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‘Las estrellas nacen en el seno de las nebulosas galácticas’

La nebulosa del Cangrejo se formó por la explosión de una estrella en 1054. Y varios documentos de la antigua China dicen que durante semanas se pudo ver de noche una zona muy iluminada debido a esta explosión. Es  una de las historias fascinantes que rodean a las nebulosas,  de las que hay  galácticas y planetarias y que ofrecen algunas de las imágenes astronómicas más espectaculares. Sobre estos objetos celestes, Juan Fabregat, doctor en Ciencias Físicas y catedrático de Astronomía de la Universitat de València, impartió ayer una conferencia en la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

De la curiosidad por saber y los mundos de la ciencia ficción que poblaron sus lecturas adolescentes nació su vocación por la astronomía, por la observación del cielo y el estudio del Cosmos.  Fabregat, miembro del equipo que ha elaborado el mayor mapa digital de la Vía Láctea,  explica en en esta entrevista qué son estas extraordinarias estructuras y también señala algunos de los enigmas a los que se enfrentan los astrónomos.

¿Qué es una nebulosa?
El término de nebulosa se utiliza desde hace siglos, y su significado hace referencia únicamente al aspecto visual de un astro. Llamamos nebulosa a un objeto celeste cuyo aspecto es como el de una pequeña nube, bien distinto de una imagen puntual, como una estrella o un conjunto de estrellas. En la actualidad se denomina nebulosa a dos tipos de objetos muy diferentes. En primer lugar, las denominadas nebulosas extensas o nebulosas galácticas, que son gigantescas nubes de gas, que se encuentran principalmente en los brazos de las galaxias espirales, y en las cuales nacen las estrellas. En segundo lugar, las llamadas nebulosas planetarias, que son objetos mucho más pequeños y compactos, que se crean en la fase final de la vida de las estrellas de masa alta o intermedia, bien por eyección de sus capas más externas o por su explosión como supernovas.

¿Cuántas nebulosas hay en la Vía Láctea y donde son más numerosas?
Es muy difícil saber la cantidad, ya que en la actualidad sólo se ha detectado un número muy pequeño de las que sin duda existen. Las nebulosas galácticas son más numerosas en los brazos de la galaxia, o dicho desde una perspectiva observacional, en la Vía Láctea. Las nebulosas planetarias se distribuyen por todo el cielo.

¿Hay nebulosas que se pueden ver a simple vista?
Sí, hay algunas. Podríamos citar la nebulosa de Orión, y la nebulosa de La Laguna, en la constelación de Sagitario. También habremos leído alguna vez que la nebulosa de Andrómeda se ve a simple vista, lo cual es cierto, pero desde hace cien años sabemos que este astro no es una nebulosa, sino una galaxia exterior a la nuestra. Y por supuesto, para conseguir ver éstas y algunas pocas otras a simple vista, deberemos de alejarnos de los núcleos urbanos excesivamente iluminados y buscar cielos oscuros.

¿Cuales son las más bellas y espectaculares?
Bueno, probablemente esto dependerá de gustos. En cielos muy oscuros, y observando a simple vista, las regiones centrales del Cisne o de la Quilla, ésta última en el hemisferio sur, presentan un aspecto nuboso espectacular, debido a la gran cantidad de nebulosas que allí se concentran. Con un telescopio de gran campo y pocos aumentos, la nebulosa de Orión también resulta grandiosa. En cuanto a las nebulosas planetarias, su belleza reside en sus formas sutiles y delicadas. Podríamos citar la nebulosa del Cangrejo o la de la Lira, por ser las más conocidas en el hemisferio norte.

¿Y las más curiosas por su nombre o historia?
Muchas nebulosas tienen nombres pintorescos, debido a que su forma recuerda vagamente a la de un personaje, animal u objeto. Entre las nebulosas extensas encontramos la del Águila, el Pelícano o la Cabeza de Caballo. También la de Norteamérica o la de California, cuyas formas se asemejan a esas geografías. Entre las nebulosas planetarias se hallan la del Payaso, el Esquimal, la Lechuza y la Pajarita.

