adhesión hacia el jefe del ejército libertador, aunque en realidadlo único que les interesaba era la ambición.Entre los designados estuvieron como ayudantes de Iturbide el marqués de Salvatierra,los condes de Peñasco y de Regla, y José Eugenio Cortés, encargado deMarina.Debe señalarse que de entre los nombramientos atinados sobresalió el de SimónTadeo Ortiz de Ayala, individuo fuera de tiempo y autor de proyectos que se adelantaronpor siglos en la enormidad de un territorio que llegaba hasta Panamá.331


332Desgraciadamente, muy pronto, un mar de intrigas gubernamentales, mezquindades,altercados y la falta de consejeros de la calidad de Ortiz de Ayala precipitaron,sin grandeza alguna, el régimen de largo horizonte soñado por Iturbide, al mismotiempo que abrieron la puerta a una inestabilidad política de muy larga permanencia.


capítulo iv. siglo xixUn problema heredado: la basuraEl problema de la basura se retomaría en el México independiente. En ese sentido,durante la Regencia (1821-1822) se discutió en enero de 1822 la estructura de unbando sobre aseo y limpia de la capital. Casi de manera simultánea se trató lo delabandono de las calles y plazuelas, razón por la cual el ministro de Relaciones delInterior y del Exterior externó la conveniencia de la limpieza de la ciudad que laliberaría de epidemias y la hermosearía. El parecer del ministro fue que, desde quese instaló este cuerpo, se dictaron providencias oportunas. Como complemento sedispuso fijar “rotulones” para convocar postores de almoneda para la limpia.Cuando México cambió de régimen de gobierno a la primera presidencia, unade las actividades a las que la administración de Guadalupe Victoria (1824-1829) seencauzó casi desde su inicio fue contar con mejores servicios municipales. Por ello,en 1824 volvió a reglamentarse el control y la recolección de basura prácticamentesin variaciones. Un año después, el 7 de febrero de 1825, se emitió otro, por lo queel vecindario sería sancionado en caso de que se arrojara basura, tiestos o piedras a lacalle; se vertiera agua sucia o limpia por canales, ventanas, balcones o puertas; o se sacudieranalfombras, ropas u otros objetos semejantes. Además se prohibía lavar ropaen caños o fuentes públicas; bañar caballos, fregar trastos y utensilios en las calles;tener jaulas, macetas, tinajas, etc., en los balcones; y había que poner rejas o bardasen las azoteas para evitar que cayeran objetos que causaran perjuicios a las personasque estuvieran en las banquetas.En materia de limpieza, el presidente prevenía que los vecinos barriesen las calles,los frentes y los costados de las casas, y que las regaran por la mañana y cuidar delempedrado y llevaran la basura a los lugares de recolección. Los dueños de establecimientos,tales como panaderías, fondas, vinaterías, pulquerías, etc., estaban obligadosa conservar la limpieza más absoluta en el frente de sus expendios. Había reglastambién para la limpieza de letrinas y para el manejo de los animales muertos. Lassanciones consistían en una multa o, en su defecto, en un castigo correccional, segúnlas circunstancias del caso. También estaba autorizado el decomiso.Al terminar el periodo de Guadalupe Victoria se reiniciaron las hostilidades encabezadaspor Antonio López de Santa Anna y, con ello, la debilidad del Gobierno, que tuvocomo consecuencia el mal estado de las calles, las cárceles y los empedrados, y las actividadesde mano de obra abandonadas y los maestros de las escuelas públicas sin sueldo.Poco después el público empezó a ver en Anastasio Bustamante (1830-1832)una esperanza, pues en septiembre de 1831 se presentó un proyecto para un vertederonocturno de inmundicias, aprovechando la construcción de un canal para aguas333


ingeniería en méxico, 400 años de historianegras en las inmediaciones de la garita de San Lázaro. Después de analizar el documentocon sumo cuidado, se optó mejor por diseñar otro proyecto que descargaraen el antiguo caño, y el elegido fue el de José Antonio Zúñiga, cuyos detalles fueronlos siguientes:Se construiría “un vertedero para los carros nocturnos pasando el puentede San Lázaro, y en él formar un cuarto y una noria para sacar agua de lamisma acequia, he creído deberá formar el plano que acompaño, que manifiestael de la cloaca con dos entradas y piso recintado. El cuarto y la noriapara extraer el agua de dicha acequia y un arco que da el claro de la rueda,su piso será más profundo que el de la citada acequia. Una atarjea como lamostrada puede limpiar con agua lo que quede de suciedad al tiempo deverter dichos carros. Como es esta obra en el agua, que todo vaya estacadoy con las precauciones necesarias”. El costo ascendería a “mil doscientoscincuenta pesos”.En tanto se discutía el proyecto, para retomar la confianza del público se anuncióen los periódicos que el Ayuntamiento retomaría y se responsabilizaría de la limpiade las calles.Bustamante regresó a la presidencia en 1837, y el 20 de marzo emitió un reglamentoprovisional para el gobierno interior de los departamentos, según el cual lasatribuciones de los ayuntamientos comprendían los ramos de policía, salubridad, comodidad,ornato, orden y seguridad. Intervendrían también en cuestiones de limpia,cementerios, pavimentos, cárceles, hospitales, mercados, agua, alumbrado, paseos,parques y, en general, en todo lo conducente al bienestar del vecindario.Después de seis presidencias, ascendió a la máxima magistratura Valentín Canalizo(1843-1844), quien insólitamente por lo breve de su permanencia emitió en 1844uno de los más importantes bandos de limpia que abarcaba todos los problemas enque se apoyaban las críticas a los diferentes gobiernos. En su contenido, además derefrendar la prohibición de arrojar basura en la calle, agua limpia o sucia desde losbalcones, ventanas o puertas, se ordenaba evitar bultos estorbosos en las fachadas; quelos coches transitaran de manera ordenada; que los comerciantes ambulantes dejaranlimpias sus áreas una vez terminada su vendimia; que se barrieran diariamente losfrentes de las casas entre seis y ocho de la mañana; que en las plazas se limpiaran lasfuentes todos los días, y se barrieran y regaran dichas áreas por los vecinos y aguadores(para esto se señalaron inicialmente las plazas de la Concepción, las Vizcaínas, SanSalvador el Seco, Regina, la Palma, Santa Cruz, la Santísima, Loreto, Santo Domingo,334


capítulo iv. siglo xixla Lagunilla, Santa María, San Juan de la Penitencia y otras más). También se ordenabaque los mercados se barrieran y se regaran diario, así como los sitios de coches; sele prohibía a los talleres arrojar excedentes a las calles y que, una vez recogida la basurade los frentes o banquetas, se guardara en las casas o accesorias en espera de los carrosde limpia. Se solicitaba que los comercios con necesidad de verter líquidos lo hicierandirectamente en las coladeras y no en las banquetas; que cuando la carga llegara poranimales, una vez vaciada, se quitara la basura que quedaba, así como los excrementosde los animales; que las mezclas en casas en proceso de construcción se trabajaranen la obra y no en la calle. Se señalaban las obligaciones de los carretoneros y de lasencargadas de las vecindades (porteras), incluida la limpieza de los caños abiertos quesalían a las aceras; se trató de controlar la vendimia callejera de productos grasos ymalolientes; se obligaba mostrar, por los jefes de cuartel, un padrón general de lascasas “sin comunes”; se prohibía lavar la ropa en los caños y fuentes, así como que laspersonas sin ningún pudor se ensuciaran en las vías públicas; y se ordenaba enviar a losebrios a las cárceles. Además de una serie casi interminable de limitaciones, cada unacon sus respectivas sanciones en beneficio de la limpia de la ciudad.Adicionalmente se señalaron los tiraderos de los carros diurnos y nocturnos conformeel dictamen del Consejo Superior de Salubridad, con la idea de retomar elpropósito de incinerar la basura. El Consejo afirmaba que entre los problemas delmomento estaba buscar el medio más conveniente y económico para desaparecer losmuladares, y el uso que podría dársele a los desechos o residuos. En el primer caso,se sugirió la combustión y el acarreo de las cenizas. Para el segundo caso se propusoemplear la basura en la nivelación de “parajes en que no fuera necesaria mucha solidez”,no así en los pisos de los cimientos, de las calles ni plazuelas muy frecuentadas.Los tiraderos respectivos deberían estar “a doscientas varas los menos de la últimahabitación de la ciudad”.Dado que era difícil recurrir a la incineración, los tiraderos diurnos podrían situarseen casi toda la periferia bajo dos condiciones: vaciarlos con cierta frecuencia afin de evitar que en pocos años se formaran montañas de basura, y que tuvieran unaextensión suficiente que facilitara la combustión. Respecto a los tiraderos nocturnoso de excretas, la Comisión opinaba que debían situarse entre el sureste y el suroestede la ciudad debido a la dirección de los vientos, además de que los ejidos por esosrumbos proporcionarían mayor facilidad para cambiar frecuentemente tales tiraderos.Estos depósitos debían excavarse de acuerdo con la “sequedad” del terreno, a finde evitar humedad que afectara o alterara la propia basura y con una extensión talque prolongara su funcionalidad. Finalmente, se indicaba que un poco antes de que335


ingeniería en méxico, 400 años de historiaVista de la Catedral Metropolitana de la ciudad deMéxico en 1884 durante la ocupación estadounidense.los “sumideros” se saturaran, debían cubrirse con la tierra de los bordos, procurandorevolver con ella las excretas a fin de formar un abono que pudiera beneficiar “terrenospobres”.El presidente Valentín Canalizo investigó los muladares con el objeto de comprobarla labor de las comisiones de Aguas y de Policía, y del regidor y otros tresfuncionarios. Lo que encontró le incomodó, y tomó como ejemplo el del Caballete,un foco de infección latente, e insistió el 21 de marzo de 1844 en ubicar un basureromayor por el rumbo de San Lázaro. Ordenó además una programación de limpiade albañales, principalmente de los ubicados en el Calvario, Monterilla y el Rastro,y que las condiciones para contratación de esa labor dejaran de ser atención privadapor parte del Ayuntamiento, y se publicaron, a partir de entonces, las condicionesde postura, ya impresas y al alcance de los aspirantes. Estos propósitos se invalidaronuna vez más el 4 de junio y el 12 de septiembre de 1844 ante los alzamientos promovidosdurante tres meses por López de Santa Anna.336


capítulo iv. siglo xixCuriosamente otro personaje que duró muy poco como mandatario fue JoséJoaquín de Herrera, pidió en su segundo periodo presidencial (1844-1845) que losregidores informaran por escrito, los días catorce y veinte de cada mes, cómo se encontrabanlos cuarteles en cuanto a limpia, caños abiertos, calles, plazuelas y muladares,junto con su ubicación con toda claridad.La preocupación por el cuidado de la urbe prácticamente no se interrumpía, apesar de los constantes conflictos políticos. Durante la administración de ParedesArrillaga (enero-junio de 1846) la Comisión de Limpia emitió un reglamento aprobadopor el Ayuntamiento en mayo de 1846, en el que los concesionarios debíansujetarse en orden, tiempo y economía para el cumplimiento de los itinerarios y puntosde descarga, a fin de brindar un buen servicio al público. En dicho documentose indicaba el número de vehículos, los horarios, los lugares de captación, el númerode paradas, el acarreo nocturno, las multas, el personal, las formas de limpia, el desazolvede caños, y las restricciones y obligaciones del contratista, además de rutas,sectores y un número de carretones para cada uno. El documento se publicó en losperiódicos El Tiempo y Diario de Gobierno, y se difundió a través de avisos públicospegados en las paredes de las calles más céntricas.La labor del Ayuntamiento se interrumpió constantemente hasta la segunda administraciónde Peña y Peña (enero-junio 1848), quien al darse cuenta de la grancantidad de basura frente a las casas y de que, tras la invasión norteamericana muchagente se dedicaba a la “pepena”, configuró una comisión especial para que resolvierael problema. La respuesta fue proponer cuatro puntos fuera de las garitas paraestablecer tiraderos que se subdividirían en tres partes destinadas a basura seca, inmundiciasmojadas y animales muertos, respectivamente. Cada uno estaría bajo lavigilancia de dos guardas para la descarga de los carretones que cuidarían la quemadiaria de basuras secas. Respecto a los muladares, habría que limpiarlos a la “mayorbrevedad posible”.Durante la administración retomada de José Joaquín de Herrera (junio de1848-enero de 1851) los únicos tiraderos que había eran conocidos como el de laViña y el del Caballete, que resultaban insuficientes, por lo que el Ayuntamientodispuso trasladarlos a lugares más lejanos de la ciudad.Nuevamente José Joaquín de Herrera procuró atender cualquier queja que pudieradesprestigiar al Gobierno, por lo que la Comisión de Policía convino con el gobernadordel Distrito, en febrero de 1849, ubicar nuevos tiraderos para la limpia diurna enla calzada de la Piedad y del Niño Perdido, ya que dichas calzadas dejaban de ser transitablesde julio a septiembre por la abundancia de lluvias, además de que, por no ser337


ingeniería en méxico, 400 años de historialugares alejados, facilitarían la transportación de excedentes, y de que, por ser planos,eran “capaces de recibir en tres años por lo menos, las basuras de la ciudad”.Los pobladores insatisfechos externaron su descontento acerca del vaciado de loscarros nocturnos en un lugar llamado la Beata (puente Blanco), por lo que en marzode 1849 los carros nocturnos siguieron descargando en la cloaca construida en SanLázaro. Un mes más tarde se planteó la necesidad de establecer un tiradero exclusivopara desechos provenientes del rastro.No satisfecho con eso, se le sugirió al arquitecto de la ciudad, José del Mazo,una localización funcional de nuevos tiraderos con sus respectivas rutas de acceso.El arquitecto indicaba tiraderos viables que cubrían los ocho puntos cardinalesde la ciudad. Para la disposición final de detritus urbanos se emitió un bandoen agosto de 1850, en el que se indicaban nuevos sitios de depósito en los cuatropuntos cardinales, así como la obligatoriedad de incinerar no únicamente basura,sino también cadáveres de animales y estiércol, además de su reutilización comoabono.En lo relativo al problema del comercio de la pepena y de los excedentes urbanos,la respuesta se dio a través del bando del 2 de agosto de 1850 uno de los másimportantes de la centuria. Este bando establecía que los muladares, a causa de laelevación, perjudicaban la corriente de las aguas, y que para resolver el problemadebían obedecerse las siguientes disposiciones: las basuras se depositarían en los tiraderosindicados, los animales muertos fueran conducidos a diversos puntos para serincinerados, los encargados cuidaran de no amontonar la basura en los terrenos, y losmayordomos y agentes de policía vigilaran el cumplimiento de las órdenes. Tambiénse indicaban las multas y los castigos.Durante el régimen de José Joaquín de Herrera el destino de la basura tuvo ungiro extraordinario: el aprovechamiento de las excretas, iniciada por Aquilino Mendieta,quien en 1850 le solicitó al Ayuntamiento que se le proporcionara la carga deeste tipo de detritus para procesar abono en beneficio de la agricultura. La peticiónse aceptó, por lo que se celebró un contrato por diez años.En 1854 se nombraron trece comisiones, entre ellas, una de limpia. Y al concluirla guerra de los Tres Años, Benito Juárez ordenó en 1863 la división de laciudad en cuatro cuarteles, aunque esta disposición nunca se aplicó al entrar enfunciones la Regencia, como gobierno previo al segundo Imperio.338


