Puerta a la ciudad subterránea, un misterioso lugar y la Meseta de Somuncurá, Río Negro

La puerta se encuentra ubicada en Telsen, provincia de Chubut, y es considerada un ingreso oculto que conduce a una ciudad subterránea.

Otros aseguran que es una puerta que lleva a un escondite que usaban los templarios, ya que en ese lugar se han encontrado innumerables pistas que ellos habían habitado la Meseta Somuncurá, provincia de Río Negro

En el mundo existen portales dimensionales ya sean magnéticos, energéticos que vibran de una manera especial, están ocultos y algunas personas pueden percibirlos.

Además, diferentes culturas hablan de la existencia de puertas dimensionales y como sus dioses las cruzaban para visitar nuestro mundo.

Fuente: Página Ovnis vs Ufos 2

¿EL SANTO GRIAL ESTÁ EN LA PATAGONIA?

Hace algunos años, una Comisión de Exploraciones Arqueológicas, cuyo Director Técnico es Alejandro Vega Ossorio, develaron, la posición geográfica de un sitio arqueológico templario precolombino, entre Telsen-Sepaucal.

El hallazgo se realizó a 16 Km. del pueblo de Telsen, a la vera de la ruta, se encuentra uno de los cinco glifos gigantes, visibles desde el aire, que rivalizan en tamaño con los hallados en la Meseta de Nazca, según se indicó.

Sobre la investigación de la Comisión de Exploraciones Arqueológicas se emitió un documental (“Templarios en América”), por History Channel, el día 14 de marzo de 2012, donde se da a conocer, junto a Xavier Marie de Mahieu, la existencia del sitio de Telsen-Sepaucal.

“Nuestras investigaciones se basaron en la teoría de los templarios en América”, afirmaron los investigadores, quienes basan su trabajo en la teoría de Jacques Marie de Mahieu. Según esto, los caballeros templarios habrían hecho incursiones prehispánicas en América, que impulsaron la civilización, alrededor del año 1100 d.C.

Fuente: Crónica

Historias para no dormir | El cáliz de Cristo y los templarios de la Patagonia

Voy a abordar un misterio. Este misterio involucra a Jesús, la última cena, una enigmática orden religiosa de la Edad Media, los legendarios caballeros del Rey Arturo, Cristóbal Colón y ¡¿la Argentina?!

Por Mario Markic, Todo Noticias (TN)

Debo empezar por algo. Todo esto que voy a narrar tiene que ver con un lugar de nuestro país. Y ese lugar está a 50 kilómetros al sur del balneario de Las Grutas, en la costa de Río Negro.

Aunque suene increíble, hay una corriente de seguidores de lo sobrenatural e inexplicable que sostiene que ese lugar habría sido habitado mucho, pero muchísimo antes de que Colón llegara a América por la orden de los Caballeros del Temple, más conocidos como los templarios.

Quiénes eran los templarios

Los caballeros templarios fueron una de las más famosas órdenes militares cristiana de la Edad Media, soldados que lucharon contra los musulmanes por la posesión de Jerusalén. En realidad, eran monjes guerreros, guerreros feroces e implacables: la misión de ellos era custodiar a los cristianos en las peregrinaciones a Tierra Santa.

Y dueños de un misterio insondable, ellos serían los custodios del Santo Grial de Jerusalén. Según los estudios de un grupo de Investigaciones Esotéricas, el cáliz sagrado habría llegado a esta zona de la Patagonia para ser protegido en un lugar secreto. Esa es nuestra historia de hoy, fabulosa, tal vez, pero irresistible….

Muchas veces los hemos visto en las películas: los monjes templarios usaban como distintivo un manto blanco con una cruz roja dibujada en él. ¿Y qué tiene que ver la Patagonia y específicamente la meseta de Río Negro con ellos, te preguntarás? Tiene que ver, claro.

