1. HACIA UN CHILE RESILIENTE
FRENTE A DESASTRES:
UNA OPORTUNIDAD
Estrategia Nacional de Investigación, Desarrollo e
Innovación para un Chile resiliente frente a desastres
de origen natural
“Una nación resiliente a desastres
de origen natural es aquella que
abraza transversalmente una
cultura de resiliencia, entendida
como las capacidades de un
sistema, persona, comunidad o
país, expuestos a una amenaza
de origen natural para anticiparse,
resistir, absorber, adaptarse
y recuperarse de sus efectos
para lograr la preservación,
restauración y mejoramiento de
sus estructuras, funciones básicas
e identidad” (CREDEN, 2016)
Noviembre, 2016
2.
3. PREFACIO
La gran pregunta del futuro de Chile es ¿de qué va-
mos y cómo vamos a vivir los chilenos?
Esta es la interrogante que inspiró el trabajo de la
Comisión Ciencia para el Desarrollo, creada en 2015
al alero del Consejo Nacional de Innovación para el
Desarrollo (CNID). Esa comisión entregó sus reco-
mendaciones a la Presidenta de la República en ju-
prioritarias que guíen los esfuerzos en materia de
ciencia, tecnología e innovación (CTI)1
. Acogiendo
esta propuesta, la Presidenta mandató al CNID a
proponer agendas de I+D+i para la Sostenibilidad de
los Recursos Hídricos y para la Resiliencia frente a
Desastres de Origen Natural, que complementasen
los esfuerzos ya realizados en Minería.
Asumimos esta tarea, convencidos de que el ca-
mino para el desarrollo de Chile pasa por generar la
capacidad de hacernos cargo de vivir en un mundo
complejo. En este contexto, los retos que enfrenta-
mos deben ser emprendidos con una aproximación
interdisciplinaria donde converjan las ciencias, las
humanidades, la tecnología, y la innovación en una
lógica colaborativa, en diálogo con otros saberes y al
servicio de las personas de nuestro país. Abrazar esta
opción nos permite, además, aportar valor al mundo a
partir de nuestra historia, de lo que somos.
La ocurrencia de desastres de origen natural es
un rasgo distintivo de Chile. La reiterada pérdida de
vidas humanas, la desintegración de los mundos de
quienes sobreviven, las condiciones de precariedad
que se profundizan para muchos, las consecuencias
ambientales, la destrucción de fuentes de empleo e
ingresos, los daños en infraestructura, y los costos
asociados a la reconstrucción, hacen de las amena-
zas naturales un desafío que nos afecta particular y
dolorosamente como chilenos y chilenas, y a las que
sabemos, seguimos expuestos.
1 El informe recomienda que un 30% de los recursos en CTI
estén orientados por seis áreas prioritarias.
En el afán de contribuir desde la I+D+i, a hacer
de Chile un país más resiliente, nació la Comisión
Nacional para la Resiliencia frente a Desastres de
Origen Natural, CREDEN. En ella y al alero del CNID,
nos hemos reunido un grupo diverso de expertos pro-
venientes de distintos ámbitos del quehacer humano
—incluyendo las ciencias, la política, la ingeniería, la
tecnología, la innovación, la sociedad civil y las or-
ganizaciones gubernamentales— relacionados con
el tema de desastres, y que hoy entregamos nuestra
propuesta.
Chile merece que atendamos esta preocupación
compartida, se lo ha ganado a través de su propia
historia. El tesón de nuestra gente, el sufrimiento que
tanto desastre y tragedia ha causado y que han for-
jado una sufrida identidad como chilenos y chilenas,
es una motivación constante, una fuerza motriz, para
seguir trabajando y avanzando en este esfuerzo de
afrontar la naturaleza y torcer la desgracia a nuestro
favor solo con el intelecto y la acción humana.
En este contexto, la presente Estrategia busca ser
una disrupción a un status quo que el desarrollo del
área de la gestión de los riesgos socionaturales des-
encadenados por amenazas de origen natural y la re-
siliencia de los sistemas sociales y físicos ha tenido
por mucho tiempo, y que solo se reactiva por unos
pocos años luego de una nueva tragedia.
Es nuestra convicción que los investigadores, in-
novadores, autoridades de gobierno, empresarios,
emprendedores, comunidades, y personas comunes
-
formarlo a nuestro favor en una fuente de innovación
que sirva también a otras naciones y personas en el
mundo.
Este sueño, esta visión, es la que hemos querido
plasmar como Comisión.
4.
5. AGRADECIMIENTOS
Este trabajo no habría sido posible sin la contribución de muchas otras personas más
allá del importantísimo aporte en las ideas y textos de los comisionados de CREDEN
y miembros de sus Subcomisiones. Entre ellos se destacan el equipo de trabajo y
apoyo del CNID, el equipo de apoyo de la Presidencia de la Comisión, la secreta-
ría ejecutiva de CREDEN, los innumerables contribuyentes externos que aportaron
sus distintas visiones en las Comisiones y Subcomisiones, los consejeros del mismo
A todos muchas gracias por hacer de este trabajo uno que nos inspire y permita mirar
con orgullo los logros históricos de nuestra Nación y, a la vez, con pasión su ansiada
implementación en nuestra realidad cotidiana.
Porsamzagaz,CCBY-NC-ND
6.
7. COMISIÓN NACIONAL PARA LA
RESILIENCIA FRENTE A DESASTRES
DE ORIGEN NATURAL, CREDEN
Comisión Central
JUAN CARLOS DE LA LLERA MARTIN, P
GONZALO RIVAS GÓMEZ,
PAULINA P. ALDUNCE IDE,
GONZALO M. BACIGALUPE ROJAS,
SERGIO E. BARRIENTOS PARRA,
NICOLÁS BRONFMAN CÁCERES,
CARLOS J. BUSSO VYHMEISTER,
FERNANDO R. BUSTAMANTE HUERTA,
JAIME A. CAMPOS MUÑOZ,
RODRIGO A. CIENFUEGOS CARRASCO,
CARLOS E. CRUZ LORENZEN,
HERNÁN E. DE SOLMINIHAC TAMPIER,
PABLO GALILEA VIAL,
LAURA E. GALLARDO KLENNER,
TOMÁS GUENDELMAN BEDRACK,
JUAN CRISTÓBAL HERMOSILLA GUZMÁN/ALICIA CEBRIÁN LÓPEZ,
GONZALO HERRERA JIMÉNEZ,
SERVET MARTÍNEZ AGUILERA,
ROBERTO C. MORIS ITURRIETA,
CHRISTIAN H. NICOLAI ORELLANA,
FERNANDO A. PEÑA CORTÉS,
SONIA PÉREZ TELLO,
PEDRO C. SIERRA BOSCH,
M. CARLOS SOLAR ROJAS,
RICARDO A. TORO TASSARA,
Equipo de Apoyo
JAIME D. ÁLVAREZ GERDING,
FELIPE A. RIVERA JOFRÉ,
MAGDALENA S. GIL URETA,
ÚRSULA SCHWARZHAUPT GUENEAU DE MUSSY,
8. Subcomisión Resiliencia
PAULINA P. ALDUNCE IDE* (Co-directora Subcomisión, Universidad de Chile), NICOLÁS BRONFMAN CÁCERES*
(Co-director Subcomisión, Universidad Andrés Bello), GONZALO M. BACIGALUPE ROJAS* (Universidad de
Massachusetts Boston), CARMEN P. CASTRO CORREA (Universidad de Chile), PABLO GALILEA VIAL* (Cámara
Chilena de la Construcción), NANCY C. MAC-CANN ALFARO (Universidad de Atacama), CATALINA B. MERTZ
KAISER (Fundación Paz Ciudadana), DANAE MLYNARZ PUIG (Ministerio Desarrollo Social), MIGUEL A. MUÑOZ
BARRAZA (ONEMI), PAULINA I. OSORIO PARRAGUEZ (Universidad de Chile), SONIA PÉREZ TELLO* (Universidad
de Chile), MARGARITA I. QUEZADA VENEGAS (
LISBOA ( (Fundación para la Superación
de la Pobreza). /Invitados: MATÍAS A. HUBE GINESTAR (
SARMIENTO MACHADO (Ministerio de Salud). /Facilitadora: ANAHÍ V.J. URQUIZA GÓMEZ (Universidad de Chile).
/Equipo Apoyo: KATHERINE D. VILLARROEL GATICA (CNID), FELIPE A. RIVERA JOFRÉ (CIGIDEN), DANIELA P.
GONZÁLEZ ESPINOZA (CIGIDEN).
Subcomisión Polo de Desarrollo
CHRISTIAN H. NICOLAI ORELLANA* (Co-director Subcomisión, CONICYT), PEDRO C. SIERRA BOSCH* (Co-
director Subcomisión, CORFO), MARCELA A. ANGULO GONZÁLEZ (CORFO), L. ALEJANDRO BARROS CABERO
(Universidad de Chile), ALEX K. BERG GEBERT (Universidad de Concepción), ASTRID C. BORGNA PUELLE (Start-Up
Chile), CARLOS J. BUSSO VYHMEISTER* (ADEXUS), FERNANDO R. BUSTAMANTE HUERTA* (Director de Empresa),
MARÍA EUGENIA CAMELIO RODRÍGUEZ (CONICYT), JAIME A. CAMPOS MUÑOZ* (Universidad de Chile), CLAUDIA
A. CERDA SILVA (Instituto Nacional de Normalización), JUAN CRISTÓBAL HERMOSILLA GUZMÁN* (Ministerio
del Interior), V. GONZALO HERRERA JIMÉNEZ* (Universidad de Talca), MARCELO C. LEIVA BIANCHI (Universidad
de Talca), VÍCTOR M. ORELLANA ACUÑA (ONEMI), JAIME R. SAN MARTÍN ARISTEGUI (Universidad de Chile),
R. HERNÁN SANTA MARÍA OYANEDEL (
(Verticallsoft), SERGIO TORO GALLEGUILLOS (Instituto Nacional de Normalización), FRANE ZILIC MONTANARI
(Universidad de Concepción). /Invitados: JUAN PABLO LÓPEZ AGUILERA (CIREN), FERNANDO E. MERCADO
BRAVO (CIREN), ALFREDO R. PIQUER GARDNER (OPTIMISA) AGUSTÍN A. SEPÚLVEDA OSORIO (MICOMO), JUAN
I. YUZ EISSMANN (Universidad Técnica Federico Santa María). /Equipo Apoyo: ALEXANDER J. HAZBÚN RIUS
(CNID), FELIPE A. RIVERA JOFRÉ (CIGIDEN), FABIÁN A. SANTIBÁÑEZ VÁSQUEZ (CONICYT).
9. Subcomisión Respuesta y Evaluación del Riesgo
HERNÁN E. DE SOLMINIHAC TAMPIER* (
ROBERTO C. MORIS ITURRIETA* (
A. ALCALDE FURBER (Marsh SA), CLAUDIA E. GALAZ ASTROZA (Ministerio de Vivienda y Urbanismo), CARLOS
E. CRUZ LORENZEN* (CPI), TOMÁS GUENDELMAN BEDRACK* (IEC Ingeniería S.A.), GONZALO A. MONTALVA
ALVARADO (Universidad de Concepción), FERNANDO A. PEÑA CORTÉS* (Universidad Católica de Temuco),
(Columbia University), JOEL A. PRIETO VILLARREAL (Ministerio de Vivienda y
Urbanismo), NATALIA A. SILVA BUSTOS (ONEMI), M. CARLOS SOLAR ROJAS* (Ministerio de Defensa), SERGIO
R. TAPIA BENITO (Ministerio del Interior), CRISTÓBAL J. ZOLEZZI ITURRA (Ministerio de Economía). /Invitados:
CARLOS V. PIAGGIO VALDÉS (Cámara Chilena de la Construcción). /Equipo Apoyo: JAIME D. ÁLVAREZ GERDING
(CNID), FELIPE A. RIVERA JOFRÉ (CIGIDEN), DANIELA P. GONZÁLEZ ESPINOZA (CIGIDEN).
Subcomisión Procesos Físicos y Exposición
SERGIO E. BARRIENTOS PARRA* (Co-director Subcomisión, Centro Sismológico Nacional), RODRIGO A.
CIENFUEGOS CARRASCO* (
(Universidad de Concepción), PATRICIO A. CATALÁN MONDACA (Universidad Técnica Federico Santa María),
LAURA E. GALLARDO KLENNER* (Universidad de Chile), JORGE A. GIRONÁS LEÓN (
de Chile), FERNANDO E. MERCADO BRAVO (CIREN), JOSÉ LUIS PALMA LIZANA (Universidad de Concepción),
(SERNAGEOMIN), PEDRO S. RESZKA CABELLO (Universidad Adolfo Ibáñez),
FELIPE I. RIQUELME VÁSQUEZ (ONEMI), SEBASTIÁN R. RIQUELME MUÑOZ (Universidad de Chile), SERGIO B.
SEPÚLVEDA VÁSQUEZ (Universidad de Chile), ALEJANDRA P. STEHR GESCHE (Universidad de Concepción),
PATRICIO A. WINCKLER GREZ (Universidad de Valparaíso), CARLOS A. ZÚÑIGA ARAYA (SHOA). /Equipo Apoyo:
PABLO DE BUEN NIETO (CNID), FELIPE A. RIVERA JOFRÉ (CIGIDEN), DANIELA P. GONZÁLEZ ESPINOZA (CIGIDEN).
