Máxima de Holanda: así era su vida antes de ser princesa de Orange

Antes de conocer a su marido en Sevilla, la reina tenía una brillante carrera en la banca.

La joven Máxima de Holanda

Casa Real de los Países Bajos

Hace algo más de de 20 años, durante la Feria de Abril de Sevilla de 1999, una amiga común presentó al entonces príncipe Guillermo Alejandro de Orange y a la ejecutiva argentina Máxima Zorreguieta Cerruti. Es una fecha en la que la actual reina de los holandeses habrá pensado mucho las últimas semanas. Tras la muerte de un ser querido solemos echar la vista atrás, lo mismo que seguramente hizo la reina el pasado mes de junio después de perder a su hermana pequeña, Inés Zorreguieta. ¿Quién era Máxima antes de convertirse en princesa de Orange? ¿Y cómo habría sido su vida si su camino no se hubiese cruzado en España con el del heredero del trono holandés?

Máxima de Holanda nació en Buenos Aires el 17 de mayo de 1971 y creció en un apartamento de 120 metros cuadrados del elegante barrio Recoleta de esa ciudad. Su padre, el ya fallecido Jorge Zorreguieta, fue secretario de Agricultura y Ganadería durante la dictadura del general Videla, un pasado que más tarde le pasaría factura a su hija en la corte holandesa. La reina tiene ascendencia vasca por parte de los Zorreguieta (Sorreguieta, inicialmente) , originarios de un pueblo de Guipúzcoa, mientras que por el lado de su madre, María del Carmen Cerruti, Máxima hunde sus raíces familiares en Italia. Es la mayor de cuatro hermanos (Martín, Juan y la fallecida Inés) y la pequeña de sus tres hermanastras, hijas de un matrimonio anterior de Jorge Zorreguieta. Fue una niña feliz y parlanchina, aficionada al esquí, a la serie ** La casa de la pradera** y a la repostería. Su madre la obligaba a hacer deporte y controlaba sus comidas para que bajara de peso. Máxima no llegó a sufrir anorexia como su hermana Inés, pero las dietas formaron parte de la rutina de su juventud.

La reina de los Países Bajos tenía una carrera brillante antes de cruzarse con el futuro Guillermo Alejandro I. En 1988, después de graduarse en el exclusivo colegio bilingüe Northland School –alma mater de lo más granado de la sociedad bonaerense–, ingresó en la Universidad Católica Argentina para cursar la carrera de Economía, unos estudios que compaginó con un trabajo de investigación en materia de software para el mercado financiero en la empresa Mercado Abierto S.A. También daba clases de inglés y de matemáticas a niños y adultos. En 1996, fichó por HSBC James Capel Inc. y se trasladó a Nueva York para ser la vicepresidenta del departamento de Ventas Institucionales en América Latina, un puesto que mantuvo durante dos años hasta entrar en Dresdner Kleinwort Benson. Luego, en 1999, empezó a trabajar en las oficinas de Deutsche Bank, de nuevo como vicepresidenta de Ventas Institucionales. Primero, en las oficinas de Nueva York y después, desde el año 2000 hasta el anuncio de su compromiso con el príncipe de Orange, en las de Bruselas.

Tal y como reconoció ella misma durante la pedida de mano, el príncipe heredero de los Países Bajos le pareció “un poco bobo” cuando le conoció en la Feria de Abril. Sin embargo, volvieron a coincidir en Nueva York y se enamoró de él. Por esa época salía con Dieter Zimmermann, un alemán que también vivía en Nueva York y que trabajaba en la Bolsa. La ** reina Beatriz** estuvo de acuerdo con la relación de su hijo pese al origen plebeyo de la novia y el 30 de marzo de 2001 la casa real holandesa anunció el compromiso de bodas de la pareja. Pero todavía había un obstáculo: el pasado de Jorge Zorreguieta como ministro de la dictadura. La constitución holandesa obliga al príncipe heredero del trono a obtener la autorización del Parlamento para casarse y Máxima de Holanda tuvo que leer una declaración en la que denunciaba los males que causó el régimen militar argentino. Sin embargo, la ley que finalmente permitió al príncipe Guillermo Alejandro de Orange casarse con ella estipuló que su padre no podría asistir a la boda. Tampoco su madre, Carmen Cerruti, acompañó a Máxima ese día.

Los reyes Guillermo Alejandro I y Máxima se casaron el 2 de febrero de 2002 en la iglesia Nieuwe Kerk de Ámsterdam. Juntos tienen tres hijas: la princesa Amalia, la princesa Alexia, y la princesa Ariane. En 2013, tras la abdicación de la reina Beatriz, el príncipe de Orange subió al trono y Máxima se convirtió en la reina consorte de los Países Bajos. Los holandeses celebran el día de 1999 en el que la pareja se conoció en Sevilla: Máxima de Holanda es el miembro más popular y querido de la familia real holandesa.

*Artículo publicado originalmente en jullio de 2018.