En cuanto a historias curiosas, además de la del Cangrejo – se formó por la explosión de una estrella en 1054, varios documentos de la antigua China dicen que en la noche se pudo ver una zona muy iluminada durante semanas – podemos presentar la nebulosa de los Príncipes de Asturias, descubierta en el mapa digital. Los descubridores, investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias, le asignaron ese nombre para conmemorar la boda de los príncipes en Mayo de 2004, fecha muy cercana a la del descubrimiento.

¿Y cómo nace una estrella, es decir, qué desencadena el proceso de formación estelar?
Las estrellas nacen en el seno de las nebulosas galácticas, a partir de un proceso en el que una región de la nebulosa se contrae y colapsa, aumentando paulatinamente su temperatura, hasta que finalmente se convierte en una estrella. Los mecanismos que desencadena el colapso pueden ser varios: la rotación diferencial de la galaxia, el paso de ondas de densidad por los brazos espirales, la presión ejercida por los restos de una supernova en expansión, etc.

Es miembro del equipo que ha elaborado el mayor mapa digital de la Vía Láctea ¿Cómo se realiza un mapa galáctico?
Es un trabajo muy complejo, que requiere la colaboración de un número elevado de investigadores. Hay que obtener una gran cantidad de tiempo de observación, y tener capacidad de trabajo para reducir y analizar un número muy grande de datos. Y también para difundir y explotar científicamente los resultados. Básicamente, el trabajo consiste en obtener una gran número de imágenes, que cubran una región muy amplia del cielo, a través de diferentes filtros. Después hay que extraer la información de los miles de objetos que aparecen en cada imagen, y organizarla en la forma de un catálogo que sea fácilmente manejable.

¿Cuántos objetos tienen ya catalogados? ¿Qué área del cielo cubre?
El primer catálogo publicado contiene datos de unos 200 millones de objetos. Ahora estamos trabajando en la preparación de un segundo catálogo que prácticamente duplicará esa cifra. Cubre un área del cielo de 1800 grados cuadrados. Para hacerse una idea, en el área cartografiada cabrían más de 7000 lunas llenas. Éste área se extiende a lo largo del plano galáctico en el hemisferio norte, con una anchura de 10 grados. Además, este año hemos empezado las observaciones para la elaboración de un nuevo catálogo que cubra el plano galáctico en el hemisferio sur, utilizando un telescopio recientemente instalado en el Observatorio de Paranal, en Chile.

Como astrónomo, ¿qué le gustaría encontrar o descubrir?
Mi trabajo investigador ha estado dirigido al estudio de la naturaleza y propiedades físicas de ciertos tipos de estrellas masivas peculiares. Por tanto, más que descubrir algún nuevo astro, lo que realmente me gustaría es poder explicar algunos fenómenos y procesos que observamos pero aún no entendemos.

¿Cuáles destacaría?
Hay muchos. A medida que avanza nuestro conocimiento nos damos cuenta que todavía es mucho lo que queda por saber. Hoy en día los astrónomos se enfrentan a retos importantes, como por ejemplo saber porqué el Universo se expande cada vez más deprisa, qué es esa energía oscura que parece ser la componente más importante del Cosmos, o qué es la materia oscura, que no conseguimos ver pero sabemos de su existencia porque hace moverse a las galaxias de forma inexplicable.

En mi caso yo estudio las estrellas, y también aquí hay muchos enigmas por resolver. Tenemos una idea general de como nacen y evolucionan las estrellas, pero los detalles de esos procesos aún se nos escapan. Parte de mi trabajo es comprender las causas por las que ciertas estrellas masivas pierden materia por el ecuador, materia que lanzan al espacio y que se distribuye formando un anillo alrededor de la estrella.

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