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e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosLadeRepúblicahistoriarestaurada 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaApesar de las constantes solicitudes de indultar al emperadorMaximiliano, la premisa sustentada por Sebastián Lerdo de Tejadade que haber ensayado por más de cincuenta años un sistemade perdón y de lenidad, al desembocar en la anarquía interior y en el desprestigioexterior, fue más fuerte, pues de otra suerte “ahora o acaso nunca podrá la Republicaconsolidarse”, fue el detonante que despertó en los mexicanos la certeza de un yacercano régimen liberal.Eso se convirtió en realidad el 15 de julio de 1867 cuando Juárez entró a la capitalacompañado por Ignacio Mejía, José María Iglesias y Sebastián Lerdo de Tejada porBucareli, Calvario (hoy av. Juárez), San Francisco y Plateros hasta el Palacio de Gobierno,donde en medio de una algarabía hizo público un manifiesto que en ciertaforma anunciaba su política al decir que el Gobierno había cumplido el primero desus deberes, al no contraer ningún compromiso en el exterior ni en el interior que“pudiera perjudicar en nada la independencia y soberanía de la República, la integridadde su territorio o el respeto debido a la Constitución y a las leyes”. Concluyó dela siguiente manera: “Hemos alcanzado el mayor bien que podíamos desear, viendopor segunda vez la independencia de nuestra patria. Cooperemos todos para poderlegarle a nuestros hijos un camino de prosperidad, sumando y sosteniendo siemprenuestra independencia y nuestra libertad”.Una vez establecido el orden constitucional, se restauró la República en todo elterritorio.341


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosEldeenfoquehistoriaporfirista 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaLa mala situación del erario rebasó el gasto para la quema de basuraen general a cargo de la Comisión de Limpia, de tal suerte que loscontratistas debían incinerar la basura no aprovechable, tener los basureroslo más limpios posible y cuidar la seguridad y la conservación de los excedentesdomésticos y de mercados. Estas obligaciones fueron refrendadas en un nuevocontrato en enero de 1880, medida que sirvió de antecedente al establecimiento deincineradores públicos.343


ingeniería en méxico, 400 años de historiaEl problema de la basura se complicaCon el progreso porfirista se le dio un fuerte respaldo a la asistencia social, lo quepropició el problema de los desechos riesgosos provenientes de los hospitales que seacumulaban en tal cantidad que, por ejemplo, la basura del Hospital Militar (en elantiguo barrio de San Pablo), al ya no tener dónde almacenarla, fue depositada en uncallejón aledaño. Otro tipo de basura menos riesgosa aunque sí de fuerte afectaciónen los descargaderos mayores, fue la originada en maternidades, casas de cuna y hospiciospúblicos y privados, por lo que fue necesaria la instalación de incineradores.Las concentraciones urbanas previas a la disposición final de excedencias fueron elantecedente de las estaciones de transferencia. El problema de esta idea era la demanday el valor del suelo urbano, que constituía un conflicto para el Ayuntamiento. Deahí que nuevamente se buscó ubicarlos en rumbos periféricos, por ejemplo, por el delos potreros de la Candelaria. Esto, en la práctica, pronto mostró efectos no previstoscon los pepenadotes. En 1879, por ejemplo, el concesionario Eugenio Raynand lereclamó públicamente al Ayuntamiento su tolerancia a que los pepenadores penetrarana los tiraderos asignados a él por contrato. Una queja más fue la del Sr. Hernández,que exponía el exagerado tránsito de pepenadores en el tiradero instalado atrásde San Lázaro junto a la garita.Contradictoriamente el número de empleados en el ramo de basura aumentaba,y con ello los problemas de contratación, las responsabilidades y las obligacionesante la falta de un reglamento interno. Para evitar conflictos laborales se emitió en1881, bajo la administración de Manuel González (1880-1884), compadre de PorfirioDíaz, un reglamento interno de ocho capítulos con un análisis completo acercade las obligaciones del administrador, el inspector, el mayordomo, los carretoneros,las cuadrillas de paleros, los piperos, el velador y los muleros.México no podía quedar a la zaga en materia de modernismo, por lo que en 1882la Comisión de Limpia creyó conveniente ensayar el sistema de máquinas barredorasde la Casa Abbot y Dowening, Co. de Boston, y que el “Consejo Municipal de estagran ciudad emplea con éxito seguro en la limpieza de sus calles y boulevares”. Elprecio por unidad sería de 380 dólares.Siguiendo los planteamientos socialistas y la influencia de Rodakannati, los pepenadoressecuestraron un carretón en 1883 para negociar con él. Después de controlarel problema se adquirieron más carretas, acémilas y enseres, y se confirió lalimpia de sus demarcaciones a los inspectores de Policía. Los gastos de servicio aumentaron,se construyeron las oficinas de Limpia y se optó por quemar diariamentelos residuos urbanos con el propósito de evitar una epidemia.344


capítulo iv. siglo xixEl impacto de la Revolución Industrial, además del precio de las máquinas parala limpia de calles que llegaban a costar hasta 1930 pesos, se reflejó en los diseñadoresmexicanos. En tal sentido, Pedro Alvarado le propuso al Ayuntamiento una invenciónpara quitar el lodo de las calles “sin necesidad de mover los empedrados, y sólotres o cuatro brazadas de piedra […]; el costo sería de cuatro reales la vara cuadrada”.El problema de los desechos sólidos no fue lo único que desató el ingenio de losmexicanos, ya que lo mismo sucedió con el transporte de detritus. Ante esa situación elAyuntamiento hizo saber que estaba por terminar el acarreo de grandes pipas sobre dosruedas, que al transitar por las calles derramaban su contenido, y sugirió que los “carrostuvieran una especie de cespol en el lugar por donde reciben los desechos a fin de queno escapen los gases, y que contengan en su interior algo poco usual como el sulfatode fierro, por ejemplo, que sirva de desinfectante”. Curiosamente en 1885 el cónsul deMéxico en Francia envió una copia del reglamento de París, en donde se hablaba de“unos recipientes con tapa que impedían la fuga de gases; permitiendo conservar en lasnoches las basuras y desperdicios”. Sin embargo, ese tipo de letrinas que eran novedaden Francia se venían utilizando en México desde fines del siglo XVIII, y el problema delas letrinas no era tan álgido al haberse impuesto estas poco a poco.La situación crítica era el traslado de desechos sólidos, por lo que el Ayuntamientoconvocó a la presentación de proyectos para resolver este problema y premió al ganadorcon 500 pesos. De acuerdo con el periódico El Municipio Libre del 20 de mayo de1886, se recibieron interesantes innovaciones que sugerían el empleo de ácido sulfuroso,sulfato de fierro, ácido férrico, etc., como desinfectantes. En general coincidían enpoder producir el efecto deseado en el corto tiempo que transcurría desde que se recogíanexcrementos en las habitaciones, hasta el vaciado de los carros en el canal de SanLázaro. El que más se adaptó a la idea del regidor Manuel Domínguez fue el regidor deJalapa, por emplear un sistema de embudo que captaba las excretas y con su quema conuna lámpara de petróleo para desinfectarlas.No obstante los esfuerzos para controlar la limpieza urbana, cada vez era mayorel número de tiraderos clandestinos; por ejemplo, por el rumbo de la Penitenciaría(en construcción) y en el barrio de Santa Cruz Acatlán, en el que había reportes degraves enfermedades gastrointestinales.Pese a su lejanía los diarios siguieron quejándose de que la contaminación ambientalretornaba con diversas respuestas, lo que permitió librar a la capital de afectaciónpor vientos, empezando por evacuar dos basureros mayores, uno ubicado enterrenos de Santa Cruz Acatlán, y otro, a unos 600 m de la garita de San Lázaro,hacia el oriente.345


ingeniería en méxico, 400 años de historiaAnte la dinámica cantidad de excedentes, y con el objeto de agilizar su trasladoa su destino final, se propuso la compra de un kilómetro de vía férrea portátil parados plataformas de cuatro pares de ruedas destinadas a la conducción de pipas desdela garita de San Lázaro hasta el “tiradero” en el canal de Texcoco, y con ese sistemadisminuir al mismo tiempo el riesgo de la lenta evacuación de residuos peligrosos,como el caso del Hospital de Dementes y el del Hospital Juárez.Con el antecedente de concentrar excedentes en forma previa a su eliminación,le correspondió a México, a nivel internacional, establecer estaciones de transferenciaen 1892, una de ellas en la plazuela de Mixcalco, que consistía en la construcciónde estructuras o depósitos llamados “muelles”. El objetivo del que estaba ubicadohacia el costado norte de la plazuela era expeditar “de manera rápida y eficaz el movimientode plataformas”. La autorización de la construcción de los muelles de descargade basura se le solicitó a la Dirección de Obras Públicas.El 19 de enero de 1893 se anunció, a través del periódico El Municipio Libre,que se dividiría la ciudad en cuatro zonas, y se rematarí cada una al mejor postor. Loscontratistas de zona adjudicarían la propiedad de carros, mulas, atalajes, pipas y pasturas,con el previo avalúo por ambas partes. Las cuatro zonas comprenderían ochodemarcaciones. El servicio quedaría bajo la vigilancia de la Comisión de Limpia, auxiliadapor los inspectores de las demarcaciones. Dicha Comisión fijaría atribucionesque quedarían incluidas en “el nuevo Reglamento de la limpia de la ciudad que laComisión sujetaría a la aprobación del Cabildo”.Hornos incineradoresLas innovaciones tecnológicas se sucedían en los albores del siglo XX. Una de ellasfue el recurso experimentado de quemar basura, lo que le dio al Ayuntamiento laidea de instalar en la ciudad de México un incinerador, y surgió, casi de manerainmediata, propuestas relativas a la construcción de “hornos para la cremación dedesechos y basuras”. Con tecnología eminentemente mexicana, Esteban Cornejole sugirió al Ayuntamiento un sistema de incineración que aprovechaba “el calóricoque se desprende de las basuras al quemarse, utilizándolo en la elaboración deobjetos de cerámica y varios materiales de construcción”. El producto derivado dedichos materiales podría emplearse en obras públicas. Cornejo se comprometíaa quemar todos los desperdicios con un método enteramente higiénico por mediode hornos especiales elevados. En su sistema se incluirían, además, anexos derecuperadores de calor Wittral “reformados por el suscrito”, que servirían para la346


capítulo iv. siglo xixcombustión de gases que se desprendían al verificarse la incineración de las basuras.Los hornos serían construidos por parte de él a extramuros de la ciudad y en lacantidad que fuera necesario para la cremación continua de los materiales especificados.Para verificar la eficacia de todo el sistema se comprometía a integrar porsu cuenta un horno para ser probado ante el Ayuntamiento y el Consejo Superiorde Salubridad. Sin embargo, la desconfianza en los diseños mexicanos hizo que elingeniero Luis Salazar, antiguo encargado de la Comisión de Obras Públicas delGobierno del Distrito, le encomendara al “ingeniero de la Ciudad”, Mateo Plower,investigar en Estados Unidos el funcionamiento de unos modernos hornos incineradoresy la factibilidad de utilizarlos en México.Plower visitó la ciudad de San Antonio, Texas, donde le fue demostrado el funcionamientode varios hornos, unos de los cuales ya estaban en uso en Texas desdehacía más de diez años; sin embargo, muchos de ellos fallaban por haber sido construidossin supervisión técnica y manejados por personas no capacitadas para ello.De todos los hornos que le mostraron, se inclinó por el Brownlee, que en un segundofuego quemaba los gases generados en la primera combustión.A su regreso al país, y después de analizar sus múltiples observaciones, le informóa Luis Salazar que para la ciudad de México no recomendaba un horno de ese tipo,pues su capacidad para fecales no era para una urbe como la de México. Además sucosto resultaba bastante alto respecto a la calcinación de basura doméstica, de hoteles,de mercados, restos de animales y otros desperdicios. En el caso de los establos yde los rastros, podía hacerse al separar los materiales combustibles de los incombustiblesy quemarlos en hornos más económicos, sin desechar los que respondieran aepidemias, pues debían calcinarse los desperdicios humanos, básicamente los infecciososque provinieran de los hospitales. Afirmaba que un procesador destinado alrastro sería más conveniente de diseñar. Dos años después, aún seguía el propósitode establecer hornos crematorios.La mancha demográfica y comercial al suroriente de la traza volvió en poco tiempoinsuficiente el corral de limpia de la plazuela de San Salvador el Verde, por lo quese buscaron en 1897 otros locales a fin de cubrir el servicio de las 4ª y 5ª delegaciones,uno en la calle del Puente de Santo Tomás no. 1523, y otro en la calle de la Soledadde la Santa Cruz no. 11/2. Para la 2ª demarcación se tomó un corral situado en larinconada de la plaza de Venegas, y para la 1ª, el de la calzada de Guadalupe n° 1 sepasó a la manzana no. 33 de la colonia Morelos.Ante la necesidad de cubrir áreas cada vez más grandes en cuanto a limpia urbanay solucionar las innumerables quejas, el Ayuntamiento no dejaba de exigir informes347


