El mapa de la geopolítica de Argentina

Argentina, con más de la mitad de la superficie de la Unión Europea, es la segunda potencia sudamericana, solo por detrás de su vecino Brasil. Un inmenso país entre la barrera que suponen los Andes y el Atlántico, con grandes contrastes espaciales. La geopolítica interna de Argentina va a estar marcada por estos contrastes y su enorme extensión, aunque apenas supera los 45 millones de habitantes para un territorio tan inmenso.  Además, la región sur de Argentina, compuesta por la Patagonia y Tierra del Fuego, está habitada por solo un 6% de la población, mientras que abarca un 28% de la superficie del país. Buenos Aires, una de las grandes metrópolis latinoamericanas, ejerce una macrocefalia sobre el resto del país, con una área metropolitana en la que viven un tercio de los argentinos. Como consecuencia, Argentina es uno de los países más urbanizados del mundo.

Así, el centro del poder cultural, económico y político de Argentina recae en Buenos Aires, en una única área urbana dentro de un país inmenso, lo que genera tensiones con el resto de provincias. Para corregirlo, y a imitación de Brasil, se aprobó en los años 80 el traslado de la capital a Viedma, al norte de la Patagonia, en el llamado Proyecto Patagonia. Se buscaba generar un nuevo polo de atracción de población en una región despoblada y más cerca del centro geográfico del país, que permitiese redistribuir la población de Argentina de un modo más equilibrado y así alejar el poder político del económico y cultural de Buenos Aires. No obstante, y aunque la ley sigue vigente, el traslado nunca se hizo efectivo.

Otra importante división para la geopolítica interna de Argentina es la que genera la diagonal árida, que parte el país en una mitad húmeda y en otra seca. Es la mitad seca, compuesta por las estepas de la Pampa, el Cuyo y el Altiplano andino, la zona menos densamente poblada pero también la más rica en recursos minerales. Aunque Argentina no es tan afortunada como sus vecinos Chile y Bolivia en...