REPTILIANOS

Vivimos en una sociedad muy compleja, hay quien define este último siglo como la era audiovisual. Empezó con la radio, siguió con el cine y la televisión, y ahora con internet. Esta interconexión global genera de facto una hipersocialización, donde la frontera entre información, ocio y socialización es cada vez más difusa.

En dicho contexto, vamos a tratar ahora un tema que cuanto menos se antoja curioso: los reptilianos, reptiloides, hombres-lagarto, hombres-serpiente, draconianos, dinosaurianos, o antroposaurios.

FICCIÓN AUDIOVISUAL

El hombre, y desde que es hombre, ha soñado con todo tipo de monstruos. En nuestra actual civilización occidental, los extraterrestres reptilianos que encontramos en el imaginario colectivo son fruto reciente de la cultura audiovisual.

• En los años ochenta se emitió por televisión una serie de ciencia ficción, denominada “V” (tres temporadas entre 1983 y 1985, con un total de 24 capítulos), en la que unos extraterrestres reptilianos disfrazados de humanos intentaban dominar la tierra, y la “Resistencia” luchaba contra los perversos propósitos de los “Visitantes”. Como anécdota, comentar que el guión original de Kenneth Johnson era para una serie contra el ascenso del totalitarismo, pero debido al éxito de “La Guerra de las Galaxias” la productora (NBC) propuso una temática de ciencia ficción, por lo que se introdujo el elemento de los reptilianos extraterrestres en la trama, con gran éxito. 

• En 2009 en la cadena ABC se presentó un remake (estrenado en España en 2010), con dos temporadas y 22 capítulos, donde se incide en el factor de la globalización.

No hay saga de ciencia ficción que se precie que no haya incluido en algún momento a seres de tipo reptiliano. Veamos algunos ejemplos:

• La Guerra de las Galaxias. En esta prolífica saga podemos ver diversas criaturas con aspecto reptiliano, pero entre ellas destaca Bossk, que es un letal cazarecompensas Trandoshano.

• Star Trek. En 1966 en esta serie de ciencia ficción encontramos a los Gorn, especie reptiloide con cabeza de saurio. 

• Star Trek. Los Jem’Hadar son seres reptiloides clonados y diseñados genéticamente por los Fundadores como la fuerza guerrera y militar del Dominio, en el Cuadrante Gamma. Los Xindi Reptiles se asemejan a un cruce entre varios reptiles terrestres. Abajo, Xindi Reptil.

• Star Trek. Los Cardasianos son humanoides reptilianos con diversas crestas, una de las cuales sube por la nariz hasta formar una especie de cuchara en la frente. Asimismo los Klingon son antropomorfos con crestas óseas en la frente, aunque su imagen ha ido siendo rediseñada a lo largo de la evolución de la saga Star Trek. Abajo, distintos Klingons en la serie Star Trek-Discovery (desde 2017).

• Star Trek. Los Kazon también disponen de crestas faciales en la frente. Los Voth son unos dinosaurianos altamente evolucionados del Cuadrante Delta que descienden de los hadrosaurios terrestres.
• Stargate. Los Unas son una raza de grandes seres antropomorfos y primitivos originarios del mismo planeta que los Goa’uld, que desarrollaron técnicas para no convertirse en sus huéspedes. Los Goa'uld eran como pequeñas serpientes que parasitaban el control de la mente y el cuerpo de su huésped, conocidos también como simbiontes. Abajo, ejemplo de Una.

• Babylon 5. Los Narn, aunque biológicamente son marsupiales, tienen aspecto reptiloide; raza de carácter hostil y amargado debido a su antigua esclavitud por los Centauri. Abajo, ejemplo de Narn.

• Farscape. Teleserie australiana (1999-2003) del canal SyFy creada por Rockne O’Bannon y Brian Henson, donde los Scarrans son unos agresivos humanoides reptilianos. Abajo, ejemplo de Scarran.

Encontramos reptilianos en numerosas películas, como “The Reptile” (1966), “Enemy Mine” (1985), “Allien Nation” (1988), “Teen Wolf” (2011), “The Amazing Spider-Man” (2012).

Podemos concluir que gracias a la magia de la pantalla (maquillaje y máscaras, efectos especiales, realidad digital) todos hemos visto reptilianos en multitud de series y películas, así que son seres que no nos resultan ajenos.

