El método, sentido y alcance de la investigación metafísica en M. Heidegger y en Santo
Tomás
Author(s): Octavio Nicolas Derisi
Source: Angelicum, Vol. 32, No. 2 (Apr.-Jun., 1955), pp. 141-177
Published by: Pontificia Studiorum Universitas a Sancto Thomas Aquinate in Urbe
Stable URL: https://www.jstor.org/stable/44622343
Accessed: 18-02-2020 20:17 UTC
JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide
range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and
facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact support@jstor.org.
Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at
https://about.jstor.org/terms
Pontificia Studiorum Universitas a Sancto Thomas Aquinate in Urbe is collaborating with
JSTOR to digitize, preserve and extend access to Angelicum
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
Octavio Nicolas Derisi
El método, sentido y alcance
de la investigación metafísica
en M. Heidegger y en Santo Tomás
Sumario
I. - El método , el sentido y el alcance de la investigación metafisica
en M. Heidegger. - i. La posición de Heidegger en sus últimos escritos
no modifica substancialmente su posición inicial. - 2. El método empírico-existencial anti-intelectualista de Heidegger inmodificado hasta ahora.
- 3. Ausencia de intuición espiritual, que dé acceso inmediato y directo
al ser, contra la pretensión del método existencial de Heidegger. - 4. Incapacidad de la intuición empírica para penetrar hasta el ser, oculto a
su visión. - 5. La posición neo-empirista de Heidegger, causa de la
pérdida de la visión del auténtico ser y, con ella, de la dualidad real de
la existencia propia y del mundo, de la pérdida del ser real trascendente
del mundo e inmanente del sujeto. - 6. Diferencia entre la imperfección de la experiencia y la falsedad contradictoria del empirismo, en general, y, en especial, del neo-empirismo existencialista. - 7. Imposibilidad
de la aprehensión del ser auténtico y de su trascendencia y de la ubicación en un plano extrictamente metafísico, en Heidegger, determinada por
su posición metodológica neo-empirista irracionalista. - 8. Conclusión:
consecuencias nihilistas en el plano metafísico y moral del neo-empirismo
irracionalista antimetafísico de Heidegger.
II. - El método, el sentido y el alcance de la investigación metafisica
en Santo Tomás. - 9. Valor ontològico de la inteligencia. - 10. Las
limitaciones del conocimiento intelectivo humano, de la esencia abstracta
y genérica de las cosas materiales, impuestas por las condiciones materiales
de su existencia espiritual en unión substancial con la materia. - 11. Esta
limitación hace imposible una visión del ser en el plano individual concreto y, consiguientemente, una metafísica intuitiva de lo existencial, que
sólo es posible en un plano enteramente inmaterial, por abstracción de la
materia de los datos empíricos. - 12. El ser, enteramente inmaterial,
objeto de la Metafísica, es aprehensible exclusivamente por la vía espiritual del conocimiento de la inteligencia. - 13. El orden esencial del
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
142 Octavio Nicolas Derisi
ser se constituye como participación necesaria
integrándose de este modo la Ontologia en un
el hecho de la existencia finita se explica com
tencia de Dios, con cuyo conocimiento se logr
de la Metafísica. - 15. Ambito total y partes d
General, Ontologia del ser finito, Teodicea y
mentación metafísica de la actividad moral. investigación metafísica del neo-empirismo exsis
nihilista, de Heidegger, y del intelectualismo rea
lógico, de Santo Tomás.
III. - Conclusión. - 18. Principios de solución del problema del
objeto, del método y del sentido y alcance de la Metafísica.
I
i. - El sentido del ser (Sein) de lo existente concreto (des
Seindes) ha sido, desde Sein und Zeit hasta sus últimos escritos,
el tema de las investigaciones de Heidegger. Si bien la finalidad de
tal investigación, desde el primer momento y más en la actualidad,
se dirigen al tema central de la Metafísica: qué es el ser , la verdad
es que Heidegger no ha trascendido la propedéutica a esta Ontologia general, que es la Ontologia Fundamental , limitándose hasta
ahora al análisis fenomenològico del ser (Sein) de la existencia
humana concreta de aquí y ahora (Dasein) y del ser de los demás
entes en relación con él y en cuanto son o se hacen presentes o, en
otros términos, en cuanto de-velan su ser en ella.
Eo que ha hecho en sus últimos escritos es poner más en
relieve su primera intención metafísica y el carácter propedeutico
de su análisis fenomenològico existencial, y sobre todo las relaciones
entre el ser (Sein) y la existencia concreta (Dasein). Sólo en y por
el ser de la existencia humana tiene sentido la pregunta del ser
y se realiza la presencia del mismo. Advirtamos de paso que si la
verdad no es sino el des-cubrimiento del ser, la presencia o de-vela-
ción del ser del ente o cosa, llegamos a la conclusión de que ser,
verdad y presencia en Heidegger expresan los mismo. Ahora bien,
este ser - verdad o presencia - no se manifiesta sino en la existencia (Dasein). La existencia, en efecto, dice Heidegger en sus
últimos escritos, es la « casa » donde habita el ser, el « pastor » o
« custodio » que guarda el ser. Vale decir, que al ser (Sein) no lo
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
El método, sentido y alcance de la investigación metafísica etc. 143
podemos encontrar sino en la propia existencia de cada uno; el
ser sólo se nos de- vela como ex-sistencia o trascendencia finita,
vale decir, no se nos revela en una pureza ontológica absoluta sino
relativizado en finitud, en temporalidad - y espacialidad - e
historicidad del Dasein. En otros términos, sólo en el ser de la
ex-sistencia concreta del Dasein - en nuestra conciencia - el ente
alcanza presencia , se manifiesta o de-vela como ser ; y es en este ser
de la existencia donde se revela también el ser de los demás entes;
los cuales pueden manifestarse como presentes, es decir, de-velar
su ser en la presencia - conciencia - que, sin identificarse, sólo
es en el ser ex-sistencial, que lo funda y relativiza con su propio
ser existencial. En lo cual se ve que Heidegger no ha modificado
substancialmente la posición inicial de su Ontologia Fundamental
de Sein und Zeit.
Sin embargo - es lo que subraya Heidegger en la actualidad -
esta condición humana de encuentro del ser únicamente en la
existencia, no importa una adecuación o identificación entre el se
y la ex-sistencia. El ser no se da o de-vela , no se presenta sino e
la ex-sistencia ; pero esta de-velación , esta presencia o ser no s
identifica con el ser de la ex-sistencia, vale decir, con el ser de la
conciencia. En esto Heidegger precisa y tal vez modifica en algo
la Ontologia Fundamental de Sein und Zeit.
Con lo cual se ve que el Filòsofo de Friburgo no se quiere
cerrar la puerta a la trascendencia ontològica absoluta, y apunta
a una posible aprehensión del ser en sí, del que la existencia sería
una determinada participación o realización tan sólo o, en otros
términos, a una posible Ontologia General , del que la Ontologìa
Fundamental únicamente sería un capítulo inicial, pero no exclusivo.
Sin embargo, la verdad es que Heidegger no se cuida de
afirmar tal posibilidad y menos la realidad del ser fuera de lo
existente y de la consiguiente Ontologia General. Se limita simplemente a la afirmación de que el ser , aunque no se nos manifiesta
sino en el existente finito concreto - en este ser-para-la-muerte
que es el Dasein - sin embargo no se agota necesariamente en
él. Con más precisión y brevedad: el ser no se nos revela, no se
hace presente sino en el ser de la existencia concreta y como existencia concreta - cuyo análisis pertenece a la Ontologia Fundamental - pero no coincide necesariamente con él.
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
144 Octavio Nicolas Derisi
2. - Heidegger se esfuerza por no dejarse en
logia Fundamental, por dejar la posibilidad de
tica trascendencia y, por eso, no quiere ser llama
pareciera querer ser la del que, en un esfuerz
simplemente aún no ha llegado a la meta, sin
lidad de alcanzarla; y en modo alguno la del qu
llegar más adelante, encerrado en la propia in
cial, y mucho menos la del que, negándola, la
Pero éste es precisamente el problema que s
actual de Heidegger: ¿ podemos llegar a apreh
fuera de la existencia? ¿ Podremos algún día
sospechar siquiera de la realidad o de la posib
absoluto o de otros seres trascendentes, es decir, colocados más
allá del ámbito de nuestra existencia, como ser en el mundo y ser
con nosotros ? Más precisamente, partiendo del planteo y método
fenomenològico antiintelectualista - empírico-irracional - del análisis del ser de la ex-sistencia humana, tal como lo practica Heidegger en la Ontologia Fundamental, ¿ se puede evadir en verdad
los límites de esta ex-sistencia finita para alcanzar el ámbito
ilimitado del ser en sí absoluto, de un ser fuera y no relativizado
por aquella ex-sistencia o temporalidad finita? ¿ Se puede realmente ubicarse en el plano de una Ontologia General a partir de
la Ontologia Fundamental?
Sean cuales fueren los reales propósitos y esperanzas del propio
Heidegger, lo que realmente interesa a la Filosofía es saber si,
lógicamente a su posición inicial, puede él evadir la inmanencia
existencial finita, en la cual hasta ahora ha permanecido; más
aún, si desde el planteo y solución de su Ontologia Fundamental,
desde la ex-sistencia irracionalmente revelándose a sí misma como
pura temporalidad finita, abandonada a sí, en que se revela o se
hace presente el ser del propio ente y de los demás entes del mundo,
es posible llegar y aún conservar sentido el ser en sí absoluto y la
posibilidad de su realidad y de su revelación fuera de aquella
existencia, y más todavía, si tiene sentido la misma referencia
a una posibilidad del ser realizado o realizable fuera de la existencia concreta, sin que este ser y posibilidad de acceso y revelación
no estén afectados y comprometidos desde su raíz por esta inmanencia y relati vización finita y temporal, en que se funda y son,
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
BI método, sentido y alcance de la investigación metafísica etc. 145
Desde el análisis fenomenologico ex-sistencial, en que se sitúa
Heidegger, creemos que no sólo es imposible el acceso a un ser en
sí, trascendente y más allá de la propia existencia, con realidad
independiente de ésta, sino que aun el mismo planteo de tal hipótesis es imposible y hasta informulable, impregnado como está por
el ser de la misma ex-sistencia, en que se apoya y se funda.
