Como alguien entre cuyas responsabilidades diarias está recoger la caca de su perro, sabes que las deposiciones anormales pueden ser una de las primeras señales de que tu perro no se encuentra bien. Esto puede dar pie a una plétora de preguntas y todas ellas pueden responderse comprendiendo el tiempo que tarda tu perro en digerir la comida.
De media, un perro tarda alrededor de 8 a 10 horas en digerir la comida. Los perros más pequeños o más jóvenes pueden tardar 4 horas, mientras que los perros más grandes pueden necesitar hasta 12. Cuando hay un desajuste en el lapso comida-caca, puede ser señal de que hay algo más que necesita atención.
Según la doctora Cindy Barnes, DVM, CVSMT, y fundadora de Shepherd Veterinary Software, un perro sano puede hacer dos o tres deposiciones al día, mientras que un cachorro puede hacer caca cinco o más veces al día. “Los perros adultos sanos hacen caca al menos una vez al día y, por lo general, alrededor de 12 horas después de su última comida”, explica Barnes.
Conocer el lapso comida-caca de tu cachorro puede ayudar a detectar cuándo hay algo que no va bien. Vamos a entrar en detalle sobre las funciones, los factores y las preguntas sobre alimentos que pueden surgir sobre la digestión de tu perro.
¿Cómo digieren los perros la comida?
Según la doctora Barnes, los humanos y los perros tienen un sistema digestivo bastante similar. Pero existen pequeñas discrepancias que suponen una gran diferencia a la hora de la digestión, la digestibilidad de los alimentos y las necesidades dietéticas de los perros.
Los perros digieren la comida más rápidamente que los humanos porque el tracto intestinal de un perro es físicamente más corto. —Al tener un tracto digestivo más corto, las bacterias tienen menos tiempo para multiplicarse —revela Barnes. Esto explica por qué los perros pueden comer comida del suelo y seguir estando bien.
La evolución también es un factor en las diferencias en cuanto a la digestión de los perros. Un estudio de 2013 encontró que el perro doméstico tiene una conformación genética que favorece que se produzcan más enzimas para descomponer almidón que su lejano pariente, el lobo.
El roceso digestivo de un perro por etapas
La digestibilidad de los alimentos se calcula analizando el número de nutrientes que se absorben: lo que entra con respecto a lo que sale.
Fase |
Proceso digestivo |
Boca | La digestión comienza en la boca, donde los perros mastican la comida y la tragan con la lengua. |
Dientes | La comida se tritura gracias a los 42 dientes de un perro adulto o los 28 de un cachorro. —Los perros solo pueden mover la mandíbula de arriba a abajo, y no de un lado a otro —explica Barnes—. Esto les permite machacar los alimentos para digerirlos. |
Glándulas salivales | Los perros usan la saliva que acumulan en la boca para ayudar en la digestión, pero no de la misma manera que hacen los humanos. Las investigaciones sugieren que las funciones principales de la saliva del perro son matar las bacterias, ayudar a saborear y lubricar los alimentos para tragar. |
Esófago | Una vez que la comida se ha triturado lo suficiente como para que pase por el esófago, se empuja hacia el estómago mediante un proceso denominado peristalsis. Tampoco es extraño que los perros regurgiten la comida. —Los perros tienen un fuerte reflejo de arcada, por lo que vomitan si no han triturado la comida lo suficiente —cuenta Barnes—. Si se da el caso, simplemente trituran la comida un poco más y vuelven a intentarlo. |
Estómago | Una vez la comida llega al estómago, se segregan jugos digestivos y enzimas que la descomponen aún más. Un dato curioso es que el estómago de un perro produce casi 100 veces más ácido que el de un humano. —Esto es así para descomponer las proteínas y suavizar la densa materia ósea —expone Barnes. |
Intestino delgado | A continuación, la comida pasa al intestino delgado, donde se mezcla con las enzimas secretadas por el hígado, el páncreas y la vesícula biliar. Estas enzimas ayudan al intestino delgado a absorber las vitaminas y los nutrientes esenciales. Este es el punto del sistema digestivo en el que los cachorros de hoy en día dependen de sus adaptaciones genéticas para descomponer los alimentos con almidón, como el arroz y las patatas. |
Intestino grueso | Aquí se extrae agua y otros fluidos de los productos finales de desecho y de los alimentos no digeridos. Se almacenan los residuos hasta que llega el momento de transportarlos fuera del cuerpo y, en último término, a tu bolsa para caca de perro. Cuando los residuos pasan demasiado rápido a través del intestino grueso, puede que tu perro tenga diarrea. El estreñimiento ocurre cuando los desechos se mueven demasiado despacio a través del intestino grueso y se reabsorbe demasiado líquido. |
¿Qué pasa con la comida que mi perro no puede digerir?
