48 horas en Buenos Aires. 48 horas en una ciudad que constantemente escribe su propia carta de amor a los sabores de la infancia y a las creaciones disruptivas en la gastronomía. A la cultura en su estado álgido, a la libertad artística en sus bares, en sus museos, en sus propuestas donde reina la innovación, y a sentir que incluso atravesando ciertas tormentas, vivir todas las emociones es posible en cada esquina de nuestra ecléctica, y siempre inolvidable Buenos Aires.
Sobran motivos para afirmar que las siguientes 48 horas que degustaremos, viviremos y sentiremos resultan perfectas para quienes aterrizan por primera vez en la capital de Argentina.
Aun así, no solo presentaremos una radiografía de las visitas obligadas en Buenos Aires, porque aquí también encontrarás un amplio abanico de joyas viajeras que valdrá la pena desentrañar si es tu segunda, tercera, o cuarta vez en la ciudad. ¿Comenzamos?
DÍA 1: CAMINITO, SAN TELMO Y MICROCENTRO
Después de desayunar en CasaSur Palermo Hotel a primera hora del día—el guardian de nuestra estancia en la metrópoli y del que más adelante daremos detalles para saber dónde hospedarse en Buenos Aires—, partimos rumbo a un clásico indiscutible: el barrio de La Boca.
Allí, su emblemática ‘Calle Museo Caminito’ es testigo absoluto de una afluencia constante de locales y visitantes que se disponen a apreciar la belleza inequívoca del tango y sumergirse en la historia de un distrito portuario que, en gran medida, creció y se inmortalizó gracias a los inmigrantes italianos (de origen genovés) que se asentaron allí a principios del siglo XX.
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El espíritu y la esencia de Buenos Aires se traduce en vibrantes colores que nos envuelven por doquier, en el legado del pintor Benito Quinquela Martín, en lo que transmiten los conventillos, las galerías a cielo abierto, el centro de arte contemporáneo Fundación Proa, y, en particular, el arte callejero.
Después de explorar sus calles principales y el circuito turístico, nos dirigimos hacia Colón Fabrica. Ubicado a tres cuadras de 'Calle Museo Caminito’, su relación con el Teatro Colón, uno de los pocos teatros-fábrica del mundo, le ha convertido en un sitio que visibiliza las escenografías de las producciones más imponentes del Teatro Colón.
Todos los viernes, sábados, domingos y feriados, de 12:00 a 18:00 horas, Colón Fabrica ofrece recorridos libres y visitas guiadas que despiertan la curiosidad de los amantes del teatro, de los vestuarios y de las escenografías.
Dicho espacio no solo invita a admirar el material previamente utilizado en el escenario del Teatro Colón, también es el epicentro de una experiencia lúdica que permite interactuar con algunas de sus escenografías, y a su vez comparte curiosidades de óperas como ‘Turandot’, ‘Un tranvía llamado deseo’, ‘Los cuentos de Hoffmann’, y ‘Don Pascuale’, además de los ballets ‘El Corsario’ y ‘Don Quijote’.
Puesto que además las escenografías cambian al menos una vez por año, merece bien la pena una visita a Colón Fabrica para entender el trabajo y los secretos mejor guardados de la magia que se suscita detrás de escena.
Otra alternativa a destacar en La Boca es la Usina del Arte. El edificio de estilo florentino construido en el año 1916 y obra del arquitecto italiano, Juan Chiogna, conjuga música, artes visuales, gastronomía y danza en planes apetecibles para toda la familia.
Seguimos ruta, taxi mediante, hacia el barrio de San Telmo. En una de las áreas más antiguas y tradicionales de la ciudad nos topamos con la Parroquia de San Pedro González Telmo, la feria de Plaza Dorrego—abierta los días domingos—, el Mercado de San Telmo, la Casa Mínima de 1820, y, finalmente, otra parada imprescindible: el Zanjón.
Mientras nos embarcamos en el recorrido de 50 minutos que ofrece el Zanjón de Granados —la recuperación arqueológica de mayor calibre de Buenos Aires—, entendemos que dicha manzana encapsula los vestigios de uno de los tres arroyos que llevaban las aguas de los altos de la ciudad hacia el Río de la Plata.
