“SHEKINAH, LA GLORIA DE DIOS”

“SHEKINAH, LA GLORIA DE DIOS”

Octubre 4 del 2022

La oración de Salomón en el capítulo 6 del segundo libro de las Crónicas, y la respuesta de Dios en el capítulo 7 señalan uno de los puntos más álgidos de la existencia de Israel como nación.

“Cuando Salomón acabó de orar, descendió fuego de los cielos, y consumió el holocausto y las víctimas; y la gloria de Jehová llenó la casa”. 2 Crónicas 7:1

Unidos, los israelitas se congregaron ante el templo resplandeciente. Vieron cómo descendió fuego del cielo y cómo la gloria del Señor llenó el templo.

“Cuando vieron todos los hijos de Israel descender el fuego y la gloria de Jehová sobre la casa, se postraron sobre sus rostros en el pavimento y adoraron, y alabaron a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, y su misericordia es para siempre”. 2 Crónicas 7:3


Más tarde, años después de que esté edificio fuera destruido, Esdras encabezó un esfuerzo para reconstruirlo. Pero la escena de gloria, la manifestación del “Shekinah” de Dios descendiendo sobre el templo, nunca se volvió a ver.

¿Cuántos no quisiéramos ver esa gloria de Dios, manifestarse una vez más?

Con Cristo, todo es posible. Si usted cree de todo su corazón que Jesús es Dios y que es el Mesías prometido, podrá ver la gloria de Dios manifestándose ahora en el templo del Espíritu Santo que es su corazón.


Que maravilloso es qué, por la muerte y resurrección de Jesucristo, ya no necesitamos de ningún templo físico, para estar en la presencia de nuestro Dios. Ahora, tu vida, tu corazón es el templo mismo de Dios, donde puedes experimentar la guianza, la voz y la presencia del mismo Dios; y ahora de manera personal y directa.


Pero desgraciadamente, el corazón del pueblo de Israel se endureció, y a pesar de que el Padre celestial envió a su hijo, precisamente este pueblo que conocía la gloria de Dios manifiesta, no creyó:


“A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron”. Juan 1:11


¿Acaso no hemos visto la manifestación de la gloria de Dios, cuando fuimos sanados de esa enfermedad mortal? ¿No es una manifestación de la misericordia del Señor cuando somos librados de ladrones y de agresores que atentan contra nuestra vida? Pero, la condición de “guardar el pacto” con nuestro Rey soberano, es la clave. Por eso el Señor dijo:


“Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” Juan 8:31 y 32


Si, libres para ver la gloria de Dios en nuestras vidas, si guardamos y hacemos por obra las Palabras del Señor. Es tiempo de ver el “Shekinah”, la gloria del Señor manifestada, en nuestro corazón. Ahora, si por circunstancias ajenas a su voluntad, no se puede congregarse con sus compañeros de alabanza y estudio de la Biblia, no se apure, no sienta condenación; porque la verdadera y real presencia de Dios en su vida, no es en un lugar físico y específico, es en su propia vida. Es muy agradable juntarse con amigos, para a una sola voz alabar al Señor, y comentar las enseñanzas bíblicas recibidas, pero la «Shekinah», la encuentra en usted mismo.

«Cristo en mí, la esperanza de gloria»

Buenos días


J. L. R.

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