ingeniería en méxico, 400 años de historiade diversas clases en el marco de este servicio, como los de infraestructura municipal,pues de ellos dependía la justificación o no de los reclamos ciudadanos.Otra innovación en el aseo urbanoCon el propósito de mejorar el servicio, un año antes de concluir el siglo el Ayuntamientoconvocó postores para la contratación del barrido mecánico, el riego y laconducción de basuras. Dicha labor se llevaría a cabo dos veces al día, dependiendode las zonas, con un horario restringido. También, según el rumbo, podría limpiarseuna o dos veces a la semana, o una por quincena. El barrido se haría mediante máquinasa base de rodillos, cepillos, escobas y no pasarían de 3 500 kg si eran de cuatroruedas, ni de 1 750 kg si eran de dos ruedas; la anchura de estas podría ajustarse a unmínimo de 10 cm.Por su parte, los carros transportadores de basura serían cerrados, pero continuaríansiendo tirados por uno o dos animales, según fueran de dos o cuatro ruedas.Esto definitivamente disgustó a los habitantes, pues los carretones de maderadejaban filtrar líquidos en extremo contaminantes. De ahí que el Ayuntamientohizo una segunda convocatoria para nuevos vehículos. De entre varios diseños nacionalesse escogió “un moderno carro de metal” con las siguientes características:longitud de 2.15 m, altura de 1.0 m, ancho de 1.30 m, capacidad de 2.0 m 3 y uncosto total de 500 pesos plata. Después de haberlo probado, se adquirieron veinticuatro,inicialmente.Para la atención municipal de la traza, esta se dividió en ocho cuarteles, cada unocon un mayordomo. El total de carros era de ochenta y tres para el servicio diurno,cuarenta y dos pipas para el nocturno, y ciento treinta y dos mulas. Existía además unjefe de mayordomos que se entendía directamente con la Comisión.En un modernismo urbano sin precedente pero a la vez de alto riesgo extramuros,en los primeros meses de 1900 se puso en servicio el Gran Canal de Desagüe.Con ello dejó de funcionar el de San Lázaro al no contar ya con la corriente quecontribuía al arrastre de los desechos arrojados por las pipas entre las bombas deSan Lázaro y los cuarteles correspondientes. Para tratar de disminuir el temor deque eso podría formar un inmenso foco de infección se sugirió trasladar el tiraderode excretas a un punto situado sobre el Gran Canal del Desagüe, donde mediantela construcción de un “puente muelle” se facilitaría vaciar los desechos de las pipasen el centro del canal y dejar que la corriente los arrastrara. Se estudiaron dos puntosfactibles, uno al oriente del Ferrocarril Interoceánico, con acceso por el lado sur del348


capítulo iv. siglo xixGran Canal; y otro, entre las compuertas donde los colectores se unían al Gran Canaly al puente del Interoceánico. La obra sería a base de viguetas de acero de 5.50 mde largo por 0.17 y 0.06 m, aproximadamente, de ancho, 285 piedras de Chiluca yemparrillados de madera para la cimentación de los “pies del muelle”.Así como México estaba entrando al modernismo tecnológico, de igual maneraavanzaba en el control y el aprovechamiento de excretas. Se otorgaron para ello másconcesiones, entre otras la del señor Bkundorf para utilizar toda la materia fecal recogidadiariamente por los carros nocturnos y aprovecharla en su fábrica de “guanoartificial”, y se comprobó que esta actividad no derivara en un factor de riesgo parala salud pública.Los propósitos del Ayuntamiento a través de sus órganos encargados fueron configurando,en materia de obra municipal, una política con fuerte tendencia a formaruna cultura sanitaria a favor de la ciudadanía.A partir de 1881, en que se subdividió el servicio de limpia en las ocho demarcacionesde Policía, se tomaron en arrendamiento diversos terrenos o corrales paraproteger los carros, animales y enseres, pero gradualmente al crecer la población yal ensancharse la ciudad, la Comisión de Obras Públicas creyó conveniente, paramejorar el servicio, establecer depósitos en diversos puntos de la urbe que sirvierande pequeños almacenes de materiales, así como facilitar la ejecución de las obrasque a la vez sirvieran para guardar la herramienta de las cuadrillas.349


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosVisiónde historiapanorámica de problemas400 años de historiaIngeniería en Méxicoy soluciones del siglo 400 XIX años de historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaEn la madrugada del 23 de marzo de 1810 un olor fétido invadió la capital.La zona generadora del problema estaba en el oriente, donde seencontraban abundantes marjales cercanos al lago de Texcoco, desdeSan Lázaro hasta el puente que “nombran de las Rondas”, como resultado de dospresas a base de tablones y céspedes afianzadas con estacas en la “ribera del Peñolde los Baños y otra más abajo, como a una distancia de 1000 varas. Para resolverla situación se le pidió al oidor Guillermo de Aguirre que integrara una “junta defacultativos en medicina” para que, de acuerdo con los maestros mayores de obras,se “pusieran en ejecución cuantas providencias pudieran conducir a alejar los dañosa vecindades”. Entre las disposiciones que se tomaron estuvo una programación enlas zonas cercanas a los depósitos de basura. De acuerdo con la Junta de Facultativos,la otra parte del problema eran los “comunes”, al atribuirles la generación de afectacionesa la salud pública, no únicamente por su mal estado, sino porque, al atascarselos albañales correspondientes, los detritus en forma de aguas negras se derramabanen calles consideradas como céntricas, por ejemplo, las de Tacuba, Tompeate (hoyIsabel la Católica), Mesones y de Jesús (hoy República de El Salvador).Por otra parte, quienes no daban desalojo a los retretes conforme el Ayuntamientose sujetaron a las sanciones económicas en el arancel de 1807 que entonces eran dedoce reales. Sin embargo, poco después se dio a conocer la nueva tasa de multas en1819, mediante la cual se fijó en seis pesos, en especial al tratarse de comercios con“comunes”. No obstante lo anterior, y otras medidas, la reticencia para cubrir sancionesante las justificaciones de que la red de albañales era la que provocaba inundacionesde aguas negras, las autoridades concluyeron que gran parte del problema se originabapor los hundimientos del suelo, lo cual fue estudiado por una Comisión que351


352encontró errores en el planeamiento inicial de las construcciones. Como solución seindicaba que la limpia de las atarjeas debía efectuarse con carros calafateados y que sedebía perder la práctica de que, una vez sacadas las inmundicias, se tendieran en lascalles “hasta que se evaporan sus miasmas fétidos, lo que hace gravísimo perjuicio ala salud”. Se añadía no perder de vista que cada atarjea podía considerarse “como unhorno de fermentación acalorado”.Pero, dado que evitar infraestructuras de ese tipo iría en contra del modernismosanitario, se dieron las siguientes soluciones: “las atarjeas cubiertas y los caños descubiertospodrían lavarse con agua corriente, lo menos una vez al mes con agua provenientesde la ciénaga de Romita y si no fuera suficiente, de la acequia de Ixtacalcodirigiéndola de noche por la que va de Chapultepec al potrero que se llama ejido dela Concha donde ha de fabricarse una presa de cal y canto de media vara de alto, yabandonar la costumbre de sacar con pala su inmundicia y fetidez a la orilla hasta quese seca para conducir en carretones”. Otra solución consistió en refrendar el bandodel segundo conde de Revillagigedo en la parte “que prohibía severamente a los quebarren las calles que echen basuras por las hendiduras de las tapas de las atarjeas, aumentandocon una cantidad de mucha consideración sus azolves y dificultando porlo pedregoso de la tierra que puedan arrastrar las aguas”, así como refrendar la disposiciónde 1812 de prohibir el alquiler de ataúdes, sábanas y almohadas de cadáveres,lo que era hasta cierto punto común en los arrabales.


capítulo iv. siglo xixEl problema siguió, por lo que la Regencia convocó a integrar la Junta Municipalde Sanidad para 1822, conforme el artículo IV, Capítulo I de la Instrucción para elGobierno Económico Político de las Provincias, con énfasis en resolver la situaciónde los comunes y de la sanidad pública. Una acción inmediata fue la “vista de ojos delcañón de San Lázaro a la laguna de Texcoco, que toca a los altos de [la] hacienda deAragón sobre la transacción de la limpia de dicho cañón”.Un brote de peste en Xochimilco, donde la población fue afectada, se atribuyó ala falta de control en la evacuación de las excretas, por lo que se insistió en la limpiadel cañón de San Lázaro. Cualquier respuesta resultaba inoperante, lo que afectó nuevamenteel prestigio del Ayuntamiento, incluso los ciudadanos mostraron, ante la incompetenciade este, una inquietud de reto y burla, que llegaron al grado de desarrollarinvenciones no solo novedosas, sino también prácticas. Tal fue el caso del proyecto queen 1824 le presentó al Ayuntamiento el arquitecto Antonio Villard, con el nombre de“secretas móviles e inodoras” que acompañó con trece figuras que explicaban un sistemaque se adelantó, en tiempo, a la instalación de los baños ingleses. Consistía en dosrecipientes, uno cilíndrico de madera, y otro, un cubo de mampostería. En el primerose separaban las materias sólidas de las líquidas, las que se filtraban hacia el segundocuerpo con unas perforaciones, para ser conducidas a filtros de plomo que las purificabany después las encauzaban hacia el albañal, y de ahí a las atarjeas. Se garantizabaque las materias del primer depósito se deshidrataban rápidamente, por lo que al nofermentarse, su olor sería poco. Además lo que vendría a ser propiamente el excusado,se cerraba con una tapa hermética. Los tubos eran de cuero y plomo, y los filtros erantambién de ese metal. Dichas letrinas estaban diseñadas de tal manera que cuando selimpiara el primer cuerpo, se asearan también los filtros de segundo depósito a fin deno entorpecer sus funciones. Se podían producir en tres tamaños distintos: uno, paracapacidad diaria de seis personas y volumen de acumulación para seis meses; otro, conigual número de usuarios y reserva de tres meses; y los pequeños, para seis individuosy limpieza mensual. Estos últimos, por ser pequeños, eran prácticos para accesorias ocasas de áreas reducidas. También se incluían las dimensiones: el primer modelo necesitabauna superficie de 1 vara 2/3 de largo (1.38 m), 1 vara 1/4 de ancho (1.03 m) y 1vara 1/3 de altura (1.10 m). Para el segundo eran las mismas medidas de superficie, conla única diferencia de los diámetros y las profundidades interiores. Respecto al tercero,era suficiente 1 vara de largo, 2/3 de vara de ancho y 1 vara 2/3 de altura. Las medidasinteriores eran menores a las de los dos modelos primeros.La mayoría de los habitantes no podían adquirir esta innovación debido a sualto costo; de ahí el ininterrumpido recurso de los comunes. Para controlar los353


ingeniería en méxico, 400 años de historiaimpresionantes volúmenes de residuos sólidos se presentó en 1831, durante el periodode Anastasio Bustamante, el proyecto de un vertedero nocturno de inmundiciaspor José Antonio de Zúñiga, cercano a la acequia receptora original de San Lázaro.No obstante, se dijo que un proyecto de tal naturaleza sin el previo y necesario análisisde factibilidad corría el riesgo de convertirse en un “gran prejuicio” al embarcaderode Texcoco, y una incomodidad terrible a los “dependientes” y transeúntes.Otro cambio que más llamó la atención fue la orden de Anastasio Bustamantede suprimir el Real Tribunal del Protomedicato, organismo fundado en 1628. En sulugar se estableció una junta denominada Facultad Médica del Distrito Federal, quetenía a su cargo las atribuciones del antiguo cuerpo con la obligación de elaborar elcódigo sanitario del país.Lo corto de su administración y los sucesivos golpes de Estado lo hicieron abandonartodos los propósitos en torno a la sanidad, al grado de que hacia 1835 la redde alabañales se había vuelto deplorable con consecuencias en la salud de los habitantes.Ante tal situación, Miguel Barragán, en el año en que estuvo en la presidencia(1835), pidió un informe detallado de la situación. En el informe ninguna cloaca seencontró en buenas condiciones, y que la peor o más riesgosa era la localizada en laplazuela de la Viña, entre los puentes de Santa María y el Clérigo que, por hallarsefrente a una salitrería, recibía descargas de sal que la convertía en “una de las vías máspútridas e insana”. De ahí la sugerencia de quitar dichos derramaderos del interiorde la ciudad empezando por ese, para lo cual se reconoció un sitio adecuado, el deGranaditas.Pasaron casi veinte años y treinta y dos administraciones para retomar el tema,ahora con un enfoque moderno a través del periódico El Universal del 18 de octubrede 1851, donde se publicaron unas prevenciones relativas a letrinas y albañales juntocon sus costos. He aquí una parte de él:Para hacer un albañal en una accesoria o cuarto bajo envigado es menesterromper el zoclo de dicho envigado poniéndolo más adentro; mover el sardinel;taladrar el cimiento; formar un cubo o cajón mamposteado con supuerta; hacer en la calle una excavación profunda y bastante ancha para poderlevantar dos paredes; poner sobre ambas, tapas de losas gruesas que resistanel tránsito de grandísimos carros; poner en la atarjea central dos represaspara poder desaguar el espacio en que la nueva ha de desembocar; romperla pared de ésta; hacerla de nuevo, empedrar el tramo de la calle y enlosar labanqueta; quitar las represas y retirar los escombros, y entre tanto pagar unvelador que utilizando una lumbrada indique la obra a los transeúntes.354


