X

Del paso frustrado de Chilavert en River al “No tengo SIDA” de Goycochea

En 1988, tras romperla en San Lorenzo, el arquero paraguayo se entrenó dos semanas en el club de Núñez. Sin embargo, el pase, que incluía un trueque entre más jugadores, se cayó porque el futuro héroe de la selección en Italia 90 sufriría una “misteriosa” lesión. Goyco debió salir a desmentir rumores infundados y Chila no debutó en River.

Chilavert - River
Chilavert - River

En redes sociales, hace pocos días, se viralizó una foto de José Luis Chilavert entrenando con el plantel de River, en 1988, con un buzo canguro que despertó los elogios de los amantes de la ropa deportiva vintage. Más allá de la moda retro que magnetiza a los hinchas de cualquier equipo, el malogrado paso del emblemático arquero por el club de Núñez, en el que practicó un par de semanas como parte del plantel pero no llegó a atajar ningún partido –ni amistoso ni oficial-, suele derivar en una de las principales teorías contrafácticas del fútbol argentino.

Según la creencia popular, con el paraguayo en el arco, River habría sumado aún más títulos de todos los que ganó en su historia. Chilavert incluso llegó a firmar contrato con su nuevo club –y hasta se compró un auto con ese dinero- pero el pase se frustraría antes de su debut por una enigmática enfermedad que afectaría al arquero que River había incluido en la negociación con San Lorenzo, Sergio Goycochea. El misterio –y la mala fe periodística- que rodeó a esa dolencia fue tan grande que el futuro héroe de la selección en el Mundial Italia 1990, y actual conductor televisivo, debió desmentir que tuviera SIDA, una enfermedad a cuya epidemia mortal de entonces, a finales de los 80, le sumaba una fuerte estigmatización social.

A finales de julio de 1988, Chilavert era un joven que recién cumplía 23 años y que sin embargo ya había demostrado gran parte de la enorme personalidad que luego lo convertiría en uno de los arqueros más famosos del mundo, múltiple campeón con Vélez entre 1991 y 2000 y figura de Paraguay en los Mundiales Francia 1998 y Corea del Sur Japón 2002. Había llegado a San Lorenzo, procedente del Guaraní de su país, en febrero de 1985, con apenas 19 años, pero cultivaba un sello propio: era muy flaquito y no se intimidaba al provocar a jugadores rivales, incluso a tótems como Norberto Beto Alonso, de River, o Claudio Marangoni, de Independiente. También cruzaba el límite, como el codazo con el que le fracturó la nariz al peruano Franco Navarro, también de Independiente.

En el paquete de críticas que Chilavert debía soportar por animarse a más que el resto de sus colegas se sumaban sus dos primeros intentos de patear un tiro libre y un penal a favor de San Lorenzo, experimentos que entonces eran consideradas “desubicaciones” o faltas de respeto a sus compañeros de equipo porque, según la tradición, únicamente correspondían ser ejecutadas por los jugadores de campo. Contra Banfield, en marzo de 1988, se había animado a lanzar un tiro libre a favor, que pegó en la barrera, y justamente frente a River, en mayo de 1988, corrió de área a área para hacerse cargo de un penal a favor de su equipo, aunque finalmente lo remataría un delantero, Walter Perazzo. Igual la hinchada de San Lorenzo festejó esa audacia de su arquero al grito de “Que lo vengan a ver, que lo vengan a ver, no es el Loco ni el Pato, es el famoso Luis Chilavert”, en referencia a dos iconos como Hugo Gatti y Ubaldo Fillol, mientras el relator por TV, Mauro Viale, calificaba de “increíble” la intención del paraguayo.

El gol de penalty de Chilavert con el R.Zaragoza

Play
Federer, firmando autógrafos en Shangái

En definitiva, cuando llegó a River en julio de 1988 todavía faltaba tiempo para su primer gol de penal, en un Paraguay 2-Colombia 1 de agosto de 1989 por las Eliminatorias para Italia 1990, y de tiro libre, en un Vélez 1-Español 0 de octubre de 1994. Por cierto, su segundo gol de penal, en un Zaragoza 2-Real Sociedad 1 en enero de 1990, terminaría muy mal: los vascos convirtieron en la reanudación del juego, con un remate desde mitad de cancha, mientras el paraguayo volvía a su arco tras haber convertido.

