Uno de los pocos momentos tensos de la conferencia de prensa de ayer fue cuando una corresponsal extranjera le preguntó al presidente Mauricio Macri por la millonaria participación de su hermano Gianfranco en el blanqueo de capitales dispuesto por su propio gobierno. “Que mi hermano haya blanqueado era un derecho que le daba la ley y lo hizo dentro de la ley”, fue la defensa que ensayó el Presidente.

“Uno de los discursos que más repite habla de la transparencia, la honestidad y la ética, ¿cómo explica entones a los argentinos el hecho que su hermano haya blanqueado millones de pesos gracias a una ley que usted reformó por decreto?”, le preguntó durante la conferencia la corresponsal de la agencia oficial mexicana Notimex. La intervención obligó a Macri a hablar públicamente por primera vez del asunto, revelado por PáginaI12 el 27 de agosto pasado. 

En ese artículo se contó que dentro de los personajes del mundo de los negocios que habían ingresado al generoso blanqueo propuesto por el Gobierno figuraba nada menos que Gianfranco Macri, hermano del Presidente e integrante del directorio de varias de las empresas de la familia, con 622 millones de pesos, o 35,5 millones de dólares. Sólo con esa suma cuadriplica lo que declaró su hermano mayor, el Presidente, en su declaración jurada en blanco. 

Y no era el único relacionado con el Gobierno que figuraba en la lista. El empresario Marcelo Mindlin blanqueó 770 millones de pesos, una suma muy similar a la que habría invertido en comprar Iecsa, la constructora de Angelo Calcaterra, el primo de Macri. Tampoco se la podía perder el íntimo amigo del Presidente y cónsul honorario de Singapur, Nicolás “Nicky” Caputo, quien se anotó con 465 millones de pesos, equivalentes a 26,5 millones de dólares. Caputo no sólo es el “hermano de la vida” del presidente, sino que también fueron socios en emprendimientos comerciales y sus empresas constructora y energéticas son contratistas del Estado. En el listado revelado por este diario también figuraban el cuñado del secretario de Legal y Técnica, Pablo Clusellas, y un primo segundo del jefe de Gabinete, Marcos Peña.  

En la redacción original del proyecto de la ley 27.260 de Sinceramiento Fiscal era muy generosa en cuanto a la posibilidad de participación de los funcionarios y de sus familiares directos. Las negociaciones en el Congreso fueron restringiendo esa amplitud. Incluso, hubo proyectos opositores para que tampoco se permitiera el ingreso a los contratistas del Estado, pero el Gobierno presionó para mantenerlo más generoso posible. En cambio, buscó restringir la difusión de quienes participaran con severísimas penas, pero finalmente debió exceptuar a los medios de comunicación. 

Luego, Macri sorprendió al modificar la ley en su reglamentación por decreto habilitando a familiares directos y cónyuges a acogerse al beneficio fiscal. La decisión generó acciones judiciales de parte de diputados como Felipe Solá y Victoria Donda, aunque los jueces resolvieron de acuerdo a los deseos del Poder Ejecutivo.