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Análisis

Bolivia rompe con Israel: el último paso de una compleja relación bilateral

La Paz, Bolivia – El pasado 31 de octubre, el Gobierno boliviano anunció la ruptura de las relaciones diplomáticas con Israel “en repudio y condena a la agresiva y desproporcionada ofensiva militar israelí que se realiza en la Franja de Gaza”. Bolivia es el único país latinoamericano que ha roto relaciones con Israel en medio de la actual escalada en Medio Oriente, aunque países como Chile y Colombia han llamado a consultas a sus cancilleres como forma de protesta. La postura boliviana ha levantado críticas internamente, pero va en línea con la complicada historia entre ambas naciones.

Fotografía cedida por el Ministerio de Presidencia que muestra a la ministra de la presidencia, Marianela Prado (i) y el vicecanciller, Freddy Mamani Machaca, mientras ofrecen una conferencia de prensa el 31 de octubre de 2023 en La Paz (Bolivia). Bolivia anunció que rompe relaciones diplomáticas con Israel a raíz de lo que considera una "agresiva y desproporcionada ofensiva militar" contra la población de la Franja de Gaza.
Fotografía cedida por el Ministerio de Presidencia que muestra a la ministra de la presidencia, Marianela Prado (i) y el vicecanciller, Freddy Mamani Machaca, mientras ofrecen una conferencia de prensa el 31 de octubre de 2023 en La Paz (Bolivia). Bolivia anunció que rompe relaciones diplomáticas con Israel a raíz de lo que considera una "agresiva y desproporcionada ofensiva militar" contra la población de la Franja de Gaza. © EFE/Ministerio de Presidencia - Ministerio de Presidencia
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El Gobierno de Luis Arce es el primero en Latinoamérica en cortar vínculos con Israel desde que estalló el conflicto que deja miles de muertos. 

Bolivia tomó "la determinación de romper relaciones diplomáticas con el Estado de Israel en repudio y condena a la agresiva y desproporcionada ofensiva militar israelí que se realiza en la Franja de Gaza", señaló el vicecanciller, Freddy Mamani, el pasado martes 31 de octubre.

Desde el fatal ataque de Hamás del 7 de octubre, que dejó más de 1.400 muertos, la respuesta militar de Israel en la Franja de Gaza ha dejado más 9.000 palestinos muertos, muchos de estos niños, según las autoridades sanitarias del enclave.

El Gobierno de Israel cuestionó la decisión de Bolivia calificándola de “una rendición al terrorismo y al régimen de los Ayatolás en Irán” y considerando que su rechazo a las operaciones militares supone que “el Gobierno boliviano se está alineando con la organización terrorista Hamás” y que habría un “apoyo de Bolivia al terrorismo y su sumisión al régimen iraní”.

Sin embargo, Bolivia rechazó los cuestionamientos del Gobierno de Benjamín Netanyahu al considerarlos “inadmisibles e insostenibles” y defendió que, por su propia Constitución y consecuente con la Carta de Naciones Unidas y el Derecho Internacional, “reconoce el derecho a la paz de todos los pueblos del mundo”.

“En consecuencia, rechaza toda guerra como instrumento de solución a los diferendos entre estados y condena el terrorismo en todas sus formas, independientemente de la nacionalidad o el lugar donde ocurran”, según un comunicado difundido la noche del jueves 2 de noviembre.

© france24

Asimismo, Bolivia insistió en su petición de cese al fuego porque “la vida es el bien más preciado que tiene la humanidad y la vida de palestinos e israelíes tienen el mismo valor” e hizo peticiones a Israel para que asuma medidas “lejos de pretender estigmatizar a estados soberanos”.

Demandó, entre otros puntos, que Israel respete “el derecho a la vida, los derechos humanos y la paz del pueblo palestino como el de todos los pueblos” y “permita el ingreso inmediato de los organismos internacionales y países que pretenden entregar ayuda humanitaria”.

“El Estado Plurinacional de Bolivia, no callará su voz ante los crímenes de guerra y de lesa humanidad, que se cometen en Gaza bajo la falsa justificación de legítima defensa por parte del gobierno de Israel”, reza una parte del comunicado.

La compleja relación bilateral Bolivia - Israel

La ruptura de las relaciones está en línea con la compleja historia de las relaciones bilaterales.

La misma se produjo un día después de una reunión del presidente Luis Arce y el embajador de los Territorios Palestinos en La Paz, Mahmoud Elalwani, y pocas horas después de que el expresidente Evo Morales, que está enfrentado a Arce por la próxima candidatura presidencial de su partido, cuestionara al Gobierno en la red X por no haber tomado hasta ese momento tal decisión.