capítulo iv. siglo xixDías después se criticó públicamente el artículo IV del bando, en el que se advertíaque el carro nocturno no volvería a pasar, como medida coercitiva de instalaratarjeas. A fin de acallar la ola de críticas y quejas de la ciudadanía, el gobernadordel Distrito le solicitó pareceres a la Escuela de Medicina y al propio Ayuntamiento.Al no recibir contestación, dispuso: “Artículo único; se suspenden hasta nuevadeterminación de este Gobierno, todos los efectos del bando sobre construcción deletrinas y albañales, publicado en 10 de septiembre del presente año”.Las demandas públicas, al igual que la evacuación de aguas residuales, fueron cada vezmás grandes, por lo que hubo necesidad de ampliar la red de albañales, aunque en nadavarió la situación. Entre las sugerencias de particulares se encuentra la del señor Defontaine,quien propuso un sistema que, en el caso de las excretas, las cajas de depósito no fueransubterráneas por ser incompatibles en un subsuelo como el de México, cuyo freáticoestaba muy alto; de ahí la necesidad de “establecer en cada casa un aparato móvil limpio ydesodorizado, de tal manera que aun dentro de las habitaciones no despida olores.La tecnología desarrollada no fue escasa, ya que siempre se mantuvieron las innovacionesmexicanas que podrían aplicarse en la mayor parte de las ciudades de larepública con problemas similares a los de la capital. En ese sentido, Manuel de laSierra propuso un sistema de limpia antiepidémico adaptable a los carros en uso, que“a pesar de ser muy económico contribuiría a la salud pública por ser de aplicacióndirecta a la limpia de atarjeas, conducción de basuras, sustancias pútridas, animalesmuertos, y materias fecales, sin que envenene a la atmósfera”.El sistema consistía en carros de línea estética integrados por cuatro cajas cadauno. Una ventaja adicional eran sus cuatro ruedas, que libraban totalmente del pesoa los animales en razón de su “lanza”, y la ubicación de las guarniciones, que le dabanlibertad de movimiento a las dos acémilas al tirar a la perfección, y sin gran fatigacon el mismo paso que un “espress”; así desaparecerían los carros antiguos o “focosambulantes de infección”.Hacia finales de la centuria, en 1895, el 31 de diciembre Alberto Noack, CharlesM. Barnett y Stephan Kaslowsky, norteamericanos, solicitaron la concesión de limpiade la capital con la promesa de hacerla de igual manera como se hacía en Londres,París, Berlín y Nueva York, con el empleo de mejores y más novedosas máquinaspara barrer y carros para regar. Dichos norteamericanos iban a establecer una empresapara aseo y riego de la ciudad, “bajo el régimen de servicio particular, por mediode retribución privada”.Colateralmente al problema de los miasmas, producto de las inmundicias en lasatarjeas, comenzaron a presentarse quejas a mediados del siglo por la presencia de una355


ingeniería en méxico, 400 años de historianueva afectación como consecuencia de la industrialización en la ciudad. El caso fue laqueja de los “vecinos del barrio de Tlaxcoaque por las emanaciones nocivas que produceuna fábrica de ácido sulfúrico propiedad del doctor Díaz, solicitando, en 1852, unainspección a dicha empresa. Con este antecedente, el Consejo Superior de Salubridadprogramó una serie de visitas a los establecimientos industriales, entre ellas, la realizadaen 1855 a la fábrica de cigarros, a fin de cerciorarse de las condiciones y la “peligrosidad”.Como resultado del informe se ordenaron mejoras en las instalaciones.Las vías hidráulicas urbanas y laprevención de desastresPor haber sido las acequias vías hidráulicas que, en cierta forma, constituían un riesgode inundación al no descargar en el lago cercano, se consideraron propias de las laboresde limpia, por lo que a inicios de 1801 se trató en Cabildo con el juez superintendentela propuesta de un reconocimiento con énfasis en las acequias que sirvieran de gargantasal desagüe desde la compuerta de Santo Tomás a la de San Lázaro.Para prevenir a la capital de un desastre por la cercanía de las lluvias, Berenguerde Marquina (1800-1803) le ordenó al juez y maestro mayor de la ciudad, el ingenieroIgnacio Castera, una limpia generalizada, y realizó una inspección ocular,dividiendo la red en cuatro grandes sectores, que en conjunto comprendían cerca detreinta acequias principales; aparte de un buen número de vías no incluidas en esaclasificación.Eran cuatro sectores por corresponder a los puntos cardinales de la ciudad y estarconectados por la red a través de tramos:El primer tramo iba de la acequia de San Lázaro hasta el puente de SantaCruz (antigua Merced), “de allí al puente de Solano” (maderería de VicenteArroyo), incluyendo el puente de la Leña (hoy Corregidora), Merced(hoy Venustiano Carranza) y Santo Tomás (hoy Roldán).El segundo era el de la compuerta de Santo Tomás a la Acordada (hoy Arcosde Belem) e incluía los tramos del Paseo de la Orilla, del puente de SanAntonio Abad hasta la garita de la Piedad, desde la “garita vieja de Belemhasta el puente del Paseo por el rumbo de Romita”.El tercer tramo iba del puente de Alvarado al de Zorrilla (Lagunilla), conlos siguientes tramos: Convento de San Fernando, puente de las Burras356


capítulo iv. siglo xix(Guerras) (Santa María la Redonda) hasta el puente del Zacate (hoy ejeLázaro Cárdenas) y de allí a las rejas de la Concepción (hoy Belisario Domínguez),puente de los Gallos (Santa Veracruz) y Santa Isabel (Palacio deBellas Artes). En Tacuba, el puente del Clérigo (hoy Allende), callejón delCarrizo (hoy Ecuador), Tezontlale (Peralvillo), puente Blanco, Granaditasy Zorrilla.El último sector partía de Peralvillo, con tramos en el Convento del Carmen,Cantaritos (hoy Torres Quintero), San Pedro y San Pablo (hoy SanIldefonso), puente de las Vacas, garita de San Lázaro, garita de Coyuya,Paseo Revillagigedo y Santa Cruz Acatlán.Entre 1808 y 1809 el desaseo de la acequia real era preocupante a pesar de ser unavía de gran tránsito desde las seis de la mañana hasta avanzada la noche. Su corrientese entorpecía ante la cantidad de basura arrojada por los vecinos, por lo que el virreyDe Garibay (1808-1809) ordenó la limpia de acequias con especial cuidado en loslodos, a cargo del asentista de la ciudad; en tanto que el virrey Venegas atendió lalimpia de Chalco hacia 1810 como preámbulo a la general de 1813. Por su parte,Apodaca (1816-1821), además de sanear las acequias navegables al norte de la capital,dispuso en 1818 la recuperación de todas las acequias y zanjas.Durante la Regencia el trabajo abarcó lugares distantes, como el realizado en1822 con el reconocimiento del tramo comprendido desde el cañón de San Lázarohasta la laguna de Texcoco, incluidos los altos de la hacienda de Aragón, además deatender la queja de las monjas de Corpus Christi sobre las acequias que circundabanel paseo de la Alameda.Entre las primeras disposiciones gobernativas y reglamentarias sobre limpia en generaldeben señalarse las del 15 de marzo de 1826 sobre limpia de ríos y acequias, loque aparentemente reforzó la administración de Guadalupe Victoria. Las acciones eneste ramo se espaciaron hasta la última fase del gobierno de Bustamante con un proyectoen 1841 de limpia masiva de las acequias urbanas. Nuevamente no deja de llamarla atención el empeño administrativo de Mariano Paredes y Arrillaga quien, a pesarde lo breve de su gobierno (del 4 de enero al 28 de julio de 1846), emitió, entre otrasdisposiciones, uno de los más importantes reglamentos sobre limpia, que constaba dediecinueve artículos que incluían la programación de los barrios para su limpia en callesy callejones, así como la distribución de los carros en las calles por tramo.En otra etapa de la historia de México, durante la intervención norteamericana,se programó en 1847 la recuperación de todas las vías hidráulicas internas, y tresaños después, José Joaquín de Herrera amplió la limpia a las periféricas.357


ingeniería en méxico, 400 años de historiaInsólitamente en el breve periodo de tres meses de Juan Álvarez se aplicó unaimportante labor en la conflictiva zona centro-oriente, la cual dividió en diversossectores para desazolve de acequias y en igual número para deshierbe de canales, comenzandopor el rumbo de la Merced. Otros sectores correspondieron al Conventode San Agustín y su entorno, y a los rumbos del puente de la Leña y el Colorado,entre otros, utilizando el material excedente en reparación de puentes, relleno depretiles, refuerzo de bordos y mantenimiento de calzadas, plazuelas y demás obraspúblicas. La afectación no era uniforme; por ejemplo, en el tramo de San Pablo, ademásdel azolve, casi no había pretil en pie, y era tal la cantidad de cascajo revuelto conpiedra, que se recurrió a la contratación de habitantes de las vecindades limítrofespara el acarreo y reparación de acequias y puentes.Adelantando un poco el tema, la reutilización de sedimentos de desechos sirvióde antecedente al proyecto que le hizo Pascual Almazán a Maximiliano en 1863,para manufacturar con ellos materiales de construcción (fango arcilloso de zanjas ycanales). Proponía como bancos de materiales las zanjas y los canales más afectados:las 100 varas del río Consulado, antes de su desemboque en Aragón; la parte delcanal de Texcoco, desde el rancho de los Arbolitos hasta el lago; la zanja Cuadradaen la parte comprendida desde la garita de Peralvillo hasta la Viga; y la zanja auxiliardesaguadora de cuatro canales interiores.Como si las asonadas no fueran suficientes para interrumpir la tranquilidad de losciudadanos, en 1856, durante el gobierno de Comonfort, creció el lago de Texcocoy sus aguas se aproximaron a las puertas de la capital debido a la ampliación que se lehabía hecho al Canal Nacional. El Ministerio de Fomento, recién establecido, autorizóesta obra a una compañía que buscaba comercializar la navegación por vapor enlos lagos y canales del valle de México. El volumen obtenido fue tal, que hubo necesidadde una derivación del canal hacia el sur, primero cortando el camino o calzadade Culhuacán, y finalmente la calzada de Tláhuac. Ante semejante situación y paratratar de corregir su error, así como evitar la inminente inundación, el ministro deFomento, Manuel Siliceo, por ley del 4 de febrero de 1856 nombró una junta de notablesen la que se acordó llevar a cabo un impresionante proyecto de recuperación deríos y diques del valle de México por secciones. Para la sección norte responsabilizó alingeniero Manuel Gargollo, y para las secciones centro y sur a los ingenieros ManuelBustillos y Francisco de Garay, respectivamente. Gargollo derivó los excedentes fluvialeshacia el Cuautitlán para hacerlos salir por el tajo de Nochistongo y, como complemento,llevó a cabo obras de desfogue en el Tepozotlán y en el San Ignacio. Dadoque estos ríos alimentarían el lago de Zumpango, se proyectó trazar y construir el358


capítulo iv. siglo xixcanal de Guadalupe. Otra obra, con el propósito de aliviar el Cuautitlán en la últimaparte del proyecto, fue recuperar y reforzar los canales de Santo Tomás y el Vertideros.Por su parte, en la zona norte se reforzó el dique de San Cristóbal con un contradiquede césped, de 6 m de espesor, que permitiera ampliar la carpeta y dar más capacidadde contención. Por el lado de Teotihuacan se pensó contener las aguas de los ríos quedesaguaban a este valle, a fin de impedir que llegaran al Texcoco.Una labor secundaria fue desaterrar, por su ya insuficiente capacidad, la presaOculma, construida por el marqués de Montesclaros en 1604, para lo que se tomó ladecisión de proyectar diversos vasos contenedores, como las presas de Tecoac y la deMaravillas, esta última en la hacienda de San José Acolman. Además se levantarondos bordos, uno en terrenos de Tepetitlán, de más de 1 000 m para contener las aguasdel Papalotla, y otro de 1 200 m en el llano de Pentecostés, para recibir las aguas delJalapango.En la sección sur el intento de navegación provocó que las aguas de Xochimilcoy de Chalco inundaran la ciudad de México, además de que aumentó el volumendel Texcoco, lo que puso en riesgo a los pueblos ribereños. La respuesta al daño fueinmediata mediante la evacuación y el control de aguas del lago, que estuvo a cargodel ingeniero De Garay. El ingeniero repuso las compuertas de Mexicalzingo y evitóque las crecientes del Churubusco bajaran sobre México. Procedió a la apertura deun nuevo canal de 10 m de ancho con trazo sobre los llanos de San Lorenzo paracomunicar el lago de Xochimilco con la laguna de Santa Martha. Este canal, tambiénllamado de De Garay, era de 2 km de longitud, de 4 m escasos de profundidad y conuna caída total de 1.7 m. En el camino de la Polvorilla (por donde pasó Cortés haciaIztapalapa) se levantó un puente-dique de 2.50 m “de cuerda” y se elevó la calzada deTláhuac 0.80 m a fin de servir de dique.Con el propósito de que tanto la ciudad capital como las poblaciones vecinasquedaran libres del riesgo de inundaciones, se distribuyó en toda la república unaconvocatoria para presentar proyectos antes del 31 de agosto de 1865. De los sieterecibidos se escogió el del ingeniero De Garay, que planteaba tender un canal queconcluyera en Texisquiac, a cielo abierto de 50 380 m, un túnel de 8 970 m, un canalterminal de 1480 m y tres canales secundarios. El canal principal se calculó para ungasto máximo de 33 m 3 , con una pendiente de 124 m/km. El problema fue que laguerra civil relegó al olvido el proyecto.La última gran programación de limpia de acequias de la centuria le correspondió aLerdo de Tejada (1872-1876), con un ambicioso proyecto para limpiar 9 000 m de vías.Para ello, el suelo urbano se dividiría en siete lotes o sectores.359


