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Mircoles 24 de noviembre de 2010

Llullaillaco, la otra historia

Para sumar historia a la controvertida


celebracin por los tres aos de la creacin
del polmico Museo de Arqueologa de Alta
Montaa (MAAM), con autorizacin del
autor, reflotamos aqu una nota escrita en
el 2009 por Alejandro Ahuerma. Se public
el 6 de diciembre en la Revista "Critica"
bajo el ttulo "La Otra Historia de las
Momias de Salta".
En principio, son tres momias: una nena de seis
aos, un nene de siete y una adolescente de 15.
Todas estn expuestas en el Museo de Arqueologa
de Alta Montaa, en la provincia de Salta y fueron
encontrados intactos en la cima del volcn Llullaillaco, a 6.730 metros de altura, en marzo de
1999. Los hallaron en el mismo lugar en que fueron sacrificados, rodeados de 146 objetos que
componan su ajuar, todos enterrados en las tumbas ms altas que el hombre haya construido en
el mundo.
Los nios y sus objetos existieron hace ms de 500 aos, durante el apogeo del estado inca, poco
antes de la llegada de los espaoles. Es posible que la procedencia de los nios haya sido la capital
del Imperio incaico en el Per. Es posible que hayan caminado desde su lugar de origen hacia el
Cusco para celebrar la Capacocha y que hayan regresado para ser sacrificados en la cima del
volcn, aunque no existen prendas ni objetos de culturas locales que apoyen esa hiptesis.
Lo cierto es que despus del sacrificio, descansaron en paz durante cinco siglos en el silencio de
la cumbre del Llullaillaco que se llen de voces cuando los condenaron a las vitrinas del Museo de
Arqueologa de Alta Montaa.
Hoy, al reclamo de las comunidades coyas del departamento de Los Andes y al dilema de la
nacionalidad de las momias, se suma la legitimidad de su exposicin pblica. As lo manifestaron
a C dos salteos que participaron en el operativo dirigido por el arquelogo John Reinhart,

financiado por el Consejo de Expediciones de la National Geographic Society de Washington,


Estados Unidos.

Christian Vitry

Uno de ellos es Christian Vitri, licenciado en Antropologa con especialidad en Arqueologa,


egresado de la Universidad Nacional de Salta, hoy a cargo del rea de investigacin del MAAM.
"Cuando fui invitado pens que se trataba de un proyecto de investigacin cientfica al que
aportara mi especialidad: el estudio de los caminos ceremoniales y la arqueologa de montaa.
Al poco tiempo me di cuenta que no haba un objetivo integral.
Creo que finalmente les sali bien, encontraron lo que buscaban y ms. Antes de que se armara
la expedicin, yo colaboraba con el arquitecto Mario Lazarovich, director de Patrimonio Cultural,
en todo lo que tena que ver con la arqueologa. Adems, lo conoca a John Reinhard por eso, una
vez que cont el proyecto, permiti que hiciramos algunos cambios. Luego la provincia le otorg
el permiso y declar a la expedicin de Inters Provincial. Mi tarea, en primera instancia, tena
que ver con la logstica pero, adems, estaba invitado por Reinhard a participar como referente
local. Cabe aclarar que no fui contratado, sino que fui invitado colaborador. As, con con
Lazarovich empezamos a armar el equipo".
Uno de los convocados fue Antonio Mercado, quien, adems, fue llamado por el gobierno de la
provincia de Salta, para garantizar que la expedicin no se convirtiera en un saqueo arqueolgico.
Fue l, junto al andinista salteo Alejandro Lewis Ellos fueron los convocados pero fu con el
peruano Ruddy con quien hall a la momia bautizada "La Doncella". "Hasta que no se les devuelva
lo que les corresponde a las comunidades, este hallazgo seguir siendo un saqueo cultural y
arqueolgico", sostiene Mercado quien tuvo que explicar a los habitantes de San Antonio de los
Cobres de qu se trataba la expedicin. "El Hallazgo de la Nia del rayo no me hace sentir orgulloso
pero s me hace sentir responsable", explica.

