El Oráculo de Delfos


«Custodiaréis mi templo, que será rico en tesoros y honrado por muchos hombres y conoceréis los pensamientos secretos de los dioses inmortales».

Con estas palabras Apolo había ordenado a unos marinos cretenses que construyeran un santuario en la Fócida en el mismo lugar donde había habitado la serpiente Pitón.
Lo llamaron Delfos en recuerdo de que el dios se les había aparecido con forma de delfín (delfos).
En Delfos había caído el «ónfalos», la piedra que señalaba el centro del mundo.
Apolo fundó en Delfos uno de sus principales santuarios, después de vencer a la serpiente Pitón, que allí vivía, para apoderarse de su sabiduría. Estableció su oráculo, al que acudían los griegos para preguntar a los dioses sobre todo tipo de cuestiones, haciendo que una sacerdotisa, llamada Pitia o Pitonisa, en memoria de la serpiente Pitó, transmitiera las respuestas. Delfos llegó a ser el centro religioso del mundo helénico.

El santuario de Delfos se encuentra en la Fócida, provincia de Grecia Central, a 177 kilómetros al norte de Atenas y a 10 kilómetros de distancia del golfo de Corinto, a los pies del monte Parnaso, en medio de un paisaje que alterna campos de almendros con bosques de pinos.El oráculo se celebraba sólo el día 7 de cada mes, día considerado como la fecha del nacimiento de Apolo. Después de ofrendar un sacrificio en el altar que había delante del templo y pagar las tasas correspondientes, el consultante se presentaba ante la Pitia o Pitonisa y hacía sus preguntas.
La sacerdotisa de Apolo descendía al adyton subterráneo situado detrás de la naos o cella donde brotaba agua de la fuente Casiótide y se custodiaba el «omphalos» u ombligo del mundo.
La Pitia bebía agua de la fuente Casiótide, masticaba hojas de laurel y aspiraba los vapores que salían de una hendidura abierta en la roca para llenarse del «pneuma» de Apolo, entraba en trance y pronunciaba sus oráculos sibilinos, siempre confusos y ambiguos que los sacerdotes interpretaban y comunicaban a los consultantes.

Los griegos tenían una fe ciega en el oráculo, si se equivocaba decían que no se había interpretado bien lo que había dicho.

El rey Creso de Lidia que había preguntado por la guerra contra los persas recibió la siguiente respuesta del oráculo: «Si Creso cruza el río Halys caerá un gran reino». Creso lo interpretó como la destrucción de Persia y al mando de su ejército cruzó el río. El reino que cayó fue el suyo, conquistado el 546 a.C. por Ciro II, el Grande.
Las pitonisas eran elegidas entre mujeres de vida y costumbres irreprochables. El nombramiento era vitalicio y se comprometía a vivir para siempre en el santuario. Durante los siglos de mayor apogeo del oráculo se nombraron hasta tres pitonisas para poder atender las innumerables consultas que se hacían.


La primera pitia o pitonisa que actuó en el oráculo de Delfos se llamaba Sibila y su nombre se utilizó como sinónimo de esta profesión.De las rocas del monte Parnaso brotaban varios manantiales que formaban distintas fuentes. Una de las fuentes más conocidas desde muy antiguo era la fuente Castalia, rodeada de un bosquecillo de laureles consagrados a Apolo.
En el monte Parnaso y cerca de esta fuente se reunían las musas protectoras del canto y la poesía junto con las náyades o ninfas de las fuentes. En estas reuniones Apolo tocaba la lira y los dioses cantaban.

Las instrucciones de Apolo fueron claras: «Custodiaréis mi templo, que será rico en tesoros y honrado por muchos hombres; conoceréis así los pensamientos secretos de los dioses inmortales» .
 Hace casi dos mil años, cien años después de Cristo, el historiador Plutarco atribuyó el poder de las Pitonisas al vapor proveniente de las grietas en las rocas de la cueva. Hoy se sabe que dos fallas tectónicas se cruzan bajo Grecia, con una fractura justo debajo de Delfos. Cuando Sócrates acudió al oráculo más de 400 años antes de Cristo, en busca de conocimiento sobre la naturaleza, la respuesta fue precisa y contundente: “Te advierto, quien quiera que fueres, tú que deseas sondear los arcanos de la Naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras excelencias?
En ti se halla oculto el Tesoro de los tesoros. Oh! Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los Dioses”. conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los Dioses. Sócrates solicitó que aquella maravillosa revelación quedara en el frontispicio del templo de Apolo en Delfos, como iluminación eterna para toda la humanidad.
 En el año 429 antes de Cristo, el gobernador de Atenas, Pericles (495 a.C- 429 a.C) , murió debido a la peste que castigaba a la ciudad. Un grupo de ciudadanos acudió al oráculo de Delfos para pedirle una forma de terminar con ese azote. La respuesta del oráculo causó estupor: “Construyan, con regla y compás, un altar cúbico que duplique en volumen al que ya existe”. Genios matemáticos del momento, como Hipócrates de Quíos (470 - 410 a.C) abordaron el problema sin lograr resolverlo. Doscientos años después otros matemáticos, incluyendo al mismísimo Eratóstenes (276 a.C – 194 a.C) continuaban desvelándose por la incógnita, pero sólo llegaron a soluciones aproximadas. Para resolver el problema es necesaria una ecuación cúbica, algo imposible con regla y compás.




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                                        ACTIVIDADES

1) ¿ Cuales eran las dos instituciones Panhelénicas más importantes de la época arcaica? ¿Por qué se le aplica ese adjetivo? Razona tu respuesta.

2) ¿Cómo se le llamaba la sacerdotisa de Delfos? Explica por qué

3) ¿Qué era el Ónfalos? ¿Qué significaba su nombre? ¿Donde se encontraba? ¿Como llegó allí?

4) Busca información sobre los juegos Píticos y recógelo en tu ciuaderno. ( Desarrollo e investigación)

5) Da una opinión personal sobre la credibilidad o no del Oráculo y cual crees que pudo ser su verdadera función (Desarrollo e investigación)

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