ingeniería en méxico, 400 años de historiaCon el propósito de brindar una programación integral de limpia de las víasacuáticas, ya con Porfirio Díaz, en 1879, se le pidió al ministro de Fomento un informede ríos y acequias, así como una lista de municipalidades o fincas, indicandola longitud o el tramo que a cada una correspondiera. El Ministerio de Fomentomanifestó que tenía a su cargo el desagüe de México y de la ciudad, y una Comisiónde Ríos y Acequias, y que con 500 pesos mensuales no era posible realizar lostrabajos, por lo que le suplicó al supremo Gobierno decretar que el Ayuntamientosolo tuviera a su cargo la limpia de la zanja Cuadrada y la de las internas de laciudad. Un mes antes de concluir la primera administración del general Díaz, lasinstrucciones de limpia incluyeron otras disposiciones como cambiar el curso dela zanja Cuadrada para que fuera en dirección de la calzada de la Piedad, por sercontinua hacia la garita de Niño Perdido. A pesar de los esfuerzos de las autoridades,rara fue la acequia que se libraba de basuras arrojadas por los vecinos, “comola conflictiva que rodeaba la Ciudadela por derramar en ella los excedentes de lafábrica de armas y los de las casas cercanas”. De ahí que la Comisión de ObrasPúblicas le propuso en 1887 al Ayuntamiento, transformar las acequias en atarjeassubterráneas a base de mampostería. Avalaba la solicitud señalando que ello seaprovecharía para abrir calles al norte y sur.Los males atribuidos a las acequias como vectores de insanidad y de afectación extremacrecieron. En ese aspecto la prensa fue el vehículo de agresión por excelencia. Unejemplo es el periódico La Patria que en 1890 manejó una campaña álgida que llenó deterror a los habitantes de la capital, al atribuir a las acequias del poniente ser la causa dela epidemia de tifo en las zonas de Belem, Tacubaya, Mixcoac y San Ángel, “por señalaralgunas”. Ese fue el antecedente para que muchas acequias se cegaran, otras se abandonarany las demás se convirtieran en contenedores de basura y excretas.Las nunca finiquitadas inundaciones yla programación de limpia de ríosEl temor de que la ciudad capital sufriera una grave afectación por lluvias inusualesprácticamente se renovaba cada inicio de centuria. Por esa razón, en 1800, ya estandocomo virrey Marquina (1800-1803), se programó la limpia de los ríos circunvecinosde la urbe y algunos lejanos como el San Bartolo. Se intentó que tal programaciónfuera anual, incluido el río de los Remedios en 1801 y 1803, respectivamente.Se reconoció el río de la Tlaxpana desde el puente de Santo Tomás hasta las tierrasde Cartagena (Tacubaya) sobre la calzada de la Verónica, cuya altura del bordo360


capítulo iv. siglo xixera poca, lo que propició la posible invasión de las aguas a la calzada, y con ello afectarel tránsito, además de otros problemas, por lo que se ordenó su reparación.Todo parecía tranquilo hasta 1802, cuando aguaceros torrenciales y prolongadosalcanzaron su máximo volumen el 21 de agosto de ese año, lo que se manifestó enuna severísima agresión a calles, domicilios y construcciones; eso hizo que se retomaraun proyecto planteado al Ayuntamiento en el siglo XVIII, que consistía en unazanja o acequia “cuadrada” con capacidad para captar, prácticamente de los cuatropuntos cardinales, los volúmenes acumulados de agua que eran el resultado de laerrónea política de haber cegado una gran cantidad de acequias con pretexto de sanearel ambiente urbano.La incomodidad ciudadana por la inundación fue tal que no le quedó al Ayuntamientomás remedio que tratar el asunto en la sesión del Cabildo del 23 de agostode 1802, en el que se concluyó que para evitar inundaciones sería conveniente unnuevo proyecto, que consistía en abrir tres zanjas hasta la laguna de Texcoco; una,desde el puente de la Leña; otra, desde las inmediaciones del puente del Blanquillo;y la tercera, desde la compuerta de Santo Tomás, tomando además la obra de lazanja cuadrada como auxiliar para descargar la compuerta de San Lázaro por ser “laúnica que capta las aguas generadas por Xochimilco, Chalco, Coyoacán, San Ángely Mixcoac”.Un año después se presentó otro problema relacionado con la práctica de instalarzanjas auxiliares. Esto sucedió en 1803, cuando el San Joaquín se desbordó a la alturadel Convento de Nuestra Señora de las Mercedes de las Huertas (por el rumboMéxico-Tacuba) por el azolve del tramo de su zanja auxiliar, que era urgente limpiarla.Para ello se contrataron ciento cincuenta operarios para hacer fluir una corrientelibre de obstáculos, que arrancaba de la Tlaxpana (hoy México-Tacuba) hasta tierrasdel pueblo de Tacuba, lo que da idea de la longitud de esta zanja.Pese a la actividad de las autoridades, el mantenimiento de esas vías implicabagastos casi imposibles de sufragar; de ahí que, al no solucionarse, se volvían aazolvar por basura, lo que originó serios desbordamientos. Tal afectación sucediócon el San Joaquín y el Tlaxpana, con severas inundaciones periféricas que hicieronque en 1804 De Iturrigaray (1803-1808) retornara a una limpia general, conénfasis en el Tlanepantla. A pesar de los problemas independentistas la limpia nose detuvo; incluso, se llevaron a cabo estudios para prevención en ríos tan amenazantescomo el Coyoacán y el Guadalupe en 1815 con el virrey Calleja del Rey(1813-1816), con énfasis en el Guadalupe y en los colindantes San Jacinto y SantoTomás, poco después.361


ingeniería en méxico, 400 años de historiaEn 1819, el virrey De Apodaca (1816-1821), en una nueva programación paracauces circunvecinos del poniente, destacó la labor en el Tlanepantla para evitar sudesbordamiento por basura, como sucedió con el Coyoacán tiempo atrás, y por elabuso de colocar compuertas particulares en el caso de la hacienda de Aragón, similitudpresentada también en el Tacubaya.Durante la Regencia, en 1821, se pregonó la recuperación de ríos, empezandopor el Morales, cuya sedimentación de lodos empeoraba con la descarga de excedentesde la fábrica de pólvora. Ya con Iturbide como emperador (1822-1823) seentregaron al Congreso proyectos para convertir la capital en una urbe ecológica,con el diseño de un programa de reforestación, redes canaleras en el noreste del Imperio,y ante el precedente de los daños a la ciudad por avenidas inusuales por faltade mantenimiento se dispuso una limpia masiva que comenzaría por el Tacubaya yproseguiría con el Tecamachalco. La efectividad de esa labor, en su corta administración,trató de continuarla Guadalupe Victoria (1824-1829). Entre las normativasque surgieron debe señalarse la del 15 de marzo de 1826 sobre limpia de ríos yacequias, con un excedente resultado en los de Tacubaya y San Joaquín, Morales yGuadalupe, en el tramo de Aragón.Durante un lustro no hubo problemas fluviales, hasta que las lluvias torrencialesde 1833 desbordaron el impredecible río de los Remedios, cuya limpia estuvointerrumpida por la inestabilidad de ocho administraciones en un año. Despuésde seis gobiernos en igual número de años, los ríos periféricos volvieron a atenderseen 1841, durante la administración de Anastasio Bustamante (1839-1841),y tras una tranquilidad relativa al verse que con programaciones de limpia no erasuficiente, se retomó el giro de proyectos. Uno de ellos en 1843, que estuvo a cargode la Sala de Comisiones del Ayuntamiento bajo la premisa de efectuar estudiosde inundaciones.En un marco de estudios históricos la Comisión propuso un programa para “ellevantamiento de compuertas, principalmente las de San Lázaro y Santo Tomás, lalimpieza de los cauces de los ductos, el foso de Balvanera y la acequia navegable quedescarga a la laguna de Texcoco”.Los graves daños provocados por el Churubusco en el sur, y el Tlalnepantla enel norte, en 1846, con Mariano Salas como presidente (agosto-diciembre de 1846),hicieron necesario un nuevo proyecto de limpia. El ingeniero designado llegó a la conclusiónde que la limpia no debería hacerse con la profundización del canal de modoempírico, sino por renombrados ingenieros que garantizaran la “indispensable y prontalimpia de lo que se trata”. Es de creerse que el proyecto no se realizó, pues en 1848,362


capítulo iv. siglo xixen el gobierno de José Joaquín de Herrera (1848-1851), se reconocieron todos los ríosdel valle México y en forma secuencial, un año más tarde, los Cuautitlán, Tlalnepantla,Azcapotzalco, la Piedad y Churubusco.Pese a la labor de reconocimiento acerca del estado de los ríos del valle eran constanteslas quejas y demandas de prevención, como la de los vecinos de San FranciscoTecotitlán en 1851, en el gobierno de Mariano Arísta (1851-1853).Las presas habían convertido suelos aprovechables “desde Chapultepec, Agüegüetes,Romita, parte del Cuartelito, Alvarín [Algarín], Escalonco, y Culebritas”, loque fue el antecedente de que en el pueblo de la Piedad los vecinos solicitaran lainstalación de “una pequeña compuerta de mampostería” para desarrollar “lugaresde siembra hacia el sur” del pueblo. El Cabildo contestó que antes de permitir lainstalación “del portillo en el río de la Piedad”, era necesario que los vecinos desasolvaranel cauce. No se sabe la respuesta de los ciudadanos, pero sí que para evitar uninminente desastre por el desbordamiento del río de la Piedad se designaron cuadrillasque reforzaron sus bordos para impedir inundaciones en las calzadas del NiñoPerdido y San Antonio Abad.El mantenimiento de los ríos incluía la limpia, que debía ser hecha por los usuarios.Al respecto, el 6 de marzo de 1860, ya con Juárez, se avisó que el arrendatario alextremo de Algarín limpió la parte que le correspondía desde el puente de la Ermitahasta la calzada de los Cuartos en San Antonio Abad. La labor de desazolve se hizoen seis días, con un costo de 200 pesos.El río Consulado empezó a causar problemas por inundaciones desde 1858 ymás graves en 1859. Como medida de defensa contra inundaciones por el rumbode la Tlaxpana se cegó un tramo, lo que repercutió en graves problemas provocadospor la alteración de su cauce. Eso llevó a las autoridades a consultar en 1862a la Corporación de Ingenieros para prevenir con el tiempo a la ciudad de unainundación. El cuidado del resto de los ríos se extremó y con ello las reacciones delpúblico, como sucedió con los pobladores de Mixcoac, quienes se quejaron de queuna presa nueva “en el Ayuntamiento de Mixcoac impedía el curso de las aguas delCuajimalpa”.En 1865 las lluvias fueron abundantes y excepcionalmente persistentes. Los ríosdel valle resultaron incapaces de mantener sus crecientes en sus respectivos cauces, asícomo fue insuficiente el personal de ingenieros empleados en reparar los daños en losríos y las obras aledañas. Los diques de Zumpango y San Cristóbal cedieron ante unafuerte carga de agua que, unida al choque del oleaje, provocó una grieta de 1.70 mde largo en una de las compuertas. Ante la inminente amenaza de que aumentara el363


ingeniería en méxico, 400 años de historiavolumen del lago de Texcoco, el ingeniero Carlos Villada se encargó de cerrarla, lo quelogró después de tres días de trabajo. Por otra parte, las fisuras en los bordes del ríoCuautitlán, a la altura de la hacienda de San José, empezaron a aumentar la carga dellago de San Cristóbal. Esa situación conllevó a Maximiliano a nombrar el 4 de agostode 1865 a Francisco de Garay “director exclusivo, y responsable e inspector de todos lostrabajos en relación con la cuestión de aguas en el Valle de México”.Hacia octubre se presentó un nuevo problema: las aguas del Texcoco empezarona inundar la ciudad de México. Eso alarmó al Ayuntamiento, que convocó el 16 deoctubre a una junta emergente presidida por Maximiliano, sus ministros, el jefe delGabinete, el alcalde municipal, el regidor de Ríos y los “ingenieros de todas categorías”.En ella, Ramón Álvarez y el ingeniero De Garay hicieron dos interesantesplanteamientos. El proyecto de Álvarez consistía básicamente en desaguar las lagunasde Zumpango y de San Cristóbal de inmediato, y evacuar el agua del Texcocomediante “máquinas de vapor”. Por su parte, el proyecto del ingeniero De Garay, máspacífico, no proponía el uso de máquinas y solo pretendía aislar el lago de Texcocoy sus afluentes del sur mediante el dique de Culhuacán. La Junta se decidió por elproyecto del ingeniero De Garay.Mientras tanto, las aguas seguían invadiendo las calles de la Palma, el Refugio,Relox, Apartado, la Merced, Santísima, etc., como resultado del nivel del Texcoco.Ante eso, De Garay cerró el 19 de noviembre el puente-compuerta del canal de SantaMartha, y al día siguiente, el canal Nacional en el pueblo de Culhuacán, e inmediatamenteprocedió a levantar un dique de 2 m de alto por 5 en la corona, y 9 a lo largode la calzada-dique de Culhuacán. Una vez represadas las aguas, al empezar a bajar elnivel del Texcoco y a retirarse de las calles de México, el ingeniero De Garay procedióa hacer obras de aseguramiento y preventivas, como desazolvar el canal de Vertiderosde 4 m de ancho; aislar el lago de San Cristóbal de los derrames del poniente, levantandopresas sobre las tres zanjas que conducían las aguas de esa área y reforzando eldique, además de nivelar su cortina y levantar la mampostería 0.5 m, alcanzando así13.60 m; la reconstrucción del río Cuautitlán a lo largo de 3 km; la construcción depresas en las zanjas desaguadoras por el lado de Tlanepantla; y la apertura de compuertasque miraban al norte en los ríos de los Remedios y Tlalnepantla, y en el ríoPapalotla en el lado de Texcoco.Se trabajó con tal ahínco y buen resultado que, hacia fines de noviembre de 1865,el nivel del Texcoco cesó de crecer. Sin embargo, muy poco duraría la tranquilidadpública, pues el Consulado retomó su lugar de peligroso al manifestarse con severasinundaciones en la colonia Santa María en 1865, y con buen número de desgracias364