LITERATURA FANTÁSTICA

Los guionistas de las películas de cine y series de televisión se inspiran a su vez en una nutrida literatura fantástica, tanto de terror como de aventuras y de ciencia ficción, donde los monstruos y extraterrestres con formas híbridas han sido un tema recurrente, y qué mejor que mezclar dinosaurios y humanoides. Veamos solo algunos ejemplos:

• Los hombres-serpiente (Valusianos) son una raza descrita por el escritor Robert Ervin Howard en la saga fantástica de “Kull de Atlantis”, iniciada con el relato “El reino oscuro” publicado en la revista Weird Tales en 1929. Humanoides escamosos de rostro reptiliano, eran capaces de imitar a los humanos a voluntad con su potente magia ilusoria, y para infiltrarse en la humanidad empleaban sus habilidades de cambio de forma y control mental. Aparecen también en alguno de sus relatos de Conan de Cimeria, que años después sería llevado al cine (Conan el Bárbaro, 1982, donde el antagonista Thulsa Doom es un hombre-serpiente).

• Maurice Doreal (a.k.a. Claude Doggins) escribió en los años cuarenta “Misterios del Gobi”, describiendo una “raza de serpientes” con “cuerpos como el hombre pero cabezas como una gran serpiente” y con la capacidad de tomar aspecto humano.
• H. P. Lovecraft incorpora en sus relatos distintos monstruos reptilianos     
• “El Ciclo de Tschai” (o “Planeta Aventura”) es una serie de cuatro libros escritos por Jack Vance entre 1968 y 1970, donde los Dirdir son una especie alienígena de forma reptiloide.

• La trilogía de Edén [“West of Eden” (1984), “Winter in Eden” (1986), “Return to Eden” (1988)] de Harry Harrison, es una ucronía que imagina un relato fantástico como si los dinosaurios no se hubiesen extinguido y la civilización matriarcal de los dinosaurianos Yilanè dominara el mundo.

UCRONÍAS

Ucronía: género literario de reconstrucción histórica recreada lógicamente que especula sobre realidades alternativas ficticias. Se basa en hechos posibles pero que no han sucedido realmente, desarrollados desde un contexto real histórico donde a partir de un acontecimiento distinto pero factible se genera un punto de inflexión, separando la realidad conocida de la realidad ucrónica.

Se ha especulado sobre una posible evolución inteligente de los dinosaurios si no se hubieran extinguido (por ejemplo, los trabajos de ucronía del paleontólogo norteamericano Robert Thomas Bakker, o del paleontólogo canadiense Dale Russell con su homosaurus o dinosauroide bípedo e inteligente), así como se ha barajado la posible existencia de saurios o reptiles humanoides inteligentes en otros mundos (como en las hipótesis de ficción científica planteadas por el doctor en química Ronald Breslow de la Universidad de Columbia, en NY).

NEW AGE

Desde los años sesenta en los Estados Unidos, como parte del movimiento contracultural Hippie se inició la corriente New Age, que agrupa de forma heterogénea creencias y prácticas muy diversas como orientalismo, esoterismo y ocultismo, espiritismo, medicina alternativa (homeopatía, reiki, acupuntura, ayurveda), sincretismo religioso, yoga, cábala, veganismo, meditación trascendental, adivinación, astrología, ecologismo panteísta (madre tierra Gaia), ufología, etc.

Se caracteriza por el rechazo al cientifismo o ciencia ortodoxa, lo que genera un relativismo que pone en valor la experiencia subjetiva.

Básicamente es una reacción contra el racionalismo cultural imperante, buscando encontrar una espiritualidad personalizada y a medida.

El movimiento Hippie como tal ya desapareció, pero la New Age sigue presente en la sociedad actual entre quienes más se consideran de pensamiento alternativo.

Dada su negación de la racionalidad y del pensamiento científico, sus integrantes son caldo de cultivo para todo tipo de “teorías conspiratorias”: terraplanistas, el hombre no pisó la luna, la tierra es hueca, el incidente de Roswell con una nave alienígena, el sida fue creado en un laboratorio por la industria farmacéutica, los Beatles nunca existieron, Elvis y Hitler siguieron vivos, el especulador y filántropo judío George Soros como culpable de todos los males, antivacunas, negacionismo del covid-19, etc.

Según la Comisión Europea, las teorías conspiratorias dañan porque:

• “Identifican a un enemigo y una trama secreta que ponen en peligro la vida o las creencias de las personas y provocan un mecanismo de defensa que puede atizar la discriminación, justificar los delitos motivados por el odio y ser aprovechado por grupos extremistas violentos”.
• “Propician la desconfianza en las instituciones públicas, lo que puede dar lugar a la apatía política o a la radicalización”.
• “Fomentan la desconfianza en la información científica y médica, lo que puede tener graves consecuencias”.