Entre finales de marzo e inicios de abril de 1988, y todavía sin cancha propia tras la pérdida del Viejo Gasómetro, San Lorenzo atravesaba una severa crisis económica y la dirigencia a cargo de Fernando Miele acordó una transacción cuádruple con la de River: Chilavert y Darío Siviski, un mediocampista todo terreno que formaba parte de la selección de Carlos Bilardo, pasarían al club de Núñez a cambio de Goycochea –suplente de Nery Pumpido en River y la selección- y Néstor Raúl “Pipo” Gorosito. Además, River debía pagar 600 mil dólares, una parte en efectivo -200 mil dólares- y el resto en 12 cuotas anuales. Era una negociación desventajosa para San Lorenzo, pero necesitaba el dinero con urgencia –y, también es cierto, los valores eran mucho menores a los actuales, al punto que, por lucir la marca de electrodomésticos Drean en la camiseta en la Libertadores de ese año, San Lorenzo cobró 1.600 dólares por partido-.

Chilavert jugó su último partido en San Lorenzo el 26 de junio de 1988 en una derrota 0-1 ante Racing, por la final de la liguilla, que igual le alcanzó a su equipo para clasificar a la Libertadores después de 15 años, tras 1973. El equipo dirigido por Héctor Veira –que por su bravura era conocido como “Los Camboyanos”, en paralelo a la guerra civil que azotaba a ese país del sudeste asiático- debía debutar en la edición 1988 de la Copa a los pocos días, el 6 de julio, contra el otro club argentino clasificado, Newell’s. En el medio, el 1º de julio, Goycochea y Gorosito se sumaron a los entrenamientos de su nuevo club e incluso posaron, vestidos de azulgrana, junto a Veira y otros refuerzos, como Alberto “Beto” Acosta, Víctor Hugo Ferreyra y Osvaldo Coloccini. Sin embargo, en el debut ante los rosarinos, de los dos futbolistas que llegaron de River sólo jugó Gorosito: el arquero fue Esteban Pogany y de guardián suplente se sentó Carlos Castagneto, el actual titular de la AFIP. Aunque nadie lo sabía, Goycochea ya sufría una lesión que terminaría evitando su llegada a San Lorenzo y las de Chilavert y Siviski a River.

En concreto, Goyco viajó a Rosario con sus nuevos compañeros pero ni siquiera acudió al banco. Ya arrastraba una dolencia que incluso le había impedido terminar su último partido en River, una derrota 0-1 ante Racing en Avellaneda, el 20 de junio por las semifinales de la Liguilla, en el que debió pedir el cambio en el entretiempo –en su lugar ingresó Alberto Vivalda-. Según la revista El Gráfico, “en la cancha de Racing se golpeó el hombro derecho contra un poste de un arco, aunque en verdad ya venía con una inflamación en la zona”. Al llegar a San Lorenzo, pocos días después, se puso la ropa de entrenamiento pero su dolor en el hombro era tan fuerte que ni siquiera practicó. Las pocas horas que permaneció en Rosario para el Newell’s 0-San Lorenzo 0 fueron angustiantes: “No pudo volver esa noche (a Buenos Aires) por los dolores. No podía levantar los brazos, no podía bañarse sin ayuda, hasta le dolía peinarse”, publicó El Gráfico.

Goycochea
Goycochea

Mientras tanto, el sábado 16 de julio de 1988, Chilavert practicó por primera vez en River en lo que también fue el día de presentación del flamante técnico del club, César Luis Menotti -que asumía en lugar de Carlos Griguol-, y del resto de los refuerzos. Hay fotos en las que el arquero y el entrenador se estrechan la mano en el Monumental, también acompañados de las otras incorporaciones, como Gerardo Reinoso, Carlos Enrique –ambos provenientes de Independiente-, Julio Zamora –de Newell’s- y Mario Bevilacqua –de Talleres-. Se hablaba de la “Revolución River”, de un cambio de época, de la llegada de estrellas para dejar atrás a los héroes que habían ganado la Libertadores 1986 pero que habían cumplido un ciclo, como Pumpido, Oscar Ruggeri, Antonio Alzamendi, Américo Gallego y Alejandro Montenegro.