10. Esta obra está licenciada bajo la Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional. Para ver una
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manera adecuada, proporcionando un enlace a la licencia, e indicando si se han realizado cambios. Puede hacerlo de cualquier
forma razonable, pero no de forma tal que sugiera que usted o su uso tienen el apoyo del licenciante. Además, de que el material
cnid
Consejo Nacional
de Innovación
para el Desarrollo
11. ÍNDICE
PREFACIO III
AGRADECIMIENTOS V
COMISIÓN NACIONAL PARA LA RESILIENCIA FRENTE A DESASTRES DE ORIGEN NATURAL, CREDEN VII
RESUMEN EJECUTIVO 1
INTRODUCCIÓN 17
1.1 Chile Resiliente: Lecciones del pasado 23
1.2 Alcance de la Comisión: tipos de desastres considerados y conceptos básicos 38
1.3 Estrategia Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres 40
VISIÓN DE UN CHILE RESILIENTE 43
ELEMENTOS DE LA ESTRATEGIA 51
3.1 La Comisión CREDEN 55
3.2 Condiciones Habilitantes para el Éxito de la Estrategia 58
LAS TAREAS DE LA ESTRATEGIA 69
Tarea 1: Resiliencia Social frente a Desastres de Origen Natural 72
Tarea 2: Resiliencia de Líneas Vitales e Infraestructura Crítica 76
Tarea 3: Proyectos Demostrativos de Resiliencia Regional y Comunitaria 80
Tarea 4: Bienes Públicos y Políticas de Activación de la Demanda por Innovación en Resiliencia
frente a Desastres 85
Tarea 5: Próxima Generación de Tecnologías, Materiales Sustentables, Componentes y Sistemas 89
Tarea 6: Nuevas Aplicaciones de las Tecnologías de la Información, Control y Comunicaciones y
otras Tecnologías Habilitantes 94
Tarea 7: Escenarios de Desastres de Origen Natural 98
Tarea 8: Evaluación de las Pérdidas, Riesgo y Resiliencia frente a Desastres 103
Tarea 9: Evaluación y Mejoramiento de la Resiliencia del Entorno Construido 110
Tarea 10: Física de los Procesos de Amenazas Naturales 115
Tarea 11: Sistema Nacional de Monitoreo y Reporte de Amenazas Naturales 120
Tarea 12: Modelos Nacionales de Amenazas Naturales 126
Tarea 13: Sistemas de Alerta Temprana 131
Tarea 14: Modelos Operacionales Predictivos de Respuesta frente a Desastres 135
PRESUPUESTO Y RETORNO ESPERADO 141
5.1 Metodología de Cálculo del Presupuesto 144
5.2 Comparación de Ambas Metodologías y Cálculo de Presupuesto Final 146
5.3 Presupuesto Estimado para los Elementos de la Estrategia y sus Condiciones Habilitantes 147
5.4 Análisis del Retorno Esperado de la Estrategia 149
INVOLUCRAMIENTO DE LA INDUSTRIA 157
CONCLUSIONES 165
12.
13. RESUMEN EJECUTIVO
El contexto andino nos confronta con amenazas geofí-
sicas que presentan características conspicuas: gran
diversidad, alta magnitud o tamaño y alta frecuencia.
es un territorio en el que constantemente ocurren y
seguirán ocurriendo terremotos, tsunamis, inunda-
ciones, sequías, incendios forestales, deslizamientos,
marejadas, trombas marinas y recientemente fenó-
menos como la “marea roja”. Dada su localización en
los que presenta la más alta actividad volcánica y sís-
mica del mundo, siendo dentro de los miembros de la
OECD, el más expuesto a desastres de origen natural,
total expuesta a tres o más tipos de estas amenazas2
.
en dimensiones y escalas que impactan a toda la so-
ciedad y afectan el desarrollo del país.
Una contingencia hidrometeorológica de El Niño o
de La Niña, que afecta cíclicamente con inundación
o sequía, tiene muchas veces un fuerte impacto en
las comunidades, ocasiona serios daños en la infraes-
tructura vial y la industria minera y/o agropecuaria,
y pueden llegar a reducir en un 0,19% el crecimiento
3
.
Según el informe de la Superintendencia de Valores
y Seguros, el terremoto y tsunami del 27 de febrero
de 2010 produjo pérdidas de alrededor de 30 mil mi-
llones de dólares, lo que corresponde al 18% del PIB
de Chile4
.
2 M Dilley, Natural disaster hotspots: a global risk analysis.
World Bank Publications, 2015.
3 P Cashina, K Mohaddesb, M Raissi, Fair Weather or Foul? The
cam.ac.uk/people/cto/km418/GVAR_El_Nino.pdf
4 Superintendencia de Valores y Seguros de Chile, Análisis e
Impacto del 27-F en el Mercado Asegurador, 2012.
Contexto
Otro importante factor de peligro son los más de
mil volcanes, 90 de ellos activos y dispersos a lo largo
de nuestro territorio5
. En los últimos diez años se han
registrado cinco erupciones volcánicas, siendo la más
importante la del volcán Chaitén en 2008, causando
cuantiosos daños y destruyendo casi por completo la
ciudad del mismo nombre.
En promedio, cada año entre 1980 y 2011, Chile re-
gistró pérdidas cercanas al 1,2% de su PIB debido a
desastres de origen natural6
.
La posibilidad de sufrir con frecuencia importantes
daños y pérdidas tanto en términos de vidas huma-
mayores desafíos que enfrenta el país.
Al contexto citado, es imperativo sumar el fenóme-
no global del cambio climático, según la Convención
Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático
(CMNUCC), Chile cumple con siete de las nueve ca-
por sus zonas costeras bajas, zonas áridas, su cober-
-
ción, la alta contaminación atmosférica urbana, entre
otras.
Finalmente, y como si fuera poco, debemos agre-
gar una debilidad institucional para la reducción de
regulación en distintos sectores productivos, hasta la
sobre exigencia que recae sobre otros sectores que
-
ciones legales necesarias7
.
5 SERNAGEOMIN, Ranking de los 90 volcanes activos de Chile,
2015.
6 UNISDR, Global assessment report on disaster risk reduction,
United Nations, 2015.
7 P.ej., ONEMI. Actualmente está en discusión en el Senado
de la República, el Proyecto de Ley que crea el Servicio
Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias (Boletín
7550-06), en trámite desde marzo de 2011.
14. HACIA UN CHILE RESILIENTE FRENTE
A DESASTRES: UNA OPORTUNIDAD2
Por consiguiente, esta Estrategia busca contribuir
al desarrollo de un Chile más resiliente frente a de-
sastres de origen natural mediante la consolidación y
el desarrollo de nuevas capacidades de Investigación
y de Desarrollo e innovación (I+D+i) que hagan viable
-
ción y comprensión de los factores que inciden en la
construcción de riesgos socionaturales que desenca-
denan estas amenazas, a objeto de prepararnos, res-
ponder y recuperarnos de mejor manera y sistémica-
mente frente a eventos con baja probabilidad de ocu-
rrencia, pero de gran intensidad e impacto en la po-
blación, el entorno construido, y el medio ambiente.
En particular, se busca fortalecer y acelerar el de-
sarrollo de las capacidades que Chile tiene en I+D+i
-
ca requerida que permita reducir en la sociedad, los
impactos psicosociales, económicos y ambientales
que derivan de los desastres y, a la vez, aportar va-
lor al mundo aprovechando esta singularidad como
una ventaja innovadora sostenible del país, que se
transforma en una oportunidad de mayor equidad y
desarrollo.
-
der y mitigar el riesgo de personas y comunidades
expuestas, así como los factores de vulnerabilidad
subyacentes; proveer evidencia para mejorar el dise-
ño y los lineamientos de nuestros procesos de toma
de decisión y la generación de políticas públicas que
conduzcan a una mayor resiliencia del entorno físico
y social; contribuir al diseño, desarrollo, prototipado e
implementación de las diferentes tecnologías nece-
sarias para alcanzar un estado de mayor resiliencia;
posicionar al país como un foco mundial para el I+D+i
en resiliencia frente a desastres de origen natural;
Pérdidas por desastres
en G20 + otros países
seleccionados en
porcentaje del PIB
PorGregHenshall,DominioPúblico
Porleone1600,CCBY-SA2.0
Chile
Cambodia
China
Turkey
Indonesia
India
Japan
Australia
Mexico
Colombia
Unites States
Italy
Argentina
Spain
Republic of Korea
France
South Africa
Canada
United Kingdom
Brazil
Germany
Russian Federation
Benin
Ethiopia
Saudi Arabia
0.000%
0.200%
0.400%
0.600%
0.800%
1.000%
1.200%
PROMEDIO ANUAL ENTRE 1980-2011
15. 3
innovar y generar una nueva industria basada en este
elemento diferenciador del país; posicionar y ganar
reconocimiento global para nuestra investigación en
-
largo plazo y así reasignar estos excedentes hacia un
crecimiento continuo de la resiliencia y otras priorida-
des del país.
Respecto de la mirada global, esta propues-
ta se enmarca en la Estrategia Internacional para la
Reducción de Desastres de las Naciones Unidas
(UNISDR) acordada en 2005 en la discusión sobre el
Marco de Hyogo, donde se proponen acciones para
aumentar la resiliencia de las naciones y las comuni-
dades ante los desastres. Ese mismo año, el Estado
reducir de manera considerable las pérdidas que
ocasionan los desastres, tanto en términos de vidas
humanas como en cuanto a los bienes sociales, eco-
nómicos y ambientales. Entre las recomendaciones
de este acuerdo está la formulación de una Política
Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres.
Dado lo anterior, y las falencias transversales de-
mostradas por el terremoto y tsunami del 27 de febre-
ro de 2010, el Estado de Chile decidió formar el año
2012 la Plataforma Nacional para la Reducción del
de Emergencia del Ministerio del Interior, ONEMI. Esta
ha sido la encargada de elaborar la Política Nacional
para la Gestión del Riesgo de Desastres, y de esta
se ha derivado un Plan Estratégico Nacional para la
Gestión del Riesgo de Desastres (2015-2018).
Los objetivos de la Política Nacional se derivaron
directamente del Marco de Hyogo, que no contempla
acciones directas relativas al descubrimiento cientí-
de estas propuestas, un nuevo marco de acción fue
desarrollado en la Naciones Unidas para el periodo
2015-2030, el denominado Marco de Sendai para la
Reducción del Riesgo de Desastres. Este segundo
incluye de manera explícita el fomentar el conoci-
miento en desastres y garantizar su difusión promo-
Estos compromisos también constituyen el marco en
que se ha creado por mandato Presidencial la pre-
sente Comisión para el desarrollo de una Estrategia
Nacional de I+D+i para la Resiliencia frente a Desastres
de Origen Natural, CREDEN.
El trabajo aquí propuesto, por lo tanto, está fuer-
temente inspirado en la literatura mundial, y en
particular en la estructura del documento National
del National Research Council
(NRC) de Estados Unidos8
, con las necesarias adecua-
ciones que permiten dar cuenta de más tipos de ame-
naza y, en especial, de las particularidades orgánicas
e institucionales de nuestro país.
Como Comisión, la primera tarea que asumimos fue
la construcción de una que fuera compartida y
que se expresa en cuatro componentes: un conjunto
de valores centrales que esta Estrategia mantuviera
a través de su desarrollo en el tiempo, un propósito
central, un conjunto de metas que siendo alcanzables
fueran a la vez audaces, y una descripción viva del
8 National Research Council of the National Academies,
National Earthquake Resilience. Research, Implementation
and , 2011.
PorEjércitodeChile,CCBY-NC-SA
PorONEMI
16. HACIA UN CHILE RESILIENTE FRENTE
A DESASTRES: UNA OPORTUNIDAD4
futuro que nos espera de alcanzar las metas de esta
Estrategia ( )9
. Estos cuatro componen-
el cuerpo de este documento.
Consecuentemente, nuestro propósito compartido
es “hacer de Chile un país más resiliente frente a ame-
nazas naturales mediante respuestas originales en
el I+D+i que impacten positivamente a su desarrollo”,
y que se construyen sobre la base de los siguientes
valores:
• Un I+D+i de excelencia sensible a los contextos
físicos y sociales
• El compromiso con la calidad de vida y bienes-
tar de las personas y comunidades expuestas
• La aspiración a la equidad de las personas ex-
puestas a riesgos naturales
• El fomento a la participación responsable y sig-
• La generación de una cultura resiliente para
nuestro país
• Un I+D+i que aporte a una gobernanza efectiva
en la gestión de riesgos naturales
Lograr un Chile más
resiliente frente a de-
sastres de origen na-
tural es una tarea tre-
mendamente compleja,
pero más alcanzable
si se involucra a todos
y cada uno de sus ha-
bitantes, ecosistemas,
sociedad civil, gobier-
-
nitiva, a todos quienes
actúan sobre el entor-
no físico, social y am-
biental de nuestro país.
Adicionalmente, alcan-
zar una mayor resilien-
cia, implica un cambio
cultural profundo que abarca estilos de vida, com-
-
rrollo de un mayor capital sociocultural entre muchos
otros aspectos.
