Bamidbar (בְּמִדְבַּר) Curiosidades Biológicas y Ambientales de la distribución de las tribus alrededor de la Tienda de reunión

Por Rocío Delvalle Quevedo

El Señor les dijo a Moisés y a Aarón: «Los israelitas acamparán alrededor de la Tienda de reunión, mirando hacia ella, cada cual bajo el estandarte de su propia familia patriarcal. [Bamidbar/Números 2:1-2].

En la Parashat Bamidbar, particularmente en el capítulo 2, el ETERNO distribuye las tribus de Israel alrededor de la Tienda de Reunión, para que así se ubicaran cada vez que se asentaran en su caminar por el desierto. Una de las instrucciones fundamentales en este pasajes, es que “…cada cual bajo el estandarte de su propia familia patriarcal…” de lo cual surgiría la duda ¿Cuál era el estandarte de cada tribu?

Una de las respuestas que se puede dar a esta pregunta, sale del midrash. Hay un midrash  (Bemidbar Rabbá 2:7) que describe las diferentes banderas de cada una de las tribus como plasmando artísticamente las bendiciones finales de Iaacov (Jacob) a sus 12 hijos y 2 nietos egipcios (Bereshit / Génesis 49 y 48), o las bendiciones de Moshé (Moisés) a las tribus al concluir la Torá (Devarim / Deuteronomio 33) (La Senda Antigua, 2000; Ribco, 2002). A continuación presento una tabla (Cuadro 1), en la cual se puede observar la correspondencia entre la tribu, el estandarte (color y símbolo) y la referencia bíblica que coincide con dicho símbolo.

Cuadro 1. Estandartes de las tribus de Israel

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Captura de pantalla 2018-05-12 a las 8.31.56 PM.pngFuente: Elaboración propia a partir de la biblia, (La Senda Antigua, 2000) y (Ribco, 2002). Se procuró que tanto los símbolos como los colores de fondo fueran lo más fieles posibles a las descripciones que hay sobre éstos en el midrash, pero son representaciones propias.

Luego de conocer los símbolos y representaciones en cada uno de los estandartes, me pareció curioso distribuirlos en el espacio, de acuerdo a la instrucción del Altísimo, y resultó la Figura 1 que se ve a continuación.

Figura 1. Distribución de las tribus y sus estandartes alrededor de la tienda de reunión

Captura de pantalla 2018-05-12 a las 8.34.34 PM.pngFuente: Elaboración propia a partir de Devarim/Deuteronomio 2:1-34, (La Senda Antigua, 2000) y (Ribco, 2002). Las imágenes son tomadas de google image.

Ahora con el permiso de quienes en este momento me leen, quiero permitirme con alguna libertad, y despojándome de algunas correas con las que me suele amarrar el esquema de la ciencia, traer a la mesa algunas ideas que se pasean por mi mente, entre los conocimientos que mi formación universitaria me ha permitido adquirir en cuanto a la Biología y al Ambiente, frente a los símbolos que observo en cada uno de los estandartes y las posibles interacciones entre estos de acuerdo a la ubicación que el ETERNO estableció.

En primer lugar, el grupo ubicado al Oeste encabezado por Efraín. Tanto el buey como el toro salvaje, que representan a Efraín y Menashé respectivamente, son diferentes variedades de una misma especie (Bos taurus, familia: Bovidae): dos caras de la misma moneda, Yosef. Por su parte, el lobo (Canis lupus, Familia Canidae), representa a Binyamin. Las tres tribus de este grupo están representadas por especies que tienen comportamiento social, es decir, que andan en agregaciones y se distribuyen las labores. Ahora bien, el lobo es una especie carnívora y sus principales presas son miembros de la familia a la que pertenecen los toros y los bueyes. Mientras que los representantes de la familia Bovidae tienden a defenderse en grupos, de la caza de los lobos. Entonces se podría ver que hay dos hermanos (Yosef y Binyamin) que entran en una tensión, pero deben convivir juntos por orden del ETERNO. Esto me recuerda por un lado aquella profecía en Isaías 11:6, “El lobo vivirá con el cordero, el leopardo se echará con el cabrito, y juntos andarán el ternero y el cachorro de león, y un niño pequeño los guiará”, todos estos ejemplos de predadores habitando junto a su presa sin hacerse daño. Pero también aquel proverbio que dice “El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre” (Mishle/Proverbios 27:17).

