Me Fecit

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Hoy en día no es raro que conozcamos quién ha pintado un cuadro o esculpido una estatua. Desde el siglo XV, los creadores de arte fueron elevados a la categoría de artistas, sacándolos del anonimato en el que habían vivido durante la Edad Media, pero no todos ellos se contentaron con realizar sus obras, algunos quisieron pasar a la posteridad rubricando sus creaciones a veces en lugares ocultos o difíciles de ver. Conozcamos como estos artistas lucharon contra el anonimato.

Podemos dividir en dos el testimonio de su existencia: las fuentes documentales o el soporte de la obra. Las primeras son las menores, los años transcurridos han hecho que muchos documentos de las obras de un edificio desaparecieran por incendios o humedades. Los mejor conservados son aquellos de fábricas grandes, como catedrales o monasterios, en su mayoría son contratos, veamos algunos de los que han llegado hasta nuestros días:

-Santiago de Compostela y el Maestro Mateo- se guarda en el archivo de la catedral, un documento que prueba que dicho maestro trabajaba en la construcción compostelana en el año 1168, en él se indica lo que cobra por su trabajo:

“Conviene a la regia majestad atender mejor a aquellos que le son conocidos por mostrar obediencia fielmente, y especialmente a aquellos que son notorios por dedicar sus servicios a los santuarios y lugares de Dios. Por estas cosas yo, Fernando, rey de las Españas, por amor de Dios, por quien reinan los reyes, y por la reverencia de Santiago, piísimo patrón nuestro, como pensión, te doy y concedo a ti, maestro Mateo, que posees la primacía y el magisterio de la obra del citado apóstol, cada año la percepción de dos marcos a la semana, sobre mi mitad de moneda de Santiago, y que lo que falte una semana sea suplido en la otra, de manera que esta percepción te represente 100 morabotinos anuales. Esta pensión, este don, te doy durante toda tu vida, para que siempre la tengas, y para la obra de Santiago, y sea mejor para tu persona; y aquellos que vieran, velen y se dediquen con afición a la citada obra. Fernando II de León a 23 de Febrero del año 1168.”

-Catedral de Pamplona y de Santiago de Compostela y el Maestro Esteban- también conocido como el Maestro de las Platerías. En el Libro Redondo o Cartulario de la catedral de Pamplona encontramos el siguiente texto:

“Consta que en el año 1101 pasó a trabajar en la catedral de Pamplona, Esteban, maestro de la catedral de Santiago, que allí fue colmado de honores e hizo escuela, tan derivada en la escultura de la citada Puerta de Platerías que la identificación entre Esteban, el Maestro de las Platerías y el segundo maestro de San Isidoro parece segura”

-Seo de Urgell y Raimundo Lombardo- se conserva el contrato de obra, donde se detalla que Raimundo se hará cargo de la construcción de la bóveda, la linterna y las torres de la catedral, en el año 1175:

… te concedemos una pensión vitalicia de un canon para toda la vida a condición de que tú construyas las bóvedas de toda la iglesia…”

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Como soporte de la obra está la piedra de los muros, ésta ha podido sufrir el ataque voluntario, de aquellos que han borrado las firmas, o involuntario del paso de los siglos o de las inclemencias metereológicas. A veces existen dificultades a la hora de saber si el firmante es el que ha hecho la obra, el promotor o aquel que ha sufragado los costes de la construcción. Un ejemplo de esto lo vemos en los dos capiteles que se conservan del templo románico de Santa María de Lebanza (hoy día en el Harvard Art Museum/ Fogg Museum). En uno de ellos se lee lo siguiente:

“Petrus Caro prior (f)ecit ista eclesia et domus et laustra et om(ni)a que abe fudat era mccxxiii” alude al prior Pedro Caro que fue el promotor de la obra. Y en el otro: “isto arco fecit Rodricus Gustiut vir valdebonus militeorate pro illo”, probablemente Rodrigo Gustioz fue quien sufragó la realización del arco triunfal, al que pertenece el capitel.

003-arnau-me-fecit-sant-cugat-del-vallesEn raras ocasiones podemos encontrar un retrato del artista, como en:

-En el claustro de San Cugat del Vallés, en uno de los laterales de la panda este, encontramos al escultor representado en un capitel y al lado una inscripción donde se lee: “ Hec est Arnlli sculptoris forma catelli qui claustrum tale construxit perpetualet”, que quiere decir, “Esta es la imagen del escultor Arnau Catell o Gatell que construyó este claustro para la eternidad”.

-Revilla de Santullán (Palencia) en la segunda arquivolta interior de la portada  de la iglesia de San Cornelio y San Cipriano, junto con un apostolado, nos encontramos con el “retrato” del Maestro escultor que creó la fachada: “Micaelis me fecit”, que se representa con sus herramientas de trabajo y junto a él, un libro abierto, lo que nos indica que era capaz de leer, algo reservado para el clero y la alta nobleza en aquella época.

004-pedro-quintana-me-fecit-yermoEn su mayoría predominan las inscripciones en la piedra, unas con más datos que otras. Las primeras son del tipo monumenta, en las que puede aparecer la fecha de realización o de reforma del edificio; algunos ejemplos son:

-Santa María de Yermo: “Petro Quintana me fecit. Era MCCXLI. De Santa María.esta iglesia…pater noster. Por su alma”.

-Palacio de los Reyes en Estella: “phera gavs martinvs me fecit Rollan de Logronio”.

-Rebolledo de la Torre: “Fecit istvm portalem ioanes magister piasca”  en la ventana occidental de la galería. Alude a que Juan había trabajado antes para el Maestro de Piasca.

-San Miguel de Andaluz: “in nomine dini nri jhuxpi / in honor ex micael arcan / geli era mec quincuagen / a ii subpirianus me fecit”: (En nombre de Nuestro Señor Jesucristo en honor de San Miguel Arcángel en la era de MCLII [1114] Subpiriano me hizo).

-Santa Eulalia de Somballe: “dev]otissime petrus ep (iscop)us /[c]onsecravit ista baselica / [de] s(an)c(t)e eulalie dies xxk(a)l(enda)s f(eb)r(uaria)s /[i]n era mccv micael fecit” (El devotísimo Pedro, obispo, consagró esta basílica de Santa eulalia en el día XX de las calendas de Febrero, de la era de MCCV (año 1167) lo hizo Miguel).

005-pere-comacatedraldeleridalapida01-Seu Vella de Lérida: dentro del templo se encuentra la lápida fundacional, en la que se dice que el 22 de julio de 1203, el obispo Gombau de Camporrells, el rey Pedro el Católico y el conde Ermengol VII de Urgel, colocaron la primera piedra. También se menciona al primer maestro de obras: Pere de Coma, “Magister Operis Sedis Ilerdensis”, quien trabajó en la fábrica los últimos veinte años de su vida.

-San Isidoro de León: en un epígrafe funerario, encontramos que Pedro Deustamben fue el constructor de las bóvedas: “Hi qiescit servus Dei Petrus Deus tam ben qui super edificavit ecclesiam/hanc. Iste fundavit pontem qui dicitur de Deus tamben et quia erat[v]ir mire/ absti[nen]cie et multis[flo]rebat mir[a]cul? Sepultus ets hic ab Imperatore Adefonso et Sancia regina” No pone el año de su muerte, pero al aludir a los reyes Alfonso VII y Sancha, podemos decir que falleció en la primera mitad del siglo XII.

007-leodegario-me-fecir-san-guesaY las más simples, del tipo suscriptio, en ellas aparece el nombre del autor junto con me fecit. Podemos verlo en:

Monasterio de Leyre: “Magister Fulcherius me fecit” cuarto contrafuerte del muro norte.

Iglesia de Guerguitiain: “Petrus me fecit” en un capitel del interior.

Santa María de Sangüesa: “Leodaegarius me fecit”, está en el libro de María Mater, estatua central de la portada sur.

Monasterio de Puilampa: “Bernardus me fecit” en la arquivolta inferior de la portada.

Santa Eufemia de Collazos: “nicolao me fecit” lo situamos en la imposta oeste de la portada del crucero sur.

San Pelayo de Perazancas: “pelagio abas fecit”.

A veces sólo tenemos un nombre que alude al autor de la obra o bien su “Signum magíster”, eso quiere decir que esta persona es de rango más elevado, puede ser el Maestro del Taller. Lo podemos ven en Santiago de Agüero con Anoll o Sancivs en Loarre.

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Otra manera de conocer al autor de un trabajo, cuando no existe nombre, es haciendo un análisis comparativo de las formas representadas que encontramos en una zona, entonces podremos hablar de Maestro de … o de Taller de… . Por ejemplo, Petrus, el escultor de Guerguitiain, tiene una forma particular de representar los elementos vegetales, sobre todo los racimos de vid, cuya forma superior nos recuerda los báculos de los obispos, además siempre talla cabezas humanas en sus obras, todas ellas de igual factura, con lo que se puede asegurar, que este escultor trabajó por otros templos de la zona, donde no se ha encontrado su firma (todavía). En este caso conocemos el nombre, pero lo normal es que no sea así. Algunos maestros o talleres son:

010-san-clemente-de-taullMaestro de Jaca– hablamos de un escultor originario de Frómista, cuyas características son los relieves fuertes y un fino modelado de la talla, está muy influenciado por los modelos clásicos.

Maestro de Taull– dibuja los rostros de las figuras con realismo y estilización, en cuanto al color, predominan: el carmín, el azul y el blanco. Su manera de articular los espacios se considera perfecta.

Maestro de Agüero– o Maestro de San Juan de la Peña, fue un escultor y arquitecto que trabajó en la segunda mitad del siglo XII en la zona de las Cinco Villas (Aragón). En cuanto a su arquitectura, se caracteriza por el empleo de sillería, numerosos contrafuertes y portadas monumentales. En referencia a la escultura, destacaremos la representación de los ojos, grandes y desproporcionados con respecto al resto del cuerpo.

La próxima vez que visitemos un templo románico deberemos poner más atención a sus inscripciones, a lo mejor descubrimos una firma escondida. Probablemente nos habremos dejado algunos nombres importantes en el tintero, sobre todo de fuera de nuestras fronteras, pero sólo hemos intentado hacer un breve recorrido por aquellas personas que lucharon contra el anonimato, en unos años donde el conocimiento de las letras le estaba reservado a unos pocos.

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BIBLIOGRAFÍA:

  • A.A.V.V.: Enciclopedia del Románico. Palencia. FSMR, 2002.
  • BANGO TORVISO, Isidro: «Tesoros de España: El Románico». Espasa, 2000.
  • BUESA CONDE, Domingo: «Los Caminos de Santiago. Aragón, Somport y Jaca» Los caminos de Santiago. Arte, Historia y Literatura. Institución Fernando el Católico, 2005. pp 7-28.
  • POZA YAGÜE, Marta: «El artista románico (canteros y otros oficios artísticos)» Revista Digital de Iconografía Medieval, vol I, nº 2, 2009. pp 9–22.

Arquitectura Civil Altomedieval

A grandes rasgos, la arquitectura puede dividirse en tres tipologías según su función: religiosa, civil y militar. Muchos son los ejemplos de construcciones religiosas y militares que han llegado hasta nuestros días de época románica, y en menor medida los de funciones civiles, ya sea por el crecimiento de las ciudades, por la falta de uso o por los avances tecnológicos. A veces tenemos que valernos de documentos o de representaciones pictóricas para conocer su estructura, a continuación haremos un repaso de los vestigios que hoy en día podemos contemplar en España.

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La sociedad altomedieval es preeminentemente agrícola, por lo que hay que tener en cuenta que las ciudades son más rurales que urbanitas. La expansión urbana comienza a notarse en el siglo XI, siendo un hecho en la centuria siguiente. Son escasos los restos domésticos físicos que podemos contemplar en la actualidad, siendo la causa principal el crecimiento de la ciudad y los malos materiales con los que fueron edificados. Nada sabemos de las casas de las clases bajas, perteneciendo los restos a palacios o casas de la nobleza.

OLYMPUS DIGITAL CAMERASegún los restos de palacios que han quedado en España, podemos distinguir tres tipologías diferentes: el palacio real, donde habitaban los monarcas de manera permanente o temporal; los palacios episcopales y los palacios urbanos o casonas, donde se trasladarían los nobles a medida que la ciudad iba progresando. Sabemos que tenían varias plantas: la baja era un patio porticado, la primera albergaba una sala grande con múltiples funciones y en la superior se encuentran las habitaciones. El ejemplo que mejor se ha conservado lo encontramos en Estella: el Palacio de los Reyes de Navarra es un edificio de dos plantas (la tercera es un añadido del siglo XVI), del que sólo nos ha llegado su parte exterior, más en concreto las fachadas sureste, nordeste y noroeste y parte de la suroeste. Está dividido en dos cuerpos horizontales, separados por una imposta y rematada por una cornisa con canecillos, las esquinas están recorridas por columnas adosadas que enmarcan cada piso. La fachada más sudeste es la que nos muestra como pudo ser este palacio: en el piso bajo hay un pórtico abierto por cuatro arcos de medio punto que apoyan en machones. El piso noble formado por ventanales que no llegan a estar en eje  con la arquería y forman grupos de cuatro arquillos apuntados sobre columnas monolíticas.

En otra vertiente, tenemos el palacio episcopal de Diego Gelmírez en Santiago de Compostela, cuya planta tenía forma de T  y constaba de dos pisos. Se accede por medio de un pórtico que abre a un vestíbulo de pequeñas dimensiones dividido en dos tramos. Una vez traspasado nos encontramos en la estancia principal del piso bajo, se trata de una habitación rectangular separada en dos naves por medio de una hilera de pilares con columnillas adosadas, de cuyos capiteles nacen arcos fajones y formeros de medio punto, que sujetan una bóveda de cañón. Se ilumina gracias a los vanos del muro occidental. Sobre ella, hay otra sala de las mismas dimensiones, que hacía las funciones de comedor. En este segundo piso hallaremos una cocina y las estancias privadas fueron reformadas en siglos posteriores y que forman el travesaño horizontal de la T.

Otros palacios de los que se conservan restos o sabemos de su existencia fueron: en León el palacio de doña Berenguela y el de Alfonso VI, junto a la Catedral; el de Barcelona o el de los Reyes de Aragón en Huesca. En cuanto a palacios episcopales están el de Orense, Pamplona, Barcelona o Ávila.

OLYMPUS DIGITAL CAMERALas fuentes nos desvelan como eran las viviendas más modestas con una planta sencilla, formada por dos o tres estancias unidas directamente, es decir, sin espacios que las separasen entre sí. Las viviendas de la nobleza, al igual que los palacios, aunque de dimensiones más reducidas, constaban de dos pisos, estando en el de abajo la entrada, el salón principal y las cocinas y en el superior las estancias privadas, a veces se adosaba una torre en uno de los laterales. Es Segovia capital donde más restos de arquitectura doméstica se conservan, sobre todo cerca de la catedral, en el barrio de las Canonjías, allí veremos un buen número de puertas, ventanas o aleros de origen románico en fachadas que han sido reformadas a lo largo de los siglos. También encontraremos restos de casas en la ciudad de Zamora. 

En relación con las rutas de peregrinación y comerciales, surgirán los hospitales y los puentes. La iniciativa de crear hospitales surge cuando los monasterios se ven desbordados de peregrinos a los que atender. Su función primordial era la de prestar hospitalidad; bien alimentando al mendigo, ofreciendo reposo al peregrino o cuidando a los enfermos. Son fundaciones religiosas y reales en su mayoría, aunque también las Órdenes Militares y las corporaciones gremiales fundaron hospitales. El hospital dependía de los recursos económicos externos, en Roncesvalles, a los peregrinos se les lavaba la cabeza, se cortaba el pelo y se les afeitaba, se les daba comida y un camastro para dormir y también una asistencia espiritual. En otros hospitales menos poderosos, sólo se ofrecía comida y reposo. Todos los hospitales tenían en común una capilla y un cementerio y un pequeño huerto donde cultivaban plantas medicinales. Entre los más destacados están el de San Juan de Acre en Navarrete (La Rioja), Hospital de Órbigo (León), Santa Juliá en Besalú (Gerona), Santa Cristina de Somport (Huesca).

