La integración de la economía mundial a través del comercio, la inversión y la migración internacionales, o mejor llamada globalización, ha descrito en gran medida el desarrollo mundial en las últimas décadas. Aun con las repercusiones negativas y los riesgos que la globalización puede acarrear, las economías, las empresas y los consumidores de todo el mundo se han beneficiado durante años de la misma.
Desde la crisis financiera de 2008, la economía mundial ha experimentado algunas ralentizaciones y cambios en los flujos comerciales y de inversión, impulsados principalmente por una ola de nuevas tecnologías, el cambio del poder económico mundial y las preocupaciones de los ciudadanos. Y ahora, con la presencia de el Coronavirus (COVID-19), se ha impulsado un reinicio de la globalización poniendo de manifiesto la fragilidad de la conectividad mundial y haciendo que los países y las empresas se replanteen sus políticas de comercio, inversión y operaciones. La comprensión de las fuerzas que cambian constantemente el panorama mundial y cómo transforma a la globalización, ayudará a las empresas y a los inversores a prepararse para la próxima fase de la globalización y las oportunidades y retos que presentará.
Las fuerzas que cambian la globalización
Los flujos mundiales de comercio e inversión reflejan dónde deciden las empresas invertir y fabricar, comprar o vender cosas, y los acuerdos/intermediarios que establecen para hacerlo de la forma más productiva posible. Ahora hay fuerzas globales crecientes que están influyendo en esas decisiones empresariales.
La tecnología ha sido un motor clave de la nueva conectividad mundial, que permite la innovación y la productividad globales, conectando a consumidores y proveedores, y transfiriendo información rápidamente. El auge de las plataformas digitales y los monederos digitales ha conectado a las empresas y los consumidores, permitiendo que los mercados globales y regionales estén más integrados. La pandemia ha acelerado los flujos digitales globales al enviar el trabajo, las compras, el juego y la educación en línea.
Tecnologías en la fabricación, como la automatización, la inteligencia artificial y la impresión 3D, tiene el potencial de reducir costos, depender menos de la mano de obra y a ser más productivas. La reconfiguración de las cadenas de valor globales sucede por el cambio en el poder económico mundial, donde China y otros países emergentes y en desarrollo siguen siendo potencias manufactureras, ya que ahora consumen cada vez más de lo que producen. La intensidad del comercio ha disminuido significativamente en los mercados emergentes y en desarrollo en las últimas décadas, lo que refleja la creciente madurez industrial de los países y el aumento del poder de consumo.
Los riesgos geopoliticos en forma de populismo y proteccionismo, junto con el creciente poder de China y otros mercados emergentes (como lo es el Brexit y la guerra comercial entre Estados Unidos y China) han provocado tensiones y amenazado con retrocesos en el comercio mundial. Las barreras arancelarias y no arancelarias han aumentado, por lo que el comercio y las cadenas de suministro intrarregionales han sido testigos de un papel creciente en las cadenas de valor mundiales. Ahora bien, los fabricantes dan cada vez más prioridad a la rapidez de comercialización y a la proximidad a los clientes por las crisis de suministro ocasionadas por COVID-19.
Hay cambios en los valores y preferencias de los consumidores, mientras que las empresas globales están acostumbradas a fabricar productos estandarizados, los consumidores de hoy en día tienden a preferir una mayor personalización y diferenciación. Y, por otra parte, mucho antes de la pandemia, el comercio mundial y las empresas multinacionales ya habían sido sometidas a un escrutinio más estricto, los consumidores que las cadenas de suministro de bienes y servicios sean más transparentes y socialmente responsables; y hoy, la pandemia ha puesto en primer plano todos estos propósitos y valores.
Por ejemplo, la nueva globalización ha provocado cambios en la industria de la moda, dicha industria ha desarrollado a lo largo de los años una cadena de suministro global compleja e interconectada. Sin embargo, los grandes volúmenes de producción se concentraban en países asiáticos, como China, India y Vietnam, pero gracias a la pandemia, la producción, transporte y consumo sufrieron interrupciones debido a los cierres intermitentes. Los fabricantes y minoristas de moda han empezado a reevaluar sus decisiones de fabricación y abastecimiento, han empezado a cambiar parcialmente para producir a nivel local o regional para minimizar estos riesgos. Los minoristas se están centrando en la eficiencia y la agilidad de la cadena de suministro mediante inversiones en tecnologías de automatización de la producción. Según la encuesta de Voice of the Industry COVID-19 de Euromonitor International en 2021, el 34% de los minoristas de ropa y accesorios personales planean aumentar las inversiones en herramientas de automatización, lo que permite cumplir con pedido de comercio electrónico en menos tiempo, impulsando aún más su presencia omnicanal. Los minoristas están desarrollando igualmente microcentros de cumplimiento y reduciendo la dependencia de unos pocos almacenes para aportar flexibilidad a las operaciones.
Adaptación a la nueva era global
Gracias al aumento de la incertidumbre, la creación de resistencia en las cadenas de suministro, los mercados y las operaciones es una prioridad en la agenda empresarial. Para los cambios futuros, las empresas deben comprender los factores que configuran el nuevo panorama empresarial mundial, como la evolución y aprender cómo éstas transforman la fabricación, el comercio, las finanzas y el movimiento de personas a nivel mundial ayudará a las empresas a mitigar los riesgos y a asegurar un mejor acceso a los suministros y a los mercados a nivel global.
Fuente: Ha, L. & Sareen, A. (6 Oct, 2021). Globalisation Reset: Why Companies are Rethinking Global Strategy. Passport.