9 JC Collins and JI Porras, Building your company’s vision:
El propósito
compartido de esta
Comisión es “hacer
de Chile un país más
resiliente frente a
amenazas naturales
mediante respuestas
originales en el
I+D+i que impacten
positivamente a su
desarrollo”.
Resiliencia frente a Desastres de
Origen Natural
10
, CREDEN
adaptó y adoptó de la literatura la siguiente: “Las
capacidades de un sistema, persona, comunidad
o país expuestos a una amenaza de origen natu-
ral, para anticiparse, resistir, absorber, adaptarse y
recuperarse de sus efectos de manera oportuna y
mejoramiento de sus estructuras, funciones básicas
e identidad”.
Naturalmente, aumentar la resiliencia de un país
frente a desastres de origen natural requiere de inver-
sión económica.
Una parte de ella es la que conlleva la implemen-
tación de esta Estrategia de I+D+i y que busca, en pri-
mer lugar, generar la información de base necesaria
para el desarrollo de muy buenas políticas públicas
en este ámbito, claramente fundamentadas en la
propender al desarrollo de una nueva economía de
la innovación en relación al tema de los desastres de
origen natural. Motiva esta segunda innovadora apro-
ximación el hecho de que no abundan los ámbitos en
que Chile posee una ventaja innovadora sostenible en
el tiempo tan pronunciada como lo es el tema de de-
sastres de origen natural.
10 Resiliencia es un concepto cuyo origen nace desde la
ecología para representar la persistencia de las relaciones
dentro de un sistema, midiendo la habilidad de estos
sistemas para absorber cambio en sus variables de estado,
de control y parámetros en general. Actualmente existe un
poseen componentes comunes en relación a la capacidad
de un sistema de absorber perturbaciones y reorganizarse
mientras cambia para así mantener función, estructura,
identidad y la capacidad de retroalimentación.
PorPERIODIST,CCBY-NC-ND
17. 5
La Estrategia CREDEN
La Estrategia de I+D+i para la Resiliencia frente a
Desastres de Origen Natural responde a los valores
de la Visión y a los compromisos adquiridos por el
Estado de Chile, principalmente el Marco de Sendai
para la Reducción de Riesgo de Desastre, el cual
promueve la inclusión, la protección de los Derechos
Humanos, el enfoque de género, y la descentraliza-
ción en la gobernanza.
Para ser efectiva, esta Estrategia se ha focalizado
en aquellos fenómenos que, dado su alto impacto,
pueden conducir a situaciones críticas. Además, se ha
puesto énfasis en aquellas dimensiones en que exis-
ten las mayores brechas de conocimiento y capacidad
de gestión. Así, las amenazas consideradas son solo
seis y corresponden a las más relevantes en el caso
de Chile en tiempos geológicos recientes: terremotos,
tsunamis, erupciones volcánicas, aluviones, fenóme-
nos climáticos extremos e incendios forestales.
Además de lo anterior, la Estrategia busca recono-
cer y dar cuenta de la naturaleza compleja de estos
fenómenos, considerando que son multidimensio-
nales, y que se expresan en las distintas fases del
riesgo. Esta aproximación obliga a crear un marco
conceptual interdisciplinario que conecte el estudio
de la resiliencia del entorno físico con el estudio de la
resiliencia del entorno psicosocial.
Para ello, la Estrategia se estructura como un con-
generan y usan conocimiento básico, aplicado, aso-
ciativo e interdisciplinar relacionado al riesgo frente
a desastres de origen natural, tanto en lo referido a
las amenazas naturales, como a los ámbitos en que
capacidades de resiliencia en nuestro país. Para ma-
yor claridad y orden, las tareas se agrupan en torno
a cuatro dimensiones clave para los propósitos de
esta Estrategia: (i) la dimensión social de la resilien-
cia, (ii) la dimensión de proyección para el desarrollo,
(iii) la dimensión de simulación y gestión del riesgo,
y (iv) la dimensión física de las amenazas naturales y
exposición.
Finalmente, para alcanzar los logros propuestos,
se incluye complementariamente un conjunto de
cinco condiciones habilitantes (CH), que represen-
tan elementos básicos para sostener una dinámi-
ca consistente en el largo plazo de la Estrategia de
I+D+i, abordan las principales debilidades de la I+D+i
en Resiliencia frente a Desastres en Chile y sustentan
la asociación colaborativa del Estado, las Ciencias, la
Tecnología y la Sociedad.
La Tabla RE.1 permite visualizar de manera más
estructurada los elementos que conforman esta
Estrategia.
A continuación, se resume muy brevemente cada
una de las cinco condiciones habilitantes y las ca-
torce tareas que integran la Estrategia en sus cuatro
dimensiones.
Condición Habilitante 1: Institucionalidad para el I+D+i
en resiliencia frente a desastres de origen natural
Chile requiere de una institucionalidad del conoci-
miento y la innovación para la gestión de los riesgos
socionaturales desencadenados por amenazas de
origen natural adecuada a las características parti-
culares del país, la que -en una estrategia de desa-
-
tes amenazas naturales y los niveles de exposición y
vulnerabilidad frente a estos riesgos en cada una de
nuestras regiones.
Además, esta institucionalidad debe posibilitar el
acceso y disponibilidad de datos pertinentes, con-
-
cas públicas de mitigación-preparación, prevención,
construcción de políticas públicas de largo aliento;
generar productos para la gestión territorial (mapas
de peligro y riesgos socionaturales); incorpore e inte-
gre el aprendizaje a la práctica institucional; brinde la
información a la sociedad civil para su análisis y re-
en el I+D+i correspondiente.
Un aspecto estratégico de esta propuesta es re-
forzar y promover la construcción e instalación de
capacidades y competencias locales tecnológicas,
culturales, históricas y académicas, para la elabo-
ración de las políticas públicas y la implementación
de una adecuada gestión territorial y de desarrollo
sostenible.
Para los propósitos de esta Estrategia, y como
instituto, el que debería corresponder a un esfuerzo
articulado del sector público donde el Ministerio del
Interior deberá jugar un rol protagónico. Este insti-
tuto -que hemos denominado Instituto Tecnológico
Público dedicado al I+D+i para la Resiliencia frente a
Desastres de Origen Natural (ITRenD)- debería ser,
en el mediano y largo plazo, la entidad articuladora
y coordinadora de la infraestructura pública de da-
tos (CH2), así como constituirse en la herramienta
18. HACIA UN CHILE RESILIENTE FRENTE
A DESASTRES: UNA OPORTUNIDAD6
impulsora del desarrollo y evaluación de programas
de formación de capital humano avanzado (CH3),
de la infraestructura pública para el descubrimien-
e implementación de un programa nacional de out-
para la resiliencia (CH5), y la implementación,
seguimiento, control y constante actualización de las
Estrategia, articulándolas y desarrollándolas consis-
tentemente en el tiempo.
-
no trascienden a esta Estrategia. Sin embargo, resulta
fundamental la vinculación de ITRenD con el Estado
—actor clave en la política y gestión de los desas-
tres de origen natural—, siendo crítico el rol de este
Tabla RE. 1: Elementos de la Estrategia de CREDEN
PROPÓSITO
Hacer de Chile un país más resiliente frente a amenazas naturales mediante respuestas originales en el
I+D+i que impacten positivamente a su desarrollo
VALORES
• Un I+D+i de excelencia sensible a los contextos físicos y sociales
• El compromiso con la calidad de vida y bienestar de las personas y comunidades expuestas
• La aspiración a la equidad de las personas expuestas a riesgos naturales
• La generación de una cultura resiliente para nuestro país
• Un I+D+i para una gobernanza efectiva en la gestión de riesgos naturales
DIMENSIONES
Dimensión social de la
resiliencia
Dimensión de
proyección para el
desarrollo
Dimensión de
simulación y gestión
del riesgo
Dimensión física de las
amenazas naturales y
exposición
TAREAS
T1: Resiliencia Social
frente a Desastres de
Origen Natural
T2: Resiliencia de
Líneas Vitales e
Infraestructura Crítica
T3: Proyectos
Demostrativos de
Resiliencia Regional y
Comunitaria
T4: Bienes Públicos y
Políticas de Activación
de la Demanda
por Innovación en
Resiliencia frente a
Desastres
T5: Próxima
Generación de
Tecnologías, Materiales
Sustentables,
Componentes y
Sistemas.
T6: Nuevas
Aplicaciones de
las TICC y otras
Tecnologías
Habilitantes
T7: Escenarios de
Desastres de Origen
Natural
T8: Simulación
de las Pérdidas y
Evaluación del Riesgo
y la Resiliencia frente a
Desastres
T9: Evaluación y
Mejoramiento de la
Resiliencia del Entorno
Construido
T10: Física de los
Procesos de Amenazas
Naturales
T11: Sistema Nacional
de Monitoreo y Reporte
de Amenazas Naturales
T12: Modelos
Nacionales de
Amenazas Naturales
T13: Sistemas de Alerta
Temprana
T14: Modelos
Operacionales
Predictivos de
Respuesta frente a
Desastres
CONDICIONES
HABILITANTES
• Institucionalidad para el I+D+i en resiliencia frente a desastres de origen natural
• Integración de datos e información
• Desarrollo de capital humano avanzado en resiliencia
•
instituto para el desarrollo de políticas basadas en
ciencia y evidencia, así como para el apoyo y acom-
pañamiento a la gestión pública. Para ello, no solo es
necesario I+D+i, sino que también la prestación de ser-
-
tegia y funciones de ITRenD.
El éxito de esta iniciativa en el largo plazo, requiere
conformar un gobierno corporativo moderno y balan-
ceado para el instituto, que incluya a los diferentes
actores relacionados al tema de resiliencia, con re-
presentantes de instituciones de educación superior,
ONEMI, del sector público, la industria privada, y la
sociedad civil. Esta institucionalidad debe ser creada
con el concurso de todos los actores que hoy juegan
un rol frente a este desafío.
19. 7
Condición Habilitante 2: Integración de datos e
información
Una de las principales debilidades estructurales iden-
alta fragmentación, inconsistencia y falta de sistema-
tización en la recolección, procesamiento y disponibi-
lidad de datos en el país sobre las diversas fases del
ciclo de riesgo frente a desastres de origen natural.
Un ejemplo particular, entre muchos, es la recolec-
ción de información de campo única y perecible lue-
go de un evento extremo.
con control de calidad, homogéneos y estandariza-
dos para la generación de información de alta cali-
dad, afecta negativamente prácticamente todos los
aspectos del I+D+i propuesto en las catorce tareas de
esta Estrategia, el desarrollo de buenas políticas pú-
blicas basadas en evidencia y que busquen aumentar
la resiliencia, y también la imagen país de Chile como
Laboratorio Natural de desastres de origen natural.
Consecuentemente, se considera un esfuerzo
transversal para impulsar el desarrollo de una impor-
tante iniciativa de clase mundial que permita construir
una infraestructura pública abierta (acceso libre) de
datos para el I+D+i en resiliencia frente a desastres de
origen natural. Este ecosistema de datos y metadatos
debe asegurar la calidad y completitud de observa-
ciones de diferente naturaleza, a partir de lo cual se
genera información para la política pública en riesgos
y desastres, así como garantizar el acceso de los mis-
mos a las instituciones pertinentes del Estado, la aca-
demia, el sector privado y la sociedad.
La infraestructura de datos debe, además, ser ca-
paz de centralizar la data histórica y nueva relacio-
nada con los distintos aspectos de la resiliencia y
la unicidad de nuestros fenómenos, y dar acceso a
cualquier investigador, desarrollador e innovador en
Chile y el mundo. La iniciativa será continuamente ali-
mentada por la nueva investigación y desarrollo tec-
nológico local e internacional, y contribuirá a mejorar
la resiliencia a través de proveer datos e información
-
crados en las distintas fases del ciclo de riesgo.
Condición Habilitante 3: Desarrollo de capital hu-
mano avanzado en resiliencia
En 2012, Chile tenía una proporción de 0,9 personas
involucradas en I+D por cada mil trabajadores, cifra
que está bajo el promedio de 7,6 personas en los paí-
ses de la OECD, y de 15,9 en Finlandia11
. Es evidente
que como país tenemos una debilidad estratégica
estructural en la falta de investigadores, desarro-
lladores tecnológicos e innovadores que impacta-
rá fuertemente el adecuado desarrollo no solo de
esta Estrategia en el largo plazo, sino del país como
un todo. Esto motiva a que esta condición habilitan-
te necesite ser incorporada como un aspecto crítico
y urgente, dado los ciclos que requiere la formación
de especialistas capaces de avanzar el conocimien-
to y crear valor a partir de él. La escasez de capital
humano avanzado afecta todos los aspectos de la
Estrategia y requiere ser abordada.
Para ayudar a resolver esta preocupación, esta
Estrategia presenta tres grandes propuestas comple-
mentarias que deberían funcionar como pilotos que
permitan establecer estrategias futuras más agre-
sivas en el país. Estas propuestas tienen una clara
intencionalidad y generan externalidades positivas
para el país, que van más allá de la formación espe-
programa especial de dobles doctorados denomina-
dos “2+2” con prestigiosas universidades a nivel mun-
dial en el campo de la resiliencia frente a desastres
de origen natural. El nombre 2+2 proviene de que el
programa considera doctorandos que se becan por
el Gobierno de Chile para pasar dos años en una uni-
versidad extranjera de mucho prestigio y dos años en
programas de doctorado en universidades chilenas,
bajo convenios de doble titulación entre la universi-
dad nacional y la internacional. El esquema es similar
al de los CDT ( ) que se han
implementado en el Reino Unido, y que contienen re-
quisitos importantes para el cumplimiento de metas.