Los alimentos que tu perro no puede digerir viajan a través del tracto gastrointestinal y se convierten en caca en el intestino grueso. Si un alimento es tóxico o las encimas digestivas no lo pueden descomponer, puede causar un trastorno digestivo, producir diarrea o ser excretado. Los productos no digeridos, sean o no alimentos, permanecerán enteros al ser excretados.
Si no se excreta, el material no digerido puede causar una obstrucción y debe ser retirado por un profesional médico.
¿Qué factores afectan a la digestión de mi perro?
Cuando se trata del sistema digestivo de tu perro, el tiempo no es el único factor en juego.
El tipo de cuerpo de tu perro
- Tamaño: Desde que engulle su pienso hasta que hace sus cosas, el tiempo que necesita la comida para viajar por el cuerpo y salir en forma de deposición depende en gran medida del tamaño de tu perro. Según Barnes, un caniche en miniatura puede necesitar 22 horas para ingerir y digerir los alimentos, absorber los nutrientes y, a continuación, transportar la comida no digerida por los intestinos para que salga por el otro extremo. Este mismo proceso puede llevar a un peludo enorme, como el esnauzer gigante, hasta 59 horas.
- Edad: Puedes esperar que un cachorro tenga un ritmo de digestión mucho más rápido que un perro adulto o sénior. La doctora Barnes explica que esto se debe al engrosamiento de la pared intestinal del perro a medida que madura.
- Raza y tipo de cuerpo: La raza de tu perro determinará su tamaño y su peso, lo que ralentizará o acelerará el tiempo que tarda en digerir la comida. Puedes esperar que una raza de perro pequeña, como un chihuahua o un Shih Tzu, digiera la comida más rápidamente que una raza de perro grande, como un mastín o un gran danés.
El nivel de hidratación o de deshidratación de tu perro
Si tu cachorro se deshidrata, el flujo sanguíneo a su tracto gastrointestinal disminuye. Esto puede provocar calambres dolorosos. La falta de flujo sanguíneo al tracto gastrointestinal también puede ralentizar el tránsito de los alimentos “poniendo al perro en riesgo de infección, inflamación u obstrucción”, según la doctora Barnes. Si te aseguras de que tu cachorro está bebiendo mucha agua su sistema digestivo se mantendrá en movimiento.
El nivel de estrés de tu perro
El estrés provocado por una mudanza, un nuevo familiar o algo como una tormenta eléctrica puede tener un gran impacto en la salud digestiva de tu perro. La microbiota de un perro (y la nuestra) está compuesta por millones de bacterias, algunas beneficiosas y otras perjudiciales, que ayudan a descomponer los alimentos. Cuando un perro se estresa, ese equilibrio de bacterias y otras funciones puede acabar patas arriba, causando problemas como indigestión, diarrea o inflamación del tracto gastrointestinal.
Los niveles de actividad y de energía de tu perro
Cuando un perro comienza a correr como loco después de una comida, hace estragos en su digestión. Después de comer, un perro necesita descansar para que su intestino pueda digerir la comida. Si tu perro se activa después de comer, su cuerpo termina quitando recursos del intestino y de la digestión para dedicarlos a mantener los músculos.
La dieta diaria de tu perro
El tipo de alimentos que ingiere tu perro puede determinar la rapidez con la que su cuerpo los descompone. Las comidas húmedas y enlatadas se digieren más fácilmente que el pienso seco. El contenido húmedo de la comida enlatada para perros ayuda a que los alimentos se muevan a través del tracto digestivo.
Si tu perro ha ingerido toxinas
Según la doctora Barnes, la ingesta de algo tóxico para un perro, como chocolate o ciertos tipos de plantas, puede acelerar el ritmo de la digestión al no ser capaz de metabolizar las toxinas con eficacia.
Cambios dietéticos repentinos
Tanto si es porque tu perro se hace con alguna de las sobras de tu mesa como si es porque está cambiando a una nuevo pienso, este nuevo alimento puede interferir en su tasa de digestión habitual. Cuando introduzcas una nueva dieta para tu perro, debes hacerlo gradualmente a lo largo de una o dos semanas y con la supervisión de un veterinario, para disminuir la probabilidad de que se produzcan trastornos digestivos.
Medicamentos, enfermedades o afecciones
Si su veterinario ha recetado medicación para tu perro, asegúrate de preguntarle cómo podría afectar a su tasa de digestión y a sus deposiciones. Hay una serie de afecciones que pueden afectar a la digestión de tu perro, como las que se indican a continuación.
11 causas de trastorno del sistema digestivo en perros
El sistema digestivo es complicado y depende de que muchas partes del cuerpo funcionen de manera adecuada y eficiente. Ciertos problemas de salud pueden afectar al funcionamiento del sistema digestivo y al aspecto de las deposiciones de un perro en su día a día.
