Las amenazas que ha recibido recientemente la princesa Amalia, heredera del trono Países Bajos, han impedido que pueda llevar la vida de estudiante que deseaba en Amsterdam, donde hace unas semanas inició sus estudios universitarios. Así lo revelaron ayer los reyes Guillermo Alejandro y Máxima en una comparecencia ante los medios que hicieron al final de su visita de Estado a Suecia.
Los reyes llegaron a emocionarse al hablar ante las cámaras de las “difíciles consecuencias” que dichas amenazas tienen para su hija mayor, de quien explicaron que no puede vivir en Amsterdam como había planeado ni salir de casa más allá de para ir a clase.
“Estas consecuencias son muy difíciles para ella. No puede tener la vida de estudiante que tienen los demás estudiantes. Estoy muy orgullosa de ella y de cómo está gestionando todo esto”, dijo la reina Máxima.
Preguntado por cómo se siente él como padre, el rey dijo emocionado que “no puedo describirlo, es muy duro”.
Según recuerdan hoy medios como RTL, el monarca sí pudo disfrutar de una vida de estudiante relativamente normal cuando tenía la edad de su heredera.
“No es agradable ver a tu hija así. Puede ir a la universidad, pero eso es todo”, siguió la reina Máxima. “Ya ves que me emociono un poco”.
Aunque el gobierno neerlandés ha rechazado detallar la naturaleza y origen de esas amenazas, la ministra de Justicia y Seguridad, Dilan Yeşilgöz-Zegerius, sí ha informado de que los servicios de seguridad están trabajando “día y noche” para proteger a la princesa heredera. Según el diario De Telegraaf, las amenazas habrían surgido del entorno de Ridouan Taghi, principal líder de la llamada “mocro maffia” y del crimen organizado en Países Bajos, aunque la abogada de este lo ha negado.
La princesa Amalia comenzó a principios del mes pasado sus clases en la Universidad de Amsterdam, donde está matriculada como alumna del grado múltiple de Derecho, Política, Psicología y Economía. Según recogió entonces la prensa neerlandesa, la princesa se había mudado a un piso compartido situado en la ciudad para vivir junto a otros estudiantes, pero ahora se ha sabido que, debido a las amenazas recibidas, sigue residiendo con su familia en el palacio de Huis ten Bosch en La Haya.
“Espero conocer mucha gente, aprender cosas nuevas… Pero el estudio es lo primero. No es solo diversión y fiesta”, declaró el año pasado Amalia al imaginar cómo sería su etapa universitaria.
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