Descubren un reptil prehistórico extinto que vivía entre los dinosaurios

El hallazgo arroja luz sobre los tuátaras, el último miembro vivo de un grupo de reptiles que una vez fue muy diverso y que en la actualidad ha sido suplantado casi por completo por sus parientes, los lagartos.

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Opisthiamimus gregori
Foto: Julius Csotonyi / Smithsonian Institution
Héctor Rodríguez
Héctor Rodríguez

Editor y periodista especializado en ciencia y naturaleza

Investigadores del Museo de Historia Natural Smithsonian han descubierto una nueva especie extinta de reptil parecido a un lagarto que pertenece al mismo linaje antiguo que el actual tuátara de Nueva Zelanda. El equipo, dirigido por el geólogo, paleobiólogo y experto en dinosaurios, Matthew Carrano, describe a la especie bautizada como Opisthiamimus gregori y la cual habitó el Jurásico de América del Norte hace unos 150 millones de años junto con dinosaurios como Stegosaurus y Allosaurus, en un artículo publicado en la revista especializada Journal of Systematic Paleontology.

En vida, este reptil prehistórico habría medido unos 16 centímetros desde la nariz hasta la cola y probablemente sobrevivió con una dieta a base de insectos y otros invertebrados. “Lo que resulta tremendamente interesante sobre el tuátara es que representa un capítulo de la historia evolutiva al que tenemos la suerte de llegar en lo que probablemente sea su acto final”, cuenta Carrano. “Aunque parece un lagarto relativamente simple, encarna toda una epopeya evolutiva que se remonta más de 200 millones de años”.

El descubrimiento fue realizado entre de un puñado de especímenes, incluido un esqueleto fósil extraordinariamente completo y bien conservado, alrededor de un nido de Allosaurus en la Formación Morrison del norte de Wyoming. Un estudio más detallado del hallazgo podría ayudar a revelar por qué este antiguo orden de reptiles pasó de ser diverso y numeroso en el Jurásico a solo contar con un representante vivo en la actualidad, el tuatara de Nueva Zelanda.

El tuatara podría describirse como una iguana particularmente robusta, sin embargo, ni este, ni su pariente recién descubierto son lagartos en absoluto. En realidad se trata de animales del orden de los rincocéfalos, el cual se separó de los lagartos hace al menos 230 millones de años. En su apogeo, durante el Jurásico, los rincocéfalos se encontraban repartidos por casi todo el mundo, presentaron una gran variedad de tamaños y desempeñaron todo tipo de roles ecológicos: desde cazadores de peces acuáticos hasta masticadores de plantas voluminosas. No obstante, por razones que aún se desconocen, estos animales desaparecieron a medida que los lagartos y las serpientes se convirtieron en los reptiles más comunes y diversos en todo el mundo.

Esqueleto fósil de Opisthiamimus gregori
Foto: David DeMar / Smithsonian Institution

Este abismo evolutivo entre los lagartos y los rincocéfalos ayuda a explicar las extrañas características del tuátara, como los dientes fusionados con el hueso de la mandíbula, un movimiento de masticación único en el que desliza la mandíbula inferior hacia adelante y hacia atrás como una hoja de sierra, una esperanza de vida de unos 100 años y una mayor tolerancia al frío.

Carrano cuenta que el fósil se ha añadido a las colecciones del museo donde permanecerá disponible para futuros estudios, algo que tal vez algún día ayude a los investigadores a descubrir por qué el tuátara es todo lo que queda del orden de los rincocéfalos mientras que los lagartos se han expandido por todo el mundo. “Es posible que estos animales hayan desaparecido, en parte, debido a la competencia con los lagartos, pero quizás también debido a los cambios globales en el clima y los cambios de hábitat”, relata el autor. "Resulta fascinante comprobar como a lo largo del tiempo evolutivo una especie dominadora desaparece para dar paso a otra; aún necesitamos más evidencia para explicar exactamente qué sucedió, sin embargo, los fósiles como este son los que nos darán las claves", concluye.