Sus aptitudes le han hecho resaltar como uno de los perros mejor cualificados para la caza pero, no obstante y afortunadamente, a día de hoy es una mascota excelente al margen de esta cuestionada afición.
■ Apodado como el “fantasma gris”, este perro nos ofrece un carácter amable y paciente a la vez que unas características físicas envidiables, perfectas para familias activas y dinámicas. Aunque existen perros weimaraner de pelo corto y de pelo largo, todos quedan unidos en una misma raza.
Origen del braco de Weimar
Aunque se muestran perros similares al weimaraner en pinturas y grabados anteriores al año 1800, se desconoce la historia y, aunque se ha especulado mucho sobre el tema, ninguna de las hipótesis propuestas puede confirmarse con certeza. Sin embargo, a partir del siglo XIX la historia es bien conocida. A principios de ese siglo, el Gran Duque Carlos Augusto gobernó el ducado de Sajonia-Weimar-Eisenach, en territorio que hoy día forma parte de Alemania. Carlos Augusto era un noble muy aficionado a la caza mayor y en una de sus tantas cacerías conoció a los antecesores del actual weimaraner.
■ Tan fuerte fue la impresión que causaron esos perros grises y robustos sobre el Gran Duque que decidió desarrollar una raza de perros muy versátiles para la caza. Además, decretó que estos perros solamente podían ser criados por la nobleza y usados para la caza. Por tanto, la raza permaneció casi desconocida para el pueblo. En esas épocas, el perro braco de Weimar era empleado principalmente para la caza mayor. De ahí viene su fuerte temperamento y mayor agresividad que otras razas de muestra actuales.
■ A finales del siglo XIX se formó el Club