Decoración

PAREDES que cobran VIDA

¿Hay algo más mágico que convertir una pared en un vergel? Los jardines verticales pueblan las fachadas de los edificios, los balcones y los hogares cambiando el paisaje dentro y fuera.

Aunque vestir con plantas las fachadas de edificios es un recurso cada vez más extendido en las grandes ciudades, sigue siendo una sorpresa mirar hacia arriba y encontrarse uno de esos tapices vegetales monumentales que nos hacen olvidar el asfalto. A gran escala, los jardines verticales, se han incorporado en el diseño de numerosos proyectos de arquitectura contemporánea haciendo un hueco a la naturaleza en espacios reservados para el hormigón, el cemento y el ladrillo.

Además de aprovechar al máximo el espacio y aportar personalidad a los edificios, los jardines verticales son algo más que un simple elemento decorativo, ya que suavizan las temperaturas, reducen la contaminación en las ciudades proporcionando más oxígeno y, sobre todo, nos alegran la vida.

Uno de los pioneros en la creación de estos diseños naturales es el paisajista y botánico francés Patrick Blanc, quien comenzó a desarrollar jardines y cultivos verticales hace ya más de treinta años. Su sistema para el cultivo permitió desarrollar los llamados jardines hidropónicos, en los que las plantas son instaladas sobre una manta húmeda, sin ningún tipo de tierra, y reciben nutrientes y sales a través del sistema de riego. Esta técnica, patentada bajo su mismo nombre, surgió inspirándose en la observación del sotobosque tropical y fue en su propia casa donde realizó las primeras pruebas.

El primer trabajo de Patrick Blanc fue el del muro de la Ciudad de las Ciencias y la Industria de París, en 1988. Desde entonces ha diseñado tapices vegetales en edificios emblemáticos de todas partes del mundo, Francia, Estados Unidos, Tailandia, Japón…

También obra suya, realizada en colaboración con Herzog & De Meuron Arquitects, es el primer jardín vertical instalado en España, en uno de los muros del edificio de CaixaForum, en la ciudad de Madrid. Este impresionante jardín vertical, creado en el año 2007, cuenta con más de 15.000 plantas que cubren uno de los muros del edificio, con una superficie de 460 m2, el tapiz vegetal de colores está instalado sobre una manta húmeda, sin ningún tipo de tierra que las sustente. Las especies autóctonas y foráneas que conforman el jardín sobreviven y despliegan su encanto gracias a los nutrientes que reciben y a la atención constante de sus cuidadores.

Pero los jardines verticales no son solo una opción para las grandes fachadas, sino que se convierten en una propuesta decorativa que puede cambiar radicalmente el ambiente de un espacio interior, ya sea un restaurante, un hotel, o nuestra propia casa.

Las opciones son múltiples y el límite es sólo el que nosotros queramos poner. Desde propuestas artísticas, como las de la paisajista londinense Rebecca Louise Law, famosa por realizar sus jardines colgantes con plantas efímeras, hasta soluciones sencillas que cada uno puede realizar en su propia casa con materiales reciclados o fáciles de encontrar.

Una pared recubierta de plantas en el baño, en la cocina, o en el balcón, aporta frescura, calma y color a nuestras rutinas diarias. Y es tan fácil como ponerse manos a la obra, pues hay opciones sencillas y económicas que podemos realizar en poco tiempo reciclando objetos cotidianos y creando estructuras colgantes con pequeñas macetas. Por ejemplo, un organizador del baño, o recipientes de yogures y frascos reciclados. En ellos se puede utilizar un compost ligero para aliviar el peso y poder colgarlos sin problema a la pared o a alguna estructura. Es aconsejable también utilizar plantas pequeñas y livianas como, por ejemplo, herbáceas tales como orégano, albahaca o tomillo, que además nos pueden servir para aderezar alimentos.

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