El proyecto de más de dos décadas impulsado por Jorge —quien adquirió la casa en 1986—, hoy permite contemplar objetos originales como cerámicas, cisternas y utensilios, así como también restos de construcción que datan del 1700, 1740 y 1830. Fascinantes túneles y una explicación de lujo trazan el imaginario de Buenos Aires durante la época colonial.
PAUSA PARA COMER
No cabe duda de que mi ciudad siempre anima a hacer una pausa culinaria. Es por ello que aquí tenemos la opción de degustar un plato al paso en el Mercado de San Telmo, o, si tal como nosotros estás visitándola durante un sábado o un domingo, un almuerzo en Trashumante Buenos Aires (Chile, 499, esquina Bolívar) constituye la base perfecta para la tarde que nos aguarda.
Los próximos minutos se caracterizan por una magia singular en la Librería de Ávila. En la intersección entre las calles Bolívar y Adolfo Alsina se halla un Monumento Histórico Nacional que, tras abrir sus puertas en 1785, jamás ha dejado indiferente a los apasionados de los libros y la riqueza cultural.
Figuras vitales como Manuel Belgrano y Juan José Paso acudieron allí para dejarse cautivar por libros que contenían los ideales de la Revolución Francesa. De hecho, muchos inspirarían la propia revolución que se gestó décadas más tarde en Argentina.
Un aura de historia y tesoros se siente de manera impetuosa al perdernos entre los miles y miles de ejemplares que atesora la librería más antigua de Buenos Aires.
En sus inmediaciones, la Plaza de Mayo, el Museo Nacional del Cabildo y de la Revolución de Mayo, la Catedral Metropolitana, y, unas cuadras después, el Obelisco, sin lugar a dudas ponen de relieve los imprescindibles de Buenos Aires en 48 horas.
Llegamos a la última joya de la zona de San Nicolás: el Teatro Colón. Aquella estructura que denota la magnificencia más esplendorosa de Buenos Aires, y que es posible descubrir a través de su visita guiada. La Galería de Bustos, el Salón Dorado y el foyer principal son los rincones que más inspiran.
Y PARA TERMINAR…
Se nos hace tarde en la ciudad, pero no queremos regresar a nuestro refugio sin antes apreciar la Floralis Genérica, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (si evitas alguna de las visitas, puedes llegar a tiempo para recorrer las exposiciones), y culminar el día cenando en Arriba Rooftop, situado en la terraza de Alcorta Shopping.
Este restaurante creado por el grupo gastronómico BLA Food Group, artífices de Invernadero y Spritzza, ha sabido orquestar un menú de noche que incluye irresistibles como el tiradito de trucha, las mollejas con ensalada estilo asiático, y el vacío braseado con puré de papas.
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El menú de cócteles, una apuesta sólida del bartender argentino Lucas López Dávalos, incluye clásicos y también alternativas sugerentes como ‘arriba’, compuesto por vodka, santino stevani, maracuyá, limon y sidra de frutos rojos.
Si en algún momento decides acercarte a Recoleta, no dudes en zambullirte en El Ateneo Grand Splendid, será un antes y un después de tu viaje en Argentina. Buenas noches…
DÍA 2: BRUNCH EN OLI, PALERMO Y CHACARITA
Al vivir intensamente Buenos Aires en 48 horas, el brunch es una de las elecciones cruciales. Y el nuestro no podría ser en otro sitio que no sea en Oli (Costa Rica, 6020).
La propuesta erigida por Olivia Saal, mejor conocida como ‘la chica pájaro’, es un proyecto íntimo donde abunda la calidad, la creatividad, el esfuerzo, y la pasión por sorprender cada tres meses con platos nuevos.
Antes de abocarnos a degustar un delicioso viaje matutino, Olivia nos cuenta que estudió teatro, y que en pos de encontrar un espacio para liberar tensiones, decide estudiar pastelería. Las clases de hojaldres supusieron una epifanía de felicidad, y en ese momento dijo que ‘haría esto toda su vida’.
Los paralelismos entre el teatro y la cocina, sumado al amor de sus abuelos por cocinar no solo definieron su camino, sino también qué comer. Las raíces de Siria, República Checa, y en especial la francesa-israelí, calan hondo en los sabores de Oli, y también en su identidad gastronómica lúdica.