Me metí en esa historia como quien se mete en una película como El Código Da Vinci, por ejemplo. Y fui a Río Negro guiado por personas que me iniciaron en esta historia misteriosa y conocí este lugar del que se habla y al que llaman “El Fuerte Argentino”. Y es un lugar muy perturbador.

Desde lejos, impresiona como si fuera una isla en medio del mar y una meseta absolutamente rasa en la parte superior. Es un acantilado alto que parece una proa de piedra que se alza muy cerca del mar. Bueno, hay que subir un acantilado de 130 metros de alto, y ya en la cima, se observa el mar y el golfo San Matías.

Bueno, ahora vamos al punto.

Hay un grupo en la Argentina, una cofradía esotérica que piensa que estos monjes hicieron -¡hace mil años eh!- un viaje alucinante desde Inglaterra o desde Francia hasta la costa argentina para proteger el cáliz de la última cena. Si esto fuera cierto, cambiaría totalmente la historia de la humanidad. En principio, habrían llegado y descubierto América antes que Colón. Y lo que sigue es preguntarse: ¿por qué la Patagonia?

Después de Cristo, antes de Colón

Tuve suerte cuando fui a Río Negro para investigar el tema, porque se me cruzó en el camino un camarógrafo y guía de turismo que integra el grupo de los que creen firmemente en esta historia. Arriba del acantilado, el Flecha, -como todos los conocen- me dijo lo siguiente:

– Del Santo Grial, se dicen muchas cosas. La más firme es que es la copa donde Jesús tomó el vino de la última cena y donde su amigo José de Arimatea recogió la sangre de Cristo una vez que es lanceado por un soldado romano. La protección de esa reliquia llevó a los cristianos a llevarla de un lado a otro.

Algunos investigadores dicen que los Caballeros Templarios lo sacaron de Tierra Santa cuando los musulmanes reconquistaron la ciudad de Jersualén. El destino de la copa uno de los grandes misterios de la humanidad y que ha dado lugar a leyendas en todos los sitios de la cristiandad.

El cáliz de Cristo habría sido llevado a Gran Bretaña y Francia antes de terminar oculto en la Patagonia. Hay voces en Las Grutas que dicen eso. Y que el último destino de El Santo Grial fue la costa patagónica.

Miro y miro al frente. Estaba el mar y, de nuestro lado, el desierto. ¿Tendrá que ver toda esta geografía desnuda con lo que me contaba el Flecha?

– Claro que sí -me dijo- Todo surge a partir de una bitácora de viaje, un libro, que fue encontrado en lo de un anticuario en Irlanda del Norte. Allí, está escrito, por el propio capitán, que se trata de la flota de los templarios. Y que se lanza a navegar alertado por los intentos de apresarlo del rey de Francia, como fruto de una operación política.

Según su relato, el rey atravesaba una crisis económica y junto con Clemente V, el Papa de la época, arman toda esta gran mentira acusando a los templarios de homosexuales y de blasfemos para quemarlos en la hoguera el viernes 13 de octubre de 1307.

Por fortuna, el capitán se entera y escapa. El capitán dice que lleva a bordo el Santo Grial, parte de los Evangelios perdidos y parte del tesoro templario. ¿Cómo se explica el encono del rey y el Papa contra los guerreros defensores del cristianismo?

Primero: los templarios llegaron a ser inmensamente ricos. Cien años más tarde de su fundación como Orden, eran la organización más grande de Occidente en todos los sentidos (desde lo militar hasta lo económico) con más de 9 mil propiedades repartidas por toda Europa, unos 30 mil caballeros y más de 50 castillos y fortalezas, una flota propia anclada en el Mediterráneo y en el Mar del Norte.

Los templarios entraron en desgracia cuando los cristianos perdieron la última batalla en Tierra Santa y debieron abandonar Jerusalén.

El Papa les permitía recaudar dinero a través de donaciones. Crearon un sistema de mercado y se convirtieron en los primeros banqueros desde la caída de Roma. Crearon libros de cuentas, la contabilidad moderna, los pagarés, las letras de cambio y los cheques. Eran prestamistas y esa fue la razón de su caída, porque el rey de Francia no podía afrontar sus deudas y entonces los denunció por herejes. Y así empezó la historia.