La externalidad positiva en este caso es el fortaleci-
miento de los doctorados nacionales, que constituyen
una de las grandes debilidades estructurales del sis-
tema de I+D+i de nuestro país.
11 Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo CNID,
Un Sueño Compartido Para El Futuro De Chile. Informe a la
Presidenta de la República, Michelle Bachelet. Comisión
Presidencial Ciencia para el Desarrollo de Chile, 2015.
20. HACIA UN CHILE RESILIENTE FRENTE
A DESASTRES: UNA OPORTUNIDAD8
En segundo lugar, CREDEN propone crear un
por el Gobierno de Chile con el propósito de absorber
el conocimiento mundial, a través de la generación
de investigación aplicada e innovación tecnológica
en el área de resiliencia frente a desastres de origen
natural.
El programa considera internados colaborativos de
uno y dos años en institutos y centros tecnológicos
y de innovación de frontera, e industrias mundiales
altamente especializadas que lideren en soluciones
para la resiliencia. Una externalidad positiva será
el desarrollo de un mayor volumen de todo tipo de
propiedad intelectual y la incubación desde Chile de
nuevos emprendimientos tecnológicos globales en el
área.
En tercer lugar, se busca mejorar las capacidades
técnicas y profesionales nacionales, condición clave
para la transferencia de conocimiento, herramientas
y tecnologías desde y hacia la sociedad. Para ello
se propone, por un lado, fortalecer el desarrollo de
competencias locales, a través de un Plan Nacional
de Formación que contempla el diseño y difusión
de cursos masivos on line, la adecuación de mallas
profesionales e investigadores que se desempeñan
en otras áreas. Y por otro, complementar estas ca-
pacidades con in-
vestigadores y
profesionales ex-
tranjeros destaca-
dos, a través del
desarrollo de un
plan de atracción
de capital huma-
no avanzado en
resiliencia.
Las condiciones
habilitantes representan
elementos básicos para
sostener una dinámica
consistente en el largo
plazo de la Estrategia
de I+D+i, abordan las
principales debilidades
de la I+D+i en Resiliencia
frente a Desastres en
Chile y sustentan la
asociación colaborativa
del Estado, las Ciencias,
la Tecnología y la
Sociedad.
Condición Habilitante 4: Desarrollo de infraestruc-
en resiliencia
Otro aspecto central para favorecer el desarrollo de
esta Estrategia es la disponibilidad de infraestructu-
ra experimental y de prototipaje de primer nivel en el
país, que sea rápidamente reconocida y validada in-
ternacionalmente, permita el desarrollo de investiga-
ción de frontera e innovación de impacto global, y sea
capaz de atraer el talento nacional e internacional.
Para abordar esta condición, proponemos crear
un fondo nacional para equipamiento mayor e insta-
-
to y compartido, con el objetivo de: (i) desarrollar al
menos un laboratorio nacional de clase mundial por
disciplina en resiliencia; (ii) avanzar el conocimiento y
la publicación de los resultados de investigación en
-
teorías, construir modelos físicos, ejecutar simulacio-
nes híbridas (i.e., computacionales y experimentales),
realizar instrumentación y sensorización exhausti-
va para estudios de amenazas naturales, reproducir
condiciones de terreno de manera realista, etc.; (iv)
permitir el prototipado y prueba de productos inno-
global a través de la disponibilidad de infraestructura
y demografía de nuestro país.
Como parte de esta propuesta se considera el de-
sarrollo de los siguientes laboratorios nacionales de
clase mundial: (a) laboratorio de terremotos, volca-
nes e infraestructura física; (b) laboratorio de cambio
climático, incendios y sustentabilidad ambiental; (c)
laboratorio de tsunamis y fenómenos de remoción
en masa; (d) observatorio social de vulnerabilidad y
resiliencia; y (e) laboratorio de manufactura, sensori-
zación y tecnologías de la información, control y co-
municaciones (TICC) para la resiliencia.
21. 9
Condición Habilitante 5: Outreach y diseminación
Es un consenso de la Comisión que esta Estrategia de
I+D+i requiere de un programa muy activo de
hacia los distintos actores sociales y que asegure la
activa participación ciudadana en la generación y
transferencia del conocimiento y las tecnologías que
se desarrollen. Este debe alcanzar transversalmente
a las comunidades expuestas y a la sociedad chilena
capital humano avanzado, y el conjunto de otros bie-
nes públicos generados por el I+D+i, es evidente la cri-
de innovación realizado involucre y se lleve a cabo en
una relación bidireccional equitativa con las personas
y las comunidades expuestas que participen o sean
objeto de estos estudios. En ello, los aspectos éticos
juegan un rol central y deben ser no solo resguarda-
dos cuidadosamente, sino que promovidos con insis-
tencia en cualquier actividad realizada.
La relación con instituciones, comunidades y perso-
nas debe ser percibida como una situación de bene-
el objeto de obtener datos e información que nutra la
investigación, el desarrollo y la innovación propuesta.
Consecuentemente, es un objetivo requerir a todos
de esta Estrategia que contemplen diferentes mane-
ras para que los resultados generados vuelvan hacia
quienes contribuyeron en su generación, incluyendo
comunidades, organizaciones, industria, autoridades
del gobierno central y local, tomadores de decisión
en general, y personas para quienes esta información
puede ser crítica en un evento natural extremo.
En un programa exitoso, la información debe no
solo llegar a todos estos actores, sino hacerlo de
manera oportuna, siendo clave que el programa de
-
tre todos los involucrados. Otro resultado importante,
es estimular el conocimiento público y el entusiasmo
por el tema de resiliencia, que nos permita contar con
una población más informada, preparada, activa, y or-
gullosa de su saber y del aporte que podemos hacer
como país al mundo.
Nuestra hipótesis es que una parte sustantiva de la
resiliencia de Chile en el futuro se juega, no solo en
una infraestructura física y un ambiente construido
resiliente, sino también en el interés, conocimiento y
habilidad de cada chileno para enfrentar estos futuros
eventos de forma adecuada como individuos y como
comunidades.
A estas cinco condiciones habilitantes descritas, se
agrupadas en cuatro dimensiones, que conforman el
corazón de esta propuesta. Estas tareas se resumen
brevemente a continuación y se explican con mayor
profundidad en la Sección 4.
Por“DarrylBautista/FeaturePhotoServiceforIBM,CCBY-SA
PorConicyt,DominioPúblico
22. HACIA UN CHILE RESILIENTE FRENTE
A DESASTRES: UNA OPORTUNIDAD10
Dimensión social de la resiliencia
Tarea 1: Resiliencia Social frente a Desastres de Ori-
gen Natural
Propósito: Apoyar investigación básica y aplicada
asociativa en las ciencias sociales en temas relacio-
nados a las distintas dimensiones de vulnerabilidad
social, la comprensión de las motivaciones individua-
les y organizacionales para la resiliencia, y el estudio
de las capacidades de anticipación, mitigación, res-
puesta y recuperación social frente a los desastres
de origen natural, su evolución en el tiempo, y su
implementación.
Tarea 2: Resiliencia de Líneas Vitales e Infraestruc-
tura Crítica
Propósito: Apoyar la investigación básica y aplicada
asociativa con el propósito de caracterizar de mejor
forma la vulnerabilidad y resiliencia de las distintas
redes de líneas vitales e infraestructura crítica del
-
terdependencias con otras redes y sistemas públicos
y privados, que pueden resultar en impactos impre-
vistos y efectos en cascada, enfatizando el desarrollo
de estándares adecuados e implementaciones piloto
que recorran todas las etapas del desarrollo y consi-
deren las restricciones físicas, sociales, económicas,
ambientales y territoriales reales.
Tarea 3: -
gional y Comunitaria
Propósito: Apoyar el desarrollo de proyectos piloto
para la resiliencia desde las comunidades y en dis-
tintas regiones del país con el propósito de mejorar
la conciencia de las personas, evaluar la efectivi-
dad de algunas de las acciones del Plan Estratégico
Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, y
de la Estrategia de I+D+i.
Dimensión de proyección para el
desarrollo
Tarea 4:
Desastres
Propósito: Promover desde el Estado la innovación a
través de instrumentos no tradicionales que faciliten
la incorporación de nuevas tecnologías y prácticas en
ámbitos clave para la Resiliencia, tales como la gene-
ración y actualización de normas, estándares y meca-
resiliencia en las compras públicas.
Tarea 5: -
riales Sustentables, Componentes y Sistemas
Propósito: Impulsar desde el I+D+i el desarrollo de una
industria nacional de alto valor agregado en nuevas
tecnologías, materiales y servicios asociados a ge-
nerar un entorno construido, económico y social más
resiliente. Esto a través de portafolios de políticas,
abordar retos nacionales a través de concursos pú-
blicos y promover una imagen global de la industria
chilena en desastres de origen natural. Parte del pre-
supuesto asociado a esta tarea se considera dentro
de la condición habilitante CH4 (Infraestructura para
el descubrimiento).
Tarea 6:
Tecnologías Habilitantes
Propósito: Transformar en una oportunidad para todo
tipo de organizaciones y comunidades, el desarrollo
tecnológico y la innovación para la resiliencia, me-
diante el uso de TICC y de otras tecnologías habili-
tantes (p.ej., Internet de las cosas, sistemas de alerta
temprana, ciencia de datos). Esto aprovechando la
infraestructura de datos propuesta y el gran volumen
de información que se haría disponible desde los sen-
sores distribuidos, instrumentos físicos, imágenes, re-
des sociales y otros medios.
23. 11
Dimensión de simulación y gestión del
riesgo
Tarea 7: Escenarios de Desastres de Origen Natural
Propósito: Desarrollar escenarios complejos de de-
sastres ocasionados por múltiples amenazas que in-
tegren las ciencias sociales, ciencias de la tierra y la
de forma que los gestores directos del riesgo y las co-
munidades puedan participar y percibir directamente
los impactos del I+D+i a través de medidas concretas
que apunten a mejorar su resiliencia como comunida-
des y organizaciones.
Tarea 8:
Riesgo y la Resiliencia frente a Desastres
Propósito: Desarrollar el I+D+i que permita construir
los modelos y capacidad de simulación para la es-
timación acertada de las eventuales pérdidas eco-
nómicas, ambientales y sociales como resultado de
distintos escenarios de desastres de origen natural,
la evaluación del riesgo y la resiliencia de distintas
comunidades y redes (infraestructura, líneas vitales,
etc.) frente a las amenazas consideradas, y la simula-
ción de los complejos procesos de recuperación con-
siderando las interdependencias entre sistemas. Esta
tarea se conecta con la condición habilitante CH4
-
mente con la capacidad computacional de alto rendi-
miento (HPC), y su conexión con el Sistema Nacional
Integrado de Información para el I+D+i en desastres de
origen natural (condición habilitante CH2).
Tarea 9:
del Entorno Construido
Propósito: Desarrollar un programa de I+D+i colabora-
tivo para la evaluación, reforzamiento y mejoramiento
estructural de infraestructura (pública y privada), re-
des de servicios críticos y líneas vitales, considerando
su interdependencia funcional, e incluyendo la natu-
ral obsolescencia de la infraestructura. Esta iniciativa
debe considerar el necesario escalamiento espacial
desde el nivel de sistemas individuales a redes, co-
munas y zonas urbanas completas con el propósito
de evaluar la resiliencia del conjunto, e intervenir inte-
gralmente al entorno construido para mejorar su resi-
liencia bajo la premisa de que son sistemas comple-
jos interrelacionados, cuyas dependencias debe ser
cuidadosamente evaluadas.
Dimensión física de las amenazas
naturales y exposición
Tarea 10: Física de los Procesos de Amenazas Na-
turales
Propósito: Apoyar el I+D+i orientada a mejorar la com-
prensión de la física de los procesos de las amenazas
-
guraciones de multiamenaza. Esto, a través de mejo-
res bases de datos de eventos naturales históricos y
de mejorar su capacidad predictiva.
Tarea 11: Sistema Nacional de Monitoreo y Reporte
de Amenazas Naturales
Propósito: Enriquecer la cobertura espacial y tempo-
ral de las distintas amenazas naturales con un moni-
toreo continuo, que se base en la integración de las
distintas redes existentes de observación nacional,
la incorporación de nuevas capacidades satelitales
de observación continua del territorio, la inclusión de
nuevas redes masivas de sensores de muy bajo costo,
y la conexión del conjunto de redes internacionales
desplegadas en el país, entre otras alternativas. (El
presupuesto descrito más adelante en esta Estrategia
deja fuera explícitamente las redes de instrumentos
de alto costo, p.ej. acelerómetros, sismómetros, GPS,
debido a que ya existen distintos servicios nacionales
a cargo de estas redes, por lo que es a través de sus
presupuestos que se deberían canalizar una mayor
Tarea 12: Modelos Nacionales de Amenazas Natu-
rales
Propósito: Desarrollar el I+D+i que permita consensuar
los criterios y valores para el desarrollo de los mo-
delos y mapas nacionales de las distintas amenazas
naturales, considerando la caracterización de mul-
tiamenazas y sus correlaciones espaciotemporales.