Ahora bien, en sus últimos escritos Heidegger se ha limitado a
precisar o poner en relieve algunos puntos de su Ontologia Fundamental; y, contra lo que algunos prematuramente creyeron o esperaron, en lo substancial no ha modificado su posición primera,
como él mismo lo acaba de afirmar (x). Por lo cual, nosotros seguimos pensando y sosteniendo que Heidegger no puede evadir lógicamente la inmanencia existencial, agrillado como está con las
cadenas de su método fenomenològico existencial, empírico-irracionalista; que el ser no puede de-velarse o presentarse fuera del ser
de la ex-sistencia, de la conciencia propia y, como tal, fuera de
su relati vización temporal finita. Si con el mencionado método no
puede alcanzar el auténtico ser de la ex-sistencia humana concreta
(n. 5), mucho menos podrá desde él alcanzar el ser trascendente, el
ser en sí y absoluto, del que aquél es sólo participación finita y
contingente. Unicamente modificando su punto de partida, sus
praesupposita deformantes o impedientes a priori de toda Metafísica y aun de la misma Ontologia Fundamental en su más hondo
sentido, podría evadir la inmanencia existencial fenoménica o del
aparecer o verdad existencial y alcanzar el plano rigurosamente
metafísico del ser en el pleno significado de su noción. Conclusión
que esperamos se entenderá mejor, una vez que hayamos expuesto
el sentido de la investigación ontológica de Heidegger y la hayamos
contrapuesto a la de Santo Tomás.
Cuando Heidegger se plantea el problema metafisico del ser,
añade que es menester comenzar por analizar el ser de esta ente
existente - Dasein - en el cual únicamente se nos revela el ser y
(*) M. Heidegger, Einführung in die Metaphysik , Niemeyer, Tübingen, 1953. Reproducción del Curso hecho en 1935 con algunos cambios.
Véase también el artículo de DE WaeehENS sobre este libro, en Revue
Philosophique de Louvain, febrero 1934, pág- noy sgs.
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
146 Octavio Nicolas Derisi
tiene sentido la misma pregunta sobre el s
sólo la existencia humana concreta es capa
y, por eso mismo, sólo en ella se nos manifie
gación sobre el ser - Ontologia - deberá c
existencial de este ser de la existencia, e
nosotros, es decir, deberá comenzarse c
mental o del ser de la ex-sistencia concreta humana - Dasein -
como previa a aquella Ontologia general.
Y bien, ¿cuál es el sentido de esta investigación heideggeriana?
¿ Qué es este ser del « ser ahí » o ex-sistencia del que Heidegger
pretende quitar el velo? Tomada superficialmente las afirmacion
de Heidegger podrían inducirnos a creer hallarnos ante una ver
dadera inquisición metafísica, en la que se trata de descubrir el
ser o esencia constitutiva e inteligible de la realidad existente con
creta humana.
Nada más ajeno, sin embargo, a la intención de Heidegger.
Si nos aplicamos con más cuidado a penetrar en el sentido de esta
investigación de ia Ontologia Fundamental y del método adoptado
para realizarla, llegaremos a la conclusión de que su autor no
alcanza a traspasar el plano estrictamente empírico de lo inmediatamente dado al primer contacto con la realidad existente concreta,
para ubicarse en el plano rigurosamente ontológico de la Metafísica;
y que, en todo caso y cualesquiera sean sus reales intenciones, en
el plano en que coloca su indagación es imposible la organización
de la Metafísica y que la pretendida nueva fundamentación existencial de la misma es impracticable.
En efecto, Heidegger comienza por adoptar un método fenomenologico antiintelectualista. El ser de la existencia debe ser captado en una suerte de intuición anterior a la intervención de la
inteligencia, que escamotea y oculta el ser originario de la existencia
en el objeto, deformando y escondiendo la realidad primera del ser
de la existencia en la dualidad de sujeto y objeto y creando así el
consiguiente pseudoproblema de la aprehensión del ser trascendente, con las posiciones antagónicas consiguientes del realismo e idealismo, ambos sin salida por estar fundados en este problema inexistente, ficticiamente creado por la inteligencia.
Precisamente porque Heidegger cree, como todos los existencialistas, que la inteligencia no penetra en el ser, sino que se coloca
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
El método, sentido y alcance de la investigación metafísica etc. 147
frente a él y lo desnaturaliza en su realidad originaria, sin de-velar-
lo , por eso intenta llegar a éste por una coincidencia intuitiva. Se
trata de una aprehensión inmediata.de lo singular existente concreto: de mi existencia de aquí y ahora.
Semejante intuición irracionalista, previa a la intervención
intelectiva, consiste en la misma realidad singular existencial develándose a sí misma. La existencia no se capta desde un acto fuera
de ella, como acaece en el conocimiento intelectivo propio de las
ciencias, que nos colocan siempre frente a un objeto ; su captación
es ella misma una nota existencial, un modo de existir o de ser la
misma existencia. Para comprender mejor tal afirmación, recuérdese
que una vez suprimida la intervención intelectiva, queda suprimida correlativamente también la esencia como objeto suyo propio;
y desde entonces el hombre concreto estudiado no es una esencia
permanente, tma substancia- que ha alcanzado el acto de existir;
su existencia no es algo en sí mismo fuera del acto o actividad o
nota existencial en que hic et nunc se revela y es como un haber
sido y una posibilidad de ex-sistir, vale decir, como acto o proyección actual hacia el mundo y el futuro desde la nada o, en otros
términos, como pura temporalidad finita . Y bien, esta revelación
intuitiva de su modo de ser es también una nota o modo de realizarse la existencia no distinta de ella misma.
La existencia, pues, que se da porque sí, sin razón de ser ya que con la inteligencia no se la puede descubrir, puesto que no
pertenece a un orden esencial o inteligible - es algo bruto o existente concreto, que se encuentra ahí y ahora sola y abandonada
y sin ninguna vinculación con otro ser posible, con otro ser que la
justifique; es lo óntico que llama Heidegger. Pero cuando esa existencia se realiza como de-velación de sí ante sí, cuando se efectúa
como des-cubrimiento de sí, de su ser o modo de ser en la mencionada
intuición, lo óntico se trueca en ontològico . Tal el sentido de la
verdad (Ł) en Heidegger: la existencia se quita el velo con que
ónticamente se cubre habitualmente y llega ser ontológica, a develarse ante sí, el ente de-vela su ser oculto, .se hace presente. La
(*) M. HEIDEGGER, De L'Essence de la Vérité, traduction et intro-
duction de A. De Waelhens y W. Biemel, Nauwelaerts, Louvain, 1948.
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
148 Octavio Nicolas Derisi
verdad, pues, en la filosofía existencial d
este paso de lo óntico a lo ontològico , este
de la existencia por el metodo fenomenolog
y previo a la inteligencia e indistinto de l
No pretende esto trabajo seguir a Heide
gación del ser de la existencia realizada por este camino; sino
simplemente determinar el alcance del mismo, los resultados con
él obtenidos y sus consecuencias filosóficas. Por lo demás, de tales
análisis e investigaciones precisas nos hemos ocupado en nuestro
libro: Tratado de Existencialismo y Tomismo (Ł). Baste decir para
nuestro intento que dos son los momentos principales de esta investigación: uno fenomenològico y puramente descriptivo de las notas
en que se revela la existencia, tales como « estar-en-el-mundo »,
« cuidado », « proyecto », etc. ; y otro, en que sin abandonar el método
fenomenologico, se procura penetrar en la trama íntima de este ser
de la existencia, que se des-cubre o se hace presente en la angustia
como « ser-para-la-muerte » y, más hondo aún, como pura temporalidad e historicidad .
3. - Ahora bien, en el orden espiritual natural el hombre no
posee otro medio de aprehensión consciente del ser ajeno o propio
que el de la inteligencia. Y ésta, según diremos luego, no es intuitiva sino abstractiva, no directamente aprehensiva de lo singular
sino de lo universal (n. 11). La afirmación de una intuición espiritual de tipo racional o irracional ha sido propugnada frecuentemente en Filosofía y de diversos modos; pero la verdad es que
nunca ha podido ser probada o puesta en evidencia, y menos aún
la de tipo irracional, que no podría serlo sino inmediatamente por
sí misma, y la verdad es que no tenemos conciencia de ella.
Hay conocimientos o aprehensiones inmediatas, como la del
ser y primeros principios; pero son aprehensiones intelectivas y no
rigurosamente intuitivas, realizadas con un acto realmente distinto
del objeto aprehendido y supuesta la abstracción de los primeros
conceptos. Es verdad que en todo acto de conocimiento intelectivo,
éste es aprehendido por sí mismo, sin nuevo acto, junto con el
(*) Ed. Emece, Bs. Aires, 1955.
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
El método, sentido v alcance de la investigación metafisica etc. 149
propio sujeto (l)] pero fuera de que tal aprehensión no se da sino
en un acto conceptual o judicativo del propio entendimiento, no es
directa y expresa, sino indirecta e implícita, y que para luego
explicitaria es menester objetivarla o aprehenderla como objeto de
un nuevo acto conceptual.
Es verdad también que el deseo, el temor y otros sentimientos
análogos, y sobre todo el amor y el odio, ayudan a ver de un
modo inmediato las cualidades o defectos, necesidades, etc. en la
persona amada u odiada, pero si lo analizamos más detenidamente,
encontraremos que tales sentimientos, en sí mismos son ciegos y
no nos descubren nada; pero que nos aplican con fuerza e impelen
y aguzan la inteligencia a aprehenderlos.
