Está en la página 1de 29

El Tabernáculo Estudio Bíblico – Partes y Significado

El Tabernáculo y sus partes, imagen de referencia –


Este Estudio Bíblico sobre Tabernáculo es una enseñanza profunda sobre su
significado, partes, utensilios y que simboliza según la biblia.

¿Qué es el Tabernáculo?
Para saber que es el Tabernáculo
según laBiblia, la palabra nos enseña
que fue un santuario terrenal inspirado
por Dios y ordenado para su
construcción a Moisés, según el diseño
que le mostró en el monte Sinaí (Ex
25:40; 25:8-9). Fue hecho por una
ofrenda voluntaria del pueblo, es decir,
una ofrenda de corazón, ya que Dios deseaba un corazón bien dispuesto (Ex
25:2). Su propósito era mostrar el deseo de Dios de habitar en medio de su
pueblo (Ex 25:8).
También era conocido como Tabernáculo de Reunión y el lugar donde la
congregación de Israel llevaba sus ofrendas y sacrificios para presentarlos a
Dios, generalmente era un cordero o un animal puro y sin defectos, podían
ser chivos, becerros o toros, se presentaban a Dios por expiación de los
pecados. (Lv. 4:13, 14, 15).
El Tabernáculo fue el lugar donde se manifestaba la presencia de Dios y daba
dirección a su pueblo (Lv. 9:23; Ex 33:9-11; Ex 40:34; Nú 20:6), mediante una
nube de día y fuego de noche (Ex 40:34-38).
¿Qué Simboliza el Tabernáculo?
El Tabernáculo fue el método que Dios utilizó para enseñar a su pueblo Israel. La
Biblia señalan a Cristo como simbolismo del Tabernáculo, en La Puerta (Jn 10:9),
El Cordero (Jn 1:29), El Sacerdote (He 3:1; 9:11) y muchos más que
estudiaremos a continuación.
La palabra de Dios en Éxodo 25:8 dice: “Y habitaré en medio de ellos”. Por lo
tanto, esto vino a ser sombra de lo que vendría, Dios hecho hombre en la persona
de Cristo, ya que en Juan 1:14 dice: “Y el verbo se hizo carne y habitó entre
nosotros”.

El sistema de sacrificios que fue instituido por Dios en el Tabernáculo, es una


revelación de la obra redentora de Cristo en la Cruz, de esta manera podemos
entender el significado del Tabernáculo y de una forma más claras las verdades
del evangelio.

Simbolismo del Tabernáculo en:


1. Cristo: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria,
gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” (Jn 1:14).
2. La Iglesia: “en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de
Dios en el Espíritu” (Ef 2:22).
3. El Creyente: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora
en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él;
porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es” (1 Co 3:16-17).
4. Las Cosas Venideras: «Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el
tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su
pueblo,y Dios mismo estará con ellos como su Dios” (Ap 21:3).
Partes del Tabernáculo y sus Significados
Imagen del
Tabernáculo y sus
partes –
Las partes del
Tabernáculo, eran El
Atrio y La Tienda.
El Atrio del Tabernáculo
El atrio del
Tabernáculo de
reunión, estaba
cercado por una
valla de lino fino. Esta valla estaba sostenida por 60 columnas de bronce, con
sus respectivas basas de bronce, y capiteles de plata.
El sur consistía de una cortina de lino fino de 45 metros, 20 columnas de bronce,
20 basas de bronce y 20 capiteles de plata (Ex 27:9-10).

El norte de igual manera con una cortina de lino fino de 45 metros, 20 columnas
de bronce, 20 basas de bronce y 20 capiteles de plata (Ex 27:11).

El occidental del atrio contaba con una cortina de lino fino de 22,5 metros, 10
columnas de bronce, 10 basas de bronce y 10 capiteles de plata (Ex 27:12).

El ancho del lado oriental era de 22,5 metros (Ex 27:13) con cortinas de lino fino
de 6,75 metros sostenidas por 3 columnas de bronce, 3 basas de bronces y 3
capiteles de plata de un lado y del otro (Ex 27:14-15).

La puerta del atrio medía 9 metros y estaba hecha tela azul, purpura, escarlata
y lino torcido, sostenida por 4 columnas de bronce, 4 basas de bronce y 4
capiteles de plata (Ex 27:16-17).

Medidas del Tabernáculo en metros: El Atrio


El atrio del Tabernáculo, era la zona donde se llevaban a cabo los
sacrificios. También a la única sección a la que el pueblo tenía acceso,
para presentar ofrenda o Sacrificio a Dios (Sal 96:8; 100:4; 1 Re 8:64).
De esta manera, estar en el atrio del Tabernáculo, era para el pueblo
estar en la presencia de Dios (Sal 65:4; 84:2; 84:10).
La Tienda o Santuario

Otras de las partes del Tabernáculo era la Tienda, esta estaba construida de 48
tablas de madrera de
acacia de cubiertas
de oro. Las Cuales,
eran 20 del lado sur
(Ex 26:18-19), 20 del
lado norte (Ex 26:20-
21), y 6 tablas del
lado occidental (Ex
26:22). Por lo tanto,
cada una de estas
tablas tenía dos
espigas (tacos de madera) y cada una de estas espigas, iba incrustada en 2
basas de plata para
unir los tablones (Ex
26:17), el total de
las basas era de 96.
Medidas del
Tabernáculo en
metros: La Tienda
La Tienda estaba
dividida en dos
partes:

Lugar Santo del Tabernáculo


El Lugar Santo era la primera sección de la Tienda del Tabernáculo y por donde
se tenía acceso a la morada. estaba separada del atrio por cinco columnas de
oro y un velo que era la entrada al recinto. Por lo tanto, allí en su interior se
encontraba el altar de incienso, la mesa de los panes de la proposición y el
candelabro. Estos eran utensilios del Tabernáculo, de quienes los sacerdote se
encargaba de mantener.
Lea También: ¿Qué es el Sacerdocio en la Biblia? Significado Bíblico.
El Lugar Santísimo del Tabernáculo
El Lugar Santísimo era la segunda sección de la tienda del Tabernáculo. Esta se
encontraba detrás de las cuatro columnas de oro y el segundo velo, donde está
el arca de la alianza (Ex 26:33; He 9:3). Por lo cual, el Lugar Santísimo era donde
moraba la presencia de Dios. En esta parte del Tabernáculo, el sumo
sacerdote entraba una vez al año, para hacer expiación por los pecados de si
mismo y los del pueblo (Ex 30:10; He 5:3). Cuando Jesucristo murió en la cruz,
la biblia dice «Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo» (Mr
15:38), simbolizando nuestro acceso libre a Dios por medio del sacrificio de
Cristo. «Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por
la sangre de Jesucristo» (He 10:19).

Utensilios del Tabernáculo y sus Significados


En el Atrio se encontraba:
El Altar de Bronce
Ilustración del Altar de Bronce del
Tabernáculo –
El Altar de Bronce del
Tabernáculo de reunión, era lo
primero que el pueblo de Israel
veía al entrar al atrio. Allí
continuamente se efectuaban
sacrificios (Ex 29:38), de esta
manera, el pueblo era enseñado
que la única forma de acercarse a
Dios era por medio de un sacrificio para perdón de los pecados.
También era llamado Altar de Dios (Sal 43:4) o Altar de Jehová (Mal 2:13).
Estaba hecho en madera de acacia y revestido en bronce (Ex 27:2). Sus
medidas eran de 2,25 metros de longitud por 2,25 metros de anchura y 1,35 de
alto (Ex 27:1). El fuego en el altar de bronce debía permanecer encendido
continuamente (Lv 6:13) y todo lo que el altar tocara era santificado (Ex 29:37).
Significado del Altar de Bronce
El Altar de Bronce simboliza el Juicio de Dios por el pecado. Por lo tanto, de esta
manera podemos entender la bondad de Dios hacia nosotros y la severidad
hacia la víctima. Esto vino hacer sombra del sacrificio de nuestro Señor Jesucristo
en la cruz por nuestros pecados, para de esta manera acercarnos a Dios, siendo
justificados por su sangre (Ro 5:9, 3:25 He 10:1-18).
La Fuente de Bronce
Ilustración Fuente de Bronce –
La Fuente de Bronce estaba
ubicada entre el altar y la
tienda (Ex 30:18 )(Ex 40:7).
Este utensilio estaba hecha
con los espejos de las mujeres
que ministraban a la puerta del
Tabernáculo (Ex 38:8). Y en
ella se lavaban las manos y los
pies los sacerdotes que allí
servían, antes de poder ministrar en las cosa santas del Tabernáculo (Ex 30:19-
20).
Significado de la Fuente de Bronce
La Fuente de Bronce simboliza la santificación por la palabra de Dios. También
simboliza la confección de pecados y el bautismo (Jn 15:3; Mr 1:4).
Lea También: ¿Qué es el Bautismo en Agua Según la Biblia?
En la Tienda se encontraba:

La Mesa de la Proposición
Mesa de la Proposición –La Mesa de la Proposición estaba ubicada al lado norte
del Lugar Santo en la Tienda del Tabernáculo. Estaba hecha en madera de acacia
y revestida de oro puro, con molduras también de oro a su alrededor. Sus
medidas eran 90 centímetros de longitud, su anchura 45 centímetros y su altura
68 centímetros (Ex 25:23-24), la moldura alrededor tenía 7,5 centímetros de
ancho (Ex 25:25). Todos sus platos, tazas y cucharones estaban hechos de oro
puro (Ex 25:29). Los panes eran colocados en la mesa en dos hileras de seis (Lv
24:6). Solamente los panes de la proposición lo podían comer los sacerdotes y
estos eran reemplazados cada día de reposo (Lv 24:7-8).
Significado de la Mesa de la Proposición
Por lo tanto, La Mesa con los 12 panes
puede tipificar las 12 tribus de Israel, la
provisión de Dios, el alimento espiritual
que Dios da a su pueblo y la comunión
entre la iglesia y Cristo (Mt 26:26; Lc
24:30).

