CIENCIA

¿Por qué no debería existir la onda gravitacional captada en mayo de 2019?

Los científicos han descubierto el nacimiento de un enorme agujero negro, hace 7.000 años. Es el más grande jamás encontrado por sus onda gravitacionales.

¿Por qué no debería existir la onda gravitacional captada en mayo de 2019?

En mayo de 2019 los investigadores descubrieron un impulso en los sistemas del universo que apenas duró una décima de segundo. Este hecho ha sido consagrado, tras más de un año de investigación, por el equipo de los proyectos LIGO y Virgo. Y se ha descubierto el nacimiento de un agujero negro, que ocurrió hace 7.000 millones de años.

La ciencia no se explica este fenómeno

Se trata del más grande jamás descubierto por sus ondas gravitacionales, desde que en 2016 se detectara por primera vez un fenómeno que ya vaticinó Albert Einstein hace más de 100 años. Cuando esto sucedió, "ni existía el Sistema Solar, ni la Tierra ni nosotros, es un acontecimiento muy singular", apuntan desde el equipo LIGO en la Universidad de las Islas Baleares.

Este fenómeno, bautizado como GW190521, es 142 veces más grande que el Sol, lo que ha provocado que sea realmente difícil situarlo por parte de la ciencia. Es muy grande para colocarlo entre los agujeros negros estelares, que son más pequeños que el Sol, y demasiado pequeño para encajarlo entre los catalogados como "descomunales".

Pudo surgir de la fusión de dos agujeros negros más pequeños

Probablemente surgió por la fusión de otros dos agujeros negros estelares, de 85 y 66 masas solares respectivamente. Ambos comenzaron a girar entre sí hasta fusionares en uno solo, 150 veces mayor que el Sol. Eso sí, antes de unirse, ambos agujeros pudieron ser estrellas.

"El de 85 masas solares tiene una masa que no entendemos, porque la evolución estelar 'prohíbe' su formación", reconoce José Antonio Font, coordinador del proyecto Virgo en Valencia. Esto se debe a un fenómeno físico conocido como inestabilidad de pares, que provoca que a partir de determinadas masas muy elevadas las estrellas que colapsan provoquen una explosión tan fuerte que no deja nada detrás. "Estos objetos tan grandes no podrían existir. Hay un rango de masas en la formación de estrellas muy masivas donde esas estrellas no podrían formar esos agujeros negros", señala Font.