Mucho menos se ve la posibilidad de una intuición del propio
ser develándose a sí mismo por su propio acto de ser existencial,
indistinto de sí. El hombre nunca aprehende nada sino por un acto
distinto de la realidad aprehendida. Es un hecho, de conciencia
que se podría fundamentar metafisicamente en el modo de ser del
propio hombre: en no ser él una substancia espiritual completa y
menos un Acto puro. Tal intuición, en efecto, de un ser develándose a sí mismo en y por su propio acto de ser es sólo posible en
un ser enteramente determinado como objeto y sujeto, es decir,
totalmente espiritual, libre de toda indeterminación de potencia
esencial o materia; y una tal intuición por su propio acto de ser
o existir, sin distinción de sujeto y objeto, sólo es posible en la
actuación infinita del ser, sin potencia o determinación alguna, en
el Acto Puro de Dios (2). Pero el hombre no sólo no es su acto de
existir y, consiguientemente, existe finita y contingentemente, por
lo cual, como todo ser creado, necesita actuarse o perfeccionarse
con una actividad distinta de su acto substancial (3) ; sino que ni
siquiera es plenamente su acto esencial, sumergida como está su
forma en la potencia de la materia. Por no ser su acto de existencia
- como todo ser que no es Dios - es una esencia que tiene finita
y contingentemente existencia y a fortiori no es su acto de aprehen-
derse sino que ha de llegar a realizarlo con una actividad distinta
P) S. Thomas, De Verit., 10, 8.
(a) S. Thomas, S. Theol., I, 54, 2.
(3) S. Thomas, 5. Theol., I, 54, 1.
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
150 Octavio Nicolas Derisi
de su acto de ser substancial (Ł) ; y por no
pura forma - como las substancias enteram
tas: los ángeles - no está en acto de apreh
diatamente a sí mismo, sino que ha de act
cognoscente del ser de las cosas materiales
mente dado a su conocimiento de compue
y de cuerpo, a su intuición sensible (2) ; p
conocer las cosas materiales o exteriores p
Pero aun dejando toda esta fundamentac
hecho de experiencia la ausencia de esta au
de lo óntico existencial, indistinta del pro
tendida por el método fenomenològico exis
4. - La intuición que de hecho posee el h
sensible, exterior del mundo e interior d
trata de una verdadera intuición, pues los
inmediatamente la realidad existencial con
nuestra.
Pero se trata a la vez de una intuición que no aprehende sino
el ser concreto material: « esto colorado », « esto sonoro », nesta exis-
tencia concreta mía », sin aprehender formalmente el ser como tal.
En tal intuición es aprehendido el ser de las cosas, pero sólo materialmente como velado u oculto, no formal o expresamente como
ser. La razón metafísica de ello, la señala Santo Tomás en el impedimento que la materia ofrece a tal comprehensión; de la cual el
sujeto cognoscente no puede abstraer a causa de su propia materialidad. Si el ser es como tal inmaterial, no podrá ser encontrado
por una intuición material, que incide y aprehende, en cuanto tal,
el ser material concreto, en el que el ser formalmente está inmerso
y oculto en el no-ser de la materia y que, consiguientemente, en
lo que él es como ser, es aprehensible en potencia y no en acto.
Precisamente par esta imperfección de la intuición sensible de
no poder des-cubrir el ser formalmente - la esencia y aun la misma
existencia como tales, que en sí mismas son inmateriales, aunque
O Ibid.
(2) Octavio Nicolas Derisi, La Doctrina de la Inteligencia de Aristóteles a Santo Tomás, C. IV, Cursos de Cultura Católica, Bs. Aires, 1945.
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
El método, sentido y alcance de la investigación metafísica etc. 151
estén materialmente realizadas - es ella incapaz de captar el
objeto y sujeto en su formalidad propia y en su dualidad real. Ea
intuición empírica de los sentidos exteriores capta, sí, la realidad
objetiva y simultáneamente la realidad subjetiva concretas, como
términos de una tensión intencional; pero, al no penetrar hasta el
ser esencial de ambos, no puede aprehender las notas concretas
descubiertas de sus cualidades accidentales en el ser objetivo como
distinto del ser subjetivo; ni aprehender, por ende, formal o expresa-
mente la dualidad de objeto y sujeto . Aprehendiendo ambas realidades concretamente, la intuición sensible no aprehende formalmente la dualidad ontológica, porque no llega al ser , velado a sus
ojos materiales; ni, consiguientemente, plantear se puede siquiera
el problema del conocimiento: de si la realidad objetiva es realmente distinta o trascendente a la realidad subjetiva, y es que tampoco a ésta llega a captar formalmente tal. Como el ser mismo, que
es objeto del conocimiento intelectivo, también este problema gnoseo-
logico - con los consiguientes metafísico y moral - que se
plantea en un plano enteramente inmaterial u ontológico, queda oculto a sus ojos, totalmente insospechado, más allá de sus
posibilidades materiales fenoménico-concretas. Tal el caso de la vida
consciente de los animales o de la sensible del mismo hombre, si
bien en éste es más difícil aprehenderla desvinculada de la vida
intelectiva, es decir, del conocimiento espiritual.
5. - Ahora bien, si nos atenemos al análisis de la Ontologia
Fundamental , Heidegger no parece superar el plano de la intuición
empírica. En efecto, la intuición fenomenologica heideggeriana no
alcanza a descubrir el ser o esencia del mundo y de la propia existencia.
Por esa razón, por una parte, el mundo pierde consistencia
ontològica, reducido a fenómeno o ser que no es sino por el ser del
existente que lo percibe o, mejor, reducido a mero término o soporte
inmanente de la praxis o quehacer ex-sistencial. De aquí que el
mundo, tal cual se revela en esta intuición empírica infra-intelectiva,
no pueda concebirse siquiera como algo en sí, realmente distinto
de la existencia, ni ésta pueda darse en el mundo. Existencia y
mundo son los dos términos de una única realidad existencial dada
en intencionalidad o trascendencia, o, lo que es lo mismo, dada
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
152 Octavio Nicolas Derisi
como mundanidad o espacialidad. Heidegg
ción nos da la realidad existencial en su u
rando la dualidad de objeto - mundo - y
que posteriormente introduce la inteligen
realidad unitaria primera. Pero la verdad
de una unidad, que supera la dualidad int
gencia, se trata inversamente de una intu
alcanza a ver o de-velar una dualidad exist
que ella no logra ubicarse en un plano onto
mente tal, oculto a sus ojos materiales, y
tuales del intelecto son capaces de descub
ción sensible - en que parece quedarse He
visión en la obscuridad: la multiplicidad o
amalgama en una aparente unidad confus
más penetrante, realizada en plena luz, lleg
do uno por uno los objetos múltiples desa
dualidad en las tinieblas. El intento de He
del irracionalismo vitalista, de superar el
sujeto y objeto, en que se debaten realism
a una realidad integradora de ambos, no
imperfección de la intuición empírica, de
material que impide llegar al ser, que, c
Cuando desaparece el no-ser o limitación d
cimiento espiritual de la inteligencia, é
realidad del mundo y, correlativamente,
como a dos realidades distintas, precisa
de-veladas en su ser, por el que se cons
tintas.
Que Heidegger no supere la posición empirista, se deduce tam-
bién del hecho que suprime la esencia o substancia permanente
humana - o la desconoce totalmente - y la sustituye por su actualidad o « notas existenciales », como puro devenir o quehacer,
pura praxis, en que aquélla se manifiesta.
IyO inmediatamente dado en la intuición empírica interior es
la actividad concreta, que implica, sí, en su unidad la presencia
del sujeto o substancia que la causa o sustenta, pero que ella no
alcanza a des-cubrir formalmente. A la inteligencia está reservado
el penetrar en el acto existente concreto para distinguir entre la
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
BI método, sentido y alcance de la investigación metafísica etc. 153
actividad accidental transitoria y el sujeto permanente, que la
causa y sustenta y que es perfeccionado por ella.
Bo dicho antes de la experiencia sensible exterior, que no
alcanza a de-velar la dualidad real de sujeto y objeto, porque no
penetra hasta el ser y no llega a distinguir entre el ser real subjetivo
y sus modificaciones accidentales, y el ser real objetivo con sus cor-
respondientes accidentes, quedándose en una unidad fenoménica
de sujeto-objeto, destituida de ser, se aplica ahora al orden interno:
la aprehensión de la dualidad real de substancia y actos accidentales está reservada al conocimiento espiritual de la inteligencia,
que, penetrando hasta la esencia del acto concreto o nota existencial, descubre y distingue el sujeto permanente de su actividad
transitoria accidental con que aquél se perfecciona o actualiza.
Ba reducción del ser del hombre a sus « notas existenciales » « estar en el mundo », « quehacer », « cuidado », « proyecto », « decisión »,
« ser para la muerte », « temporalidad » e « historicidad finita » - en
una palabra, a pura actividad desde, por y para la nada, destituida
de sujeto real o de esencia y de causa eficiente y final - también
revelables sólo a la inteligencia - es otro indicio muy sugerente
de que Heidegger no trasciende el plano de la intuición empírica
ni llega al de la metafísica.
Pero ya el objeto mismo de la investigación de Heidegger, el
ser existente concreto y el modo de alcanzarlo: por una autodevelación o intuición inmediata indistinta del acto mismo de existir
concreto material, no es directa e inmediatamente revelable más
que a la intuición sensible, que no lo alcanza como sert por esas
mismas condiciones materiales tanto suyas como del objeto. Ba única
aprehensión del ser formalmente tal es espiritual, es de la inteligencia. Pero la inteligencia humana no es capaz de tal aprehensión
intuitiva de lo singular concreto; aprehende el ser, por abstracción
conceptual y sólo indirectamente capta el ser individual concreto,
según expondremos en la Segunda Parte de este trabajo. Para lograrse una intuición de lo existente concreto fuera menester un
ser enteramente inmaterial o espiritual en acto de aprehender
- sujeto - y de ser aprehendido - objeto - ; y para que además
se lograse por una intuición identificada con el propio ser aprehendido fuera menester un Acto Puro, en quien inteligibilidad e inteligencia, ser y pensar, fuesen idénticos. Pero en un sujeto que es
1 1
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
154 Octavio Nicolas Derisi
también material, como el hombre, no cab
aprehenderlo inmediatamente que no sea el
no tenemos más intuición material que la
eso, decimos que ya el intento mismo de la
del ser existente concreto, pretendido por
mejor decir, implica lógica y necesariamen
rista de tipo sensista.
6. - Ahora bien, conviene advertir, sin
tuición empirica se detiene en lo fenoménic
en la esencia constitutiva del ser - y en su c
existencia - ni en su consiguiente dualidad
mundanales y de yo o sujeto cognoscente, y
dente. Sólo en la luz del ser real - actual o posible - se puede
descubrir la auténtica realidad trascendente e inmanente y la íntima estructura del sujeto y objeto, compuestos de existencia y
esencia y de substancias y accidentes. La intuición empírica simplemente no llega a des-cubrir ni a ver el mundo metafísico o del
ser como tal. Pero tampoco lo niega ni podría negarlo , pues para ello
necesitaría aprehenderlo y de alguna manera ubicarse en el plano
inmaterial inteligible del ser y dejaría de ser ipso facto aprehensión
empírica para convertirse en espiritual, intelectual.
