Las tablas periódicas más extrañas de la historia

La tabla periódica de los elementos que conoces se debe en gran parte al químico ruso Mendeléiev, quien publicó en 1869 su tabla en la Sociedad Química Rusa. En ella se preocupó por ordenar los elementos según masas atómicas.

En 1871, Mendeleiev, publicó un extenso artículo con una forma actualizada de su tabla, con los elementos dispuestos en columnas. Incluso hizo predicciones de elementos que no se conocían en huecos que dejó. En la tabla hay algunos errores, pero el aspecto es la base para la tabla periódica convencional.

Horace G. Deming usó una tabla periódica parecida a la actual en su libro de texto de Química General que se distribuyó ampliamente por Estados Unidos tomando gran popularidad, desde la década de 1930

Tras la propuesta de Mendeléiev se descubrieron más elementos, los gases nobles, las tierras raras y elementos radiactivos. Había que ampliarla y actualizarla. Obviamente habrá notado que la tabla periódica de Mendeléiev no es exactamente la que usamos hoy en día. La del ruso organizaba los átomos en orden creciente de masa atómica, la actual lo hace en función del número atómico y sitúa a los elementos en zonas según los orbitales de su última capa de electrones ocupada (s, p, d y f). Esto último hace referencia a la configuración electrónica y la tuvo en cuenta el químico costarricense Gil Chaverri Rodríguez en un artículo publicado en la revista Journal of Chemical Education, en 1953. Se parece mucho a la actual.

Hasta 1984 no fue aprobada la designación de los grupos mediante números arábigos, por la Comisión de Nomenclatura de Química Inorgánica (CNIC) de la IUPAC. La tabla periódica de los elementos más actualizada contiene los últimos elementos añadidos y nombrados por la IUPAC en 2016: nihonio (Nh), moscovio (Mc), teneso (Ts) y oganesón (Og).

Realmente la tabla periódica completa debería ser “más larga”. Las dos filas que aparecen abajo se separan de la tabla para facilitar su lectura. Tendríamos una tabla de 32 columnas si insertamos estas dos filas en las posiciones correspondientes, es decir, 57 (lantano) y 89 (actinio). Algo bastante incómodo de manejar.

La tabla periódica pista de carreras

Durante la historia se han propuesto tablas originales que no han tenido la suerte del camino iniciado por Mendeléiev. Un ejemplo es la la tabla periódica pista de carreras, ideada por el químico y autor de ciencia ficción John Drury Clark. La versión original de Clark era una tabla en blanco y negro, publicada en el artículo A new periodic table, publicado en 1933 en la revista Journal Chemical Education.

Pero la tabla de John Clark nos guardaba un secreto casi artístico. La revista Life Magazine publicó en 1949 una preciosa versión coloreada.

Tablas del baúl de los recuerdos

Ya en 1934, G. N. Quam y M. Battell Quam escribieron un artículo con los distintos tipos de tablas periódicas que se estaban gestando. La tabla actual no es la única que se ha propuesto, muchas han quedado olvidadas en artículos y libros de texto. En la primera página del artículo aparece la tabla en espiral que el mineralogista alemán Heinrich Baumhauer’s ideó en 1870. Tuvo muchos problemas conceptuales con ella que le obligaron a poner flechas que iban de un lugar a otro.

Otra tabla en espiral recogida por Quam y Quam es la que propuso en 1902 el geólogo sueco Axel Erdmann, en una disposición parecida a una telaraña con el hidrógeno en el centro.

Nodder no defendió características novedosas para su disposición en espiral (1920), según se afirma en el artículo de Quam y Quam, sin embargo el aspecto es algo diferente y parece una doble espiral entrelazada.

Otra espiral, aunque menos lustrosa, recogida en el artículo es la de Partington, de 1920. Se parte del hidrógeno y los elementos se disponen en orden según la dirección contraria al movimiento de las manecillas de un reloj. Hay ocho líneas radiales “a lo largo de las cuales se disponen los elementos de las familias en orden creciente de peso atómico”.

Siguiendo con el artículo de Quam y Quam, aparece citada la clasificación helicoidal de Janet (1929) y se trata de la proyección plana de una disposición cilíndrica de Courtines.

En el caso de Crookes (1898), “los elementos están dispuestos en orden de pesos atómicos en una línea que traza una espiral en forma de ocho”. Cada bucle se divide en ocho partes iguales, donde se coloca un elemento o todo un grupo. Los espacios en blanco recuerdan a los espacios de Mendeléiev donde afirmaba que debía haber un elemento por descubrir.

La hélice de Emerson de 1911 es una disposición helicoidal basada en la espiral de Crookes.

A diferencia de Crookes, Harkins y Hall (1916) desarrollaron dos hélices concéntricas, donde la hélice central contenía los periodos largos. Cada barra vertical del modelo representa un grupo.

Si seguimos con los modelos recogidos por Quam y Quam, nos encontramos con la inusual tabla de Schaltenbrand (1920), una espiral excéntrica con los elementos dispuestos en orden de pesos atómicos. En el primer giro (desde arriba) está el hidrógeno, el helio y el resto de elementos inertes. Los elementos de un mismo grupo están en un mismo plano que pasa por el eje de la espiral.

En un intento de incluir las tierras raras sin destruir la simetría, Friend dispuso los elementos en la superficie de una esfera, en 1925.

En 1911, el radioquímico británico Frederick Soddy —quien descubrió la existencia de isótopos— dispuso los elementos según unos bucles en forma de lágrimas en 3D para crear una tabla periódica poco habitual. Viene citada en el artículo de Quam y Quam, aunque la imagen no aparece.

Tablas periódicas modernas

En la década de 1960, Theodor Benfey propuso una tabla periódica con forma de caracol, que enfatizaba la continuidad de los elementos, en contra de lo que dejó marcado como “división periódica”.

En 1975 llegaría el turno para el químico norteamericano James Franklin Hyde, con una propuesta bastante atractiva: la tabla periódica de cinta rizada. En este caso el silicio aparece justo en el centro (entre dos círculos) y se muestra también su relación con otros elementos de la tabla (líneas discontinuas).

En 2006 vino la “tabla periódica perfecta”, crada por Valery Tsimmerman, basada en el modelo de Charles Janet para su modelo de configuración electrónica de 1928.

La más reciente tabla de Jeff Moran está hecha mediante un software y es una versión que intenta ilustrar mejor la relación del hidrógeno con los otros elementos.

Las disposiciones alternativas de la tabla periódica no solo son cosa del siglo XXI. Muzzammil Qureshi propuso en 2021 la “tabla periódica discoide de los elementos”. El autor defiende su disco-tabla diciendo que la periodicidad se representa mejor mediante formas circulares.

Una curiosidad final

La tabla periódica de Antropoff (1926) estaba en desuso después de la Segunda Guerra Mundial en la mayoría de los países, ¡excepto en España! Esta disposición ofrece un equilibrio más satisfactorio en comparación con otras tablas y fue la más popular en Alemania hasta que Antropoff fue señalado en 1945 por sus actividades nazis.

Entre las tablas de Andreas von Antropoff que se conservan en España, han ocupado los medios las de Barcelona, Murcia y Valencia. Esta última es de 1925 y fue presentada en noviembre de 2021 tras su restauración. Había sido conservada en el IES Sant Vicent Ferrer de Valencia.