TEORÍAS CONSPIRATORIAS REPTILOIDES

Llegados a este punto, veamos los distintos relatos desarrollados por “expertos” que postulan la existencia real de seres reptilianos, criaturas que existirían ahora mismo y aquí en nuestro mundo.

• Richard Sharpe Shaver empezó a publicar en los años treinta en la revista de ciencia ficción Amazing Stories, describiendo a unos seres humanoides mutantes con alta tecnología llamados Deros que vivían bajo tierra y que ejercían una influencia nefasta en la vida de la humanidad, provocando todo tipo de catástrofes naturales, desastres y epidemias. Empezó narrando como ficción, para luego pasar a afirmar que era todo cierto.

• Los americanos Sheldan Nidle y Coreen Marshall proponen la existencia de los belatricianos o koopanos, extraterrestres reptilianos con los que estarían en contacto.
• Zecharia Sitchin (1920-2010), escritor y pseudocientífico, en “El duodécimo planeta” (1978) mantiene la “teoría de los antiguos astronautas”, sobre los Anunnakis (deidades sumerias y acadias) como extraterrestres creadores de la cultura sumeria mediante ingeniería genética.
• David Icke, escritor y conferenciante británico, desde los años noventa ha desarrollado su teoría de que un grupo secreto de humanoides reptilianos de origen extraterreste (“La Hermandad Babilónica”) controla el mundo, y que los principales líderes de la humanidad han sido y son seres de este tipo. Estos reptilianos provienen del sistema Alpha Draconis en la constelación del Dragón, por lo que también los denomina como draconianos. De la “Hermandad Babilónica” forman parte los Illuminati, la Masonería, el Club o Grupo Bilderberg y la Comisión Trilateral (que forma parte del Grupo Bilderberg), la teoría de conspiración llamada el Nuevo Orden Mundial, los distintos presidentes de Estados Unidos, los Rockefeller, los Rothschild, los Guggenheim, la realeza británica, artistas como Miley Cyrus, Lady Gaga, y Angelina Jolie. Abajo, presunta “prueba” publicada en internet de la naturaleza reptiliana de la reina británica.

• Dwingt York, líder negro de una secta estadounidense suprematista negra, creó el Nuwaubianismo, recogiendo algunos elementos de los relatos de Shaver, Icke y Sitchin. Defiende que los negros descienden de una especie extraterrestre (los annunaki) de piel verde, y que los blancos fueron criados como carne por una especie de extraterrestres reptiloides. York sería sentenciado por abuso sexual contra menores de su secta.

He leído que el 4% de la población adulta norteamericana ve como muy posible la existencia real de reptilianos, y creen en alguna de estas teorías u otra similar. Si hacemos un esfuerzo para dejar de lado el nivel intelectual de dicho 4% y considerarlos como ciudadanos con una inteligencia promedio, esto podría explicarse por dos razones:

1.      La importante influencia del cine/televisión, que como antes decíamos nos permite visualizar con una imagen realista a estos seres reptilianos, dejando poco espacio para la imaginación. Bueno, algo parecido sucede con los zombies y con los vampiros, cuya existencia real goza de gran predicamento entre una parte de la población.

2.      La evidencia arqueológica. Todas las teorías conspiratorias que antes veíamos, empiezan remontándose a la prehistoria y al mundo antiguo, justificándose mediante dioses híbridos que se describen en los mitos históricos de las primeras civilizaciones y, sobre todo, por sus representaciones materiales (pinturas, relieves, esculturas) donde aparecen distintos tipos de dioses reptilianos. Veamos todo esto más despacio.

TERIOMORFOS O TERIÁNTROPOS

Los “teriomorfos” (etimológicamente cuerpo de bestia) o “teriántropos” (etimológicamente bestia-hombre) o “antropozoomorfos”, son antropomorfos bestializados, seres híbridos entre animales y humanos.

PALEOLÍTICO. En un mundo de cazadores-recolectores, donde el hombre depende de la caza y se ve expuesto constantemente a la naturaleza, los símbolos sagrados adoptan prioritariamente tanto formas figurativas de animales (zoomorfos) como formas geométricas y abstractas (signos). En el Paleolítico existe una marcada conciencia de lo sagrado, pero todavía no hay dioses, es una religión no teísta. “Los poderes del inframundo permitían a la gente matar animales, a condición de que las personas respondieran de determinadas maneras rituales” (David Lewis-Williams, “La mente en la caverna”, pág. 258).