El Candelabro
Ilustración del Candelabro
El Candelabro estaba ubicado al
lado izquierdo al entrar al Lugar
Santo o en la pared que daba al sur
en la Tienda del Tabernáculo.
Estaba hecho en oro puro y de una
sola pieza labrado a martillo (Ex
25:31), de un lado salían tres
brazos con sus candeleros y del
otro lado tres brazos con sus
candeleros, sostenidos por una caña en el centro con un candelero, cada uno de
esos candeleros tenían forma de flor de almendro (Ex 25:32-33). El peso del
Candelabro con todos sus utensilios (despabiladeras y platillos) era de 34 Kilos
(Ex 25:39). Este utensilio servía para alumbrar el Lugar Santo y los
sacerdotes debían mantener continuamente encendidas sus llamas con aceite de
oliva (Ex 27:20).
Significado del Candelabro
Por lo tanto, El Candelabro es un tipo de Cristo como la luz del mundo (Jn 8:12),
y quien alumbra el camino de su pueblo santo (Sal 119:105), Jesucristo como
luz eterna (Ap 21:23). También su hechura en oro puro y forjado a martillo es
un tipo del sacrificio de Cristo. Sus 6 brazos a los lados (símbolo del hombre),
sostenidos por una caña en el centro, nos enseña la dependencia que tiene el
creyentes de Jesucristo, para que por medio de Él podamos ser luz y llevar
fruto (Mt 5:14; Jn 15:4).

El Altar de Incienso
Ilustración del Altar de
Incienso
El Altar de Incienso se encontraba
en el Lugar Santo, delante del velo
que dividía el lugar Santo del
Lugar Santísimo (Ex 30:6). Su
medidas eran de 45 cm de
longitud, 45 cm de anchura y 90
de altura (Ex 30:2). Estaba
fabricado con madera de acacia
(Ex 30:1) y cubierto con oro puro, tenia un cuerno en cada extremo, similar al
altar del bronce (Ex 30:3), pero este altar no fue hecho para quemar holocausto,
sino para quemar incienso aromático día y noche continuamente (Ex 30: 7-8),
esto simboliza la oración, la alabanza y la adoración (Sal 141:2 ; Lc 1:10 ; Ap
5:8).
Significado del Altar de Incienso
Por lo tanto, El Altar de Incienso es un tipo de Cristo en su naturaleza Humana
(madera de acacia) y Divina (oro puro). El incienso que era quemado de
mañana y tarde sobre el altar, representa la oración interceptora de Cristo por
sus santos (Jn 17:9, 14:16, 16:26). Así que también, una vez al año se aplicaba
sangre de la expiación sobre los cuernos del altar, esto enseña que la
intercepción de Cristo tiene virtud en los sufrimientos padecidos en la tierra.

El Arca de la Alianza
Ilustración del Arca del Pacto
El Arca de la Alianza o también
conocida como Arca del Pacto
estaba ubicada en el Lugar
Santísimo, tras el segundo velo,
estaba hecha en madera de
acacia y cubierta de oro puro por
dentro y por fuera. Sus medidas
eran 1,12 metros de longitud, su
anchura de 68 centímetros y su altura de 68 centímetros (Ex 25:10-11). Tenía un
propiciatorio con dos querubines uno en frente del otro, sus alas se extendían
hacia arriba y sus rostros miraban hacia el arca. Este propiciatorio estaba hecho
en oro puro, sus medidas eran 1,12 metros de longitud y 68 metros de anchura
(Ex 25:17-19).
Dentro del Arca de la Alianza se encontraban los mandamientos que Dios dio a
Moisés en el monte Sinaí (Ex 25:16 Ex 31:18). El libro de Hebreos explica que
también contenía la Vara de Aarón que reverdeció y el maná (He 9:4). El Arca
de la Alianza era el trono de Dios en la tierra y donde se encontraba su presencia,
allí hablaba Dios a Moisés (Ex 25:22; Nu 7:89). Aarón en su cargo como Sumo
Sacerdote, solo podía entrar una vez al año en el día de la expiación para rociar
sangre del sacrificio sobre el propiciatorio (Ex 30:10; Lv 16: 2, 14-15). Los levitas
eran los únicos que podía mover el arca y solo por las varas (Dt 10:8; 1 Re 8:4).
Significado del Arca de la Alianza
El Arca de la Alianza simboliza el pacto de Dios con su pueblo. También era
símbolo de la presencia de Dios. El arca estaba hecha de madera de acacia que
representa la humanidad de Cristo y Cubierta de oro por dentro y por fuera que
representa su Divinidad. También es tipo de Cristo en su naturaleza sin pecado
y como el único que guardo la ley, ya que las tablas de la ley se encontraban
dentro del arca. La sangre que el sumo sacerdote rociaba en el propiciatorio
simboliza el la muerte de Cristo y como con su sangre hace expiación por
nuestros pecados. Los querubines representan el servicio de los ángeles a
Cristo, su disposición para hacer su voluntad, su presencia en la congregación
de los santos, y su anhelo de mirar los misterios del evangelio.
La Puerta del Tabernáculo
La puerta del Tabernáculo estaba ubicada al oriente. Esta era una cortina o velo
que medía 9 metros, estaba hecha de tela azul, púrpura, escarlata y lino fino
torcido. También tenia 4 columnas de bronce y 4 basas de bronce que la
sostenían (Ex 27:16)
La puerta era el único acceso al Tabernáculo, nadie podía entrar al Tabernáculo
sin antes pasar por la puerta, de la misma manera que nadie puede ir a Dios sin
conocer a Cristo, así que la puerta simboliza a Cristo como el único acceso a Dios
(Jn 10:9; 14:6; Ro 5:1-2; Ef 2:18).
El Velo del Tabernáculo
El Velo del Tabernáculo estaba hecho de tela Azul, purpura, carmesí (tela roja)
y lino torcido blanco, con querubines en cada velo (Ex 26:31). El Tabernáculo
tenia dos velos, uno que separaba el Atrio del Lugar Santo y otro que separaba
el Lugar Santo del Lugar Santísimo.

El velo representa la separación del Dios santo de la humanidad pecadora. Por lo


que una vez al año en el día de la expiación, el sumo sacerdote cruzaba el velo
que separaba el Lugar Santo del Lugar Santísimo para ofrecer para ofrecer
sacrificios por los pecados suyos y los del pueblo. Por lo tanto el velo representa
la Carne de Cristo (La humanidad de Cristo), cuando el Señor Jesucristo muere
en la cruz, el velo del templo se rasga de arriba abajo indicando el libre acceso
a Dios por medio del sacrificio de Cristo. (Mr 15:37-38; He 10:19-20).
Los querubines en el velo representan los ángeles con la espada encendida que
guardaban el camino al árbol de la vida y a la presencia de Dios (Ge 3:24).

Colores del Tabernáculo


Los colores que se usaron para realizar la Puerta y el Velo, tienen su simbología
como todo en el Tabernáculo.

Tela Azul: Color celestial. El Señor Jesucristo vino del cielo, este color nos
enseña que nuestra salvación es celestial (1 Co 15: 47-48).
Tela Purpúra: Color de la realeza. Esto nos habla que nuestro Salvador es Rey
de reyes y Señor de Señores (Ap 19:16), por por medio de Él, somos linaje
escogido, real sacerdocio, nación santa y pueblo adquirido por Dios (1 Pe 2:9).
Tela Roja: Color de la Sangre. Nuestro Redentor nos compre a precio de Sangre
(1 Pe 1:18-19).
Lino Fino Blanco: Color de la pureza. Representa la Santidad y la Justicia. Así
que esto nos recuerda que fuimos justificados por nuestro Salvador y que cuando
venimos a Cristo somos revestidos de su Justicia (Ro 3:24, 5:1; Ga 3:27)
¿Quién es el Tabernáculo?
El Tabernáculo es Cristo. Así que cuando estudiamos cada una de sus
partes vemos que todas estas tienen un tipo de Cristo. Por lo tanto
ahora podemos entender el sistema de sacrificios impuesto por Dios
para que el pueblo pudiera acercarse a Él. Esto nos da una forma más
clara de la expiación de Cristo por los pecados del mundo. Y de como
llevo los pecados del mundo en él, para hacernos aceptos ante Dios y
dar eterna redención a todos los que confían en su nombre.

¿Quién Diseñó el Tabernáculo?


Monte Sinai,
Lugar donde
habló Dios a
Moisés y le dio
el Diseño del
Tabernáculo
con los 10
mandamientos
Cuando estudiamos el Tabernáculo vemos que Dios es muy preciso en las
instrucciones que dio a Moisés en la construcción y diseño del Tabernáculo (Ex
25:9). La Biblia muestra a Dios dando orden a Moisés en cada detalle, diseño,
medidas, materiales y cada color en las telas que se usaron. Estas a su vez tiene
una simbología espiritual de verdades celestiales que Dios le quiso enseñar al
Pueblo de Israel.
Todo esto venia hacer sombra y diseño del verdadero Tabernáculo que Dios iba
a levantar, no hecho por el hombre, ni de esta creación, a Cristo, El Tabernáculo
de Dios entre los hombres. Por lo tanto encargo a Moisés que hiciera todo
conforme a lo que le había mostrado (He 8:2, 5; Ex 25:8; Jn 1:14).