A tu paladar le espera un omelette a la francesa con queso que aportará distinción a tu mañana, un yogur con granola fuera de tópicos, una tostada de palta con pan de centeno, un roll baclava y un pan de queso que convertirán el brunch en un verdadero instante de felicidad (y los fines de semana hay más productos y novedades, así que imagínate).
Como olvidarnos de sus deliciosas medialunas, aquellas que se diferencian de un croissant por su búsqueda de suavidad y de dos texturas bien marcadas.
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En platos pensados para ser disfrutados entre varios comensales, radica un producto curado donde puedes crear tu propia experiencia: un café con una medialuna, un brunch, probar una ensalada cesar, beber un vermut, un bloody mary o alguno de sus vinos frescos y livianos.
“Oli para mí es un sueño, un sueño de tener un espacio donde pueda tomar todas las decisiones”, expresa Olivia Saal a Condé Nast Traveler. Enfatizando, a su vez, su deseo de que Oli ocupe un marco incomparable en cada pequeño logro y vivencia de los comensales. No podemos negar que definitivamente es una parte intrínseca de estas 48 horas en Buenos Aires.
EXPLORAMOS PALERMO
Seguimos ruta, seguimos dialogando con el entorno de Palermo Soho. Caminamos por la calle Costa Rica, El Salvador, Plaza Serrano, Gurruchaga, Plaza Armenia y la propia Armenia hasta llegar al Jardín Botánico Carlos Thays.
Nuestro escenario de fondo son tres jardines de estilo francés, romano y oriental, junto con sus 5 invernaderos —uno de ellos encargado de abanderar el Art Nouveau— y un espacio verde de 5 hectáreas destinadas a la flora local.
Más tarde, la calle República Árabe Siria permite esbozar el lienzo de una visita al Jardín Japonés. Donde los puentes Taiko Bashi, Ran Kan Bashi y cada una de sus estructuras en la naturaleza desprenden bienestar y equilibrio al enseñar sus recovecos.
Belgrano nos espera, no solo para dar un pequeño vistazo del Barrio Chino, sino para invitarnos a participar de una magnífica experiencia y cata de yerba mate en la Casona La Martina.
A cargo de Nicolás Tiferes —cofundador junto a su socia Mercedes de la marca de yerba mate premium, Mathienzo— dicho encuentro ofrece desde 2017 vastos matices e interpretaciones relacionados a una bebida cuyo origen se remonta a los pueblos guaraníes.
Locales y viajeros de todas partes del mundo se reúnen en un ambiente evocador para probar, en muchos casos, por primera vez el mate. Mientras Nicolás nos cuenta la historia de su empresa, brinda todos los tips necesarios para preparar el perfecto mate, degustando yerba mate premium y un blend by Mathienzo.
Una experiencia que pasa el testigo de la conexión al tiempo que nos dispone a incursionar en el mate, que da lecciones sobre la producción en las provincias de Misiones y Corrientes, y que al terminar el encuentro invita a degustar un gin (puedes reservar la experiencia aquí).
Regresamos a Palermo para nuestra cena en Niño Gordo. El restaurante ideado por Pedro Peña y Germán Sitz ofrece un ambiente con personalidad propia en Buenos Aires. Allí, la magia sin lugar a dudas ocurre en la barra, con el tataki de bife, el flamante katsusando y el postre de chocolate ofreciendo las bondades de una elección culinaria formidable en la ciudad.
Desvelamos el atractivo de los bares en CôChinChina, el bar liderado por la bartender argentina Inés De Los Santos, y elegido número 42 del mundo según The World’s 50 Best Bars 2022. ¿El cóctel favorito? ‘La vida que me merezco’, a base de tequila Jose Cuervo Silver, cordial de ananá y vainilla.
RUTA ALTERNATIVA PARA QUIENES CONOCEN BUENOS AIRES
Si ya has venido a Buenos Aires en más de una ocasión, he aquí una ruta alternativa en Chacarita. Fernanda Luna, una de las guías de la Ciudad de Buenos Aires, nos conduce por el barrio mientras nos explica que su nombre está intrínsecamente relacionado con su fundación.