Con esa conspiración contra los templarios para no pagar la deuda y con la alianza del papa Clemente, que no quería otra historia de Cristo que la que contaba el Vaticano. Todo esto fue secreto, encriptado, hermético en la Orden de los Caballeros del Temple. Ese blindaje acrecienta su misterio.

Esto explicaría varias cosas, muy terrenales. Por un lado, la política y sus miserias. Por el otro lado, el religioso, la necesidad de seguir contando una historia oficial, un relato de El Vaticano que permanece hasta hoy. Porque acá entra en juego la vida oculta de Jesús, que se habría casado con María Magdalena, entre otras cosas.

Los templarios entraron en desgracia cuando los cristianos perdieron la última batalla en Tierra Santa y debieron abandonar Jerusalén. Pero primero, digamos que muchos templarios fueron apresados y obligados a confesar bajo tortura y posteriormente quemados en la hoguera. Se los acusó de sacrilegio a la cruz, herejía, sodomía y adoración a ídolos paganos y de mantener contacto homosexual.

Permitime contarte que el tema me atrapó tanto que me subí a un avión privado y sobrevolé la meseta de Rio Negro. La meseta es la meseta de Somuncurá, lugar inhóspito y atrayente por demás, hasta que le pedí al piloto buscar nuevamente el rumbo de la costa, hasta encontrar lo que los mapas antiguos de holandeses y franceses denominan “antiguo Fuerte abandonado”, que supuestamente es el lugar donde los caballeros de la orden del Temple llegaron con sus navíos mucho antes de que Colón descubriera América.

¿Colón sabía que existía América?

Hasta allí, habrían llegado los monjes templarios. La pregunta se impone: ¿Cómo lo hicieron? Me dice el Flecha:

– El capitán del barco de los templarios dice que navegaron 52 días empujados por los vientos alisios soplando en popa, bajo un cielo desconocido. O sea, habían cruzado el hemisferio. Por entonces, América no se había descubierto. Y dice que atraca en una costa desconocida de noche y al otro día el barco estaba varado en seco.

Eso quiere decir que hay una amplitud de mareas muy grande. Eso si lo sé. Puedo asegurarlo. Las costas patagónicas tienen mareas de hasta 12 metros durante la pleamar, de modo que cualquier nave pudo haber varado en algún cañadón al costado del acantilado. Además, hace mil años, el nivel de las aguas estaba mucho más alto, y la prueba son los moluscos que se encuentran en la meseta.

Todo lo que estoy contando es increíble y suena fantástico. Pero es una buena historia.

El Flecha conoce como ninguno las cosas que se cuentan sobre El Fuerte. Por empezar, si tenemos en cuenta que todo esto ocurrió antes que otros episodios que todos conocemos.

– Todo esto ocurrió antes de que Colón llegara a América. Y creo que el dato más interesante sobre la presencia de templarios en América lo tiene precisamente Colón. Porque, según sabemos de la historia, meses antes de iniciar la expedición donde descubrirá el Nuevo Mundo, Colón acampa en la catedral templaria de Lisboa. Allí, vivían los hermanos hospitalarios, allí, tenían su hospital de guerra los monjes. Allí, es donde llegaban los templarios heridos. De allí, deriva el término hospital. Y muchos de ellos dejaban sus cartas náuticas, su cartografía. Y allí va Colón, a buscar información de que América ya existía.