En cambio, el empirismo es una posición filosófica y, como tal,
de la inteligencia , que se aferra a no admitir más que los datos o
fenómenos manifestados por la experiencia, negando un objeto pro-
pio de la inteligencia. Con lo cual ya no se detiene simplemente en
los datos empíricos, como la experiencia, sin afirmar y negar el
ser, objeto de la inteligencia y de la Metafísica, que la trasciende;
sino que con la inteligencia niega precisamente la existencia del ser,
del mundo inmaterial ontologico, pretendiendo encerrar todo el ser
en su aparecer fenoménico.
Mas si la experiencia es un conocimiento imperfecto, por dete-
nerse en los fenómenos concretos sin llegar al plano estrictamente
metafisico del ser, el empirismo, en cambio, es una posición filosófica
falsa, que con la misma inteligencia niega el objeto de la inteligencia: el mundo de las esencias reales, trascendentes o más allá de
los fenómenos empíricos. Lo cual implica no sólo una extralimitación de los datos empíricos - que no pueden afirmar, pero tampoco
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
El método, sentido y alcance de la investigación metafísica etc. 155
negar la realidad esencial - sino sambién una evidente contradicción : la de negar todo objeto trascendente a la experiencia, negación que no puede hacerse sin apoyarse y sin afirmar ese ser trascendente negado, que, como objeto trascendente da consistencia y
sentido a la negación; o, lo que es equivalente, la de negar el valor
propio de la inteligencia con la misma inteligencia.
7. - Ahora bien, Heidegger reincide en esta actitud empirista,
cuando no se atiene puramente a la intuición empírica de « estar en
el mundo » y demás « notas existenciales », sino que, en actitud intelectual, se coloca más allá de la pura experiencia - con sola la
cual, por lo demás, no habría filosofía, que es obra esencialmente
de la inteligencia - y quiere reducir a ella el ser del mundo y de
la existencia concreta, negando toda esencia - objetiva y subjetiva - trascendente a ellos. Vale decir, que Heidegger no sólo se
detiene en los datos de la experiencia sin llegar al plano de la
esencia constitutiva - en lo cual no habría error, bien que sería
imposible todo juicio y filosofía - sino que en actitud empirista
quiere encontrar en esos mismos datos y sin salir de su plano riguro-
samente empírico el ser de la existencia humana y, en él, el ser
del mundo.
L,a diferencia entre el neo-empirismo de Heidegger y el empirismo clásico - y en pos de las huellas de éste, el positivismo del
siglo pasado - está en que éstos simplemente negaban o juzgaban
inaccesibles el mundo del ser en sí, de las esencias reales - en acto
o en potencia - y, con ello, declaraban imposible la Metafísica
- agnosticismo - ; mientras que la filosofía de la existencia de
Heidegger y, en general, el existencialismo están conformes con él
en no admitir este mundo de esencias y ser en sí - revelable sólo
por vía intelectiva - y la consiguiente Metafísica u Ontologia
tradicional, de tipo intelectivo y de esencias objetivas, y en reducir
el ser y verdad a su aparecer o presencia en la conciencia; pero se
diferencia de ellos, en querer encontrar el ser del mundo y de la
existencia en este plano de la intuición empírica, en la propia con-
ciencia. El ser de la existencia - en la que es o se hace presente
el ser del mundo y en la que, añade ahora, es el ser o presencia
por la que es el ser de la propia existencia y del mundo - dirá
Heidegger y, en pos de él los existencialistas, no está ni por encima
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
156 Octavio Nicolas Derisi
ni por debajo, ni antes ni después, sino só
como auto-elección o creación libre, como
que se agota en su propio aparecer . Es de
Heidegger y del existencialismo - a difere
sico - no abomina de la Metafísica sino
de la Metafísica y pretende llegar al ser
empírica o intuitiva, en la que el ser se ag
degger) o en su aparecer (Sartre). Bajo est
existencialismo son tributarios más que de
vitalismo , cuyo representante máximo y
a su antiintelectualismo - ha sido Henri Be
Precisando aún más esta compleja posic
que en virtud del objeto y método de su i
de hecho en los datos de la intuición emp
orden esencial del ser en sí que los trasci
inteligencia, como lo hemos visto a travé
sin superar esos datos - hasta aquí con el empirismo clásico Heidegger y el existencialismo pretenden de-velar el ser oculto en
ellos por una intuición indistinta del propio ser de la existencia y
construir así una Metafísica u Ontologia existencial empírica irracio-
nalista - una Ontologia Fundamental - en que lo óntico o ser concreto existencial se convierte en ontológico por sus des-cubrimiento
de sí ante sí en la conciencia por un acto no 'distinto de la misma
ex-sistencia concreta, por un acto no de contemplación, sino de
/ adicidad o libertad ; siguiendo en esto las huellas del vitalismo,
especialmente de Bergson, bien que con un acento marcadamente
materialista en pos de Nietzche.
Ahora bien, ya hemos notado que la afirmación de tal intuición no sólo está contradicha por nuestra experiencia, sino recha"
zada por los principios de la Metafísica. Fuera de que tal precisión
encierra la confusión del orden de la realización del ser como debe-
ser o deber llegar a ser - actividad práctico-libre - con el de su
aprehensión - actividad contemplativa del ser como es en sí.
Y si no existe tal intuición espiritual del ser, desde que excluye
además la inteligencia, Heidegger se queda de hecho en el empiri sf1) Cfr. Nimio DE Anquin, El Bergsonismo , anagogìa de la experiencia ,
Sol y Luna, n. 6, pag. 13 y sgs., Bs. Aires, 1941.
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
El método, sentido y alcance de la investigación metafísica etc. 157
mo, y el ser por él buscado y afirmado en su Ontologia Fundamental
no supera el orden puramente fenoménico, no llega al ser real, al
ser formalmente tal, ni, por ende, logra ubicarse en una posición
extrictamente metafísica. Claramente lo afirma Sartre apurando las
consecuencias de este empirismo radical que también está en Heidegger, cuando niega que haya un fenómeno o apariencia de un
ser y en sí oculto y más allá de ella, sino que no hay más ser que el
ser de su fenómeno : el ser consiste y se agota en su aparecer , la
realidad es puramente fenoménica . Otra vez el retorno al esse est
percipi del empirismo clásico.
Los últimos escritos de Heidegger, lejos de modificar, confirman esta posición suya, empirista desde un comienzo. El ser y la
verdad se identifican con la presencia en el ser de la existencia, en
la consciência del Dasein. Los entes del mundo y el ente de la propia
existencia o Dasein no llegan a ser sino en cuanto se hacen presentes, en cuanto penetran en la presencia del Dasein. La diferencia
de los entes del mundo y de la propia existencia en favor de ésta,
del Dasein , está en que la presencia o ser de la conciencia, por el
que son o llegan a ser los demás entes, se realiza siempre en el
Dasein y aunque no se identifiquen o coincidan con él; mientras que
los entes del mundo carecen tal privilegio y no llegan a ser sino
en cuanto penetran en el ser o presencia, que sólo se da en el ser
o conciencia de la existencia o Dasein (Ł).
Vale decir, que el ser de los entes - tanto del mundo como de
la propia ex-sistencia - no se da sino en la presencia o patencia
en su penetrar o aparecer en la ex-sistencia, en cuanto ésta es el
único ente en que esa presencia o de-velación del ser es posible,
o sea, el único ente consciente. La develación del ser de la propia
existencia se da siempre ; no así la de los otros entes, cuyo arribo a
dicha develación ontologica es un punto que permanece inexplicado en Heidegger (a).
Con lo cual se está afirmando la realidad o ser de los entes sólo
en cuanto están en la conciencia existencial y se los está minimizando a su estar presente , a su aparecer . Es verdad que Heidegger
(*) A. De WaEEHENS, Chemins et Impasses de l'Ontologie Heideg -
gerienne , pág. 39 y sgs., Nauwe laerts, Louvain, 1953.
(2) Ibid.
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
158 Octavio Nicolas Derisi
no niega su ser real, en sí, trascendente y
pero tampoco lo afirma ni parece interesa
un problema que rebasa las posibilidades
análisis fenomenologico existencial y que, po
do puede conservar y mucho menos recib
la de la inmanencia existencial. Si los ente
el ser, y el ser o presencia no es sino en
de cuyo ser o presencia participan y por
entes, no se ve qué sentito pueda tener la
ser trascendente, que sólo podría ser y est
la ex-sistencia. Todo ser queda comprometi
dado en el ser de la propia ex-sistencia, q
sino temporalidad e historicidad.
Por debajo de todo ese planteo y solución e
el empirismo antiintelectualista, que impid
en su realidad absoluta, en sí, trascendent
pide llegar a la esencia o substancia y que
fenoménico; el cual, destituido de aquel v
substancial - en el cual logra sustentación
accidental - está privado de toda consistencia o realidad en sí
y no puede ser sino en el ser o presencia del que lo capta - otra
vez: esse est per dpi - ; ser inmanente a su vez también des-esen cializado y que no es sino por la nada y, en definitiva, él mismo
nada .
De aquí que en esta posición empirista, el ser alcanzado no sea
del ser auténtico, el ser de la Metafísica: aquello que da realidad al
hombre y a las cosas, constituyéndolos en sí mismos y en lo que
verdaderamente son. El ser está reducido a su presencia o aparecer -
apariencia o fenómeno - en la ex-sistencia concreta, cuyo ser a
su vez no es sino pura temporalidad o devenir des-esencializado -
anonadado - finito. El ser no es sino en esta relativización total,
que, en definitiva, es nada. Es la nada, por eso, quien funda y da
sentido al ser de la ex-sistencia, en quien a su vez se funda y sostiene todo otro ser, que no es sino por él. Ex nihilo fit ens, dice
Heidegger.