Sin embargo, en el arte prehistórico ya aparecen algunas representaciones humanas (antropomorfos), y lo que es más interesante, encontramos los primeros teriomorfos: talla en marfil del hombre-león de Hohlenstein-Stadel con una antigüedad unos 34.000 años y 30cm de altura, pinturas rupestres con un hombre-ciervo en Les Trois Frères, varios hombres-bisonte en Les Trois Frères, hombre-uro en Gabillou, hombres-pájaro en Altamira y en Lascaux, etc. Abajo, imagen del hombre-león.

Abajo, página 220 del libro “Manual de arte prehistórico” de Sanchidrián.

A pesar de que determinadas teorías sobre la arqueología niegan las interpretaciones de la antropología comparativa, los estudios de autores como el etnólogo Lewis-Williams han analizado el fenómeno del chamanismo en determinados pueblos primitivos y lo han puesto en relación directa con los teriomorfos que aparecen en el paleolítico. “La transformación en un animal es una parte integral del chamanismo”. Los chamanes o brujos eran intermediarios entre el mundo de los espíritus y los humanos, buscaban visiones a través de estados alterados de consciencia que los conectaran con el mundo de los espíritus. Y una práctica frecuente al identificarse con el espíritu de determinados animales, era convertirse en dicho animal. Esto es precisamente lo que representan las imágenes teriántropas, a un chamán en estado de trance transformándose en un animal. Y es también lo que originariamente significaban las máscaras y cuernos de animales empleados en ritos y celebraciones, así como los tocados ceremoniales (aunque con el tiempo fuese perdiéndose ese sentido tan literal, pasando a asumir uno más simbólico y representativo).

NEOLÍTICO. Tras la revolución Neolítica, donde el hombre domestica animales y plantas, y cuando se genera el culto a los ancestros para reivindicar el derecho de propiedad de las tierras, encontramos una progresiva antropomorfización de los símbolos sagrados. En la pintura rupestre Levantina, datada en cronologías del Neolítico avanzado, el principal protagonista es el hombre como arquero cazador y como guerrero (escenas complejas de hombres arqueros, mujeres con faldas, y animales), pero también seguimos encontrando algún teriomorfo bien como transformación chamánica o bien con tocado ritual/ceremonial (como la figura de Cingle de la mola Remigia, bípeda, con cuernos de toro y cola, parece que portando un arco).

PRIMERAS SOCIEDADES COMPLEJAS. El chamanismo con sus estados alterados de consciencia irá desapareciendo en las primeras civilizaciones, la escritura permitirá obviarlos en gran medida: “la escritura redujo drásticamente la necesidad de interpretar signos y recurrir a experiencias paranormales de éxtasis y misticismo” (Burkert, “La creación de lo sagrado”, pág. 306).

Asimismo, en la transición entre el Neolítico y la Antigüedad se va produciendo la evolución de lo sagrado a lo divino, y con ello se genera un proceso de transformación desde el símbolo zoomorfo al atributo zoomorfo de la divinidad antropomorfa. Para situar lo divino, ha de darse propiamente la figura del dios, el teísmo, el ser divino; este elemento se desarrolla plenamente a partir de las sociedades complejas del neolítico, donde los dioses se enmarcan en un relato en el que son creadores o absolutos, y devienen en objeto de adoración y ofrendas. Los dioses surgieron con los primeros príncipes y reyes, y “La divinidad se alejó de sus formas animales” (Henri Hubert y Marcel Mauss, “De la Naturaleza y de la función del sacrificio”, 1899. Lo sagrado y lo profano, pág. 145). “Los dioses son la garantía más permanente al orden” (Burkert, La creación op. cit. pág. 69). “La religión opera para estabilizar el orden aceptado, alabando su supremo punto de origen” (Burkert, La creación op. cit. pág. 168)

En esta transición desde el símbolo al atributo, en el panteón divino de las primeras civilizaciones (Mesopotamia, Egipto) podemos encontrar toda la gama intermedia de teriomorfos. Este proceso culminará con el mundo Griego, donde ya solo queda el atributo.

EGIPTO. Iconográficamente empiezan a emplearse los atributos externos, como elemento identificador de los dioses antropomorfos. Vemos como ejemplos: Hamhit con el pez, Mut con el buitre, Seb con un pájaro, Selk con el escorpión.