En los días siguientes, mientras realizaba más entrenamientos en su nuevo club y Siviski se sumaba al plantel tras haber realizado una gira de la selección por Australia, Chilavert –que también posó para la tapa de El Gráfico- habló como jugador de River.

-Los socios de River me aplaudieron cuando llegué, este es un club exigente, y eso me gusta. Siempre me agrando en las difíciles. Estoy convencido de que voy a triunfar.

-Menotti quiere que sea como un líbero del equipo. En los entrenamientos jugamos con línea de cuatro con (Jorge) Gordillo, (Jorge) Higuaín, (José) Serrizuela y (Carlos) Enrique.

-Ahora River es todo para mí, veo difícil hasta jugar para la selección de Paraguay si me llaman.

Chilavert - Menotti
Chilavert - Menotti

Como Chilavert había sido suspendido por tres fechas tras su expulsión ante Racing, en su último partido en San Lorenzo, comenzó a especularse quién sería el arquero titular de River en el comienzo de la temporada 1987-88. El primer candidato era Oscar Passet, otro refuerzo, proveniente de Unión, quien también se sumaba a Núñez junto a más incorporaciones que llegaban día a día, como Daniel Passarella –desde Italia-, Sergio Batista –desde Argentinos-, y Milton Melgrar y Jorge Rinaldi –ambos desde Boca-. Hasta que, de a poco, y mientras San Lorenzo seguía jugando en la Copa con Pogany como titular, comenzó a trascender que algo confuso ocurría con Goycochea, que ni siquiera se entrenaba en su nuevo club.

Una lesión misteriosa, sin nombre definido, atacaba al arquero que tenía 24 años y que no sólo había atajado 58 partidos en River entre 1983 y 1988 sino que el año anterior, en un amistoso ante Italia, también había debutado en la selección de Bilardo. En tiempos en que los que el SIDA multiplicaba sus víctimas en el mundo y en Argentina, y los medios trataban a la nueva pandemia entre la ignorancia, la inescrupulosidad y la discriminación como “la peste rosa” –dando a entender, erróneamente, que sólo afectaba a los homosexuales-, un rumor al respecto también rodeó al arquero.

Goycochea
Goycochea

Primero habló el médico de San Lorenzo, Hugo Lobbe: “Goycochea sufre un proceso inflamatorio agudo articular, especialmente en la clavícula, que le impide entrenar. Es una monoartritis no grave, porque no tiene las manos tomadas, pero que ya arrastra desde antes de llegar a San Lorenzo, cuando estaba en River. Se lo atiende con analgésicos y antiinflamatorios pero la evaluación no se puede predecir por el momento, hay que esperar”. Sin embargo, ante el runrún que se había generado, el doctor dio un paso más allá y dijo: “Además quiero aclarar que el arquero no tiene leucemia ni SIDA, como se anduvo diciendo por ahí, así como tampoco es una enfermedad infecciosa: no hay bacterias ni virus. De eso estamos seguros”.

El caso también llegó al histórico médico del plantel de River, Luis Seveso (padre), que ya había tratado al arquero en sus últimos días en el club y que debió volvió a atenderlo cuando San Lorenzo empezó a reclamar que su flamante incorporación no estaba en condiciones de jugar. El diagnóstico tampoco quedó claro. “La verdad es que no le puedo poner nombre y apellido a la enfermedad. Pero a la vez siento la necesidad, por primera vez en mis 30 años como médico de River, de romper parte de mi secreto profesional y aclarar que el chico no tiene SIDA ni cáncer ni leucemia, entre otras barbaridades absolutas que se dijeron. No es grave”, dijo Seveso. “Me llamaron familiares y amigos llorando, desesperados, pero ya estoy mejor, tengo un 90 por ciento de movilidad en el hombro”, se descargó en ese momento Goycochea, que también habló para la revista Gente en una tapa que, con el tiempo, se hizo famosa: “No tengo Sida”. Hace pocos meses, el arquero recordó aquel momento: “Mi vieja me llamó para pedirme por favor que le cuente a ella la verdad. Fue la única vez que temblé. Casi dejo de jugar al fútbol”.