Esta posición empirista de tipo irracionalista es quien impide
alcanzar el ser auténtico - no sólo la esencia sino también la exis-
tencia genuina, constitutivas de la realidad - que trasciende el
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
El método, sentido y alcance de la investigación metafísica etc. 159
orden de los fenómenos inmediatamente dados en la experiencia,
y lo sustituye por su aparecer o presencia fenoménica. Todo el
análisis existencial y la búsqueda de su fundamento no trasciende
en Heidegger el plano rigurosamente empírico. Y una vez que la
realidad exterior e interior, de mundo y de yo, ha sido privada
de ser, sólo queda un puro aparecer destituido de toda trascendencia
- y también de toda inmanencia - posible, se retorna al solipsismo
idealista, pero no por absorción de la realidad trascendente en un
Ser absoluto y divino, sino inversamente per disolución de toda
realidad en la nada : por nihilismo.
Semejante tesis empirista se agrava aún más en Heidegger y
en el existencialismo, en general, por su irracionalismo, que pervierte y trastrueca también el orden puramente fenoménico objetivo en un desorden de fenómenos caóticos y sin sentido, puramente fáctico o creador. El esse ya ni siquiera es el percipi , una
aprehensión del fenómeno objetivo puramente subjetivo, pero que
se impone al sujeto; sino que el esse est fieri, tm puro autocrearse
desde la nada, por la nada y para la nada, destituído de todo
autentico ser: ex nihilo fit ens .
Y llegamos así a la sustitución de la verdad por la libertad,
como pura y total autoelección del ser de la existencia. El ser de
la existencia no es algo que es en si y que aprehendemos como
verdad', es un llegar o, mejor, un querer llegar a ser, una pura auto-
libertad creadora de sí misma. Y así se llega a la confusión del
orden de la contemplación del ser dado, cual es en sí, con el de la
práctica o acción modificadora del mismo: a la sustitución y absorción de la verdad por la libertad.
En última instancia, lo que en Santo Tomás es el Ser o Acto
Puro, por cuya participación parcial eficiente, final y ejemplar los
demás seres son en su esencia y llegan a tener existencia, es la nada
para Heidegger y el existencialismo.
De aquí que, pese a sus pretensiones ontológicas, Heidegger
no alcance el ser extrictamente tal ni logre ubicarse en un plano
rigurosamente metafísico, y que el objeto de sus investigaciones
resulte un híbrido : un objeto fenoménico de la intuición empírica
tratado como si fuese el ser de la Metafísica, y reducido además a
pr adicidad o f adicidad pura. Con lo cual sus investigaciones resultan también una Pseudo-ontologia, una Pseudo-metafisica, una
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
ióo Octavio Nicolas Derisi
inquisición acerca del ser , del ser d
en un plano empírico material,
inmaterial - no se manifiesta ni p
temente, es sustituido por su prese
do de su auténtica realidad, un a
como si fuese un verdadero ser.
La inquisición heideggeriana, en última instancia, constituye
una investigación de intención inicial metafísica por descifrar el
sentido del sert comenzando por el ser de la existencia humana;
pero ala vez un esfuerzo metafísico frustrado, a causa de no haberse
colocado en un terreno enteramente inmaterial - único en que
se de-vela y manifiesta el ser , comenzando por el ser de los entes
materiales, dado, bien que de una manera oculta, en la intuición
empírica - por no haberse colocado a su vez en el único camino
capaz de alcanzarlo y que no es otro que el de la aprehensión totalmente inmaterial o espiritual del conocimiento conceptual y
judicativo del entendimiento.
Por eso, tras la apariencia de una semejanza entre el objeto
de la investigación metafísica en el Tomismo y en el Existencialismo, hay una radical diferencia: el intelectualismo tomista busca
el ser o esencia inteligible, inmaterial, de las realidades concretas,
fenoménicamente aprahendidas en la experiencia; en cambio, la
inquisición de Heidegger , aunque dirigida también a descubrir el
ser de la realidad existente, sin embargo, por las razones del método
irracionalista apuntadas, semejante búsqueda del ser no puede trascender el plano de la empiria material, donde el ser en verdad
permanece formalmente oculto, y es sustituido por un pseudo-ser :
la « presencia » (Heidegger) o «el ser del fenómeno » (Sartre), vacío
de esencia y de auténtico ser realt y la Ontologia o Metafísica es
sustituida por una pseudo ontologia , que, destituída de su verdadero
objeto, en vano forcejea por encontrarlo, y sólo logra sustituirlo
con sus apariencias.
Tal falta de visión del ser está [determinada por el empirismo ,
en que se ubica Heidegger y existencialismo; el cual, en última
instancia, trasciende la intuición empírica y su objeto - e incapaz
de captar un objeto en sí mismo inmaterial, como es el ser.
Desde esta misma raíz empirista del existencialismo de Heidegger se comprende por qué las mismas notas existenciales , de
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
BI método, sentido y alcance de la investigación metafísica etc. i6i
temporalidad e historicidad, en que se de-vela el ser de la existencia
concreta humana, no sean sino en su aparecer actual : el pasado y
el futuro con la misma muerte - que clausura y da finitud al ser
de la existencia - constitutivos del ser de la existencia, no son
sino en su aparecer actual en la conciencia. El ser de la existencia
no es sin pasado ni futuro, pero pasado y futuro con la misma
muerte no son sino por y en la presencia del presente .
De esta raíz del neo-emprismo irracionalista surgen también
las demás notas del existencialismo heideggeriano: a) un larvado
materialismo - que en Sartre arroja la mascara - , que no supera
las notas existenciales o aparecer dado en la intuición, de facto
empírico-sensible, según lo ya expuesto; b) un psicologismo - así
llamó Husserl a la filosofía de Heidegger - que reduce o funda
todo el ser en el ser de Dasein , y a éste a su vez lo reduce a devenir
existencial o temporalidad e historicidad ; y c) un agnosticismo me-
tafísico, que hace imposible la aprehensión de todo ser inmanente
y trascendente al puro aparecer.
8. - Este neo-empirismo irracionalista va a desembocar aún
más lejos, si cabe: al nihilismo , al ateísmo , al inhumanismo y al
amoralismo más radical. En efecto, un ser des-esencializado , que no
llega a ser y se queda en su puro aparecer o presencia, en rigor, es
un ser absurdo, que se deshace en la nada. Consecuencia que Heidegger y Sartre admiten en el sentido de que el ser de la existencia,
como pura ex-sistencia o facticidad o temporalidad des-esencializada, no es sino desde, por y para la nada. Ea afirmación de la
supremacía de la nada sobre el ser constituye el núcleo de esta
pseudo-ontologia, - tal como puede verse en Was ist Metaphysik que se devora a sí misma por la contradicción.
Y si con una intuición empírico-irracional no se puede llegar
hasta el auténtico ser, constitutivo del ser existente, hasta su esencia
inteligible, y sólo se aprehende su sucedáneo, este ser absurdo o
aparecer de la ex-sistencia, desde el cual es imposible alcanzar el
ser real - en acto o en potencia, inmanente o trascendente - se
ve que mucho menos se lo puede trascender para alcanzar su causa:
su Causa eficiente primera y su Causa final última, sobre todo; y
que esta inquisición híbrida de intuición empírica, tratada como
intuición metafísica, no puede salir de la inmanencia existencial,
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
IÓ2
Octavio
Nicolas
Derisi
y que es imposible en tal filosof
aun como posible, que trascendie
originaria, participara el ser de
del ser del hombre dentro de un
ción de la Ontologia fundamental
lógicamente está excluida de la in
cial de Heidegger, cualesquiera
últimos escritos, en los que podr
los vínculos del ser existencial c
del
que
aquél
sería
sólo
una
pa
afirma que, si bien el ser o pres
presencia de la existencia - con
bargo con él.
Igualmente, perdido el auténtico ser trascendente e inmanente,
sin esencia humana y sin Fin o Bien trascendente a ella, se pierden
los dos puntos ontológicos necesarios, de partida y de llegada, del
perfeccionamiento humano y, consiguientemente, se hace imposible
una auténtica Moral individual y social, y pierde todo sentido el
verdadero humanismo y cultura , como obra de desarrollo específicamente espiritual del hombre; se sigue el amoralismo más radical
y el hundimiento de todo lo humano en el caos de la vida inferior
instintiva y material sin control del espíritu. Y es por aquí, por
donde el existencialismo tiene sus conexiones con el materialismo
marxista y con el materialismo freudiano.
En síntesis , que la intención metafísica primera de Heidegger
es malograda por su posición metodológica anti-intelectualista, que,
desde el comienzo de su obra, le priva del único camino de acceso
a su verdadero objeto, el ser inmaterial , el cual, en cuanto tal, es
inteligible o aprehensible por la inteligencia, y por su intento, intrínsecamente vinculado a su método anti-intelectualista, de alcanzar de un modo directo e inmediato la realidad concreta, la
existencia propia, por una intuición, que, precisamente por quedar-
se en lo individual - que lo es tal por su materia (cfr. P. II de
este trabajo) - no puede trascender los fenómenos empíricos y
dejar de ser ella también material o sensitiva, con la consiguiente
imposibilidad de acceso al ser, oculto en su inmaterialidad esencial
a esta visión material, y con el lógico trastrueque y deformación
de la realidad y del objeto de la Matafísica, que toma como objeto
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
El método, sentido y alcance de la investigación metafisica etc. 163
suyo, como ser, lo que es únicamente su presencia o aparecer fenoménico dado en la experiencia; trastrueque agravado por el irracionalismo, que aun a tales fenómenos los convierte en un aparecer
fáctico , sin sentido y absurdo, y que culmina en un inmanentismo
absoluto puramente existencial y contradictorio.
II
9. - Todo el esfuerzo filosófico de Santo Tomás se dirige a
penetrar y develar el ser de las cosas y del hombre y, por él, alcanzar el Ser de Dios.
Ya dijimos que aparentemente Heidegger dice lo mismo. Sin
embargo, hay una diferencia radical en el camino en que se coloca
la investigación de uno y otro y, consiguientemente, en el término
a que aquélla realmente conduce.
En Santo Tomás la inteligencia no está dejada de lado y, si
bien está determinada a obrar de acuerdo a la limitación de su
propio ser y a las condiciones materiales de su ejercicio, está sal
vaguardada en todos sus derechos y en todos su alcance ontológico
y empleada de acuerdo a las exigencias de su propia esencia, como
el único medio legítimo para alcanzar el plano inmaterial, en que
se descubre y aprehende el ser.
