Eduardo Feinmann: “Con el revoleo de plata al monasterio se terminó el cristinismo”

“Tanto López como Báez eran sus recaudadores”, asegura el conductor, en esta charla en la que repasa su trayectoria profesional y analiza la actualidad del país

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"Si López tenía nueve millones, Cristina tenía noventa", afirma también, con el estilo categórico que es su marca. Cree que "el cristinismo provocó más fanatismo que el kirchnerismo" y que la cultura kirchnerista, que "ha dividido familias, amigos, hermanos" fue una cultura "nefasta para la República Argentina".

Mauricio Macri todavía no lo convence: "No me parece un gran político, un gran estadista, por lo menos por ahora". "Al gobierno en algunos sectores le falta sensibilidad social", sostiene.

"Toda mi vida fui liberal, cuando era joven militaba en UPAU en la Facultad de Derecho", cuenta quien hoy conduce el regreso en Radio El Mundo, y acompaña a Alejandro Fantino por las noches en Animales Sueltos.

 

— ¿Qué análisis hacés de este primer semestre?

— Veo cosas buenas y cosas malas. La han pifiado mucho en algunos temas. El error más grave lo cometió Aranguren con el tema de las tarifas, no se hace. El ajuste que armó a lo carnicero no me parece bien. Al gobierno en algunos sectores le falta sensibilidad social.

— ¿Qué opinión te merece el conflicto de intereses como ministro y como accionista de Shell?

— Ese es un grave error del Presidente, hace ruido. La Oficina Anticorrupción tendría que meterse más de lleno en ese tema.

— ¿Y qué te genera el tener un Presidente que dice "me equivoqué" y da marcha atrás?

— No me parece mal. El tema es que te equivocaste una vez y dijiste: "Me equivoqué, voy para atrás". Dos veces, tres veces. Ya la cuarta va a empezar a hacer mucho ruido. La quinta, decís: "Bueno, a ver, no te elegimos para que te equivoques, te elegimos para que administres, gobiernes y hagas las cosas bien". Como ocurriría con cualquier gerente general o director o CEO de una empresa.

— ¿Le ponés un voto de confianza a Macri? 

— Sí, totalmente, todos los argentinos debemos apostar a que este Presidente le vaya bien. Lo que tiene que comprender Macri es que el argentino que lo votó lo votó para que administre y ordene el desastre que dejó el gobierno anterior. Macri no me parece un gran político, un gran estadista, por lo menos por ahora, por ahí dentro de un año aprendió. Pero creo que la gente lo eligió para que sea un buen gerente general, un buen administrador y alguien que ordene el desastre que dejó el gobierno anterior.

— Lo que pasó con José López y la aparición de Pérez Corradi le dan un poco aire en un clima que estaba muy caldeado.

— Sí claro. Entre Pérez Corradi y lo del monasterio con la plata volando le van a dar por lo menos 4 meses de aire. Igualmente en esos 4 meses Macri va a tener que demostrar que hace cosas.

El gobierno anterior dejó un entramado social, me refiero a los valores, totalmente desvirtuado

— ¿Cuál te parece que es la principal dificultad que enfrenta el gobierno?

— Lo económico y el entramado social que está destruido. El gobierno anterior dejó un entramado social, me refiero a los valores, totalmente desvirtuado. El Presidente va a tener que, con ejemplos, tratar de cambiar el tema de los valores en la República Argentina. Y el tema económico, la inflación es algo muy pesado.

— ¿Va a haber un periodismo militante del macrismo?

— No creo, podrá haber algunos periodistas a los que les guste un poco más Macri que a otros. El fanatismo que ha tenido el periodismo militante kirchnerista o cristinista, porque con la muerte de Néstor terminó el kirchnerismo y empezó el cristinismo, y el cristinismo provocó más fanatismo que el kirchnerismo. Detesto ese periodismo militante, o sos militante o sos periodista.

—¿Qué opinás de Víctor Hugo Morales?

— Aquellos que lo conocen íntimamente a Víctor Hugo me juran y me perjuran que no es por plata. Yo la verdad tengo mis dudas. Él viró de una manera terrible su manera de pensar, era híper recontra crítico del kirchnerismo, y de repente se dio vuelta de una manera increíble y se transformó en uno de los chupamedias más asquerosos que tuvo el cristinismo. Y lo sigue teniendo. Sigue haciendo eso.

