Esta frase pertenece al gran físico alemán Albert Einstein,
quien la utilizaría en una carta dirigida a su amigo Max Born. La creación de esta metáfora fue un destello maravilloso de sabiduría de parte de este famoso científico. Einstein, después de estudiar durante toda su vida los fenómenos del universo y de la materia llegó a esta sabia conclusión.
Y es que definitivamente, cuando Dios hace algo, es porque
todo lo ha previsto hasta en sus más mínimos detalles. Un ejemplo de ello es la escogencia de la fecha y lugar para la primera venida de su hijo Jesús.
No es casualidad que Jesús haya venido hace un poco más de
2000 años a la tierra. A continuación, expondremos algunos hechos que corroboran lo planteado.
Para el momento del nacimiento de Jesús ya los romanos
habían construido carreteras y caminos por todo su imperio. De allí viene la popular frase “todos los caminos conducen a Roma”. Esto permitió que los apóstoles pudiesen cumplir el mandato de Jesús de llevar las buenas nuevas de salvación a todo el mundo. Esto se facilitó también debido a que Palestina era un centro donde confluía el comercio entre el Oriente y Europa. Por esta tierra existía un constante tránsito de caravanas que facilitaban el contacto con diferentes países y culturas.
Otro elemento importante fue el idioma. Antes del imperio
romano existió el imperio de Alejandro Magno el cual se encargó de llevar la cultura griega a la mayor parte del mundo antiguo. En todos los territorios conquistados los griegos impusieron su idioma y su cultura. Esto permitió que, para los tiempos de Jesús, el griego fuese considerado el idioma internacional, como lo es hoy en día para nosotros el idioma inglés. Esto facilitó la difusión del mensaje de Jesús, dado que el nuevo testamento fue escrito totalmente en griego.
Adicionalmente, durante el imperio de Alejandro Magno, el
antiguo testamento fue traducido del hebreo y del arameo al griego, en lo que se conoce como la Biblia griega o Septuaginta. De esta manera los cristianos primitivos contaron con la Biblia completa en griego, lo cual facilitó su difusión a lo largo del mundo conocido de la época.
Por otro lado, en los tiempos de Jesús ya existían muchas
comunidades judías a lo largo del imperio romano, cosa que facilitó el surgimiento de grupos cristianos por todo el imperio.
Por estas y muchas otras razones más se demuestra que Dios
esperó el momento idóneo para que viniese Jesús por primera vez. Tuvo toda la razón Einstein al decir que Dios no juega a los dados. El hace las cosas con orden y de manera perfecta. A Él sea la gloria por los siglos de los siglos, Amen.
Rafael Ramírez Diciembre 2020
El nombre de Septuaginta se debe a que solía redondearse a
70 el número total de sus 72 presuntos traductores. La Carta de Aristeas presenta una antigua versión de acuerdo con la cual, por instrucciones de Ptolomeo II Filadelfo (284- 246 a. C.), monarca griego de Egipto, 72 sabios judíos enviados por el Sumo sacerdote de Jerusalén, trabajaron por separado en la traducción de los textos sagrados del pueblo judío. Según la misma leyenda, la comparación del trabajo de todos reveló que los sabios habían coincidido en su trabajo de forma milagrosa
La Biblia Septuaginta fue el texto utilizado por las
comunidades judías de todo el mundo antiguo más allá de Judea, y luego por la iglesia cristiana primitiva, de habla y cultura griegas. Alejandro conquistó el Imperio persa, incluyendo Fenicia, Siria, Anatolia, Gaza, Judea, Bactriana, Egipto y Mesopotamia, y amplió las fronteras de su propio imperio hasta la región del Punjab. Su alcance más lejano fue al río Indo considerado como parte del subcontinente de la India.
A los habitantes de Galilea se les llamaba galileos. Aun
siendo judíos, vivían como en una isla rodeada de pueblos paganos. Como era una vía comercial, existía constante tránsito de caravanas y, por consecuencia, se producía una mayor mezcla de etnias y culturas. Los galileos, por el contacto con otros pueblos estaban más abiertos a otras culturas y modos de ser, por eso eran de un espíritu religioso menos observante y escrupuloso que los judíos de Judea. Estos, más minuciosos y legalistas, consideraban a la zona semi pagana y desde tiempos pasados la llamaban "Galilea de los paganos". Posiblemente por eso los letrados (fariseos y escribas) despreciaban a Jesús y sus discípulos.
Einstein emplea la metáfora por primera vez, en una carta
El cristianismo primitivo: Una guía fascinante de la historia del cristianismo primitivo, desde el ministerio de Jesús hasta el primer concilio de Nicea, pasando por la era apostólica