El valor de la inteligencia no puede ser demostrado sin una
flagrante petición de principios: sin suponer ese valor, ya que éste
sería demostrado por la misma inteligencia. Pero a la vez el valo
de la inteligencia, añade Santo Tomás (x), no puede ser negado n
puesto en duda ni, por eso mismo, necesita demostración; ya qu
todo intento de negarlo o ponerlo en duda se apoyaría en dicho
valor. En efecto, la inteligencia ni siquiera puede formular una ne
gación y una duda sin sostenerla en el ser trascendente, como en
su término objetivo, y en el principio de contradicción, que le da
sentido de negación o de duda. Sin este ser y este principio ningún
juicio de la inteligencia conserva sentido siquiera, y la actividad
mental misma se hace imposible y se diluve en lo impensable.
(x) In Metaphysicam, 1. IV, n. 343.
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
ióą Octavio Nicolas Derisi
Siempre que formulamos un juicio: qu
dudamos, afirmamos o negamos o dud
iectum o ser trascendente o distinto al pr
sentido de identidad - juicio afirmativ
tidad - juicio negativo - o de no ver si
tidad - juicio dudoso - , con lo cual [es
cipio de contradicción y el valor objetiv
inteligencia. Si cuando dudo algo, pudi
principio de contradicción o del valor d
se derrumbaría y acabaría mi duda, pue
y no dudar sería lo mismo, cosa que ta
formular sin aquel principio. Como un
se le quita la columna vertebral se desh
se derrumba y se diluye en el caos el pe
contradicción y sin un ser trascendent
Por lo demás, la inteligencia no pued
su capacidad de aprehender el ser trasce
aprehenderlo, consiguientemente, de a
para negarlo; con lo cual su esfuerzo, por
resulta imposible, porque contradictorio.
De este modo Santo Tomás deja asegu
mento con que poder llegar a aprehende
física, y que no es otro que el de la i
hemos visto antes (n. 5) que, fuera de
no posee otro medio de llegar a aprehende
10. - Frente a la realidad concreta, exterior e interior, intui-
tivamente dada en la experiencia sensible desde su aspecto accidental o fenoménico, la inteligencia penetra hasta la esencia , develando así el ser constitutivo de la realidad. Eos sentidos perciben
la realidad o el ser existente concreto; la inteligencia, en cambio,
cala y llega hasta lo que la realidad es, hasta de-velar aquello por lo
que la realidad es lo que es, tal realidad: el ser desde su esencia.
Inversamente, mientras los sentidos perciben la realidad en su
riqueza individual existente, la inteligencia no logra penetrar y
de- velar su esencia sino a costa de sus notas individuantes existen-
ciales. Es un hecho de conciencia que nuestra inteligencia no aprehende las esencias sino abstracta y umversalmente. La esencia
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
Kl método, sentido y alcance de la investigación metafísica etc. 165
individual, lo que la realidad es en su ser individual concreto,
escapa a su aprehensión directa y queda siempre velado en su
misterio ontologico intransferible.
Más aún, de la esencia específica de la cosa la inteligencia
empieza por aprehender sus notas más universales, y únicamente
en nuevos actos, cada vez más penetrantes, va descendiendo y
descubriendo sucesivamente las diferencias genéricas más próximas
a la realidad individual, sin alcanzar nunca la última diferencia,
exclusiva de ésta. Más todavía, si exceptuamos la esencia del propio
hombre, nuestra inteligencia ni siquiera llega a conocer ninguna
esencia por su diferencia última específica. Esta deficiencia de
aprehensión intelectiva de la esencia por su inteligibilidad específica, hace necesario al hombre el conocimiento sensible para aprehender por sus manifestaciones exteriores materiales tal esencia,
y más todavía para aprehenderla en su individualidad concreta.
La organización del estudio de estos caracteres sensibles, como
manifestación fenoménica de la realidad esencial, da origen a las
ciencias inductivas o empíricas, que vienen así a suplir, con sus
conocimientos generalizados de los datos empíricos, la visión de la
esencia inteligible, velada a la aprehensión directa de la inteligencia.
Esta doble ümitación de la inteligencia en la aprehensión del
ser individual: la de no aprehender la esencia existente individual
y la de no aprehender siquiera la específica, que es un hecho de
conciencia, encuentra una fundamentación metafísica en la doctrina
aristotélico-tomista de la materia. En efecto, la materia, el principio
por el cual las cosas materiales son tales, es un principio de limitación, una potencia o no-ser del ser : « no es la esencia, ni la cualidad,
ni la cantidad ni cosa alguna con la cual se determina el ente »,
dice Aristóteles (*) ; es un puro no-ser o no-acto real en el seno del
ser. Por eso, la materia no añade ninguna determinación o nota
específica a la esencia; simplemente recibe y coarta la forma y las
notas específicas, que ésta implica y trae consigo como acto esen-
cial. La forma, y el principio determinante de la especie por
ella dado, puede multiplicarse una y otra vez sin ser modi(*) Met., VII, 3, 1029 a 20.
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
1 66 Octavio Nicolas Derisi
ficado en sus notas constitutivas
individualiza (x).
Ahora bien, la materia no puede s
por la inteligencia, por carecer de
es indirectamente, como limitación o
la inteligencia humana en los seres
aprehenda la forma, el principio de
notas constitutivas, abstracta de las notas materiales. Y como la
materia es principio de individuación, y únicamente lo individual
puede existir como tal (2), sigúese que la inteligencia directamente
sólo aprehende la esencia universal o abstracta de las notas individuantes y de la existencia concreta.
Por otra parte, la inteligencia humana no es inteligencia de
una substancia espiritual completa, sino de un alma espiritual unida
substancialmente a la materia, con la cual constituye el compuesto
humano, principio del conocimiento sensible. Esta unión substancial del alma espiritual con la materia hace que aquélla no logre
ponerse en contacto con su objeto formal, el ser en sí, por intuición de las realidades entera o puramente inmateriales, espirituales,
sino sólo mediante la intuición sensible, y, por ende, comenzando
por los seres materiales, únicos inmediatamente dados, a esta intuición. Esta condición material del hombre es quien impone a su
inteligencia de un alma o substancia espiritual incompleta unida
al cuerpo, esta carga de sometimiento al ser material para alcanzar
y des-cubrir en él su objeto formal propio: el ser. Pero, como el ser
material, así inmediatamente alcanzado a través de la experiencia
sensible, en su realidad existente concreta no es inteligible en acto
a causa de su principio material - directamente inasible en sí
mismo por la inteligencia por eso - que sumerge en su potencia
al acto esencial o forma, la inteligencia no puede captar directamente este ser singular y sólo lo aprehende después de abstraer
su forma o acto inteligible de su materia/ es decir, como esencia
abstracta o universal.
(x) Aristóteles, Met., V, 6, 1016 b 32; y Santo Tomas, In 1 c.,
lect. 8, n. 876; In Boët. De Trin., 4, 2 ad 4; y 5. Th., III, 77, 2.
(2) El universal a parte rei es contradictorio, pues sería uno y múl-
tiple a la vez en el mismo orden de la realidad existente.
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
BI método, sentido y alcance de la investigación metafísica etc. 167
ii. - Por eso, la pretensión de Heidegger de aprehender intui-
tivamente lo singular concreto como ser o acto, es imposible;
porque si es aprehensión del ser , es aprehensión del acto o de lo
inmaterial del ser material y sólo es aprehensible, como tal, por el
conocimiento espiritual o intelectivo; y si es intuitivo del ser mate-
rial concreto, no puede ser aprehensión del ser formalmente tal,
ya que el ser y todo lo que de ser hay en la realidad, como tal es
inmaterial. No se puede hacer, pues, Filosofía inmediata o intuitiva
de los singular (^.
De aquí que lo singular concreto material - como es también
el hombre - no pueda ser aprehendido como ser , sino sólo indirectamente, dice S. Tomás ajustándose a un análisis de gran penetración psicologica: por integración de la esencia abstracta , captada en
el concepto, en su realidad existente concreta en el juicio. Recién
cuando la inteligencia devuelve las notas esenciales inteligibles a
la realidad existente concreta, de donde fueron tomadas por abstracción, y siempre desde esta esencia , la inteligencia ilumina y
aprehende de este modo inteligible, bien que indirectamente, como
de soslayo, el mundo de la realidad individual concreta (2).
El intento ontològico imposible de Heidegger de aprehender
directa o intuitivamente, por vía no intelectiva, el ser de la existencia propia, lo ha llevado a suprimir la realidad esencial - objeto
formal directo de la inteligencia - ya tratar como objeto de esta
intuición los objetos que realmente sólo lo son de la intuición sensible - los objetos tales cuales se aprehenden, suprimida la inteligencia - ya tomar como ser , como realidad constitutiva de esta
realidad existente concreta, y objeto de la Metafísica, lo que realmente es manifestación y devenir fenoménico de ese ser, y objeto
de los sentidos y de la ciencias empíricas. Con este trastrueque
de objetos no sólo ha reducido, la realidad existente concreta,
privándola de su verdadera esencia - objeto de la inteligencia sino que la ha deformado positivamente al buscar el ser en esa
realidad así disminuida y deshecha ontològicamente; y lo más grave
(*) Cfr. Octavio Nicolas Derisi, Tratado de Existencialismo y To-
mismo, c. X, n. 5.
(2) 5. TheoL, I, 84, 7.
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
1 68 Octavio Nicolas Derisi
es que lo realiza contradictoriamen
convirtiendo y tratando como ser
lo es, sino sólo su efecto y manife
una palabra, ha instalado la Metafí
posible alcanzar y descubrir su obje
que por su mismo concepto de acto
inmaterial aun en las cosas materia
miento espiritual de la inteligenci
sólo es su manifestación fenoménica
En cambio, S. Tomás, reconociend
a la condición humana de la intelig
ese plano ontologico por el camino arduo y penoso - y hasta
humillante - de la abstracción de las notas materiales, a partir de
los datos de la intuición sensible, hasta descubrir así el acto esencial
o forma constitutiva del ser, su esencia , siquiera desde sus notas
más genéricas o universales, para luego penetrar y captar también
inteligiblemente la realidad individual del ser existente concreto,
bien que sólo de un modo indirecto, desde aquella esencia integrada
en éste en el juicio.