Si tu perro tiene una infección
- La colitis es la inflamación del intestino grueso (también conocido como colon). La causa de la colitis puede ser desconocida o estar provocada por bacterias, parásitos, traumatismos, problemas renales o alergias. Según la doctora Barnes, los perros de razas como gran danés, golden retriever, pastor alemán y collie son los más susceptibles de sufrir este y otros trastornos digestivos.
- La disbiosis ocurre cuando hay un desequilibrio entre las bacterias beneficiosas y las perjudiciales en el intestino de tu perro. Tu veterinario puede recomendar cambios en la dieta, como incorporar pre o probióticos en las comidas, especialmente después de una dosis de antibióticos. —En resumen, los dueños de mascotas deberían hablar con su veterinario sobre la salud intestinal, la dieta y la microbiota —afirma la doctora Barnes.
- La insuficiencia pancreática exocrina se da cuando tu perro no puede producir enzimas importantes. Los síntomas incluyen grandes cantidades de heces sueltas y pérdida de peso.
- La enfermedad de la vesícula biliar se produce como resultado de defectos genéticos, cáncer, infecciones o traumas físicos. Si tu perro tiene problemas de vesícula biliar, notarás que la piel y los ojos se le ponen amarillos. Es probable que se deba a una filtración o acumulación de bilis en la vesícula biliar.
- La enfermedad inflamatoria intestinal causa inflamación crónica y molestias intestinales. Tu veterinario puede diagnosticar enfermedad inflamatoria intestinal (EII), una afección común en gatos, perros y humanos.
- Una enfermedad hepática puede afectar a la digestión porque un hígado dañado no secreta enzimas para descomponer los alimentos. Por suerte, el hígado puede regenerarse, pero si el daño es demasiado prolongado o grave, puede dar lugar a una insuficiencia hepática.
- Megaesófago es la dilatación del esófago y la incapacidad de transportar alimentos al estómago. Se ha informado de esta afección en razas caninas, como fox terrier de pelo duro, schnauzer miniatura, gran danés, Terranova, rhodesian ridgeback, y el shar-pei chino, según el doctor Shawn Kearns, DVM y DACVIM en Angell Animal Medical Center. Tu perro puede nacer con esta enfermedad o desarrollarla como consecuencia de otras enfermedades o afecciones.
Si tu perro tiene una enfermedad crónica
- La torsión gástrica o dilatación vólvulo gástrica supone un riesgo enorme para perros de razas grandes y perros machos de tórax profundo. La hinchazón hace que el estómago del perro se distienda y se retuerza de forma anormal con gas, líquido o comida. Hacer ejercicio después de comer aumenta el riesgo de torsión gástrica. La Dra. Barnes recomienda mantener al perro tranquilo y en reposo después de las comidas. Si tu perro engulle la comida, sugiere dosificarla en pequeñas cantidades a lo largo del día.
- La gastroenteritis, comúnmente conocida como virus estomacal, intoxicación alimentaria o gripe estomacal, es la inflamación del estómago y los intestinos a causa de bacterias, virus o toxinas.
- Un megacolon es un colon dilatado, que puede desarrollarse si tu perro sufre de estreñimiento crónico. Se trata de un problema que puede ser congénito. Si los veterinarios no pueden controlar esta enfermedad, puede que sea necesaria una intervención quirúrgica.
Si tu perro tiene un parásito o una obstrucción
- Los parásitos intestinales, como los gusanos de agua y los de cinta, pueden hacer estragos en el sistema digestivo y la salud de tu perrito. Los desparasitadores, especialmente para cachorros, pueden ayudarte a mantenerlo a salvo en las primeras etapas de su vida.
- Un cuerpo extraño puede obstruir el tracto digestivo de tu perro. Si se da el caso, se trata de una emergencia médica. Llama de inmediato a tu veterinario o clínica de emergencias si crees que tu perro se ha comido algo demasiado grande para pasar por su tracto. Si lo detectas a tiempo quizá puedas evitar que tu cachorro tenga que pasar por el quirófano. Si tu perro lleva días estreñido y con dolor de estómago, puede que haya un objeto no comestible obstruyendo su sistema digestivo.
Conclusiones
La digestión de tu perro no es tan complicada como podrías pensar. Siempre y cuando las heces de tu cachorro sean de consistencia media o firme, y esté comiendo y bebiendo con normalidad sin episodios de vómitos, la doctora Barnes asegura que no es necesario preocuparse por el funcionamiento de sus intestinos.
Si te preocupa, habla con tu veterinario antes de hacer cambios en la dieta o añadir fibra, probióticos o vitaminas a las comidas de tu perro. Alimentar a tu perro con comida para perros que sea digerible y nutritiva favorece su salud intestinal. De esta forma se ayuda a la digestión y a los niveles de inflamación, así como a la inmunidad en general —afirma el doctor Gary Richter, DVM y miembro del Panel Dog People de Rover.