¿Por Qué Mi Bebé No Quiere Comer?

Editorial Farmatodo.

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El cuidado de los bebés es muy importante para mantenerlos siempre con la mejor salud, permitirles que estén alegres y sanos todo el tiempo, y lograr que llenen sus hogares de amor, magia y emociones muy bellas. Alimentarlos bien es una tarea que puede ser complicada porque muchas veces parecería que no quieren comer y dejan de hacerlo por algunos momentos. Esto puede llenar de preguntas y dudas a sus padres, quienes normalmente comienzan a pensar por qué sucede y cómo se puede remediar, para cuidar a sus pequeños y ayudarlos a estar nutridos para su crecimiento.

Si quieres saber los motivos por los que en algunas ocasiones tu bebé no desea comer, te invitamos a que sigas leyendo este blog informativo, en el que encontrarás datos precisos sobre por qué sucede esto y qué puede hacer para ayudar a tu pequeño a que se alimente bien y cuides su salud. Es muy importante que tú, como padre o madre, aprendas a identificar los momentos de tu bebé, pues hay muchos factores que pueden determinar su intención de comer o no. Uno de los principales es que puede no sentir hambre: es normal pensar en que los pequeños tendrán unos horarios determinados para querer comer, pero esto puede ser muy impredecible, porque es muy normal que no tenga apetito a las mismas horas todos los días. Si esto es así, no debes preocuparte de más, porque cuando el pequeño o la pequeña sienta deseos de comer, te lo hará saber sin duda. También hay otros factores que inciden en esta falta de apetito, como los que están relacionados a las condiciones ambientales, como los calores o fríos extremos, entre otros, y a sus reacciones psicológicas y emocionales del momento: estar cansado, angustiado, estresado, triste o muy excitado, todas estas pueden influir mucho en su deseo de comer o de no hacerlo. Teniendo esto en cuenta, te recomendamos algo fundamental: cerciórate de que las situaciones en las que vas a alimentar a tu bebé sean las más adecuadas e idóneas para él.

No obstante lo anterior, te exponemos acá algunas de las causas que más pueden afectar la falta de apetito en los bebés: • Su necesidad energética está saciada: los bebés pueden regular ajustar la alimentación que reciben a las necesidades energéticas que su organismo requiera. Cuando sientan que estas han sido saciadas, en normal que no desee comer más. • Métodos inadecuados: la alimentación de los bebés debe ser lo más apacible que se pueda, si le das de comer entre sus comidas principales, es posible que no desee comer más cuando sea la hora de su porción principal. También es normal que no quiera comer si el ambiente en el que lo vas a alimentar cuenta con distracciones para él. • Etapas de su desarrollo: aproximadamente a partir de los dos años el desarrollo de los bebés se vuelve un poco más lento, por lo que reducen la cantidad de alimento que consumen debido a que presentan una menor necesidad de energía, por lo que es completamente natural que no quieran comer tanto como antes. • Cambios de la alimentación original: esto es frecuente cuando se presenta un cambio de la alimentación por medio de la leche materna, a alimentos nuevos y externos. Debes tener paciencia y esperar a que tu bebé comience a aceptar los nuevos alimentos. • Estrés por los padres: sí, así como lo lees, los padres pueden estresar a sus bebés a la hora de comer, debido a su propio estrés. Cuando un niño no quiere comer, puede suceder que sus padres se angustien y traten de hacerlo comer bajo presión, por lo que el pequeño o la pequeña va a relacionar el acto de comer con situaciones de tensión para él. • Medicamentos: ciertos medicamentos reducen o eliminan el hambre de los pequeños. • Enfermedades: en algunos casos las enfermedades son la causa de la falta de hambre en los pequeños Es importante que estés atento a todos los posibles síntomas y que lo lleves al médico lo antes posible.