— ¿Creés que nos vamos a amigar los argentinos?

— No sé, siempre el argentino es River -Boca. Lo es en el deporte, lo es en la política. Cuando vos repasás la historia hubo épocas de peronismo y antiperonismo muy fuerte. Y hoy es una época de kirchnerismo y antikirchnerismo muy fuerte. Lo que pasa es que la cultura kirchnerista ha dividido familias, amigos, hermanos. Fue muy fuerte, fue una cultura nefasta sinceramente para la República Argentina.

José López tenía solamente el 10 por ciento de lo que siempre mandó para arriba

— ¿Algo te sorprende todavía después de tantos años de carrera?

— Todo me sorprende todos los días. Un tipo revoleando 33 tomógrafos, porque 9 millones de dólares significan eso, por un monasterio la verdad que es impresionante. Un tipo que revolea 10 jardines de infantes a un monasterio realmente me parece impresionante. Me encanta sorprenderme todos los días porque eso me empuja a seguir investigando, a seguir denunciando en el periodismo.

— ¿Es la punta del iceberg lo que estamos viendo?

— Algunos creen que el corte está en Lázaro Báez o en José López y yo creo que no, creo que tanto López como Báez eran recaudadores de Cristina. Si López tenía 9 millones, Cristina tenía 90; él solamente tenía el 10% de lo que siempre mandó para arriba. Néstor Kirchner tenía una forma de trabajo para robar muy radial: él en el centro y tenía distintos rayos que le llevaban el dinero de distintas formas, en bolsos o en valijas o a través de facturarle en el hotel. Los tipos eran recaudadores.

— Si es así, es un asco.

— Un verdadero asco, sí. Jorge Asís lo define a Néstor Kirchner como un fenómeno delictivo y un líder de culto. Yo creo que tanto él como Cristina armaron un relato nacional y popular para robar, para saquear el país. Básicamente eso.

— ¿Puede ir presa Cristina?  

— Todavía creo que falta alguna prueba contundente o algún arrepentido. Si vos me preguntás personalmente, me gustaría que fuera presa me encantaría, sinceramente me encantaría, porque creo que es la jefa de la banda.

— ¿Cómo crees que la va a recordar la historia a Cristina?

— Como la corrupta más grande que tuvo la República Argentina.

— Dijo algo Susana Giménez en este sentido: "Menem es Heidi al lado de la gente que nos gobernó en los últimos años".

— Sí, un amigo mío me decía el otro día que Menen es un punga al lado de Cristina. Menem es un arrebatador del subte al lado de ella.

— ¿Murió el kirchnerismo?

— Yo creo que con el revoleo de plata al monasterio se terminó el cristinismo.

— Habíamos pensado también con la muerte de Nisman que moría en un momento el kirchnerismo y…

— Pero estaba en el poder, Cristina era Presidente.

—¿Qué te pareció la carta de Facebook en la que habló de lo sucedido en el monasterio?

— Ella se victimiza en esa carta, pero no le creo nada. La única parte que le creo es cuando dice: "Yo la plata no se la di a López". Claro, era al revés, era López el que le entregaba la plata a Cristina.

 

— ¿Cómo nace la vocación periodística? Vos sos abogado también.

— A los 9 años soñaba con ser periodista y abogado. Cuando tenía 10, 11, 12 años, mi papá volvía de trabajar y veíamos el noticiero del 13 con Mónica y César, que era la pareja periodística por excelencia y yo le decía: "Algún día voy a ser como esos dos señores que están allí". Él me decía: "Sí, sí, seguí soñando, seguí".

— Tu mamá ¿qué decía?

— Mamá se ría.

— ¿Qué hacían tus padres?

— Mi papá era empresario, mi mamá, ama de casa y tengo una hermana.

— ¿Qué estudiaste primero: abogacía o periodismo?

—Terminé el secundario y empecé abogacía, después dejé, empecé periodismo en el Grafotécnico y decidí volver a Derecho porque la verdad es que necesitaba un título universitario.

— ¿Ejerciste alguna vez como abogado?