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005-puente-de-besaluLa construcción de un puente puede condicionar la creación de una población a su alrededor, como sucedió en Puente la Reina, donde sirvió para vadear el río Arga, y proseguir con el peregrinaje del Camino de Santiago; o bien puede tener un carácter defensivo, como el puente que da paso a la ciudad de Besalú. A veces, estos puentes sirven para que la ciudad crezca, tal y como sucedió con el arrabal de Triana a mediados del siglo XII. La mayoría de los puentes medievales tienen arcos de medio punto, con un número impar de arcos, que van creciendo a medida que se acercan al central, adquiriendo la forma de lomo de asno. En los pilares se colocan tajamares: curvos o angulares, para que resistan la embestida del agua cuando el río lleva más caudal, ya que distribuyen el agua o bien por los laterales o bien la dejan pasar por sus vanos. Los puentes podían ser de piedra, pero los más eran de madera, en ellos se ubicaban pequeños puntos defensivos, controles para pagos de peaje y también capillas o altares. Además del de Puente la Reina o el de Hospital de Órbigo, relacionados con el Camino de Santiago, podemos destacar el de Besalú (Gerona), Cangas de Onís (Asturias) o Zamora. 

Otro tipo de construcciones civiles fueron las fuentes- aljibes, las aceñas o molinos de agua, los  exconjuraderos,…

PENTAX ImagePara abastecer de agua a la población se contaba con fuentes – aljibes, cuyos antecedentes los encontramos en el uso público de las aguas de tradición romana. Estamos ante pequeños edificios de piedra, con planta rectangular cubiertos con bóveda de cañón al interior y al exterior es a dos aguas, con remate triangular. Se accedía a ellos a través de uno o dos arcos de medio punto, bajando unas escaleras se llegaba a la pila donde se almacenaba el agua. Para construirlas hay que cimentarlas a bastante profundidad. Encontramos algunos ejemplos en Piracés (Huesca) donde uno de sus lados se remata de manera semicircular y la bóveda interior está reforzada con arcos fajones; en Artaiz (Navarra) que tiene dos accesos; de época asturiana la Foncalada (Oviedo) compuesta por un canal de abastecimiento, un edículo que realza la salida del agua al exterior y un pilón destinado a retener el caudal, a modo de iglesias de una sola nave. 

007-acenas-xamoraEn el río Duero, a su paso por Zamora, se conservan las únicas aceñas románicas que hay en España. Las aceñas son mecanismos que funcionan en ríos con gran caudal, el termino molino se reserva para los ubicados en cauces de menor caudal. La comunidad  era la encargada de su construcción, mantenimiento y la producción de harina de trigo. Lo normal es que el rey las conceda a las comunidades religiosas, como sucede en este caso. Otra característica de las aceñas, es que son construcciones verticales, que en el caso de Zamora, son las más adecuadas. Para sacarles mayor rendimiento, se hacía una presa por medio del amontonamiento de piedras, para conducir el caudal del Duero hasta la rueda que movía la piedra de moler el grano. Se trata de construcciones de dos pisos con forma de barco, que soporta mejor la fuerza del agua.  

008-comunidors-san-benet-del-bagesEn Cataluña se levantaron unos pequeños templetes conocidos como comunidors, su función era la de ahuyentar los males del pueblo por medio de plegarias, de ahí que estén ligados a las iglesias. En una sociedad preeminentemente agrícola los peores males eran los fenómenos atmosféricos: tormentas, granizo, sequías,… También las plagas, las enfermedades, el demonio, etc. Estas construcciones pueden realizarse sobre los tejados de los templos de las iglesias o bien, como un edificio manera aislado, son de planta cuadrada, con cubierta piramidal y están abiertos por todas sus caras. En San Benet del Bages encontramos uno del siglo XII, sobre el crucero del templo. 

BIBLIOGRAFÍA:

  • A.A.V.V.: “Enciclopedia del Románico: Navarra I” FSMR, 2008.
  • ARIAS PÁRAMO, Lorenzo: “San Tirso, Foncalada y Santa María de Bendones. Guia del Prerrománico Asturiano” Ediciones Nobel, 2009.
  • CORRAL, Fernando Luis: Feudalismo y Molinos: La posesión de aceñas en Zamora del siglo XII. “Studia Zamorensia” Nº. 3. UNED Zamora, 1996, pp. 53-75.
  • GARMA RAMÍREZ, David de la: “Rutas del románico en la provincia de Segovia” Castilla Ediciones, 1998.
  • MEDIANERO HERNÁNDEZ, José María: “Historia de las formas urbanas medievales”. Universidad de Sevilla. Sevilla, 2004.
  • SITGES i MOLINS, Xavier: Els comunidors de la Comarca del Bages. “Dovella” Nº 28. Instituto Ramón Muntaner, 1989, pp. 47-50.

Técnicas para arrancar la pintura mural: el caso del MNAC de Barcelona

s6005882Todos hemos paseado o conocemos museos como el Prado, el MNAC, el Diocesano de Jaca, el Episcopal de Vic o el Museo de Artes Decorativas de Boston, todos ellos tienen en común que en sus salas se exponen ejemplos de pintura románica que en su origen pertenecían a un templo. Alguna vez nos hemos preguntado ¿cómo ha llegado esta pintura hasta aquí? Pues básicamente porque han sido arrancadas de su templo, por motivos variopintos, desde su protección por la precariedad en la que se encontraba el edificio, hasta por expolio, encargos de caprichosos coleccionistas. Hay tres técnicas diferentes para llevar a cabo este proceso, analizaremos cuáles son antes de meternos a analizar la particularidad del Museo Nacional de Arte de Cataluña (Barcelona):

La primera en aparecer es stacco a massello, o arranque en bloque. Se conoce esta técnica desde época de Plinio y Vitrubio, aunque se hizo muy popular en los siglos XVI y XVII, desapareciendo en el XIX, se sabe que hoy en día todavía se usa, puesto que es la manera que menos modifica el aspecto de la obra, tal y como veremos ahora. Como dice su nombre, consiste en arrancar la pared con la pintura literalmente, es 002-san-miguel-de-gormazun proceso costoso y muy complejo. Lo primero que se hace es limpiar y consolidar la pintura, para después, por medio de cola animal, protegerla con tela de algodón y cañamazo. Para saber cual es el grosor que hay que extraer se ponen unas sondas de acero en los bordes de la pintura, abajo se pone una guía metálica que unida con el soporte de madera reforzada, ayudará a la sujeción del muro cuando esté en el soporte. Luego se hacen unos cortes y se va horadando la superficie del muro detrás de la pintura, hasta que sólo permanezca unida por la parte de arriba. Una vez seguros de que nuestro soporte va a resistir el peso, cortamos esta parte. Después se desbasta la superficie muraria hasta llegar a las capas de preparación, es decir, hasta que lleguemos a las sondas de acero. Una vez realizado este proceso, podemos colocar el fresco en su nueva superficie y quitarle la tela protectora, a base de agua mezclada con alguna resina que impida que se lleve la pintura.

En el XIX comenzó a emplearse el stacco, técnica que separaba del muro la pintura con su preparación, respetando las irregularidades del muro y la originalidad de la obra, pero cuyos inconvenientes vienen dados por la rigidez del enlucido, que limita el trabajo a pequeñas superficies por miedo a que éste se rompa. Primero se protege la obra con la tela de algodón, dada la fragilidad de la capa de revoco, se coloca una tabla forrada con espuma por encima para asegurarlo. Para que se separe del muro, se golpea la superficie con mazos de goma y se emplean barras de hierro para hacer palanca, lo que puede provocar deformaciones en la pintura. Una vez separada, se procede a la colocación en su nuevo soporte, como se ha explicado antes. Esta técnica fue la que se empleó en San Miguel de Gormaz durante su restauración, había parte de los muros del templo que estaban en mal estado y había que sanearlos, así que se arrancó la pintura con el mortero para arreglar el muro y posteriormente se retornaba la pintura a su sitio por medio de una resina acrílica y consolidando el mortero original. En Santiago de Turégano pasó algo similar, para consolidar el muro se arrancaron parte de las pinturas con esta técnica.

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La técnica del strappo se conoce desde el siglo XIX y es la menos invasiva de las conocidas, consiste en separar del muro la superficie pictórica, aunque no siempre se quita todo su grosor, quedando a veces restos del dibujo preparatorio, como podemos ver en la pared de San Baudelio de Berlanga. Esta es una de las desventajas, otra es que cuando se asienta sobre un nuevo soporte, la pintura pierde su aspecto original, tanto en textura, la pared no siempre es una superficie lisa; como en color, a veces puede perder las veladuras o el tono varía dependiendo del soporte dónde se pegue, por eso sólo se emplea cuando el revoco se ha perdido y la capa pictórica está separándose por lo que no puede consolidarse la pintura, ya que ha perdido su adhesión. La ventaja es, que permite “levantar” grandes superficies curvas y que su coste es bastante barato; con este método, muchos templos han perdido su decoración pictórica a manos de expoliadores. Como en las anteriores, primero se protege la superficie pictórica, por medio de telas de algodón, se procede a cortar la pintura por los bordes y si hemos hecho bien la protección, tirando de la capa de algodón sacaremos la pintura. Una vez fuera del muro se limpia su parte trasera, a veces pueden darse retoques, y se consolida de nuevo el mortero. Se coloca en su nueva superficie y quita la tela de algodón como ya hemos explicado. La mayoría de las pinturas que vemos hoy día en los museos, como el MNAC, el Prado o el Diocesano de Jaca; han sido arrancadas con este método.

Hablemos ahora del museo que alberga la mayor colección de pintura mural románica: el MNAC y cuál fue el origen de esta colección.

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Desde finales del XIX se conocían las pinturas que decoraban los templos en la zona del Pirineo catalán, pero no sería hasta principios del siglo XX cuando una serie de estudiosos acudieran a San Clemente de Taull y descubrieran parte del Pantocrátor sobresaliendo por encima del retablo gótico que por aquel entonces cubría el ábside central de la iglesia y valoraran aquellas pinturas ocultas. De este expedición, organizada por el Institut d´Estudis Catalans, nacería la idea de la Junta de Museos de crear la colección de: “Pintures murals catalanes”, que daría a conocer todo este rico patrimonio. En 1911 se publicó una acuarela en la que se veía el ábside completo de  Sant Clemente de Taull, ya que se había retirado el retablo para que Joan Vallhonrat pudiera plasmarlo. En esta colección también se verían otros conjuntos murales de pintura catalana, como: Pedret, Sant Martí de Fenollar, Sant Miquel de la Seu d´Urgell, Santa María de Taüll,, Sant Joan de Boí, Santa Maria d´Aneu, Santa Pere de Burgal, Ginestarre de Cardós, Esterri de Cardós, Santa Eulalia d´Estaon,, Santa María de Mur y Sant Pere de Ager.

Gracias a esta publicación, se dio a conocer el incalculable valor del patrimonio que escondían las iglesias del Pirineo catalán, lo que supuso una nueva preocupación para la Junta, que desde ese momento luchó para que estas obras no fueran expoliadas por curiosos, anticuarios y coleccionistas, impidiendo que salieran del País de forma fraudulenta como ya había ocurrido en muchos otros sitios. La voz de alarma la dio la iglesia de Santa María de Mur, el comerciante de arte norteamericano Ignacio Pollak, compró las pinturas del ábside del templo y se las vendió a un coleccionista catalán, que las vendería a su vez al Museo de Artes Decorativas de Boston, dónde aún permanecen. Para llevar a cabo esta operación, Pollak contrató al estrattista italiano Franco Stefanoni, que junto con su equipo llevó a cabo la tarea de arrancar los murales. La Junta de Museos descubrió que había pinturas de otras iglesias incluidas en la trama, por lo que decidió tomar cartas en el asunto, comprando las pinturas para arrancarlas y llevarlas a Barcelona, como medida de protección. Se habló con Pollak y se llegó a un acuerdo, para lo cual fue necesario que la Junta solicitara un préstamo. El arrancamiento e instalación de estas pinturas se llevó a cabo desde 1920 al 23, al frente de esta operación estuvo Stefanoni, que era un experto en esta técnica y nada tenía que ver con el expolio del arte. Trabajó junto con Arturo Dalmati y Arturo Cividini, y emplearon la técnica del strappo, así fue cómo la decoración pictórica fue desapareciendo de los muros de las iglesias pirenaicas catalanas.

Una vez en Barcelona, se llevaron al Museu D´Art i Arqueologia en el Arsenal de la Ciudadela,  donde después de limpiar las pinturas y quitarlas la protección; con ayuda de yeso y estopa, se fueron colocando en las armaduras de madera con forma de ábsides que se habían fabricado para la ocasión en la casa Priu i Simón, los planos originales pertenecían a J.F. Ràfols.

005_pintures_murals_de_santa_maria_de_taullLa sección de románico fue inaugurada en junio de 1924, en su mayoría se expusieron pinturas pertenecientes al obispado de Urgell. El Museo ha seguido adquiriendo nuevos y viejos arrancamientos, enriqueciendo su fondo y garantizando la preservación de los murales. En noviembre de 1934 las colecciones se trasladan al Museu d´Art de Catalunya en el Palacio Nacional de Montjuïc, desde ese momento hasta nuestros días, la colección de románico ha sufrido cuatro instalaciones, la ya citada de 1934; otra en 1973 en la que la colección se exhibía con luz artificial que simulaba la luz de las velas; en 1995, bajo la supervisión de la arquitecta italiana Gae Aulenti, que dio mayor iluminación a la exposición y además propició que se vieran las armazones de madera de los ábsides. Y la última de todas, casi recién estrenada, verano de 2011, en la que no se han movido los ábsides, pero si se ha producido un cambio de iluminación que permite distinguir los volúmenes de los ábsides, y se han reintegrado las lagunas de la pintura, es decir, los espacios en los que no se conservaba el original románico, se rellenaban de pintura blanca o gris claro, esa pintura ha ido dañando la tela donde se asientan los originales, lo que suponía un peligro para su conservación. La solución que se ha tomado ha sido la de rellenar esos espacios con una argamasa hecha a base de la tierra de procedencia de cada mural, mezclada con cola de conejo y cal; a día de hoy, resulta efectivo.

Estos son todos los avatares que han corrido estas pinturas desde que fueron arrancadas de sus muros. La conservación actual ve esta solución como un espanto, puesto que hay que preservar la obra in situ, las pinturas románicas francesas pueden verse en sus templos. Pero si la Junta de Museos no hubiera actuado, a principios del XX, cuántos de estos murales permanecerían en sus iglesias. Se ha paliado su ausencia mediante la recreación de las pinturas bien por medio de un proyector como en Sant Miquel de Seu d´Urgell o bien mediante copias en los mismos edificios, como vemos en el Valle del Boi, así al menos, podemos hacernos una idea y además fotografiarlas con flash.

BIBLIOGRAFÍA

  • A.A.V.V: “San Miguel de Gormaz. Plan integral par ala recuperación de un edificio histórico” Junta de Castilla y León. Valladolid, 2008
  • A.A.V.V: “Madrid” Enciclopedia del Románico. FSMR, 2008
  • CASTIÑEIRAS, Manuel & CAMPS, Jordi: “Romanesque Art in the MNAC collections” Lunwerg. Barcelona, 2008
  • GROS i PUJOL, Miquel: “Museu episcopal de Vic. Pintura escultura románica” Ed. AUSA. Sabadell, 1991

INTERNET

  • Web del MNAC.
  • Sección de cultura de El País

La Técnica de la pintura Románica

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Sant Joan de Boí

En el presente artículo no vamos a hablar del tipo de pintura que se dio en el Románico, sino de cómo una pared llegaba a ser una magnífica pintura mural. La preparación del muro, los colores, de dónde se obtenían, etc.… No nos olvidaremos de los frontales de altar, tan abundantes en el románico catalán. Pero dejaremos para otro momento la miniatura, mucho más compleja.

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Santos Justo y Pastor. Segovia

Cuando vamos a ver un templo románico y nos quedamos de pie frente a él, nos encontramos un edificio que carece de pintura, digamos que está desnudo, en su origen esto no se había planteado así, la pintura formaba parte de las enseñanzas que la Iglesia quería transmitir al pueblo iletrado, perseguía el mismo fin que la escultura, y ambas estaban subordinadas a la arquitectura. Podemos dividir en dos tipos la pintura: las de temática docente, es decir, la pintura iconográfica que quiere transmitir un mensaje, y la decorativa, que simplemente otorga color y luminosidad al templo; como sucede en la catedral de Issoire, donde su interior aparece pintado, incluyendo las partes escultóricas (aclaremos que esta pintura es posterior pero que pretende recrear cómo fue el edificio en época románica). La pintura románica recibe influencias del mundo paleocristiano, donde  las basílicas se pintaban y decoraban con mosaicos. Esta tradición continúa con los edificios prerrománicos, como la iglesia asturiana de San Julián de Prados donde vemos pintadas representaciones arquitectónicas. También son importantes los conceptos estéticos provenientes del mundo bizantino, cuyo carácter es claramente formativo. Tanto la estética como la temática de estas pinturas deben mucho a los códices y miniaturas prerrománicas, sobre todo a los Beatos mozárabes y a las Biblias carolingias y otonianas.