En el segundo grupo, ubicado al norte encabezado por Dan resalta la serpiente. Según el Diccionario Bíblico (Lockward, 1992) son varias las especies que pueden corresponder al termino “Serpiente” en la biblia, pero todas pertenecen a la familia Viperidae, y todas son venenosas. Es interesante que según algunos estudios las serpientes tienen la capacidad de decidir cuánto veneno inyectan según las circunstancias. Esto lo podemos asociar con el criterio que necesitaba Dan, al ser desde la esencia de su nombre el encargado de juzgar a las tribus de Israel. Por su parte los Ciervos (Familia Cervidae) símbolo de la tribu de Neftalí, tienen hermosos cervatillos moteados, como los que podemos recordar de la película Bambi, tal como dice la profecía acerca de él. En el caso de Asher, recordemos que según la tradición se le asocia con el árbol de olivo por cuanto dice que moja sus pies en aceite. Es el que provee de alimento y al parecer de sus manos salían manjares.

En este grupo me parce interesante que, si bien no está documentado que los ciervos coman hojas de olivo, ni que las serpientes depreden a los ciervos, en este grupo a diferencia del grupo anterior ya no solo hay animales sino también plantas. Y se pueden ver representantes de los diferentes niveles tróficos (cadenas alimenticias), en los que las plantas (olivo: Asher) son las productoras de alimento base al transformar la energía del sol en energía química aprovechable por el siguiente nivel, los herbívoros (Ciervo, Neftalí). Estos convierten el material vegetal (energía acumulada en biomasa) en tejidos animales aprovechables por el siguiente nivel, los depredadores (Serpientes, Dan). Y así todo está interrelacionado y conectado.

En el tercer grupo, ubicado al sur, encabezado por Reuven, tenemos las mandrágoras. De ellas hay varias cosas interesantes que decir, pero voy a dejarlo para la parashá Vayetzei. En este caso y en el contexto del grupo en el que se encuentran las veo más como la representación del suelo agrícola, del suelo cultivado para provecho del hombre, la agricultura. Y en este grupo se da una conformación muy interesante. De una u otra forma, Gad al estar representado por tiendas de campañas pareciera representar el nomadismo, una forma de vida que implicaba no estar establecido en un sitio, sino ir de un lugar al otro. Mientras que si bien Shimón, tiene como símbolo la ciudad de Shejem por la masacre que cometió en ella junto a su hermano Levi, en esta agrupación podría entenderse como el otro estilo de vida, el sedentario, con asentamientos que implicaba la edificación de un lugar fijo donde habitar. Según algunos estudiosos, el ser humano por algún tiempo fue nómada (cazador –recolector) iba detrás de las rutas de sus presas animales, y buscando plantas que estuvieran en fruto, para alimentarse. Pero cuando se comienzan a domesticar las plantas y a sembrar, cultivar y cosechar, comienza la agricultura, lo que conlleva al establecimiento sedentario y al inicio de las edificaciones y formaciones de ciudades. Proceso que yo veo reflejado en esta agrupación. Y en comparación con el grupo anterior esto nos lleva a un siguiente nivel, de la interacción entre animales, plantas y ahora con el ser humano.