— Sí, cuando terminé la carrera ejercí tres años más o menos.

— ¿Eras bueno?

— Era buen abogado, decían que sí, pintaba bien.

Mis padres detestaban la profesión de periodista, decían: ‘Eso no es trabajo, trabajo es otra cosa’

—Como hijo, ¿cómo eras?

— Rebelde.

— ¿Tu papá está vivo?

— Sí, los dos.

— O sea que llegó a verte periodista y a cumplir ese sueño: ¿qué dijeron?

— Nunca les gustó. Ellos detestaban la profesión de periodista, decían: "Eso no es trabajo. Trabajo es otra cosa". Yo debía cumplir un mandato que era el ser el hijo doctor, profesional.

— Y pensando en el periodismo ¿qué sentís que te dio?

— La posibilidad de conocer gente a la cual el resto de los mortales no accede. Conocer el mundo de una manera que el resto de la gente no puede conocer. Poder moverme en un mundo maravilloso como es la radio y la televisión.

— ¿Qué es lo peor de la profesión? ¿Qué te quitó?

— Tiempos para mí. Tiempo para descansar. Es muy sacrificado. Es una profesión donde los horarios te cambian permanentemente. Hay tiempos y años en que uno se levanta a las 4 de la mañana y hay años, como éste por ejemplo, en que me duermo a las 3 de la mañana.

— Sé que no te gusta hablar de tu vida personal, pero dejame preguntarte: ¿tenés ganas de ser padre?

— Alguna vez sí. Me encantaría.

— ¿Te arrepentís de algo que hayas hecho?

— Todos los días me arrepiento de alguna cosita que dije o alguna cosita que hago.

— ¿Y sos de pedir disculpas?

— Sí claro, por supuesto. Mis padres me enseñaron que quien se equivoca y no pide disculpas se equivoca dos veces. No se me caen los anillos por pedir disculpas.

— Te hemos visto pelearte con Moreno por ejemplo ¿Sos cabrón en serio?

— Sí, sí.

— ¿Te has agarrado a trompadas?

— No, no, a trompadas no. Nunca. Lo mío es la palabra. La trompada es lo más bajo, es la ley de la selva.

¿Viste que no hay más tomas de colegios? Por ahí se dieron cuenta que no era el camino

— Tus peleas con alumnos secundarios se volvieron un clásico ¿Había algo de personaje?

— No, cero personaje. Yo les permitía a los chicos expresarse, algo que en otros medios no pasaba ¿Viste que ahora no hay más tomas de colegios? Por ahí se dieron cuenta de que ese no es el camino. Al colegio se va a estudiar, no a tomar los colegios. La política me encanta, es necesaria para la democracia, pero se hace fuera del colegio. ¿Querés hacer política? Extracurricular. Con todo gusto hacé política partidaria, metete en un partido político, afiliate, presentate como candidato, me encanta eso. ¿Tenés elección de centro de estudiantes? Perfecto, impecable, eso es lo que hay que hacer. Pero el centro de estudiantes sirve para darles más derechos a los alumnos dentro del colegio, no para tomar los colegios, eso no me parece.

— ¿Con qué soñás?

— Con seguir haciendo lo que hago. Me encantaría algún día conducir en radio la primera mañana, volver a conducir un noticiero y tener mi propio programa de televisión abierta.

— Siempre por este camino,

— Sí, por este camino.

— Hoy estás haciendo el regreso de radio El mundo y estás a la noche con Fantino.

— Sí de 18 a 21 en radio El Mundo, estoy muy contento ahí, se trabaja en un clima con gente realmente maravillosa, y pude formar un equipo fantástico.

— ¿Hay libertad para trabajar?

— Absolutamente toda. Y después con Fantino en Animales Sueltos, en este nuevo formato del programa que se transformó creo yo en el programa político por excelencia de la televisión argentina.

— Es insólito que estemos agradeciendo trabajar con libertad…

— Estuvimos metidos en un sistema muy perverso, con un gobierno kirchnerista muy duro para con los medios de comunicación y para con los periodistas, de mucha persecución. Había libertad, pero el tema era que cuando vos hablabas después empezaba la persecución.

Agradecimiento: Producción de vestuario Paula Balmayor.