Un aeródromo abandonado muestra los sueños de destino turístico de Las Termas

Un aeródromo abandonado muestra los sueños de destino turístico de Las Termas

EN ESPERA. Dos DC-3 de Aerolíneas Argentinas aguardan en la plataforma de ascenso y descenso de Mansupa. Por entonces había tres vuelos semanales. La imagen una reliquia del Archivo Histórico de Las Termas de Río Hondo. LA GACETA / FOTOS DE JORGE OLMOS SGROSSO EN ESPERA. Dos DC-3 de Aerolíneas Argentinas aguardan en la plataforma de ascenso y descenso de Mansupa. Por entonces había tres vuelos semanales. La imagen una reliquia del Archivo Histórico de Las Termas de Río Hondo. LA GACETA / FOTOS DE JORGE OLMOS SGROSSO
01 Agosto 2013

Por lo general quienes tramitan un aeródromo en el campo son pobladores de pequeños caseríos o de estancias. Un grupo humano que tiene una inquietud y que con esfuerzos mancomunados, en distintas etapas, llegan al aeroclub y luego a la adquisición de aeronaves, para fomentar el vuelo. Sería lo normal. Pero quienes materializaron el aeródromo de Las Termas de Río Hondo, no tenían la menor intención de constituir un aeroclub. Más aún, cuando sólo uno de ellos poseía una avioneta... ¿Cómo fue posible? Quizás sea un precedente único en el país ya que la idea de esta comisión (en su mayoría hoteleros) fue crear directamente un aeropuerto comercial para que los turistas llegaran cómodamente a la ciudad termal, que ya entonces convocaba al turismo nacional a disfrutar de sus aguas.

Innumerables avatares

Mansupa es una vieja población, escasamente habitada -como la mayoría de las poblaciones rurales santiagueñas-, a siete km al norte de Las Termas de Río Hondo. En ese paraje, el domingo 19 de septiembre de 1954 y después de innumerables avatares, se inauguró el aeródromo de Las Termas de Río Hondo. La pista se construyó sobre un terreno propiedad de don Bautista Fernández Robla, que le vendió a la comisión de hoteleros en cuotas insignificantes y a largo plazo.

Si bien es cierto que el primer paso se había concretado, aún faltaban tres años para lograr que los "ansiados" vuelos comerciales fueran una realidad. "Lo cierto es que el aeródromo de Río Hondo comenzó sus vuelos regulares a finales de agosto de 1957. Los servicios eran muy distintos de los actuales, con pocas frecuencias, operadas fundamentalmente por DC-3 para 21 pasajeros", contó el empresario hotelero Carlos Kahn. "Las frecuencias -añadió- eran de tres vuelos semanales y el servicio era temporario desde marzo a septiembre".

Servicios más rápidos

Pero a principios de los años 60, con una red aeroportuaria bastante mejorada, Aerolíneas Argentinas encaró un reequipamiento con máquinas modernas. "Los Avro 748 ofrecían servicios más rápidos y mayores frecuencias. Pero, lamentablemente, estos aviones ingleses no se adaptaban a las pistas de tierra y/o piedras como lo hacían sus predecesores. Además, sus hélices cuadripalas levantaban piedras que impactaban en las superficies de control, flaps y fuselaje", describió Kahn. "Sobre todo en la zona sur -agregó el hotelero-. Así, cuando la existencia de estas pistas impedía operar con seguridad se optaba por levantar el servicio; y los pasajeros que abordaban cómodamente el avión en aeródromos como La Cumbre, Villa Dolores, Orán, Tartagal, etcétera, se veían obligados a trasladarse varias horas en ómnibus hacia el aeropuerto provincial para acceder a un vuelo. Aunque esto último ciertamente no tuvo relación con Río Hondo".

"Si bien la pista era de tierra compactada, su categoría de Aeródromo Comercial Interno (RHO), con señal distintiva Río Hondo Aerorradio, emisión A3 en frecuencia VHF 118.1 Mhz y su inclusión referencial en el mapa del Servicio Móvil y de Radiodifusión, nos marca la plena operatividad de Río Hondo, según un acta del 15 de julio de 1961", expresó la profesora Alba Rojas, directora del Archivo Histórico de Las Termas.

Un galpón

"Aunque no se menciona la disponibilidad pública de combustible, Aerolíneas Argentinas anexó un galpón de chapa donde tenían combustible y un pequeño pañol de repuestos", añadió.

Según la académica Rojas "las aeronaves habituales (1957) eran DC-3 de Aerolíneas Argentinas, aunque también arribaron Curtiss C-46 de ALA (Aerotransporte Litoral Argentino). Estos dos modelos tenían algo en particular: tren de aterrizaje convencional (dos grandes ruedas adelante y una rueda chiquita atrás). Posteriormente, en 1962 los Avro 748 y los NAMC YS-11 poseían el tren triciclo (cuatro ruedas medianas al medio y dos chicas en la "nariz"). Imprevistamente en 1969 la frecuencia se redujo a un vuelo semanal. Y a fines de 1974, comienzos del 75, se cancelaron.

Torre de control

Público expectante
.- Las crónicas periodísticas de la época -1954- cuentan que el 19 de septiembre se había congregado, en crecido número, el pueblo desde poco más del medio día, solazándose, con el espectáculo de acrobacia aérea de los aviones concentrados en el nuevo aeródromo, en Mansupa.

CRÓNICA.- A las 18 y pocos minutos más, descendió del avión Bonanza en el que viajó, el gobernador Francisco Javier González, acompañado por uno o dos funcionarios. También lo esperaban las autoridades civiles y eclesiásticas de la ciudad termal y funcionarios del gobierno provincial, ministro de Gobierno, doctor Jorge A. Castro; de Hacienda, Antonio Tagliavini y de Obras Públicas, Mario Ibarra.

OTRO INTENTO.- En la década del 80 se intentó reflotar el proyecto aeropuerto. Y se hizo un estudio en un predio de Aguada, a unos 5 km al norte de Las Termas. Pero fue desestimado con el mismo entusiasmo con el que se gestó.

MAS PROBLEMAS.- La elevación del terraplén de la ruta nacional 9 con desagües insuficientes, hizo a veces de "dique" y permitió el nacimiento de una laguna contigua en el acceso al aeródromo de Mansupa. También se sumó la construcción de un tendido de energía eléctrica de alta tensión "El Bracho/Santiago del Estero" ofreciendo un obstáculo a una de las cabeceras, el efecto fue "acortar" el umbral de pista en unos 110 m. aproximadamente.

COMPARACIÓN.- El actual aeropuerto termense es internacionalmente operable. Pero para alcanzar la categoría de internacional debería contar con una aduana JP1. De los 21 pasajeros que transportaba en 1957 los DC-3 ahora pueden viajar 96, en los Embraer.

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