Finalmente, el grupo ubicado al oriente, encabezado por Yehudá, incluye las tribus de Yissajar y Zavulún. Alguna vez escuché una explicación interesante en la interacción entre Yissajar y Zavulún, en la cual se mencionaba que la primera, era una tribu muy estudiosa de Torah, y que profundizaba en esta para luego explicarle al resto de las tribus, y en especial a Zavulún. Esta segunda, viajaba mucho con el objetivo de comerciar y traer el sustento para que pudieran vivir tanto ellos como los de la tribu de Yissajar. Y es interesante que mientras unos estudiaban y otros comerciaban, la tribu de Yehuda probablemente estaba como león rugiente a la defensa del territorio y quienes ahí se encontraban. Esto es un indicio de la escala superior, en la que el ser humano también se organiza internamente y conforma sociedades, con división social del trabajo, que en este caso, unos son comerciantes, otros son los estudiosos (ciencia), y otros son los que defienden (el ejército), elementos fundamentales aún desde las sociedades más primitivas. ¿Podríamos pensar que en la distribución de las tribus y las simbologías de sus estandartes está escrito el desarrollo histórico de la tierra, desde las interacciones ecosistémicas, hasta los principios de conformación de las primeras sociedades?

Para concluir, todas estas locuras, en las que me permití junto a ustedes que me leen, dejar volar mi imaginación y empezar a conjugar muchas cosas, me llevan a pensar en lo siguiente: era un gran pueblo asentado sobre un territorio (temporal: en ese momento, eran nómadas), con muchas diferencias unos más rápidos otros más lentos, algunos tan calmados y firmes como un árbol de olivos, otros tan veloces y activos como un lobo o un león, unos con afinidades por el conocimiento otros con inclinación a la batalla, etc. Pero todos hacían parte del mismo pueblo, y el ETERNO los quería juntos e intercalados, los unos entre los otros, y todos complementándose. Y no es muy diferente de lo que pasa hoy en día, bien decía rav Shaúl (Pablo) en 1 de Corintios 12, que fuéramos como el cuerpo, cada uno con diferentes funciones, pero todos interdependientes los unos de los otros. Pero lo más importante, como decía el salmista en el salmo 133, Cuan bueno es habitar los hermanos juntos en armonía. Comunidad, el ETERNO nos está llevando a grandes cosas, tenemos más o menos doce ministerios hermosos, cada uno con sus objetivos, campos de acción y formas de trabajar. Pero cuan hermoso es que el ETERNO nos permita ser como un solo cuerpo, donde cada quien cumpla su función pero a la vez nos complementemos unos a otros para llevar a cabo las labores del Reino, del Mashiaj Yeshúa. Tensiones van a haber es cierto, pero quiera el ETERNO que podamos llegar a que nuestro amor, armonía y coordinación superen por mucho nuestras diferencias.

Trabajos citados

La Senda Antigua. (2000). La Senda Antigua. Recuperado el 14 de Mayo de 2015, de http://sendaantigua.net/Asamblea/docs/Banderas_de_las_12_tribus.htm

Lockward, A. (. (1992). Nuevo Diccionario de la Biblia. Editorial Unilit.

Ribco, Y. (31 de Mayo de 2002). Ser Judio. Recuperado el 14 de Mayo de 2015, de Tribus y Banderas: http://serjudio.com/rap1051_1100/rap1064.htm

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Soy Bióloga de la Universidad Nacional de Colombia y creyente en el Mesías Yeshúa desde la cuna. En la actualidad estoy cursando una maestría en Medio Ambiente y Desarrollo también en la Universidad Nacional. El estudio de la Creación del Altísimo ha sido mi pasión, y me deleito en ampliar mi comprensión del texto bíblico desde el conocimiento de las Ciencias Ambientales.

Piel de Tajash: Exclusividad y Trascendencia

Por Rocío Delvalle Quevedo

“Cuando la entrega en el servicio llega incluso a la extinción de la especie

Empezamos esta semana el tercer libro de la Torá, con la parashat Bemidbar que tiene el mismo nombre del libro que iniciamos. En esta porción el ETERNO ordena hacer el censo de los hijos de Israel, se dan indicaciones sobre la disposición de las tribus en el campamento y de la cuarta aliyá en adelante nos habla sobre la tribu de leví, la elección especial que de ellos hizo el ETERNO y su censo en particular. Finalmente, en la séptima aliyá se describe el servicio del clan de Kehat, dentro de los levitas.

