Perfil de un tarólogo moderno: de la adivinación del futuro al rastreo del inconsciente familiar

Víctor Leni Cordero es director teatral, actor, docente y autor del libro "Tarot genealógico" (Editorial Random House). De origen chileno, actualmente vive en el barrio de Vicente López, donde su tiempo transcurre entre tiradas de cartas, ensayos de obras, escritura y el dictado de cursos virtuales.

Su trabajo sobre las tablas abraza el tarot y la magia, a la que considera "un arte de desautomatización de la mirada". En su cuenta de Instagram (@victorlenitarologia), comparte contenido sobre arcanos, historias familiares y herencias ancestrales, como una versión nueva y aggiornada -no patriarcal- de aquello que Alejandro Jodorowsky inauguró como psicomagia, aquellos ritos e interpretaciones que tocan las fibras más profundas del inconsciente personal y colectivo.

¿Cómo influyen las historias reprimidas, negadas, olvidadas, pero siempre presentes (desde algún lugar) de nuestros antepasados? ¿Cómo recreamos en el teatro de la vida estos lazos de amor que nos enlazan a través de las generaciones?

El pelo largo, una postura sexy frente a la cámara, péndulos y sedas coloridas van configurando esta versión de tarólogo moderno que tal vez en otra vida fue un alquimista perseguido por la Inquisición, un personaje encantador que en el nuevo milenio se cubre de otras orgullosas rebeldías: la disidencia sexual fuera de las etiquetas, el feminismo, el amor por el costado anti utilitario y mágico de la vida.

"Imagínate que yo en los años 90 o principios del 2000 en Chile era una oveja negra y la gente no tenía el recaudo ni la consciencia que hoy se está empezando a tener, y directamente fui violentado física y verbalmente tanto por mi orientación sexual, como por mi crítica constante a la forma patriarcal, como por ser tarotista en esos años. Hoy, al contrario, estamos al borde de ser una moda."

"El tarot ha sido masivamente una herramienta de consulta del futuro, cosa que ha generado mucha controversia y ansiedad al vincularse con las cartas, pero posibilitar una pesquisa hacia el pasado puede ser de mucha liberación y conexión, pues nos invita a un viaje y a una reflexión más que a un mero efecto futurológico."

Arcanos, voluntades de un clan familiar que nos precedió y al que nos ligan nombres, fechas, coincidencias dolencias y felicidades son la puerta de entrada y de interpretación de los clásicos arcanos de Marsella. 

- Decís que hacés un viaje al inconsciente familiar a través del Tarot, ¿de qué se trata eso?

- El tarot es, ante todo, un lenguaje sagrado y lúdico que nos ayuda a develar o acercarnos a eso que permanece velado o inconsciente. Es por eso que siempre, más allá del enfoque de trabajo, uno consulta al tarot para poder hacer visible algo que sentimos que está presente, aunque no lo podamos ver en apariencia.

Los estudios de la psicología transgeneracional ya hace algunos años atrás develan que no sólo existe un inconsciente personal o colectivo, sino también existe el inconsciente del clan familiar. Lo interesante es que el inconsciente no se rige con la noción de temporalidad como lo conocemos, sino más bien es atemporal, lo que de alguna manera posibilita que algo que ocurrió hace 70, 80 o 100 años se pueda estar repitiendo o pidiendo una realización en lo que conocemos como presente.

A través del tarot, que nos ayuda a conectar con lo inconsciente, podemos también descubrir que información ancestral podríamos estar cargando, repitiendo o heredando como patrón de conducta, deseo, ideología, enfermedad, etc.

Muchas veces nuestros propósitos de vida no son genuinos, más bien responden a otras voluntades del clan. 

- ¿Podrías darnos ejemplos de cómo se ve esto en los arcanos?

