¿La princesa Diana alguna vez vivió un momento she stole my look? La respuesta es afirmativa. Asistir a un evento con el mismo vestido que otra persona es un paso faux pas de moda que todos preferiríamos evitar. Pero, ¿qué sucede cuando llegas a una fiesta y te das cuenta de que has elegido accidentalmente el mismo vestido que la princesa Diana?
Eso es exactamente lo que le sucedió a Natasha Fairweather, cuando fue invitada a una fiesta en el Castillo de Windsor en 1985 para celebrar el cumpleaños número 21 del Príncipe Eduardo y sus primos Lady Helen Windsor, Lady Sarah Armstrong-Jones y James Ogilvy.
El icónico vestido de aquel día de 1994 será siempre recordado triunfalmente en la historia.
"Estaba en la universidad con Edward, pero no lo conocía en absoluto", afirma Fairweather, ahora convertida en una agente literaria en esta conversación con Vogue vía telefónica. “Pero conocí a James Ogilvy dos meses antes de que salieran las invitaciones a esa fiesta, y ese no era realmente mi mundo, [así que] fue muy amable de su parte pedirme que lo acompañara”. Como era de esperarse, Lady Di, reina de corazones, también asistiría al encuentro.
Después de recibir la invitación, Fairweather enfrentó el eterno dilema de qué ponerse para la fiesta, con la presión adicional de que la Familia Real, incluida la Reina, estaría presente. “Mi hermana vivía en Londres y era mucho más glamorosa que yo, así que tenía este vestido increíble que había comprado en las rebajas”, explica.
El vestido de Murray Arbeid que llevó la princesa Diana y Natasha Fairweather la misma noche
Pero, por casualidad, resultó que el vestido prestado era la misma prenda en blanco y negro, sin tirantes, de Murray Arbeid que la princesa Diana había seleccionado esa noche (Lady Di también usó el vestido más tarde en un banquete en Londres en diciembre de ese año).
“Fue una fiesta realmente enorme y luché por encontrar a mis amigos al principio, había tres personas que conocía”, recuerda Fairweather. “Encontré uno de ellos y me dijo: 'Dios, es un vestido increíble, pero acabo de ver a Diana y estoy bastante seguro de que estás usando exactamente el mismo vestido que ella'.
Sin saber mucho de la etiqueta en un evento de tan alto perfil (por si era mejor irse en ese momento), uno de los invitados la ayudó a buscar el consejo de la Reina Madre. “Hablé con alguien que dijo: 'Bueno, conozco un poco a la Reina Madre y es muy buena en este tipo de cosas'”, recuerda Fairweather. “La encontramos en el salón y le expliqué mi situación. Ella fue muy amable conmigo y dijo: "No pasa nada, todo está absolutamente bien; quédate y diviértete".
A medida que más invitados comenzaron a notar el look “doble”, el asunto se convirtió en el tema de conversación de la fiesta. “Esto hizo que la fiesta fuera bastante divertida porque todos querían hablar conmigo y ver el vestido”, continúa Fairweather. “Cuando noté que Diana y Carlos habían ido a la pista de baile, fui y bailé muy cerca de ellos para que se dieran cuenta. Según lo recuerdo, Carlos se lo hizo saber y ella se rió; ciertamente no fue un problema en lo absoluto".
Después de la fiesta, algunos de los invitados contaron a la prensa lo sucedido, lo que llevó a que los periódicos publicaran titulares como "Ladies Di-Dénticas", incluso algunos mencionaron cosas no tan amables hacia Fairweather.
“Uno de mis amigos me llamó y me dijo 'Me ofrecieron 200 libras esterlinas', lo cual era bastante dinero en los '80, 'por darles mi nombre y dirección'”, recuerda. "Entonces, los paparazzi estaban afuera de mi puerta y me ofrecían cantidades cada vez mayores de dinero para posar con el vestido".
Fairweather nunca terminó posando para la prensa, pero 36 años después, el vestido será subastado gracias a su amiga Chiara Menage, la fundadora de Menage Vintage, quien en realidad proporcionó una serie de looks vintage, que llevó Emma Corrin como la Princesa Diana en la temporada 4 de la serie The Crown. “Chiara sugirió que tal vez era el momento de vender el vestido e incluirlo en esta subasta”, comenta.
Después de todos estos años, Fairweather espera que el vestido llegue a un comprador que aprecie la historia detrás. “¿Qué sentido tiene que esté en un ático? Me parece una lástima dejar que se lo coman las polillas”, concluye. “Sería maravilloso si alguien disfrutara de la historia de este vestido y lo usara, o tal vez lo tuviera en su colección. Es un vestido espectacularmente hermoso”.
El vestido será subastado en Karry Taylor Auctions, Inglaterra, el 7 de diciembre de 2021.
Artículo originalmente publicado en Vogue UK, vogue.co.uk.
