Vox prepara un vía crucis para la investidura de Mañueco con más exigencias a cambio de sus síes

Castilla y León lleva más de tres meses con un Gobierno en funciones. Pese a que el pasado 10 de marzo se constituyeron las Cortes tras cerrar el PP y Vox un acuerdo de última hora que permitiese echar a andar la legislatura. Hasta el momento el presidente de la Mesa, Carlos Pollán, no ha convocado el pleno para la sesión de investidura. Los de Santiago Abascal han estado dando largas. El equipo del presidente, Alfonso Fernández Mañueco, señala que, aunque les gustaría empezar a trabajar cuanto antes, respetan los tiempos de sus socios. Hay tensión. Desde que se firmase el documento a primeros del pasado mes solo ha habido reuniones e intercambio de papeles, pero no se ha logrado cerrar una fecha. Las negociaciones las están llevando ahora desde los cuadros regionales del partido, aunque con supervisión de Kiko Méndez Monasterio, que fue el que desatascó el primer acuerdo. Quizá tenga que viajar otra vez para que el barco desencalle.

Hasta ahora se ha interpretado que al partido de ultraderecha le interesaba esperar al nombramiento del nuevo líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, para presionar a los populares. Abascal estaría buscando una fotografía con el presidente gallego para retratar la dependencia de los populares de sus escaños. Como ya adelantó este periódico, en la agenda de Feijóo no está acudir a Castilla y León. La estrategia es marcar distancias con los que, según las encuestas, siguen siendo la única opción para sumar y llegar a la Moncloa. El primer discurso como presidente gallego fue un duro alegato contra Vox y su obsesión por “repartir carnés” de españoles. No se lo ha puesto fácil a Mañueco, que está lidiando para conseguir los 41 síes que le permitan repetir mandato.

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Una vez pasado el congreso de Sevilla, en el calendario se había planteado que a principios de semana pudiesen echar a andar los plazos. Para ello, Carlos Pollán tiene que convocar este martes a la Mesa y a la Junta de Portavoces para reunirse mañana y dar luz verde al proceso que culminaría con la toma de posesión. El viernes se celebraría la primera sesión, si el letrado de las Cortes da el visto bueno, y ya en plena Semana Santa la votación y la formación de Gobierno. Incluso si hoy se diese luz verde, dependiendo de la interpretación del reglamento, podría no empezarse hasta el lunes con el discurso de Mañueco para solicitar la confianza de la Cámara. Fuentes de ambos equipos reconocían a última hora de ayer que no había nada previsto para anunciar hoy. La sensación es que incluso se podrían ir hasta después de Semana Santa si no hay desbloqueo de última hora, como ocurrió en la mañana del 10 de marzo para la formación de las Cortes.

Detrás de esta demora se esconden los flecos que aún quedan por cerrar. Vox insiste en acaparar más poder del acordado y en modificar asuntos clave del programa que ya se habían cerrado, pero que según fuentes del partido verde “hay que limar”. El PP mantiene que ya hay un texto y un reparto de poder en el que se atendieron las peticiones de Vox que pasaban por contar con la misma cuota que tenía Ciudadanos: la vicepresidencia y tres consejerías. El partido verde anunció que gestionará las carteras de Industria y Empleo, Agricultura y Cultura y Turismo. Al frente, colocará a tres hombres, lo que obligará a Mañueco a compensar por el lado femenino para buscar un Ejecutivo lo más cercano a la paridad.

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El futuro vicepresidente, Juan García Gallardo, ha elevado sus aspiraciones: más competencias y un gabinete mayor. También están peleando por colocar cargos en direcciones generales. Más allá de sillones, hay fricciones sobre el contenido del documento firmado. Vox plantea que se deje de aplicar en Castilla y León la Ley de Memoria Histórica, según fuentes cercanas a los de Abascal.

La reivindicación quedó fuera del programa en la negociación para la constitución de las Cortes. Los populares siempre han mantenido que hay “líneas rojas” que no estarían dispuestos a traspasar. En el caso de esta exigencia de última hora, parece poco probable que pueda ser recogida dado que se trata de una norma de carácter nacional y se arriesgarían a que el Gobierno de Sánchez la llevase a los tribunales como ya ocurrió con el pin parental en la Región de Murcia.

Entre las especulaciones que circulan en los mentideros populares, hay quienes han llegado a contemplar que Abascal quiera hacer coincidir la investidura con una convocatoria de elecciones en Andalucía si estas finalmente se adelantan. Los que sostienen esta hipótesis marcan el 12 de junio como fecha para que los andaluces acudan a las urnas. De ser así, el 18 debería anunciar la disolución del Parlamento el presidente, Juanma Moreno. No hay nada decidido. Lo que sí es seguro es que, en el mejor de los casos, Mañueco tomará posesión entre procesiones.