- Desde la mirada junguiana, los arcanos del tarot podrían estar hablando de arquetipos, si resuenas con ese principio podemos encontrar en las cartas un montón de resonancias que nos hablan de madres, padres, adolescentes, niños, niñas y niñes, momentos de independencia del ser humano, nidos vacíos, herencias, secretos, gestaciones, nudos, abusos, vida, muerte, etc.

En una lectura de tarología habitual, estas cartas se van manifestando en el presente del consultante, pero si las miramos desde la perspectiva de que cada arcano posee las capas de una cebolla, tal vez ese arquetipo podría tener una resonancia no sólo con su presente, sino con el origen en su clan familiar.

Por ejemplo, La papisa, La justicia, La luna son cartas que nos hablan de las mamás y las abuelas, El emperador, El papa, El ermitaño, El sol son arcanos que nos hablan de los padres, y de la paternidad como energía también. Por ende, cada carta posee una profundidad que atraviesa lo aparente y el significado tradicional, para viajar por el tiempo hacia las memorias que hoy por alguna razón necesitan ser vistas.

- ¿Qué es la magia para vos y por qué recomendás actos mágicos para conectar con el árbol genealógico?

- Para mí la vida es mágica en sí misma, y su mayor riqueza radica en aprender a apreciarla, verla. Por ejemplo, el arcano El mago del tarot no mira en principio los elementos que tiene en su mesa y que dan cuenta de los cuatro elementos de la naturaleza (entendiendo que él mismo es el quinto elemento): para mí la magia de la vida se trata de abrir la mirada a este misterio hermoso que es vivir, y para eso necesitamos justamente desactivar los automatismos heredados por la cultura, la sociedad y la familia, para permitirnos encontrar el trazo genuino de cada instante vivo.

Ahí está la magia, justamente cuando se desautomatiza la mirada. Y luego, como nos pasa constantemente, que por más que seamos conscientes de algo que nos oprime o queramos cambiar en nuestra vida, si no lo traducimos a un acto o acción, hay algo de la transformación que no se termina de integrar.

Las técnicas terapéuticas más poderosas están basadas en actos y no sólo en la comprensión racional, pues la mente puede ser muy tramposa sino se vuelve carne, acto.

Un ritual consciente es un acto mágico, pues también realizamos ritos cotidianos sin consciencia, pero cuando eso que percibimos y tomamos como verdad transitoria conscientemente lo manifestamos en forma de acto pasa otra cosa, se integra la voluntad y nos volvemos co-creadores de nuestra vida.

- En tu libro mencionás mucho las lealtades inconscientes al clan, ¿podés explicar qué son, en qué punto podemos dar el salto creativo para actuar distinto a aquellos que nos precedieron?

- La lealtad inconsciente tiene que ver con ser fieles a una forma, una emoción, una manera de ver la vida, una ideología, etcétera. Justamente porque le llamamos "clan", lo que menos queremos es ser excluido de nuestros clanes, pues construyen en nosotros lugares de identidad y de pertenencia.

Muchas veces creamos inconscientemente estos pactos con los miembros que en apariencia menos resonancia tenemos o fueron, por ejemplo, miembros ausentes. Es más probable heredar rasgos de un padre ausente que de una madre presente, pues ahí se manifiesta la necesidad afectiva de sentirnos filiados, a pesar de la ausencia, por una característica que muchas veces nos juega malas pasadas.

Pensemos que el contenido del árbol genalógico es el amor, lo que pasa es que justamente las maneras de manifestar el amor en las familias está truncada, sobre todo en las generaciones pasadas, en donde el castigo, el abuso y la ausencia primaban. Creo que siempre hay amor, sólo que los formatos sociales, morales y los roles que asumimos van aprisionando la expresión fluida de esa emoción primordial.

Es ahí, como una manera de honrar ese amor sombreado, que somos leales desde el inconsciente. Dar el salto implica, como dije antes, primero ser conscientes, tener deseos de cambiar y de transformar ese amor en sombra en amor en luz. Luego accionar con voluntad profunda y sentir que podemos soltar sin perder el amor ni la vida.