Construcción del Tabernáculo de Moisés


Ilustración de Bezaleel y Aholiab
en la Construcción del Dios
ordeno hacer el Tabernáculo de
reunión a Moisés y para esta labor
también se había provisto de las
personas que trabajarían en él. Así
que los escogidos fueron,
Bezaleel y Aholiab, los cuales
fueron dotados por Dios con
sabiduría y talentos especiales en
la artesanía, para trabajar con oro, plata, bronce, en la elaboración de joyas, el
tallar madera y toda clase de trabajos artísticos que se requerían en la
elaboración del Tabernáculo (Ex 31: 2-5). Junto a ellos trabajaron todos aquellos
a quienes Dios le dio la capacidad y el entendimiento para trabajar en la obra (Ex
31:6). El pueblo de Israel en Egipto habían sido obreros y fabricantes de ladrillos.
Por lo cual, no estaban capacitados para trabajos de artesanía. Pero el Espíritu
de Dios dio a Bezaleel y Aholiab las capacidades y talentos que necesitaban (Ex
31:3).
¿Quién podía entrar en el Tabernáculo?
El pueblo solo tenía
permitido ingresar hasta
el atrio del Tabernáculo
para llevar sus ofrendas
y sacrificios. Los
sacerdotes tenían a
acceso para ministrar
en el atrio y en el Lugar
Santo. Solo Moisés y el
Sumo Sacerdote tenían
acceso a todas las partes del tabernáculo y los únicos que podían entrar al Lugar
Santísimo. Pero únicamente Moisés podía entrar en todo momento sin ofrecer
sacrificios. Mientras que el Sumo Sacerdote solo podía entrar una sola vez al
año en el día de la expiación (Ex 30:10).
¿Dónde estaba el Tabernáculo de reunión?
Desierto del Sinai, primer lugar donde se erigió el Tabernáculo.
La primera vez que El Tabernáculo se erigió fue en su construcción, pero la Biblia
no da una ubicación exacta de donde se construyó. La orden de su construcción
fue dada Moisés en el monte Sinaí, y según el tiempo y la ubicación que la biblia
señala fue durante los 40 años en el desierto. Luego de esto paso a la ciudad de
Silo como relata el libro de Josué en los tiempos de la conquista de Canaán
(Josué 18:1; 19:51).
Mientras que el Tabernáculo en Silo, la ciudad se había convertido el centro de
Culto y Adoración del pueblo de Israel. El Tabernáculo estuvo aproximadamente
300 años en Silo durante el periodo de los jueces. La Biblia relata como Elcana
y su familia viajaban a Silo todos los años para adorar y ofrecer sacrificios a Dios
(1 Sa 1:3). En Silo fue donde Ana, la que luego sería la madre del profeta Samuel,
oró a Dios para que le concediera el tener un hijo, el cual consagraría a su
servicio (1 Sa 1:9-11). Allí en Silo también se llevaban a cabo tres veces al año
las fiestas religiosas que se celebraban en el Tabernáculo: La Pascua, la fiesta
de los panes sin levadura, la fiestas de los tabernáculos y la fiesta de las
semanas (Dt 16:16).

Por último el Tabernáculo estuvo ubicado en Gabaón en los tiempos del rey
Salomón, y todavía era considerado centro de culto hasta que fue construido el
Templo en Jerusalén.
El Tabernáculo de Israel y las 12 tribus

Ubicación de las tribus al rededor del Tabernáculo mientras estaba en el desierto.


El Tabernáculo estaba en medio del campamento de Israel. Era el lugar de culto y
de adoración donde el pueblo se acercaba a Dios. Por lo tanto al momento de
ser levantado para ser llevado de un sitio a otro, también era llevado en medio
de las 12 tribus, esto enseñaba al pueblo que Dios siempre estaba en medio de
ellos (Is 12:6; Sal 46:5-7; Sofonías 3:17)
Ubicación de las tribus
Norte: Aser, Dan y Neftalí
Sur: Gad, Rubén y Simeón
Este: Isacar, Judá y Zabulón
Oeste: Benjamín, Efraín y Manasés
Diferencia entre El Tabernáculo y El Templo
En primer Lugar El Tabernáculo fue un santuario móvil de adoración. Por lo cual,
fue construido mientras el pueblo viajaba hacia la tierra prometida. Mientras que
El Templo fue construido como un lugar permanente de adoración. Esto luego, que
el pueblo de Israel ya estaba establecido y tenía paz en la tierra que Dios le
prometió.

Sucesos significativos en el Tabernáculo de reunión


 La consagración de Aarón como sumo sacerdote y sus hijos como
sacerdotes (Ex 29:1-4, 10-11).
 La manifestación de la gloria de Dios (Ex 40:34-38).
 Lugar donde Dios se comunicaba con Moisés (Lv 1:1; Nu 7:89).
 Lugar donde se ofrecían sacrificios a Dios (Lv 1:3-5; 3:2, 8).
 La nube sobre el Tabernáculo (Nu 9:15-23).
 Nombran a Josué como sucesor de Moisés (Dt 31:14-15, 23).
Historia de Israel
La Palabra de Dios cobra nueva vida cuando uno comprende los principales
acontecimientos en la historia de Israel, desde los días de Abraham hasta el nacimiento
de Cristo. Por ejemplo, pueden verse dentro de una nueva dimensión las profecías
bíblicas en cuanto a Israel y su relación con las distintas potencias mundiales.
En cuanto uno se familiariza con el contexto religioso, cultural y político de los tiempos
bíblicos, puede entender mejor el plan de Dios para el género humano y apreciar mejor
los tiempos en que vivió nuestro Señor y surgió la iglesia.

Desde Adán hasta Abraham (El principio-c. 2000 a.C.)


En el principio Adán y Eva vivían sin pecado, en una relación perfecta con su Creador,
hasta que optaron por creer en la mentira y decidieron desobedecer al mandato explícito
de Dios. A partir de entonces, todo el género humano habría de nacer en pecado y pagar
el precio de este, que es la muerte.
Sin embargo, un Dios lleno de misericordia y de amor no dejaría que el género humano
se hundiera en la desesperación, sino que prometió enviar un Redentor que nacería de
la simiente de a mujer. Pasaron más de mil años. Con el paso del tiempo la iniquidad
del hombre era cada vez mayor, a tal grado que todos los pensamientos se encaminan
al mal. Esto a Dios le dolió mucho y se “arrepintió... de haber hecho hombre en la tierra”,
por lo que decidió borrarlo.. de sobre la faz de la tierra ... "Pero Noé halló gracias ante
los ojos de Señor” (Gn 6:6-8), pues era un hombre justo e intachable.
Vino el diluvio y sólo se salvaron las ocho personas que estaban en el arca, es decir,
Noé y su familia. Con todo, no había cambiado la naturaleza pecaminosa de los que
sobrevivieron ni de sus descendientes, así que muy pronto éstos se encontraron en
abierta oposición a Dios. Dios sabía que ya que formaban una sociedad con un solo
idioma, nada que se propusieran hacer les resultaría imposible.
Dios intervino una vez más, pero no para borrar al hombre de la faz de la tierra, ya que
había puesto en los cielos su arco iris como símbolo de un pacto que jamás
quebrantaría. La intervención de Dios se manifestó en la confusión de las lenguas y en
la dispersión de la raza humana por toda la tierra.
Hacia el año 2000 a.C. Dios llamó a un hombre de Ur de los Caldeos y le ordenó ir a la
tierra que Él le mostraría. De ese hombre, llamado Abram, Dios no sólo haría una gran
nación sino que, por medio de él, bendeciría a todas las familias de la tierra. Fue así
como Dios hizo un pacto eterno con Abram, y para sellar ese pacto le cambió el nombre:
Abram se convirtió en Abraham, “padre de multitud”. En ese pacto Dios prometió darles
a los descendientes de Abraham la tierra de Canaán como su posesión eterna.
La Simiente prometida a Adán y Eva, Aquel que redimiría al género humano, vendría no
solo a través de la simiente de la mujer sino también por medio de Abraham y de sus
descendientes, Isaac y Jacob. Isaac tendría un hijo, Jacob, y éste tendría doce hijos.
Cuando Dios confirmó su pacto con Jacob, le cambió el nombre y le puso Israel. Este
fue el padre de las doce tribus. Así dio origen Dios a la nación de su pacto. Cuando
viniera el cumplimiento del tiempo, el Redentor, el mensajero del pacto, surgiría de la
tribu de Judá.
Pero no todo iba bien con los hijos de Jacob, pues sentían envidia de José, el hijo
preferido de Jacob y el primogénito de su esposa Raquel. Cuando sus hermanos
tramaron matarlo, Rubén y Judá intervinieron en su favor, de modo que Josué fue
vendido como esclavo y llevado a Egipto. Si bien la intención de los hermanos de José
había sido perjudicarlo, Dios cambió para bien el curso de los acontecimientos: de un
esclavo que era en la casa de Potifar, y luego de haber estado en la cárcel, José llegó
a ser gobernador de Egipto. Dios, en su soberanía, usó el alto puesto que ocupaba José
en Egipto para salvar a la familia de Israel del hambre que había en Canaán. Y vivieron
los israelitas cuatrocientos treinta años en Egipto, la mayor parte de este tiempo como
esclavos. Hacia el año 1525 a.C dos de estos esclavos, Amram y Jocabed, tuvieron un
hijo llamado Moisés.

