Marcelo Gallardo, la bestia negra de Boca: cuatro definiciones, cuatro títulos con River
Los instantes de la noche madrileña del domingo 9 de diciembre de 2018 y la madrugada del lunes 10 serán recordados para siempre como la vez que la capital española se tinó de rojo y blanco. Desde el Hotel Eurostars Madrid Tower, pasando por el estadio Santiago Bernabéu o la reconocida plaza Puerta del Sol, el triunfo de River sobre Boca en la final de la Copa Libertadores 2018 marcó el ritmo de la ciudad. Y volvió a confirmar que el técnico Marcelo Gallardo llegó al club de Núñez para cambiar la historia moderna.
El Muñeco acumula nueve títulos en cuatro años y medio, es el máximo ganador de la vida de River junto a Ramón Díaz, ya superó las conquistas internacionales que tenía el club antes de su llegada (eran cinco y suma seis en su ciclo) e igualó las de Libertadores (eran dos y suma dos) y rompió el molde con los cuatro triunfos ante Boca en las cuatro definiciones directas que le tocó afrontar. Todo con el aliciente de que cada vez que le ganó, fue campeón. Momentos únicos para la memoria millonaria, que ayer volvió a recordar que Gallardo es la bestia negra de su máximo rival.
Copa Sudamericana 2014: el gol de Pisculichi que cambió el rumbo
La noche del 27 de noviembre de 2014 fue el punto de inflexión que cambió el rumbo de la historia de River. La atajada de Marcelo Barovero en el penal que ejecutó Emmanuel Gigliotti en la primera jugada del partido y el zurdazo de Leonardo Pisculichi que venció a Agustín Orion a los 16 minutos fueron dos imágenes que aún se mantienen vivas en el recuerdo del hincha como si hubiesen sucedido ayer.
Aquella victoria por 1-0 en el Monumental en el duelo de vuelta de las semifinales de la Copa Sudamericana, luego de un deslucido 0-0 en la Bombonera, le propició al Millonario el acceso a una final internacional luego de 11 años. Y todo derivó en un festejo mayor: el equipo de Gallardo terminó siendo campeón al derrotar 2-0 a Atlético Nacional en casa tras el 1-1 en Colombia. Así, rompió una sequía de 17 años sin festejos continentales y, además, quebró el maleficio: nunca había podido ganarle a Boca en un mano a mano.
"Si alguien merecía una alegría así, era el hincha. Los jugadores se brindaron por completo para ganar la serie. El equipo entendió de qué manera había que jugar un partido de este tipo. Tanto en La Boca como ayer, el equipo fue muy intenso. Quienes analizan nos exigen más a nosotros, porque River en la primera parte del campeonato ha jugado muy bien", dijo Gallardo tras la victoria. "Puede haber sido mi mejor victoria como técnico, porque quedó en el corazón de los hinchas. El abrazo de Pisculichi fue el abrazo del alma que le dio mucho alivio a mi corazón y fue muy lindo que fuera con ellos. Conseguimos un pasaporte muy importante para la institución por el rival que teníamos enfrente. Fuimos inteligentes a la hora de jugarlo", agregó.
Copa Libertadores 2015: festejo en Monumental y escándalo en la Bombonera
Seis meses después, en mayo de 2015, se dio la recordada trilogía superclásica: River y Boca debieron afrontar tres partidos en dos semanas. El primero fue para el Xeneize: victoria 2-0 de local el 3 de mayo por el Torneo Primera División 2015 con goles de Cristian Pavón y Pablo Pérez. Pero, luego, la historia volvería a ser roja y blanca.
Los dirigidos por el Muñeco se impusieron por 1-0 en el Monumental en el duelo de ida de los octavos de final de la Copa Libertadores que se jugó el 7 de mayo: Leandro Marín bajó a Gonzalo "Pity" Martínez en el área y el gol de Carlos Sánchez, de penal y a nueve minutos del cierre, terminó siendo la llave decisiva para un nuevo éxito. Aunque todo terminó de la peor manera: el escándalo del gas pimienta en la Bombonera cuando los jugadores de River salían a jugar el segundo tiempo de un duelo que estaba 0-0. Aquella agresión derivó en la descalificación para el Xeneize y el primer paso del Millonario hacia su tercera conquista de América: eliminó a Cruzeiro y Guaraní para ganarle la final a Tigres y festejar una nueva Libertadores tras 19 años de espera.