capítulo iv. siglo xixpor el rumbo de Santo Tomás, y les siguieron las afectaciones de 1867 y 1868; estaúltima aumentada por el río Remedios. En ese momento, los ríos de los Remedios,Tlanepantla, Consulado, Chico, la Piedad, Churubusco, Guadalupe, Morales, SanJoaquín y Asunción captaron también la máxima atención.Durante una década (1870-1879) se presentaron desbordamientos, casi siemprepor basura en el Churubusco, el Consulado y el Guadalupe; el Consulado era el demayor incidencia y gravedad. Razón por la cual se expeditó la contratación de gentepara “evitar la inundación de esta capital a causa de los reventazones de los ríos”, acciónque en 1876 estuvo a cargo de particulares.El Ayuntamiento gastaba grandes cantidades de dinero en respuesta a una demandaconstante de saneamiento sin la ayuda de los ribereños, que tiraban todo tipo dedesechos, y se registraron acumulaciones de basura de entre 55 y 75 pulgadas. Porello se ordenó que a partir de ese año los gastos corrieran a cargo de operarios bajocontrato del Cabildo y, en otros casos, por municipios, ayuntamientos y particulares,con vigilancia del Ministerio de Fomento. Un ejemplo fue la obra de control en elTacubaya para impedir tomas indebidas en su vaso receptor, en el área del potrero delas Culebritas, cerca del pueblo de la Piedad, en 1892 con Porfirio Díaz.Prácticamente la centuria se cerró con una muy grave escasez de agua potable,por lo que el número de pozos artesianos tuvo que aumentarse y se retomó el antiguoproyecto de abasto urbano mediante fuentes lejanas.365


e historiaIngeniería en Méxicoería en MéxicoMéxico400 años de historian MéxicoIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en en México400 años de historiaIngeniería en MéxicoIngeniería en México400 años de historia Ingeniería en México400 añosLadeprimerahistoriaciudad ecológica 400 de años de historiaIngeniería en MéxicoAmérica: el proyecto del 400 años siglo de XIX historia400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historia400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaería en México 400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaIngeniería en México400 años de historiaLe correspondió a Agustín de Iturbide en 1821, una vez elegido emperador,llevar a cabo una serie de reformas que incidieran en el esplendordel recién creado Imperio mexicano, con la asesoría de losmejores pensadores del momento, entre ellos, Simón Tadeo Ortiz de Ayala. Despuésde estudiar a fondo las carencias y las desventajas de la ciudad, le propuso al emperadorun proyecto en el que contemplaba como primer paso la limpieza, el mantenimientoy la adecuada reubicación de los principales edificios, sin descuidar losaspectos de salubridad en negocios variados y la decoración con dobles hileras deárboles y andadores adoquinados.Ante lo práctico del planteamiento programado el emperador dispuso la prontasiembra de árboles en todos los paseos públicos, y en cuanto a las plazas y plazuelas,como las de Juan Carbonero (hoy Pensador Mexicano), la Concepción, el Carmen ode la Concordia, San Sebastián (hoy plaza Torres Quintero), San Juan (entre Peredoy Aranda), San Pablo, y San Fernando, entre otras, que tuvieran el mantenimiento yla limpieza indispensables.En una concepción demasiado avanzada para su época, Simón Tadeo, tras evaluarlas demandas sociales y el bienestar de los habitantes a largo plazo, sugirió comoun segundo paso diversas políticas que impulsaran la funcionalidad y el esplendordel Imperio, para lo que debían crearse museos, observatorios astronómicos, lavaderosy baños públicos, teatros y “academias de todas las artes, especialmente las útiles,como la hidráulica, mecánica y agricultura”, además de brindar a los hospitales en elcentro de la ciudad una adecuada ventilación.Para que la urbe conservara su majestuosidad debía atenderse la salud pública,por lo que se prohibirían los entierros en las iglesias y se expediría una ordenanza que367


368dictara medidas relacionadas con la transportación de los cadáveres. Entre las disposicionescomplementarias estaba la prohibición de venta de ropa vieja, generalmentepropiedad de personas muertas.El proyecto era más ambicioso de lo que se supone, al incluir, en la tercera fase, laconstrucción de una impresionante unidad arquitectónica neoclásica desde la Acordada(hoy Balderas y av. Chapultepec) y el convento de San Diego (hoy Dr. Mora),hasta la casa de campo del conde Pérez de Gálvez (hoy Museo de San Carlos) y la haciendade la Teja (sus límites actuales serían aproximadamente de la calle de Balderashasta la plaza de la República). Habría en ella un gran bosque que acogería múltiplespaseos, edificios administrativos, un zoológico y un jardín botánico con especies detodo el país, incluidas plantas exóticas. Finalmente, los hospitales circundarían esegran espacio con diversos módulos según las enfermedades y el género, y más lejos,otras zonas destinadas a cementerios. Este fue el primer intento en la historia deMéxico de una ciudad ecológica. No obstante, debido a la corta vida del gobiernode Iturbide, la idea del proyecto no se llevó a cabo, lo que tuvo como consecuenciael abandono urbano.Aparte de Ortiz de Ayala, hubo otro pensador, en este caso desconocido, quedebió haberle brindado a Iturbide la oportunidad de convertir la ciudad en la “dignacapital de un gran imperio” a través de un proyecto sin la magnificencia de SimónTadeo, pero no por eso menos interesante. Este autor proponía construir un grancanal alrededor de la ciudad en un radio de media legua desde el centro de la PlazaMayor, adornado de dos filas de árboles y en el interior una muralla que rodearía auna calzada también arbolada; cercar la Alameda con verjas y puertas de fierro, mejorarsus fuentes y sembrar flores en todos sus cuadros, además de remozar estatuas;edificar un nuevo Teatro Imperial en un solar a espaldas de Santa Teresa; establecerun hospital general en el centro de la ciudad; dividir a la ciudad en dieciséis cuartelescon sus respectivas manzanas; prohibir vendimias en las calles y solo permitirlas enlos mercados o en los zaguanes; demoler el Parián y, en su lugar, colocar la estatua deIturbide; y reestructurar el sistema de policía.


Epílogohacia un nuevohorizonte de largapermanenciaLa relativa lentitud que mostraronciertas industrias en el último terciodel siglo XIX se invirtió al arrancarel siglo XX, gracias a la presencia de capitales extranjerosy a una red ferrocarrilera que vinculabacasi a todo el país. En este sentido, el gobiernofederal, con el propósito de atender lo mejor posiblela red de comunicación interna, emitió unaley que dejaba a cargo de los gobiernos estatales “laconservación de los antiguos caminos en cuyo trayectohubiese, o en lo futuro se construyese algunalínea férrea”.Por su parte, las obras portuarias que se llevarona cabo propiciaron notablemente la exportación,básicamente de metales preciosos, productosindustriales y fibra de henequén. Sirviendo a la vezde puertas de entrada de la maquinaria que demandabala industrialización del país. En ese rubrolas industrias que adoptaron las técnicas másavanzadas a partir de los primeros años fueron lassiguientes: textil, peletera, azucarera, alimenticia,vitivinícola, destilera, cervecera, cigarrera, papelera,de pólvora, aceitera, jabonera y vidriera.Dentro del grupo de las industrias que transformaronal país destacaron la siderurgia y la de la


construcción. La primera estuvo representada porla Fundidora de Hierro y Acero de Monterrey, inauguradaen 1903. Desde el principio cumplió supropósito de ser autosuficiente en todos los aspectosde producción, o sea, desde la extracción delmineral (carbón y hierro) hasta el acabado de lasestructuras de acero, al grado de pasar en la primerafusión de hierro de 22 000 toneladas a más de71 000 de 1903 a 1911; y en lingotes de acero, de9 000 a 85 000 en el mismo lapso.La segunda en importancia fue la de la construcción,que absorbió desde 1900 no solo unaimpresionante mano de obra, sino también laproducción de una enorme cantidad de industriasvinculadas a ella, como resultado de la multiplicaciónde colonias reflejadas en un vértigo deconstrucción en el siglo XX, como el caso de laJuárez y de la Guerrero y San Rafael.La arquitectura y la ingeniería civil no fueronprivativas de los particulares, sino también semanifestaron en extraordinarias obras gubernamentales,asistenciales, hospitalarias, mercantiles,municipales, e incluso correccionales que, enconjunto, pusieron a la ciudad capital a la alturade las mejores del mundo.Poco se sabe por deformaciones informativasque en el interior del país muchas haciendaspasaron de ser simples productoras de insumosa empresas especializadas, al contar con instalacionesparticulares, comunitarias y diversificadasde avanzada, plantas de luz e innovaciones en lasramas a que estaban encauzadas, y hasta con monorrielespara terrenos agrestes en el estado deMéxico y de vía angosta en el sur. A nivel nacionalse formaron zonas industriales de desarrollo:la del Centro, la del Golfo y la del Norte, que enconjunto significaban el 77 % de las industriasque a su vez absorbían el 83 % de los obreros.


epílogoUna modalidad municipal: el pavimento hidráulicoEl desarrollo de la infraestructura municipal al arranque del siglo XX se convirtióen prototipo a nivel latinoamericano. Un ejemplo al respecto es la pavimentación dela ciudad capital, por lo que las comisiones de Hacienda y de Obras Públicas concertaronen 1900 dos contratos: con la Barber Asphalt Paving Company y con laNeuchatel Asphalt Company Limited.La Barber presentó un proyecto a base de adoquines de asfalto, para lo cual desarrollótres tipos de pavimento. La clase A estaba compuesta por un concreto hidráulicobase cemento, una faja de unión formada por un concreto bituminoso y unrecubrimiento superficial de cemento asfáltico, arena y polvo de piedra caliza. La claseB variaba únicamente en los espesores de la capa de cemento, la faja de unión y lacubierta exterior. Y la clase C constaba de varias superposiciones, una de empedradocomún y otra de arena gruesa y limpia, una de adoquines de asfalto, una de concretobituminoso, y la última, la cubierta a base de asfalto, traída de la isla Trinidad.Por su parte, la Nauchatel se comprometía a aplicar dos prototipos de pavimentos:el tipo A, de concreto hidráulico con base cemento y una capa superficial deasfalto proveniente de Val de Travers, Suiza; y el tipo B, que únicamente variaba enque los espesores de las capas eran menores.El abasto de aguaPara 1900 la capital se alimentaba con tres clases de agua: de manantial, fluvial y depozos artesianos. La de manantial se dividía, desde tiempo atrás, en “delgada” y en“gorda”. La primera provenía de los manantiales de los Leones, del Desierto y de SantaFe; abastecía la parte sur y centro poniente de la ciudad en una proporción de dostercios en relación con la “gorda”. Por las zonas abastecidas con esta clase de agua, elGobierno se vio obligado a recurrir a los aforos procedentes de la concesión Chousaly las que iban a dar al río Hondo, cuyo origen eran los manantiales de las haciendasde los Morales, San Isidro, Careaga, Clavería, San Álvaro y Pallares. Las de los molinosBlanco, Prieto, Olivar de Vidal y Atoto; y de los ranchos Mextitla, Patolco,Villares y Casa Balnca; además de las fincas Santo Tomás y Merced de las Huertas.El volumen de agua que requería la urbe se volvía progresivamente mayor, inclusopara 1900 era de 383 308 l/min (6.4 m³/s), que se distribuía por una red de cañerías dediversos diámetros a través de una longitud de 104 235.45 m a fin de satisfacer 6 324casas. En cuanto a los acueductos, estaban los de Salazar, la concesión Chausal, Leones,Desierto, Tres Cruces, Santa Fe, Río Hondo y Morales, con un tendido de 56 380 m.371


ingeniería en méxico, 400 años de historiaPara 1901 había 1111 pozos artesianos que producían un gasto de 16 896 l/min. Mientras que para 1902 entraban a la ciudad 12 917 l/min. de los manantialesde Chapultepec, y en cuanto al volumen procedente de los Leones, del Desierto, deSanta Fe y de la concesión Chousal llegaba un total de 8975 l min. que, junto con los17 516 del río Hondo, arrojaban un total de 39 408 l/min.La escasez de agua potable se acentuaba con los temblores que fracturaban lastuberías ,cuyas reparaciones duraban semanas o meses, no solo por la falta de tecnologíaen materia de reparaciones, sino también por el temor de ser resultado deuna disminución de aforos. Esto hizo que una comisión de ingenieros hidráulicosse encargara de estudiar los volúmenes de los manantiales de Xochimilco: La Noria,Nativitas, Santa Cruz, San Gregorio y San Luis en 1902; y poco después el Quetzalapa,San Jerónimo y los excedentes del lago de Chalco. La respuesta de la Comisiónfue que se podían extraer 1700 l/s de los manantiales de La Noria, Nativitas, Quetzalapa,y Santa Cruz sin perjuicio alguno, y quedaban los otros manantiales comorecurso. En tanto la explotación se llevaba a cabo, se hizo público que a partir de1905 el gasto suministrado por estos aforos sería en promedio de más de 2300 l/s.Mientras tanto, se estimó dar al acueducto de Xochimilco una capacidad de2300 l/s. Esta vía de 25 km, a base de arcos parabólicos de concreto armado tenía acada 333 m unas estructuras destinadas a alojar compuertas y separarlo por tramosen caso de emergencia. A la vez se aprovecharon para instalar en cada una chimeneaso respiraderos. Otra innovación de este acueducto consistía en que en las tomas delas casas se insertaría una pequeña llave de bronce con rosca a fin de no provocarninguna interrupción al servicio de abasto. En la parte final del acueducto, en lacolonia Condesa, se construyó la estación principal de bombas, donde se montaroncuatro bombas centrífugas con capacidad para 850 l/s en condiciones normales, susceptiblesde aumentar su capacidad a 1060 l/s por cada unidad, en caso de requerirse.Para abril de 1912 la planta de la Condesa amplió su capacidad con el bombeo delas aguas de Nativitas, Santa Cruz y La Noria. En cada obra de captación se instalaronbombas y cada planta contaba con dos unidades centrifugas, accionadas por motoreseléctricos. La planta más importante fue la de la Condesa, la que años después alcanzóuna capacidad y presión suficientes para abastecer a más de once mil casas en 1913.DesagüeEn 1902 el sistema de drenaje urbano se conocía como “combinado de transporte deagua”. Constaba de tres elementos principales: tubos de fierro para distribuir el agua372