Como se puede leer en el versículo Números 4:4, los coatitas o kehatitas (clan al cuál pertenecía también Moshé y Aharon [Éxodo 6:16, 18, 20]), tenían un encargo muy importante, que consistía en cuidar de las cosas más sagradas del Ohel moed (santuario): el Arca, la mesa, el candelabro, los altares, el Velo de partición y los vasos de servicio (Rashi).

Durante la lectura de esa aliyá (7ma: Números 4:1-20), me llamó la atención la mención de las pieles de tejón (RV60) o delfín (NVI). El tema de las pieles de ese animal, era algo que tenía pendiente de tiempo atrás y que sentí que era el momento de abordar. La palabra que se ha traducido como tejón o delfín, es Tajash (תחש). Es la palabra H8476 del Strong y según este diccionario se puede traducir como: “Tipo de cuero, piel o piel de animal, tal vez el tejón o dugongo, delfín u oveja”.

A pesar de que tanto el Strong, como algunas otras traducciones han hecho equivalente el tajash con algunos animales como el tejón y el delfín, según Rashí (éxodo 25:5), el tajash era una especie de bestia salvaje que solo existió en el momento en que el pueblo de Israel construyó el Mishkan (tabernáculo). Así también Rabeinu Bahya comenta que, nuestros sabios en Shabat 28 opinan que la tajash era un animal que solo existió durante esa generación y que toda su función era hacer que su piel sirviera como una de las cubiertas del Tabernáculo. Aparentemente el color de su piel era tan hermoso que no debía usarse de nuevo para fines seculares, por lo que Di-s había permitido que este animal se extinguiera tan pronto como hubiera cumplido su propósito. Además, se afirma que a menos que el tajash haya sido ritualmente puro, ninguna de sus partes habría calificado para usarse para el Tabernáculo. De ésta última afirmación, causa curiosidad que en la actualidad se haya traducido tajash como tejones o delfines, animales que evidentemente no son puros.

En razón de los anteriores comentarios, en adelante asumiremos como cierta la postura de nuestros sabios, en cuanto a que el animal utilizado actualmente está extinto, por lo cual no lo nombraremos con ningún otro nombre que lo equipare a algún animal extante (no extinto) en la actualidad, sino simplemente con el nombre que en la Torá en hebreo se utiliza, tajash. Así también, no es objetivo del presente comentario, equiparar el tajash, con ninguno de los nombres en la lista que en este momento se manejan de animales extintos. Más bien, revisaremos un poco más las implicaciones del uso de su piel en el mishkan.

Llama la atención que, en coherencia con la posición de los sabios, al realizar una concordancia de la palabra tajash, la misma casi que solo se encuentra en la Torá (13 de 14 veces que aparece en toda la Tanaj). La única vez que aparece en la Tanaj es en Ezequiel, sobre la explicación que los sabios dan a dicha mención ver Siftei Chakhamim. Y de las 13 veces que aparece en la Torá, seis lo hace en Éxodo y siete en números (no aparece ni en Génesis, ni Levítico, ni Deuteronomio). Y es mencionada exclusivamente en relación a la elaboración y el servicio en el Mishkan.