Adicionalmente, se debe ampliar la cobertura nacio-
nal de la investigación de estos fenómenos y tradu-
cirla en mapas de amenaza, exposición y riesgo, en
especial para las comunidades potencialmente más
expuestas. En este sentido, es clave mejorar la cali-
dad de la información contenida en ellos, priorizar el
-
torio, e incluir por ejemplo, mapas urbanos de distin-
tas amenazas naturales.
24. HACIA UN CHILE RESILIENTE FRENTE
A DESASTRES: UNA OPORTUNIDAD12
Tarea 13: Sistemas de Alerta Temprana
Propósito: Desarrollar sistemas de alerta temprana
pre y post evento para distintos tipos de amenaza de
forma de poder anticipar, por una parte, en tiempo real
la ocurrencia u otras características de estos eventos,
y por otra, en tiempo casi-real (horas) sus consecuen-
cias en el entorno construido y social. Un aspecto
central de este trabajo es que una vez conocido el
evento, es posible anticipar muy rápidamente las
eventuales consecuencias sobre el entorno construi-
do y social en función de la información instrumental
y satelital, la información preliminar de intensidad y
daño (p.ej., desde redes sociales), y el trabajo de aso-
ciatividad con otros escenarios pre-analizados, entre
varias otras estrategias. Esta actividad se relaciona
con la condición habilitante CH4 (Infraestructura para
el descubrimiento), y con el desarrollo de los escena-
rios pre-analizados de la Tarea 7.
Tarea 14:
Respuesta frente a Desastres
Propósito: Desarrollar el I+D+i necesario para, por
una parte, entregar a las comunidades información
autorizada sobre la evolución en el tiempo de las
distintas amenazas, incluyendo un conjunto de es-
cenarios determinísticos que cubran el corto y el
largo plazo; y por otra, mejorar la resiliencia a través
de comprender el impacto de estas amenazas sobre
decisiones operativas vinculadas a, por ejemplo, el
desarrollo de distintos escenarios de evacuación ma-
siva, o el tiempo de interrupción de diversas activida-
des productivas en diversas industrias o servicios, o
la necesaria coordinación operativa entre los distintos
agentes del gobierno central, gobiernos regionales,
municipalidades, industria y sociedad civil.
PorONEMI
PorEstebanMaldonado,CCBY-SA2.0
25. 13
Presupuesto
Para el desarrollo del presupuesto de la Estrategia
se utilizaron dos metodologías cuyos resultados se
coherente, tanto con la experiencia internacional en
proyectos similares, como con las particularidades
propias del caso chileno y su enfoque multiamenaza.
La primera consistió en una estimación de la inver-
sión requerida para implementar los diferentes ele-
mentos de la Estrategia, sobre la base de una serie
de supuestos anclados en la experiencia acerca del
presupuesto disponible para proyectos de este nivel,
a través de concursos a fondos de investigación exis-
tentes en la actualidad.
La segunda fue a partir de la transformación a es-
cala chilena, del presupuesto observado por el NRC
de Estados Unidos para llevar a cabo una agenda si-
milar a la planteada, pero acotada a terremotos. Para
ello se realizó una serie de transformaciones que re-
conocen las diferencias en la población expuesta a
riesgo, precios relativos, entre otros.
Tabla RE.2: Presupuesto a 3 y 20 años para las condiciones habilitantes de la Estrategia
CONDICIONES HABILITANTES
PRESUPUESTO
AÑOS 1-3
(US$ MM/AÑO)
PRESUPUESTO
AÑOS 4 -20
(US$ MM/AÑO)
TOTAL
20 AÑOS
(US$ MM)
Institucionalidad de I+D+i 1,5 1,5 30,6
Integración de Datos e Información 2,9 0,9 24,6
Capital Humano Avanzado 4,5 2,3 52,8
Infraestructura para el Descubrimiento y la Innovación en Resiliencia
frente a Desastres de Origen Natural
19,2 1,7 86,5
6,0 0,3 23,4
5,0 0,3 19,5
4,0 0,2 15,6
0,2 0,7 12,4
4,0 0,2 15,6
8,9 5,5 120,0
TOTAL 37,1 11,9 314,3
PorRichardEspinoza,CCBY-SA3.0
26. HACIA UN CHILE RESILIENTE FRENTE
A DESASTRES: UNA OPORTUNIDAD14
Tabla RE.3: Presupuesto a 3 y 20 años para las tareas de la Estrategia
TAREA
PRESUPUESTO
AÑOS 1 -3
(US$ MM/AÑO)
PRESUPUESTO AÑOS
4 - 20
(US$ MM/AÑO)
TOTAL
20 AÑOS
(US$ MM)
T1: Resiliencia Social frente a Desastres de Origen
Natural
1,5 1,1 22,5
T2 :Resiliencia de Líneas Vitales e Infraestructura
Crítica
1,7 0,8 18,8
T3: Proyectos Demostrativos de Resiliencia Regional
y Comunitaria
1,0 0,8 17,1
T4: Bienes Públicos y Políticas de Activación de la
Demanda por Innovación en Resiliencia frente a
Desastres
1,5 0,2 7,3
T5: Próxima Generación de Tecnologías, Materiales
Sustentables, Componentes y Sistemas
3,5 2,5 52,6
T6: Nuevas Aplicaciones de las Tecnologías de
la Información, Control y Comunicaciones y otras
Tecnologías Habilitantes
2,8 1,5 34,1
T7: Escenarios de Desastres de Origen Natural 0,4 1,9 33,9
T8: Simulación de las Pérdidas y Evaluación del
Riesgo y la Resiliencia frente Desastres
3,2 2,1 45,2
T9: Evaluación y Mejoramiento de la Resiliencia del
Entorno Construido
2,6 2,9 57,9
T10: Física de los Procesos de Amenazas Naturales 20,8 9,2 218,7
T11: Sistema Nacional de Monitoreo y Reporte de
Amenazas Naturales
0,9 0,7 14,5
T12: Modelos Nacionales de Amenazas Naturales 0,8 1,9 34,7
T13: Sistemas de Alerta Temprana 2,3 1,1 25,6
T14: Modelos Operacionales Predictivos de
Respuesta Frente a Desastres
1,7 0,7 16,9
TOTAL 44,7 27,4 599,8
27. 15
Impacto de la propuesta
El presupuesto se plantea en dos horizontes, uno de
muy corto plazo (3 años) y uno de mediano-largo pla-
zo (20 años). Las Tablas RE.2 y RE.3 resumen el pre-
supuesto requerido en ambos horizontes para la im-
plementación de la Estrategia nacional, tanto de las
condiciones habilitantes como de las catorce tareas
descritas.
El costo que alcanza la Estrategia, en promedio, es
de 45,7 millones de dólares al año. Si bien este nú-
mero es importante, se ha estimado que esta inver-
al menos 2,3; por lo que se espera que la propuesta
cada año, en promedio, represente un ahorro al país
cercano a los 106 millones de dólares, a través de las
menores pérdidas ocasionadas por los desastres de
origen natural. Este ahorro es
menos del 4% de los más de
2.800 millones de dólares al
año de costo promedio que
representan los desastres de
origen natural en Chile. Sin
embargo, CREDEN considera
que de concretarse el nivel de
esta propuesta, es razonable
pensar en escalarla una vez
alcanzado un cierto nivel mí-
nimo de su desarrollo.
Es importante notar que exis-
este cálculo, tales como los asociados al desarrollo
de una nueva industria tecnológica de carácter global
para Chile en el tema de resiliencia, pero que hacen
aún más atractiva la implementación de la propuesta
para el bienestar del país.
Esta Estrategia de I+D+i es una gran apuesta para
el país, pues, de lograrse los objetivos planteados
e ir alcanzando mayores niveles de resiliencia, de
bienestar y equidad, indefectiblemente se produci-
rían también más recursos que pueden destinarse a
otros proyectos de alto impacto social tanto o más
relevantes. Debe ser entendida como una inversión
-
cio/costo de 2,3. Lograr materializar esta magnitud
i
generado hacia políticas públicas que se traduzcan
en cambios concretos en las capacidades de las co-
munidades para prepararse, responder y recuperar-
se ante desastres de origen natural, conduciendo en
fenómenos. Los grandes desastres de origen natural
del PIB, sin siquiera considerar el drama psicosocial
que acompaña a las devastadores consecuencias y
externalidades negativas en la vida de las personas,
especialmente de aquellas familias y comunidades
más desfavorecidas y marginadas por el desarrollo
de nuestra sociedad.
El análisis crítico realizado por el Panel Asesor
Internacional —conformado por seis destacados ex-
pertos mundiales en los temas de riesgo y resilien-
cia, de distintas disciplinas y perspectivas— relevó la
oportunidad y potencial que Chile tiene para llevar
adelante exitosamente esta Estrategia y producir
realmente el impacto que se ha propuesto a nivel na-
cional y global. Se valora especialmente la unicidad
de la propuesta, y se reco-
mendó resaltar la importan-
cia de entender la resiliencia
integralmente, esto es, no
solo desde el impacto en los
sistemas, sino también desde
los procesos, la cultura y la
interdisciplina.
Desplegar esta Estrategia
de I+D+i para la Resiliencia en
el territorio es un imperativo
moral, que a la vez trae con-
sigo una gran oportunidad
para el desarrollo de nuestra
sociedad. Chile ha sido, es y será uno de los países
más afectados en el mundo por los grandes even-
tos de origen natural. Es parte de nuestro , y
por ende tenemos una oportunidad de servir como
piloto para el desarrollo de avanzadas tecnologías
e innovación que impacten a otros países y territo-
rios expuestos a similares condiciones de desastres.
Consecuentemente, el gran desafío de esta Estrategia
es doble: por un lado, avanzar en dominar y minimi-
zar los impactos que nuestra loca geografía impone
regularmente sobre cada habitante, y por otro, trans-
-
sarrollo sostenible de Chile mostrando al mundo las
capacidades de resiliencia que como país hemos sido
capaces de construir y compartir. Chile debería servir
como un Laboratorio modelo de resiliencia fren-
te a eventos extremos de origen natural, para que
otros países, con eventos similarmente dañinos,
pero menos frecuentes, puedan aprender de nuestra
experiencia.
Desplegar esta Estrategia
de I+D+i para la Resiliencia
en el territorio es un
imperativo moral que, a
la vez, trae consigo una
gran oportunidad para
el desarrollo de nuestra
sociedad.
30. HACIA UN CHILE RESILIENTE FRENTE
A DESASTRES: UNA OPORTUNIDAD18
CHILE
Laboratorio y Centro
Natural Mundial
“Que el desafío de las amenazas naturales
sea a Chile, como el agua es a Holanda”
31. 1. INTRODUCCIÓN 19
¿Chile está haciendo todo lo que tiene a su alcance
para generar conocimiento y tecnología para que en
el próximo evento catastrófico disminuya el drama
de muertos y heridos, haya menos infraestructura
dañada, y no tengamos fallas importantes en nuestros
servicios básicos y líneas vitales?
En términos concretos, ¿qué ocurriría con un terremoto
como el del año 1960 en la zona central de Chile, o
en cualquier otro lugar altamente poblado del país?
¿Es el estado de nuestra ciencia y tecnología capaz
de anticipar y reducir estos efectos para distintos
escenarios posibles a lo largo del territorio? ¿Tenemos
la capacidad de generar información pertinente,
rápida y de acceso público a partir del monitoreo
continuo y exhaustivo de estos fenómenos?
¿Entendemos cómo las personas y comunidades se
auto-organizan frente a distintos eventos extremos
y factores actúan como protectores o las hacen más
vulnerables? ¿Hemos construido una clara hoja de
ruta como país que nos permita alcanzar una mayor
resiliencia como país frente a otras amenazas de ori-
gen natural?
Puede haber múltiples respuestas a estas pregun-
tas, pero lo que no podemos negar, es la observación
de que la complejidad de nuestras ciudades e inte-
racciones ha crecido de tal manera con el desarro-
llo del país, que nuestra exposición —lo que está en
riesgo— frente a eventos extremos de la naturaleza es
cada día mayor y requiere de respuestas elaboradas
que naturalmente involucran no solo a las ciencias y
la tecnología, sino a la sociedad en su conjunto. Solo
por nombrar algunos desastres recientes, nuestro
país ha experimentado en la última década tres te-
rremotos de gran intensidad; el gran terremoto del
Maule de magnitud M 8,8 en el 2010, el terremoto de
Pisagua de magnitud M 8,2 en el 2014, y el terremoto
de Illapel M 8,3 en el 2015. Todos ellos fueron segui-
dos de destructivos tsunamis que atacaron las zonas
centro-sur, norte y centro-norte, respectivamente.
Además, hemos pasado por tres erupciones volcá-
nicas relevantes; el volcán Chaitén se hizo sentir en
2008, el volcán Puyehue en 2011 y el volcán Calbuco
en 2015. Sumémosle a esto el gran incendio en la ciu-
dad de Valparaíso en 2014 y los devastadores aluvio-
nes en la región de Atacama el 2015.
32. HACIA UN CHILE RESILIENTE FRENTE
A DESASTRES: UNA OPORTUNIDAD20
Todos estos desastres nos han mostrado las impor-
tantes amenazas que estos eventos presentan para
nuestra sociedad y los enormes impactos que pueden
causar en las personas, comunidades y ecosistemas.
