Crónicas del mundo

Villa de Merlo, San Luis: un lugar en el mundo

11 Jun, 2023 Leonel Sánchez Alpino


Por Silvia Franchi.

La Villa de Merlo en la provincia de San Luis es ese lugar en el mundo que merece visitarse en cualquier época del año, ya que en cada estación se puede disfrutar de un paisaje diferente. Los feriados puente, las vacaciones de invierno, las vacaciones de verano, la temporada baja, la alta o la media, siempre habrá ocasión para conocer y disfrutar este bello lugar puntano.

Tercer microclima del mundo

Ubicadas en el Noreste de San Luis y lindando con la provincia de Córdoba, emergen las Sierras de los Comechingones, imponentes, coloridas, cubiertas de vegetación. Merlo es un rincón de Argentina que atrae a miles de turistas que la visitan más de una vez porque deja un recuerdo maravilloso. En verano se verá mucho verde, en otoño la sierra se torna rosada y en invierno puede ser que caiga alguna nevada, la vista será siempre fascinante.

El microclima es un fenómeno poco común, ya que se encuentra solamente en California (EEUU), en Suiza y en Merlo, Argentina. La ciudad de Merlo se erige entre dos cordones montañosos, en un corredor de clima seco predominante ya que las precipitaciones anuales no superan los 800 mm. El fenómeno del microclima se genera porque no llegan los vientos del este que son los que proveen elementos contaminantes, los cuales son contenidos por los 2.000 metros de altura de las Sierras de los Comechingones y su orientación norte sur.

Los macizos, por la constitución de sus rocas ricas en uranio  y torio  despiden una carga eléctrica muy baja con ionización negativa, a la vez que liberan átomos de oxígeno que luego se transforman en ozono.

Todos estos factores ecológicos facilitan una atmósfera con excelentes proporciones de oxígeno que beneficia tanto a los seres humanos como a las plantas. Se respira aire puro y el clima es verdaderamente sanador, una gran razón para visitar la Villa de Merlo frecuentemente.

Así se ve la sierra en verano, desde el Mirador del Sol.

En invierno el verde, los pequeños arbustos y la vegetación serrana se secan, y la sierra se torna amarronada, aunque al atardecer se puede ver de color rosado, debido a los minerales y a la caída del sol.

En julio o agosto puede caer alguna nevada, particularmente en las altas cumbres, aunque a veces llega a la ciudad según la intensidad de la caída de nieve. La misma se acumula por pocos días y luego se derrite dado que no son hielos eternos.

La Reserva Florofaunística de Rincón del Este

Camino hacia las sierras se encuentra la Reserva Ecológica, un espacio de monte, arroyos, fauna y vegetación autóctonas, que ofrece un entorno paisajístico notable. Se puede llegar en transporte público, en auto o en tour organizado por agencias de turismo. Se atraviesa un badén por donde pasa el arroyo El Molino, hasta llegar al ingreso del espacio de flora y fauna autóctona.

Es ideal llegar alrededor de las 11 de la mañana para presenciar una interesante charla ecológica ofrecida por personal idóneo, que educa acerca de la importancia de la conservación del medio ambiente. Se alimenta al águila Mora que aparece con vuelo rasante y rápidamente se lleva el alimento para ella y su familia. A veces regresa por más carne, otras no.

Se baja hacia el arroyo y a través del Mirador de los Sueños se puede apreciar el paisaje. En verano muchas personas gustan refrescarse en el arroyo en visita familiar. Hay puestos artesanales, restaurant, puestos de bebidas y organización de aventura para el salto en tirolesa, cuya estación se encuentra cerca de la Reserva. Otra aventura puede ser subir al Salto del Tabaquillo, que es aconsejable realizar con un guía para no perderse al regreso, especialmente cuando comienza a anochecer.

En la Reserva habitan zorros, ciervos, sachacabras, chivos, vacas, caballos y pumas, aunque no se ven a simple vista. Se organizan cabalgatas por los alrededores y subiendo una pequeña cuesta se encuentra la Virgen de Lourdes.

Una aventura en tirolesa

Saliendo de la Reserva Ecológica y subiendo unos 700 metros se encuentra el acceso a la aventura en tirolesa. Para muchos es una experiencia fascinante que despierta adrenalina por la vertiginosidad del recorrido, y es una actividad que no reviste peligro ya que hay personal entrenado y responsable que vela por la seguridad del turista.