epílogode lavado; atarjeas destinadas a recoger las aguas residuales y las pluviales de la calle;aparte de grandes colectores para recibir ambas aguas y conducirlas al Gran Canal.Para su función la urbe se dividió en cinco zonas, una central, dos al norte y dosal sur. Cada una tenía un eje central, es decir, el tubo distribuidor de agua, y a amboslados las atarjeas, que iban a terminar en un colector. A su vez, los colectores de zonavertían de norte a sur en el límite oriental de la ciudad. En conjunto la red constabade cinco grandes colectores, cuyo diámetro variaba entre 1 y 2.5 m, y 19.107 km deextensión. La longitud de las atarjeas era de 122.164 m mientras que los tubos dedistribución de agua para lavado de atarjeas tenían 19 206 m. El total de coladeraspara las pluviales fue de 4211, los pozos de las atarjeas fueron 2224 y las cajas deválvulas para lavado 294.Hacia mediados de la década se construyó el sexto colector con el propósito desanear las colonias Roma y Condesa. Esta red permaneció prácticamente sin cambioshasta 1911, para cubrir las demandas de las nuevas colonias que iban configurandola mancha urbana.BasuraHacia el primer año de la centuria, el servicio de barrido y regado público corría acargo de la Comisión de Limpia, con un presupuesto de 12 000 pesos mensuales.Su infraestructura consistía en 107 carros diurnos, 42 nocturnos, 54 mulas, 107 atajales(equipos), seis vehículos de dos ruedas, cuatro carros regadores de 700 litrosy bomba de reloj, un carro regador de 1500 litros y bomba de reloj, cinco carrosrecolectores, 14 animales de tiro, tres máquinas barredoras, 92 recogedores de mano,86 palas, 63 regaderas y 134 cepillos de raíz. Para la guarda de enseres y animales, elAyuntamiento alquilaba 8 corrales particulares, uno por cada demarcación. El serviciode recolección de excretas se hacía mediante 16 unidades distribuidas en turnosdiurno y nocturno, con sueldo de 88 centavos para los piperos.Las concesiones para basura se diversificaron en el lapso de 1901 a 1905, de lascuales las más importante fue la de Leandro Pairó, que recibía diariamente la provenientede los tiraderos de Zoquipa que aprovechaba como materia prima en laelaboración de vidrio, cola, sulfato, carbón animal y otros productos. Una concesiónbastante conocida, de materias fecales, era la del señor Wandorf, que las procesaba ensu fábrica como abonos artificiales.Para 1905 el Ayuntamiento procuró que la urbe presentara una buena imagenen materia de limpia, para lo que se ordenó la compra de carros cubiertos con lonas373


ingeniería en méxico, 400 años de historiadestinadas a la colecta de basura doméstica. Mientras que para el aseo de vías públicasse creó la Dirección de Barrido y de Riego de Calles, que fue dotada de tanquesregadores con una válvula de presión. Entre sus obligaciones estaba lavar las arteriascon piso de asfalto una vez a la semana.El desarrollo urbano obligó a incrementar el número de operarios, a la vez que seintrodujeron innovaciones a partir de 1906. El total de peones fluctuó entre 249 y289, y se recurrió al barrido manual de entre 208 y 244 calles, utilizando como manode obra a los detenidos de la noche anterior en la limpia. Con esta medida se logró lalimpieza de 24 200 000 a 26 300 000 m 2 anuales.El transporte de excedente a los tiraderos demarcacionales registró entre 18 500y 25 316 viajes mensuales, y entre 532 y 736 viajes para transporte de desechos fecalesmediante pipas.Todavía antes de 1910 la limpia urbana se circunscribía a 12 avenidas, 125 callejones,varias calzadas, 3 alamedas, 17 plazas, 31 plazuelas y aproximadamente 2000calles. Por el volumen recogido diariamente se retomó la ventaja de los hornos crematorios.Para instalar uno el Ayuntamiento buscó una empresa, entre las que concursaronestuvo la Compañía Mexicana Incineradora de Fuerza Motriz. Se ignora cuál fue elresultado, pues la inquietud revolucionaria captó la atención de las autoridades.AmbienteLa primera década del siglo XX resultó para el régimen porfirista un imponente conjuntode obras públicas, como, en 1904, el perfeccionamiento del drenaje, el abastode agua y el saneamiento de mercados y del rastro, a fin de rescatar la imagen de laciudad capital, que estuvo “entre las más cuidadas y elegantes del mundo”. Sin embargo,internamente, dicha imagen se había desvirtuado ante una serie de críticas, en sumayoría periodísticas. Se decía que las fábricas de cola, de almidón y de cebo seguíantrabajando a pesar del grave perjuicio que le provocaban a sus pobladores, que losdormitorios públicos habían acabado por convertirse en una agresión a los asiladospor su nula higiene; mientras que el cuartel III se quejaba de la basura y el IV de lafalta de servicios municipales y sanitarios que tendían a una incidencia de tifo. Esollevó a las autoridades a una serie de proyectos y de acciones inmediatas, como en elcaso de las tolvaneras, un problema no resuelto en el porfirismo, retomado en el maderismoy en el huertismo, y que aún bien avanzado el siglo XX no se solucionaba.Por otro lado, mediante la forestación y la reforestación, la Dirección Generalde Obras Públicas recuperaron las calzadas de Guadalupe, Tacubaya, Condesa,374


epílogoMixcoac, San Antonio Abad, Tlaxpana, Azcapotzalco, la Piedad, Verónica, NiñoPerdido, Tacuba, Popotla, Gallos, Iztacalco, Cuajimalpa, Huipulco, Ahuehuetes,Xola, Atzacoalco, San Juanico, Puente del Rastro, Santa Anita y Reforma. Por suparte, los jardines se remodelaron, se reforestaron y fueron dotados de quioscos yfuentes. Así sucedió con el Hidalgo (Santa María la Ribera), el Zócalo, el atrio de laCatedral, Santiago Tlatelolco, Miguel López (Lagunilla), la Corregidora (atrio deSanto Domingo), Juárez (San Pablo), Guerrero (San Fernando), Morelos (San Juande Dios), Guardiola, Cinco de Mayo (Colegio de Niñas), Degollado (Tarasquillo)y del Carmen, entre otros. Además, el trazo del bosque de Chapultepec se cambió alestilo parque Boulogne y se dotó de un lago artificial.PresasCon una dinámica no imaginada, a lo largo de la primera década del siglo XX seconstruyeron o se terminaron de 1901 a 1910 treinta presas que cubrieron buenaparte de Aridoamérica y el centro de la república. Aunque no es posible precisarlo que hizo cada administración durante el periodo revolucionario, al remitirse alcatálogo de presas del Archivo Histórico del Agua se encuentra que de 1911 a 1920se realizaron treinta y un obras, con una tendencia creciente en las décadas que lesiguieron.La dinámica manifestada entre la última década del siglo XIX y la primera delXX en diversas ramas de la ciencia, incluida la ingeniería, se vio interrumpida en1910 por los movimientos ideológico-militares que curiosamente, igual que en1810, dejaron un vacío generacional variable. Y aun cuando ha sido considerado pormuchos como negativo, dio lugar, tras múltiples esfuerzos y logros, a ubicar al país anivel mundial en materia de ingeniería.375


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ingeniería en méxico, 400 años de historia> > Hausbenger, Bernd. “Ecología y minería en Chihuahua”, en:Estudios de Historia Novohispana, no. 13, UNAM, 1993> > Sarrablo Aguareles, Eugenio. El Conde de Fuenclara embajador yvirrey de Nueva España 1687-1752, s/e, vol. 527, Sevilla, 1955.> > Catálogo histórico de presas en el país, ArchivoHistórico del Agua, SRH, México, s/f.> > Castellanos, Margarito C. Cloacas y letrinas en la ciudad de México: elproblema de las excretas humanas (1769–1900), en: Cuadernos parala historia de la salud, Secretaría de Salud-Centro de DocumentaciónInstitucional-Departamental del Archivo Histórico, México, 1993> > AGN, México, Correspondencias del virrey Bucareli en: José AntonioCalderón Quijano, Los virreyes de Nueva España en el reinado de Carlos III,vol. 1, Escuela de estudios Hispanoamericanos, Sevilla, 1972.> > De Solano, Francisco. Antonio de Ulloa y la Nueva España, Institutode Investigaciones Bibliográficas-UNAM, México, 1979.> > Departamento del Distrito Federal. Reflexiones y apuntes sobre la ciudad deMéxico (Fines de la colonia), paleografía, introdución y notas por IgnacioGonzález-Polo, DDF, México, 1984 (Colección Distrito Federal).> > Peña Santana, Patricia y Levi, Enzo. Historia de la hidráulicaen México: Abastecimiento de agua desde la época prehispánicahasta el porfiriato, Instituto Mexicano de Tecnología del Agua-CNA-Instituto de Ingeniería-UNAM, México, 1989.382


Glosario


glosario> > Adobar: reparar.> > Alarife: maestro mayor de obras públicas del Ayuntamiento, encargado de laobra pública.> > Albarradón: pared o calzada ancha de piedra que se emplea para contener excedenciasde agua que pudieran provocar inundaciones.> > Albayalde: carbonato básico del plomo. Es sólido, de color blanco y se empleaen la pintura.> > Alcabala: tributo que se pagaba al fisco en determinadas ventas.> > Alcaide: en el siglo XVI era el encargado del orden y la custodia de ciertosestablecimientos.> > Alferecía: enfermedad infantil caracterizada por convulsiones y pérdida del conocimiento.> > Almádena: herramienta consistente en un mazo de hierro con mango de maderalargo que se usa para romper piedras.> > Almotacén: persona encargada oficialmente de contratar los pesos y las medidas.> > Alcantarillas: especie de canalización que conducía los excedentes generalmentea la red de desagüe. Hubo otro tipo de alcantarillas en calzadas.> > Añil o índigo: colorante azul fuerte que sustituyó al pastel (ver pastel). Su descubrimientoen la Nueva España, tal vez para ser industrializado, se le atribuyea Pedro Ledesma hacia 1561.> > Apretilar: colocar un refuerzo en la base de un muro.> > Arbitrio: tornado como impuesto o derechos, generalmente municipal, paragastos públicos.> > Arrieros: recua: cabalgata, caravana.> > Asentista: encargado de hacer asiento o contratar con el gobierno o con el público,para el servicio, la provisión o el suministro de víveres u otros efectos.> > Asiento: contrato.385


ingeniería en méxico, 400 años de historia> > Atarazanas: edificio que sirve de arsenal donde además de guardar armas y enseresbélicos podía servir de bodega.> > Atarjea: conducto de mampostería que conduce las aguas a un sumidero.> > Azumbre: equivale a cuatro cuartillas, o sea, un poco más de dos litros.> > Bajel: barco de poca longitud con uno o dos mástiles para velas que permitenmayor velocidad. Su casco incluye calado y quilla.> > Barillaje: comercio de artículos de mercería que todavía hasta fines del sigloXIX fue muy popular la presencia de los barilleros en las calles y mercados.> > Barquín: fuelle grande que se usa en las herrerías.> > Batihojero: artífice que a golpes de mazo labra metales, reduciéndolos a láminastenues o panes.> > Bayeta: tela corriente de lana poco tupida.> > Blanca: moneda de menos valor usada durante mucho tiempo, al grado de quedio origen a una expresión popular que hasta mediados del siglo pasado decir“estoy en blanco” o “no tengo ni blanca” equivalía a estar en severa pobreza.> > Braza: equivalente a dos varas o 1.6718 m.> > Biribís: juego de suerte que se hace en un tablero o lienzo dividido en casillascon números o figuras. También conocido como “bisbis”.> > Bitoque: llave para regular el paso de los líquidos.> > Botulismo: envenenamiento grave producido por la bacteria Clostridium botulinumque aparece en alimentos envasados en malas condiciones y puede provocarparálisis.> > Cabildo: reunión de altas autoridades a puerta cerrada.> > Cabildos abiertos: se refiere a consultas populares o públicas.> > Cahíz: medida para áridos, equivalente a 12 fanegas, o sea, 666 l.> > Calafatear: cerrar o tapar junturas con estopa y brea.386


glosario> > Calafates: fibras para cerrar junturas de las tablas o maderas de las naves.> > Canilla: cañita o carrete metálico en que se devana la seda o el hilo.> > Canoa: canal de madera para conducir agua, en forma de “U” angular, o de unasola pieza acanalada.> > Carena: reparo y compostura que se hace en el casco de una nave para evitar quehaga agua por sus costuras.> > Carpintero de ribera: especialista en el armado de navíos.> > Cartabón: instrumento en forma de triángulo rectángulo escaleno que se utilizaen delineación.> > Cedro pinsapo: conífera natural de España.> > Cordobán: piel curtida de macho cabrío o de cabra, también conocida comocabritilla.> > Censo: hipoteca.> > Cimborrio: cuerpo cilíndrico que sirve de base a la cúpula y descansa inmediatamentesobre los arcos torales. También se le conoce como tambor.> > Ciudad: con mayúscula, en el siglo XVI equivalía al Ayuntamiento.> > Clavazón: conjunto de clavos puestos en alguna cosa o preparados para ponerlos.> > China: raíz medicinal de una planta similar a la zarzaparrilla, propia de Chinay de América.> > Credos: medida popular desde el siglo XVI para calcular la duración de unevento telúrico.> > Diligencias: término equivalente a trabajos, generalmente iniciales.> > Eriazo: tierra o campo sin cultivar ni labrar.> > Estanco: depósito o sitio donde se guardan o venden ciertos productos.> > Escoplo: herramienta de hierro acerado achaflanado por un extremo.387


