El título de River en la Liga Profesional es brillante por donde se lo mire. Más allá del respaldo de los números fue claramente el mejor equipo, el único que logró despertar el éxtasis de sus hinchas, la admiración de los neutrales, y la envidia y hasta la bronca de los rivales, empezando por Boca que sangra por la herida.

Las notas en este diario de Daniel Guiñazú y Adrián De Benedictis explican muy bien las razones que llevaron a ganar el torneo, y la de Gustavo Veiga suma nuevos elementos, y agrega el dato de los despropósitos reglamentarios que impidieron que el equipo no pudiera recibir la Copa ganada y tenga que esperar hasta la última fecha.

La conquista de River reavivó la polémica respecto de quién tiene más campeonatos, si River o Boca. En su nota, De Benedictis menciona que se trató del título número 70 de los millonarios, y los lectores lo amonestan en sus comentarios porque dicen que sólo valen los títulos del profesionalismo. Y ahí la diferencia es de 37 a 29 (“se te nota el carnet de socio de Boca en el bolsillo ..”, llega a decir uno de esos lectores).

Los que aseguran que sólo se deben tener en cuenta los títulos conseguidos en el profesionalismo, dicen por ejemplo que contar los torneos del amateurismo es como poner en el curriculum el nombre del jardín de infantes al que se asistió. O también sostienen que los torneos amateurs se hacían en un marco de gran desorganización. "Ni árbitros había”, exageran. Otro argumento que usan es que a Boca, entre los 74 títulos que cuenta aparece el de Campeón de Honor, que se le otorgó luego de su exitosa gira de 1925.

Los del team “hay que contar el amateurismo” se defienden de estas cuestiones de la desorganización, recordando que entre 1939 y 1949 se jugaba la Copa Escobar, que otorgaba títulos que figuran en el historial. Y esa Copa Escobar se jugaba en un fin de semana, entre los ocho mejores de Buenos Aires en partidos de 40 minutos. Muy poco serio, por cierto. River, por ejemplo, ganó uno de esos campeonatos.

Los “proamateurismo” dicen que si sólo se debe considerar lo ocurrido en el profesionalismo, hay que eliminar de los registros los Sudamericanos ganados por Argentina antes de 1931 y el Mundial de 1930.

“Con ese criterio no existió parte de la historia de Lauri, Scopelli, Zozaya, Ferreira y Guaita o la 'Chancha' Manuel Seoane, máximo goleador del amateurismo con 207 goles”, razonan.

La suma lisa y llana de los campeonatos encierra notables disparates, tanto en el amateurismo como en el profesionalismo. ¿Acaso se puede considerar igual la Copa Libertadores que River le ganó a Boca en Madrid que la Copa Suruga Bank o una Copa Escobar? ¿Es lo mismo el título que logró Boca venciendo al Real Madrid en Japón que el título por la gira del '25?

El color de los cristales con el que se miren los títulos dependerá de la camiseta de cada uno. Y la polémica no se acabará nunca.