Pero el proceso es lento, los nuevos dioses siguen conservando sus iconos animales, por lo que muchos presentan imágenes teriomórficas. Ejemplo paradigmático es el panteón egipcio, donde la mayoría de dioses antropomorfos podían transformarse en su animal icónico (animales como representaciones terrenales de la divinidad):

• Anpu/Anubis: se representa de forma humana con cabeza de chacal.
• Ari-hes-nefer: se representa de forma humana con cabeza de león.
• Bas/Bastet: se representa de forma humana con cabeza de gato.
• Harmakhis/Horus: se representa de forma humana con cabeza de halcón.
• Hathor: se representa como mujer con orejas de vaca.
• Heqt: se representa de forma humana con cabeza de rana.
• Kheper/Khepera: se representa de forma humana con cabeza de escarabajo.
• Khnemu/Khnem: se representa de forma humana con cabeza de cordero.
• Mentu: se representa de forma humana con cabeza de halcón.
• Mut: se representa de forma humana con cabeza de leona.
• Pakht/Pasht: se representa de forma humana con cabeza de leona.
• Ra: se representa de forma humana con cabeza de halcón.
• Renenet/Ranen/Renenutet: se representa de forma humana con cabeza de cobra.
• Sebek/Sobek: se representa de forma humana con cabeza de cocodrilo.
• Sekhet/Sekmet: se representa de forma humana con cabeza de leona.
• Set/Seth: se representa de forma humana con cabeza de un animal imaginario.
• Tefnut: se representa de forma humana con cabeza de león.
• Thot/Tehuti: se representa como babuino, y de forma humana con cabeza de ibis.
• Thueris: se representa con pecho y antebrazos humanos, cola de cocodrilo, cabeza y torso de hipopótama preñada.

Irónicamente y a pesar de las “pruebas” arqueológicas, actualmente no existen teorías sobre teriántropos extraterrestres aviares, ovinos, felinos, bovinos, batracios, cánidos, o coleópteros.

Abajo, distintas representaciones de Sebek o Sobek con cabeza de cocodrilo, junto con otros dioses del panteón egipcio.

(En otras culturas se repiten estos patrones; así encontramos al Dios-cocodrilo Itzam Na de la cultura maya, etc.).

GRECIA/ROMA. En el mundo clásico esta ambivalencia ya ha desaparecido, la razón sustituye al misticismo espiritual, y en la cuna de la filosofía los dioses pasan a ser el reflejo formal de los propios hombres. Desde entonces, los dioses serán plenamente antropomorfos… y los seres teriomorfos solo monstruos (Minotauro, Medusa, sirenas, furias, harpías, etc.).

Con los dioses griegos/romanos del Olimpo se conservan como atributos a algunos animales, pero siempre siendo un elemento identificador externo, pues el antiguo símbolo se ha quedado en accesorio iconográfico: Zeus/Júpiter se identifica iconográficamente al estar acompañado de un águila, Poseidón/Neptuno con el caballo, Ártemis/Diana con un cervatillo, Hades con el gallo o con el cancerbero, Dioniso/Baco con la pantera, Hera/Juno con el pavo real, Atenea/Minerva con la lechuza, Afrodita/Venus con la paloma, Asclepio/Esculapio con la serpiente, Hermes/Mercurio con botas aladas y con el caduceo de dos serpientes entrelazadas. Abajo, Zeus/Júpiter en el Olimpo con el águila como atributo, rodeado de dioses.

Esto de los atributos (animales o no) se continuará en la tradición cristiana, por ejemplo con el tetramorfo (representación de 4 elementos) de los evangelistas: San Juan con el águila, San Marcos con el león, San Lucas con el toro, San Mateo con el ángel.

CONCLUSIÓN

A pesar de las supuestas evidencias arqueológicas, tras lo expuesto considero descartada la existencia ancestral de estos seres reptilianos, y creo explicada su familiaridad actual por la influencia del séptimo arte.

En los albores del conocimiento, el hombre inventó los mitos como metáforas para intentar explicar el sentido de lo inexplicable a través de alguna fuerza sobrenatural (la creación o cosmogonía, la naturaleza del mundo y su esencia o cosmología, el orden y el desorden, las adversidades y el destino, el amor y el odio, la vida y la muerte)…no nos inventemos a estas alturas unos nuevos mitos tan toscos como los de los reptilianos.