Alimentación según la edad de los bebés

Seguro ya sabes que la alimentación de los bebés cambia según su etapa de crecimiento, por lo que es importante conocer los cambios naturales que van ocurriendo en sus organismos: • Antes de los seis meses: Durante sus primeros seis meses los bebés se alimentan principalmente de leche materna o leche especial para ellos. En sus primeras semanas es normal que consuman leche entre ocho y 12 veces por día, aunque esto disminuye con el paso de los meses. Es en esta etapa cuando debes estar muy atento a las costumbres de tu bebé, para saber identificar con acierto sus manifestaciones de hambre. Algunas de estas muestras son abrir la boca, agitarse y mover la cabeza hacia el pecho de su madre. Si te tardas en alimentarlo, es normal que se lleve las manos a la boca y que comience a llorar. Si esto sucede, lo mejor es calmarlo antes de darle el alimento. Sin embargo, ten en cuenta que no siempre lloran por hambre, sino que pueden hacerlo por diferentes motivos: alguna molestia o incomodidad, porque necesitan que se les cambie el pañal, o porque desean contacto con su madre.

Desde el primer año: Los cambios naturales que se producen en el organismo de los bebés, conforme pasa el tiempo, influyen mucho en que su hambre se reduzca, debido a que necesitan menos alimento para complacer sus cargas energéticas. En términos de su peso, entre los cuatro y los seis meses ya lo han doblado, y para el primer año ya pesarán tres veces de lo que pesaban al nacer. Además, con el cambio a comidas sólidas, también cambian las cantidades, por lo que puede parecer que ahora comen un poco menos. Recomendaciones para ayudar en la alimentación de tu bebé:Nunca lo obligues a comer o a acabarse el plato: deja que tu bebé coma cuando lo necesite, cuando le dé hambre y cuando sienta el deseo de hacerlo. Ellos son muy inteligentes y saben cuándo desean comer y cuánto pueden comer para sentirse saciados. • Acompáñalo y dale ejemplo: conforme van creciendo, los bebés responden a muchos estímulos y actúan, no en pocos casos, por imitación. Acompáñalo a comer y come lo mismo que le has servido (cuando ya esté en etapa de comida sólida). Esto hará que él se interese por la comida y quiera imitarte, por lo que es muy probable que coma tranquilo. • Mantén alimentos saludables en tu hogar: si bien no siempre querrán comer, es necesario que tengan los alimentos indicados para cuando lo hagan. Ten siempre a la mano los alimentos más nutritivos que puedas darles. • Sírvele sus platos con una presentación atractiva: aunque no lo creas, los bebés se pueden sentir más interesados a comer si sus platos son atractivos y están presentados de forma interesante para ellos. • Deja a la vista los alimentos que deseas que coma: será mucho más fácil que escoja ciertos alimentos si estos son visibles. Por eso deja a la vista aquellos alimentos necesarios para él.

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Disclaimer
La información contenida en este blog es revisada por médicos especialistas con la finalidad de brindar un soporte únicamente informativo. Te aconsejamos consultar con tu médico profesional de confianza en caso de presentar cualquier síntoma o querer iniciar o suspender algún tratamiento acorde a las condiciones médicas. Los tópicos contemplados en este contenido no se destinan a tratamientos o diagnósticos. Recomendamos nunca automedicarse y no nos hacemos responsables por la manera en como utilice esta información.

Preguntas Frecuentes


¿Debo preocuparme si mi bebé no come?

No siempre es preocupante que tu bebé no quiera comer. Este hecho puede deberse a múltiples factores, la mayoría de los cuales no son negativos para él, sino que responden a algunos estímulos naturales, como las condiciones climáticas, el posible estrés o la saciedad.

¿Cuándo sé que mi bebé quiere comer?

Normalmente tu bebé te hará saber que tiene hambre o desea comer. Sí, en algunas ocasiones llorará, pero no siempre que llora es porque tiene hambre. Otras muestras de que tiene ganas de comer son el movimiento de sus manos y su boca, acercarse a la zona del pecho de la madre y mostrarse agitado.

¿Qué puedo hacer para que mi bebé coma?

Lo más importante es que nunca lo presiones para comer. Los bebés son muy sensibles y te harán saber siempre que tienen hambre. Identifica sus momentos para saber cuándo quiere hacerlo, mantén alimentos a la vista y trata de relacionar el momento de comer con estímulos agradables y que le gusten.