La Casa de Moneda turca ha reducido el peso de las monedas que acuña para ahorrar en las materias primas utilizadas, al ser el valor del metal superior al nominal de las piezas.
Según informa este sábado el diario Milliyet, el cambio de peso de las monedas obliga a recalibrar las máquinas expendedoras en el país eurasiático.
El director de la Casa de Moneda, Abdullah Yasir Sahin, confirmó que se han modificado las proporciones de cobre, cinc y níquel de las piezas, además de reducirse en medio milímetro el grosor de las monedas.
Una moneda de 1 lira, la de más valor, pasa así de pesar 8,2 gramos a 6,6 gramos, mientras que la de media lira baja de 6,8 a 5,5 gramos.
El año pasado, acuñar 1.250 millones de monedas costó unos 600 millones de liras (unos 30 millones de euros) más que el valor de las piezas emitidas, y el cambio de aleación ha permitido evitar este gasto, detalló Sahin.
Sin embargo, las máquinas expendedoras ya no reconocen las monedas por su menor peso, por lo que hay que calibrarlas de nuevo, explicó Ali Kurtulus Çelikkol, director de una fábrica de este tipo de aparatos, según recoge la agencia Efe.
Al cargar la máquina con monedas recién adquiridas a la fábrica estatal, el aparato entregaba al cliente piezas que luego no admitía como pago, lo que incluso llevó a quejas de que las máquinas "daban moneda falsa", asegura Çelikkol, lamentando no haber sido informado por las autoridades.
La alta devaluación de la lira turca hecho que un euro se cambiara por 5 liras en 2018, por 10 en 2021 y por 20 desde enero pasado.
Esto hace que los metales que componen 1 lira valgan el triple de su valor nominal (actualmente 5 céntimos de euro) y las de media lira incluso cinco veces más, según calculó hace un año el diputado socialdemócrata Özkan Yalim.
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