Desde el Éxodo bajo Moisés hasta la Monarquía


bajo Saúl
(1445-1051 a.C.)
Habían pasado unos cuarenta años desde el nacimiento de Moisés cuando,
terriblemente afligidos, los israelitas clamaron al Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Dios
escuchó el clamor del pueblo y se apareció a Moisés en una llama de fuego en medio
de una zarza. El gran YO SOY los librará de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud,
y los llevaría a la tierra que había prometido a Abraham. Moisés serviría como vocero
de Dios, como el libertador humano de su pueblo, y recibiría de Dios el diseño del
tabernáculo. Dios usaría ese tabernáculo no solo para enseñarles a los israelitas a
adorarlo a Él, sino también para prefigurar al Redentor que habría de venir.
Después de andar los israelitas cuarenta años por el desierto a causa de su
incredulidad, Josué los condujo al otro lado del Jordán, a la tierra prometida: Mientras
vivieron Josué y los ancianos, los israelitas sirvieron al Señor. Pero surgió una
generación que no había conocido a Josué, y los israelitas comenzaron a adorar a los
dioses cananeos y a hacer lo malo ante los ojos del Señor. Por eso el Señor los entregó
en manos de sus enemigos. Pero el pueblo, angustiado, clamó al Señor, y de entre ellos
Dios levantó jueces, a quienes sostuvo todos los días de su vida. Pero al morir cada
juez, el ciclo de pecado y esclavitud volvía a repetirse. No había entonces rey en Israel,
y cada quien hacia los que mejor le parecía. Israel debió haber sido una teocracia, con
Dios como su Rey, pero el pueblo no quiso obedecer a su Dios.
Finalmente, en los días del profeta y juez Samuel, los israelitas insistieron en tener un
rey, como las otras naciones. Tal petición ofendió a Samuel, pero Dios les dio lo que
pedían ,ya lo habían despreciado.

Desde el Reino Unido hasta el Reino dividido

(1051-931 a.C)
Saúl, primer rey de Israel. Ofreció a Dios sacrificios más bien que obediencia, por lo que
Dios escogió a David, hijo de Isaí, de la tribu de Judá, para que fu
era rey de Israel. David era un hombre conforme al corazón de Dios, y reino del 1011 al
971 a.C.
Durante su reinado, David tuvo el vehemente deseo de construir para Dios un templo
en Jerusalén. Dios conocía las intenciones de David pero, éste había sido hombre de
guerra, reservó la construcción del templo para Salomón, su hijo y sucesor, cuya madre
fue Betsabé.
En día en que se llevó al arca del pacto al interior del templo y se dedicó éste el Señor;
Salomón se postró ante Dios y le recordó las promesas de su pacto. Del cielo cayó
fuego, el cual consumió los holocaustos, y la gloria del Señor llenó el templo.
Pero Salomón desobedeció a Dios, pues se casó con mujeres extranjeras y erigió ídolos
en los lugares altos de Jerusalén. Ya entrados en años Salomón, sus mujeres lo
indujeron a rendir culto a otros dioses. A diferencia de su padre David, que se mantuvo
buscando al Señor, el corazón de Salomón se alejó del Señor.
Al morir Salomón, Dios dividió en dos el reino de Israel

Desde 931 a. C. Hasta el Nacimiento de Cristo


En el año 931 a.C. las tribus de Judá y Benjamín formaron el reino del sur, o de Judá,
cuya capital era Jerusalén. Las otras diez tribus formaron el reino del norte, o de Israel,
cuya capital llegó a ser Samaria. Muy pronto el reino de Israel se entregó a la adoración
de los ídolos, por lo que en el año 722 a.C. Dios permitió que los asirios se los llevarán
cautivos.
Aunque los profetas del Señor advirtieron al reino del sur que ellos también serían
llevados cautivos si no se arrepentían de su desobediencia e idolatría, Judá no les hizo
caso. En el año 605 a.C., Nabucodonosor, poco antes de llegar a ser rey, atacó a
Jerusalén y llevó cautivos a Babilonia al rey de Judá y a algunos de sus príncipes. Entre
los cautivos iba Daniel (Dn 1:1-2). En el año 597 a.C. Nabucodonosor volvió a atacar al
reino de Judá, y esta vez se llevó a Babilonia diez mil cautivos, uno de los cuales era
Ezequiel. Para el 586 a.C. Babilonia, que ya era la potencia mundial predominante de
aquellos tiempos, conquistó a Judá, destruyendo no sólo la ciudad de Jerusalén sino
también el bello templo que Salomón había construido durante su reinado.
Lejos de Jerusalén y de su templo, los exiliados israelitas establecieron sinagogas para
poder preservar su fe. Esas sinagogas se convirtieron en centros de enseñanza y de
adoración, donde los Judíos recitaban el Shema (Dt 6:4), leían la Ley y los Profetas,
oraban, y daban mensajes.
A los amanuenses que tomaban nota de todo acontecimiento y de toda decisión se les
conocía como escribas. Era su responsabilidad copiar y preservar, e incluso enseñar, la
Palabra de Dios en las sinagogas. En le época del Nuevo Testamento se les reconocía
autoridad para interpretar la ley y enseñarla, por lo que también se les llamaba
“intérpretes de la ley”.
Luego de sufrir en carne propia las maldiciones a causa de la desobediencia, tal y como
las expresa el libro de Deuteronomio, los exiliados judíos comenzaron a mostrar
renovado aprecio y reverencia por la Palabra de Dios. Habían aprendido que Dios
cumple su palabra y que no modifica sus propósitos ni siquiera por el pueblo de su pacto.
Algún tiempo después de la invasión del reino y el cautiverio de Judá, los exiliados
llegaron a ser conocidos como los hombres de Judá, es decir Judíos.
El Periodo Medo-Persa (539-331 a.C.)
En el año 539 a.C. los Medos y los Persas conquistaron Babilonia y ocuparon su lugar
como potencia mundial predominante. El capítulo 5 de Daniel narra la historia de esa
invasión.
Unos 175 años antes del nacimiento de Ciro, rey de Persia, Isaías profetizó que Dios
levantaría a Ciro para cumplir el propósito divino (Is 44:28). Efectivamente, tal como lo
narra 2 Crónicas 36:22-23, Ciro emitió un decreto mediante el cual se les permitía a los
exiliados de Judá volver a Jerusalén y reconstruir el templo. Así, tal como lo había
profetizado Jeremías y Daniel (Jer 29:10 y Dn 9:2), exactamente setenta años después
del primer ataque de Babilonia contra jerusalén, se les permitió a los Israelitas volver a
su país.
A ese grupo que volvió del destierro las Escrituras lo llaman el remanente, y a los Judíos
que permanecieron exiliados entre las naciones se les conoce como de la Diáspora,
término Griego que significa "dispersión".
El libro del Escriba Esdras recoge en sus páginas la historia del retorno de ese
remanente y la reconstrucción del segundo templo en tiempos de Hageo y Zacarías. El
libro de Nehemías, quien contemporáneo de Esdras, narra la reconstrucción de las
murallas de Jerusalén.
El libro de Malaquías contiene la última profecía dada a conocer por Dios en el Antiguo
Testamento. Después de ella, y durante 400 años, Dios no volvería a inspirar ninguna
otra escritura canónica. Esos 400 años de silencio que siguieron el libro de Malaquías
son conocidos como el período intertestamentario. Aunque durante todo ese tiempo
Dios permaneció en silencio - en el sentido de que habló por medio de sus profetas -,
los acontecimientos históricos registrados en esos cuatro siglos dan testimonio de que
muchos de lo escrito por el profeta Daniel en efecto se cumplió.
Eso años pueden dividirse en los siguientes tres períodos: el Griego, el Macabeo y el
principio del imperio Romano.

El Periodo Griego (331-165 a.C.)


Durante este periodo Jerusalén estuvo sometida a cuatro diferentes reinos, uno de los
cuales fue el de los Macabeos.

