Iguazú: cómo disfrutar de una de las siete maravillas naturales del mundo

Entre la frontera de Argentina y Brasil, se encuentra uno de esos lugares que deberías visitar al menos una vez en tu vida.

Te contamos la mejor manera de gozar del paraíso y cómo hacerlo, literalmente, las 24 horas.

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Ya desde el avión uno intuye que este lugar va a ser especial. Al aterrizar en el aeropuerto Internacional Cataratas del Iguazú, lo único que vislumbras es una pequeña pista de aterrizaje rodeada de vegetación, que se extiende hasta donde te llega la vista.

Son kilómetros de árboles frondosos que te hacen sentir como si te hubieran dejado en mitad de la selva.

El motivo es que el aeropuerto colinda con el Parque Nacional Iguazú, uno de los pulmones verdes de Argentina y de Brasil, con una superficie que abarca cuatro veces la extensión de la ciudad de Madrid y donde se encuentran las cataratas de Iguazú, una de las siete maravillas naturales del mundo y razón por la que hemos venido hasta aquí.

La boca abierta y la cámara a pleno rendimiento

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Las cataratas se pueden contemplar desde Brasil y Argentina y son uno de sus grandes reclamos turísticos.

El río Iguazú traza la frontera entre los dos países y desemboca en el río Paraná, donde se unen las fronteras de Argentina, Brasil y Paraguay. Sus cascadas y saltos -con alturas de hasta 82 metros-, van desde los 275, en las épocas más lluviosas, a 150, en los días secos, y contemplarlos desde cerca es una experiencia única.

DUERME CON LAS VISTAS DE LAS CATARATAS

Del aeropuerto nos vamos directamente al hotel Gran Meliá Iguazú, donde nada más entrar podrás contemplar las cataratas a través de las cristaleras. Es el único hotel que se encuentra **dentro del parque nacional argentino. **

Una vez cierra el parque a las 18:00 h, tú y el resto de huéspedes del hotel seréis los únicos que podréis seguir disfrutando de sus vistas mientras te tomas un cóctel en la piscina infinity o en el rooftop.

Piscina del hotel Gran Meliá Iguazú

Gran Meliá Iguazú

Cuando te vayas a la habitación, no querrás cerrar las cortinas para no dejar de verlas; y al amanecer, podrás desayunar en el restaurante mientras sigues siendo testigo de las vistas privilegiadas de este lugar.

Otra de las razones para quedarnos en este hotel es que te puedes ahorrar las colas que se forman en el punto de entrada y ser uno de los primeros en visitar las cataratas cuando el parque abre a las 8 de la mañana. Solo tienes que seguir el sendero de detrás de la piscina para empezar uno de los tres circuitos.

En el circuito inferior, que se extiende a lo largo de unos 1.400 metros, podrás ver de cerca algunos de los saltos más impresionantes como Dos Hermanas y Bossetti. El paseo superior, de 1.750 metros, te ofrece una perspectiva diferente desde la parte alta de las cataratas como el salto San Martín.

El tercer paseo, el más popular, es la Garganta del Diablo, a la que podrás llegar cogiendo el Tren Ecológico de la Selva o bien andando un kilómetro hasta llegar a la estación, desde donde tendrás que caminar por unas pasarelas situadas sobre el río Iguazú.

Un destino mágico...

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Se trata de un trayecto tranquilo hasta que te aproximes a la Garganta. Al asomarte, verás un torrente de agua cayendo a unos 82 metros de altura y formando una neblina que te impedirá ver el fondo. Un abismo con forma de ‘u’ que querrás inmortalizar una y otra vez porque pocas veces habrás visto algo igual.

BAUTISMO Y PASEO A LA LUZ DE LA LUNA

En el lado argentino puedes pasarte un par de días visitando tranquilamente las cataratas, y más si quieres verlas muy de cerca con uno de los paseos náuticos que ofrece la empresa Iguazú Jungle.

¿Un paseo a la luz de la luna?

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Si te gusta la adrenalina y quieres empaparte debajo de las cataratas, tu paseo es el Gran Aventura. Empieza con un recorrido en un vehículo todo terreno por el sendero Yacaratiá de 5'5 km, en el que uno de sus guías te contará los secretos de su flora y fauna.

Aquí crecen 90 tipos de árboles, algunos pueden superar los 20 y 30 metros de altura, que conviven con 2.000 plantas vasculares protegidas, 80 tipos de mamíferos y 450 especies de aves.

Después del paseo, cambiarás el todo terreno por una lancha con la que te llevarán hasta las cataratas para estar lo más cerca posible de ellas. Te meterán debajo del salto San Martín para recibir un bautismo en toda regla del que te aseguramos saldrás totalmente empapado.

Si tienes la suerte de estar en los días que hay luna llena, el parque te ofrece un paseo hasta la Garganta del Diablo para que veas **las cataratas a la luz de la luna. **

Se suele hacer cinco noches al mes y cada una tiene tres salidas. Te recomendamos que lo reserves con antelación porque a veces las entradas se terminan pronto.

Garganta del Diablo

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EL LADO BRASILEÑO

La visita a las cataratas no estará completa si no te asomas a ellas desde el lado brasileño. Para llegar **puedes reservar el transporte con el hotel o ir por tu cuenta. **

Enfrente del Gran Meliá Iguazú hay una parada que te transportará hasta la estación de autobuses de Puerto Iguazú, donde tendrás que tomar otro bus con el que cruzarás la frontera para llegar al Parque Nacional do Iguaçu.

Una vez en el parque nacional brasileño, las colas suelen ser un poco largas para subir al autobús que te llevará desde la entrada hasta las primeras cascadas, y donde está el Hotel das Cataratas.

El circuito desde este lado es más corto, no requiere más de un día, ya que** dos tercios de las cataratas se encuentran en el lado argentino.** Pero las vistas son igual de impresionantes, ofreciendo una gran panorámica.

La caminata termina en el salto Floriano, donde las pasarelas te acercan lo máximo posible a la Garganta del Diablo, que viste desde arriba en el lado argentino pero que aquí verás desde la parte de abajo, y donde te volverás a mojar.

Mirador Naipi

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Tendrás que tener paciencia para tomar una buena foto o selfie, porque en esta zona es donde se agolpa la mayoría de turistas. El paseo lo puedes terminar subiendo al mirador Naipi, un ascensor de 27 metros con vistas a las cataratas.

A VISTA DE PÁJARO

La última manera que nos queda de admirar las cataratas es como la ven los pájaros. La compañía brasileña Helisul, que se encuentra a 350 metros de la salida del parque nacional, ofrece paseos en helicóptero de 10 minutos y 35 minutos, dependiendo de si solo quieres ver las cataratas o también el parque nacional y la zona donde se unen las fronteras de Argentina, Brasil y Paraguay.

El paisaje desde las alturas es aún más impresionante

Helisul

Sus vistas panorámicas te harán sentir pequeño al ver cómo la vegetación se extiende a kilómetros, solo interrumpida por el río y sus cataratas.

Esta experiencia pondrá el broche de oro a tu viaje, en el que habrás contemplado de todas las formas posibles uno de los lugares más impresionantes del mundo.