Temporada 3 – Programa 18 – El Oráculo de Delfos

 

El oráculo de Delfos fue uno de los más famosos de la antigüedad y por ello su origen está envuelto en un halo de misterio y profecías. Las consultas al oráculo se realizaban con diferentes fines, unos de gran trascendencia como batallas y pactos y otros de carácter más privado de la mano de ciudadanos particulares. Todo el ritual estaba vigilado por los sacerdotes que se ocupaban de dar a la pitonisa todo lo que necesitaba. La actuación de los oráculos perduró hasta la llegada del cristianismo, la religión que silenció a los antiguos dioses.

 Redactado y presentado por Marina García
Grabación y Postproducción: Inés Martínez

EL ORÁCULO DE DELFOS:

Desde mucho tiempo atrás los griegos mantenían que en Delfos, un estrecho desfiladero que ellos consideraban el ombligo del mundo, existía un lugar sagrado, un santuario consagrado al dios Apolo. El oráculo de Delfos fue el más famoso de la antigüedad, su situación como centro del mundo le dio un prestigio especial, de manera que muchos tesoros y botines de guerra fueron guardados allí, en pequeñas edificaciones.

¿Y quién era este dios?  Apolo era el dios griego y romano del sol, la poesía y la música. Según la mitología el origen de este santuario se sitúa en el momento en el que el dios Apolo bajo la apariencia de un delfín salta a un barco cretense y empuja a la tripulación que le sigue y funda un santuario en el lugar al que les dirige. El lugar al que llegan pertenece a Gea y está custodiado por su serpiente, Pitón. Finalmente Apolo vence a esta serpiente y en honor a esta victoria se celebrará periódicamente con unos juegos llamados píticos que sirven además como elemento purificador. Estos Juegos se igualaban en importancia a los Olímpicos, y se celebraban también cada cuatro años también pero sin coincidir. El premio para los ganadores era la corona de laurel, árbol consagrado al dios Apolo, en lugar de la de olivo.  El laurel siempre se relacionaba con este dios por su historia con la ninfa Dafne, una de sus amadas quien con el objetivo de huir de Apolo imploró al dios del río Peneo que la transformase en laurel.

El oráculo de Delfos estaba situado en una cueva profunda con una estrecha entrada. Según la tradición, en la parte más recóndita del templo de Apolo había un lugar subterráneo, el llamado ádyton donde la pitia descendía con una corona y un bastón de laurel para comunicarse con la divinidad. Se cuenta que ahí masticaba laurel, bebía agua de la fuente Casotis y se sentaba en un trípode situado sobre una grieta natural del suelo de la que salían vapores. Al inhalarlos, la sacerdotisa entraba en un frenesí o delirio pronunciando palabras, quizás incomprensibles, pero que los sacerdotes del templo escuchaban y escribían, y que al final se la entregaban al consultante. Por la boca de la Pitia hablaba Apolo, y el cuerpo de sacerdotes la atendía realizando diferentes funciones; unos se encargarían de los sacrificios, otro grupo se ocuparía de ayudar a la pitia e interpretar las respuestas oculares o de cuidar el culto.  En principio la Pitonisa era una mujer joven y virgen, pero se dieron varios casos de violación y finalmente eran mujeres mayores y poco atractivas las encargadas de emitir los oráculos.

En la entrada adyton se encontraba la siguiente inscripción:

“Te advierto, quienquiera que fueres tú, que deseas sondear los arcanos de la naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras excelencias? En ti se halla oculto el Tesoro de los Tesoros. Hombre, conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los dioses”.

Las profecías del oráculo de Delfos tuvieron un papel fundamental en el mundo helénico, la consulta al dios se hizo imprescindible para comenzar una empresa comercial, fundar una colonia, iniciar una guerra y para tomar  decisiones de gran importancia.

Heródoto señala que, durante las Guerras Médicas, la pitonisa de Delfos vaticinó la rendición ante los persas, presagiando desastres y derrotas; sin embargo, los atenienses, partidarios de resistir, hicieron rectificar a los sacerdotes el sentido del oráculo, emprendieron la guerra y resultaron finalmente vencedores. No fue ésta la única ocasión en que se manifestó un claro uso político del oráculo. La competencia y rivalidad entre las distintas polis hizo que en ocasiones sus sacerdotes fueran acusados de favorecer a una de las partes en conflicto. Lo habitual era que estas ciudades o polis enviasen delegaciones sagradas que debían transmitir al oráculo preguntas sobre los asuntos políticos o también se acercaban consultantes privados con cuestiones sobre matrimonio, negocios o viajes.

El oráculo se celebraba un día al mes, el día siete, que se consideraba como fecha de nacimiento de Apolo. En un primer momento, las sentencias de la Pitonisa se hacían en verso, pero después se comenzaron a predecir en prosa ya que Apolo era el dios de la música.

Frente al templo estaba el altar para los sacrificios. Las consultas al oráculo se «pagaban» en forma de sacrificio o por medio de tarifas, el precio mínimo de la ofrenda sería asequible para un ciudadano medio. Sin embargo, los más pudientes solían ofrecer, además de un sacrificio, presentes como estatuas, trípodes y otros exvotos.

El prestigio de Delfos comenzó su declive tras la muerte de Alejandro, en el 323 a.C., aunque continuó siendo un centro de atracción durante la época helenística y el período romano. Pero ya en el 391 d.C., el emperador romano Teodosio decretó el cierre de todos los oráculos y la prohibición de la adivinación de cualquier tipo. El cristianismo había silenciado la voz de los antiguos dioses.

FUENTES:

  • 1 Graves, R. (1985). Los mitos griegos II. Alianza, Madrid España. l985.
  • 2 Hale, J. B., De Boer, J. Z., Spiller, H. A., & Chanton, J. P. (2003). El oráculo de Delfos.Investigación y ciencia, (325), 44-51.
  • 3 Aldana Nácher, C. (1996). Mito y concepción espacial del Santuario de Apolo en Delfos.
  • 4 de la Torre, E. S. (1999). Oráculos de Apolo en la Grecia Antigua. Bibliografia Clasficada.‘Ilu. Revista de Ciencias de las Religiones, (4), 371.
  • 5 Flacelière, R., & Flaceliére, R. (1965).Adivinos y oráculos griegos (No. 165.61 (38)). EUDEBA

WEBGRAFÍA:

IMÁGENES:

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Marina García Soto

Alumna de tercero del Grado de Historia de la Universidad de Murcia

Para Radio Cepoat: el Canal de la Historia

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