Como lo dicen los comentarios, la piel fue la parte del tajash que fue aprovechada en el mishkan. De esta forma, todas las veces que la palabra tajash aparece en la Torá, está acompañada de la palabra “Piel” (Our – Strong H5785). Las pieles de tajashim (plural de Tajash) fueron unos de los materiales que el Eterno pidió para la elaboración del mishkan [Éxodo 25:5, 35:7, 35:23]. Según las indicaciones que el Altísimo dio a los israelitas en Éxodo, mientras el mishkan se encontraba en pie, en el desierto, las pieles de tajashim, debían ser utilizadas específicamente, junto a las pieles de carneros teñidas de rojo, para realizar un toldo o cobertura (מכסה, Mijseh, Strong H4372) para el ohel moed (tienda de reunión o santuario) [Éxodo 26:14, 36:19, 39:34]. Al respecto de dicho Toldo hecho de pieles de carnero teñidas de rojo y de pieles de tajash, Rashí comenta, que estas cubiertas superiores, solo cubrían el techo (no colgaban sobre los lados), su longitud era de 30 codos y su ancho 10.

Por su parte, cuando se mencionan las pieles de tajash en la parashá que nos ocupa, no lo hace para referirse a dicho Toldo. De hecho, en la porción que nos ocupa, se dan indicaciones con respecto a la labor que debían cumplir los kehatitas en el momento en que el pueblo de Israel debía moverse por el desierto y, por tanto, el mishkan debía ser desmontado. Era en este momento cuando los kehatitas debían tomar las cosas más sagradas (el arca del pacto, la mesa de los panes, el candelabro, el altar de oro, los utensilios del ministerio y el altar de los holocaustos) y extender sobre ellos paños de púrpura en algunos casos o en otros paños de carmesí. Pero había un factor común en todos ellos. Sin excepción, la cobertura que finalmente resguardaba cada uno de estos objetos sagrados, era de pieles de tajash. Y cada vez que la expresión “piel de tajash” (ע֣וֹר תַּ֔חַשׁ) aparece, está acompañada de palabras como כְּסוּי֙ (Cubierta, Casui – Strong 3681) o מִכְסֵ֖ה (Cubierta, Mijseh – Strong 4372), ambas palabras derivadas del verbo כָּסָה (Cubrir, Ocultar, Vestir, Kasaj – Strong 3680).

Del anterior recorrido por citas, palabras del Strong y comentarios podríamos concluir entonces que el tajash fue creado por el Altísimo con el propósito que su piel fuera utilizada en el servicio del mishkan para cubrir, vestir u ocultar. Por un lado, mientras el santuario estuviera en pie, cubrirlo incluso como un techo sobre los tablones de madera de acacia. Por otro lado, cubrir en la parte más externa todas las cosas más sagradas cuando el santuario era desmontado, e incluso ocultarlas de la vista de los coatitas para que no fueran a morir (Números 4:20).

En este punto, me gustaría hacer la infaltable anotación desde la biología. Y es que era específicamente la piel lo que se utilizaba, entonces, desde una perspectiva biológica ¿qué es la piel? El tegumento (o piel) es un órgano compuesto por la epidermis que se encuentra en la superficie, por debajo de ella la dermis y entre ambas se sitúa la membrana basal. El tegumento es uno de los órganos mayores del organismo, alcanza cerca del 15% del peso del cuerpo humano. En los mamíferos la epidermis produce pelos, garras, uñas y cuernos. Como frontera crítica entre el organismo y su medio, el tegumento tiene varias funciones especializadas. Se espesa y forma parte del exoesqueleto para resistir lesiones mecánicas. La barrera establecida por el tegumento impide la entrada de microorganismos patógenos. Ayuda a mantener la forma del organismo. En unión con otros sistemas, el tegumento contribuye a la regulación osmótica, a la circulación y el movimiento alternativo de los gases e iones. La piel acumula el calor necesario, o irradia el exceso, y aloja los órganos sensoriales, tiene pelos para el aislamiento, los pigmentos de la piel bloquean la dañina luz solar y exhiben colores brillantes durante el cortejo… La lista de funciones podría fácilmente ampliarse (Kardong, 2007).