¿Por qué? Porque los templarios ya habían estado allí. O sea, Colón, sabía dónde iba. Le dije al Flecha que era difícil argumentar eso. Y él me contestó:

 ¿Cómo es posible que Colón le haya pintado las cruces templarias a las carabelas? Si la orden templaria estaba prohibida, si se los perseguía, si se los condenaba a morir en la hoguera. Pero llevaba la cruz de Malta en sus barcos. Ocurre que él salió del puerto de Palos con las velas enteramente blancas… y cuando llega a América tiene las velas pintadas con las cruces templarias ¡En honor de los Templarios que les habían dado la información y sabiendo además, que los pueblos originarios ya conocían esas cruces desde mucho tiempo antes! Cuando él llega a lo que es República Dominicana, no salen a combatirlo. El escudo del rey azteca Moctezuma tiene la cruz templaria en el medio. Los tehuelches en sus cuevas pintaban manos, animales y cruces… ¡pero no conocían la cristiandad!

Claro que pienso que todo lo que estoy contando es increíble y suena fantástico. Pero es una buena historia. De a ratos, se apoya en datos que parecen verosímiles. Y tiene su dosis de aventura. Es como una buena película. ¿Por qué no quedarse a ver cómo termina?

Los evangelios perdidos

Cansados, terminamos cuando llegamos arriba del acantilado y después caminamos por la meseta de Somuncurá. Era un día soñado para estar en ese lugar. Soleado, luminoso, con poco viento… y enteramente enigmático. El tema es complejo pero apasionante. Para muchos autores y estudiosos, el Grial es parte de la mitología cristiana medieval, porque no hay nada de él en La Biblia.

Pero los que creen en esta misteriosa historia dicen que además del cáliz de la última cena, los templarios también traían en su viaje “los evangelios perdidos”. Otros evangelios. Que contarían, supuestamente, la otra historia de Jesús. Hablando del poder que llegaron a tener, los papas y los reyes recelaron de ellos.

En esta historia, Jesucristo habría vivido entre los doce y los 30 años en Gran Bretaña, con su amigo y protector, José de Arimatea, se habría casado con María Magdalena y habría tenido descendencia.

– Ocurre que en aquel tiempo, la Corona Española tenía un gran ascendente sobre El Vaticano y es lo que pasa siempre: cada vez que aparece un indicador templario en el mundo, viene El Vaticano para ocultarlo porque tiene temor a encontrar los Evangelios perdidos y todas esas cosas que están relacionadas con Cristo, que no conocemos y que modificarían toda la historia de la religión.

¿Por qué? Y bueno, todo esto implica una supuesta historia paralela de la vida de Cristo, que no tiene nada que ver con la historia oficial del cristianismo. En esta, Jesucristo habría vivido entre los doce y los 30 años en Gran Bretaña, con su amigo y protector, José de Arimatea, se habría casado con María Magdalena y habría tenido descendencia.

La relación entre el cáliz y José de Arimatea -el amigo de Jesús- procede de una obra escrita en el siglo XII. Según el relato, Jesús, ya resucitado, se aparece a José para entregarle el cáliz y ordenarle que lo lleve a la isla de Gran Bretaña, donde se estableció una dinastía de guardianes para mantenerlo a salvo y escondido.

Por lo tanto, la búsqueda del Santo Grial es un importante elemento en las historias relacionadas con el Rey Arturo, donde se combina la tradición cristiana con antiguos mitos celtas. El Rey Arturo y sus caballeros de la mesa redonda, cuyo objetivo principal siempre fue el servicio y la búsqueda del Santo Grial.

Donde yo estuve no ví nada, salvo un lindo paisaje. Aunque sentí una gran intriga. Me dijo “el Flecha”:

– Es que, naturalmente, todo esto ha cambiado muchísimo. Hace 1100 años, cuando aquí estaban los templarios, el agua llegaba hasta prácticamente la mitad del fuerte, Hay caracoles de esa época que nos dicen que el agua estaba mucho más arriba. Esto era casi una isla. Hay como tres dársenas naturales –aunque para algunos fueron trabajadas por la mano del hombre- donde supuestamente atracaban las embarcaciones.