Hace unos meses, el pueblo coya que habita en las inmediaciones del Llullaillaco se manifest
frente al MAAM para reclamar el patrimonio que les pertenece. "Con el dinero que se gast para
infraestructura, ese museo podra haber estado en cualquiera de los pueblos de la comunidad
coya: Salar de Pocitos, Tolar Grande, San Antonio, Santa Rosa". Vitri agrega que, si bien las
comunidades no estaban organizadas, "de nuestra parte haba una suerte de obligacin moral y
una tica laboral del trabajo realizado.
En ningn momento imaginamos que esto iba a tener las consecuencias que tuvo, que iban a
aparecer hallazgos arqueolgicos tan impresionantes, de tanta trascendencia. Cremos que era
una expedicin ms, unas cuantas excavaciones ms, pero al aparecer los cuerpos de tres nios
en la montaa ms alta, justo en la que es un referente para los habitantes del lugar, se desat
una sospecha sobre la posibilidad de que hubiera ms cuerpos. La polmica haba quedado
planteada: se trat de una profanacin?.
Fueron los salteos, y no John Reinhard, quienes trataron de calmar los nimos de la comunidad
de San Antonio de los Cobres en el momento del hallazgo. Lo hicieron a travs de la Fundacin
Vicuita, una entidad que trabaja en la zona. "En Tolar Grande, en Nazareno, en Santa Victoria,
en Iruya, en la Puna de Jujuy tambin, tratamos de explicar el sentido el significado de lo que
estaba sucediendo y de poner paos fros en la cuestin. Es claro que la gente suele vivir este tipo
de intromisiones como una profanacin", coinciden Vitri y Mercado.
Otra de las polmicas que sucitaron los nios de Llullaillaco tiene que ver con el documental que
realiz la Nacional Geographic sobre la expedicin. Para Vitri hay una confusin medular: "se dice
que las momias son de origen inca y si bien lo inca no existe como entidad poltica, social y
cultural, no se puede decir que no existen los pueblos originarios locales que asumen como
"propios" los elementos del pasado.
Desde la antropologa y desde la historia, a quienes vivan en el lugar y se identifiquen con el
pasado aunque no tengan una lnea gentica o cultural directa, corresponde por afinidad, hacer
valer sus derechos. Por eso, nosotros pensamos que esos nios pertenecen a las comunidades que
hoy los reclaman". Tony Mercado agrega: "la National Geographic dice en el documental que los
chiquitos

caminaron

1.600

kilmetros

hasta

el

lugar

en

que

fueron

Eso slo les sirve para negar que pertenezcan a sus comunidades de origen.

sacrificados.

Les sirve para justificarse. Es una gran mentira. Adems, el primer anuncio en relacin con el
origen

lo

hicieron

el

ex

gobernador

Juan

Carlos

Romero.

Romero y el doctor Johan Reinhard. Ellos dijeron que haban encontrado los descendientes de
estos nios, en un preso en Washington, acusado de abuso de menores.
Fijate el subconsciente de ese gringo. Asocia lo ms sagrado de nuestra historia con lo ms bajo
que tiene su sociedad! Encontrar una lnea directa de parentesco es como sacarse la quiniela 100
veces seguidas y con el mismo nmero. Y nuestros cientficos se hacen los distrados, miran para
otro lado, y siguen como si nada.

Primera ruptura
La expedicin tuvo dos momentos de quiebre. El primero estuvo encabezado por el
arquelogoChristian Vitri, Mario Lazarovich, Adriana Escobar, Alejandro Lewis y un fotgrafo
de la National, que, una vez en la montaa, comenz a presentar sntomas de edema cerebral.
"En ese momento, Reinhard minimiz la cuestin, deca que era por efecto de la puna, que ya se
le iba a pasar. Pero nosotros, que conocemos la montaa, sabemos que si el tipo se quedaba dos
o tres das ms, se mora", seala Vitri. Mercado, en cambio, fue el nico de los salteos que qued
en la expedicin. "Yo mismo le ped que no se vuelva para que quedara uno de nosotros y tomara
registro. Que se quedara para tener un acto presencial de todo el proceso de excavacin, de lo
que se iba a hacer ah", sigue Vitri.
Una vez en Salta, Lazarovich recibi una comunicacin desde el Llullaillaco: "Apareci un cuerpo.
Dos. Tres". Enseguida se dispuso a preparar los materiales para el traslado: cajones con hielos para
bajar los cuerpos y un espacio en Ciudad del Milagro, con alarma, freezer y un grupo electrgeno
que se le pidi al Ejrcito por si se le cortaba la luz.

