El salto base: un modalidad peligrosa

La muerte del cocinero Darío Barrio abre el debate sobre su peligrosidad. El salto Base es una modalidad del paracaidismo consistente en saltar desde un objeto fijo y no desde una aeronave en vuelo, como tradicionalmente se hace. El término Base, en inglés, hace alusión a las cuatro categorías de objetos fijos desde donde se puede saltar mediante esta práctica deportiva extrema. Edificios, chimeneas o torres de tendidos eléctricos son sitios habituales para practicarlo. La muerte del cocinero Darío Barrio, el pasado viernes en el Festival Internacional de El Yelmo en Segura de la Sierra, ha originado que se conozca más sobre esta práctica deportiva. Los ciudadanos neófitos tratan de documentarse sobre el salto base, han conocido sus secretos más profundos y cómo llegó a España. El riesgo es considerable, sin embargo sus defensores entienden que es muy calculado y controlado.

09 jun 2014 / 22:00 H.

 


PRUEBAS DE DARÍO BARRIO EN EL YELMO
En el caso de Barrio, Ramón López, coordinador del festival jiennense, destaca que el afamado cocinero conocía el terreno y había practicado con anterioridad en los días previos a la inauguración de la decimoquinta edición. “Fue una desgracia lo que le sucedió. Ramón era un consumado especialista y realizó una serie de pruebas en las vísperas sin tener ningún problema a la hora de saltar”, argumenta el responsable.
López sí admite la dificultad y el riesgo del salto base, aunque desvela que el número de practicantes aumenta de forma espectacular en el territorio nacional. “Nosotros somos pioneros en El Yelmo y hemos promocionado el salto Base con exhibiciones de los especialistas más reputados”, destaca, al tiempo que destaca que es una modalidad en pleno auge.


COMPARACIÓN CON EL PARACAIDISMO
Los saltos Base se hacen generalmente de altitudes mucho más bajas que las habituales en paracaidismo y en proximidad cercana al acantilado o a la torre que proporciona la plataforma del salto. Además, un especialista adquiere en el salto una velocidad aérea más baja que un paracaidista, debido a la altitud limitada, y muy raramente llega a la de un paracaidista. Los paracaidistas usan el flujo de aire para estabilizar su posición, permitiendo que el paracaídas se abra de forma limpia. Los saltadores Base caen a velocidades más bajas, tienen menos control aerodinámico, y pueden voltearse y perder el control. La posición del cuerpo en el momento de saltar determina la estabilidad del vuelo en los primeros segundos, antes de alcanzar la suficiente velocidad aérea para permitir la estabilidad aerodinámica.


RECOMENDACIONES A LA HORA DE SALTAR
Se recomienda que un paracaidista experimentado abra su paracaídas no más bajo de 2.000 pies (600 metros). En aquel momento, si ya ha estado en caída libre al menos 1.000 pies (300 metros ), el paracaidista está viajando a 275.4 kilómetros/hora (76 metros por segundo), y está a 11 segundos de la tierra. La mayoría de los saltos Base se hace de menos de 2.000 pies (600 metros). Por ejemplo, un salto Base de un objeto de 500 pies (150 metros) de altura está a alrededor de 5.6 segundos del suelo. Si el deportista permaneciera en caída libre toda la altura del salto (se suele llamar a esto: tiempo hasta el punto de impacto). En tal salto, el paracaídas debe abrirse aproximadamente a la mitad de la velocidad aérea del paracaidista, y debe hacerlo más rápidamente además, recorriendo durante la apertura una distancia en vertical más corta. Los sistemas estándares usados en paracaidismo no están diseñados para esta situación, de forma que los saltadores Base utilizan arneses y contenedores del paracaídas especialmente diseñados para ello.


ÁLVARO BULTÓ, OTRA VÍCTIMA DEL RIESGO
Era conocido por su melena rubia y su carácter aventurero. Un año después de su muerte, su amigo Darío Barrio y otros compañeros le quería rendir un homenaje y qué mejor escenario que el Festival de El Yelmo, que está considerado como el más importante de España y el segundo de Europa. Álvaro Bultó falleció en un accidente mientras practicaba wingfly en los Alpes suizos, un salto con alas en la que permite realizar un planeo de más de 220 kilómetros a la hora. Bultó también era un conocedor y un practicante del salto Base. Un mes antes de morir sufrió un accidente cuando practicaba esta modalidad. El catalán llevaba a sus espaldas más de 3.000 saltos en paracaídas, aunque la modalidad de wingfly es considerada diferente debido a que se necesita otra capacidad de adaptación para practicarla.


MANUEL CHANA SE DEJÓ LA VIDA EN TOLEDO
El empresario hotelero era amigo de Darío Barrio y Álvaro Bultó. Amante de los deportes de riesgo, sobre todo de los saltos, Manuel Chana perdió la vida en 2008, en una exhibición en el aeródromo Don Quijote de Lillo (Toledo), al no abrírsele el paracaídas a tiempo. Su perfil de facebook continúa abierto y en él se recogen fotos y momentos con sus compañeros de aventuras. Su muerte fue una pérdida por el carisma y el prestigio que acreditaba Chana en este tipo de modalidades. Los accidentes, en la mayoría de los casos, son por causas humanas, como explica Miguel Ángel Paredes, presidente de la Escuela de Toledo, una persona con experiencia. Él conocía la trayectoria de Darío Barrio, Álvaro Bultó y Manuel Chana.