Alejandro Magno (331-323 a.C)


Al fortalecerse el imperio persa y verse amenazadas las ciudades-estado griegas, Filipo
II de Macedonia se dedicó a consolidar Grecia para poder hacer frente al ataque de los
persas.
En el año 336 a.C. Filipo fue asesinado, con lo que su hijo Alejandro, de apenas veinte
años de edad, llegó a ser rey del imperio griego. En el término de dos años Alejandro
se dispuso a conquistar Persia, que se había extendido hacia el accidente y ya
dominaba toda el Asia Menor (hoy en día Turquía).
En los dos años siguientes Alejandro había conquistado ya todo el territorio que se
extendía desde el Asia menor hasta Pakistán y Egipto, lo que incluía el territorio de los
judíos. Cuenta el historiador judío Josefo, quien vivió entre los años 37-100 d.C.
aproximadamente, que al marchar Alejandro hacia Jerusalén salieron a su encuentro
Jadúa y otros sacerdotes judíos, ataviados con sus vestimentas sacerdotales, y también
los habitantes de Jerusalén, vestidos con túnicas blancas.
Jadúa había tenido un sueño en el que se le ordenaba poner guirnaldas sobre los muros
de la ciudad para darle la bienvenida a Alejandro. Éste, por su parte, también había
tenido un sueño parecido. Al entrar Alejandro en Jerusalén, se le mostró la profecía de
Daniel 8, donde se habla de la destrucción del imperio medo persa por parte de un
macho cabrío con un cuerno enorme (interpretándose este como símbolo de Grecia).
Sintiéndose aludido por esta profecía, Alejandro ofreció darles a los judíos cuanto
quisieran. Los trató bien, y no hizo estragos en Jerusalén ni en el templo reconstruido.
Este relato de Josefo no cuenta con la aceptación general de otros historiadores, pero
vale la pena considerarlo como un enfoque histórico particular entre los judíos.
Al fundar la ciudad de Alejandría en el delta del Nilo, Alejandro invitó a los judíos a
colonizar la ciudad. Conforme iba conquistando Alejandro nuevos pueblos, iba también
estableciendo nuevas ciudades y colonias griegas, con lo que fueron extendiéndose la
cultura, el pensamiento y el idioma de los griegos. Alejandro se propuso consolidar su
imperio mediante un modo de pensar y de vivir común a todos, lo que llegó a conocerse
como helenización. La lengua común a todos los pueblos gobernados por Grecia era el
griego koiné. Todavía en tiempos de Jesús seguía siendo ésta la lengua principal. El
Nuevo Testamento fue, en efecto, escrito en griego koiné.
Hacia el año 331 a.C. Alejandro había conquistado Persia, pero en el 323 a.C., cansado
de tanta campaña militar, el y su ejército volvieron a Babilonia. Cuenta la historia que
Alejandro, uno de los más grandes genios militares de todos los tiempos, al volver a esa
ciudad se echó a llorar porque ya no había más territorios por conquistar. Murió en
Babilonia ese mismo año, a la edad de treinta y tres años.
Muerto Alejandro, su reino cayó en un estado caótico, ya que no había nombrado
heredero alguno. Siguieron veintidós años de luchas e intrigas entre sus generales, lo
cual terminó en la división del reino entre cuatro de ellos: Lisímaco, Casandro, Ptolomeo
I Sotero y Seleuco I Nicátor.

División del imperio de Alejandro Magno


Lisímaco
Rey de
Tracia y Bitinia
Casandro
Rey de
Macedonia
Ptolomeo I Sotero
Rey de
Egipto
Saleuco I Nicátor
Rey de
Siria
Ptolomeo I Sotero y Seleuco I Nicátor iniciaron una serie de dinastías rivales cuyas
luchas afectaron la paz y estabilidad de Israel
Los Ptolomeos de Egipto (323-204 a.C.)
Ptolomeo I Sotero, que se quedó con Egipto, también recibió Jerusalén y Judea. A los
judíos les fue bien, pues se les permitió gobernarse y practicar su religión sin ninguna
interferencia. Bajo el gobierno de los Ptolomeos, que hicieron de Alejandría la capital de
Egipto y el centro de su comercio y del conocimiento, se les permitía a los judíos viajar
a Egipto. Algunos de ellos fueron invitados a asentarse en Alejandría y llegaron a ser
grandes eruditos, ya que podían usar la biblioteca de esa ciudad, famosa por ser la más
famosa de su tiempo. Muchos judíos se enamoraron de la filosofía y de la lógica griegas,
y bebieron hasta la saciedad de la copa del Helenismo.
Se cree que la traducción del Pentateuco al griego koiné fue ordenada por Ptolomeo II
Filadelfo. La traducción al griego de todo el Antiguo Testamento(o la Versión de los
Setenta), se termin hacia el año 100 a.C. Varios escritores del Nuevo Testamento citaron
pasajes de esta versión.
Otros escritos de este periodo intertestamentario fueron los libros Apócrifos, los
Pseudoepígrafos y los Rollos de Qumrán (también conocidos como Rollos del mar
muerto). Los libros Apócrifos son un conjunto de escritos que incluyen literatura
apocalíptica, sapiencial e histórica. De uno de estos libros, 1 Macabeos, los
historiadores han obtenido valiosa información acerca del período que va desde la
revuelta macabea hasta los días de Juan Hircano. Los libros Apócrifos forman parte del
canon de la versión Septuaginta, aunque no del canon de las Escrituras hebreas.
Los libros Pseudoepígrafos son una colección aún más extensa que la de los Apócrifos,
aunque no hay acuerdo general entre los estudiosos en cuanto a cuáles obras forman
parte de esta colección de escritos, atribuidos a personajes tan célebres como Adán,
Enoc, Abraham, Esdras y Baruc. En lo que concuerdan los estudiosos es en que la
paternidad de tales personajes no puede avalarse.
Los Rollos de Qumrán, o del mar Muerto, son manuscritos que al parecer fueron escritos
o copiados entre los años 200 a.C. y 70 d.C. por una secta judía conocida como los
esenios. Todo parece indicar que la comunidad esenia que vivía cerca del mar Muerto
practicaba el celibato y una rigurosa disciplina comunitaria, la cual los obligaba a vivir
aislados. Estos rollos describen la vida y las creencias del grupo, el cual vivió durante
los últimos dos siglos antes de Cristo. Entre ellos se encuentran los manuscritos más
antiguos que se conozcan del Antiguo Testamento. Reciben su nombre del hecho de
que fueron preservados, y más tarde hallados, en unas cuevas cercanas a la excavación
arqueológica conocida como Khirbet Qumrán, en la ribera occidental del mar Muerto.

Los seléucidas reyes de Siria (204-165 a.C.)


Los gobernantes de Siria, a quienes el libro de Daniel llama “reyes del norte” (Dn 11),
ambicionaban poseer la hermosa tierra de Israel. Cuando Antíoco III el Grande venció
a Ptolomeo V Epífanes de Egipto, Jerusalén y Judá quedaron bajo el dominio sirio. Fue
durante este periodo que la tierra de Israel quedó dividida en las provincias de Judea,
Samaria, Galilea, Perea y Traconite.
Después de haber establecido su dominio sobre los judíos, Antíoco fue derrotado por
los romanos, a los que tuvo que pagar tributo durante muchos años. Para asegurarse
de que Antíoco pagará este tributo, los romanos retuvieron en Roma a su hijo Antíoco
IV, en calidad de rehén.
Antíoco III el Grande fue sucedido en el trono por su hijo Seleuco IV Filopátor, quien
gobernó del 187 al 175 a.C. Antíoco IV Epífanes (el hijo de Antíoco III que había sido
retenido en Roma como rehén) mató a su hermano y usurpó el trono, teniéndolo hasta
el año 163 a.C. Su sobrenombre Epífanes significa “manifiesto” o “espléndido”.
Hasta ese momento en la historia de Israel, el sacerdocio se había ejercido por derecho
de nacimiento, y el oficio era vitalicio. Sin embargo, durante su reinado Antíoco IV
Epífanes vendió el sacerdocio a Jasón, hermano del sumo sacerdote. Además de esto,
Jasón pago a Antíoco una fuerte suma de dinero para construir un gimnasio griego cerca
del templo. No fueron pocos los judíos que en este periodo se rindieron al influjo del
estilo de vida helénico, lo cual provocó grandes conflictos entre los judíos ortodoxos y
los judíos “helenistas”.
Este conflicto se agudizó cuando Antíoco IV Epífanes intentó apoderarse del trono de
Egipto pero se encontró con la oposición de Roma. Por esto, y por lo que considero una
revuelta entre los sacerdotes, Antíoco dio rienda suelta a su enojo en contra de los judíos
que no buscaban su favor ni adoptaban del todo el helenismo. Dispuesto a acabar con
el judaísmo, Antíoco prohibió la circuncisión, y quienes desobedecían eran condenados
a muerte. Las copias de la ley eran profanadas con símbolos paganos, o arrojadas al
fuego, y a quien se hallaba con alguna copia de la ley se le condenaba a muerte.
También se prohibió la observación del sábado. Y por si esto fuera poco, Antíoco
sacrificó un cerdo sobre el altar del templo y erigió en el Lugar Santo una estatua de
Zeus, la abominación desoladora mencionada en Daniel 11:31. Por último, Antíoco envió
a sus oficiales por todo el país para obligar a los judíos a ofrecer sacrificio a Zeus.

El Periodo Macabeo (165-63 a.C.)


