Originales en un mundo uniforme: la singularidad como fuente de creatividad

El entorno actual, calificado por los repetidos acrónimos VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) y BANI (frágil, ansioso, no lineal e incomprensible), cuya descripción, muy posiblemente, es menos simple de lo que se desprende de estos acrónimos, nos exige una mirada presente y consciente para dirigir nuestra vida en medio de los eventos impredecibles de gran impacto con los que nos encontramos, los llamados cisnes negros (Taleb, 2010). Para hacerlo, es clave aprender a adaptarnos con agilidad para responder a las circunstancias inesperadas y, al mismo tiempo, construir el futuro que deseamos considerando el entorno, el planeta y las futuras generaciones. 

Para construir el futuro, es esencial revisar el pasado para aprovechar toda la fuerza de la historia, recoger los aprendizajes y aplicarlos en el nuevo escenario que se pretende construir. Es en este contexto donde considero que el humanismo y la visión centrada en la persona, o más bien centrada en nuestra humanidad compartida, es clave para nuestra evolución personal y como especie. Eudald Carbonell afirma en su libro “El futuro de la humanidad” que “entramos de lleno en un horizonte de incremento exponencial de la complejidad” y expone que la creatividad, el conocimiento y el pensamiento son herramientas fundamentales para concluir el proyecto de la humanidad.

La creatividad es una de las cualidades que ha contribuido a nuestra evolución. Para mí, la creatividad implica la imaginación, la creación de imágenes mentales, la generación y síntesis de nuevas ideas. En este contexto cambiante, creo que el valor y la audacia para utilizar nuestra creatividad y ponerla al servicio de la evolución y transformación de nuestro entorno, nos permitirá abordar los retos del presente y del futuro que tenemos ante nosotras con confianza.

es más importante que nunca identificar la propia singularidad, entrenar el pensamiento crítico y exponer la propia manera de observar el mundo fruto de nuestras experiencias personales e historia que nos hacen únicas y originales a cada una de nosotras.

Considero que, la creatividad es fundamental para el progreso y la evolución personal y colectiva, así como también es importante incorporar una perspectiva sistémica que nos ayude a salir de la individualidad y conectar con otras personas con las que compartimos la humanidad y el futuro del planeta que habitamos. Pensar en sistemas nos ayuda a identificar las interrelaciones y conexiones que existen en los eventos y situaciones de nuestro entorno, lo que facilita la toma de decisiones y la obtención de información relevante para entender nuestro entorno complejo. Porque es evidente que las personas y nuestras circunstancias están interrelacionadas.

En su libro “Originales. Cómo los inconformistas mueven el mundo”, Adam Grant sostiene que para ser más innovadoras y creativas es crítico desafiar lo establecido, tomar riesgos para desarrollar nuevas ideas, exponerse a nuevas experiencias, intercambiar con personas diversas, actuar con valentía y enfrentar las dudas y temores que acompañan el proceso creativo, acogiendo los comentarios y las críticas constructivas para mejorar las ideas y enriquecerlas con otros puntos de vista.

Teniendo en cuenta la propuesta de Grant, considero que en un entorno donde la uniformidad y el pensamiento único cada vez son más presentes, es más importante que nunca identificar la propia singularidad, entrenar el pensamiento crítico y exponer la propia manera de observar el mundo fruto de nuestras experiencias personales e historia que nos hacen únicas y originales a cada una de nosotras.

¿Y cómo podemos conectar con nuestra propia originalidad en un mundo uniforme?

Para conectar con nuestra propia originalidad es fundamental pensar y reflexionar sobre quiénes somos y quiénes queremos ser, para poder imaginar el futuro que queremos crear y comprometernos con lo que imaginamos. Estas acciones requieren tiempo y una combinación armónica de concentración y dispersión, pero también requieren un ingrediente crítico que es el coraje, para enfrentar las situaciones inciertas y los retos que el presente propone.

El camino hacia nuestra originalidad exige cultivar la autoconciencia, desarrollando una relación más profunda con nosotras mismas y con las otras personas. Esto implica practicar la empatía, la comprensión, la compasión y la aceptación de las diferencias hacia las otras personas y hacia nosotras mismas.

Las personas tenemos el gran desafío de vivir el presente, acompañadas de la influencia de nuestro pasado, construir con habilidad el futuro que deseamos en el contexto y entornos posibles que pueden suceder. Para hacerlo es relevante saber adaptarnos con agilidad a las circunstancias inesperadas y construir el futuro teniendo en cuenta el entorno, el planeta y las futuras generaciones.

La creatividad puede ayudarnos a cultivar la flexibilidad necesaria para adaptarnos ágilmente al entorno porque es una fuerza motriz para nuestra evolución y nos ayuda a conectar y compartir nuestra singularidad. Y así mostrar tu forma especial y original de ser quien eres.