Ciertamente, nuestra herencia histórica es un gran
activo que ha forjado nuestra resiliencia como país
frente a grandes eventos que usualmente impresio-
nan al mundo, pero claramente, no lo es todo. Por un
lado, hay mucho que se ha hecho para mitigar el gran
impacto de los desastres de origen natural, mejorar la
respuesta del Estado en la emergencia y la recons-
trucción, y cimentar la resiliencia de las comunidades.
Por ejemplo, se ha implementado el uso de alertas
tempranas y respuesta rápida, se han creado tam-
bién políticas gubernamentales de asistencia, y se
han incorporado normativas adecuadas de diseño de
infraestructura, entre otros. Esto ha llevado, en parte,
a que el país haya soportado relativamente bien gran-
des terremotos como el de Pisagua y el de Illapel, y
que afectaron a varias regiones del país.
resultar por este buen desempeño en eventos pasa-
dos debe ser moderada por numerosos factores, en-
tre ellos, condiciones aleatorias que en muchos casos
han jugado a nuestro favor como sociedad. Es el caso
del lugar de los epicentros y la hora en que han ocu-
rrido sismos de gran magnitud. Todavía hay mucho
que se puede hacer en términos de prevención, res-
puesta, recuperación y mitigación, como por ejemplo
-
piado del suelo, el uso masivo de las tecnologías en
la respuesta rápida y la creación de instrumentos
como los seguros que permitan una rápida recupera-
ción económica, entre muchos otros. Además, queda
mucho camino por recorrer en términos de entender
cómo las comunidades se reconstruyen y las claves
para recuperar en forma efectiva su plena actividad
anterior al desastre, o incluso superarla.
De este modo, el objetivo de esta Estrategia es im-
pedir que el azar pueda probarnos equivocados en el
futuro frente a nuevos eventos naturales extremos y
anticiparnos a sus consecuencias utilizando el máxi-
mo de nuestras capacidades de investigación, desa-
rrollo e innovación (I+D+i). El orgullo y reconocido tem-
ple histórico de Chile frente a los desastres está en
juego. La Estrategia busca transformar esta preocu-
pación compartida en una oportunidad no solo para
responder mejor como sociedad, sino que también
para desarrollar y transferir hacia el resto del mundo
enfrentado a una realidad similar, nuestra capacidad
Distribución y densidad
poblacional
Fuente: Center for International Earth Science Information
33. 1. INTRODUCCIÓN 21
Terremoto
EEUU, 17 Oct 1989
Terremoto
EEUU, 17 Ene 1994
Terremoto
Haití, 12 Ene 2010
Terremoto, tsunami
Chile, 27 Feb 2010
Terremoto
Italia, 20/29 Ene 2012
Terremoto
Armenia, Turquía,
7 Dic 1988
Terremoto
Paquistán, India,
Afganistán
8 Oct 2005
Terremoto
China,
12 May 2008
Terremoto, tsunami
Océano Índico,
26 Dic 2004
Terremoto
Nueva Zelanda,
13 Jun 2011
Terremoto
Nueva Zelanda,
22 Feb 2011
Terremoto
Japón,
23 Oct 2004
Terremoto
Nueva Zelanda,
4 Sep 2010
Terremoto, tsunami
Japón,
11 Mar 2011
Terremoto Terremoto, tsunami Actividad volcánica
Eventos de pérdida Selección de catrástofes
Terremoto
Japón,
17 Ene 1995
como polo de desarrollo mundial en el conocimien-
to, la tecnología, y la innovación requerida para lograr
sociedades más resilientes frente a estas catástrofes
naturales.
Reconociendo que el problema es muy complejo
y las capacidades y recursos son siempre limitados,
es que aparece como un imperativo para nuestro país
alinear su motor de creación de conocimiento, desa-
rrollo e innovación en torno a una estrategia integrada
en el ámbito de resiliencia frente a desastres.
Consecuentemente, planteamos como supuesto
maestro que Chile, al estar expuesto frecuentemente
a los más grandes desafíos impuestos por la natura-
leza, posee una ventaja innovadora sostenible que le
-
dial, transformando este gran desafío en una verdade-
ra oportunidad de desarrollo. Mediante este trabajo,
nuestros investigadores e innovadores deben además
aportar al objetivo irrenunciable como sociedad de
alcanzar un muy alto estándar de resiliencia frente a
las distintas amenazas naturales, esto es, lograr des-
de el diseño y la preparación la máxima efectividad
en la respuesta inmediata y recuperación integral del
sistema a un nivel de desempeño igual o superior al
existente previo al desastre.
Esta es, sin duda, una tarea extraordinaria que re-
quiere del aporte de todos quienes dedican su vida
a mitigar el impacto de estos desastres. Pero este
objetivo no requiere solo de la acción individual, sino
del trabajo colaborativo y colectivo entre todos los
actores involucrados. El trabajo debe estar centrado
en la colaboración y la entrega de un bien público
que representa una mayor resiliencia frente a estos
eventos de origen natural y consecuencias en múl-
tiples dimensiones para cada uno de los habitantes
de nuestro territorio. La evidencia mundial así lo de-
muestra. Esta no es una tarea que pueda ser resuelta
disciplina en particular, ni desde la actividad de inves-
tigación, desarrollo e investigación por sí sola. Es una
cadena de acciones y procesos que debe además
comenzar por entender y resolver las preocupacio-
nes de quienes se ven hoy más afectados, dando un
sentido al conocimiento que proviene de las ciencias,
la tecnología y la innovación.
Es en este contexto que esta Estrategia buscar pre-
sentar una hoja de ruta que plantea objetivos bajo la
perspectiva del I+D+i que se requiere para generar los
insumos desde el conocimiento que permitan a Chile
mejorar su resiliencia frente a amenazas naturales
Eventos geofísicos de
pérdidas en el mundo
1980 - 2015
Fuente: Münchener Rückversicherungs-Gesellschaft,
Geo Risks Research, NatCatSERVICE, abril 2016.
34. HACIA UN CHILE RESILIENTE FRENTE
A DESASTRES: UNA OPORTUNIDAD22
Resumen
+i)
+i
extremas y convertirse a la vez en un polo de desarro-
llo.
. La estructura de esta
-
ción de un conjunto de metas compartidas a las que
hemos asociado ciertos desafíos y oportunidades, y
Para abordar este desafío, el trabajo se organizó
en cuatro grandes grupos, cada uno de ellos dedi-
cado a una meta particular que nemotécnicamente
se denominó: (i) Resiliencia, (ii) Polo de Desarrollo, (iii)
Respuesta y Evaluación del Riesgo; y (iv) Procesos fí-
sicos y Exposición. No fue casualidad que los cuatro
comités fuesen nombrados en un sentido inverso a la
lógica temporal del ciclo de riesgo, ya que respon-
de a una cierta lógica de causalidad. Como Comisión,
quisimos relevar el sentido último de nuestro trabajo
como investigadores, desarrolladores, e innovadores,
fren-
te a desastres de origen natural, y desde ahí apalan-
car además, su desarrollo.
El fruto de este trabajo se presenta en siete capítu-
los y una sección de apéndices que estarán disponi-
bles en formato digital. El documento comienza por
este Capítulo introductorio que entrega el contexto
general sobre el que se construye luego la Estrategia.
En él se presentan algunos antecedentes relevantes
como una breve mirada general del activo que Chile
posee dada la alta recurrencia de eventos extremos
y la forma en que nuestra nación los ha hecho parte
de su historia.
Adicionalmente, se presenta una breve introduc-
-
conceptos que son claves en este documento: peligro,
exposición, vulnerabilidad, riesgo y resiliencia.
El Capítulo 2 presenta el resultado de la Visión
que —como organización temporal— CREDEN es-
tableció para el desarrollo de la Estrategia, a través
-
lores, propósito, un conjunto de metas audaces, y el
futuro previsto al alcanzar estas metas. Luego, en su
Capítulo 3, se describen las condiciones que hemos
denominado habilitantes para el resto de la propues-
ta, esto es, un conjunto de cinco acciones que viabili-
zan a esta Estrategia y su implementación en el país,
y que surgieron casi simultáneamente del análisis de
las distintas mesas de trabajo.
El Capítulo 4 es el centro de la Estrategia y presen-
-
to, agrupadas en cuatro dimensiones de resultados.
Estas tareas son el fruto directo del trabajo de cada
una de las subcomisiones durante la mayor parte de
con elementos del trabajo de coordinación y análisis
de la Comisión Central CREDEN.
Un resumen de la memoria del presupuesto de la
Estrategia se explica sintéticamente en el Capítulo
5, y los detalles se derivan a uno de los apéndices.
Este capítulo explica los supuestos centrales del pre-
proyecto. En el Capítulo 6 se presenta un resumen
propiciar el involucramiento de la industria privada en
esta Estrategia y en la consecución de un país más
resiliente. Finalmente, en el Capítulo 7 se presenta un
breve resumen y las principales conclusiones del tra-
bajo de la Comisión.
Este trabajo también incluye la mirada global
y comentarios aportada por el panel de expertos
internacionales.
35. 1. INTRODUCCIÓN 23
1.1 Chile Resiliente: Lecciones del
pasado
En sus poco más de 200 años de existencia, al me-
nos 97 terremotos de magnitud 7 ó más han azotado
Chile, 18 de ellos considerados altamente destructi-
vos (Ms>8)12
. Además, de acuerdo a los datos de
(EM-DAT),
desde 1810 a la fecha Chile ha sido afectado por al
menos 19 inundaciones, diez incendios mayores, nue-
ve explosiones volcánicas, cuatro remociones de tie-
rra y dos sequías13
. Sin duda, los desastres de origen
natural son eventos recurrentes en la historia de Chile,
siendo uno de los países con mayor prevalencia en
el mundo. Evidentemente esto nos ha marcado como
nación y como pueblo, así también al Estado y la polí-
tica chilena. Pero ¿cuál ha sido en concreto el legado
de estos eventos? ¿Qué hemos aprendido? Y ¿cómo
hemos avanzado?
ruina de Concepción en 1835, esta situación de ines-
-
peridad de cualquier país, pronosticando que éste
caería en bancarrota, desorden y caos total14
. Sin em-
que pasó en 1835, ni en ninguna de las otras grandes
catástrofes que ha sufrido nuestro país. Al contrario,
luego del terremoto de Concepción el orden fue solo
momentáneamente interrumpido; rápidamente la
Intendencia organizó la ciudad desde una carpa en la
Plaza de Armas y luego el Gobierno Central se preo-
cupó de organizar la reconstrucción de los pueblos
afectados. En el 2010 el Estado Chileno tampoco co-
contrario, al igual que en 1835, luego de unos días de
desorden inicial el Estado logró tomar control de la
situación y luego organizar la reconstrucción y recu-
peración económica.
Si bien ninguno de estos procesos ha sido per-
fecto ni todo lo rápido que la ciudadanía quisiera, es
-
do, y que nuestro país no solo ha sabido lidiar con
sus desastres, sino que ha salido fortalecido de este
12 Centro Sismológico Nacional (CSN). Los datos cambian
continuamente, un terremoto de al menos magnitud 7.0 no
es extraño en nuestro país
13 The International Emergency Disasters Database. Country
14
impresión), 1909.
“Si las fuerzas subterráneas de
Inglaterra, hoy inertes, volvieran
de nuevo a ejercer su potencia,
como seguramente lo hicieron
durante épocas geológicas
en la actualidad muy lejanas
de nosotros, ¡qué cambios se
¡Qué sería de las altas casas, de
las populosas ciudades, de las
grandes manufacturas, de los
tuviera lugar en medio de la
La bancarrota sería inmediata;
todos los papeles, todos los
documentos, todas las cuentas
No pudiendo el Gobierno ni
su autoridad, lo dominarían todo
se declararía en todas las grandes
ciudades y la peste y la muerte
seguirían muy pronto.”
36. HACIA UN CHILE RESILIENTE FRENTE
A DESASTRES: UNA OPORTUNIDAD24
oportunidad para que la sociedad chilena, y espe-
cialmente el Estado, se organice de mejor manera y
perfeccione sus capacidades15
, tal como se mostrará
a continuación.
Terremotos
Cuando los españoles llegaron al territorio chileno en
1541 la geografía los sorprendió enormemente. El cli-
ma era muy agradable y la belleza natural les cautivó,
pero no había oro y estaban completamente aislados,
constantemente atacados por los indígenas, y ame-
nazados por los terremotos. Según los historiadores,
Chile durante la colonia (1570, 1575, 1647, 1657, 1730
y 1751). En términos de reconstrucción, el Gobierno
colonial solo estaba preocupado con reparar los “sím-
16
. No
obstante, ya en esta época los terremotos fueron uti-
lizados políticamente. En primer lugar, las autoridades
solicitaron ayuda de la Corona, que más de una vez
no aplicó impuestos a la colonia (durante 1, 3 ó 6 años)
para que pudieran reconstruir. Y en segundo lugar por
los sacerdotes que, simbólicamente controlaban las
fuerzas naturales, como terremotos, e interpretaban
la voluntad de Dios17
. Como consecuencia, estos de-
sastres no fueron vistos como prevenibles o maneja-
15 M Gil, Catastrophes and the State: Lesson´s from Chile´s
Seismic History. Tesis para optar al grado de doctor en
Sociología. Columbia University, 2016.