12. - Santo Tomás no se queda, pues, en el plano empírico
de lo individual concreto, como Heidegger, en el cual no es posible
alcanzar el ser formalmente tal ni realizar, consiguientemente, una
investigación. metafísica; sino que en el mismo ser real, concretamente dado pero oculto a la experiencia, penetra, mediante la abstracción de las notas materiales, hasta el plano más profundo,
inmaterial, del ser como tal, para descubrir la esencia constitutiva
del mismo y desde ella alcanzar inteligiblemente, bien que de un
modo indirecto y por retorno a la intuición empírica, la misma
existencia concreta.
Centrada la inteligencia en su objeto formal propio, la esencia
de las cosas materiales, desde ella la inteligencia no sólo se apodera
de la existencia real de las mismas en el juicio, del modo expuesto,
sino que por un nuevo esfuerzo de abstracción, llega a despojar
al ser de toda materia - sensible e inteligible o cuantitativa a reducirlo al ser en cuanto ser , y lograr de este modo ubicarse en
un plano estrictamente metafísico. En efecto, lo que da sentido e
inteligibilidad a una realidad es su ser o, más precisamente aún,
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
Hl método, sentido y alcance de la investigación metafisica etc. 169
es su esencia , sus notas constitutivas, que provienen de su acto
esencial o forma. Lo que impide la inteligibilidad de ésta es lo que
en ella no es, que proviene de la materia, la cual no incluye nota
alguna determinante y es pura indeterminación, limitación: pura
potencia, y que, por eso, en cuanto tal, no es directamente inteligible ni aprehensible por la inteligencia.
De aquí también que la inteligencia encarnada del hombre para
ponerse en contacto con el objeto de la Metafísica, el ser en
cuanto ser , a partir del ser material - el ser inmediatamente dado
a través de su intuición sensitiva - haya de someterlo a un proceso de inmaterialización total del mismo - que es lo mismo que
de abstracción de la materia individual, sensible e inteligible para lograr así y, por eso mismo, su total inteligibilidad o aprehen-
sibilidad por la inteligencia.
El ser , pues, es inteligible en la exacta medida en que es, y lo
es en la medida de su inmaterialidad o liberación del no-ser de la
materia, o de su acto: ens et verum convertuntur . Por eso, el objeto
de la Metafísica, el ser en cuanto ser, es enteramente inteligible,
porque es enteramente inmaterial - al menos por abstracción y por ende, y correlativamente, sólo aprehensible por vía intelectiva. La Metafísica es, pues, una empresa que únicamente puede
llevarse a cabo en un plano enteramente inteligible y por vía de
inteligencia, porque su objeto, - - el ser en cuanto ser - únicamente
puede revelarse por abstracción o liberación de todo no-ser o materia, por y en la inmaterialidad total, porque sólo en ella logra el
ser su total de-velacion e inteligibilidad. En síntesis, que si el objeto
de la Metafísica es enteramente inmaterial, también el sujeto que
lo aprehende no puede ser sino el espíritu enteramente inmaterial,
en función aprehensiva, es decir, la inteligencia.
13. - Sin embargo, conviene precisar este objeto de la Metafísica en Santo Tomás, porque si el ser no alcanza su plena inteligibilidad sino en cuanto logra despojarse de todo lo que no-es o, en
otros términos, de su materia y en cuanto alcanza así su entera
inmaterialidad o acto) y si, por otra parte, la existencia está esencial-
mente vinculada a lo individual, desde que el universal - unum
in multis - a parte rei es contradictorio; y si, finalmente, la indivi-
duación dentro de la misma especie - tal como vemos acontece
12
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
170 Octavio Nicolas Derisi
en los sere'¿ corpóreos - no se realiza sino
la forma o acto esencial por la materia; s
el ser inmediatamente dado a la inteligenc
la Metafísica, que se logra por nuevos pro
partir de aquél - es la esencia universal o a
individual concreta; al menos en lo que el
porque por su noción misma implícitamen
racteres, aun los más individuales y conc
Metafísica, no es, directa e inicialmente e
en su acto de existir, no es la existencia sino el ser como nombre
o como esencia .
Pero esto no quiere decir que el ser aprehendido en la Metafísica no incluya y se dirija, como a su término definitivo y meta
suprema, a la existencia. En efecto, la esencia no es sino aquello
por lo que un existente - en acto o en potencia - es lo que es, es
esto o aquello. En una palabra, la esencia no eß sino un determinado
modo de existir. Pero ser o existir - en acto o en potencia - como
esto o aquello, el ser un modo determinado de existir, no tiene
sentido sin la existencia . Esta y, en última istancia, la pura y real
Existencia - Dios - , fundamenta y constituye las esencias como
otros tantos modos finitos necesarios de participabilidad ad extra .
Por el mero hecho de ser o existir, la existencia a se fundamenta
necesariamente todos los infinitos modos finitos de ser o existir , las
infinitas esencias finitas. E inversamente, sin la real e infinita Exis-
tencia de Dios las esencias perderían todo sentido, dejarían de ser,
y nada habría ni posible ni imposible. De aquí que el hecho mismo
de la posibilidad y inmutabilidad y necesidad de las esencias implique
e incluso constituya un argumento para llegar hasta la Esencia
que es la pura existencia , a la Existencia de Dios.
De ahí que si el objeto formal de la Ontologia sea el ser como
nombre, es decir, directamente aprehendido desde la esencia , tal
objeto implique a la vez la Existencia y, en última instancia, se
dirija como a su meta definitiva y se sostenga en la pura e infinita
Existencia.
Pero hay más. Da existencia real de los seres existentes es
también objeto que a la Metafísica toca esclarecer en sí y en sus
causas. Para explicar el hecho de la existencia de las esencias , que,
siendo de sí contingentes o indiferentes para existir, sin embargo
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
BI método, sentido y alcance de la investigación metafisica etc. 171
existen y en la medida finita de sus notas constitutivas, es preciso
que exista una Esencia que sea su Existencia , una pura Existencia,
por participación causal de la cual - en orden de la causalidad
eficiente, final y ejemplar - hayan alcanzado el acto de existir
aquellas esencias.
14. - Y porque en verdad una vez alcanzado el concepto de
ser - esencia o modo capaz de existir - a partir del ser real
material dado en la intuición sensible, apoyándose, no ya en la
esencia de este ser material, sino en su existencia finita y contingente y en la del propio sujeto cognoscente, después de descifrar
la esencia de estos seres - de los seres puramente materiales, vivientes y sensitivos del mundo , y material-viviente-sensitivo y
espiritual-intelectivo- volitivo del hombre , en la filosofía natural y
psicología - desarrollando las exigencias ontológicas implicadas en
el hecho contingente de tal existencia real - que rebassa todas las
notas y propiedades de la esencia - , la Metafísica llegará a probar
la Existencia del Ser cuya Esencia es Existencia , la Existencia a se
y divina y a aprehenderla en la luz inteligible de su objeto formal:
el ser en cuanto ser. En efecto, en posesión intencional o inmaterial
del ser - esencia y existencia - de las cosas del mundo y del propio
hombre, la inteligencia descubre la finitud y contingencia de esos
seres, provenientes de la distinción real de su esencia y existencia:
las cosas del mundo y el propio hombre no son sino que tienen
existencia, y la tienen no necesaria sino contingentemente , es decir,
sin ninguna exigencia de su esencia, indiferente para tenerla o no;
y finitamentet es decir, en la medida de la determinación de las
notas esenciales: la existencia es acto realizante de una determinada
- de ésta o aquélla - esencia.
Ahora bien, el hecho de la existencia de tales seres, no puede
explicarse por sola la esencia de las cosas del mundo o del propio
hombre, que de sí es indiferente ni exige tal existencia , sino que la
tiene gratuita o contingentemente recibida de otro ser trascendente,
que les comunica la existencia que él ya tiene en acto y, en definitiva - puesto que un recurso a otro ser existente hasta el infinito
o sine finey sin llegar nunca al primero, existente por sí, llevaría la
negación del hecho mismo de la existencia de los seres del mundo
y del propio ser del hombre, dado en nuestra experiencia - al ser
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
172 Octavio Nicolas Derisi
que tenga de sí o por su propia esencia la
a se, es decir, que sea la misma Existencia
su concepto mismo, infinito, omniperfecto y
Se logra así una vision metafisica del se
el ser del mundo y del hombre es un ser
no es, sino que contingente y finitament
esencia - tiene o participa de la existencia
esencia, el hombre no es puro acto o form
ritual, sino forma o alma espiritual unida
materia. El ser del hombre - y también
así encuadrado dentro del ser total, alcanza esclarecimiento en sí
mismo y en sus causas trascendentes a él, dentro de una visión
integradora y unitaria del ser total . La Ontologia fundamental y la
Antropología quedan así integradas en una auténtica Metafísica: en
una Ontologia, que culmina y encuentra su última instancia y
razón ontològica en una Teología natural o Teodicea.
15. - De este modo, a partir del primer objeto de nuestra
inteligencia: el ser de las cosas materiales intuitivamente dadas en
nuestra experiencia sensible en su existencia concreta junto con
nuestro propio ser existente de sujeto cognoscente, el Tomismo no
sólo alcanza el objeto de la Metafísica en la inteligibilidad de la
inmaterialidad total, lograda por un triple y sucesivo esfuerzo de
abstracción de la materia - individual, sensible universal e inteli-
gible - , sino que, una vez en su posesión, mediante un raciocinio,
que parte del hecho de la existencia de aquellos seres materiales,
inmediatamente dados en la intuición sensible, y de nuestro propio
ser, dado en la conciencia, en la cima de su tensión llega a la Existencia misma de Dios, como a la Causa primera de donde procede
todo ser : de donde procede por participación necesaria el orden
esencial, constituyéndose así el mundo inmutable de las esencias
- objeto propio de la Metafísica - , y por participación creadora
libre y contingente el orden existencial, comienza a ser el mundo
cambiante de las existencias finitas y contingentes; y adonde todo
ser finito se dirije y debe retornar como a su Causa final última
o Bien supremo. La Ontologia o Filosofía del ser en cuanto ser se
extiende y complementa así con las demás partes de la Metafísica: con la Teodicea, con el estudio de la Causa divina: el Ser o
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
El método, sentido y alcance de la investigación metafísica etc. 173
Existencia pura, y con el de sus realizaciones creadas en la Ontologìa
del ser finito ; para terminar en la reflexión crítica o valorativa de
este conocimiento del ser de la Metafísica, es decir, en la Gnoseologia o Crítica fundamental. Con la Ontologia general , Teodicea, Ontologia del ser finito y Gnoseologia se constituye esta única Ciencia
suprema, esta Sabiduría que es la Metafísica.