Romano Pompeyo, quien se comprometió a poner fin a la di
Cuando el oficial de Antíoco IV llegó a Modín (pequeño poblado entre Jerusalén y Jope)
y ordenó al sacerdote Matatías que ofreciera sacrificio a Zeus, jamás se imaginó que
esta seria la ultima orden que daría en su vida. Al negarse Matatías a cumplir la orden,
un joven judío se dispuso a tomar su lugar. Pero Matatías, furioso, no solo hundió su
cuchillo en el pecho del impetuoso judío sino también en el del oficial sirio, después de
lo cual huyó a las montañas, acompañado de sus cinco hijos. Fue así como se inició la
revuelta macabea bajo el mandato del tercer hijo de Matatías, a quien apodaban
Macabeo, es decir “cabeza de martillo”.
Tres años después de la profanación del templo por Antíoco IV Epífanes, los judíos
retomaron Jerusalén. Derribaron la estatua de Zeus, restauraron el templo y
establecieron los sacrificios instituidos por la tradición judía. El 25 de diciembre
celebraron una fiesta de dedicación (Jn 10:22), que a partir de entonces se celebra como
fiesta de las luces o Hanukkah.
Así se originó la dinastía asmonea, durante la cual los descendientes de Matatías
gobernaron a Israel hasta el 63 a.C., año en que los romanos conquistaron Jerusalén.
Al morir asesinado Simón, último hijo sobreviviente de Matatías, su hijo Juan Hircano se
proclamó rey y sacerdote, y reino del 134 al 104 a.C. Destruyó el templo samaritano del
monte Gerizim, y desde entonces los judíos no volvieron a tener tratos con los
samaritanos. Después Juan Hircano se dirigió al sureste y conquistó la tierra de los
idumeos, que descendían del antiguo reino de Edom. A los habitantes de este reino se
les dio a elegir entre emigrar o convertirse al judaísmo. De aquí provenía Herodes el
Grande, a quien los romanos habrían de nombrar rey de los judíos.
Durante el reinado de Juan Hircano nació la secta religiosa Judía conocida como los
Fariseos, la cual viene del Hasidismo. El Hasidismo, que se distinguía por su militancia
religiosa en la obediencia a la ley y en el culto a Dios, se inició por el año 168 a.C. y
formó parte activa de la revuelta Macabea. El término Fariseo significa "separado", y
probablemente se usó para referirse a los que se apartaban del arrollador influjo
Helenista. En los tiempos neotestamentarios la mayoría de los escribas pertenecían a
los Fariseos.

Dinastía Asmonea
En cuanto a la doctrina de los Fariseos reconocían la autoridad del Antiguo Testamento,
aunque también concedían la misma autoridad a la tradición oral. Para los Fariseos, el
estudio de la ley equivalía a un verdadero culto de adoración; creían en la vida después
de la muerte, en la resurrección, y en le existencia de ángeles y demonios. Aunque
enseñaban que el camino a Dios se hallaba en la observancia de la ley, la interpretación
que de ella hacían era más literal que la de los Saduceos. Los Fariseos constituían la
secta religiosa más numerosa, aunque menguaron en número cuando perdieron el favor
de Juan Hircano.
Los Saduceos era una secta religiosa más pequeña, compuesta en su mayor parte por
hombres de clase alta, a menudo pertenecientes al linaje sacerdotal. Tenían, por lo
general, mayor poder económico que los Fariseos. Por su parte, los Fariseos
pertenecían mayormente a la clase media de comerciantes y mercaderes. Los
Saduceos sólo reconocían la autoridad de la Torá (es decir, los primeros cinco libros del
Antiguo Testamento). Aunque rígidos en la observancia de la ley y apegados a su
interpretación literal, negaban la divina providencia, la resurrección, la vida después de
la muerte, la existencia de ángeles y demonios, y la recompensa o el castigo después
de la muerte. Negaban la obligatoriedad de la ley oral, y eran materialistas.
Los Saduceos tenían en sus manos el control del templo y de sus servicios, aunque su
inclinación por el Helenismo les había ganado impopularidad entre el pueblo judío.
La morir Juan Hircano, lo sucedió en el trono su hijo Aristóbulo I, quien se casó con
Salomé Alejandra. Sin embargo, cuando murió Aristóbulo, su hermano Alejandro
Janneo, que en el año 103 a.C. llegó a ser rey y sacerdote, se casó con Salomé. Este
matrimonio le creó muchos enemigos, ya que el sumo sacerdote sólo debía casarse con
una virgen.
Alejandro Janneo murió en el 76 a.C. y Salomé Alejandra ocupó el trono en su lugar.
Pero no pudo ejercer como sumo sacerdote por ser mujer, así que su hijo mayor, Hircano
II, asumió ese cargo.
Al morir Salomé se desató una gran lucha interna, ya que Aristóbulo II, su hijo menor,
que contaba con el apoyo de los Saduceos, trató de derrocar a Hircano II estaba
dispuesto a renunciar al trono, pero el Idumeo Antipáter (padre de Herodes el Grande)
trabó amistad com Hirano y lo indujo a buscar ayuda externa para mantener su posición
como heredero legítimo. Las fuerzas de Hircano se enfrentaron a las de Aristóbulo y las
derrotaron, por lo que Aristóbulo se vio forzado a huir, haciendo del templo en Jerusalén
su fortaleza, pero fue sitiado por las fuerzas de Hircano.
A principios de este período los Asmoneos habían firmado un tratado con Romas para
mantener a jaque a Siria, su país vecino del norte. Ahora bien, el ejército Romano se
hallaba en Siria, bajo las órdenes de Escauro, en vista de que el reino Seléucida había
caído. Escauro se enteró de la lucha interna en Judea y acudió allí. Ambos hermanos
en pugna se disputaron el apoyo de Escauro, quien tomó el bando de Aristóbulo y
ordenó que se levantara el asedio a Jerusalén. La lucha, sin embargo, continuó. Se
apeló entonces al general sputa y ordenó que se depusieran las armas hasta su llegada.
A pesar de esto, Aristóbulo volvió a Jerusalén y se preparó a resistir, lo que hizo que
Roma optara por apoyar a Hircano. Cuando llegó POmpeyo, tomó prisionero a
Aristóbulo y a su familia, y asedió la ciudad durante tres meses.

El Periodo Romano (63 a.C.-70 d.C.)


En el año 63 a.C. Pompeyo conquistó Jerusalén y, escoltado por algunos de sus
soldados, penetro en el Lugar Santísimo. Aunque no tocaron ninguno de los utensilios,
provocaron el rencor de los judíos, que nunca perdonaron a Pompeyo tal acción.
Durante el sitio romano contra Jerusalén, cuyo supuesto objetivo era ponerle fin a una
guerra civil, murieron aproximadamente doce mil judíos.
Roma puso fin a la dinastía asmonea y redujo su territorio. Las fronteras de Judea se
vieron reducidas y su independencia se perdió; ahora era territorio romano. Hircano II
podría ser el sacerdote legítimo, pero no el rey pues se hallaba supeditado al gobernador
de Siria, que era provincia romana. Escauro fue nombrado gobernador, y Aristóbulo y
muchos otros judíos fueron llevados a Roma. Poco tiempo después tomó el control
Gabinio, gobernador romano de Siria, quien puso el templo en manos de Hircano y
cambio el gobierno de Judea.
El estado judío quedó dividido en cinco distritos, gobernados por un consejo bajo la
jurisdicción del gobernador de Siria. Hircano, el sumo sacerdote, gobernaba a Jerusalén,
y Antipater era su magistrado en jefe.
El sumo sacerdote presidía el sanedrín, un concilio integrado por setenta y un miembros
pertenecientes a los fariseos y los saduceos, los cuales gobernaban a los judíos bajo la
autoridad de Roma. Aunque el sanedrín parecía tener autonomía en cuestiones civiles
y penales en el gobierno de los judíos, al parecer no podía ordenar la pena capital sin
la autorización del procurador romano. En los Evangelios y en el libro de Hechos algunas
veces se llama al sanedrín “el concilio”.
En el año 55 a.C. el gobierno de Roma estaba en manos de tres hombres: Pompeyo,
Craso (que era gobernador de Siria) y Julio César. Craso, que se creía otro Alejandro
Magno, se dispuso a conquistar el mundo. Antes de lanzarse a tal conquista, saqueo los
tesoros del templo de Jerusalén. Más tarde, Craso y su ejército fueron derrotados por
los partos. Partia era un reino al sureste del mar Caspio, que había pertenecido al
imperio persa hasta ser conquistado por Alejandro Magno. Roma no lo conquistaría
hasta el año 114 d.C.
Después de la muerte de Craso, Julio César se apoderó de la Italia y se dispuso a
terminar con Pompeyo; pero este huyó a Egipto, donde fue asesinado. Mientras tanto
Antipáter, que había estado apoyando a Julio César, fue nombrado “procurador de
Judea”, título que le confirió Julio César en gratitud por sus servicios.
Antipáter nombró gobernador de Judea a su hijo Fasael, y gobernador de Galilea a su
hijo Herodes. Hircano II siguió siendo sumo sacerdote, aunque Antipáter y sus dos hijos
lo despojaron de su autoridad.
En el año 43 a.C. Antipáter fue asesinado y Antígono, hijo de Aristóbulo, invadió el país,
apoyado por los partos. Herodes acudió en auxilio de Hircano, el cual, como señal de
gratitud. Le entregó una bella mujer llamada Miriam. Herodes no se casó con ella hasta
cinco años después.
Después de esto Bruto y Casio fueron derrotados por Marco Antonio y Octavio (este
último sobrino de Julio César y más tarde conocido como César Augusto). La región
oriental quedó bajo el gobierno de Marco Antonio. En el año 40 a.C. los partos invadieron
Palestina, y Herodes huyó a Roma. Ese mismo año, a instancia de Marco Antonio y
Octavio, Herodes fue nombrado rey de los judíos. Le tomó tres años arrojar de la región
a los partos y establecer su reino en Judea. Poco antes de sitiar a Jerusalén, Herodes
se casó con Miriam (también conocida como Mariane), pensado que este vinculo con la
familia asmonea lo haría más aceptable para los judíos.
En el año 20 a.C. Herodes inició la reconstrucción del templo. Era tan pequeño el que
había construido Zorobabel después del exilio babilónico, en comparación con el primer
templo, que Herodes se propuso hacerlo más grande y más imponente que el de
Salomón. Aunque se terminó el templo mismo en un año y medio, la construcción y
ornamentación de sus atrios externos tomó muchos años más; de allí que en el año 26
d.C. los judíos dijeran: “En cuarenta y seis años fue edificado este templo” (Jn 2:20).
Bajo Juan Hircano, al pueblo de Herodes, Idumea, se le había obligado a convertírsela
judaísmo; Herodes, sin embargo, lo practicaba solo cuando estaba en Judea. Aunque
Roma le confirió el título de “rey de los Judíos”, Herodes nunca fue aceptado como tal
por parte de sus súbditos. Posteriormente, “en días del rey Herodes, vinieron del oriente
a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido?”
(Mt 2:1-2).
Había llegado el verdadero Rey, el Gobernante que pastorearía a Israel, pueblo de Dios
(Mt 2:6)
Herodes murió en el año 4 a.C.; pero los que vivían en Judea y Galilea vieron una gran
luz, y con sus propios oídos escucharon la voz de Dios, el Rey de reyes. Se había roto
el silencio de 400 largos años.

