1. Un reflejo es “la reacción simple y automática a un estímulo exterior”. El niño, al nacer, viene dotado con un repertorio de reflejos incondicionados, es decir, conductas en las que no ha intervenido el aprendizaje (respuestas automáticas, innatas e involuntarias). La ausencia de reflejos o presencia de reflejos anormales en un niño menor de un año, la persistencia de un reflejo después de la edad en que normalmente éste desaparece o la manifestación de un reflejo infantil en un niño mayor o en el adulto puede indicar problemas severos del sistema nervioso central, del tronco nervioso o de los nervios periféricos
2. Reflejo Perioral o de Búsqueda : Éste es probablemente uno de los reflejos más conocidos. Si tocas suavemente la mejilla del recién nacido con uno de los dedos o con otro objeto flexible, orientará su cabeza hacia el lugar en donde lo tocaron, abriendo su boquita e intentando succionar el pecho de su mamá. Este reflejo también es conocido con el nombre de 'reflejo de búsqueda'.
3. . Reflejo del Moro o de Sobresalto: El reflejo de sorpresa y sobresalto es uno de los que más alarman a los padres, sobre todo cuando se produce en el niño mientras duerme plácidamente, de hecho es más frecuente en periodos de calma y poca actividad, pero no debe ser motivo de preocupación. Cuando el bebé está despierto, entretenido, comiendo por ejemplo, no suele producirse si no hay un estímulo fuerte que lo provoque: un movimiento brusco, un ruido, un cambio de luz. La respuesta consiste en que el bebé tensa los músculos y realiza algo así como un amplio abrazo. Este reflejo tiene a desaparecer alrededor de los 3 ó 4 meses.