ingeniería en méxico, 400 años de historia> > Estopa: jarcia vieja, deshilada y deshecha que mezclada con brea sirve para cerrarlas junturas de las maderas de las naves y evitar que entre el agua.> > Factor: oficial real que en las Indias recaudaba las rentas y rendía los tributos enespecie pertenecientes a la Corona.> > Factoría: establecimiento de comercio, especialmente el situado en país colonial.> > Fiel: oficio nombrado por el Ayuntamiento que, además de un corto salario, teníaciertos beneficios derivados de las multas. Entre sus funciones estaba señalarsitios apropiados para depositar basura, y encargarse, no siempre, de la limpiezade las calles.> > Fragata: buque de tres palos, cada uno con vergas y tableros, o cofas para combate.> > Frey: tratamiento que se le da a los civiles en las órdenes militares de carácterreligioso.> > Furlón: carruaje de caballos.> > Gánguil: barco que saca de un puerto largo, piedras, etc.> > Gañán: mozo de labranza.> > Garita: construcción destinada a vigilar la entrada de una ciudad.> > Greda: arcilla arenosa, usada especialmente para quitar manchas.> > Gorgorante: tela de seda con cordoncillo.> > Guardas de pito: encargados por el Ayuntamiento de apagar incendios, evitarrobos y facilitar medicinas y auxilio a particulares. Su vigilancia era nocturna yse mantenían con contribuciones voluntarias.> > Herido: corte que se hacía a un río para accionar las muelas de los molinos de trigo.> > Heredad: porción de terreno cultivado perteneciente a un mismo dueño.> > Heliósforo: aparato para calentar agua sin combustible.> > Higuerilla: arbusto que sirvió de referencia para innovaciones tecnológicas desdeel siglo XVI.388


glosario> > Hornacina: hueco en forma de arco, rectángulo o cuadrado, adosado a paredesde calles, donde se venera una imagen.> > Hornacillas: hueco en forma de arco en el grueso de la pared maestra; muy comúnen las iglesias.> > Jarcias: aparejos y cuerdas de un buque.> > Jura: acto solemne en que los estados y las ciudades de un reino, en su nombre,reconocían y juraban obediencia a su príncipe.> > Juro: pensión perpetua concedida sobre las rentas públicas.> > Latitud: en el siglo XVI se usaba para nombrar el ancho de una cosa o figura plana.> > Legua: medida itineraria de 5572 m y 7 dm.> > Licencia: documento que consta de un permiso.> > Lixiviado: líquido asociado con rellenos sanitarios, es muy tóxico y produceafectación en el suelo.> > Maestranza: establecimiento para la construcción y reparación de piezas de artillería.> > Majar: cernir.> > Mampara: cierto cartel o construcción movible.> > Mandón, capataz o sobrestante: persona encargada del cuidado, la vigilancia yla dirección de ciertos operarios.> > Maravedí: moneda española que valía la trigésima cuarta parte de un real devellón, o sea de una antigua moneda castellana de plata, equivalente en 1922 aveinticinco céntimos de peseta.> > Marco de Burgos: patrón para medidas de superficie que tuvo su origen al pareceren el paso de un español adulto del siglo XVI, o de tres veces la medida de unpie, o bien, cuatro veces la medida de la mano derecha, estrictamente extendida.> > Marjal: zona donde se encuentra un abundante número de oquedades pantanosas.> > Menestras: ración de legumbres secas que se suministra a las tropas, a lospresidiarios, etc.389


ingeniería en méxico, 400 años de historia> > Morillo: piezas de madera para cimentar.> > Mojonera: señales para fijar y dividir una heredad de otra. También sirve parafijar linderos.> > Mortero: mezcla de cal, arena y agua muy usual en albañilería.> > Naranja: medida de agua equivalente a 1.104 l.> > Navío: bajel de guerra de tres palos y vela cuadrada.> > Nexayote: agua saturada en cal donde se cuece el maíz, altamente tóxica parael subsuelo.> > Palmo: medida de longitud equivalente a la cuarta parte de una vara, o sea0.21 cm, aproximadamente.> > Parihuela: artefacto compuesto de dos varas gruesas con unas tablas atravesadasen medio donde se coloca la carga para llevarla entre dos.> > Pastel: colorante azul proveniente de una planta de invierno bianual que se sembrabaen España en el siglo XVI.> > Paquebote: embarcación que lleva la correspondencia pública, y generalmentepasajeros también, de un puerto a otro.> > Peculado: hurto de caudales del erario público hecho por aquel a quien estáencomendada su administración.> > Pedraplén: capa de piedras colocadas sobre un talud o un terreno, para evitarla erosión.> > Peso de oro de minas: equivalía a 4.18 g aproximadamente de oro en polvo oen pepitas.> > Pilar: especie de fuente sencilla con un pilar al centro y con una salida de aguapor cada lado.> > Pintura: códices prehispánicos; planos.> > Portones: sirven para limpiar los fondos de los puertos.390


glosario> > Protomedicato: tribunal formado por médicos y examinadores nombrados porel rey; también era un cuerpo consultivo.> > Puerta seglar: acceso público lateral en los conventos.> > Prevendado: dignidad, canónigo o racionero de las catedrales.> > Propios: tomando el término como propiedad del Ayuntamiento.> > Quintal: peso de 100 k.> > Regatón: persona que abusaba de los indígenas comprando su mercancía a bajísimoprecio para después revenderla con excesiva ganancia.> > Regidor: cada uno de los individuos del Ayuntamiento encargados del gobiernoeconómico de una población.> > Remate: equivalía a lo que ahora es una licitación, o sea, un concurso.> > República: en el siglo XVI se hacía referencia a las comunidades indígenas congobierno aceptado por el virrey.> > Revellín: obra exterior que cubre la cortina de un fuerte y la defiende.> > Ristrel: listón grueso de madera.> > Saturnismo: intoxicación crónica por las sales de cromo.> > Señoraje: derecho que pertenecía al príncipe o gobernador por la fabricaciónde moneda.> > Serón: especie de saco burdo y largo que normalmente se utilizaba para llevarcarga en una caballería.> > Sesma: sexta parte de una vara.> > Simientes de secano: tierras de labor que no están sujetas a riego.> > Síndico: persona elegida por una comunidad o corporación para cuidar de susintereses.> > Surgidero: lugar donde dan fondo las naves para probar su calado.> > Tafetán: tela delgada de seda, muy tupida.391


ingeniería en méxico, 400 años de historia> > Tahona: molino cuya rueda se mueve con caballería.> > Taumaturgo: persona admirable en sus obras. Autor de cosas estupendas yprodigiosas.> > Tenayuca: cierto tipo de cantera local.> > Tenería: equivale actualmente a curtiduría.> > Tequilatos: mandón; cobrador de impuesto.> > Tepuzque: moneda equivalente a 72 maravedíes del siglo XVI; podía ser pesotepuzque de cobre o de plata.> > Tierra clama: terreno erial, sin árboles ni matas.> > Tintorería: lugares donde se teñían telas y vestidos.> > Tomín: moneda de plata que se usaba en algunas partes de América. Tambiénera una medida de agua en el siglo XVI.> > Toneles: su volumen se estima en 148 l.> > Toponimia: origen y significado del nombre propio de un lugar o poblado.> > Tornapunta: madero ensamblado en uno horizontal para apear otro vertical oinclinado.> > Tundidor: el que corta o iguala con tijera el pelo de los paños.> > Vacos: entendido el término como vacante, vacío.> > Valladar: especie de valla o muro corto o bajo, muy común en el siglo XVI.> > Vara: medida equivalente a 84.6 cm aproximadamente creada por España parala Nueva España en 1535.> > Velamen: conjunto de velas de una embarcación.> > Venero: manantial de agua.> > Vivac: especie de campamento en las plazas de armas.392


glosario> > Zahúrda: construcciones de mampostería para crianza de cerdos. Suelen sermuy sucias.> > Zayal: tela de lana un tanto burda, generalmente de color pardo.> > Zulaque: betún en pasta hecho con estopa, cal, aceite y escorias o vidrios molidos,a propósito para tapar las juntas de los arcaduces en las cañerías de aguas ypara otras obras hidráulicas.> > Zumaque: arbusto de fruto redondo y rojizo. Por la gran cantidad de tanino quecontiene se emplea como curtiente.393


Índice


índicePresentación................................................................................................................... 7Introducción ................................................................................................................ 9Capítulo ISiglo XVI ........................................................................................................................ 11Cortés y la tecnología de la conquista........................................................................... 13Visitadores reales .............................................................................................................. 25Primera Audiencia ........................................................................................................... 28Segunda Audiencia .......................................................................................................... 29Antonio de Mendoza, primer virrey ............................................................................ 33Luis de Velasco el Viejo .................................................................................................. 51Real Audiencia ................................................................................................................. 64Gastón de Peralta, marqués de Falces .......................................................................... 67Martín Enríquez de Almanza ........................................................................................ 71Lorenzo Suárez de Mendoza, conde de la Coruña .................................................... 81Pedro Moya de Contreras, arzobispo-virrey interino ............................................... 85Álvaro Manríquez de Zúñiga, marqués de Villamanrique ...................................... 87Luis de Velasco el Joven .................................................................................................. 91Gaspar de Zúñiga y Acevedo, conde de Monterrey ............................................... 101Capítulo IISiglo XVII .................................................................................................................... 109Juan de Mendoza y Luna, marqués de Montesinos ................................................ 113Luis de Velasco el Joven (segundo periodo) ............................................................. 121Francisco García Guerra, arzobispo-virrey interino ............................................... 127Diego Fernández de Córdoba, marqués de Guadalcázar ...................................... 129Diego Carrillo de Mendoza y Pimentel, Marqués de Gélvez ................................ 133Audiencia gobernadora ................................................................................................ 136Rodrigo Pacheco y Osorio, marqués de Cerralvo ................................................... 139Lope Díaz de Armendáriz, marqués de Cadereyta ................................................. 149Diego López Pacheco Cabrera y Bobadilla,marqués de Villena y duque de Escalona .................................................................. 153Juan de Palafox y Mendoza, virrey interino .............................................................. 155García Sarmiento de Sotomayor, conde de Salvatierra .......................................... 157Marcos de Torres y Rueda, arzobispo-virrey-gobernador ..................................... 159Real Audiencia ............................................................................................................... 160


ingeniería en méxico, 400 años de historiaLuis Enrique de Guzmán, conde de Alba de Liste .................................................. 161Francisco Fernández de la Cueva, duque de Alburquerque .................................. 165Juan de Leyva y de la Cerda, marqués de Leyvay de la Labrada y conde de Baños ............................................................................... 167Antonio Sebastián de Toledo, marqués de Mancera .............................................. 169Fray Payo Enríquez de Rivera, arzobispo de México .............................................. 171Tomás Antonio de Cerda y Aragón, conde de Paredes ymarqués de la Laguna ................................................................................................... 177Melchor Portocarrero Lazo de la Vega, conde de Monclova ................................. 179Gaspar de Sandoval Silva y Mendoza, conde de Galve .......................................... 181Juan de Ortega y Montañez, obispo de México y Michoacán .............................. 185José Sarmiento Valladares, conde de Moctezuma y de Tula ................................. 187Capítulo IIISiglo XVIII .................................................................................................................. 189Juan de Ortega y Montañez, obispo de Méxicoy Michoacán (segundo periodo) ................................................................................ 193Francisco Fernández de la Cueva Enríquez, segundo duque deAlburquerque.. 195Fernando de Alencastre Noroña y Silva, duque de Linaresy marqués de Valdefuentes ........................................................................................... 201Baltazar de Zúñiga y Guzmán Sotomayor y Mendoza, marqués de Valero........ 207Juan Acuña, marqués de Casafuerte .......................................................................... 215Juan Antonio de Vizarrón y Eguiarreta, arzobispo de México ............................ 225Pedro de Castro y Figueroa, duque de la Conquista .............................................. 227Pedro Cebrián y Agustín, conde de Fuenclara ........................................................ 239Francisco de Güemes y Horcasitas, primer conde de Revillagigedo.................... 235Agustín de Ahumada y Villalón, marqués de las Amarillas .................................. 239Audiencia gobernadora ................................................................................................ 240Joaquín de Monserrat, marqués de Monserrat y marqués de Cruillas................. 241Carlos Francisco de Croix, marqués de Croix ......................................................... 245Antonio María de Bucareli y Ursúa ........................................................................... 251Real Audiencia ............................................................................................................... 261Martín de Mayorga ....................................................................................................... 263Matías de Gálvez, padre ............................................................................................... 271


índiceAudiencia gobernadora ................................................................................................ 275Bernardo Vicente Apolinar de Gálvez Gallardoy Ortega, conde de Gálvez, hijo................................................................................... 277Audiencia gobernadora................................................................................................. 279Alonso Núñez de Haro y Peralta, arzobispo-virrey................................................. 281Manuel Antonio Flórez ................................................................................................ 283Juan Vicente de Güemes Pacheco de Padilla,segundo conde de Revillagigedo ................................................................................ 291Miguel de la Grúa Talamanca y Braciforte, marqués de Braciforte...................... 309Miguel José de Azanza................................................................................................... 315Capítulo IVSiglo XIX ..................................................................................................................... 319Félix Berenguer de Marquina....................................................................................... 321José de Iturrigaray............................................................................................................ 323México independiente................................................................................................... 331La visión del segundo imperio en materia de limpia............................................... 339La República restaurada.................................................................................................. 34El enfoque porfirista....................................................................................................... 343Visión panorámica de problemas y soluciones del siglo XIX............................... 351La primera ciudad ecológica de América: el proyecto del siglo XIX................... 367EpílogoHacia un nuevo horizonte de larga permanencia..............................369Bibliografía por orden de aparición en el texto................................. 376Glosario ...................................................................................................................... 384Índice


Ingenieríaen México,400 años dehistoriaobra pública en la ciudad de méxicoTerminó de imprimirse en la ciudad deMéxico durante el mes noviembre delaño 2012. La edición, en papel culturalde 90 gramos, estuvo al cuidado de laUnidad de Promoción y Comunicacióndel Instituto de Ingeniería.

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