Preparados para el vértigo, se llegará hasta la otra punta. Luego se suben unos metros por la sierra en donde se encuentra la estación de regreso y se vuelve con la asistencia del personal.

El Mirador del Sol

El ascenso hacia las cumbres continúa por una carretera sinuosa de montaña hasta llegar al Mirador del Sol, un lugar imperdible por sus maravillosas vistas panorámicas, en donde se puede apreciar el paisaje imponente de las sierras y el valle.

Se rinde culto a la Pachamama, una tradición indígena que consiste en la colocación de piedras que tiene un significado simbólico, que remite a épocas en las que la tribu de los naturales Comechingones habitaba esta región.

Este puede ser el final del recorrido del día o se puede continuar por el camino de montaña hasta llegar al Filo, es decir a la cumbre y al límite entre Merlo y Córdoba, aunque no existe ninguna ruta que conduzca a Córdoba.

El Filo Serrano

Subiendo por la carretera se ve un paisaje imponente y la naturaleza en plenitud, un lugar para encontrarse con gotas de silencio.

En temporada de vacaciones de invierno y en verano, hay un lugar en el que se realiza la aventura de volar en parapente, también ofrecido por personal idóneo y para lo cual hace falta coraje. Se dan instrucciones precisas antes de comenzar la aventura y es una actividad segura.

Es ideal llegar al Filo al atardecer, ya que la caída del sol se produce minuto a minuto. Hay una confitería para disfrutar de una deliciosa merienda, con café, infusiones, tortas y otras delicias de la repostería.

Si el cielo está diáfano se puede ver una caída del sol bellísima, e invita a relajarse y maravillarse con las últimas chispas del luz del día.

Si la tarde está algo nublada, se pueden apreciar las nubes a pocos metros de distancia, o quizá entre ellas, de cualquier manera es una experiencia sorprendente e imperdible a la hora del crepúsculo.

Y si llega la noche y aun estamos en las alturas, sorprende la vista nocturna de la ciudad de Merlo y otros pueblos cercanos.

Después de disfrutar de uno o dos días intensos nos quedan algunos lugares para conocer, en otras zonas de la Villa de Merlo.

Los Pasos Malos

Los Pasos Malos es otro lugar que ofrece maravillosas vistas, caídas de agua y cascadas, en un entorno de sierras majestuosas, con formas diversas como la Cabeza del Indio.

Hay escaleras que facilitan el descenso hacia el arroyo, un lugar para contemplar la naturaleza, la vegetación, el susurro de las aguas que caen, paz y tranquilidad.

Hay varios restaurantes de comida regional, particularmente chivo asado, cabrito, parrillada vacuna, minutas y postre, para todos los gustos y bolsillos; al mediodía suelen llenarse por la gran afluencia turística. También hay puestos de regionales que venden piedras de la zona, mates, ponchos, alfajores, productos envasados, queso de cabra, salamín de chivo, mermeladas de frutas, etc.

Piedra Blanca

El arroyo de Piedra Blanca es otra zona para visitar, donde al cruzar las aguas se encuentra la provincia de Córdoba. Durante la pandemia Covid surgió un gran problema, porque muchas personas que habitan del lado cordobés trabajan y atienden su salud en Merlo, y estaba vedado el paso por lo que no podían satisfacer necesidades primarias.

En el Barrio de Piedra Blanca se fundó Merlo, hay una antigua iglesia y una biblioteca de siglos pasados, además de la plaza en la que se ofrecen improvisaciones folklóricas los días de celebraciones patrias.

La fiesta grande del Folklore se realiza en el mes de Febrero y se denomina Festival del  Valle del Sol, al que concurren famosas figuras del folklore clásico y contemporáneo. Asisten 8.000 personas cada noche y dura tres noches consecutivas, como ocurrió la noche en que participó la banda Divididos. Es el mayor evento musical de la Villa y se realiza desde hace 50 años.

Cae el crepúsculo y nos despedimos de esta localidad turística a la que siempre se deseará volver, por sus paisajes, por su gente, por la paz, por su clima y su gastronomía.

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