"Fue un trago amargo, una tristeza enorme haber vivido y haber sido parte de lo que pasó en la cancha de Boca. Más allá de lo deportivo, está lo humano y todos los que estábamos ahí adentro nos entristecimos por la situación", dijo Gallardo luego de esa noche. "El show debe continuar y en esta vorágine, en esto tan dramático, tenemos que reflexionar y cerrar un capítulo aunque sea difícil y empezar a vivir otro. Porque no tenemos tiempo, ni márgen para reflexionar sobre lo que pasó y lo grave que fue vivir lo del jueves. Cerramos una página triste de la historia del fútbol argentino. Fue vergonzozo a nivel mundial. Todos los que estábamos ahí sabíamos de la gravedad de la situación. Por eso, escuchar idioteces es indignante. No me corresponde a mí opinar de las actitudes de los demás, de futbolistas y colegas. Pero hay imágenes que hablan por sí solas", agregó el DT.
"Lo hicieron en una manga rota, sin ningún tipo de seguridad. Escuchamos gritos y fue desesperante. Hoy estamos hablando de un atentado que no pasó a mayores. Los futbolistas que vivieron esa situación quedaron en un estado de shock. Nosotros fuimos a jugar un partido, salimos a jugarlo y cuando salimos al segundo tiempo fuimos atacados. A partir de ahí, lo único que nos quedaba era que los jugadores se mejoren, que no sufran consecuencias. Después de una hora y media recién se actuó de manera razonable. Nosotros fuimos a jugar un partido y nada más", cerró el Muñeco.
Supercopa Argentina 2017: delirio en Mendoza en un triunfo histórico
Mendoza albergó el 14 de marzo pasado un duelo con tintes históricos: la primera final entre Boca y River después de 42 años. Y el conjunto de Núñez se tomó revancha de lo que había sido la coronación azul y oro en el Torneo Nacional 1976 con el clásico gol de tiro libre de Roberto Suñé.
A pesar de que llegó en un momento futbolístico muy bajo, quizás el peor del ciclo de Gallardo, se impuso por 2-0 y levantó el primer título de su historia frente al máximo rival. Los goles de Pity Martínez y de Ignacio Scocco fueron dos alaridos de desahogo y felicidad para todo el mundo millonario en una noche que todos creían que difícilmente se iba a volver a repetir.
"Salimos muy decididos a ganar el partido. Este título hay que darle el valor que toda final ganada requiere. El valor que todo el hincha de River le da y yo como parte de este equipo entendí que este partido era crucial por lo que significa por la carga emocional que tuvo. Hoy el equipo demuestra lo que significa y sacó a relucir eso. Boca llegaba como favorito y nosotros entendimos inteligentemente cómo debíamos jugar y afrontar este partido", dijo el entrenador en conferencia de prensa, y luego apuntó, con ironía: "Estos dos meses que veníamos jugando muy mal fue parte de la estrategia. Si se dejaban llevar por lo que fuimos no tenían idea de cómo jugábamos".
Copa Libertadores 2018: la victoria más importante de la historia, un éxtasis en Madrid
A diferencia de lo que se creía, el destino demostró que tenía otro capítulo preparado para que el Muñeco y su tropa demostraran el poderío, el temple y la sapiencia que han conseguido a lo largo de los últimos cuatro años y medio para jugar partidos decisivos. Y el contexto fue único, tan soñado como inimaginable: la final de la Copa Libertadores de América.
El duelo de ida fue 2-2 en la Bombonera el 11 de noviembre con goles de Ramón Ábila y Darío Benedetto para Boca, y tantos de Lucas Pratto y Carlos Izquierdoz -en contra- para River. Luego, el sábado 24, llegó la barbarie: el ataque al micro de Boca en las inmediaciones del Monumental derivó en la doble suspensión del encuentro, que no se disputó ese fin de semana y terminó viajando hacia Madrid para el domingo 9 de diciembre en una decisión polémica y discutida.
Finalmente, el estadio Santiago Bernabéu fue el escenario de la definición del torneo sudamericano más importante y el Millonario volvió a decir presente, reponiéndose del cachetazo inicial que le propinó el gol de Benedetto: igualó las acciones gracias a Pratto en el complemento con tramos de buen fútbol, deliró con los goles de Juan Fernando Quintero y Pity Martínez en el tiempo suplementario para el 3-1 y levantó su cuarta Libertadores.
"Siempre hay cosas para pensar. No se termina acá, esto continúa. El hincha de River va a exigir ganar en Abu Dhabi, y cuando volvamos, ganar un partido de verano y conformar un buen plantel para lo que viene. Habrá una exigencia que no sólo está en River, sino en uno. Mis jugadores saben que en un par de horas los voy a tratar de meter en el viaje del Mundial de Clubes. Eso genera una gran motivación y un gran desgaste", declaró horas después de la consagración en Radio Rivadavia. Un Muñeco que siempre va por más.
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