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San Isidoro de León

¿Pero qué preparación requería la superficie antes de empezar a pintarla?

En un muro, la técnica más empleada era la pintura al fresco, modalidad utilizada desde la antigüedad hasta el siglo XIX, con épocas de más o menos esplendor. Consiste en pintar una pared, cuyo muro se ha tenido que preparar antes para que la pintura cobre consistencia y no se caiga. La clave está en el carbonato de cal que se forma mientras se seca el mortero y los colores aplicados en húmedo en él, ya que el agua se evapora al tiempo que absorbe del aire el anhídrido carbónico, formando carbonato de cal, con el que se consigue una película cristalina que protege y fija los colores, formados por tierras arcillosas y silicatos. La desventaja de esta técnica, es que requiere que se trabaje con rapidez, antes de que se seque, ya que cuanto más despacio se trabaje, menos posibilidades de corrección hay posteriormente, por eso era necesario que todo estuviera listo antes de empezar a trabajar.

Primero se aplicaban varias capas de cal y arena. La cal mezclada con la arena (siempre de río) o con polvo de mármol refuerza la pintura y los efectos del encogimiento durante el secado. Se dan tres capas, en las que dependen las proporciones de ambos elementos:

  1. enfoscado (1/3 cal/arena y 1cm de grosor)
  2. revoco (1/2 cal/arena y 7 mm de grosor)
  3. enlucido (1/1 cal/arena y 3-5 mm de grosor).

Las dos primeras capas debían estar lo suficientemente húmedas para que la última: el enlucido, retrasara su secado, ya que esta capa era la que recibía el dibujo y los colores. El enlucido necesitaba una superficie rugosa para poder adherirse con mayor facilidad, gracias a la cal tenía un tono más claro, tirando a blanco, que el de las capas anteriores. Antes de realizar el dibujo previo, se alisaba con una yana.

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Veracruz de Maderuelo

Al contrario que en otras épocas, no nos han llegado bocetos o dibujos previos de las pinturas que se realizaban en los muros, por lo que desconocemos si se hacían o no. Sí que sabemos, que el mismo muro era el que recibía el dibujo antes de darse la pintura. Se dividía la superficie de manera geométrica y se realizaba un trazo previo con polvo negro de carbón. Posteriormente se efectuaba un repaso del dibujo estarcido por medio de pincel y agua, para que profundizara más y fijara los contornos más claramente, esta fase recibe el nombre se sinopia. Y acto seguido se procede a incluir los diferentes colores de los que constará la obra. Respecto a los colores decir que los pigmentos se mezclaban con agua de cal para que agarraran a la superficie. Los más empleados fueron: ocres/amarillos, almagras (rojos), azul, blanco, verde y negro, que fue fundamental para perfilar rasgos y contornos dando mayor expresividad a las figuras, animales y decoración. Serán tratados como tonos fuertes debido a que las pinturas se tenían que ver con poca luz. ¿De dónde salían estos colores?

negro- conocido desde la Antigüedad: el negro humo, que se obtenía del hollín que se producía de quemar grasas y aceites, el negro tierra, negro mármol y el negro vid, efecto de la quema de madera de vid. Los romanos usaron el negro hueso resultado de la quema de huesos.

blanco- desde la Antigüedad se obtenía el blanco del carbonato cálcico, blanco yeso y también del hidróxido de calcio o cal muerta.

ocre/amarillo– desde la Prehistoria, se sacaba de la tierra. El Siena natural es un amarillo sacado de tierra rica en hierro y manganeso

rojo– desde la Antigüedad, se toma de tierras con gran cantidad de óxido de hierro.

marrones- de sombra de hueso natural y tostada.

azul– desde Egipto, de la piedra lapislázuli.

verde– desde la Antigüedad por medio de tierras y desde Egipto gracias a la malaquita.

005 frontal de Urgell, M.arte de Cataluña , 1150-2
Frontal Seu de Urgell

Finalizaremos hablando de la pintura sobre madera. La temática era la misma que en la pintura al fresco, así que también cumplían la misión de adoctrinamiento de la Iglesia. La técnica más empleada es la del temple, en la que los pigmentos se mezclan con colas animales, huevos o caseína (proviene de la cuajada de la leche), siendo los dos primeros los aglutinantes más empleados durante la Edad Media. Diremos que las piezas de madera que se pintan son esculturas y piezas de mobiliario, como baldaquinos o frontales y en las clases más nobles, algunos muebles. Lo primero que se hacía era escoger la madera, lo normal era usar la de los árboles de la zona, siendo las más frecuentes: el nogal, el pino, el abeto, el chopo, el abedul, el cedro o el álamo blanco. Después de tapar las juntas con telas de lino, se iniciaba el preparado. Según lo encontrado tras analizar diversos frontales de altar, la técnica predominante era dar una capa de yeso con cola animal, su grosor dependía del estado de la madera; aunque también hay tablas que carecen de preparación y otras en las que se ha pintado sobre una base de pergamino o tela encolada. A continuación se realiza el dibujo, la mayoría de las veces con un punzón sobre la capa de yeso y luego va la pintura, que se barniza con clara de huevo. Los colores empleados son los mismos que con la pintura al fresco, pero a diferencia de ésta, en la pintura al temple podían hacerse retoques posteriores.

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Frontal de Altar de Alos de Isil

La superficie rectangular del frontal de altar solía dividirse, lo habitual era colocar la figura más importante en el centro y a su alrededor se ubicaban otros personajes o escenas; otra opción que se dio fue la partición de la tabla en registros horizontales o bien una sola escena en el frontal. Las tablas laterales solían distribuirse con una sola escena que ocupa toda la superficie. Los marcos se decoraban con formas geométricas y vegetales. Como excepciones, encontramos frontales decorados con relieves de estucos, una pasta compuesta de cal apagada, mármol pulverizado, yeso o pigmentos naturales; disuelta en agua y mezclada con cola animal, y también con tallas de madera.

BIBLIOGRAFÍA:

  • ARIAS PÁRAMO, Lorenzo: “La Pintura mural en el Reino de Asturias en los siglos IX y X”.  Librería Cervantes. Oviedo, 1999.
  • GRAU LOBO, Luis A.: “Pintura románica en Castilla y León”. Junta de Castilla y León. Consejería de Educación y Cultura. Valladolid, 2001.
  • SUREDA PONS, Joan: “La Pintura románica en Cataluña”. Alianza Forma Editorial. Madrid, 1995.

El Románico del Camino de Santiago: Vilar de Donas

001 Templo

El Camino de Santiago está jalonado de magníficos templos, tanto fuera como dentro de nuestras fronteras. Algunos son “gigantes” muestras de románico, como Vezelay, Fromista o el propio Santiago de Compostela; pero también encontramos edificios más modestos, que logran maravillarnos a pesar de no ser tan conocidos como los anteriormente citados. Aprovechando un viaje que hice a Galicia, me acerqué la iglesia de San Salvador de Vilar de Donas, fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1931.

El templo se asienta en el concello lucense de Palas de Rei, se dice que su nombre alude a que el rey visigodo Witiza había construido en estas tierras su palacio: “pallatium regis” (702-710) y aquí fue donde asesinó a  Favila, padre de Don Pelayo. Estos terrenos eran recorridos por la vía “Lucus Augusti”, que durante la Edad Media se usaría en el recorrido del Camino de Santiago, como así menciona el Códice Calixtino, citando a Palas como una de las paradas obligatorias antes de llegar a Santiago. A algo más de seis kilómetros nos encontramos con la aldea de Vilar de Donas, donde se encuentra nuestro monasterio.

Su origen no está muy claro debido a la falta de documentos. Sabemos que en 1194 se cede a la Orden de Santiago, por lo tanto la construcción ya estaba realizada o al menos en parte, como luego veremos cuando hablemos del edificio.

Varias son las hipótesis sobre su origen, la que se viene barajando desde un principio es que estamos ante una fundación femenina, de ahí el sobre nombre de donas, y que estas pertenecían a la familia Arias de Monterroso. En el siglo XII era frecuente la creación de monasterios familiares, de herencia visigoda; cuya función bien podía ser para expiar pecados, usarlo como templo funerario de la familia o bien como un lugar, relativamente privado, en el que una familia poderosa no tuviera que mezclarse con el vulgo, para rezar.

003 Motivos celtas

Otros dicen, que las donas son las mujeres de los caballeros santiaguistas, que una vez muertos sus maridos, se quedaban en el monasterio.

Y por último, una variante, que cada vez cobra más fuerza, es que el primer asentamiento de Vilar de Donas, fue hecho por monjes sanjuanistas irlandeses, ya que en la decoración del templo se ven representados monjes con la tonsura propia de los religiosos gaélicos y hay numerosos elementos decorativos de origen celta, como veremos más adelante.

Lo que se sabemos es que el monasterio pertenecía a Juan de Arias, deán de la catedral de Lugo, y a sus hermanos; que fueron quiénes se lo cedieron a la Orden de Santiago, más concretamente a su Maestre Sancho Fernández (lo era desde 1186) El motivo de esta donación se explica por el deseo de salvación de las almas de la familia Arias de Monterroso. En el documento hay una serie de cláusulas que se pueden agrupar en tres grupos:

  • las referentes al monasterio– ha de regirse por la misma regla que la casa madre; que se reunirán en Capítulo General una vez al año, los freires de toda Galicia; que en él se enterrarán los freires de origen gallego; y que los clérigos vivirán en clausura, en pobreza, obediencia y castidad bajo el mandato de un prior elegido por la casa madre.
  • las referentes a las relaciones con la casa madre– ésta no puede reclamar ningún tributo al monasterio de Vilar de Donas, salvo caso de necesidad, y se limitará a reformar, organizar y supervisar el régimen de vida que se lleve en el monasterio.
  • las referentes a las relaciones de los donantes con el monasterio– los donantes no podrán exigir ningún trato especial, serán recibidos igual que el resto de los visitantes, en caso de necesitarlo serán admitidos en el monasterio, donde recibirán sustento; si alguno quiere retirarse allí, será recibido gratuitamente; se comprometen a defender el monasterio y sus bienes y podrán seguir siendo enterrados en él.

Para terminar, decir que la desamortización de 1835 convirtió este monasterio en templo parroquial, y así permanece hasta nuestros días.

004 Cabecera

Ahora, después de estos apuntes históricos, recorramos cada uno de los rincones de este fascinante templo, al menos con la imaginación, esperando una pronta visita por parte del viajero. El edificio se construye en tres fases bien diferenciadas. Se sabe que el primer núcleo está en la capilla preexistente de San Lorenzo (siglo XII), que era de reducidas dimensiones, con un altar de piedra y dos puertas de arco de cantería, por una de las cuales se iba a las huertas. En su interior ya había sepulturas, tanto de las donas, como de freires santiaguistas. Posteriormente se fue ampliando con diversas dependencias, que rodeaban un patio, pasando esta capilla a ser la sala capitular; hasta que en el primer cuarto del siglo XIII empieza la construcción de templo románico.

planta villar donasEstamos ante un templo con planta de cruz latina de una sola nave, con cabecera triabsidal a la misma altura que la nave. Pertenecerían a la primera fase el ábside central y el sur, además del brazo del crucero de este mismo lado, donde en una puerta aparece incisa la fecha 1224. A la segunda fase pertenecería el resto del crucero y la absidiola norte, realizada con menos precisión a la hora de elegir los materiales y decoración más tosca. Por último se construiría la nave, con mayor anchura respecto a la cabecera, lo que obliga a estrecharla en la unión con el crucero; todo ello se fecharía en la primera mitad del XIII.

Al exterior, el ábside central está remarcado por cuatro pilastras que sustituyen a las columnas adosadas, que lo dividen en tres calles y a su vez lo separan del presbiterio. En cada calle hay un estrecho vano remarcado con un arco de medio punto que descansa en capiteles y finas columnillas. Entre el arco y los capiteles, a modo de cimacio, hay una imposta ajedrezada que recorre todo el ábside quedando a la altura de los absidiolos. Los ábsides laterales son de menor tamaño y como decoración, sólo tienen un vano central, con derrame interno. Se abren al brazo del crucero. Si seguimos por el lado sur, veremos, que en el lado más occidental del  transepto, está la citada puerta de la fecha; en el lado norte encontraremos otra similar.

005 Portada

Siguiendo el recorrido, llegamos hasta la fachada oeste donde nos encontraremos la zona más decorada del templo: la portada principal. Está precedida de los restos de un ante pórtico, en cuyo lado norte vemos tres arcos de medio punto ligeramente apuntados. La portada se encuentra en un cuerpo adelantado lo que permite el abocinamiento en arco de medio punto formado por cinco arquivoltas y enmarcada por dos gruesos contrafuertes. En la parte superior nos encontramos con tres estatuillas: San Miguel, San Bartolomé y la Virgen con el Niño y abajo un friso de arcos de medio punto que cubre la puerta en sí. Las arquivoltas centrales descansan en columnas de fustes lisos, entre los que hay finas columnillas. En todas las arquivoltas prima la decoración vegetal y geométrica: aunque podemos ver en la clave de la cuarta a un personaje con una filatelia, rodeado de flores de cardo, emblema escocés, y en la interior hay un pinjante con forma de capitel vegetal. Todo ello descansa sobre una imposta con motivos florales, que se extiende por los contrafuertes, ésta da paso a tres parejas de capiteles: en los dos exteriores se repite el tema vegetal; en los dos del medio vemos dos serpientes y un hombre con un libro en el lado norte, y en el sur a dos personajes de pie con algo entre sus manos y en los internos, en el lado norte hay dos dragones y en el sur dos arpías.006 Detalle herrajes

Prestemos atención a los contrafuertes, ambos baquetonados en sus esquinas y en donde continúa la imposta vegetal, como hemos citado ya; bajo esta imposta en el pilar del lado norte, se ha esculpido en su frente un escultor cincelando un motivo floral, cargado con sus herramientas y en el exterior una flor ya terminada. En el frente del contrafuerte del lado sur vemos una decoración de entrelazo muy similar a las representadas en los templos irlandeses. La puerta conserva los herrajes de época románica, chapas curvadas y enfrentadas entre sí, o bien rectas, que finalizan en ramificaciones palmeadas.

Por esta puerta accedemos al interior, a simple vista, nada diría que estamos ante un templo con triple cabecera, puesto que lo único que se ve desde la puerta es la nave con sus lápidas y sepulcros que desemboca en el ábside central, sólo avanzando hasta él podemos percatarnos de las absidiolas laterales. La nave se cubre con cubierta a dos aguas en madera y está dividida bajo el cuerpo de vanos por una imposta abilletada, todas las ventanas son en derrame interno y carecen de decoración. Antes de llegar al transepto el muro se estrecha por fragmentos de muro a los que se les han añadido  pilastras con columnas adosadas rematadas con capiteles vegetales, que sostienen un arco doblado de medio punto. El crucero, en su parte central, está cubierto por una bóveda de arista con gruesos nervios colocados después y los laterales presentan bóveda de cañón. Se tiene noticia de un derrumbe a principios del XX, en el lado norte del templo, que obligó a la reparación tanto de la cubierta del crucero como del ábside de este lado. Se accede a los ábsides por medio de arcos de medio punto que descansan sobre capiteles vegetales y columnas adosadas; entre ellos también están comunicados. La cubierta de los tres nace de una imposta lisa en los laterales y ajedrezada en el central, siendo de cascarón y de medio punto en el presbiterio del ábside central. Los ábsides laterales presentan un único foco de luz que es un vano abocinado con derrame interno, y el central tiene tres vanos muy estrechos con arcos de medio punto que descansan en esbeltas columnas de capiteles vegetales, están delimitadas, tanto arriba como abajo por dos impostas. En el cuerpo bajo del presbiterio se abren sendas hornacinas a cada lado, con arcos de medio punto delimitados por una línea de ajedrezado.

007 Interior

Antes de terminar, haremos mención a las maravillosas pinturas del siglo XIV que se conservan en el ábside central y el baldaquino del siglo XV que se encuentra en el brazo izquierdo del transepto.

Bibliografía:

  • CHAMORRO/GONZÁLEZ/REGAL: “Rutas románicas en Galicia/2”. Encuentro 1997.
  • NOVO CAZÓN, José Luis: “El priorato santiaguista de Vilar de Donas en la Edad Media (1194-1500)” Fundación Pedro Barrié de la Maza, 1986.

La “Edad Media” en otras civilizaciones

¿Qué es lo que se realizaba durante los siglos medievales en otras culturas? Recordemos que el término “Edad Media” es solamente válido para la cultura occidental y define unos mil años de historia europea, desde la caída del Imperio romano de occidente en 476 hasta el descubrimiento de América en 1492. Abarcaremos los siglos correspondientes a la Alta Edad Media. Como denominador común tienen las creencias religiosas propias de cada cultura, que marcarán la construcción de sus templos.

Cultura Ortodoxa

templo ortodoxo afuera

Comenzaremos por la cultura ortodoxa ya que comparten el cristianismo con los católicos. Es la heredera de las tradiciones cristianas del Mediterráneo oriental y se difundió por el este de Europa gracias al Imperio bizantino y al trabajo de un gran número de misioneros.

Estamos ante una arquitectura prácticamente religiosa, aunque también hubo edificios civiles. El material constructivo es el ladrillo forrado por piedra en el exterior y mosaicos en el interior. La planta centralizada es la predominante en sus iglesias, en menor medida encontraremos plantas basilicales y de cruz griega. Su interior está dividido en cinco partes, en vez de las tres de los templos católicos, son: un cuerpo principal o nártex, la nave propiamente dicha, diáfana ya que sólo encontraremos unos pocos asientos, para personas enfermas o lisiadas; y la cabecera o bema, que está precedida de un iconostasio, cerramiento calado en el que se colocaban los iconos pintados. Otra de las novedades de los templos ortodoxos, son las techumbres, se emplea en todo el edificio un sistema de cubiertas abovedadas, teniendo primacía la cúpula central, que constituye el quinto espacio, dentro del templo. Lo usual es que esté sobre pechinas y que se construya mediante hiladas concéntricas de ladrillo, a modo de coronas de radio decreciente que se refuerzan al exterior con mortero. Estas cúpulas semiesféricas serán sustituidas por las cúpulas acebolladas en el siglo XV, sobre todo en los países del norte, ya que esta forma permitía que no se acumulara la nieve en invierno, tipología que heredaron de los templo mogoles del siglo XII. A la cúpula central se le añaden otras cuatro en cada una de los brazos de la cruz. En la zona griega y macedonia estas cúpulas suelen estar rematadas por un reborde a modo de alero al exterior. Otros elementos que emplean son las arquerías de medio punto que descansan en columnas en donde el ábaco ha sido sustituido por el cimacio troncopiramidal decorado con símbolos cristianos y en cuyos capiteles podemos ver el capitel de estilo corintio tallado a trépano o bien un capitel cúbico de caras planas con relieves en dos planos.

Su decoración interior sigue el siguiente programa iconográfico: la Natividad se asociaba con Belén, el Bautismo con Jordania, la Anunciación con Nazaret, la Resurrección de Lázaro con Betania, los milagros con Galilea, el Milagro de los peces con Tiberia, la Ablución de los pies con el monte Tábor, la Pasión con Jerusalén y la Crucifixión con el Gólgota. La parte más importante es la cúpula, desde donde una imagen de Cristo Pantocrátor lo preside todo. Próximas, se desarrollaban las principales escenas de su vida, en las pechinas y en los arcos de su alrededor. Más abajo o en una capilla lateral, se documentaba el Antiguo Testamento. En el nivel inferior se representan de cuerpo entero figuras de santos, como intermediarios entre la tierra y el cielo y en el ábside iban los Padres de la Iglesia, responsables de la liturgia y su aplicación. A la Virgen se la representa en la bóveda del ábside, o bien de pie, mostrada de cuerpo entero, o bien sentada en el trono, sola o, a veces con un arcángel a cada lado; y en el muro occidental, con el tema de la Dormición. En las bóvedas más cercanas a las cúpulas hay querubines y serafines, los cuatro evangelistas y escenas de la vida de Cristo.

Los monasterios ortodoxos basan su distribución en los bizantinos, cuya estructura arquitectónica difería de la occidental, este monasterio carece de claustro, y se acercaba más a la construcción doméstica romana. Los encontraremos en lugares retirados, generalmente, aunque si eso no era posible, se rodeaban con un gran muro. Se accedía por un portal cubierto donde se colocaban bancos para los mendigos que esperaban a que se les diese limosna. En el interior había un gran patio, en medio del cual se construía el templo principal. El refectorio era una gran nave, con una gran mesa en el centro o bien pequeñas mesas redondas encajadas en unos nichos rectangulares. Las celdas de los monjes podían distribuirse en uno o varios pisos y tenían un pasillo externo. Su planta era rectangular y desde ellas podía verse la iglesia, puesto que estaban en el patio rodeando el templo. Otras dependencias destacables son: los almacenes o cillas, los establos y los talleres de gran tamaño, y menores: la hospedería, los baños y la enfermería.

Cultura Islámica

Esquema planta mezquitaTerritorialmente convivió con la cultura occidental, sin ir más lejos en la Península Ibérica. No son cristianos, pero al igual que estos son monoteístas: los primeros seguidores de Mahoma fueron pueblos nómadas que poco aportaron al arte. Gracias a su expansión, el Islam fue asimilando la cultura y las corrientes artísticas de los pueblos sometidos, creando un estilo propio que variará dependiendo de las zonas climáticas y de los materiales disponibles. Las influencias más comunes son las romanas, paleocristianas y bizantinas, que se mezclaron con las de los persas sasánidas y los estilos del centro de Asia. Sus construcciones más importantes vuelven a ser las religiosas: mezquitas y madrazas, ésta última es la escuela donde el maestro o jeque enseña el Corán. Entre las obras civiles, a veces con carácter militar, destacaremos los palacios y las alcazabas, y con un carácter más público, los baños.     

La mezquita es el lugar de culto, donde se reúnen para los rezos. Se la denomina Aljama cuando es la principal, dentro de una población con varias, y por su gran tamaño. Su planimetría se basa en la Casa del Profeta (Medina), que consistía en un recinto cuadrado, rodeado de un muro de adobe, en cuyo lado sur encontramos un soportal y en el este las habitaciones de las mujeres del Profeta, volcadas hacia el patio, donde se reunían los fieles para orar bajo las directrices de Mahoma, que se subía en un estrado para dirigirles. Esta es la disposición de las mezquitas: patio interior o sahn, rodeado de un muro perimetral con varios accesos (riwaqs) y con una torre desde la que se llama a la oración: el minarete; por último está sala de las oraciones o haram. Antes del rezo, el musulmán ha de entrar purificado al templo, por lo que se colocaba una fuente para lavarse. Dentro del haram destaca: el muro de la quibla, enfrente del acceso y orientado hacia La Meca, en su centro está el mirab, que indica al fiel hacia donde debe mirar para rezar; a veces era un simple nicho y otras una estancia pequeña. Es frecuente que a su lado se coloque el minbar una especie de púlpito desde dónde se conduce la oración, se trata de un mueble escalonado y el iman se coloca en los escalones intermedios, los superiores están destinados a Mahoma. Si la mezquita es califal, hay otra sala en la que el califa se coloca para rezar, la maqsura. Se cerraba la sala de oraciones con una cúpula central semiesférica, el  mihrab podía cubrirse con otra de menor tamaño o bien el espacio anterior a él. Con el tiempo, el empleo de cúpulas en la mezquita, creció.Estas son las características generales de la mayoría de las mezquitas, pero podemos encontrar diferentes edificaciones; en el oriente de China, por ejemplo, adoptan como construcción la pagoda. Durante el Imperio Otomano se mantuvieron los modelos de tradición bizantina, cuyas características eran enormes cúpulas centrales, varios alminares y fachadas abiertas; aunque se incluyeron columnas, naves y altos techos; y elementos tradicionales como el mihrab.

La decoración islámica se basa en la epigrafía, mediante versículos del Corán; la lacería, formando estrellas o polígonos, y el ataurique, dibujos vegetales. Prácticamente no existe la ornamentación escultórica, pero si encontraremos piezas de eboraria, orfebrería, etc., realizadas en marfil, hueso, cerámica, metal, etc.

Cultura Oriental

planta templo orientalNo tiene nada que ver ni con la occidental ni con las dos mencionadas anteriormente. Es la demostración de que se estaban construyendo edificios totalmente diferentes a los que todos conocemos, al mismo tiempo; aunque todos tienen la misma característica en común: la religiosa. En la cultura oriental, son las diferentes dinastías que gobiernan las que dividen el tiempo. Destacaremos que se conoce el nombre de los autores de muchas de las piezas, que han llegado hasta nuestros días, algo impensable en el mundo occidental.

La pagoda es el edificio religioso por excelencia, está formada por niveles, por lo general cinco pisos, y se construye con madera, que tiende a combarse cuando soporta mucho peso, pero es difícil que se rompa. Estas estructuras laminadas están unidas por medio de un número elevado de engarces que se insertan en las pequeñas y estrechas aberturas de los tablones. Están formadas por estructuras cúbicas, que a medida que crecen en altura van disminuyendo de tamaño. Lo realizado es un reflejo de la naturaleza, por lo que no se necesitan grandes cantidades de dinero para realizar un edificio o cualquier pieza artística.

Los monasterios se construyen en las montañas, para escapar de lo mundano, así que para los arquitectos era importante prestar atención a los desniveles del terreno. El material constructivo principal es la madera; los edificios se cerraban con cortezas de ciprés y tablones de madera delimitaban y servían de suelo a los diferentes pisos. Dentro del monasterio, el edificio principal es la Pagoda, que se ubicaba en el centro del recinto (kairo), puesto que simboliza a Buda. Su construcción se basa en un pilar central, a modo de torre de madera, en la que se superponen pisos con sus grandes y sobresalientes aleros, cada piso se corresponde a los cinco elementos: tierra, agua, fuego, viento y cielo. Estamos ante una representación simbólica del cielo, con una base cuadrada que simboliza la tierra, atravesada por un pilar que representa el eje del mundo, que une los tres niveles cósmicos: Cielo, Tierra y Regiones Infernales.

Otros edificios dentro del conjunto monástico son: el santuario central de las imágenes (kondo) que está detrás de la pagoda y la flanquean otros dos santuarios: el Este y el Oeste. A lo largo del tiempo la pagoda se irá descentralizando, hasta que en el siglo XI aparezca fuera del recinto, el motivo es que en sus primeras manifestaciones se la veía como una representación de Buda, pero una vez que fueron apareciendo las esculturas del Dios dentro del recinto, la pagoda fue cambiando de ubicación, hasta quedar fuera del mismo. A finales de este periodo, el templo volvió a construirse dentro de la ciudad, convirtiéndose en el centro de reunión de los dirigentes. La arquitectura religiosa desarrolló mucho la decoración, igual que en los grandes palacios.

En cuanto a las artes figurativas, decir que la escultura se limitaba a las representaciones de Buda, así como de algunas diosas sintoístas, con un estilo grácil y esbelto. Y en la pintura destacan los cerezos en flor, los arrozales o flores como glicinas, orquídeas, peonías, bambú, también se representaba la luna, la niebla, el mar, la lluvia, etc. Todos estos elementos de la naturaleza crearon la imaginería paisajista japonesa. La composición es asimétrica, quedando un espacio vacío, el color se aplicaba mediante manchas y no en pinceladas. Es todo lo contrario a la pintura china, de trazo lineal y monocroma, que continuará empleándose en el círculo imperial, ya que estaba ligada al prestigio funcionarial.

En pintura se desarrolló el paisajismo y el retratismo. También la pintura narrativa, se hacía en rollos, en ellos se reflejaban aspectos de la vida cotidiana, escenas urbanas o rurales; o bien se ilustraban acontecimientos históricos. 

Pueblos del Norte de Europa

Stave_church_construction- TIPO B
Stavkirke. Tipo B

En los pueblos del norte de Europa, cristianos también, abundaba la madera, por lo que sus templos se construyeron con este material, a sus iglesias se las denomina Stavkirke y sabemos que había en: Dinamarca, Noruega, Suecia y también se han documentado en Inglaterra y en Alemania. Evidentemente, debido a la fragilidad del material, no nos han llegado muchos restos medievales, pero si algunas reconstrucciones que recrean con bastante fidelidad los lugares de culto. Antes de desgranar la manera en que se construían estos templos, diremos que también se realizaron iglesias en piedra, en los años del románico.

Etimológicamente stavkirke viene del nórdico antiguo stav, que significa palo, estaca,… y kirke que es iglesia. Hay tres maneras diferentes de construcción: a la primera de ellas se la llama de empalizada, la madera se clava directamente en el suelo, se barniza con brea para aumentar su durabilidad; la siguiente es la de postes, en la que se colocan postes esquineros y el resto del tempo se sobreeleva del suelo. Y la última y más efectiva, consiste en un armazón de madera formado por gruesos postes, los stav, que se sostienen por espigas a un marco cuadrado de soleras de madera, que se asienta sobre una base de roca que protege a la madera de la humedad. La técnica consiste en un entramado de madera que les concede solidez, además de la resistencia a las condiciones atmosféricas, estabilidad y rigidez. Como todos los templos, los hay más sencillos, con una división en nave y coro, y más evolucionados con plantas similares a las basílicas romanas, con el techo escalonado y pilares en el interior de la nave. La madera que se emplea es el pino, aunque también se han documentado stavkirke de encino. Noruega es el país en el que mayor número de ellas se conservan, la gran mayoría levantadas entre 1150 y 1350. Según su tipología se dividen en:

Tipo A– aquellas que tienen postes sólo en los muros exteriores. No se limita a los esquineros, a veces los hay intermedios en los muros, pero carecen de postes internos. A medida que han ido evolucionando, podemos dividirlas en:

  • Sencillo- de nave rectangular y coro pequeño, esta construcción se dio sobretodo en el siglo XII.
  • De poste central- como su nombre indica, tienen un poste en medio de la nave, que alcanza hasta la armadura del techo. Se fechan en el siglo XIII.
  • Alargado- de planta rectangular, con nave y coro de la misma anchura, posee postes intermedios en los muros, lo que las asemeja con la plantas basilicales.

Tipo B– formadas por una sala central delimitada por postes internos, que sujetan el techo; y una especie de deambulatorio alrededor, con un techo más bajo. Esta galería protegía el templo de las adversidades atmosféricas y a la vez servía de corredor para las procesiones. Encontramos dos grupos:

Grupo Kaupanger– los postes de la sala central forman una arcada con decoración, como si tuviera capiteles.

Grupo Borgund– los postes centrales se conectan entre sí formando una X. En el nivel superior se disponen unas arcadas, a modo de triforio.

Respecto a la decoración, sólo se ha conservado parte en los postes, en los piñones y en los portales; todo ello fechado entre finales del siglo XI y principios del XIV. La decoración está influenciada por las piedras rúnicas y los motivos celtas en los primeros templos posteriormente irán apareciendo los motivos románicos.

De entre los tres elementos citados anteriormente, destacaremos los portales que se dividen en tres tipos: el portal de perfilado sencillo, usado en la entrada del coro, con pilastras sencillas; el de pilares que tiene su antecedente en la arquitectura de piedra, ya que posee columnas o medias columnas que sostienen las arquivoltas que forman el arco de medio punto, sus basas y sus capiteles están tallados, lo encontramos en las entradas de los templos y en la separación entre el coro y la nave. Y por último, el portal tipo Vang, consistente en dos tablones que flanquea la entrada y un dintel, que tiene de dos a cinco tablones ensamblados entre si por espigas, todo ello ricamente decorado.

Entre las decoraciones que nos encontramos están los juegos de líneas gruesas y delgadas, rizos gruesos y normalmente formando círculos. En los que son de la segunda mitad del siglo XII, vemos ornamentaciones vegetales, leones, dragones y máscaras.

Coptos: los Cristianos Egipcios

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Iglesia copta de San Sergio (El Cairo)

La Iglesia Copta fue fundada en Egipto en el siglo I, tiene su origen en los discursos que el evangelista Marcos dio en esta ciudad. En el Concilio de Calcedonia (451) se separó de la Iglesia primitiva oriental, lo que le ha valido para preservar la creencia y la doctrina cristiana en su forma más antigua. A ellos les debemos el uso del símbolo de la cruz de Cristo.

Los escritos coptos incluyen el Antiguo Testamento, que contiene todos los textos de la Biblia de los Setenta aceptados por la Iglesia Católica, además de los de la Iglesia Ortodoxa, es decir, que incluye el Salmo 151, el III de Esdras, el Libro III de los Macabeos y la Oración de Manasés.

La cultura copta es la continuación de la tradición faraónica, en ella perviven usos y costumbres de ésta época; por ejemplo el río Nilo, fuente de abastecimiento y vida para los faraones, también lo sería para los coptos, que lo representarían en sus tejidos y su cerámica. A esta cultura autóctona se le unió la helenística, encontramos representaciones cristianas cuyo origen es una adaptación de la mitología griega mezclada con la egipcia. Persia y Siria estuvieron presentes también en la imágenes de los grifos o de los pavos reales.

La arquitectura copta que se conserva, es la de carácter religioso y fue construida entre los siglos III y VII, diferenciándose dos tipos de edificios:

templos– los primeros se instalan en los antiguos templos faraónicos abandonados, en los que se plasma la nueva liturgia por medio de programas decorativos, pero la estructura arquitectónica no varía. En otras ocasiones se construye dentro del recinto faraónico, reutilizando el material existente, hablamos entonces de edificios de modestas dimensiones y, generalmente, de planta basilical; aunque se han documentado criptas, basílicas y martyria de planta centralizada.

monasterios– de tamaño más grande ya que estaban destinadas a acoger a una congregación religiosa y un pequeño núcleo poblacional. Se realizan en medio del desierto y están constituidos por una o varias iglesias, alrededor de las cuales se levantan diferentes edificios destinados a la vida en comunidad de la orden religiosa.

En lo concerniente a la escultura, diremos que está al servicio de la arquitectura, siendo la pintura la encarga de llevar el peso iconográfico del templo, se caracteriza por la expresividad de sus retratos, las imágenes de santos que vemos nos muestran personajes de ojos y orejas grandes y bocas pequeñas, respecto al resto de la cara.

En cuanto al resto de las artes: vidrio, metal, cerámica y textiles, diremos que son éstos últimos los que mejor conocemos, debido a su relación con el ámbito funerario. El terreno seco y arenoso en el que se encuentran las tumbas, ha favorecido que se preserven los textiles, conservándose incluso las ropas de los difuntos. Se empleaba el lino y la lana, excepcionalmente se han encontrado restos de seda y otras fibras textiles, se decoraban con temas mitológicos, vegetales y geométricos y los colores empleados eran el rojo, azul, amarillo, verde, púrpura, negro y marrón.

Judaismo

Templo Jerusalen. Judio
Templo Jerusalem

El término judío (hebreo: יהודי / Yehudi) procede de Judá (o Yehuda, en hebreo, quien era uno de los hijos del patriarca bíblico Jacob). Judá (יְהוּדָה, o su variante griega Judea) designaba también a una provincia del Imperio Romano, situada en la región oriental del Mediterráneo, en el actual sur de Jerusalén, sus habitantes se denominaban judíos. Este término fue ampliándose, incluyendo a los que habían emigrado desde Judea y a sus descendientes. La palabra judaísmo se refiere a la religión, la tradición y la cultura del pueblo judío. Estamos ante la más antigua de las tres religiones monoteístas (Cristianismo e Islam), también conocidas como las religiones del libro o abrahámicas; tanto el cristianismo como el Islam tiene raíces hebraicas.

La palabra Judío (‘Alaba al Eterno’) no aparece en la Torah o ley Mesiánica, nombre que recibe porque abarca los 5 libros que escribió de Moisés: el Génesis, el Éxodo, el Levítico, los Números y el Deuteronomio (equivalente al Pentateuco cristiano). Aunque si que aparece en el resto de los libros del Tanaj, el conjunto de veinticuatro libros que forman la Biblia Hebrea. Su rasgo primordial es la creencia en Dios Omnisciente, omnipotente y providente, que creó el universo y eligió al pueblo judío para revelarle la ley contenida en los Diez Mandamientos. Se diferencia de las otras religiones monoteístas en que no sólo se considera como una religión, sino también como una tradición y una cultura, que tendrá variaciones dependiendo de los países en los que vivan los judíos, ya que a lo largo de la historia, han sufrido persecuciones que les han llevado a asentarse en diferentes lugares, convirtiéndose en una minoría cultural en numerosos países. Dentro del judaísmo hay diferentes grupos étnicos:

– los asquenazíes, que son los judíos asentados en Alemania, Polonia, Ucrania y Rusia; hablaban el yidis, un dialecto germano con influencia hebrea y eslava; y adoptaron las interpretaciones de la Torah de las escuelas rabínicas de Jerusalén, en detrimento de las babilónicas de los judíos orientales.

– los sefardíes, son los judíos que se asentaron en España y Portugal, hablan el judeoespañol o ladino, que es un dialecto del castellano.

– los mizrajim, aquellos judíos que inmigraron de los países del Medio Oriente (Yemen, Irak e Irán), es decir, son los judíos que viven en el mundo árabe. Siguen los preceptos de las escuelas rabínicas de Babilonia. A veces, se les llama sefardíes, pero esto es erróneo.

En el judaísmo no se cita un lugar específico para el culto, de hecho las sinagogas no estaban construidas para este fin, ya que su significado en hebreo es “lugar de reunión”.  A veces, también se rezaba en espacios destinados al estudio. Estas antiguas sinagogas estaban administradas por un notable o un consejo de tres notables. La explicación del texto sagrado la hacía el rabino, equivalente al clero cristiano.

Dentro de las sinagogas antiguas, se distinguen dos tipos de construcciones: los grandes edificios orientados hacia Jerusalén, que carecen de Arca Sagrada, puesto que los rollos de la Torah se conservan en una habitación contigua y se llevaban a la sala de oración durante su lectura y las que poseen planta basilical como los edificios públicos romanos y que tienen un ábside orientado hacia Jerusalén. Este edificio está formado por un gran vestíbulo para la oración, en cuyo fondo se colocaba un armario o tabernáculo, que albergaba un arca sagrada donde se depositan los rollos de la Ley, ya que sin éstos, no se puede denominar sinagoga. Delante de este tabernáculo colgaba una lamparilla que arde constantemente, recordando la luz perpetua que brillaba en el Templo de Jerusalén. Los oficiantes leen la Torah desde un lugar elevado, en un principio era en mitad del vestíbulo, pero poco a poco se fue moviendo al frente de los fieles, al igual que el altar cristiano, los sefardíes lo denominan tebá y en las sinagogas asquenazíes, es la bimá.

Hombres y mujeres están separados durante la oración, los hombres permanecen en la sala y las mujeres permanecen en un balcón o galería de madera, o bien en una sala a parte, en todo caso, pueden seguir los rezos gracias a que la pared está calada, acceden a ellas por un sitio diferente al de los hombres. Los varones se ponen una kipá (pequeña gorra ritual) sobre la cabeza.

Las grandes sinagogas contaban con salas reservadas para eventos comunitarios, y también con una casa de estudio.

Los Vikingos

Aprovechando la exposición que el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) dedica al pueblo Vikingo, vamos a dedicarle este artículo a un pueblo con fama de bárbaro, con magníficos trabajos artesanales, una mejor disposición de la mujer en la sociedad y, por supuesto, unos excelentes guerreros cuyo momento álgido fue el periodo que abarca desde finales del siglo VIII a principios del XI.

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A finales del siglo VIII, los vikingos asolaban Europa, su primer ataque documentado a un templo cristiano es en 793, cuando el monasterio de Saint Cuthbert, en la isla de Lindisfarne sufrió el asalto de un pueblo que provenía del mar. Era la primera vez que se atacaba a un templo cristiano, lo que suponía un delito muy grave para la Europa cristina. Sus incursiones, tanto bélicas como colonizadoras, a territorios del norte de Europa y Canadá, duraron más de dos siglos, hasta 1066, cuando Harald Hardrada fue derrotado en Stamford Bridge. Durante este tiempo los vikingos mantuvieron en tensión a los pueblos del norte de Europa.

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LINDISFARNE.Piedra Vikinga. (Siglo IX). Vikingos luchando.

Estos pueblos escandinavos estaban formados por daneses, noruegos y suecos, y su industria naval estaba muy desarrollada, en un principio gracias a los viajes comerciales que efectuaban por los fiordos, las bahías y las pequeñas islas que formaban sus territorios; lo que propició la mejora en la construcción de embarcaciones que les permitió adentrarse cada vez más en el mar. No sólo se dedicaron a saquear las poblaciones vecinas, sino que también colonizaron nuevas islas y fundaron ciudades como Dublín en el año 841. Los daneses y noruegos llevaron sus naves por el atlántico, mientras que los suecos lo hicieron por los caudalosos ríos rusos, hasta alcanzar Bizancio en 840. Los primeros colonizaron Islandia en 874, como se narra en El Libro de los Exploradores (siglo XII), en donde se cuenta que Ingólfur Arnarson mató al hijo de un noble y huyó a esta isla, dando comienzo a una de las sagas de la era vikinga. Lo mismo le sucedió a Erik el Rojo, que por un doble delito de muerte tuvo que abandonar Noruega e Islandia, respectivamente, y junto algunos partidarios, llegó hasta Groenlandia. Poco a poco, los exploradores escandinavos llegaron hasta el continente americano: 1001 Terranova (Canadá), en donde recientemente se han encontraron restos de lo que pudo haber sido un asentamiento vikingo, confirmándose así los relatos de las sagas.

Pero qué pasó con ellos, después de estos casi tres siglos de hegemonía y terror, muchos de ellos se asentaron en los territorios que habían invadido, sin excesivos problemas. El rey franco Carlos el Simple, le cedió como feudo al caudillo vikingo Rollon Normandía (911), para evitarse disputas. Un descendiente de vikingos, Guillermo de Normandía, invadiría Inglaterra en 1066, aduciendo derechos legítimos de sucesión del fallecido rey Eduardo; poblando la Isla de normandos en detrimento de los anglosajones. Paradójicamente, el pueblo anglosajón se  unió para expulsar a los vikingos y unificar el país, como contamos en el artículo dedicado a los Anglosajones (LINK). La Iglesia también contribuyó a que los hijos de Odín fueran pasando a un segundo plano, ya que su labor evangelizadora les llevó hasta tierras escandinavas, durante los siglos VIII y XIII. Podemos decir que el último rey vikingo fue Canuto IV de Dinamarca, que falleció en 1086.

003 drakkarHoy día, las principales fuentes de las que contamos para conocer a estas gentes, son los restos arqueológicos escandinavos y de las regiones donde se asentaron que nos proporciona cómo eran los asentamientos rurales y urbanos, cuál era su industria y demás actividad económica, además de la navegación, sus actividades bélicas y sus costumbres religiosas, tanto las paganas como las cristianas. La otra fuente es la escrita, en un principio nos encontraremos con inscripciones en runas, complejas de descifrar, a pesar de los descubrimientos arqueológicos actuales. Con la introducción del Cristianismo, también lo hizo el alfabeto latino, a finales del siglo XI. A partir de principios del siglo siguiente nos encontraremos textos escritos en latín y en noruego antiguo provenientes, en su mayoría, de la colonia vikinga de Islandia, que desarrolló una literatura vernácula muy importante, recogiendo la tradición oral, entre los siglos XII y XIV, que hoy conocemos como Sagas. Otros documentos escritos que nos han llegado son los de comunidades cristianas y musulmanes, que convivieron con ellos, su parcialidad dependerá de si fueron atacados o no, pero en ellos se nos narran hechos destacables de este pueblo.

Lo saqueado a otros pueblos no era suficiente para el sustento del pueblo vikingo, así que el comercio y la pesca fundamentaron su economía, ambas con un elemento común: el mar. Los vikingos se convirtieron en unos expertos a la hora de fabricar sus barcos y en manejarlos, prueba de ello son sus incursiones bélicas y colonizadoras. Estas embarcaciones, ligeras y veloces, se realizaban en madera, con un tronco largo y recto de roble, para la quilla, rematado en sus extremos con dos refuerzos en forma curva. El casco se realizaba con tablones superpuestos que se sujetaban con clavos de hierro o bien con pequeñas estacas de madera, después se colocaban maderas de manera horizontal que servían de refuerzo y para sellar las juntas se empleaba lana y alquitrán. Era normal que se usaran las formas naturales de los árboles para realizar el barco, por ejemplo el centro del tronco se usaba para realizar la quilla y para los tablones se cortaban los troncos  con un patrón radial. Destacaremos dos tipos de embarcaciones: el knorr, utilizado para el transporte de mercancías, con un mástil fijo y una vela cuadrada, era capaz de transportar 24 toneladas de carga, protegida por la altura de sus costados y el drakkar, usado para los viajes largos a través del mar del Norte o del océano Atlántico, medían entre 20 y 30 metros de eslora.

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Además de caudillos y guerreros, que era la casta dominante, la sociedad vikinga estaba compuesta por hombres libres: campesinos y artesanos con tierras cultivables, llamados bóndis; ambos tenían los mismos derechos, como el uso de las armas o participar en la asamblea local, pero a la hora de la verdad, tenía más importancia aquel que tenía más tierras. Dentro de estos hombres también podemos encuadrar a los comerciantes y los artesanos “profesionales” como los maestros canteros, los grabadores de runas, los forjadores  es decir, aquellos que vivían de este trabajo.

Atentar contra la familia era un crimen muy castigado, el concepto del honor estaba muy arraigado y tenían sus propios códigos de conducta, normas y ceremoniales para solventar sus disputas. La mujer era el ama de casa, se hacía cargo de la misma cuando el marido y los hijos estaban ausentes, mantenían el control de las propiedades sin necesidad de contar con el beneplácito de los maridos. Los matrimonios se concertaban por acuerdos familiares, aunque la mujer seguía perteneciendo a su clan de origen. Podían separarse por dos motivos, sin ningún tipo de discusión: uno era porque la relación no era satisfactoria y la otra por malos tratos. A los nueve días de haber nacido un niño, se llevaba a cabo una ceremonia en la que el padre reconocía al bebé colocándolo sobre sus rodillas.

Entre sus normas sociales nos encontramos algunas como llevar los vestidos limpios y decentes, evitar la lujuria, si hay mucho trabajo levántate temprano para que te de tiempo, no dar amistad a los enemigos de tus amigos, no decir mentiras, no ser ambicioso, ser honesto, ofrecer agua y una toalla para lavarse a los invitados,…

005 ajedrez lewisLos entretenimientos que tenían cuando llegaban los largos y fríos inviernos, destacaremos el ajedrez, en las sagas se le llama Hnefatafl, y al igual que el que hoy conocemos, consistía en mantener al rey sano y salvo, aunque la manera de jugar era diferente. Las piezas más conocidas son las de Lewis, realizadas en diente de morsa, se descubrieron en la isla de Lewis (Gran Bretaña) en 1831 y se conservan 93 piezas en el British Museum, aunque se datan en la segunda mitad del siglo XII, nos dan una idea de cómo eran estas piezas. También se han encontrado dados y otros juegos de mesa, como una recreación del backgammon.

Practicaban la lucha cuerpo a cuerpo o glima, en la que los dos contrincantes se agarraban por la cintura y debían tirar al suelo a su rival, como otro juego más. Además de para entrenar, les servía para entrar en calor en las duras noches invernales. Otro tipo de lucha enfrentaba a los caballos: hestaat o hestavig. El knattleikr, similar al actual beisbol,  el tiro con arco, la natación, el esquí e incluso el patinaje, eran más entretenimientos. No debemos olvidarnos de las fiestas y las danzas, fiestas en las que se bebía en cuernos cerveza e hidromiel y que estaban amenizadas por panderetas y flautas de Pan, como se ve en algunas runas.

Mencionaremos aparte la literatura, centrada en las sagas y en la poesía. Ésta última era en un principio oral, el escalda (poeta), componía y recitaba en las Cortes de reyes y condes. A partir del siglo XII, empezó a transcribirse, llegándonos obras como las Eddas, que recoge hechos de la mitología nórdica. Podemos distinguir dos tipos de poemas: la drápa, un largo discurso en honor a un personaje célebre; y la poesía breve. 800px-Kasten_der_hl_Kunigunde_c_1000

Respecto a los objetos artísticos que nos han llegado, decir que en su mayoría pertenecen al llamado arte aplicado, predominará la decoración zoomórfica propia de las culturas germanas. Nos han llegado herramientas, utensilios, joyas, piedras rúnicas,… Los materiales más empleados son los metales y las piedras, pero también encontraremos piezas de madera y tela. Este arte se divide en seis periodos:

El estilo Broa-Oseberg primer período del arte vikingo, va desde la segunda mitad del siglo VIII hasta mediados del siglo IX. Recibe este nombre porque en estas localidades se hallaron los primeros vestigios en las tumbas. En Broa, en la tumba de un hombre se encontró la brida en bronce de un caballo, y en Oseberg se documenta la tumba de una mujer cuyo cuerpo se encontró dentro de un barco ornamentado y en cuyo interior había piezas textiles y en madera. Este estilo se caracteriza por la aparición de figuras animales ambiguas, sin un modelo claro existente en la fauna real.

Le sigue el estilo Borre va de mediados del IX a la segunda mitad del siglo X. Su nombre viene de otro barco funerario encontrado en la localidad noruega de Borre. Lo encontrado resulta una evolución del estilo Broa-Oseberg, se caracteriza por un trenzado similar a los eslabones de una cadena, que forma figuras simétricas, las piezas alcanzan mayor finura en la técnica de la filigrana y granulación. Este estilo se extendió fuera de las fronteras noruegas, encontrando broches en Dinamarca y Suecia; piedras monumentales en la Isla de Man, Gran Bretaña e Irlanda.

A mediados del siglo X se dió el estilo Jelling toma su nombre de una sola pieza, se trata de un copón de plata encontrado en un túmulo funerario de esta localidad danesa. Se caracteriza por las figuras en forma de S, con la cabeza de perfil, semejante a la de un dragón, con las mandíbulas abiertas y con frecuencia mostrando los colmillos; destacar como típico un pliegue sobre el labio superior. A diferencia de Borre, entre los cuerpos curvos y alargados de los animales, se ha colocado un elemento vertical entre ellos, similar a una escalera y motivos espirales que semejan zarcillos vegetales. Los cuerpos de los animales se entrelazan entre sí. Se han conservado broches en Dinamarca, Suecia, Noruega, en la zona de York en Inglaterra, en la Isla de Man y en las Órcadas al norte de Escocia.

El Mammen es un estilo de transición entre el Jelling y el Ringerike, se caracteriza por la perfección de sus animales, las formas espirales aumentan de tamaño y por primera vez aparecen elementos vegetales: zarcillos, sarmientos e incluso hojas. Entre sus piezas podemos destacar el hacha de Mammen en Jutlandia (Dinamarca), con una figurilla de ave y un rostro humano. Otra pieza importante será el cofre de Bamberg o de la emperatriz Cunegunda, decorado con el marfil de una morsa.

007 Urnes Archeology in Europe

El estilo Ringerike, toma su nombre de un yacimiento arqueológico situado en la provincia noruega de Buskerud en el que se encontró un notable número de piedras rúnicas con decoración animal y vegetal. Se fecha entre el año 1.000 hasta 1.050 y destaca por ser el periodo en el que se extendió la costumbre de levantar las piedras rúnicas. Se caracteriza por la presencia de elementos animales y vegetales bien definidos que se agrupan en torno a una figura de mayor tamaño de origen animal. Entre los animales destacan los leones y las aves, con frecuencia coronados. Se introduce el elemento geométrico y la figura humana, además aparecen la forma de cruz y de palmeta como motivos decorativos y comienza a darse una mayor importancia a la simetría. Este estilo coincide con la época de máxima expansión vikinga, así que se ve muy influenciado por las tradiciones artísticas locales, sobre todo, anglosajonas y otonianas.

El último periodo artístico abarca la segunda mitad del siglo XI hasta la primera mitad del XII, recibió su nombre: estilo Urnes, del arqueólogo Haakon Shetelig (1.909), quién tomó la decoración de la portada norte de madera del templo noruego de Urnes (XI) para definir este estilo. En ella vemos que las figuras animales están estilizadas: se alargan los cuellos y el tronco y en sus rostros los ojos tienen forma almendrada. Es normal que haya animales con formas de serpiente y de dragones. Se vuelve a la asimetría de los primeros momentos y se mezclan las líneas gruesas con las curvas, formando entrelazos en forma de S o de 8. Se extendió por todos los países nórdicos, se relaciona con el arte celta y con el anglosajón, en los Evangelios de Lindisfarme (VII), se ven los mismos patrones en las espirales que en el portal de Urnes.

BIBLIOGRAFÍA:

  • GARCÍA PIMENTEL, Jose Miguel: Las diversiones en época vikinga. “Arqueología, historia y viajes sobre el Mundo Medieval” Nº 47. Barcelona, 2012. Pp. 56-64.
  • PÉREZ, Suso & JURGENS, Alan: El viaje Inmortal. “Magazine”. Rev. dominical El Mundo. Madrid, marzo 2014. Pp. 36-41
  • VELASCO LAGUNA, Manuel: “Breve historia de los vikingos”. Ediciones Nowtilus, S.L. Madrid, 2012.

Literatura en la Alta Edad Media

En el periodo literario románico en la Península, que abarca los siglos XI y XII, la mayoría de la población no sabía ni leer ni escribir, por lo tanto estaremos hablando de una literatura escrita en latín en un principio. Su propagación se verá beneficiada por las diferentes órdenes religiosas que se fueron extendiendo por Europa en estos años. Estas obras representan narraciones religiosas, que el pueblo recibe a su vez por medio de la predicación y de lo esculpido en las iglesias o catedrales; y también obras históricas. La literatura religiosa era anónima, a veces se reescribían obras de los Clásicos o de los Padres de la Iglesia Católica, no era normal que se creara nada nuevo, aunque sí se embellecía lo existente. Si se hacía un texto nuevo, se aludía a otro autor o a una obra anterior, que debido a lo delicado de estos documentos puede no haber llegado a nuestros días, por lo que desconocemos si son nuevas o no.

Codex ManesseEn cuanto a la literatura profana, existía la figura del juglar, personajes que eran libres y recorrían las ciudades y pueblos para narrar historias en la lengua autóctona, haciéndose acompañar por algún instrumento musical, a cambio de dinero o alojamiento. Se conoce de su existencia desde el siglo X y ellos serán los que sienten las bases de la literatura profana. Se les diferencia de los trovadores por su carácter humilde y porque no solían cantar obras que fueran compuestas por ellos mismos. Alguno de estos juglares estaba al servicio de un trovador y le ayudaba cuando iba a las Cortes Reales, sobre todo anticipándose y anunciando la visita del trovador.

El trovador nació en el siglo XI, en la Francia Occitana, de ahí que sus composiciones fueran en occitano, solían recorrer grandes distancias, por lo que servían de mensajeros para las diferentes cortes; a diferencia de los juglares, los trovadores gozaban de una elevada posición social, por lo que no cantaban sus obras en la calle, sino que lo hacían en los castillos. En Alemania, a los trovadores se les conocía como: minnesängers, uno de ellos fue Tannhäuser cuya obra narró Richard Wagner en la ópera que lleva su propio nombre.

LITERATURA RELIGIOSA

Predominaba sobre la popular ya que la Iglesia era el centro intelectual por excelencia, y se escribía en latín. Las obras que más nos han llegado son los Himnos, composiciones corales para adorar a un dios. Los estudiosos de la época escribieron tratados de teología y filosofía para adaptar los temas clásicos a la doctrina de la iglesia, entre ellos estuvieron: Anselmo de Canterbury o Pierre Abélard. También se escribieron hagiografías, la más destacada es la Leyenda Dorada, en la que se nos narra la vida de 180 santos y mártires, recopilada por el dominico Santiago de la Vorágine en el siglo XIII.

Evangelario de LindisfarneLos Libros de Horas u Horarium, fueron muy comunes en la Baja Edad Media, y también muy exclusivos, puesto que se hacían para el uso de una persona concreta, generalmente perteneciente a la nobleza. En ellos encontramos rezos, salmos y sobre todo ilustraciones relacionadas con la devoción cristiana. Sus precedentes los encontramos en el mundo prerrománico, más concretamente en el mundo celta, tenemos el Libro de Kells, procedente de Irlanda, este manuscrito se fecha entre el siglo VIII y principios del IX. Se cree que sus autores fueron los monjes del monasterio de Iona y se finalizó en Kells. En él se escribieron los cuatro Evangelios, con 31 ilustraciones de animales fantásticos y la típica decoración de entrelazos, nudos, espirales, etc. Siguiendo esta tradición, y ya en Escocia, citamos el Evangelario de Lindisfarne.

Entre los autores filosóficos destaca el irlandés Juan Escoto Eríugena (siglo IX), sus primeras obras son traducciones del griego de los textos de Pseudo Dionisio y de Gregorio de Nisa. Su pensamiento se mantiene en la línea neoplatónica, trató de anteponer la razón a la fe, en una época donde el dogma cristiano era predominante al pensamiento racionalista. Ambas eran fundamentales para el conocimiento verdadero, por lo que no debían tratarse como opuesta. Su obra más destacada fue el Periphyseon.

LITERATURA LAICA

No tan productiva como la religiosa, ha llegado hasta nuestros días una importante cantidad. Su difusión se produjo gracias a los juglares (siglo X), que recorrían Europa cantando estas piezas, algunas de las cuales se escribirían mucho más tarde; y a los trovadores, que recorrían ámbitos más cultos.

Dos temas predominaban sobre el resto: 

A.El amor cortés, muy empleado desde el siglo XI, se inspira en la obra de Ovidio Ars Amatoria, es una especie de código de vasallaje en el que el enamorado le rinde honores a su amada, estos sentimientos amorosos se ven desde el plano platónico y místico En muchas ocasiones solía acarrear algún problema, como que fuera un amor imposible y los amantes tuvieran que verse a escondidas; o bien éste no era correspondido. El enamorado sufre mil padecimientos, pero no quiere salir del estado en el que se encuentra sin haber triunfado, ganando el amor de “su señora”. La dama es un dechado de perfección, bella, atenta,… la Virgen María será el modelo a seguir. Se escribía en lenguas romances (el francés, el español, el provenzal, el gallego y el catalán)

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Entroncando los dos temas nos encontramos con los Lais de María de Francia. Son narraciones cortas en las que María quiso plasmar los relatos que había escuchado a los juglares. Sigue la tradición de leyendas y folklore celta; en ellas se mezclan los personajes fantásticos, como las hadas; con costumbres de la alta sociedad.; como batallas, exilios, venganzas,… Poco sabemos de su autora, salvo que sus obras las firmaba como María de Francia, las que se han conservado están escritas en anglonormando (una variante del francés que hablaban los normandos en Inglaterra), y en ellas se glorifica el amor cortesano describiendo las peripecias de un héroe. Dos de los poemas mencionan al rey Arturo, lo que supone un precedente del Ciclo Artúrico.

B.Los cantares de gesta o poemas épicos, narran las hazañas de un héroe que representa las virtudes del pueblo. Los transmitían oralmente los juglares y fueron transcritos siglos después en lengua vernácula. Ligados a ellos están los  romances corteses, en los que se profundiza en el código de honor de la caballería y se ensalza el amor, como sucede en las materias de Bretaña y de Roma.

Los cantares se han clasificado por materias, dependiendo de su origen:

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  • Materia de Francia– la Canción de Roldán, la Peregrinación de Carlomagno
  • Materia de Bretaña– el Ciclo Artúrico,
  • Materia de Roma– se plasman las narraciones mitológicas y episodios de la Antigüedad Clásica (Julio César, Alejandro Magno…)
  • Inglaterra– Beowulf. Tras la invasión normanda no hubo nuevas creaciones, aunque se recopilaron leyendas y tradiciones unificándolas en un personaje como sucedió con Robin Hood (lo mismo que con Guillermo Tell en Suiza), posteriormente.
  • Alemania– el Cantar de los Nibelungos.

 LITERATURA MEDIEVAL ESPAÑOLA

-Culta: Religiosa y Laica-

Religiosa: dentro de las obras litúrgicas, encontramos los precedentes en el mundo mozárabe en los misales, los antifonarios y los beatos. Los antifonarios recogen piezas musicales propias del ciclo litúrgico y de los santos, se compone por medio de un verso corto y una melodía, que se canta antes y después de un versículo. Se ha conservado entero el “Antifonario mozárabe de la Catedral de León” y quedan restos de los dos de Silos, el de San Juan de la Peña y el de San Zoilo de Carrión.

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Los beatos son las diferentes copias realizadas del Comentario al Libro del Apcalípsis de San Juan realizado en el siglo VIII por un monje del monasterio de San Martín de Turieno (actual Santo Toribio), conocido como Beato de Liébana. En él encontramos explicaciones a las revelaciones de San Juan, que sirvió para calmar a los creyentes, que veían cercano el fin del mundo a causa de la invasión musulmana y el final del reinado cristiano visigodo. Esta obra se ha limitado a la geografía española, encontrándose sólo dos textos realizados fuera..Lo más destacado son las ilustraciones miniadas que encontramos en veintisiete de ellos, aunque no se conservan enteros. Hay 10 copias que se realizaron sin añadir ilustraciones, como el Beato de Poblet en Salamanca (XII) y el de Alcobaça en Lisboa (XIII). Se escribieron entre los siglos X al XIII, considerándose prerrománicos los realizados en los siglos X y XI y románicos los de los siglos XII y XIII. Se clasifican en:

  • Siglo X se conservan: el de Tábara en el Archivo Nacional de Madrid, el de Gerona, San Miguel de la Escalada (también conocido como Beato Magio o Morgan) se encuentra en Nueva York, el de San Millán: parte en la Biblioteca Nacional y parte en El Escorial, el de Valcavado en Valladolid, el de la Seo de Urgell, el de San Millán de la Cogolla en la Real Academia de la Historia y dos hojas del Beato de Zamora.
  • Siglo XI se finaliza el Beato de San Millán de la Cogolla y se empiezan el de Fernando I en la Biblioteca Nacional, el de Santo Domingo de Silos conservado en Londres, en Burgo de Osma, el de Saint-Sever-sur-l’Adour, el del El Escorial, el de San Andrés del Arroyo en Paris y un fragmento del de Silos conservado en su biblioteca
  • Del siglo XII se conservan nueve, entre ellos el Beato de Turín, el de Lorvao, el de Manchester, el Corsini conservado en Roma y el beato navarro en Paris.
  • Del siglo XIII se conservan el de Las Huelgas, el de San Pedro de Cardeña en el MAN, una hoja suelta depositada en la Colección Ryland (Manchester) y se ha descubierto un fragmento del de Rioseco en Ciudad de México, procedente del monasterio de Medina de Rioseco (Valladolid).

La bonanza económica favoreció el nacimiento de nuevos beatos, antifonarios, misales o biblias. En el siglo XI se crea en el scriptorium de Ripoll: la Biblia de Farfa, de tradición carolingia y la de San Pedro de Roda. Ya en el XII podemos citar: la Biblia de León, de tradición mozárabe aunque con dibujos románicos, la de Burgos, Ávila y ya del siglo XIII, anticipándonos el gótico, está la Biblia de San Millán de la Cogolla. Entre los Libros de Horas encontramos el de Libro de Horas de Fernando I de León, de tradición visigótica (siglo XI).

Además de las misas y las predicaciones para la difusión de la fe, los sacerdotes hispanos crearon el teatro como medio de propaganda eclesial, partiendo de la muerte y resurrección de Cristo, se los conoce como tropos y son pequeños fragmentos intercalados en la misa. Según se van desarrollando, pueden ser una exposición doctrinal que va adquiriendo un carácter narrativo e histórico, o bien diálogos, para dar animación. Comenzaron escribiéndose en latín, para luego alternarlo con la lengua autóctona; finalmente, se escribirán en vernáculo.

Canto de la sibilaEn un principio, intervenían los sacerdotes, pero poco a poco lo irán haciendo los monaguillos o la propia gente del pueblo, la cual a cambio recibe: un refrigerio, el jornal que hayan podido perder por desatender su trabajo habitual y también se les paga por actuar. Este será el precedente del teatro español. En el siglo XII y por influencia francesa, nos llega desde Toledo el Auto de Reyes Magos, la cual se conserva incompleta.

A mediados del siglo XII se realizaba en Nochebuena el Ordo Prophetarum o la Procesión de los Profetas, como uno de los actos litúrgicos de ese día. En ella un grupo de personas disfrazadas de profetas y sibilas recorren las iglesias recitando sus profecías sobre la llegada del Mesías, se basa en las Ordinas. En España se ha documentado en el área catalana y en Galicia. En la zona castellano-leonesa, se conoce el Canto de la Sibila, que según los expertos se desliga de los Ordos. Como curiosidad, comentar, que en Santiago de Compostela se ha vuelto a recrear este drama litúrgico y los estudiosos dicen que en el Pórtico de la Gloria podemos ver esta representación.

el-cc3b3dice-del-peregrino-0031Laica: son obras escritas en latín de interés histórico, cultural o legendario que nos ayudan a comprender las vivencias de nuestros antecesores y a conocer la legislación de entonces. Destacan: la Crónica Compostelana, Crónica de Sahagún, Crónica de Alfonso VII o el mismo Codex Calistinus.

A lo largo del siglo XII irá desapareciendo el latín en detrimento de la lengua de la zona, lo vemos en el Corónicas, el Fuero general de Navarra, el Liber Regnum e incluso en contratos y diplomas. Con lo que a finales de siglo las leyes se redactarán en castellano. No podemos dejar de citar en este apartado a Raimundo, arzobispo de Toledo que en el siglo XII creó la escuela de traductores.

La Escuela de Traductores de Toledo, es una denominación del XIX, para un grupo de eruditos que traducían obras clásicas al latín, en un primer momento y luego en castellano. Se aprovechó a que en Toledo convivían cristianos, musulmanes y judíos, pata traducir obras demandadas en las cortes europeas. Los primeros textos que se tradujeron fueron filosóficos y teológicos, incluyéndose posteriormente los de astronomía y leyes.

-Popular-

Los inicios son a base de canciones breves y sencillas de pocas estrofas, se relacionan con el ámbito rural y se asociaban al baile. Su temática está relacionada con el amor.

Hacia el siglo IX aparecen las moaxajas, una composición poética culta de la España musulmana aunque se cree que su tradición oral es anterior. Solía cantarla una mujer que llama al amante o le cuenta alguna desdicha amorosa a su madre o hermanas. Al final de los poemas en árabe o hebreo, se le añadió la jarcha, de dos o cuatro versos escritos en lengua mozárabe (romance).

De la misma tradición popular se consideran los villancicos, en la Edad Media se trataba de danzas de coro, que nada tenían que ver con las canciones navideñas que cantamos hoy día. Su origen está en Castilla y solían ser cortas como las jarchas o similares al zejel, que es un poema de origen árabe compuesto por un estribillo de dos versos, que se repite y cuatro versos más, lo que le da un carácter coral.

En cuanto a la poesía épica, en la Península, los temas se centran en la invasión musulmana, la resistencia cristiana y a partir del siglo X, la independencia de Castilla. Los primeros documentos que tenemos son del siglo VIII, cuando se van narran los conflictos fronterizos con poemas llamados archuzas entre los mozárabes, que relatan la pérdida del rey godo don Rodrigo o la batalla de Covadonga.

Influenciados por los cantares de gesta de tradición francesa, la poesía épica española se caracteriza por ser anónimos, haber perdurado a los largo de los años y por su realismo, ya que en su mayoría se compusieron en fechas próximas al suceso que se narra.

Destacan: el Cantar de Sancho II y la obra culmen de la literatura épica medieval española es el Poema del Mío Cid.

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BIBLIOGRAFÍA

  • DOMINGUEZ ORTIZ, Antonio; PITA ANDRADE, José Manuel & FRADEJAS LEBREO, José: El Románico. Misiones Culturales. Madrid, 1978
  • GONZÁLEZ PALENCIA, Ángel: Don Raimundo y los traductores de Toledo. Madrid, 1942
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  • MOLEIRO, Manuel: El arte de la perfección. Moleiro Editor. Barcelona, 2005
  • VALLÍN, Gema: Los “lais” de María de Franica. Rev. El Mundo Medieval, 3. Madrid, 2001. pp. 66-67
  • VALLÍN, Gema: El Cantar de Roldán. Rev. El Mundo Medieval, 6. Madrid, 2002. pp. 42-43
  • VALLÍN, Gema: Carlomagno y Hugo el Fuerte. Rev. El Mundo Medieval, 9. Madrid, 2002. pp. 30-31
  • YARZA LUACES, Joaquín: Arte y Arquitectura en España (500-1250). Cátedra. Madrid, 2004
  • YARZA LUACES, Joaquín: Beato de Liébana. Manuscritos iluminados. Moleiro Editor. Barcelona, 2005

La mujer en la universidad

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El día 8 de marzo de 1910 una Real Orden autorizaba el acceso de la mujer a la Universidad en España. En el siglo XIX muchas mujeres lucharon porque se reconociera nuestra libertad y gracias a ellas, actualmente tenemos unos derechos que nos pertenecen, aunque muchas de nosotras sigamos cobrando sueldos más bajos que nuestros compañeros de trabajo o no nos contraten porque por el hecho de ser mujer y traer niños al mundo, nos ausentaremos del puesto laboral.

Desde la prehistoria, las mujeres han tenido una función relacionada con el hogar: ellas cuidaban de los niños o recolectaban los productos del huerto, mientras que los hombres suministraban la carne mediante la caza. En la Edad Media, la conducta femenina estuvo marcada por la edad y situación social de la fémina, correspondiendo en la mayoría de las ocasiones con la potestad que sobre ella se ejerciera.: niña, prometida, casada y viuda, es decir, siempre ligada a un hombre que se responsabilizara de ella. El papel más importante de la mujer en esta estructura patriarcal, era el de esposa y madre. Las funciones con las que se las asociaba eran las domésticas, cuidando de los niños y esperando en casa al marido. Sólo aquellas mujeres que pertenecían a una clase social baja, tenían un empleo fuera de la casa, ocupaciones inferiores, respecto a los hombres, relacionadas con las faenas agrícolas o ganaderas y por las que no obtenían ningún tipo de salario.

Durante los siglos denominados del renacimiento (XVI-XVII) pocas eran las mujeres que gozaban de un status social, a pesar de ser de la nobleza o poseer un trabajo, ya fuera relacionado con el comercio, las artes,… Estas mujeres cobraban menos por desempeñar la misma labor que los hombres.

Mientras que en Europa, el movimiento feminista llegaba a finales del XVIII, en España, no lo hizo hasta principios del XIX, debido al escaso desarrollo industrial, la fuerte influencia de la Iglesia Católica y la jerarquización de género en la sociedad.

Las dos defensoras de los derechos de las mujeres españolas en aquella época fueron Emilia Pardo Bazán y Concepción Arenal, ambas denunciaron que los avances políticos y culturales sólo propiciaban a un sector de la sociedad: el masculino. La mujer era esposa y madre, pero no podían cerrársele las puertas a otras posibilidades.

A finales del XIX, encontramos los primeros avances en la enseñanza, aunque en las escuelas seguían enseñando a las mujeres donde estaba su lugar en la sociedad. Nada de esto debe sorprendernos, porque si preguntamos a nuestras madres, nos contarán que esa enseñanza fue la que ellas recibieron y que era raro que una mujer realizara estudios más allá de la escuela fuera de lo que se llamó el Servicio Social, en donde las enseñaron a ser esposas y madres.

200px-Concepcion_Arenal_1En 1841, la socióloga y penalista, Concepción Arenal acudía a la Facultad de Derecho de Madrid como oyente y disfrazada de hombre, nunca obtuvo un título oficial. Pocos años después, en 1858, se creó la Escuela Superior de Magisterio, de donde salieron administrativas, enfermeras o funcionarias; un trabajo compatible con los quehaceres domésticos y muy mal pagado. No será hasta los años 80 del siglo XIX, cuando la mujer vaya obteniendo títulos universitarios; estas mujeres habían obtenido el permiso de sus padres o maridos, para estudiar. En 1888, se produjo un avance con la abolición de esta norma, lo que aumentó el número de matriculadas. Pero hubo que esperar hasta 1910, cuando Alfonso XIII, por medio de una Real Orden, regulara la admisión de las mujeres en la universidad en las mismas condiciones que los hombres. Aún así, las alumnas tenían que pedir un permiso especial al catedrático de la asignatura, que debía garantizar el orden en el aula, puesto que se creía que la presencia de una mujer en las clases iba a alterar el comportamiento. La alumna no podía estar sola en los pasillos, así que esperaba al profesor en la antesala de la sala de profesores y se sentaba cerca de él o en la misma mesa, dentro del aula. Una vez finalizada la clase, volvían juntos a la antesala para salir con el catedrático de la materia siguiente.

En los años 40 las carreras en las que había mayor número de alumnas eran: Filosofía y Letras, siguiéndole de lejos: Química y Farmacia. Hoy día continua está tendencia que lleva a ser más numerosa la presencia femenina en carreras de Humanidades que en Ingenierías.

Con el inicio de la democracia, el número de universitarias aumentó considerablemente, del 38% al 53.03% en veinticinco años (1975-2001) Aunque pocas de ellas llegaban a cursar el doctorado.

20060206003435-foto2molinerPero ¿qué pasa en los puestos de trabajo universitarios? Predomina su presencia en los cargos administrativos y en los servicios de limpieza. Pocas mujeres llegan a ser catedráticas, a dirigir un tribunal de tesis, a ser vicerrectoras, decanas y mucho menos directoras de departamento. A pesar de haber superado muchos retos, continuamos sometidas a unos esquemas sociales masculinos, aunque en nuestro actual gobierno se cuente con cargos femeninos en las carteras ministeriales.

Aún nos queda mucho camino por recorrer.

Templos de planta centralizada

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La tipología de plantas en los templos se ha ido adaptando a las modas de cada época y también a la función de los mismos. En la Antigüedad, los edificios de planta centralizada tenían un carácter funerario y conmemorativo; en el centro se ubicaba el sarcófago o la escultura de la deidad, inevitablemente al carecer de punto de fuga, era aquí donde los ojos se fijaban. Este tipo de planta se inspira en los esquemas arquitectónicos heredados del mundo tardo antiguo. El cristianismo adopta el modelo de los mausoleos imperiales para conmemorar la Pasión de Cristo, por lo que la planta circular pasó a simbolizar la muerte y resurrección de Cristo. Durante el siglo XI, en plena Alta Edad Media, y gracias a las Cruzadas, volvieron a construirse edificios de planta centralizada, tomando como modelo el Santo Sepulcro de Jerusalén, aunque cada edificio posea sus características propias en todos ellos se conserva la idea principal. En esta primera época las formas más empleadas son la circular, cuadrada y octogonal. Queremos mencionar en esta breve introducción que contrariamente a lo expuesto, este tipo de planta no fue de uso exclusivo para los templos exnovo de las Órdenes Militares y que éstas también emplearon los modelos rectangulares.

Hagamos un breve recorrido por su historia:

–       Antigüedad:

Fue Constantino, primer emperador cristiano, quién promovió la edificación de templos para la práctica del nuevo culto, muchos de ellos se construyeron con planta centralizada, destacando: los baptisterios, los mausoleos y los martyria. 

002 Anastasis JerusalenMartyria: se trata de templos con carácter conmemorativo, que se dedican al culto a los santos o a la vida de Cristo. En Jerusalén se edificó uno dedicado a los últimos momentos de la vida de Cristo, este complejo se dividía en cuatro zonas: un patio o atrio oriental, una basílica de cinco naves: el Martyrion, un atrio interior que cobijaba la cruz y una rotonda en la parte más occidental: el Anástasis (resurrección en griego), que cobijaba el sepulcro. La Anástasis original se componía de un espacio circular rodeado por columnas y un muro exterior, en el que se abrieron tres ábsides semicirculares, orientados al norte, al oeste y al sur. Todo ello se cubrió con una cúpula que tenía perforado un óculo cenital. Con el transcurrir del tiempo, el templo se deterioró y no fue hasta mediados del siglo XI, y gracias al emperador bizantino Constantino Monómaco, cuando los cristianos pudieron restaurar el edificio. Se levantaron doce columnas y seis pilares centrales, se reformó la tribuna, se abovedó el deambulatorio y se construyó un ábside oriental. Así lo vieron los cruzados en la primera mitad del siglo XII. Fueron ellos los que alzaron un transepto y un coro al este de la rotonda, provocando la desaparición del absidiolo oriental, y se perforó el septentrional para ubicar una puerta. Al regresar los Cruzados a Europa, se trajeron consigo las tipologías y técnicas constructivas de Oriente, cobrando importancia los templos de planta centralizada, dándoles unas características propias en cada zona.

Mausoleos: Son tumbas monumentales, inspiradas en la tradición funeraria pagana y en la tradición romana; como la tumba de Teodorico (Rávena), el mausoleo de Centcelles (Tarragona) y el de Pueblanueva (Toledo).

Baptisterios: El avance de la nueva religión y la obligación de bautizarse facilitó la creación de este tipo de edificio, que albergaba la pila bautismal. Comenzaron formando estructuras independientes del templo, con planta circular o poligonal con dos accesos: uno para los catecúmenos y otro para los fieles bautizados; en el centro se colocaba la pila bautismal, rodeada por un deambulatorio.

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–     Carlo Magno:

004 AquisgranSerán los arquitectos carolingios los que comenzaran a ensayar con el carácter espacial y funcional de los edificios religiosos, sentando las bases de lo que será la arquitectura eclesiástica medieval; sirviéndoles de inspiración a los ostrogodos, que propagarán las ideas en su avance por Europa. En Aquisgrán, a finales del siglo VIII se edificó la capilla palatina de Santa María, su planta es octogonal y se cubre con una bóveda de paños, a su alrededor encontramos un deambulatorio hexadecagonal, por el que se accede a la zona central gracias a una arquería de medio punto, soportados por pilares. Encima del deambulatorio hay una tribuna cubierta con bóveda de arista, en ella, sobre el pórtico de acceso, se coloca el trono imperial. A eje con la entrada encontramos el presbiterio. Su carácter inicial fue martirial, ya que en ella se albergaban y veneraban las reliquias que poseía la monarquía franca. Empezó a usarse la planta circular y cubierta con cúpula para los edificios relacionados con la muerte, tomando como precedente los mausoleos cristianos de la época de Constantino.

–       Románico:

Las plantas centralizadas siguieron su evolución, al igual que el resto. Su carácter no se limitaba sólo a los ya citados: funerario, baptisterio y de oratorio privado; ahora también, determinadas órdenes religioso –militares las empleaban para levantar algunos de sus templos. Las plantas centralizadas pueden ser:

De planta Circular– son los que más siguen los modelos de la Anástasis de Jerusalén y el Panteón de Roma, convertido en iglesia en el siglo VII (Santa María de Martyres). Los ejemplos que tenemos en España son:

  1. Cataluña- San Miguel de la Pobla de Lillet, la capilla del Castel Yuça, Saldes, San Jaume de Villanova, el Sant Sepulcro d´Olérdola, San Pere de Cervera y la Rodona de Vic.
  2. Castilla y León- San Marcos en Salamanca.

De planta Poligonal– la función funeraria de muchos de estos templos los conecta con la Anástasis de Jerusalén, se suele escoger el octógono, ya que esta cifra se relaciona con la Resurrección. Para algunos teólogos, Dios creó el mundo en siete días y la resurrección de Cristo marcó el octavo día de la creación divina. Por este motivo, esta figura geométrica se empleó tanto en los templos de carácter bautismal como en los funerarios. Podemos encontrar en:

  1. Navarra- Torres del Río y Santa María de Eunate
  2. Castilla y León -la Vera Cruz de Segovia (de planta dodecagonal y construida por la Orden Militar del Santo Sepulcro).

De planta Cuadrada y Tetralobulada– son menos frecuentes que las anteriores, destacan por su modesta forma constructiva. Un ejemplo claro lo tenemos en Roncesvalles, en la Capilla del Espíritu Santo. Las plantas tetralobuladas surgen de plantas cuadradas a las que se le añaden capillas a cada uno de sus lados.

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Escuelas Románicas en España

A.CATALANA:

Muchas fueron las iglesias levantadas en el último cuarto del siglo XI de planta centralizada, salvo excepciones, son de pequeño tamaño. Se encuentran dispersas por toda Cataluña, muchas de ellas son las capillas de los castillos; como la de Sant Pere de Gros o la del castillo de Lluça. Son herederas de la capilla palatina del mundo carolingio.

Igl de Sant Pere el Gros–  se encuentra en la localidad de Cervera (Lérida), se construyó en el siglo XI y su planta circular es de mayores dimensiones que las edificadas en Cataluña. Consiste en un tambor de gran grosor levantado en sillarejo, con dos aberturas: la oriental que comunica con un ábside semicircular de la mitad de altura que el muro circular; y el acceso, en el muro occidental. En el cuerpo mayor hay dos vanos opuestos, que iluminan el interior. En el centro de su tejado se conserva una espadaña.

Esta iglesia es el único resto que queda de un priorato benedictino que dependió de la abadía de Ripoll.

Igl de San Vicent de Lluça– se trata de la iglesia del arruinado castillo de Lluça. Es de nave circular cubierta con bóveda circular y lleva adosado un ábside semicircular que al interior se cierra con bóveda de cuarto de esfera. La puerta está en el lado oeste y es de traza sencilla, formada por un arco de medio punto. En los muros, encontramos además dos vanos abocinados rematados con arcos de medio punto.

Igl de Sant Miquel– ubicada en la Pobla de Lillet (Gerona). Según una inscripción que hay en el altar, la iglesia fue consagrada en mayo del año 1000, aunque la primera noticia documentada es de 1166. Su planta es circular, a la que se le adosa un ábside semicircular. La cubierta de la nave es semiesférica y la del ábside de cuarto de esfera. La portada de acceso consta de un sencillo arco de medio punto, cuya única decoración es el despiece de las dovelas.

Capilla de Sant Esteve– en Sallent, al norte de Manresa (Barcelona). Estamos ante la iglesia de planta circular, del arruinado castillo de la localidad. Actualmente bajo la advocación de San Sebastián.

Igl de Santa María D´Olo– al suroeste de Vic (Barcelona)

Igl de Sant Jaume– en Vilanova, se construyó en los últimos años del siglo XI. Su planta es circular y en ella se abre un ábside, que sobresale al exterior. Las paredes se cierran en abovedamiento cupular y en los muros quedan embebidos cuatro absidiolos repartidos simétricamente en los ejes del interior, como si se tratara de hornacinas excavadas en el muro. Al exterior, sus muros son lisos, salvo por un friso con arcuaciones en lo alto del ábside.

Igl de San Adjuntorio– en el valle de San Madí

Igl del Santo Sepulcro– en Olérdula. Esta iglesia de planta circular, conserva restos de pintura al fresco de finales del siglo XI, en el muro próximo a la puerta, sólo se aprecian unos bustos de estilo primitivo, que desde el 2007 se están restaurando.

B.CASTELLANA:

En esta zona destacan las cubriciones con cúpulas semiesféricas, de marcado carácter islámico en los arcos lobulados, debido a la continua cruzada contra el Islam a la que se veía sometida esta zona fronteriza.

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Igl de la Vera Cruz– ubicada en Segovia, en el barrio de Zamarramala. Una lápida encastrada en el interior nos indica que la finalización de este templo se remonta a 1.208: “…dedicatio: eclessie: beati: sepulcro: Idus: Aprilis: era: M:CC:XLVI:…” Una antigua tradición le atribuye su existencia a la Orden del Temple, pero la inscripción que antecede a la fecha de fin de las obras, le cede su autoría a los caballeros del Santo Sepulcro: “Hec: sacra: fundantes: celeste: sede: locentur: atque: gobernantes: in: eaden: consocientur:…”  (Los fundadores de este templo sean colocados en la sede celestial, y los que se extraviaron les acompañen en la misma. Dedicación de la Iglesia del Santo Sepulcro. En los idus de abril, era de 1246 (nuestro 13 de abril de 1208)] No existe ningún documento que asegure que fue la Orden del Temple la que edificó este templo, pero las similitudes halladas con la mezquita de Omar, sede de los templarios en Jerusalén, y la iglesia portuguesa de Tomar, construida por los monjes soldados, parecen pesar más que los escritos. En el siglo XVI este edificio pertenecía a la Orden de San Juan, la cual se quedó con la mayoría de las posesiones templarias en la Península. Actualmente se baraja la posibilidad de que la iglesia fuera comenzada a construir por la Orden del Temple y que antes de acabarla, ésta pasara al Santo Sepulcro, debido al arcaísmo de sus formas y a las similitudes que se han encontrado con templos italianos: Santo Sepulcro y del Calvario de Bolonia y Santo Tomás in Lemine, en Bérgamo. En aquellos años era frecuente encontrar maestros italianos trabajando en España. Estamos ante un templo de planta dodecagonal, en tres de sus lados se abren tres ábsides, siendo el central de mayor tamaño que los otros dos. Posee una torre adosada al mediodía, posterior a su primera fábrica, pero construida en época románica, al menos los dos primeros cuerpos. Delante de ella, casi enterrado por el desnivel del terreno, existe un primer cuerpo románico con bóveda de cañón apuntado, que parece corresponder con un campanille exento. Los paramentos de los muros son de mampostería encalada, rompen su sobriedad varios vanos que se abren en la parte alta. Unos canecillos lisos sostienen la cornisa del alero. Los muros están recorridos por vanos: unas simples aspilleras y otras ventanas de medio punto.                               

Posee dos portadas, la occidental se protege con un tejaroz con canecillos y metopas con florones y otros temas vegetales; se organiza en cuatro arquivoltas de medio punto: la exterior con baquetón y las otras tres con motivos en zigzag; están bordeadas por una fina moldura exterior de billetes. En el lado izquierdo nos encontramos con los siguientes capiteles: uno corintio, otro de arpías con mantos y un tercero con dos demonios que sujetan a una figura con una cuerda, como queriéndola ahogar. En los de la derecha vemos unas arpías con las alas desplegadas, aves afrontadas y dos guerreros con cota de malla luchando cuerpo a cuerpo. El tímpano y sus mochetas son lisos y de obra posterior. La otra portada está en el muro norte y se accede por ella. Está formada por tres arquivoltas lisas y una chambrana ajedrezada de medio punto, descansa en dos capiteles con arpías, uno corintio y la representación de una Anunciación, en la que vemos dos figuras cobijadas bajo arcos trilobulados, la figura de la derecha lleva en la mano un cetro.

En el interior, lo más innovador está en el centro, se trata de un edículo dodecagonal que se une a los muros mediante arcos fajones radiales que soportan una bóveda de medio cañón. El edículo está formado a su vez por dos pisos: uno inferior de poca altura y a ras del suelo, con forma de cripta cubierta por una bóveda de crucería que apea sobre cuatro columnas que son más anchas y cortas, que las restantes. Este piso inferior se abre en las cuatro direcciones, estando ciegos al exterior los arcos, ligeramente apuntados de los ocho muros restantes. Al piso superior se accede por medio de una doble escalera occidental, es de mayor altura y se cubre con una bóveda sobre cuatro arcos paralelos dos a dos que se cruzan. Tiene una apertura frente a la entrada por la que se ve el ábside mayor. En medio de la estancia se alza un bloque de piedra rectangular con funciones de altar. Está decorado con arquería ojival, se cruzan sobre columnitas con fuste en zigzag que recuerda a las series de arcos del claustro de San Juan de Duero. Los arcos esculpidos en sus laterales tienen del fuste liso y un arco más de herradura. Recordemos que los restos San Juan de Duero, pertenecen a un monasterio de la orden de los Hospitalarios y que fue construido. 

Sobre la cúpula del segundo piso, parece existir una cámara secreta a la que se accede mediante una escala. La parte superior del edículo presenta al exterior, arcos ciegos apuntados similares a los de la inferior pero de mayor altura. Las aristas exteriores son recorridas por columnas sencillas que abarcan ambos pisos, partiendo del suelo hasta los arcos fajones. Sus capiteles son simples, de tipo corintio. Una imposta separa los dos pisos del edículo. Se cree que en la parte alta, velaban las armas los caballeros de la orden de Malta; hoy día, mantienen sus reuniones en esta sala. En ella vemos además del altar, una imagen de San Juan Bautista y una cruz de Malta. En ese altar era donde colocaban sus espadas y en el desaparecido banco de piedra corrido, era donde permanecían en vela, orando.

Los ábsides son sencillos, se cubren con bóveda de horno y sus presbiterios con  medio cañón. Los capiteles de los arcos fajones son de tipo corintio y con volutas los de las ventanas del ábside central.

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Igl de San Marcos– situada en Salamanca, la antigua capilla de la Clerecía de San Marcos, es de planta circular con tres capillas rectangulares y tres ábsides redondos, que no se acusan al exterior. Por fuera sólo se perciben dos entrantes a la altura de la capilla. Esta extraña forma ha dado paso a varias hipótesis, entre ellas que se empleó un cubo de la muralla para la cabecera y que luego se completó el círculo, aunque hoy día se ha desechado, sabiendo que la planta circular se debe a la idea inicial de la construcción del templo. Al exterior podemos apreciar que la cornisa descansa sobre unos canecillos, entre los románicos podemos ver animales, cuadrifolias, bolas y alguna cabeza humana. La portada meridional posterior a la fábrica inicial, se compone de arco apuntado de cuatro roscas sobre machones y que descansan en cimacios.

En el interior apreciamos que está dividida en tres naves y seis tramos, por cuatro macizas columnas rematadas por capiteles impostados, dos de los cuales nos encontramos adosados a los muros presbiterales. Sobre ellas descansan los siete arcos apuntados que forman los distintos tramos. Los arcos más próximos a la cabecera están formados gracias a dos columnas semicilíndricas, una a cada lado de la capilla mayor, y los demás descansan en repisas de los muros. Las tres capillas de la cabecera se abren con arcos de medio punto, de los cuales está reformado el central en el siglo XVII al abrir una ventana para sostener la espadaña. Dos arcos agudos comunican las capillas. El muro cabecero es grueso en el extremo y en él se desarrolla una escalera de husillo a cada lado del ábside central. Cinco saeteras abocinadas al interior iluminan las capillas y las dos escaleras. Además en el interior de los ábsides laterales podemos ver dos mesas de altar románicas. La cubierta primitiva sólo alcanza a la cabecera, con cascos semiesféricos para los ábsides y de medio cañón para los tramos rectos del presbiterio, que nacen de impostas aboceladas. El resto se cubre con madera, salvo el tramo central que es de armadura de par y nudillo, del XV.

C.NAVARRA:

Podemos hablar de tres ejemplos de planta centralizada, vinculados con el Camino de Santiago. Dos de ellos sirvieron como linterna de muerto y de aviso a los caminantes: la Capilla del Espíritu Santo de Roncesvalles y la iglesia de Torres del Río. La tercera, Santa María de Eunate, se discute si la mandaron construir los templarios o bien, al igual que las otras anteriormente citadas, tiene una función funeraria.

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Igl de Santa María de Eunate– pocos datos hay sobre su origen, se piensa que fue construida en la segunda mitad del siglo XII, No existen documentos escritos que confirmen la tradición que la vincule con la Orden del Temple, aunque sí unas marcas de cantero atribuidas a los monjes –soldados (tienen forma de cruz con uno o dos arcos en su brazo largo) que no son del todo concluyentes. Lo que si aparece documentado es la pertenencia de la iglesia al hospital de peregrinos que poseían los Sanjuanistas, gracias a una carta enviada por el cofrade del Hospital, en 1251, a los cofrades de Obanos. Como un templo de carácter funerario es más posible identificarla, ya que se han encontrado varios enterramientos en un murete, entre columnas de la arcada exterior, en alguno se ha hallado una concha de peregrino con sus dos agujeros para coserla a la capa. Así que junto con Roncesvalles y Torres del Río, estamos ante un edificio de tipo funerario, que acogió los restos de los peregrinos fallecidos.

Se levanta sobre una ruta transversal del antiguo Camino de Santiago que llegaba desde Somport, cerca de Puente la Reina. Su planta es octogonal, en uno de sus lados se abre una cabecera absidal en semicírculo orientada hacia levante. Tiene dos accesos, uno abierto en el norte, el principal, y el otro opuesto al ábside. Toda la iglesia está rodeada de una arquería octogonal, con los lados del este más alargados. Una tapia la rodea paralelamente, sus dimensiones se reducen a un simple zócalo, en ocasiones. La galería exterior se forma por arcos de medio punto que en cinco de sus lados se apoyan en pilares cuadrangulares y en los otros tres restantes (al lado de la puerta principal), lo hacen sobre columnas geminadas rematadas por capiteles dobles, de temática vegetal y figurada: máscaras de cuya boca salen tallos que terminan en hojas y frutos, hojas de acanto entrelazadas, leones afrontados con colas terminadas en palmetas y una figura con los brazos en cruz rodeada de catorce personajes en pie. Cada ángulo del octógono se remata con una columna de capiteles fitomórficos, que llegan hasta el tejaroz, sostenido por una corona de canecillos lisos. Sobre ellos y en medio de la cubierta, se alza una espadaña posterior. Algunos de los arcos de descarga están perforados por ventanas de arcos de medio punto y gran bocel; sus columnas laterales presentan capiteles de temática vegetal. Una imposta biselada recorre los muros a la altura de los cimacios de estas columnas. En el lado oriental se abre a un ábside que al exterior toma la forma de cinco lados rectos irregulares, seccionados por columnas que terminan en el tejaroz sostenido por canecillos con cabezas de gran tamaño. En cada lado del ábside se abre una ventana similar a las de los muros del octógono; de las cuales dos son ciegas.

La portada principal está formada por una serie de arquivoltas de medio punto soportadas por dos pares de columnas. Tres de las arquivoltas están talladas, en la exterior se suceden a modo longitudinal figuras humanas y de animales alargadas, alguna cabeza y algún aspa. Las otras dos muestran temas florales. El resto son boceladas con clavos y bolas entre ellas. De los cuatro capiteles dos parecen simétricos, consiste en una cabeza barbada que se desarrolla en dos grandes espirales que ocupa cada una de las caras del capitel. La puerta occidental es pequeña y está formada por una única arquivolta.

En el interior, cada lado tiene dos columnas superpuestas, llegando la inferior hasta una imposta biselada que recorre los muros y la superior hasta casi la altura de los capiteles de las ventanas. Dos capiteles de las columnas bajas, cercanos al arco triunfal, se decoran con una escena de músicos y danza y el otro con un personaje que hace sonar un cuerno. Sobre las columnas superpuestas apean los nervios de la sección cuadrada de la cúpula que se reúnen en el centro de la misma en una pequeña clave central. Existe una pequeña puerta que da acceso a una escalera de caracol para subir al tejado. El lado oriental se abre un ábside, algo mayor que los otros, en el que vemos los mismos motivos que en la cúpula, aunque de menores proporciones.

006 Torres del RioIglesia del Santo Sepulcro de Torres del Río– El camino de Santiago debía atender las exigencias rituales de los peregrinos muertos a lo largo del trayecto, de ahí que se edificaran capillas funerarias, como la de Torres del Río. Se sitúa en el Camino de descenso hacia La Rioja. Pocos datos se conservan de su origen, se sabe que en el siglo XI existía un monasterio, que lo une a los Templarios y a funciones sepulcrales, por la linterna de muertos que corona el edificio; además hay documentos de la existencia de una necrópolis a su alrededor. Al igual que en Eunate no poseemos datos documentales que aseguren la presencia templaria en esta iglesia. Lo que sí se ha encontrado es un documento de 1100, en el que se dona un monasterio de Torres, a Irache y a su abad; y en el que se habla de que se han encontrado restos de telas lujosas y metales preciosos en la necrópolis que lo rodeaba; de lo que se deduce que era un cementerio de gente de buena posición. 

Estamos ante un edificio de pequeñas dimensiones, de planta octogonal y que crece hacia lo alto. El octógono se abre en su lado oriental a un ábside semicircular al que precede un corto presbiterio rectangular. Por el lado opuesto a la cabecera se accede a una escalera de caracol construida dentro de un cubo, adosado al exterior.

Al exterior, el ábside posee un tambor prácticamente liso, salvo por una ventana sencilla abierta en el eje y está rematado por una corona de canecillos. Los ángulos están formados por altas columnas que alcanzan el tejaroz atravesando lo tres cuerpos que forman los muros, diferenciados por medio de dos impostas corridas que circundan todo el edificio. El cuerpo inferior tiene los muros lisos, salvo por la ventana, anteriormente citada. El segundo cuerpo arranca de los arcos de descarga, que son apuntados. Hay uno por muro, menos los correspondientes al ábside y al husillo de la escalera; en los dos más cercanos, se abren dos ventanas de arcos de medio punto sobre un par de columnas. En cada uno de los muros del tercer cuerpo se abre una ventana de anchas jambas y doble arquivolta. El cilindro de la escalera no lleva ornamentación alguna y se corona con canecillos. El conjunto se remata con una corona de canecillos que soportan una cornisa de alero saliente. Sobre este remate y en su centro, se eleva la pequeña torre o linterna, también octogonal y que repite la estructura de los muros inferiores: columnas angulares y tres cuerpos horizontales. Una ventana simple se abre en lados alternos.

En el interior vemos la similitud que tiene con el exterior. El ábside comunica con la nave por un arco de triunfo apuntado que descansa sobre capiteles que representan el Descendimiento y la Resurrección, con el sepulcro vacío. Se trata de tallas minuciosas, de volúmenes nítidos y ángulos secos. Conserva las tres alturas de fuera, marcadas por impostas abilletadas. El cuerpo inferior es liso, lo que resalta los arcos que se levantan sobre él, en el segundo cuerpo. Estas columnas angulares, descienden hasta la mitad, descansando en ménsulas. En mitad del muro aparecen dos ménsulas casi unidas, adyacentes a la segunda imposta, que sirve de cimacio de la pareja. De estas ménsulas y de las columnas angulares parten, ya en el tercer cuerpo, arcos apuntados de sección rectangular sin adorno, que cruzan formando un ochavo que se convierte en círculo por medio de una cuarta imposta abilletada. Sobre ella se levanta una pequeña cúpula en la que está la linterna, la cual no se ve desde el interior. Los grandes ventanales externos, son pequeños vanos calados por celosías entre arcos, al interior. Las tallas de las ménsulas y de los capiteles de las columnas representan máscaras, arabescos, temas fitomórficos,…

El punto de fuga es vertical, lo que nos lleva a mirar la cúpula ochavada, el simbolismo del numero 8 se asocia a las aguas bautismales y a la regeneración. De este octógono se pasa al círculo, que sostiene la linterna, lo que alude a la perfección tras el bautismo iniciático precedido de la muerte y la resurrección.