En 1580, Juan de Garay reparte parcelas con el propósito de que se instauren huertas y proyectos de agricultura. Y entre estas parcelas se encontraba Chacarita. Más tarde, en 1608, el gobernador dona todas las tierras a la orden jesuítica, y puesto que en ese momento le decían ‘chacara’ a la estancia en quechua, su nombre se fue transformando hasta devenir en Chacarita.
Una imponente fachada del Cementerio de Chacarita se ve ornamentada por columnas de estilo dórico y presenta una alusión a los tres arcángeles. El monumento de Los Andes refleja el trabajo del escultor Luis Perlotti, a la vez que representa una parte trascendental de la historia argentina por su puesta en valor de los pueblos originarios.
Nos topamos también con la Pizzeria Santa María y el Palacio de la Pizza, lugares gastronómicos históricos. Acudimos a la fábrica de churros Olleros, un tradicional punto de encuentro con más de tres generaciones tras ser fundado por dos españoles y un italiano en 1963.
El Museo Fotográfico Simik (Av. Federico Lacroze 3901) recorre la historia de las cámaras de fotos desde la antigüedad hasta la fecha, en tanto que el Museo Anconetani del Acordeón (Guevara 490) encarna la memoria de la primer fábrica del acordeones de América Latina, y en este último es necesario pedir una visita para poder ingresar.
Sin perder de vista los pilares de su nuevo polo gastronómico: Anchoíta, Naranjo Bar, La Fuerza para beber un vermut y el Almacén Comunal para adquirir productos regionales, como así también degustar platos y fusiones interesantes.
Después de despedirme de Fernanda, comencé a hacer lo que hago mejor, caminar sin rumbo para que lo inesperado me encuentre. Y Malcriada Café fue mi gran hallazgo al dejar atrás Chacarita y apenas ingresar en Palermo. Este sitio más que recomendado nos propone saborear una cheese cake de frambuesa y pistachos para conectar con la virtud de la pastelería en Buenos Aires.
Ha llegado el momento de decir adiós a las calles de Buenos Aires, aquellas que reciben la máxima expresión de los jacarandás en primavera. Aquellas que reflejan un cielo evocador, pensativo, las mismas que se mimetizan con los edificios históricos, con los suspiros, con las creaciones gastronómicas, con la convicción de una ciudad con carácter, que a veces resulta nuestro escape, y que a veces logra convertirse en nuestra inspiración más recóndita.
¿Qué esperas para venir por primera vez a Buenos Aires?
DÓNDE HOSPEDARSE EN BUENOS AIRES
Comenzamos a respirar serenidad y elegancia en el preciso instante que cruzamos las puertas de CasaSur Palermo Hotel. En el paraje que elegimos para vivir 48 horas en Buenos Aires, su ubicación inmejorable en Palermo Soho nos da las claves para explorar cada uno de los barrios.
Estamos a pocos pasos de nuestro brunch de ensueño en Oli, a pocos metros de una multitud de cafés, y apenas a unas cuadras de distancia de todos los bares del momento. Solo nos basta disfrutar…
Y también disfrutamos cada pequeño instante aquí, porque su interior permite descubrir la esencia de un hotel boutique de 61 habitaciones que conjuga diseño con sentido de la estética, estilo de vida y gastronomía en su restaurante plant-based Sacro (al que también puedes ir a comer sin necesariamente estar hospedado allí).
Tanto su habitación de categoría ejecutiva como la suite deluxe preservan su pasión por los espacios y por hacernos sentir que estamos en Argentina. Como la ciudad, su cama de tamaño colosal y la comodidad en su punto álgido nos atrapa. La selección de tonos, su luz natural, los balcones para desayunar mientras definimos la ruta de exploración y la decoración cierran una experiencia perfecta.
Idóneo para una escapada, su rooftop se une a la piscina y al spa para coronar una declaración de intenciones que toman como inspiración la idiosincrasia de Buenos Aires. Sin omitir que sus bicicletas de uso exclusivo para huéspedes y la posibilidad de contratar tours o una multitud de actividades en conserjería son dos aspectos que simplifican nuestra estancia en la metrópoli.
Su colección también incluye CasaSur Bellini (situado en Palermo) y CasaSur Recoleta, por si deseas estar más cerca del Jardín Japonés y el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires en el primer caso, o próximo al Cementerio de Recoleta y el Museo Nacional de Bellas Artes en CasaSur Recoleta.