Por Qué se Fecha el Nacimiento de Cristo el 4 a.C.


La indicación a.C. y d.C., se comenzó a usar desde el siglo seis, y no fue ampliamente
adoptada sino hasta el siglo ocho. Esta indicación fue creada por un reconocido erudito
entendido en matemáticas, astronomía y teología, Dionisio el Exiguo (Dionysius
Exigius). Dionisio nació en Escitia y fue a Roma en el 496. En el año 523, el consejero
papal Bonifacio (bajo el Papa Juan I) le pidió a Dionisio que hiciera una tabla de las
Pascuas. Una tabla que cubriría un período de diecinueve años entre 228-247, contando
los años a partir del reinado del emperador Romano Diocleciano, como era la
costumbre. En lugar de honrar a DIocleciano, perseguidor de los cristianos, Dionisio
ajustó el nacimiento de Cristo en relación al reinado de Diocleciano de tal forma que
coincidiera con el 25 de diciembre (o 25 de marzo) del año 753 desde la fundación de
Roma. Y de esta forma, esos 19 años fueron nombrados, Anno Domini Nostri Jesus
Christi 532-550. Por eso el Anno Domini 532 de Dionisio es equivalente al Anno
Diocleciano 248. Bajo el esquemas de Dionisio, el año que comenzaba una semana
después del nacimiento de Cristo era el año 1 de la era "del Señor", o Anno Domini 1.
De acuerdo a los cálculos de Dionisio, el año 1 d.C. sería el año del nacimiento de
nuestro Señor. Y al no haber año "cero" el año anterior es el 1 a.C.
Sin embargo, las investigaciones desde el tiempo de Dionisio indican que Cristo debió
haber nacido antes del año 1 d.C. Partiendo del libro de Mateo sabemos que Jesús
nació bajo el reinado de Herodes el Grande, y la historia confirma que Herodes el
Grande murió en el año que conocemos como 4 a.C., lo que significa que Jesús no pudo
haber nacido mucho antes de esa fecha. No hay un año universalmente aceptado para
el nacimiento de Cristo, pero el 4 a.C. es usado con mucha frecuencia, siendo la fecha
que empleamos en todos los cuadros de tiempo de la Biblia de Estudio Inductivo.
Desde Cristo hasta los Tiempos Modernos
Aunque muchos de los líderes judíos eran muy religiosos, en realidad no conocían a
Dios. Cuando Jesús vino a revelarles el Padre, no lo recibieron. Desecharon a la
preciosa piedra de ángulo que envió Dios(Sal 118:22), por lo cual volverían a sufrir el
destierro.
Jesús había advertido:”Cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed
entonces que su destrucción ha llegado...porque habrá gran calamidad en la tierra, e ira
sobre este pueblo. Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las
naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles
se cumplan” (Lc 21:20,23-24). Dios había hablado. Si la gente hubiera escuchado, no
habría sido tomada por sorpresa. Pero no quiso escuchar.

La Destrucción de Jerusalén (Año 70 d.C.)


Se intensificó el conflicto entre los judíos y sus gobernantes romanos. El historiador
romano Tácito cuenta que los judíos soportaron la situación hasta que Gesio Floro fue
procurador. Al levantarse los judíos contra el ejército de Floro, se hizo inevitable la
guerra. Nerón ordenó entonces a Tito Flavio Vespasiano que apaciguara los Judíos.
Vespasiano logró someter la zona norte de Palestina y mantener a raya al resto del país,
salvo Jerusalén, Masada y dos fortalezas más.
Por aquellos días se suicidó Nerón, y se desató una guerra civil en Roma. Galba, Otón
y Vitelio se sucedieron como emperadores. Más tarde las legiones orientales de Roma
proclamaron emperador a Vespasiano, y Vitelio fue asesinado. Luego de poner la guerra
con los judíos en manos de su hijo Tito, Vespasiano se embarcó para Roma. En el año
70 d.C. Tito sitió a Jerusalén. En cinco meses murieron más de un millón de judíos. EL
6 de agosto las fuerzas romanas irrumpieron en el templo y, tal como lo había
profetizado Jesús, no quedó piedra sobre piedra. Luego de incendiar Jerusalén, Tito se
dirigió a Roma para celebrar con su padre su victoria.
Aunque algunos de los judíos huyeron a Masada, el estado judío dejo de existir. Entre
los años 72-74 d.C., Masada cayó ante los ataques del gobernador romano Flavio Silva.

Adriano y Aelia Capitolina


En el año 132 d.C. el emperador Adriano prohibió la circuncisión y la observancia del
sábado, e hizo planes para construir el templo a Zeus. Tales acciones llevaron a Simón
Barcoquebas a iniciar otra revuelta, que pronto fue sofocada por Adriano. En el año 136
d.C., después de sofocar la revuelta, Adriano reconstruyo Jerusalén y la llamo Aelia
Capitolina, prohibiendo a los judíos entrar en la ciudad, bajo pena de muerte. Tal edicto
estuvo vigente durante unos quinientos años.

El Periodo Bizantino (324-538 d.C.)


En el año 324 d.C. Constantino logró unir el imperio romano bajo su mando. En el 330
d.C. la capital del imperio pasó de Roma a Bizancio, cuyo nombre se cambió a
Constantinopla (hoy día Estambul) en honor del emperador. Cuanta la tradición que
Constantino se convirtió al cristianismo luego de haber tenido una visión en la que vio
una cruz y oyó una voz que le decía: “Por este signo vencerás.” Constantino proclamó
el cristianismo como la religión oficial del imperio romano.
La emperatriz Elena, madre de Constantino, comenzó a restaurar la ciudad de David,
es decir, Jerusalén, y a localizar sitios de la tradición cristiana, sobre los cuales
construyó santuarios. Elena y Macario, obispo de la ciudad, construyeron la iglesia del
Santo Sepulcro en el lugar donde se creía que Jesús había sido sepultado. Por el país
podían verse iglesias bizantinas.
En el siglo quinto se dividió el imperio romano y la mitad oriental se convirtió en el imperio
bizantino, cuya capital siguió siendo Constantinopla. Roma quedó como capital de la
zona occidental del imperio. En ese mismo siglo se les permitió a los judíos orar en el
monte del templo durante Tisha B’Av, aniversario de la destrucción del templo. A
mediados de ese mismo siglo Jerusalén fue reconocida como territorio patriarcal, con el
mismo rango que Constantinopla, Alejandría, Roma y Antioquía.
En el año 614 d.C. los persas conquistaron la tierra, masacraron al pueblo y destruyeron
las iglesias. En el año 629 d.C. el emperador bizantino Heraclio reconquistó Jerusalén.

El Primer Periodo Musulmán (638-1099 d.C.)


Nueve años después los musulmanes tomaron el poder. Durante este periodo, tanto los
judíos como los cristianos disfrutaban de libertad de culto. Muchos judíos volvieron a
Jerusalén. La dinastía omeya reinó del año 660 al 750 d.C. El viaje del profeta Mahoma,
de la Meca a Jerusalén, sobre su corcel alado Al-buraq, resultó en que el monte del
templo llegará a ser un santuario musulmán. En el siglo siete el califa Abd el-Malik
ordenó que en el monte del templo se construyera la mezquita conocida como la Cúpula
de la Roca. De este modo Jerusalén se convirtió en la tercera ciudad sagrada del Islam.
Los árabes fundaron una sola ciudad, Ramle, que en el siglo ocho Solimán elevó al
rango de ciudad capital.

Las Cruzadas (1088-1244 d.C.)


En el año 1099, luego de acudir al llamado del Papa Urbano II, los cruzados atravesaron
toda Europa para liberar los lugares sagrados del poder de los musulmanes. Después
de sitiar a la ciudad de Jerusalén durante cinco semanas, entraron a ella, convirtiéndola
en la capital del reino cruzado de Jerusalén. Nobles y burgueses cristianos de Europa
fueron a establecerse en Jerusalén, convirtiendo las mezquitas en iglesias y
construyendo nuevos monasterios e iglesias. Durante los ochenta y ocho años
siguientes, no se les permitió ni a los judíos ni a los musulmanes vivir en Jerusalén sólo
podían visitarla.

El Interludio Ayyubí (1187-1191 d.C.)