Y es que Morales, que ha mantenido una posición antinorteamericana y antiisraelí, rompió por primera vez la relaciones con Israel en 2009, también a propósito de una escalada conflictiva en la Franja de Gaza, y derogó en 2014 el acuerdo migratorio de exención de visados para ciudadanos israelíes, considerando que Israel debía ser tratado como una nación “terrorista”.

Tras la decisión tomada por Arce, el exmandatario incluso la consideró insuficiente y dijo en las redes sociales que “Bolivia debe declarar al Estado de Israel como un Estado terrorista y presentar una denuncia ante la Corte Penal Internacional”.

Morales renunció al poder en 2019 en medio de una grave crisis social y política y su sucesora Jeanine Añez reanudó las relaciones con Israel ese mismo año.

Según la excanciller boliviana Karen Longaric, esa reanudación reflejaba la tradición de la política exterior boliviana “que consistía en tener buenas relaciones con Israel y también reconocer a la Autoridad Palestina”.

“No obstante el poco peso de Bolivia en la política internacional, Bolivia siempre abogó por una solución de dos Estados: la existencia de Israel y de Palestina”, sostiene la excanciller.

Con su última posición, Bolivia es, de momento, el único país de Latinoamérica en romper las relaciones con Israel, mientras Chile y Colombia han llamado a consultas a sus embajadores.

Críticas internas a la postura del Gobierno de Arce

La ruptura de relaciones diplomáticas de Bolivia con Israel ha sido tildada por algunos sectores como una “determinación radical” que confronta al Gobierno israelí, pero también a Estados Unidos, y que pondría al país suramericano “más cerca de Irán y de Hamás”, el grupo armado que desató la nueva escalada del conflicto con el ataque del 7 de octubre que dejó más de 1.400 israelíes muertos. 

La excanciller Longaric, que en 2019 reanudó las relaciones con Israel tras diez años de estar rotas, y el experto en relaciones internacionales Andrés Guzmán Escobari coincidieron, en declaraciones a France 24, en esos cuestionamientos y en que la decisión del Gobierno de Luis Arce supone un riesgo de costos políticos y económicos para el país andino.

“Esta determinación radical de Bolivia de romper las relaciones con Israel ha sido un gesto vacío, pero con un costo tremendo porque nos ubica entre ese grupo de países de regímenes que no respetan el Derecho Internacional, que violan todos los principios del Derecho Internacional y que está apoyando movimientos terroristas”, manifestó Longaric, que vive en Alemania.

Leer también¿Cuál es la postura de los países latinoamericanos sobre el conflicto entre Israel y Hamás?

Longaric, que ejerció el cargo de canciller en el gobierno transitorio de Jeanine Añez (2019-2020), agregó que Bolivia no solo antagoniza contra Israel, sino también contra “Estados Unidos y la mayoría de los países occidentales que piensan que los Estados tienen el derecho a la autodefensa contra los ataques terroristas”.

A su juicio, en lugar de una decisión drástica, la vía más lógica era que el embajador boliviano en Naciones Unidas exprese a su colega israelí su preocupación pidiendo “que en todo caso se respete el Derecho Internacional Humanitario”. Ambos países tenían relaciones diplomáticas, pero no contaban con embajadores acreditados ni en Bolivia, ni en Israel.

Para Longaric, Bolivia se ha alineado “sin ningún beneficio” con el “gobierno cuestionado” de la Autoridad Palestina, con Hamás y con Irán, país al que acusó de “patrocinar el terrorismo”.

En julio pasado, Bolivia e Irán firmaron un acuerdo de cooperación en seguridad y defensa.

“Nos puede hacer perder mercados y oportunidades de negocio”

Para el analista Guzmán Escobari, la determinación puede tener efectos negativos porque Bolivia está dando “una señal de estar muy cerca de Irán y de Hamás”.

“Ese lado de los actores del conflicto es sumamente cuestionado principalmente por los países de Occidente. Eso nos puede hacer perder mercados y oportunidades de negocio”, agregó.

En principio, uno de los sectores afectados puede ser el del turismo ya que los operadores del sector han destacado varias veces el flujo de jóvenes israelíes que visitan la Amazonía boliviana.

“Entonces por ese lado me parece que no es muy inteligente, no es pragmática esta decisión, que es política, totalmente ideológica y tiene, obviamente, también una intencionalidad de mostrarse ante el mundo como un país que se pone del lado del débil” para favorecer, según agregó, la imagen izquierdista del Gobierno de Arce.

A su juicio, la ruptura “no tiene vuelta atrás” hasta que haya un cambio de gobierno.

En las últimas horas, Arce, además, anunció en la red X que ha aprobado por decreto el envío a Gaza de 73 toneladas de alimentos y medicamentos para las “miles de familias que soportan la desproporcionada ofensiva militar israelí en la Franja de Gaza”.

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