El martes 26 de julio de 1988, San Lorenzo pidió anular la cuádruple transferencia. Al día siguiente, cuando Chilavert cumplía 23 años, los médicos volvieron a revisar al arquero lesionado y coincidieron que no podía entrenar. “Yo me siento jugador de River, todavía no cobré la primera cuota, pero Chilavert ya se compró un auto. Ahora ¿qué va a hacer, va a devolver la plata?”, dijo Siviski. El sábado 30 de julio, Clarín anunció en su tapa:Anularon los pases entre River y San Lorenzo por la enfermedad de Goycochea. Este jugador, Gorosito, Chilavert y Siviski volverán a sus anteriores clubes”. Ese mismo día, el nuevo River hizo una práctica a puertas abiertas ante 10.000 espectadores pero un dirigente del club, Mario Israel, le comunicó a Chilavert que no podría entrenarse.

Lobbe, el médico del club de Boedo, al fin aclaró a qué se debía esa “artritis reumatoidea monoarticular” que sufría Goyco -“es de origen psicosomático”-, pero no precisó cuándo lo dejaría volver a jugar: “Puede no aparecer nunca más o volver en cualquier momento”. Agremiados intentó interceder en los deseos de Chilavert y Siviski, que querían jugar en River, pero los contratos no habían sido registrados en la AFA. De la múltiple transferencia pautada sólo se mantuvo la de Gorosito, que seguiría su carrera en San Lorenzo –y se convertiría en ídolo-. Siviski regresó a San Lorenzo y Goycochea, ya recuperado, volvió a entrenarse en River el jueves 18 de agosto, después de 58 días de angustia. La hinchada lo había ovacionado en un amistoso ante el Verona de Italia, en el Monumental el 10 de agosto, cuando Goyco estaba en una de las plateas. “Se me llenaron los ojos de lágrimas, fue de las mayores emociones de mi vida”, contó el arquero que, sin embargo, ya no volvería a atajar en River y que a finales de 1988 pasaría a Millonarios de Bogotá.

Chilavert, en tanto, se iría al Zaragoza de España, país en el que atajaría tres temporadas hasta que en 1991 volvió al fútbol argentino, a Vélez, club en el que ganaría nueve títulos –incluidas las Copas Libertadores e Intercontinental 1994- y convertiría 36 goles. Consultado muchos años después sobre por qué no jugó en River, el paraguayo apuntó a quien, con el tiempo, se convertiría en uno de sus tantos enemigos, el propio Menotti, quien fue su técnico en los pocos días que practicó en Núñez.

“Siempre fui realista y cuando pasan las situaciones es por algo. Si quieren saber por qué no jugué en River deberían preguntarle a Menotti. Por culpa de él no llegué a estar ahí”, dijo en 2020, aunque sin mayores precisiones. Uno de los tantos rumores de la época, tan incomprobables –y poco creíbles- como el resto, indicaba que el técnico prefería el estilo más “jugadorista” de Ángel David Comizzo, el arquero que llegó a los pocos días de la salida de Chilavert y que se quedaría con el arco en River desde 1988 a 1992 y desde 2001 a 2003. La frase del paraguayo calza dentro de su relación agria con el entrenador campeón del mundo en 1978, quien llegó a decir que “a Chilavert habría que pasearlo por los colegios del Mercosur para que los chicos puedan ver cómo era el hombre hace 40 mil millones de años. Viene primero Chilavert, después el mono y después el ser humano”. River, eso seguro, se perdió a uno de los mejores arqueros de la historia.

¿Fanático del Millonario? Enterate todas las noticias de River Plate a través de TyC Sports. Seguí nuestra página en Facebook o Google News. También podés registrarte gratis e indicar tus preferencias para recibir notificaciones en tu browser o bajate nuestra APP (disponible en Android & iOS). Accedé a todas las estadísticas de La liga profesional del fútbol Argentino.

Logo de River Plate

No te pierdas nada

Recibí las últimas noticias, cúando juega River Plate ¡y más!

Comentá

Icono comentarios

Te puede interesar

Reels

+

Notificaciones

Agenda

Compartir