El año de San Lorenzo

San Lorenzo fue el equipo del año en 1972. Ganó todo lo que se le cruzó en el camino con un juego sólido y contundente. Se llevó el Metropolitano exhibiendo una superioridad absoluta sobre sus rivales y luego obtuvo el Nacional, al imponerse a River en una agónica final. Quedó en la historia como el primer conjunto que consiguió los dos títulos en disputa en la misma temporada. Dirigido por Juan Carlos Lorenzo, no hubo adversario que se le resistiera. Protagonizó duelos memorables contra los millonarios, uno de ellos por la 26ª del Metro, cuando se impuso 4-3 en un partidazo.

Nadie podría haber imaginado una temporada tan propicia para los azulgranas a mediados de febrero. Faltaba poco para el inicio del Metropolitano cuando el entrenador chileno Andrés Prieto se fue dando un portazo. Miguel Ignomiriello, el responsable de la Tercera División, se hizo cargo del equipo. Bajo sus órdenes, San Lorenzo afrontó las primeras cinco fechas. Cedió su puesto con los azulgranas a un punto de Boca, el único líder. En la 6ª jornada asumió el Toto Lorenzo. Al experimentado DT le costó tres presentaciones con empates intrascendentes darle forma a su alineación ideal. 

De pronto, en el noveno capítulo del torneo apareció el Ciclón en todo su esplendor: goleó 4-0 a River en el Monumental con tres tantos del Lobo Rodolfo Fischer y uno del Nene José Francisco Sanfilippo, el histórico artillero que ese 9 de abril regresaba al club después de diez años. Esa estruendosa caída le costó la cabeza al DT brasileño Didí, una gloria del fútbol mundial que había sido campeón en 1958 y ´62 al lado de Pelé y Garrincha y que más tarde condujo al seleccionado de Perú que dejó a la Argentina al margen de México ´70 en la mismísima Bombonera.

En la 11ª fecha San Lorenzo alcanzó la punta después de vencer 2-1 a Estudiantes en La Plata. La compartía con Boca, Racing y Newell´s. Dos semanas más tarde quedó solo en la cima y no abandonó jamás ese lugar. Un mes le tomó al Toto darle su toque personal al equipo. Lo hizo sólido, compacto, incansable, tal vez poco vistoso pero contundente. San Lorenzo parecía diseñado para demoler físicamente a sus rivales, presionar en toda la cancha y definir los partidos con una fortaleza ofensiva demoledora.

El Mono Agustín Irusta defendía el arco; Ramón Cacho Heredia era una suerte de líbero en una defensa que se completaba con el Hueso Rubén Glaría, Ricardo Rezza y el Gallego Antonio Rosl; en el medio la Oveja Roberto Telch cortaba todo con el apoyo del León Roberto Espósito y de Enrique Salvador Chazarreta. Victorio Nicolás Cocco manejaba los tiempos y arriba aportaban goles el Lobo Fischer (se fue a Botafogo con 11 tantos en 12 fechas), Héctor Scotta, el Nene Sanfilippo y el Ratón Rubén Ayala.  También estaba el Toti Carlos Veglio, otro jugador clave en la ofensiva, y en el fondo surgía Jorge Olguín.

Los abultados triunfos empezaron a sucederse: 4-0 a Central, 3-0 a Boca en la Bombonera, 4-1 a Gimnasia, 3-0 a Banfield… El Ciclón soplaba con una fuerza arrolladora. El 6 de agosto, por la 26ª jornada, recibió a River en el Gasómetro de avenida La Plata. Le llevaba siete puntos a Vélez, su escolta, y ocho a los millonarios.  

UN PASO MÁS HACIA EL TITULO

Si bien el dueño de casa tuvo la iniciativa, los de Núñez se pusieron en ventaja con un violento remate de Raúl Giustozzi tras una pase corto de Norberto Alonso en un tiro libre. San Lorenzo igualó rápidamente. Veglio recibió un lateral de Glaría de espaldas al arco y lanzó un centro para el cabezazo goleador de un especialista en la materia: Cocco. Y antes del final del primer tiempo Cacho Heredia desniveló el marcador al recoger el rebote del penal que le atajó Perico Pérez, un arquero que era casi invencible desde los once metros.

Cuando regresaron del descanso empató el Beto Alonso de penal. Enseguida igualó Héctor Scotta también desde los doce pasos. Un rato después, Telch recogió un rechazo de Giustozzi y desde 25 metros clavó la pelota en el arco visitante. Descontó Víctor Marchetti casi sobre la línea después de una floja respuesta del Mono Irusta ante un remate de Alonso. Se fue expulsado Mas y el marcador no se modificó hasta el final. San Lorenzo hizo posible un 4-3 que estiró a ocho puntos la diferencia con Vélez.

Los azulgranas siguieron alejándose y encaminándose hacia el campeonato. Una derrota 3-0 en el clásico con Huracán no alcanzó a ser una mancha para esa formidable campaña que le dio el título con seis unidades más que Racing. La consagración se dio cuatro fechas antes, con un empate 1-1 con Atlanta. Ese 3 de septiembre los hinchas festejaban con un irónico canto: “Con marihuana con cocaína se alimenta el campeón de la Argentina”. Era la respuesta a aquellos que sostenían que ese equipo no pasaba un control antidoping. Si hasta habían llevado una jeringa gigante para burlarse más de las críticas a ese gran Ciclón.

El equipo mantuvo intactas sus características y se quedó también con el Nacional al vencer 1-0 a River en la final disputada en la cancha de Vélez con un gol de Luciano Figueroa en tiempo suplementario. Ese éxito era la confirmación definitiva de que 1972 había sido el año de San Lorenzo.