Resuelve Tus Dudas A Cerca De Los Gusanos Intestinales
Los gusanos intestinales son parásitos que afectan con frecuencia a perros y gatos entre otros mamíferos. Los adultos se encuentran en el intestitino de estos animales mientras que las formas inmaduras (larvas) pueden encontrarse no sólo en intestino sino también en hígado, riñón, aparato respiratorio… Existen distintos tipos de gusanos intentestinales, redondos y planos. A pesar de que nuestra mascota esté parasitada no los veremos con frecuencia en las heces, ya que si están vivos tienen la capacidad de permanecer enganchados en las paredes intestinales. Sus huevos son eliminados con las heces de nuestro animal pero su tamaño microscópico dificulta en gran medida la detección de esta enfermedad por parte del propietario.
¿Cómo llegan estos gusanos al intestino de mi mascota?
- Si ingiere huevos presentes en el entorno (hierba, heces de otros animales…)
- Al ingerir pulgas de forma accidental (en ocasiones éstas pueden ser transmisoras de ciertos parásitos intestinales)
- Comiendo carne o vísceras crudas o cazar pequeños animales (pájaros, ratones…)
- A través de la madre durante la gestación o lactancia
- A través de la piel, las larvas de algunos de estos gusanos tienen la capacidad de atravesar la piel del abdómen o de las patas cuando nuestro animal se encuentra en un entorno contaminado
¿Qué daños pueden causar estos parásitos a mi animal?
Los animales jóvenes y los más débiles son los que sufren las peores consecuencias, pudiendo llegar a la muerte en parasitaciones masivas. En animales adultos los síntomas pueden ser variables y son causados tanto por las larvas como por los gusanos adultos. Éstos son algunos de los más frecuentes:
- Irritaciones en la zona perianal
- Dermatitis en los puntos de entrada de la larva
- Problemas respiratorios
- Adelgazamiento
- Vómitos y diarreas
- Falta de apetito
- Anemia
¿Se pueden transmitir estos parásitos a las personas?
Rotundamente sí. Los mismos parásitos que afectan a los animales domésticos pueden afectarnos a nosotros. Y en este caso también son los niños y personas más débiles los que sufren las peores consecuencias (personas mayores, enfermos crónicos, inmunodeprimidos…)
Pero tenemos que tener en cuenta que no sólo ellos pueden transmitirnos los parásitos de forma directa. La ingesta de alimentos crudos mal lavados, labores de jardinería, el contacto con tierra de parques, etc. Pueden ser un foco de contaminación si no mantenemos unas medidas de higiene adecuadas.
¿Cómo puedo proteger a mi animal de estos parásitos?
- Recoge siempre las cacas para evitar la posible diseminación de parásitos
- Evita que ingiera heces de otros animales
- Evita que cace
- No le alimentes con carne cruda o vísceras que no hayan pasado controles sanitarios
- Controla las pulgas (collares y pipetas antiparasitarios)
- Cumple la pauta rutinaria de desparasitación de nuestra mascota o pídele a tu veterinario que realice test periódicos de las heces de tu mascota para determinar la presencia de huevos en ellas.
Si mi perro tiene parásitos, ¿cómo solucionaré el problema?
Déjalo en manos de tu veterinario. Tras la realización de un examen de heces determinará qué tipo de parásitos presenta tu animal e instaurará el tratamiento adecuado, frecuentemente vía oral. Una nueva revisión a los quince días determinará si se han eliminado todos los parásitos o si necesita una nueva dosis del medicamento.