Agentes fronterizos encuentran 59 serpientes y lagartos vivos en los bolsillos de un contrabandista

Un anuncio de Facebook muestra lagartos raros a la venta por Julio Rodríguez,

Es la última prueba de un próspero mercado negro de animales salvajes en la frontera de San Diego, donde Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos ha incautado serpientes, cachorros de tigre y loros.

San Diego Union-Tribune

Mar. 3, 2022 6:08 PM PT

La semana pasada se detuvo a un hombre en el puerto de entrada de San Ysidro después de que los agentes fronterizos encontraran 59 serpientes y lagartos vivos escondidos en su ropa.

Aunque José Manuel Pérez supuestamente explicó que los reptiles eran sus “lagartos de mascota”, los investigadores afirman que son las últimas mercancías de una larga red de tráfico de animales salvajes que se especializaba en capturar reptiles raros de América Latina en la naturaleza y luego pasarlos de contrabando a compradores de Estados Unidos, según una declaración jurada de orden de registro de teléfonos móviles presentada el miércoles en el tribunal federal de San Diego.

Los ejemplares vivos, contenidos en bolsas, incluían tres boas enanas, una serpiente falsa de ojos de gato de Uribe, una serpiente loro de la costa del Pacífico y cuatro lagartos de cabeza de cono, según los herpetólogos que los identificaron en el zoológico de San Diego.

Pérez, de 30 años y residente en Oxnard, ya estaba siendo investigado desde hacía varios meses, y el día anterior a su detención del viernes había sido acusado junto con su hermana por un gran jurado federal de Los Ángeles.

La acusación se refiere a una conspiración de tráfico de fauna silvestre que introducía reptiles de contrabando a través de la frontera entre Estados Unidos y México -en particular el corredor que une Juárez (México) con El Paso (Texas)- sin permisos legales.

Los animales, muchos de los cuales están catalogados como especies protegidas, se enviaban luego con frecuencia desde El Paso a Pérez y a otros clientes en Estados Unidos, según la acusación. También se acusa a Pérez de importar unas 30 tortugas de Hong Kong, así como de exportar otros animales a compradores de otros países, según la acusación.

En total, se acusa a la red de importar unos 1700 animales -entre tortugas, lagartos y crías de cocodrilo- por un valor de mercado de más de 739 mil dólares, según la acusación.

El caso subraya el papel que desempeña la frontera entre Estados Unidos y México en el próspero mercado negro de la fauna salvaje. Solo en San Diego, los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos han incautado serpientes, cachorros de tigre, loros y gallos de pelea, así como productos animales como vejigas de totoaba -un pez en peligro de extinción en el Golfo de California-, huevos de tortuga marina, marfil y huesos de ballena.

Pérez supuestamente utilizó a otras personas para pasar de contrabando algunos de los animales, según la acusación.

Después de un viaje en 2016, en un punto no identificado de la frontera, un coconspirador envió un mensaje a Pérez sobre una “situación cercana” al ser registrado por la CBP. “Gracias a Dios no encontraron nada”, escribió el presunto contrabandista. “Por eso siempre te digo que las tortugas son arriesgadas. Son voluminosas. Hoy me he puesto nervioso, pero he mantenido la calma”.

Los investigadores del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos dicen que Pérez vendía los reptiles en Facebook bajo el nombre de “Julio Rodríguez”, un seudónimo que también aparece en un permiso de conducir de Missouri. Se unió a varios grupos de Facebook dedicados a la tenencia y el cuidado de reptiles, en los que publicaba con frecuencia anuncios de animales específicos en venta, según la declaración jurada.

Un anuncio de Facebook muestra lagartos en venta por Julio Rodríguez,

Algunos se vendían por miles de dólares, incluida una iguana de casco endémica de México y Centroamérica que se vendió por 2500 dólares.

Para que el comercio pareciera legítimo, Pérez utilizaba una empresa especializada para hacer etiquetas y enviar los animales vivos a los compradores a través de FedEx, según los investigadores. La empresa, Reptiles Express, se utilizó para 475 paquetes desde octubre de 2018 hasta marzo de 2021, según la declaración jurada.

Los registros muestran que Pérez cruzó en San Ysidro 36 veces en el último año, y que muchos de esos viajes correspondían a publicaciones en las redes sociales en las que se indicaba que se vendían nuevos animales salvajes, según la declaración jurada.

Los investigadores afirman que Pérez siguió dirigiendo su negocio de tráfico de animales salvajes incluso cuando estuvo entre rejas durante varios periodos de 2016 y 2019 por cargos del condado de Ventura de robo, posesión ilegal de munición y participación en una pandilla callejera, así como por conducir bajo los efectos del alcohol.

A principios de este mes, Pérez y otras dos personas intentaron entrar en Tijuana desde San Diego, pero las autoridades mexicanas les prohibieron la entrada al enterarse de que el grupo también llevaba 15 tortugas, 12 serpientes y ocho camaleones al sur de la frontera, según la declaración jurada. Se vieron obligados a dar la vuelta y fueron interrogados por funcionarios estadounidenses en San Ysidro.

Pérez afirmó que los animales eran suyos; se los devolvieron y le permitieron volver a entrar en Estados Unidos.