Publicidad
Cineasta uruguayo Adrián Israel Caetano: “La calle tiene su propio pueblo” CULTURA

Cineasta uruguayo Adrián Israel Caetano: “La calle tiene su propio pueblo”

Marco Fajardo
Por : Marco Fajardo Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
Ver Más

En la película “Togo”, actualmente en Netflix, un cuidador de autos del estacionamiento de un supermercado entra en disputa con unos vendedores de drogas, en una historia donde además irrumpe una chica de clase alta que se escapó de su casa, con un protagonista “que rengo y como puede, lleva adelante una cinta, una historia simple, casi convencional, en un espacio dónde todo parece complicado”.


Una película sobre un habitante de la calle que se dedica a cuidar autos en el estacionamiento de un supermercado y que debe enfrentar a un vendedor de droga, se exhibe actualmente en la plataforma Netflix.

Se trata de “Togo”, una película dirigida por el cineasta uruguayo Adrián Israel Caetano (Montevideo, 1969), con una larga trayectoria cinematográfica centrada en personajes de los sectores populares y que ha desarrollado gran parte de su carrera en Argentina.

Protagonizada por Diego Alonso Gómez, la cinta muestra a una Montevideo diferente, donde estos personajes de la calle además se encuentran con una chica de clase alta (Catalina Arrillaga) que no quiere estar en su casa.

Trayectoria

Caetano se hizo conocido en 1997 con su cinta “Pizza, birra y Faso”, realizada con Bruno Stagnaro, que mostraba la cotidianidad de un grupo de jóvenes de clase media baja de Buenos Aires.

Luego, entre otras películas, vinieron “Bolivia” (2001), sobre un migrante boliviano en la capital argentina; “Un oso rojo” (2002), sobre un delincuente que sale de la cárcel y busca recuperar a su familia y “Crónica de una fuga”, sobre la fuga de un preso político de un campo de concentración de la dictadura transandina (basada en una historia real).

Además ha dirigido varias exitosas series de televisión como “Tumberos” (2002), sobre un grupo de presos, igual que “El marginal”, “Apache, la vida de Carlos Tévez” y “Puerta 7”, sobre el mundo de las barras bravas.

Origen: pandemia

En esta ocasión, el origen de la cinta se sitúa en la pandemia: “De andar por la calle, que era el lugar anhelado por excelencia en la pandemia”, cuando “la calle era el refugio a estar encerrado. Y en la calle desierta se descubre lo que a simple vista pasa desapercibido”.

“La calle tenía un pueblo oriundo, propio, y eran las personas en situación de calle sin protección del Estado ni de ningún sector privado de beneficencia. Ellos estaban mas a la vista que los demás durante la pandemia. Caminar por Montevideo en ese tiempo puso frente a mi algo que me conmovía. Ver todo ese margen oculto de golpe era algo que me hizo pensar. Y no quise dejar pasar eso por mi cabeza así como así”.

Caetano cuenta que no tuvo mucho tiempo para explorar el tema.

“La película fue sobre todo una anomalía en tiempos de pandemia y en Uruguay. Netflix demostró su interés, Augusto Rovegno sobre todo, quien estaba a cargo de las producciones de las películas, pero dio un plazo específico para que fuera posible. El proyecto fue presentado en febrero de 2021 y la producción empezó tres meses después”, cuenta.

Por eso, para él, “Togo” tiene que ver más con un instinto de supervivencia cinematográfico, cómo el personaje mismo del film, “que rengo y como puede, lleva adelante una película, una historia simple, casi convencional, en un espacio dónde todo parece complicado”.

“Supongo que hice una investigación, sí, pero a mi manera. Y no sé bien cómo es ese método más que estar cerca de las cosas, ver que te acercan, que te interesan y con qué parte propia hacen conexión. En un momento pensé que ‘Togo’ podría haber sido un buen documental en tiempos de pandemia, pero la ficción siempre me parece una mejor herramienta de convocar al espectador y comprometerlo un poco más. Por ende si hay una investigación de mi parte es puro compromiso”.

Togo. (L to R) Diego Alonso, Catalina Arrillaga in Togo. Cr. Jeannie Margalef/Netflix ©2022

En cuanto a la irrupción de la chica de la clase alta en ese mundo, “la imagen de la niña metiéndose en el árbol me recordaba a Alicia en el país de las Maravillas, pero a la inversa; en este caso la realidad es la fantasía”.

“El peligro es lo real y la fantasía la única solución, el caos lo racional y la imaginación el orden. Me gustaba esa indefensión, escapar del lugar del confort en busca de la aventura. Eso me hacía acordar a cuando era más chico y vagabundeaba por las calles de Montevideo solo, sin rumbo”, recuerda.

Para saber más de lo que está pasando en el mundo de la ciencia y la cultura, súmate a nuestra comunidad Cultívate, el Newsletter de El Mostrador sobre estos temas. Inscríbete gratis AQUÍ

Publicidad

Tendencias