Podemos ver entonces, cuán importante y trascendental es la piel para un animal y la diversidad de funciones que cumple y le suple mientras el mismo está vivo y la tiene consigo. Podemos ver que en la mayoría de los casos, está asociada a la protección del organismo del medio externo, así como una separación crítica con respecto al mismo. Es decir, para el organismo vivo la piel también es una cobertura. Y es completamente evidente que el uso de la piel del animal implica su muerte inevitable.

Todo esto, y específicamente lo referente al tajash, me lleva algunas reflexiones sobre el servicio que prestamos al ETERNO. Por un lado, que cada especie o individuo tiene un llamado para un servicio específico, y que hay diferentes grados de entrega. Las ovejas, por ejemplo, de las cuales el macho es el carnero, además de aportar la piel del mismo para el toldo, también, son usadas en sus diferentes “roles” (corderitos, ovejas hembras, carneros) para el servicio sacrificial, así como también, su lana para la elaboración de algunas de las cortinas del santuario. En cambio, el servicio que prestó el tajash fue única y exclusivamente entregar su piel para la elaboración del toldo y para la cobertura de las cosas sagradas.

En cuanto a los niveles de entrega, las ovejas por ejemplo, cuando entregaban su lana, podían “sencillamente” ser esquiladas, entregar su lana y seguir viviendo. Mientras que la única forma que tenían los tajashim para servir en el tabernáculo era entregar por completo su vida, pues de ninguna otra forma podía tomarse su piel, ya que como vimos, la presencia de la piel es crucial para la vida del animal. Así también los levitas, fueron escogidos de forma especial por el Altísimo, para prestar un servicio especial entre todos los israelitas, y aún entre los levitas, los kehatitas, eran los únicos que podían “empacar” las cosas más sagradas con las pieles de un animal específicamente creado para ese fin. Pienso que, de la misma forma, no todos tenemos el mismo llamado ni el mismo nivel de entrega. Y creo que, en este sentido, lo más importante es que el ETERNO nos muestre y podamos discernir de la forma más clara, cuál es nuestro llamado específico y poderlo cumplir a cabalidad.

Por otro lado, me parece fascinante, el comentario sobre la extinción de los tajashim posterior a la elaboración del mishkan. Es decir, las ovejas, las cabras, las vacas, aún el lino, son especies que aún en la actualidad existen, y son utilizadas incluso comercialmente, que como especies sirvieron en el santuario. Pero los tajashim, según el comentario, existieron como especie y cumplieron antes de su extinción el único propósito de que su piel fuera usada en el santuario. Es un nivel de entrega y servicio a nivel de especie que me asombra y me reta. Y que quizá podría ser equiparable exclusivamente a la presencia como humano en la tierra de nuestro amado Yeshúa el mesías.

Finalmente, y retomando un poco la descripción biológica de la piel, llama la atención que algunas de las funciones que cumple en el organismo vivo, tales como, ser una frontera entre el organismo y lo que lo rodea, proteger de los daños y exhibir colores llamativos, en el caso del toldo del mishkan y de la cobertura para las cosas más sagradas, se podía seguir cumpliendo aún después de la muerte del animal. Pues las pieles de tajash eran usadas precisamente para cubrir, proteger y tenían colores muy hermosos y atractivos. Fue el cumplimiento de un propósito que fue más allá de la muerte del individuo y de la extinción de la especie. Eso me anima con una esperanza y un anhelo, que el fruto del cumplimiento del propósito con el que el ETERNO nos haya enviado a este mundo, pueda prevalecer aún después de que descansemos en paz en nuestra muerte terrenal, y trascienda de generación en generación.

Shavua tov!

Referencias

Kardong, K. (2007). Vertebrados: Anatomía comparada, función y evolución. Madrid: McGraw-Hill.

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Soy Bióloga con maestría en Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia. Creyente en el Mesías Yeshúa desde la cuna, miembro activo de la Comunidad Mesiánica Yovel y felizmente casada. El estudio de la Creación del Altísimo ha sido mi pasión, y me deleito en ampliar mi comprensión del texto bíblico desde el conocimiento de las Ciencias Ambientales.