El hallazgo
Todo comenz con La nia del Quehuar -actualmente en el MAAM preservada para futuros
estudios- a 6.100 metros de altura, que se rescat en pedazos despus de que buscadores de
tesoros dinamitaran el lugar. Unos meses despus, se hallaron las momias del Llullaillaco 30 metros
ms arriba en el volcn. Primero apareci el nio, el 17 de marzo y ese mismo da unos metros

ms al norte, Tony Mercado y el peruano Ruddy Perea encontraron, por casualidad, a "La Doncella".
Dos das despus, hallaron a la tercera momia "La nia del rayo".
Podra decir que fue de pura casualidad, pero no, estoy seguro que ese encuentro con La
Doncella tena que ser as, que tenamos que ser nosotros quienes la encontrramos. Nos
habamos retirado del grupo. De repente le hice una broma al Ruddy, le amago un martillazo, l
se abre de piernas para esquivarlo y el mazazo pasa de largo para el piso provocando un hueco,
ah nos damos cuenta que estbamos sobre un lugar especial.
Nos miramos y ah nos quedamos. No dejamos que nadie se acerque. Cavamos hasta los 2,13 metros
en total. Yo estaba dentro del pozo y lo primero que apareci fue una pequea plumita que yo me
puse a querer pincelarla porque pens que haba encontrado una de las estatuillas y de golpe se
levant todo eso, el tocado de pluma ese blanco y me cagu de espanto. Hay una parte de m que
debe andar asustada todava dando vueltas por el cerro ese, cuenta Mercado.
El tocado estaba puesto en la cabeza de la doncella. Y el cuerpo estaba asentado arriba de una
piedra. Pero lo ms increble de todo es que el cuerpo era flexible. Cuando lo alc hice presin
con los brazos en las piernas de la nena y se flexionaron. Por eso no creo que sea como dicen ellos,
que se mantuvo por el estado de congelamiento y las bajas temperaturas. Luego, el gobierno de
la provincia invit la doctra Quevedo Kawasaki, una especialista chileno-japonesa que habl de un
proceso de liofilizacin, una especie de cerrado al vaco utilizado para la conservacin de la nia.

Segunda ruptura
Luego de los hallazgos, el gobierno provincial dispuso que un escribano se trasladara al pie del
volcn para hacer un registro general de todo lo que se bajaba de la montaa. El escribano lleg
a la hora indicada pero la expedicin ya haba partido hacia San Antonio de los Cobres. "Reinhard
iba en un vehculo mucho ms rpido y no esperaba al resto, se iba y se iba. Es muy natural que
cuando alguien se traslada en grupo, ms en lugares donde pods quedar varado, hay que hacerlo
juntos, al menos al alcance de la vista de los que vienen detrs. Son cdigos que hay que respetar",
sostiene Vitri.

Finalmente, cuando todos se encontraron, el director de Patrimonio, Lazarovich, mantuvo con


Reinhard una fuerte discusin fuerte y le comunic que viajara delante del grupo hasta un lugar
asignado para colocar los cuerpos de los nios.
Pero Reinhard ya haba hecho un arreglo con Colombo Mura, el rector de la Universidad Catlica
de Salta, quien le haba preparado un camin frigorfico. "Soy el dueo de la expedicin, yo
encontr las piezas y voy a hacer lo que quiera", dijo el arquelogo. Ese fue el segundo quiebre:
el funcionario pidi a la Gendarmera que los detenga hasta que llegue el resto del grupo. Reinhard
se ofendi.
Finalmente, los nios de Llullaillaco pasaron tres semanas en la Ciudad el Milagro, freezados y
protegidos por un sistema de alarma. El gobernador Juan Carlos Romero autoriz el ltimo
traslado. "Los llevaron en ese trailer de Gendarmera y los tuvieron dentro de un freezer comn
varios meses hasta que se acondicion, dentro de la Universidad Catlica un lugar parecido al que
exista en Ciudad del Milagro. All los tuvieron desde el 99 hasta el 2004. Fue entonces cuando se
cre el museo y pasaron all", cierra el arquelogo.