Partiendo de la experiencia sensible, externa e interna - único
contacto inmediato con la realidad existente y fuente originaria
por donde, sin ser aprehendido en su formalidad propia, entra
oculto y como en silencio el ser en el hombre - y refiriéndose y
apoyándose constantemente en ella, por un proceso de inmaterialización abstractiva de la materia, la inteligencia se posesiona de su
objeto, el ser formalmente tal y, ya en un plano enteramente inteligible , realiza su obra estrictamente metafísica ; descifrando, prime-
ramente, el contenido real de esta noción inteligible suprema con
sus propiedades trascendentales - Ontologia general - y de la existencia que la realiza en su multiplicidad y diversidad esencial y
en los principios y causas que dan razón de ella - Ontologia del ser
finito - para alcanzar, en definitiva, la suprema Causa eficiente
primera y final última, la Existencia a se. razón ontologica suprema
- necesaria y libre , respectivamente - de toda esencia y existencia
- Teodicea - , y terminar con la reflexión crítica sobre esta Sabiduría metafísica , que la discrimine y la justifique en su justo valor
ontològico - Gnoseologia - .
16. - Y una vez que la inteligencia, desde la esencia de las
cosas materiales, inmediatamente dadas a su visión, ha conquistado
todo el ámbito del ser - esencia y existencia - del mundo, del
hombre y de Dios, todo el ámbito de la Metafísica', desde la esencia
del hombre y desde su dinamismo espiritual y desde su correlativo
Fin o Bien trascendente divino y de sus exigencias ontológicas
sobre la actividad de aquél, descubre también y configura el
camino y formula las normas de perfeccionamiento humano de la
Moral individual y social - familiar y política - , del Arte y de
la Técnica, en una palabra, de la Cultura y del Humanismo.
Visión filosófica o natural total del ser y del deber ser - teorética
y práctica - , que luego es divinamente acabada por una integración en una visión teológica o sobrenatural del ser y deber ser del
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
174 Octavio Nicolas Derisi
hombre, no ya como hombre sino como hij
Cristo e incorporado a El por la participac
que es la gracia.
17. - A causa de su posición metodológic
der el ser existente concreto por una intui
tigación heideggeriana no alcanza el verda
física - por no lograr su visibilidad inteli
total, que sólo la abstracción intelectiva
proporcionar - queda encerrada, por eso m
nencia existencial vacía de toda esencia , y
en la nada , sin posibilidad de acceso al ser
al mundo , al yo y a Dios y, por ende, sin po
al auténtico deber ser moral , cultural y hum
Ea investigación tomista, por el contrari
to formal propio de la inteligencia, la esen
de las cosas materiales, logra alcanzar, desd
objeto propio de la Ontologia - el ser en c
al ser inmanente del propio hombre y trasce
Dios , para conquistar todo el ámbito del
desde éste también el del deber-ser de la M
Técnica, e integrar de este modo el ser fi
hombre - en su esencia y existencia - dent
prensiva de todo el ser : logra, en una palabr
mental dentro de una Ontologia general , i
Ontologia del ser finito y en una Teodicea
mente en una Gnoseologia , en síntesis, de
como Sabiduría integradora de todo el ser
nera ontológica absoluta, el orden moral-c
deber-ser.
III.
18. - Si quisiéramos sintetizar desde su raíz los principios
solución del problema planteado del objeto y del método de la Meta
física - a propósito del sentido de la misma en Heidegger y San
Tomás - llegaríamos a las siguientes conclusiones:
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
El método, sentido y alcance de la investigación metafísica etc. 175
1. Desde que la materia es el principio de indeterminación
y limitación del ser, su no-ser , el objeto de la Metafísica, el ser en
cuanto ser y no puede ser sino enteramente inmaterial y, por consiguiente, inaprehensible en cuanto tal por vía empírico-sensible.
2. Tampoco puede ser captado por una intuición espiritual,
de la que el hombre carece, de acuerdo a su ser, que no es puro
espíritu, sino compuesto de forma espiritual y materia.
3. La inteligencia es quien tiene como ab jeto formal el ser
como tal, que es inmaterial ; y, por consiguiente, ella misma, como
su objeto formal, debe ser totalmente inmaterial o espiritual . Por
eso, si el hecho de tener como objeto formal propio al ser inmaterial
prueba la espiritualidad de la inteligencia, en el orden real o metafísico es la inmaterialidad total del intelecto quien hace posible la
aprehensión del ser en su formalidad propia.
Pero de acuerdo a su ser de inteligencia y alma espiritual
intelectiva, pero unida substancialmente a la materia, este objeto
enteramente inmaterial, que es el ser y no lo encuentra ella directa
e inmediatamente, por intuición de los seres espirituales, sino, a
través de la intuición sensible - única intuición que posee el hombre para ponerse en contacto con lo real concreto existente - y,
consiguientemente, en los seres materiales.
4. Pero como la materia o principio material de estos seres
corpóreos es el principio de limitación del ser, que sumerge su acto
inteligible en los senos obscuros infrainteligibles de su no-ser potencial, para llegar a aprehender el ser en acto de estos seres materiales, la inteligencia necesita hacerlos previamente inteligibles en acto ,
y para ello ha da abstraer o liberar su forma o acto esencial de sus
notas materiales. Esto hace que el ser primo et per se aprehendido
por la inteligencia humana sea el ser inmaterial de las cosas materiales : la forma o acto esencial abstracto de sus notas materiales
individuantes existenciales, la esencia abstracta o universal . Sólo
empobreciendo y despojando a la realidad material concreta de sus
notas materiales individuantes, el ser materiały la forma de los seres
materiales, se hace inteligible en acto, se de-vela o des-cubre en su
realidad íntima de ser ante la inteligencia.
5. Una vez en posición de ese ser o esencia inmaterial de
las cosas materiales, por prescindencia o abstracción formal de
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
176 Octavio Nicolas Derisi
toda materia sensible e inteligible o cuantit
ligencia alcanza el objeto de la Metafísica: e
ser inmaterial, con el cual puede significar
seres enteramente espirituales y al mismo Act
Dios, y comprender así todo el ámbito de la
Y una vez munido de este concepto con q
los seres espirituales, a partir del modo inmat
cimiento y apetencia libre, la inteligencia ll
cipio primero o substancial de la propia alm
existencia de los seres circundantes del mu
subjetivo llega con toda seguridad hasta la a
tencia a se o de Dios, cuya Esencia también
de un modo imperfecto por analogía, por n
ción y por eminencia de la perfección de la
inicialmente tomados de los seres materiales.
6. Mas semejante condición carnal de la inteligencia humana
es precisamente quien le impone a ella la obra estrictamente metafísica para llegar a aprehender su objeto propio, el ser en sí inmaterial: el tener que hacerlo, no por intuición de los seres espirituales o enteramente inmateriales - como acaece en la Inteligencia
divina y de los ángeles - sino por abstracción de la materia de los
seres materiales.
7. De aquí el dilema que ha estructurado las dos partes
primeras de este trabajo:
a) o se pretende la aprehensión intuitiva del ser del hombre
- y, en general, del ser material - y en tal caso no es posible
llegar al ser formalmente talě. 1) de parte del objeto, porque la materia
lo sumerge en su no-ser potencial, impidiendo su cognoscibilidad
en acto de ser en cuanto ser ; y 2) de parte del sujeto, porque tal
intuición pertenece también a un compuesto substancial de espíritu y materia y no a un espíritu puro, como sería necesario para
la aprehensión directa del ser totalmente inmaterial; y, por ambas
causas, objetiva y subjetiva, queda cerrado el acceso al plano enteramente inmaterial o inteligible de la Metafísica.
b) o se acepta el acceso al ser formalmente tal por la única
vía de aprehensión espiritual del hombre, que es la inteligencia
encarnada ; pero tal aprehensión sólo se puede lograr por el camino
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
BI método, sentido y alcance de la investigación metafísica etc. 177
de la abstracción intelectiva de las notas materiales individuantes de
los seres materiales , intuitivamente dados en la sensación interior
y exterior.
8. Como esfuerzo de conquista del ser en sí en todo su ámbito de esencia y existencia, a partir de los seres ontologicamente
más pobres y en el grado ínfimo de ser, que son les seres materiales,
por el penoso camino de la abstracción de la materia, la Metafísica
es el camino peculiar de indagación del ser , que impone al hombre
su condición de espíritu encarnado , de inteligencia de un alma espi-
ritual, unida y sometida a las exigencias de la materia en el ejercicio de su vida espiritual, no intrínsecamente o en la esencia de
su acto enteramente independiente de la materia, pero sí en razón
de su objeto, sólo dado y asible en la intuición de los sentidos
materiales.
Todos los intentos de Metafísica intuitiva: a) sea a la manera
panteista de intuición del Acto puro , ya en forma realista - Spinoza
- ya en forma idealista trascendental - Fichte, Schelling, Hegel,
Croce - ; b) sea a la manera angelista de intuición del propio ser
espiritual , ya en un mundo de ideas espirituales trascendentes
- Platón - , ya en el seno de la propia alma o pensamientos
- Descartes - ; c) sea a la manera empirista-sensista y positivista - Bocke, Berkeley, Hume y Comte - ; d) sea a la manera
empirista-vitalista - Bergson - o empirista-irr acionalista del existencialismo - Heidegger y Sartre - : están destinadas irremisiblementes al fracaso, fundadas como se hallan en un desconocimiento
de la vida espiritual propia del hombre y de su connatural modo de
acceso y aprehensión del ser, que no es sino el de la inteligencia
a partir de los datos de la intuición empírica y por abstracción de
su elemento estrictamente ontologico o inmaterial de sus notas de
no-ser de la materia.
This content downloaded from 201.34.129.101 on Tue, 18 Feb 2020 20:17:02 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms