Para la mayoría es sabido que las abejas construyen las celdillas de los panales (donde pone huevos la reina o donde las abejas obreras almacenan la miel y el pan de abeja para alimentarse a lo largo del año solar) con una geometría hexagonal (figura 1). Y se dice que desde el punto de vista arquitectónico el hexágono permite una distribución o encaje tal que no da lugar a espacios inútiles, porque todas las caras de los hexágonos del panal están unidas entre sí, con el máximo aprovechamiento del espacio.

La imagen que se muestra corresponde a celdillas donde ha puesto huevos la reina de la colonia (las rayitas blancas) y en la parte superior se aprecian larvas desarrollándose en un medio lechoso que es la jalea real.

Si consideramos la imagen de este panal en relación a la geometría sagrada, podemos apreciar claramente que las abejas construyen sus panales vibrando en resonancia con la geometría de la Creación del Universo, tanto en lo referente al continente (la cera) como su contenido (cría, miel y pan de abeja), lo que les confiere a estos animalitos y a estos alimentos unas características especiales, que quedan de manifiesto en numerosos escritos sagrados de la antigüedad.

                “…sin Amor el corazón del hombre es árido y agrietado como el fondo de una fuente seca y sus palabras son vacías como una calabaza hueca. Pero las palabras de Amor son como un panal de miel dulce al alma…”

                “ Las palabras amables son como la miel, dulces para el espíritu y saludables para los huesos”.

(Extractos del Libro Esenio de la Paz).

El mundo de las abejas es como un cuerpo en el que podemos ver su funcionamiento interno. Como decía Rudolf Steiner, el animal es la colonia de abejas y cada abeja es como la célula de un cuerpo. De hecho una abeja melífera no puede vivir en solitario, su vida se sostiene en comunidad. Cuando empecé a trabajar con las abejas descubrí que había algo en ellas que los seres humanos aún no habíamos integrado como Humanidad, como colectivo: el amor incondicional. El amor que nos permite crear para el conjunto, es decir, lo que ahora está de moda expresarlo como “cocrear”.

Dentro de esta geometría hexagonal vamos a contemplar la semilla de la vida, la estrella tetraédrica (dos triángulos que forman el hexágono) y si contemplamos este mismo símbolo en 3D, descubriremos una forma cúbica o cubo de Metatrón.

Cuando observamos detenidamente un panal, cada cara del mismo nos muestra hexágonos, sin embargo, cuando lo observamos al trasluz, los hexágonos de ambas caras se superponen y la visión que tenemos en cada cara es la de hexágonos con tres lineas interiores que se unen en el centro formando una Y o una Y invertida, como se aprecia en las fotografías y dibujos siguientes.

En apicultura, la técnica llamada “Posición Housel” en relación a la disposición de los panales dentro de la colmena tiene que ver con esta geometría y fue descubierta por Michael Housel (Orlando, Florida, USA). Observó que las abejas en estado silvestre disponían sus panales en simetría, atendiendo a la geometría que se ve por cada una de sus caras. Observando la figura 2, dentro del hexágono se dibuja una Y, y en la figura 3, la Y dentro del hexágono está invertida. Si juntamos ambos dibujos (figuras 2 y 3), obtenemos la semilla de la vida, en términos de líneas (masculino, figura 4) en lugar de pétalos (femenino, semilla).

En las colonias silvestres, el panal central tenía una imagen de sus caras igual, en ambos lados al mirar al trasluz se dibujaba una Y invertida dentro del hexágono. A partir de este panal central, tomado como eje de simetría, construían panales a ambos lados con la geometría de cada panal en Y hacia arriba en la cara interior e Y invertida en la cara opuesta, tal como se muestra en el siguiente dibujo. En el caso de las colmenas modernas, no podemos imitar el panal central con las Y invertidas en ambas caras y lo que hacemos es colocar los dos panales centrales mirando las Y invertidas de cada panal hacia el centro.

¿Qué consigue el apicultor cuando respeta esta disposición al mover los cuadros dentro de la colmena?: ARMONÍA. Cuando he experimentado esta técnica, marcando previamente los cuadros laminados antes de introducirlos en la colmena para saber en qué posición les corresponde en simetría, la primera observación es que las abejas están tranquilas y ello se escucha y siente en el zumbido que emiten. Por lo tanto, una consecuencia inmediata es que el espacio dentro de la colmena resuena en armonía con la geometría del Universo y las abejas así lo manifiestan en su comportamiento. En segundo lugar, hay mucho campo que recorrer en el mundo de cómo las abejas se relacionan con los campos electromagnéticos, por lo que alterar este orden podría dar lugar a una comunicación distorsionada o a un sistema inmunológico que se debilita a partir de la alteración de sus campos electro-magnéticos.

En el sector apícola sabemos que las abejas al enjambrar se reúnen temporalmente en los mismos lugares cercanos al colmenar antes de emprender un vuelo largo hacia su nueva casa. Si medimos ese lugar con las varillas de zahorí, encontramos un cruce de líneas telúricas. Como las aves migratorias, también las abejas llenan su buche de alimento para el viaje y además, se reúnen en estos lugares de cruces magnéticos para establecer el agrupamiento, la cohesión de la nueva colonia.

En esta línea de investigación, un estudio reciente del equipo de Daniel Robert de la Universidad de Bristol ha descubierto que las abejas son capaces de distinguir los campos eléctricos de las flores. “Las abejas están cargadas eléctricamente con carga positiva gracias al movimiento rápido de sus alas, permitiéndole recoger el polen de la flor mediante electricidad estática…. Cuando la abeja aterriza en una flor, ésta adquiere parte de la carga positiva de la abeja y permanece ligeramente cargada durante un tiempo que oscila entre minutos y horas. Esto deja una huella temporal en la flor que indica una visita, por lo que las flores con más néctar y más visitadas tendrán una carga eléctrica superior a las flores menos visitadas. Las abejas poseen la capacidad de distinguir estas cargas eléctricas y seleccionar en pleno vuelo las mejores flores.” (Fuente: Econoticias y Science Express).

Retomando de nuevo la formación geométrica de los panales, si a la figura 4 anterior le trazamos los dos triángulos equiláteros (en líneas azules) dentro del hexágono, obtenemos la figura 5. En este nuevo dibujo, las líneas negras dentro del hexágono son, en términos matemáticos, las bisectrices de los triángulos, es decir las Y e Y invertida que se veían en los panales al trasluz. Y el punto central en el que se unen todas las bisectrices (punto azul), es el lugar donde pone huevos la reina, que el primer día están en posición vertical respecto al plano a modo de antenas receptoras-emisoras, como se puede apreciar en la fotografía del panal, y después se tumban para el desarrollo larvario. Este punto, asimismo, se corresponde a 1/3 de la altura del triángulo en el plano o 2D (figura 6). En las pirámides construidas en nuestro planeta, éste punto es de máxima energía equilibradora de las energías padre-cósmicas y de las energías madre-telúricas.

En relación al cubo de Metatrón y el Fruto de la Vida, también podemos relacionar los panales de las abejas con la siguiente geometría, que también la hemos encontrado en uno de los crop circles de las cosechas:

Cada brazo de esta Y, viene a representar las tres conciencias en las que el ser humano profundiza y se desarrolla vida tras vida para encontrarse en el punto central de la consciencia-espíritu, donde se integran todas, el ser humano experimenta la unidad de todo lo creado, no hay separación. En términos chamánicos, el camino rojo, podemos expresarlo como los cuatro niveles de percepción, simbolizados con los animales: serpiente – jaguar – colibrí – águila.

• Conciencia física, el cuerpo humano y mundo de la forma, el reino mineral.
• Conciencia de la mente, el mundo etéreo, el reino vegetal.
• Conciencia del alma, el mundo astral, el reino animal.
• Conciencia-espíritu: La conciencia Una, en conexión con toda la Creación.

Y volviendo a la observación de un panal, en esta ocasión visto de perfil, la formación hexagonal de una celdilla es en relieve como un prisma hexagonal, al igual que los cristales de cuarzo, ligeramente inclinado hacia arriba para que no se derrame la miel dorada (solar). También, visto este perfil, la disposición de celdillas se asemeja a la disposición de los granos de una espiga de trigo (solar). Es interesante también observar que la miel en su estado natural, sin someterla al calor, CRISTALIZA, cuando alcanza una temperatura similar a la de la Tierra, es decir entre unos 12-14ºC. La miel así cristalizada dentro de estas celdillas se asemeja a un cristal de cuarzo.

No he tenido la oportunidad de averiguar qué forma geométrica tiene tal cristalización, así que lanzo la invitación a quien disponga de los medios y quiera aportarnos su investigación, aunque cabría esperar que fuera hexagonal… si no ha sido alterada por sustancias químicas incorporadas por los tratamientos de enfermedades de las abejas o de residuos químicos procedentes del néctar y polen recolectados de plantas tratadas.

En relación a los dos triángulos de la estrella tetraédrica (figura 5), a los que se suele hacer referencia como la relación entre el macrocosmos y el microcosmos, o como la frase de Hermes “lo que es arriba es abajo, lo que es afuera es adentro…”, otra “coincidencia curiosa” es que las abejas producen 6 sustancias, de las que tres son secreciones de sus glándulas, es decir, internas y vinculadas al Sol (cera, jalea real, veneno) y tres son recolectadas en la naturaleza, es decir externas o vinculadas a la Tierra (néctar, polen, propóleo). Asimismo, son tres los seres que habitan una colmena: la reina, la abeja hembra “obrera” y la abeja macho o “zángano”. Una trinidad armónica multiplicadora de Vida, multiplicadora de semillas en los frutos, que funde lo femenino y masculino de las flores en unidad creadora.

En las colmenas modernas, obligamos a las abejas a realizar sus panales en forma rectangular, dentro del cuadro o armazón de madera, pero en su libre albedrío, ellas diseñan sus panales en forma elíptica y la disposición de la cría dentro del panal, también dibuja una elipse. Cuando modificamos estas geometrías nos olvidamos de las vibraciones/frecuencias que emite cada forma y siendo la abeja un ser de aire/solar, la forma cuadrada o rectangular de las colmenas le atribuye características más térreas/lunares, que atraerán a otros parásitos y patologías de esta frecuencia, sumado esto a la colocación de las colmenas muy próximas al suelo y a la humedad de la tierra.