16 M Onetto, Entre Aporías Espaciales y Sentidos Náufragos:
El terremoto de 1647 como catalizador de percepciones y
asimilaciones históricas: Nuevo Mundo, Mundos Nuevos,
2007. http://nuevomundo.revues.org/7442
17 Íbid., y J Valenzuela Márquez, Relaciones jesuitas del
terremoto de 1730: Santiago, Valparaíso y Concepción:
Cuadernos de historia (37), 195-224, 2012.
bles en este periodo, y es poco lo que se avanzó en
términos de resiliencia. Sin embargo, existen registros
de que las personas intuitivamente intentaban hacer
frente a los problemas de la naturaleza, por ejemplo,
con la recomendación de construir casas de un piso,
lo que también demuestran los recientes descubri-
mientos en la iglesia de San Francisco18
.
Ya en el Chile republicano veremos algunas nota-
bles diferencias en cuanto a la respuesta social a los
desastres. El siglo XIX fue de relativa paz sísmica, con
solo dos terremotos considerados como grandes ca-
tástrofes. En 1822, el puerto más importante de Chile,
Valparaíso, fue destruido agrandando una crisis polí-
tica: Bernardo O’Higgins abdicó como director supre-
mo unos meses después. Aun así, después de este
que cuidar de su propia tragedia. El segundo gran te-
rremoto del siglo XIX fue la ya mencionada ruina de
Concepción en 1835, la segunda ciudad más grande
de Chile en el momento. Después de este terremo-
to, el Gobierno nacional supervisó la reconstrucción
de las ciudades y envió ayuda a las poblaciones más
afectadas. Ahora bien, cabe recalcar que estas accio-
nes se entendieron sobre todo en el contexto de la
siglo XIX, el Estado no era visto como responsable de
la reconstrucción y mucho menos de la prevención,
pero estaba preocupado por proporcionar seguridad
y ayuda después del evento19
.
18 M Arredondo, Académica FAU descubrió posible sistema
anti-sísmico de la Iglesia de San Francisco: Universidad de
Chile, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, 2015. http://
sistema-anti-sismico-de-la-iglesia-de-san-francisco.
19 M Gil, op. cit.
AgradecimientosaBibliotecaNacional
37. 1. INTRODUCCIÓN 25
Aparte de estos dos terremotos, poco se ha pues-
to de relieve por los historiadores acerca de los otros
once terremotos en este siglo. Probablemente, la ra-
zón es que estos fueron en Coquimbo, Copiapó (dos
veces), Huasco, La Ligua, Illapel (dos veces), Punta
-
tos no afectaron la zona central del país donde habita
la gran mayoría de la población y se encuentra el po-
der social y político nacional. Por lo demás, al ser zo-
nas eminentemente rurales el daño de estos sismos
fue menor.
Por el contrario, el siglo XX chileno fue testigo de
las tres catástrofes más destructivas de nuestra his-
toria. En un contexto político agitado, con una clase
media emergente y una fuerza trabajadora por prime-
ra vez organizada, los terremotos fueron una prueba
importante para un Estado aún incipiente en cuanto a
su función social. Dado que el país era bastante más
numeroso que en el siglo anterior, y también más ur-
banizado y económicamente más diverso, los desas-
tres causaron considerablemente más daño.
En 1906, Valparaíso —nuestro principal puerto y
fuente de ingresos en la época— quedó completa-
mente destruida por dos terremotos, seguidos de un
pequeño tsunami e innumerables incendios. La ciu-
dad sufrió el cese casi completo de servicios públi-
cos, y se contaron al menos 3.800 víctimas fatales. En
el resto de Chile central la situación era parecida pero
menos crítica. El desorden inicial fue controlado con
la policía, marinos y ejército disponible en la zona esa
noche, organizados por el Intendente Enrique Larraín.
El juicio histórico a las medidas adoptadas por Larraín,
que incluían fusilamientos in situ a posibles saqueado-
res y la restricción de movimiento a los trabajadores
del puerto, han sido contradictorias. Pero más allá del
manejo de la emergencia, el proceso de reconstruc-
ción de Valparaíso ha sido recalcado como un modelo
tomó el liderazgo no solo en organizar ayuda, sino
que en la recuperación de la ciudad por medio de la
Junta de Reconstrucción. Esta Junta estuvo a cargo
así como también de la reconstrucción misma del
barrio de El Almendral, el más afectado en el plano
de Valparaíso. Fue creada por ley (Ley 1.887) por el
Presidente de la República, Don Pedro Montt, quien
se reservó el derecho de nombrar personalmente a
tres de sus cinco miembros20
20 Íbid.
LEGADO INSTITUCIONAL DE LOS TERREMOTOS
1906
Terremoto de
Valparaíso
No se
aplica nuevo
impuesto
(préstamo)
Fundación
de CORFO
y CRA
1908
Creación
del Servicio
Sismológico
Nacional
1971
Terremoto
de Illapel1931/35
Entra en
efecto la
OGCU
1920 1940 1960 1980
1928
Terremoto
de Talca
1939
Terremoto
de Chillán
Reforma
constitucional:
2% para
emergencias
1960
Terremoto
de Valdivia
Reforma
tributaria y Ley
de Donaciones
1974
Se crea oficialmente
la ONEMI
1972
Actualización
de NCh 433
1996
Actualización
de la NCh 433
1990 2000 Hoy
1985
Terremoto de
San Antonio
2002
Plan Nacional
de Protección
Civil
2010
2011
Agencia Nacional
de Protección Civil y
nuevo CAT
2012
Creación
del Centro
Sismológico
Nacional
1980
Primera versión
de la NCh 2369
Creación de
la NCh 3332
DS 60 y DS 61
complementan
NCh 430 y NCh
433
2003
Primera versión
de la NCh 2745
2013
Actualización
de la NCh 2745
2015
4 nuevas
normas NCh
post 27-F
2010
Terremoto
del Maule
2016 (?)
Servicio Nacional
de Gestión de
Riesgos y
Emergencias
Terremotos
Cambios institucionales
Terremotos
Cambios institucionales
Cambios normativos
Legado institucional de los terremotos
38. HACIA UN CHILE RESILIENTE FRENTE
A DESASTRES: UNA OPORTUNIDAD26
el Estado tuvo un considerable liderazgo en las polí-
ticas de la ciudad, algo inusitado en el contexto de la
época21
. Para la Junta, el terremoto era una oportu-
nidad de desarrollo, para arreglar el espacio público
y hacerlo más moderno, más higiénico y, sobretodo,
más hermoso22
. En el nuevo plano, sin embargo, los
propios dueños, para lo cual se crearon préstamos
blandos. Desgraciadamente esto no se concretó fá-
cilmente y en 1910 muchos lotes continuaban vacíos23
.
Finalmente, el desastre de 1906 fue también un
impulso para las ciencias en Chile, creándose el
Servicio Sismológico Nacional, que quedó en manos
de Fernand de Montesuss de Ballore, un noble fran-
cés que ya era muy famoso sismólogo a nivel interna-
cional. En los años siguientes se instaló un intensivo
plan de estudios de la geografía nacional, con un res-
pectivo énfasis en terremotos. Montesuss de Ballore
21 En el contexto de la Ley de la Comuna Autónoma,
vigente desde 1891, las municipales tenían prácticamente
total autonomía en el manejo de las políticas locales,
especialmente en decisiones urbanas.
22 P Páez, La oportunidad de destrucción en la urbanística
moderna. Planes y proyectos para la reconstrucción de
Valparaíso tras el terremoto de 1906. Tesis para optar
Universidad Católica de Chile, 2008.
23 La Junta no contaba con que la población más rica se
“Los tripulantes del Pinita se quedaron
especulando sobre cómo estaría su
ciudad. Pero entonces, a 10 minutos
del terremoto, ocurrió algo que
nunca habían visto. El mar empezó a
succionarlos, a llevarlos aguas adentro
con tal fuerza que cortó de un tirón la
soga de 10 centímetros de diámetro que
los ataba al ancla. Lo que los absorbía
era una ola de 15 metros de alto que
cerraba el horizonte. Estaba a 200 metros
y se acercaba a toda velocidad por el
costado de la nave. —¡Tsunami, tsunami!
¡Apróate!, ¡apróate! —le gritaron los
tripulantes al capitán.”
escribió así una historia sísmica nacional, además
de advocar en sus escritos por una política nacional
de construcción antisísmica. Algo que no alcanzaría
a ver realizado pero que vendría en los años y siglo
siguientes.
Pero luego de 1906 la tierra no se quedó quieta.
Incesantes terremotos azotaron el territorio nacional
en los años veinte. Primero fue en 1922, en el norte
del país, con alta destrucción y acompañado por un
tsunami. En 1927 en Aysén y en 1928 el gran terremoto
de Talca.
Esta seguidilla de terremotos tuvo importantes de-
sarrollos institucionales. Principalmente la creación
de un comité para generar una ley de construcción
que incluyera disposiciones sísmicas. La Ley General
de construcción, y resistencia al viento, entre otros.
A partir de entonces, si se quería construir en ladri-
-
tricciones al ancho de las paredes, la profundidad
de los cimientos, etc. De este modo, la ley cambiaría
el país, abriendo la puerta para el desarrollo de una
arquitectura realmente moderna. En segundo lugar,
el terremoto impulsó al gobierno de la época a trami-
tar la ley que obliga a las municipalidades a tener un
ciudades, incorporando disposiciones sobre altura y
Y en tercer lugar, se crea el Colegio de Arquitectos,
entidad que pretende regular el campo profesional
para asegurar que estos procedimientos y estándares
sean cumplidos en cabalidad.
Toda esta nueva institucionalidad sería probada
unos cuantos años más tarde, cuando nuevamente la
tierra nos sorprendió. En 1939 Pedro Aguirre Cerda ha-
bía asumido la presidencia hacía solo un mes cuando
Chile sufrió su peor catástrofe a la fecha, con más de
5000 víctimas fatales concentradas en la ciudad de
Chillán24
.
24 Aunque la prensa señaló que hubo 20,000 o hasta 30,000
esta cifra es mayor si se cuenta a los muertos en los
meses posteriores por heridas causadas por el evento o
enfermedades derivadas de dormir en la intemperie.
39. 1. INTRODUCCIÓN 27
Todas las comunicaciones estaban caídas. Sin te-
légrafo, teléfono o electricidad, y sin noticias sobre
Chillán, Aguirre Cerda se movilizó como pudo a la
zona. Ya en Chillán, los servicios públicos se organi-
zaron en la Plaza de Armas y el Presidente ordenó
que los distintos empleados públicos se dedicaran a
remover escombros y limpiar lo que quedaba de la
las 4.000 viviendas de Chillán continuaban en pie25
.
En este caso, para organizar el proceso de recons-
trucción el Estado tuvo una reacción aún más impre-
sionante que en las catástrofes anteriores. Dos nuevas
agencias fueron creadas; primero, una agencia de re-
construcción llamada Corporación de Reconstrucción
y Auxilio (CRA), y luego una agencia dedicada a la re-
cuperación económica, la Corporación de Desarrollo
y Fomento (CORFO). La primera luego se convirtió en
un ente permanente dedicado a la construcción de
viviendas estatales y fue eventualmente fundida en
el actual Ministerio de Vivienda. La segunda es hasta
hoy una de las más importantes instituciones del apa-
rato estatal chileno, dedicándose al desarrollo de la
economía nacional.
En el largo plazo, CORFO sirvió para ejecutar gran
parte de la agenda de Aguirre Cerda y el Frente
Popular, creando ENDESA y CAP; y luego, los proyec-
tos de otros gobiernos, con Laboratorio Chile, INSA,
Chile-Films y Madeco, entre otras.
Es decir, si bien ambas corporaciones comenzaron
como agencias dedicadas a tratar con la eventuali-
dad del terremoto, estas terminaron siendo parte del
aparato estable del estado Chileno. Si bien esta siem-
pre fue la idea con CORFO, no así con la CRA, cuyo
25 J Quezada, Terremotos y Tsunamis en la Región del BíoBío:
Departamento Ciencias de la Tierra. Universidad de
mandato se fue alargando cada vez que estaba por
expirar dado que nuevos desastres seguían ocurrien-
do en el país26
.
En términos de regulación sísmica, el código crea-
do y mejorado en los años anteriores demostró su
efectividad. Según informes relacionados a los daños
del terremoto de Chillán, solo un 20% de las nuevas
construcciones sufrió daño irreparable, comparado
con 67% de las construcciones tradicionales de ado-
be. Esto llevó a que la población aceptara más abier-
tamente las nuevas regulaciones, por lo que se pro-
cedió a incorporar una ley que obligase a las munici-
palidades a contar con un plan de regulación, y que
este contemplara regulación sísmica. Finalmente,
una pequeña pero crucial reforma fue consecuen-
cia de esta catástrofe y un terremoto menor en 1965.
Conocido como “2% constitucional” esta ley (Ley 7.727)
permite al Presidente dictar decretos de emergencia
económica que le permiten gastar hasta un 2% extra
del presupuesto para emergencias derivadas de ca-
lamidades públicas que no pueden ser pospuestas,
o servicios que no pueden cerrar sin causar daño al
país. Como en los otros ejemplos, esta institución ha
-
tres posteriores27
.