- Te describís como una oveja negra, "homosexual, feminista, actor y tarotista", ¿cómo se mezclan estas identidades? Pensando en la frase "las ovejas negras venimos a ponerle fin a esta información racionalista y patriarcal", ¿en qué actos de tu vida le pusiste fin al patriarcado?

- Sí, en una parte del libro pongo esa frase, pero más que nada por cómo me sentía en un momento de mi vida. No me van bien las etiquetas, pues cuando uno se queda mucho rato en ellas se corre el riesgo de ser prisionero de un estereotipo, y creo que es algo que huyo constantemente.

Creo que el tema del patriarcado sigue rigiendo la mayoría de las esferas sociales y es un tema, pues creer que el sistema piramidal del macho que oprime, decide y explota el planeta tiene que llegar a su fin, sino pronto no tendremos nada.

Un acto importante de mi vida para empezar a erradicar parte de la educación patriarcal que recibí fue irme de mi país de origen, en la patria (patriarcado) se generan lealtades que construyen identidades, desde sostener mitos y narrativas hasta maneras de la supuesta alimentación y costumbres.

Eso que vi de mí con distancia me ayudó para empezar a darme cuenta de lo que no quería para mi construcción como ser en sociedad.

Hoy, en mi vida, mi lucha es día a día con mi pequeño patriarca que a veces se manifiesta, pues gracias a la carta El diablo del tarot comprendí que en vez de poner la sombra afuera es mejor asumirla en uno mismo y desde ahí contribuir a transformar el mundo.

A veces los discursos se quedan en que el problema está afuera y si bien lo está en parte, siempre lo que vemos afuera tiene una resonancia en algo que manifestamos desde adentro.

- Comparás la palabra tarot con teatro, ¿cómo las relacionaste en tu vida? ¿qué vino antes? ¿ambos parten de la intuición?

- Sí, tienen casi las misma letras (tarot y teatro) y llegaron a mi vida en mi preadolescencia, un momento de crisis y revelación ante lo impuesto como absoluto. Fueron mis salvadores, pues yo sufría por como eran las formas de las cosas, y sentía mucha impotencia por el mundo en el que vivía.

El teatro es un acto ritual, obviamente hay maneras y maneras de hacer teatro, pues hay estilos más mentirosos en donde el actor miente y la mejor mentira es la que tiene más aceptación, pero también existen otros enfoques que tienen que ver con el teatro ritual y performático en donde lo que está ocurriendo es un hecho presente.

Con el tarot pasa lo mismo, se puede hacer con verdad y presencia o puede ser un acto de engaño. Me gusta ese juego, el de acercarme al gesto vital, tal cual como dices vos, a esa fuente intuitiva, que no está ni en la hegemonía mayoritaria ni en el discurso de las minorías, que al final es casi lo mismo. Mi búsqueda es sobre la multiplicidad de maneras vivas en donde se puede manifestar o canalizar un sentido que aporte claridad.

- ¿Cómo ves a esta nueva generación de astrólogos y tarólogos aliados con el feminismo, la ecología y repensando sus herencias? 

- Lo encuentro fascinante, ya no somos las ovejas negras, pues estamos deviniendo en multicolores, multiformas, y siento que el tema de la ecología, la consciencia de la vida y su cuidado va de la mano con estas prácticas que justamente trabajan para contribuir a que evolucionemos colectivamente. 

Las adivinaciones siguen estando, el patriarcado y la toma de poder sobre otro también, pero lo que me parece interesante es que esta nueva generación de la que me siento parte no queremos quedarnos con la verdad absoluta, sino más bien trabajamos creando y proponiendo nuevas vías poéticas para un mundo que parecía acabado, para que tal vez desde la belleza, la creación y la reflexión recobremos nuestro poder colectivo y personal para transformar y trascender cualquier barrera impuesta.