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/Ellitoral.com.ar/ Opinión

El enigma del Triángulo de las Bermudas

Por Francisco Villagrán

Especial para El Litoral

El Triángulo de las Bermudas es un misterio marino no aclarado y que persiste a través del tiempo con hechos y desapariciones que aún hasta hoy existen, aunque en forma más esporádica, pero siguen ocurriendo, pese a que no se les da mayor publicidad en los medios.

Es importante hacer un poco de historia para saber dónde arranca este mito o realidad, vaya uno a saber. Los hechos son incontrastables e indiscutidos, no admiten pruebas en contra. Las Bermudas están constituidas por unas 300 islas de distintos tamaños, algunas más grandes, otras más pequeñas, que fueron descubiertas en 1515 por el navegante Juan de Bermúdez, de ahí su nombre de Bermudas, no tiene geométricamente una forma exacta, es un sector ubicado entre Miami, Puerto Rico y las Bermudas, allí ocurren todas las desapariciones.

A pesar de su clima estable, todas estas islas e islotes fueron temidos y evitados por los navegantes, un siglo después de haber sido descubiertos. Nadie sabe exactamente por qué, lo único cierto es que esa zona era conocida como un centro generador de fuerzas inexplicables y desconocidas, que hacían desaparecer hombres, barcos y últimamente también aviones.

Se cree que el navegante Cristóbal Colón fue el primer testigo de extrañas apariciones en la zona del Triángulo de las Bermudas, junto con su tripulación, tal como el almirante dejó anotado en su libro de bitácora. También hizo mención de anomalías magnéticas que afectaban a las brújulas, que giraban enloquecidas en ese sector como así también de llamaradas de fuego que sobrevolaban la zona y al parecer caían al océano, sumergiéndose y parecía que el mar estaba hirviendo. En cuanto a las brújulas, Colón fue uno de los primeros navegantes europeos en experimentar alteraciones en los instrumentos en la zona, hecho confirmado por otros navegantes posteriores que se aventuraron en el sector de Bermudas.

El catálogo moderno de desapariciones comienza en 1800, ya que en 1854 desapareció la nave británica “Bella” mientras navegaba desde Río de Janeiro hacia Jamaica, en 1866 desaparece el barco sueco “Lotta”, en 1868 también el español “Vigo”, en 1872 el bergantín “Mary Celeste” y en 1880 desaparece el buque escuela británico “Atalanta” con toda su tripulación y 290 cadetes a bordo. Nunca se encontró ningún rastro de ellos. Charles Berlitz, destacado investigador del tema, sostiene junto con otros autores e investigadores que lo que ocurre en el Triángulo de las Bermudas, es causado por un fenómeno desconocido por la ciencia.

El Vuelo 19

Todos estos antecedentes si bien eran respetados, no eran muy tenidos en cuenta, hasta que ocurrió la desaparición del famoso Vuelo 19, al mando del teniente Taylor, el 5 de diciembre de 1945 en pleno día. Cinco aviones de guerra torpederos Grunnman Avenger se esfumaron cuando iban a realizar un vuelo de instrucción, que consistía en bombardear un grupo de islotes cercanos y regresar a la base. Salieron de Fort Lauderdale, Florida, a las 14.10 de ese día y en lugar de virar hacia el noroeste como estaba previsto, siguieron en línea recta, aquí empezó la confusión.

A los 20 minutos de estar en el aire, el teniente Taylor al mando del escuadrón envió un mensaje radial a la torre de control comunicando que se encontraban desorientados. “No sabemos dónde está el Norte ni el Sur, las brújulas se volvieron locas, las agujas giran descontroladas, no sabemos dónde estamos”. Esas fueron las últimas palabras del vuelo 19 que escucharon en la torre de control, a partir de allí, silencio. Se decidió entonces enviar una avión de rescate, ante la presunción que cayeron al mar.

Enviaron un hidroavión Martin Mariner con 13 tripulantes, preparado para cualquier contingencia, incluso acuatizar si hiciera falta. Pero para sorpresa de todos, este avión también desapareció de las pantallas de radar y no se supo nunca más de ellos. Al parecer el avión explotó en el aire, pero no se encontraron sus restos.

Ante esto, la Marina montó un gigantesco operativo que barrió la zona en unos 300 kilómetros cuadrados con aviones, barcos incluso civiles que se unieron al operativo. Durante varios días rastrearon toda la zona sin obtener resultados positivos, finalmente se dio por terminada la búsqueda, sin encontrar una explicación razonablemente lógica.

En la década del 50 y más acá volvieron a ocurrir desapariciones tanto o más misteriosas como grandes barcos petroleros, cargueros, aviones grandes y pequeños. Pero hubo un hecho que dejó a todos absortos por lo ocurrido.

En el 2005 un avión de la Eastern Airlines que se estaba aproximando al aeropuerto de Miami en Florida desapareció de las pantallas de radar que lo estaban siguiendo, durante 10 minutos. Cuando reapareció y aterrizó sin problemas, se pudo comprobar que todos los relojes, los de la tripulación y los pasajeros, estaban atrasados 10 minutos respecto de los relojes de la torre de control. ¿Qué explicación tiene esto? Ninguna. Hubo algunos que esgrimieron la teoría que el avión entró en portal dimensional que se abrió en esos momentos y el avión salió de este espacio-tiempo. Todo puede ser.

Si uno traza una línea imaginaria que atraviese todo el planeta y llegue a la parte opuesta del globo se encontrará con un sector en el que ocurren las mismas cosas que en Bermudas, ese lugar es el Mar del Diablo, en Japón, donde también ocurren extrañas desapariciones. Entre 1950 y 1954 desaparecieron allí nueve grandes cargueros de cabotaje, sin dejar el menor rastro.

Las autoridades japonesas estaban tan alarmadas que enviaron en 1955 a un grupo de científicos en la nave exploradora “Kayo Marú” para investigar que sucedía realmente en esa extraña región. Pero para el horror general. El barco con todos los hombres de ciencia y la tripulación, desaparecieron misteriosamente sin dejar ninguna huella. Nunca fueron encontrados. Ante estos hechos irrefutables, las autoridades japonesas decidieron declarar a la región zona peligrosa y evitar en el futuro, dentro de lo posible, todo tipo de navegación por ese sector. Y hasta hoy las cosas siguen así. En cambio, las autoridades norteamericanas por el contrario, no han declarado zona peligrosa al sector del Triángulo de las Bermudas.

A pesar del tiempo pasado y la moderna tecnología que se usa para la investigación, nada ha sido descubierto y todo sigue como antes. ¿Qué ocurre en ese sector del océano? ¿Por qué desaparecen barcos y aviones sin dejar rastros? ¿Es que son llevados a otra dimensión?  Quizás alguna vez la ciencia oficial de un veredicto final sobre lo que pasa allí. O quizás ya lo sepa y lo esté escondiendo al gran público, como otros grandes misterios. El tiempo lo dirá.

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