Así es como en 1960, cuando el peor terremoto
registrado en la historia golpeó nuestro país, destru-
yendo el sur de Chile, las consecuencias en términos
que en 1939. En esta ocasión, el Estado también de-
sarrolló un comprensivo plan de reconstrucción, lide-
rado por el Ministerio de Economía y Reconstrucción,
especialmente fundado para la ocasión28
. Es decir, el
26 M Gil, op. cit.
27 Íbid.
28 Antes era simplemente Ministerio de Economía.
PorPierreSt.Amand,DominioPúblico
Daño producido
por un terremoto
a casas de
madera de
buena calidad en
Valdivia, Chile,
1960.
40. HACIA UN CHILE RESILIENTE FRENTE
A DESASTRES: UNA OPORTUNIDAD28
Presidente Alessandri una vez más decidió enfrentar
el terremoto creando una nueva institucionalidad que
ayudase al Estado a enfrentar la emergencia, incor-
porando la función de Reconstrucción al Ministerio
de Economía, cambiando su nombre a Economía y
Reconstrucción (Ley 14.171). A este ministerio se le
otorgó la tarea de coordinar la reconstrucción, en
conjunto con CORFO, que ya había ganado una repu-
tación como asistente técnico del Estado, en el nuevo
Además se desarrolló un completo Plan Nacional de
Emergencias que pudiese preparar al país para en-
frentar futuros desastres, en conjunto con una Ley de
terremotos y catástrofes que aumentó las atribucio-
nes al Presidente en momentos de emergencia.
Esta ley le permite gobernar por decreto en temas
hechas en el contexto de la emergencia, da atribu-
ciones a tribunales y municipalidades, penaliza la
especulación con productos básicos y da atribucio-
nes a los militares, entre otros. Finalmente, luego de
este terremoto CORFO creó la empresa Nacional de
Telecomunicaciones (ENTEL). La necesidad de mejo-
rar las comunicaciones fue clara, y por ende luego del
desastre todo el sistema fue modernizado.
El desarrollo de una institucionalidad de emergen-
cia tuvo un nuevo boom en 1971, cuando un terremoto
de un maremoto moderado. Luego de éste terremoto,
Nacional de Emergencia, ONEMI, en el Ministerio del
Interior. Esta institución es la directa heredera del
COPERE en 1960, que no se disolvió pasada la emer-
gencia y elaboró un Plan Nacional de Emergencias.
ONEMI es, hasta el día de hoy, el organismo central
para el manejo de estos eventos destructivos. Sus
y ejecutar las actividades destinadas a prevenir o solu-
cionar problemas derivados de sismos o catástrofes29
.
Finalmente, el ya mencionado terremoto del Maule
de 2010 vino una vez más a probar la resiliencia de
los chilenos ante catástrofes de origen natural. Con
una magnitud 8,8, afectó la mayor parte del territo-
rio del país, llevándose consigo 525 vidas y causan-
do al menos 30 mil millones de dólares en pérdidas
materiales. En término del manejo de prevención,
es claro que las regulaciones y medidas tomadas
29
en las últimas décadas dieron fruto, y la mayoría de
en términos de manejo de la emergencia, el sistema
demostró amplias falencias. Especialmente, la ciu-
dadanía ha juzgado particularmente mal el error de
no anunciar el tsunami por parte de la ONEMI y el
de Chile (SHOA), junto con la reticencia del Gobierno
a poner a los militares a cargo de la seguridad de las
personas en la zona más afectada.
Por eso es que Chile sigue aprendiendo. Luego de
este desastre, se ha efectuado una renovación com-
pleta de la ONEMI, modernizando sus protocolos e
incorporando nueva tecnología. La nueva ONEMI tie-
ne mucho más desarrollado el ámbito de la preven-
ción, así como también se han efectuado importantes
avances en término de manejo de emergencia y en
el aumento de personal en las distintas regiones. Por
ejemplo, de cuatro personas por región en 2010 hoy
se cuenta con un promedio de dieciseis, lo que sig-
ejemplo es que se efectúan continuas operaciones de
evacuación ante tsunami que mantienen a la pobla-
ción en alerta y preparadas para un posible desastre.
Es así como en el reciente terremoto en la región de
Coquimbo, de magnitud 8.4, solo trece personas mu-
rieron y la evacuación fue catalogada como un éxito.
Mirando hacia el futuro, el nuevo Sistema de Gestión
de Riesgo y Emergencia contempla la creación de un
Servicio de Gestión de Riesgo y Emergencia que re-
emplace a la ONEMI. El Sistema cuenta también con
un Consejo Asesor de expertos que ayudará periódi-
camente a revisar la política y estrategia de gestión
de riesgo nacional.
Asimismo, el Sistema contempla la formación de un
Comité de Ministros que sesione seis veces al año y
revise la estrategia y los planes nacionales. Además,
la nueva institucionalidad contempla la inclusión for-
mal de las Fuerzas Armadas y Bomberos en los comi-
tés de emergencia (COE); encargados de gestión de
riesgo en cada ministerio, y en cada municipalidad,
distintas gobernaciones (actualmente existen solo a
nivel regional). Diseñado así de manera descentraliza-
da, el sistema proveerá e implementará acciones de
mitigación, prevención, preparación y respuesta, con
el objetivo de fortalecer la gestión de emergencias.
41. 1. INTRODUCCIÓN 29
Incendios
El incendio de Santiago por los indígenas, el 11 de
Septiembre de 1541, fue el primer gran desastre regis-
trado en el territorio chileno30
. Luego, la época de la
colonia conoció múltiples grandes incendios; Chillán
y Valdivia en 1599, Valdivia en 1682 y 1748, Valparaíso
Iglesia de la Compañía de Jesús, en Santiago, el 8 de
Diciembre de 186331
. Esto llevó a una temprana for-
mación del primer cuerpo de Bomberos de Santiago,
aun cuando ya había uno en la ciudad de Valparaíso
desde 1850. Si bien el origen de estos incendios rara
vez fue natural, estos tempranamente les enseñaron
a los nuevos habitantes de Santiago que los desastres
serían parte integral de su vida en el nuevo territorio.
Ya en el siglo XX, los incendios irían cambiando su
foco, pero no así su importancia. Con la acción del
hombre en el territorio se incorporaron nuevos riesgos,
siendo más comunes los incendios forestales que los
grandes fuegos en ciudades. El primer gran incendio
forestal registrado fue en febrero de 192232
, arrasan-
do con una gran zona de bosques en la provincia de
Cautín, y también en Osorno y Villarrica. Después de
estas catástrofes, se legisló sobre los roces de fuego,
que habían ocasionado estos siniestros33
. Pero luego,
en 1924 se produjeron nuevos incendios y recurrente-
mente estos han ido en aumento, con incendios sig-
promulgación en 1931 de la Ley de Bosques y poste-
riormente del programa de desarrollo de la industria
forestal de CORFO que culminaron en la década de
los sesenta con la creación de un Programa Nacional
de Prevención y Combate de los Incendios Forestales
(1967) y la Administración de Parques Nacionales y
Reservas Forestales. Finalmente, en 1972 se crea la
Corporación Nacional Forestal (CONAF), con el obje-
tivo de aunar en una sola institución las tareas fores-
tales del Ministerio de Agricultura y así “contribuir a la
conservación, incremento, manejo y aprovechamien-
to de los recursos forestales del país”34
. En este con-
texto, se crea en 1974 la primera Brigada Profesional
de Combates de Incendios Forestales.
30 R Urrutia y C Lanza, Catástrofes en Chile 1541-1992. Editorial
La Noria, 1993.
31 Íbid.
32 Es bastante probable que existieran incendios forestales
desde la época colonial, sin embargo estos no han quedado
registrados como desastre. Para los registros se utilizará el
realizado por Urrutia, Rosa y Carlos Lanza. 1993. Catástrofes
en Chile 1541-1992. Editorial La Noria.
33 R Urrutia y C Lanza, op. cit.
34
conaf.cl
por un evento de éste tipo es de alrededor de 40 mi-
llones de hectáreas de vegetación, entre las regiones
de Coquimbo y Magallanes35
. Y de acuerdo a los datos
de CONAF, entre cada primavera y otoño un promedio
de 5800 incendios ocurren en el país, aunque unos
pocos son considerados de gran magnitud, como el
incendio del Parque Nacional Torres del Paine en el
verano del año 201236
. El cien porciento de estos son
producto de la acción humana, y de ellos alrededor
de la mitad son intencionales37
. Esto es muy relevante,
considerando que un incendio forestal no solo des-
truye vegetación, sino también viviendas, animales e
incluso vida humana.
Es por ello que en todos estos años el cambio en la
gestión de este problema ha sido orientado a la mejo-
rar la prevención y los resultados en manejo de emer-
gencia. Hace unas décadas, cada vez que un torrero
de una empresa forestal detectaba humo demoraba
varias horas en dar aviso a la empresa afectada, y lo
más pronto que se lograba atacar el incendio era al
día siguiente. Hoy, desde la detección hasta el ata-
que inicial transcurren quince minutos38
. Este camino
35 Revista Lingum, Combate de los incendios forestales en
Chile: Hacia un modelo sustentable, 2013.
36 El 90% de los incendios detectados por CONAF es extinguido
un Chile Forestal Sustentable. CONAF, 2014.
37 CONAF, op. cit.
38 Revista Lingum, op. cit.
PorGobiernodeChile,CCBY3.0cl
42. HACIA UN CHILE RESILIENTE FRENTE
A DESASTRES: UNA OPORTUNIDAD30
hacia el manejo de riesgos forestales comenzó hace
unos 50 años, adoptando modelos empleados en
Estados Unidos y Canadá. En éste, las empresas fo-
restales protegen sus plantaciones, la CONAF vela
por el patrimonio forestal del Estado y el entorno
urbano lo protegen los Cuerpos de Bomberos39
. En
lo que respecta al Estado, CONAF cuenta con once
centrales de coordinación regional que reciben los
avisos de detección y despachan los recursos coor-
dinando la operación de combate. En Santiago, la
Central Nacional de Coordinación monitorea y su-
pervisa la operación nacional, coordinando con
ONEMI40
. En 1989 se crea también el Consejo Técnico
de Coordinación de Manejo en Fuego, que sesiona
todos los años evaluando los riesgos de la tempora-
da y los avances en investigación y desarrollo en el
manejo de incendios. Y en la medida que avanza la
historia, se han incorporado también innovaciones
propias, incluido diseños tecnológicos y esquemas
de organización adecuados a las condiciones del
país41
. Por ejemplo, respecto a las tecnologías de in-
formación, CONAF concretó el desarrollo del Sistema
-
re con todas las centrales de coordinación regionales
con información a tiempo real para el uso de CONAF,
ONEMI y distintos ministerios interesados. Esto per-
mite la toma de decisiones más rápida y efectiva42
. Y
como resultado, las áreas afectadas por incendios se
han reducido drásticamente en los últimos años y los
39 CONAF, op. cit.
40 Íbid.
41 Revista Lingum, op. cit.
42 CONAF, op. cit.
“Tengo pena y frustración, pero lo material se
puede recuperar, lo que me importaba era que
mi familia estuviese bien, y todos se salvaron (…)
Estoy agotado, adolorido, cansado, pero si hay
que seguir luchando contra el fuego, ahí estaré”.
sistemas de protección contra incendios chilenos es-
por la gran cantidad de capacitación a brigadas ex-
tranjeras que se hacen cada año.
Hoy, CONAF cuenta con más de 120 brigadas a
nivel nacional y cerca de 1.500 brigadistas43
. Los re-
cursos para lograr este nivel de desarrollo provienen
del Estado, con presupuestos que se han ido incre-
mentando progresivamente con los años, alcanzando
al año 2016 un monto de US 26 Millones. A lo que se
suma cerca de cuatro millones de dólares invertidos
por los privados (Empresas Forestales) en operacio-
nes que resguardan sus predios. Cuando esto se hace
solicita recursos adicionales del Ministerio del Interior,
a través de ONEMI.
En materia de prevención ha habido
avances en todos los aspectos; se han
mejorado las relaciones entre las empre-
sas forestales y CONAF, ONEMI, CORMA,
Carabineros, la PDI y Bomberos; focalizán-
-
do la presencia de las instituciones en días
críticos44
. Además, se han incorporado nue-
vos equipos y tecnologías para la detección
y combate de los incendios. En términos de
manejo de la emergencia, el incendio de
enero de 2012 en Pichiqueime, Quillón y
Florida constató varias falencias en la coor-
dinación de las distintas entidades participantes45
.
Para remediar esta situación, CONAF, con ayuda de
Unidos para América Latina (OFDA) estableció un
Sistema Nacional de Comando de Incidentes (SCI)
que permite organizar los recursos para eventos de
mayor envergadura46
. De este modo se homologó el
sistema de CONAF con el estándar internacional. Aun
así, existe un acuerdo de que queda mucho por hacer,
tanto en prevención como en combate de incendios,
pero especialmente en prevención47
. Considerando
que la mitad de los incendios son causados por el
descuido de las personas, es claro que el asunto cul-
tural y de educación es fundamental.
43 Revista Lingum, op. cit.
44 Íbid.
45 Íbid.
46 CONAF, Sistema de Comando de incidentes establece una
organización común que permite a varias entidades trabajar
en conjunto para el manejo de una emergencia, 2014. http://
47 Revista Lingum, op. cit.