Las investigaciones sobre los templarios en la Patagonia son relativamente nuevas. Empezaron hace apenas 20 años. Han venido geólogos, antropólogos españoles, franceses, alemanes que creen en la hipótesis. Está la Fundación esotérica llamada Delfos que ha trabajado mucho en este lugar y en la meseta de Somuncurá que tiene íntima relación con el tema de los templarios.

Con 27.000 kilómetros cuadrados, la meseta de Somuncurá es más grande que la provincia de Tucumán. Si hay algún lugar para guardar un secreto, este parece ser el apropiado. La Orden de los Templarios se mantuvo activa por poco menos que dos siglos. Perdieron la guerra y entraron en desgracia. Lo que siempre pasa. De la gloria, al ocaso. Dominaron el mundo conocido por dos siglos.

hay algunos que dicen que, pese a todo, la orden sigue viva y que algún día, los monjes guerreros reaparecerán para cambiar la historia de la humanidad.

La perlita

La orden de los Templarios fue fundada en 1118 por nueve caballeros, liderados por el francés Hugo de Payens. Se iniciaron con votos de castidad, pobreza y obediencia, por supuesto. Pero después, terminó siendo un ejército que se les fue de las manos. Y ellos, que se autodenominaron “Los caballeros del Temple” o también “Los pobres caballeros de Cristo”, llegaron a ser inmensamente ricos.

Esa codicia explica muchos desarreglos de la conducta humana. El éxito de los caballeros templarios estuvo estrechamente vinculado a las Cruzadas. Su gloria se esfumó con la pérdida de la Tierra Santa.

Los primeros cristianos que llegaron huyendo al oeste de Gran Bretaña habían partido con el Santo Grial desde el puerto de Marsella. Fundaron, en el paraje hoy conocido como Glastonbury, la primera iglesia cristiana sobre la superficie de la Tierra.

En 1312, la misteriosa Orden templaria fue disuelta por el Papa después que Jacques de Molay, último gran maestre y 140 templarios fueron encarcelados. El Santo Grial puede ser un mito. Aún así, es irresistible. Y ahora, el cáliz de Cristo tiene también su lugar en la Patagonia.

Me dijo el Flecha:

– Yo no creo que esté aquí en Fuerte Argentino. No creo que este lugar desamparado y estepario sea el lugar adecuado para ocultar algo tan importante para la cristiandad. Creo que Fuerte Argentino forma parte de ese gran juego de pistas falsas.

“Y entonces, ¿dónde está el Santo Grial?”, Le pregunté.

– En la meseta de Somuncurá.

La meseta de Somuncurá parecía infinita. 25 mil kilómetros cuadrados repartidos entre Chubut y Rio Negro. Densidad: menos de medio habitante por kilómetro cuadrado. ¿Quién se anima a atravesar esa meseta de basalto, grande como Tucumán, desprovista de árboles y caminos? En invierno, 20 grados bajo cero. Claro que es difícil imaginar en esta soledad a una comunidad de caballeros templarios viviendo desde hace mil años.

En el Fuerte Argentino, los que buscaron alguna evidencia de asentamiento humano solo encontraron unas tejuelas de cerámica, que son como cuñas para poner en la carga de los barcos para que no se balancee. Y una extraña piedra con una cruz templaria en bajorrelieve, a unos 80 kilómetros, bien adentro de la meseta de Somuncurá.

Y eso es todo… por ahora.

– Cuando apareció esa piedra negra con la cruz templaria grabada, me pregunté por qué estaba a 80 kilómetros del mar, -dijo el Flecha- Y la verdad es que es muy simple. Porque los barcos cuando llegaban a tierra, lo primero que hacían era buscar agua dulce. Y el agua más cerca de acá está a 80 kilómetros, en el paraje llamado Chupaiquil, en la meseta de Somuncurá.

¿Será ese el custodio del gran secreto de la Humanidad? Leyenda, mito, historia cinematográfica… pero la realidad es que los templarios existieron. Lo demás, en tren de confianza… lo dejo a tu criterio

Por Mario Markic, Todo Noticias

 

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