¿Qué son los reflejos primitivos?

Los reflejos primitivos son movimientos involuntarios que se presentan en el recién nacido y que, a medida que el bebé se desarrolla neurológicamente, van desapareciendo o evolucionando.

Durante los primeros meses, la presencia de estos reflejos nos confirma que ciertas partes del sistema nervioso central están funcionando correctamente. A medida que el sistema nervioso madura, con el tiempo, los movimientos voluntarios son más controlados y dominan a los involuntarios.

Algunos ejemplos de reflejos primitivos en el bebé:

  • Reflejo de prensión palmar o agarre: al presionar o contactar con la palma de la mano, esta se flexiona y agarra.
  • Reflejo de Moro: si, tumbado boca arriba, dejamos caer la cabeza hacia atrás, los brazos se abren y se extienden los codos, para luego volver a aproximarse y flexionarse. Este reflejo desaparece aproximadamente a los 4 meses.
  • Reflejo de Galant: es necesario para bajar por el canal del parto, y debe estar presente durante el primer trimestre de vida.
  • Reflejo tónico asimétrico: si giramos pasivamente la cabeza hacia un lado, el brazo de ese mismo lado se extiende, y el del lado contrario se flexiona.
  • Reflejo de succión: como es lógico, este reflejo es muy importante para la alimentación del bebé. Suele desaparecer a los 3-4 meses de vida (a partir de entonces, la succión es un mecanismo voluntario).
  • Reflejo de Babinski: al estimular el borde externo de la planta del pie, el dedo gordo se mueve hacia arriba y el resto de los dedos se abren en abanico. Se considera normal hasta los 2 años, aunque suele desaparecer antes.
  • Reflejo plantar: si presionamos la cabeza de los metatarsianos, los dedos del pie se flexionan.
  • Reflejo de marcha automática: al sostener por el tronco al bebé y apoyar sus pies en una superficie, da unos pasos. Desaparece hacia el segundo mes.
  • Reflejo de paracaídas: aparece aproximadamente a los 6-7 meses, y no desaparece nunca. Al inclinar lateralmente al niño, coloca las manos sobre la superficie.

¿Cuándo deben aparecer los reflejos primitivos?

Los reflejos primitivos deben aparecer en un período de tiempo determinado (por ejemplo, el reflejo de prensión palmar, «desaparece» alrededor de los 4- 5 meses de edad). Al evaluarlos, se observa si están ausentes, si son diferentes entre un lado y otro (asimetría), si son demasiado débiles, o por lo contrario si están exaltados.

Una vez que cumplan su función, los reflejos primitivos deben desaparecer integrándose en patrones de movimiento más complejos. Cada uno de estos reflejos cumplirá su función, pero tienen que integrarse en el desarrollo normal del bebé para que pueda realizar movimientos funcionales y voluntarios. Si no desaparecen, pueden afectar la maduración del SNC y el desarrollo de nuevas capacidades.

¿Qué ocurre si los reflejos primitivos persisten?

La persistencia de estos reflejos puede indicar una falta de maduración del sistema nervioso, así como dificultar el desarrollo psicomotor. Para aprender a alcanzar, gatear, adquirir conceptos viso-espaciales, o voltearse, los reflejos deben ir integrándose.

Cuando existe una alteración, se debe plantear una intervención terapéutica que facilite al niño la adquisición de las habilidades que le corresponden según su etapa del desarrollo.

¿Qué es lo ideal? Que un fisioterapeuta pediátrico pueda evaluar de forma rutinaria los reflejos de tu bebé, para comprobar que su desarrollo sea el óptimo, y, su fuera necesario poder intervenir para corregir lo antes posible.

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