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Taller virtual Hablemos de ser hombres

La masculinidad hegemónica, práctica nociva y estresante

Taller virtual Hablemos de ser hombres
La masculinidad hegemónica, práctica nociva y estresante

Todos hemos aprendido  comportamientos y roles de género a partir de intercambios sociales y la educación recibida, lo que significa que también podemos reaprender aquello que es perjudicial en nuestras relaciones con los demás, afirmó el psicólogo Tlacaélel Paredes Gómez.

Durante el taller Hablemos de ser hombres, explicó que los hombres han sido educados para no expresar sus emociones, más allá de las relacionadas con la ira, el enfado, la frustración o el rechazo.

Esto ha derivado en que se les enseña a competir todo el tiempo y a compararse constantemente, con base en un modelo de masculinidad hegemónica, lo cual genera ansiedad y estrés.

El experto aseveró que los varones aprenden los temas relacionados con la sexualidad a través de la desinformación de amigos y del consumo de pornografía, la cual es presentada en detrimento de las mujeres, y esto genera relaciones basadas en inexactitudes y exageraciones, lo que se suma a otros factores como los mensajes sexistas de las canciones de reguetón y ciertas actitudes familiares que refuerzan el machismo.

La masculinidad, comentó, es una construcción social que involucra principios, ideas, valores, creencias y acciones referidas a lo socialmente esperado y aceptado, parte de los hombres y determinan su forma de ser. El modelo hegemónico, considerado como el único válido, implica que los varones deben ser fuertes, líderes, proveedores, dominantes, que utilicen el poder para estigmatizar, someter, privar, proteger y tener descendencia.

La masculinidad tradicional, explicó, se basa en cuatro pilares. El primero asume que no tiene nada que ver con lo femenino y rechaza lo que se les “asigna” a las mujeres, por lo que el hombre debe demostrar ser heterosexual. En segunda instancia, debe ser una persona importante, competitiva, con una buena posición socioeconómica y merecer admiración.

En tercer lugar, debe ser autosuficiente y demostrar que “no necesita ayuda de nadie”, por lo que oculta y reprime sus sentimientos y se desmarca emocionalmente de las personas. Finalmente, recurre siempre a la violencia para demostrar su fortaleza y hombría.

Para combatir lo anterior, Paredes recomendó a las mujeres que asistieron al taller que conozcan sus derechos y las leyes que garantizan la igualdad, con el fin de que los reclamen y los ejerzan. Asimismo, las invitó a ser dueñas de su cuerpo y practicar su sexualidad de manera informada, así como asumir sus propias decisiones sin imposición de nadie.

Esta actividad fue organizada por la Comisión Interna para la Igualdad de Género dentro de las Jornadas por la Igualdad y Sensibilización en el plantel Oriente. 

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