En el año 1187 d.C. Saladino, fundador de las dinastías ayyubí tomó Jerusalén, destruyó
la cruz que estaba sobre la Cúpula de la Roca y convirtió las iglesias en mezquitas.
Permitió el retorno de los judíos a Jerusalén, y ellos acudieron desde el norte de África,
Francia e Inglaterra para establecerse junto con los judíos que ya estaban en Jerusalén.
En 1192 Ricardo Corazón de León y Felipe Augusto de Francia restauraron el reino
cruzado que Saladino había conquistado. Jerusalén fue dividida, quedando el monte del
templo y las mezquitas en manos de los musulmanes, mientras que el resto de la ciudad
quedaba en poder de los cristianos. En 1244 los cruzados perdieron la ciudad.
El Periodo Mameluco (1210-1517 d.C.)
En el año 1260 d.C. Jerusalén fue conquistada por los mamelucos, regimientos militares
del Asia central que eran los nuevos gobernantes de Egipto. Los mamelucos
establecieron madrazas (institutos de instrucción religiosa) y hosterías para estudiosos
y peregrinos musulmanes.

El Periodo Otomano (1517-1917 d.C.)


El imperio otomano, que incluía Constantinopla, el Asia Menor, algunos territorios de
Europa y los Balcanes, Egipto y Siria, en el año 1517 d.C. conquistó Palestina.
Jerusalén, que había estado en manos de los mamelucos, cayó en poder de los turcos
otomanos. En este tiempo el sultán Solimán el Magnífico ordenó la construcción de los
muros que todavía rodean a Jerusalén. Después de la muerte de Solimán, la comunidad
judía se consolidó aún más, al construir el barrio judío a lo largo de la Puerta de Sion.
Se establecieron centros de erudición judíos en Jerusalén y Safed. Los cristianos se
dividieron en varias comunidades orientales.
En 1832 Mehemet Alí, pachá de Egipto, dejó sin árboles la Tierra Santa a causa de
tantos barcos que ordenó construir. Sin embargo, Jerusalén se abrió a la influencia de
la cultura occidental al permitir el pachá el establecimiento de escuelas, misiones
cristianas y consulados extranjeros, así como la realización de expediciones
arqueológicas. A fines del siglo diecinueve surgió en Europa un movimiento político
conocido como sionismo, cuyo objetivo era crear en Palestina una patria para los
judíos. Los judíos que huían de Europa oriental y de Rusia, tan pronto como llegaban a
la tierra de Abraham, adoptaban la visión de Teodoro Herzl de crear un estado libre para
los judíos. EL primer congreso sionista tuvo lugar en 1897.

El Mandato Británico (1917-1948 d.C.)


El 9 de diciembre de 1917 llegaron a su fin cuatrocientos años de gobierno otomano.
Dos días después el mariscal de campo británico Allenby entró en la Ciudadela, y
Jerusalén fue declarada capital del país. La Declaración Balfour prometía el
establecimiento de una patria para los judíos. En 1920 y 1929 hubo violentos choques
entre árabes y judíos. Entre 1936 y 1939 los árabes se sublevaron, iniciándose las
hostilidades entre árabes y judíos por obtener el control de Jerusalén.
Entre 1939 y 1945 seis millones de judíos fueron asesinados sistemáticamente por
órdenes de Adolfo Hitler. Después de la Segunda Guerra Mundial la opinión mundial
favoreció ampliamente la creación de un estado judíos. Hacia noviembre de 1947 la
tensión entre árabes y judíos era tal que las Naciones Unidas decidieron intervenir,
poniendo fin al mandato británico y declarando a Jerusalén patrimonio de la humanidad.
Se sometió al voto en las Naciones Unidas, y se decidió (con 33 votos a favor y 13 en
contra) dividir en dos la zona de Palestina al oeste del rió Jordán{ un sector para los
árabes y otro para los judíos. Los judíos aceptaron el plan, pero los árabes lo
rechazaron.

El Estado de Israel (14 de Mayo de 1948)


El 14 de mayo de 1948, al retirarse los británicos, los judíos proclamaron la
independencia del estado de Israel. Al día siguiente Israel se vio atacado por Iraq,
Líbano, Siria, Jordania y Egipto. Para el mes de diciembre Israel había confirmado su
independencia, aunque las tropas jordanas permanecieron en la ribera occidental (los
territorios) bíblicos de Judea y Samaria). Egipto retuvo la Franja de Gaza. Con el cese
al fuego declarado en enero de 1949, la ciudad de Jerusalén fue dividida. Jordania
retuvo todos los santuarios comprendidos dentro de los muros construidos por Solimán;
a los judíos no se les permitió más la entrada a la antigua Jerusalén.
Durante los siete años siguientes Israel se dispuso a recibir a más de 800.000
inmigrantes provenientes de 102 países. Las condiciones de vida eran precarias, pero
al fin los judíos tenían una patria. Ya para 1957 secaron las zonas pantanosas del Valle
de Hula, que habían sido focos de malaria, y las aguas del mar de Galilea comenzaron
a fluir hacia el sur mediante una red de tuberías. Con esto, el árido Neguev cobró vida.

La Campaña de Sinaí (1956)


En 1956, durante la campaña del Sinaí, Israel obtuvo una rápida victoria sobre Egipto.
Habiéndose garantizado la libre navegación por el estrecho de Tirán y el golfo de Akaba,
Israel retiró del Sinaí sus tropas. Más tarde, sin embargo, los egipcios volvieron a
movilizar sus tropas hasta las fronteras de Israel.

La Guerra de los Seis Días (1967)


La llamada Guerra de los Seis Días se inició el 5 de Junio de 1967. En sólo seis días,
Israel ocupó Judea, Samaria y Gaza, tomó las Alturas de Golán y, por primera vez desde
la revuelta de Barcoquebas, dieciocho siglos antes, hizo de Jerusalén una sola ciudad
bajo control israelí. Por fin podían los judíos elevar sus plegarias a Dios frente al sagrado
muro de Jerusalén, que era el muro del santo monte del templo.

La Guerra de Yom Kippur (1973)


En 1973, durante la celebración de Yom Kippur, el más importante de los días sagrados
de los judíos, Israel fue atacado en las fronteras con Siria y con Egipto. Después de tres
semanas, las fuerzas israelíes lograron repeler a sus agresores. Se firmaron tratados
de cese de hostilidades entre Israel y Egipto, y entre Israel y Siria.

El tratado de paz Egipcio-Israelí (1979)


En marzo de 1979 Israel y Egipto firmaron un histórico tratado de paz, mediante el cual
los israelitas devolvían el Sinaí a Egipto.
El 6 de junio de 1982 Israel inició la Operación Paz para Galilea, a fin de expulsar del
territorio libanés a la OLP (Organización para la Liberación de Palestina), que era una
constante amenaza para las colonias judías al norte de Israel.

La Guerra del Golfo (1991)


En enero 1991, cuando se inició la guerra entre Iraq y una coalición de naciones dirigidas
por los Estados Unidos, Iraq lanzó cohetes teledirigidos contra Israel, aunque Israel no
era parte del conflicto y, a instancias de los Estados Unidos, tampoco respondió a los
ataques. Esa crisis del Golfo Pérsico llegó a su fin aproximadamente seis semanas
después.
El Tratado de Paz entre Israel y la OLP (1993)
En septiembre de 1993. Israel y la Organización de Liberación de Palestina (OLP)
firmaron un acuerdo de intercambio de paz. En dicho acuerdo, Israel se comprometía a
ceder a la OLP, antes del 4 de mayo de 1999, el control administrativo de la Franja de
Gaza y de ciertas porciones del Banco Oeste.
Una fuerza policial armada Palestina debía reemplazar a las FUerzas de Defensa Israelí,
a fin de garantizar un continua seguridad en estas regiones. Israel debía liberar algunos
prisioneros, y la OLP debia arrestar a los terroristas que actuaran en contra de ISrael.
Desde la firma de este acuerdo (conocido como el Acuerdo de Oslo por que fue
negociado en Oslo, Noruega), el retiro programado de las fuerzas Israelíes ha procedido
más lentamente de lo planeado, y el terrorismo perpetrado contra ciudadanos Israelíes
no ha terminado.
Las palabras de Levítico 25:23 resultan muy conmovedoras en nuestros días:
"Además. la tierra no se venderá en forma permanente, pues la tierra es Mía; porque
ustedes son sólo extranjeros y peregrinos para conmigo"
Las palabras del profeta Zacarías aún no se han cumplido; pero, todo lo que está
sucediendo, cobran hoy día mayor significado que nunca:
"Viene el día del Señor en el cual serán repartidos tus despojos en medio de tí. Porque
Yo reuniré a todas las naciones en batalla contra Jerusalén; y será tomada la ciudad y
serán saqueadas las casa y violadas las mujeres. La mitad de la ciudad será desterrada,
pero el resto del pueblo no será cortado de la ciudad. Entonces saldrá el Señor y peleará
contra aquellas naciones, como cuando EL peleó el día de la batalla.
Sus pies se posarán aquel día en el Monte de los Olivos, que está frente a Jerusalén, al
oriente; y el Monte de los Olivos se hendirá por el medio, de oriente a occidente,
formando un enorme valle, y una mitad del monte se apartará hacia el norte y la otra
mitad hacia el sur...
Entonces vendrá el Señor mi Dios, y todos los santos con El...
El Señor seré el Rey sobre toda la tierra. En aquel día el Señor será uno, y uno Su
nombre. (Zac 14:1-4, 5, 9)
Amen. Ven, Señor Jesus (Ap 22:20)

También podría gustarte