De quin son las momias


En algn momento, quizs, los nios de del Llullaillaco van a crear conciencia. La historia tiene
muchas versiones, tantas como miradas haya habido en el momento de la expedicin y como
anhelos, deseos y motivaciones de quienes hayan participado en ese momento. No se sabe ni
cmo ni cundo, pero s que pronto, que estamos cerquita, dice Antonio Mercado. Y se explaya:
La arqueloga argentinaConstanza Ceruti -convocada por el Consejo de Expediciones de la
National Geographic Society de Washington- tena una motivacin en la participacin.
Ella era co-directora del proyecto y gracias a ello, la Universidad Catlica de Salta, que ni tiene
una carrera de antropologa, tiene un departamento de Arqueologa de Alta Montaa. Pienso que
es una ridiculez que la Universidad Catlica, la Iglesia, el Opus Dei, estn manejando lo que no
tienen que manejar y que nuestros arquelogos de la Universidad Pblica siguan callndose la
boca. Los acadmicos se tienen que dar cuenta que esas culturas son culturas que todava estn
vivas, que existen que no son "cosa" del pasado.

Vitri comparte esa visin: La arqueologa trabaja con esto, es el objeto de estudio. Cuando
aparecen huesos, crneos o un esqueleto, es como una "cosa" un "objeto". Pero cuando aparecieron
estos nios, que no es lo ms comn, porque uno los ve y parecen dormidos, la gente se pone ms
susceptible. Sin embargo, no hay tcnicamente diferencias entre un hueso y esto.
Lo nico que media es el estado de conservacin. Cuando se hace un trabajo cientfico, se registra
se documenta y se conserva todo lo que aparece. En este caso se siguieron todos los mtodos que
se podran haber seguido a 6700 mts.
Con todas las fallas que pudo haber tenido, pero hay un registro, est documentado, est
fotografiado, hay testigos presenciales, como en el caso de Tony que estuvo hasta el final. Slo
que en este caso, y volvemos al tema de la profanacin, la gente ve que les sacaron de su lugar
algo que les perteneca y que estn haciendo dinero en otro lugar que no es el suyo. Y, adems,
que no tienen ninguna participacin. Ellos reclaman esa participacin y me parece justo. En este
sentido, el Museo de Arqueologa de Alta Montaa se propuso seguir de cerca el impacto en las
comunidades de la exhibicin de los nios momia, a travs de charlas con sus caciques.
Por ejemplo, dos das antes de la inauguracin oficial, el museo abri sus puertas para la
comunidad del Chujcha ya que la primera momia que se exhibi perteneca a ella. Lo mismo
ocurri con los nios del Llullaillaco, antes de la apertura oficial, se hizo una previa con los pueblos
de esa regin. Todava estamos lejos de decir que el museo est en una situacin de reciprocidad
o de devolucin con lo que las comunidades que se sientan tocadas. Y esto tiene una doble lectura:
una poltica y otra econmica.
La decisin poltica tiene que ver con que se liberen a las comunidades los fondos que se recaudan
en el museo, as de simple. Sabemos que ellos no tienen problemas con la exhibicin en s pero lo
tienen con la participacin de lo que se recauda. El Estado provincial est lucrando, saca un
beneficio y a ellos no les queda nada, explica Christian Vitri.
El arquelogo asegura que el gobierno prometi a los habitantes de las comunidades una
capacitacin para formarlos como guas para que ellos puedan trabajar en el museo o un espacio
para que vendan sus artesanas. Sin embargo no se hizo nada. El museo genera dinero que va
para el Estado. A veces, la gente de las comunidades nos increpa, nos pide que que le demos
dinero de las entradas. Ojal un da todo se convierta en un sistema equitativo que le devuelva a
los pueblos todo lo que los pueblos le dieron, confiesa.

No se sabe todava en qu circunstancias fueron sacrificados los nios. S, que cuando los
especialistas hablan de sacrificio se refieren al acto de enterrar a alguien vivo. Tambin que el
lugar donde se realiza el entierro suele ser lo alto de una montaa, en seal de ofrenda al Sol
Inca. Los sacrificados, en general, eran seres elegidos para satisfacer a los dioses. O eran
mensajeros que, ajuar mediante, podan viajar al ms all.
Quizs los tres nios de Llullaillaco no haban completado su viaje. Quiz se enojen los dioses
porque ahora estn encerrados en la vitrina de un museo.
Quiz nada de eso ocurra y la gente siga pagando para ver a la Nia del Rayo, o al Nio o a La
Doncella. Y sus pueblos de origen, reclamando.

Nota y fotos:
Alejandro Ahuerma
Ftografo y escritor

Fuente: www.calchaquimix.com.ar

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